Movimiento de los Focolares

Palabra de Vida – Enero 2018

La Palabra de vida de este mes recoge un versículo del himno de Moisés, un pasaje del Antiguo Testamento en el que Israel ensalza la intervención de Dios en su historia. Es un canto que proclama la acción decisiva de Dios para la salvación del pueblo durante el largo recorrido desde la liberación de la esclavitud en Egipto hasta la llegada a la tierra prometida. Es un camino que conoce dificultades y sufrimiento, pero que se realiza bajo la guía segura de Dios y mediante la colaboración de unos hombres, Moisés y Josué, que se ponen al servicio de su designio de salvación. «Tu diestra, Señor, es magnífica en poder». Cuando pensamos en el poder, lo asociamos fácilmente a la fuerza del poder, que suele ser causa de abusos y conflictos entre personas y entre pueblos. En realidad, la palabra de Dios nos revela que el verdadero poder, tal como se manifestó en Jesús, es el amor. Él recorrió toda su experiencia humana hasta la muerte para abrirnos el camino de la liberación y del encuentro con el Padre. Gracias a Él se manifestó el poderoso amor de Dios por el hombre. «Tu diestra, Señor, es magnífica en poder». Si nos miramos a nosotros mismos, hemos de reconocer con franqueza nuestras limitaciones. La fragilidad humana es una realidad innegable en todas sus expresiones: física, moral, psicológica y social. Y aquí es precisamente donde podemos experimentar el amor de Dios. En efecto, Él quiere la felicidad para todos los hombres, sus hijos, y por eso está siempre disponible a ofrecer su ayuda poderosa a todos los que se ponen dócilmente en sus manos para construir el bien común, la paz y la fraternidad. Esta frase ha sido elegida sabiamente para celebrar en este mes la «Semana de oración por la unidad de los cristianos». Cuánto sufrimiento hemos sido capaces de infligirnos mutuamente en estos siglos, ahondando grietas y sospechas, dividiendo comunidades y familias. «Tu diestra, Señor, es magnífica en poder». Necesitamos pedir mediante la oración la gracia de la unidad, como un don de Dios; al mismo tiempo podemos también ofrecernos para ser instrumentos del amor de Dios para construir puentes. Con ocasión de un congreso en el Consejo Ecuménico de las Iglesias en Ginebra en 2002, Chiara Lubich fue invitada a ofrecer su pensamiento y su experiencia, y dijo: «El diálogo se desarrolla de este modo: ante todo nos ponemos en el mismo plano que nuestro interlocutor, quienquiera que sea; luego lo escuchamos haciendo el vacío completo dentro de nosotros … De este modo acogemos al otro en nosotros y lo comprendemos … Porque así, escuchado con amor, el otro es estimulado a oír también nuestra palabra»1. En este mes aprovechemos nuestros contactos diarios para afianzar o recuperar relaciones de afecto y amistad con personas, familias o grupos pertenecientes a Iglesias distintas de la nuestra.  Y ¿por qué no extender nuestra oración y nuestra acción también a las fracturas dentro de nuestra propia comunidad eclesial, como también en la política, en la sociedad civil y en las familias? Podremos testimoniar también nosotros con alegría: «Tu diestra, Señor, es magnífica en poder». Letizia Magri ___________________________________________ 1 Cf. C. LUBICH, «La unidad y Jesús abandonado, fundamento para una espiritualidad de comunión», Ginebra 28-10-2002.

Navidad en las ciudadelas de los Focolares

Navidad en las ciudadelas de los Focolares

En el verano de 1962, Chiara Lubich tuvo la primera intuición de lo que hoy son las “ciudadelas” o “Mariápolis permanentes”. «Fue en Einsiedeln (en Suiza, ndr.) que comprendió, – viendo desde la cima de una colina la basílica y su alrededor- , que debía surgir en el Movimiento una ciudad, que no estaría formada por una abadía o por hoteles, sino por casas, lugares donde se trabaja, escuelas, como en una ciudad común”, escribió Chiara en su diario (marzo de 1967). Son 32 las ciudadelas esparcidas en todos los continentes y habitadas por personas que quieren realizar una experiencia de vida y de donación al hermano. Son laboratorios de fraternidad en los cuales la espiritualidad de la unidad impregna las relaciones humanas, construyendo un boceto de sociedad basada en la ley evangélica del amor recíproco. Loppiano_25122017Cada una de ellas tiene una característica particular, en armonía con el contexto social en el cual surge. Loppiano, la primera ciudadela que nació en los años ’60, cerca de Florencia (Italia) y Montet (Suiza), tienen el timbre de la internacionalidad, de las multiculturalidad y de la formación. Ottmaring (Alemania), tiene una vocación ecuménica: los habitantes son miembros de varias iglesias. Las ciudadelas de América Central y Meridional están más orientadas al compromiso social, Tagaytay (Filipinas) y la ciudadela Luminosa (USA) al diálogo interreligioso, Fontem, en Camerún a la inculturación. Y así se podría continuar. En estos días, dado que estamos en el período de las fiestas navideñas, las ciudadelas proponen momentos de descanso dentro del espíritu de fraternidad que las distingue. Desde Loppiano los jóvenes escriben: «Mucho más que una gran cena, mucho más que una fiesta. Es lo que queremos que sean los tres días que estamos organizando desde el 30 de diciembre al 1º de enero». No faltará también la experiencia de practicar música con la banda internacional Gen Verde que tiene su sede en la ciudadela. El 31 de diciembre los participantes tendrán la posibilidad de subir al palco junto con las artistas durante el “One World Celebration” precisamente durante  la gran vigilia del  primero de año en el Auditórium de Loppiano. Al día siguiente, tendrá lugar el Concierto del primer día del año, ofrecido por un equipo de artistas, guiados por el maestro Sandro Crippa. 2012-12-17-14.38.40En los Estados Unidos los habitantes de la Mariápolis Luminosa que se encuentra en Hyde Park (NY) en la hermosa ciudad Hudson Valley, proponen, a partir de la mitad de diciembre, una reseña de los Coros polifónicos que interpretarán los característicos Christmas Carols, con un programa también para los más pequeños. La ciudadela es también la sede de una exposición de 50 Pesebres, comenzada en 1987 y que ha tenido un éxito inmediato. El número de visitantes, estudiantes, familias, adolescentes, continúa creciendo. En el Centro Mariápolis “Am Spiegeln” (Viena), desde el 27 al 30 de diciembre está previsto un lindo programa con paseos, excursiones por el parque y al castillo de Schönbrunn, también habrá juegos, reflexiones y momentos de oración: «Quisiéramos ofrecer un lugar donde las personas puedan encontrarse sin prejuicios», escriben.   En Bélgica, la “Maripápolis Vita” está ubicada en Roselaar. Su especificidad está en su orientación ecológica. En estos días está previsto un Mercado anual de anticuarios y el domingo 17 de diciembre la carrera tradicional para recoger fondos para el mantenimiento de la ciudadela. Desde la “Mariápolis Lía” (Argentina), escriben: «Hemos invitado al almuerzo de Navidad a algunas personas ancianas que viven solas. Es ya una tradición. Les ofreceremos a nuestros huéspedes momentos de reflexión y de comunión de vida. También la cena del 24 y el almuerzo del 25 de diciembre significan momentos de fraternidad entre todos. Con los familiares de los numerosos jóvenes presentes en la ciudadela prepararemos un pesebre viviente que se realizará después de la misa del 24, mientras que el coro de la Mariápolis animará el encuentro ejecutando villancicos de distintos países. Este año además, participaremos en el pesebre viviente que realizará la parroquia del cercano pueblo de O’Higgins. Festejaremos a Jesús que nace también en la Pampa argentina».  

Mi primera Navidad

«En mi familia la Navidad no tiene ningún significado religioso, aunque la noche del 24 de diciembre es tradición cenar todos juntos. Pero este año para mí todo cambió: ¡festejé mi primera auténtica Navidad! “Guiselle te presenta a unas chicas que viven en Santiago y viven el Evangelio”, me había dicho una amiga hace algunos meses. A través de ellas, de las gen de mi ciudad, conocí a Jesús y este encuentro cambió mi vida. Incluso recibí de regalo un pesebre que, por primera vez, entró en mi casa. Sabía que no había podido festejar la Navidad como lo habría deseado, porque mis familiares seguían pensando como antes. Pero este año quería hacer algo diferente. Trascurrí la vigilia de la Navidad en los preparativos para la cena, como todos los años, pero a diferencia de otras veces después de la cena fui a la misa, junto a mis amigos. A pesar de los preparativos para cenar juntos, por distintos motivos nadie vino. Al principio me quedé un poco mal e incluso pensé que lo habían hecho a propósito, para burlarse de mí. Pero después pasó por mi mente una idea: lo más importante para mí no necesariamente lo es para los demás, es más ¡era claro que no lo era! Antes de cenar, recité en silencio una oración de agradecimiento. Era mi primera cena de Navidad. Después fui a la misa. ¡Cuánto me habrá gustado compartir con mis familiares la alegría del nacimiento de Jesús! Después, pensé, quizás todavía no están listos, y quizás no lo estarán nunca. Pero de mi parte quiero hacer todo lo posible para que les llegue el regalo que cambió mi vida: conocer a Jesús. Es lo que más deseo para quienes amo. Una vez en casa, mientras todos estaban ya durmiendo, envolví pequeños regalos, detallitos, para darle una sorpresa a mi familia. Los puse bajo el árbol con una nota que decía: «¡Feliz Navidad! Sigue la flecha y busca tu regalo». A las 5.30 de la mañana, mi papá se levantó y enseguida vio la nota. Entonces despertó a mi mamá. Como a las nueve me despertaron a mí y a mi hermano quien es muy fuerte, y me llevaron del brazo hasta la sala. No lograban contener la alegría de poderme hacer una sorpresa: ¡también ellos habían preparado un paquetito para mí! Me conmoví mucho. El bellísimo ver lo que hace el Amor, también en quien no sabe cómo llamarlo. Para mi familia la Navidad todavía no tiene ningún significado, sin embargo sintieron todo el amor por ellos que había dejado bajo el árbol. Y nadie puede resistir al Amor».    

María, universo del Hijo de Dios

Estaba en los planes de la Providencia que el Verbo se hiciera carne, que una palabra, la Palabra, fuera escrita en la tierra en carne y sangre, y esa Palabra necesitaba un fondo. Las armonías celestiales anhelaban, por amor a nosotros, transferir su concierto único y solo, bajo nuestras tiendas: pero necesitaban un silencio. El Protagonista de la Humanidad que daba sentido a los siglos pasados e iluminaba y convocaba detrás de sí a los siglos futuros, debía hacer su aparición en el escenario del mundo, pero tenía necesidad de una pantalla blanca que la pusiera de relieve. El proyecto más grande que el Amor-Dios pudiera imaginar, tenía que trazarse majestuoso y divino, y todos los colores de las virtudes tenían que encontrarse ordenados y preparados en un corazón para servirlo. Esa sombra admirable que contiene el sol y ante él se retira y en él se reencuentra; ese fondo blanco inmenso casi como un abismo, que contiene la Palabra que es Cristo y en Él se pierde, luz en la Luz; ese altísimo silencio que ya no calla porque en él cantan las armonías divinas del Verbo y en Él se vuelve nota de las notas, casi el “la” del eterno canto del Paraíso; ese escenario majestuoso y hermoso como la naturaleza, síntesis de la belleza prodigada por el Creador al universo, pequeño universo del Hijo de Dios, que ya no se observa porque cede su parte y su interés a Quien tenía que venir y ha venido, a Quien tenía que hacer y ha hecho; ese arco iris de virtudes que dice “paz” al mundo entero porque ha dado al mundo la Paz; esa criatura imaginada en los abismos misteriosos de la Trinidad y dada a nosotros, era María. Chiara Lubich –  Maria, trasparenza di Dio (María, transparencia de Dios )– Città Nuova 2003 – pp. 9-11

Navidad: el Dios de los pequeños y de los lejanos

Cuando un niño se pierde termina en un lugar que no es de la casa. Sí, en Navidad Dios se perdió – no sólo como un niño, sino siendo niño- allí donde no era “de la casa”. No se quedó encerrado en la beatitud de su cielo o dentro del espacio de nuestra devoción, sino que se perdió por los pequeños y los pobres, por los enfermos y los que están de luto, por los pecadores, por aquéllos que nosotros consideramos que están lejos de Dios, por quienes pensamos que no tienen nada que ver con Él. Dios se perdió allí donde se perdió el hijo pródigo, lejos de la casa paterna, para después regresar al Padre, a Él y con Él. Dios se perdió como un niño, y no fue un error, sino la acción más divina que Dios podía realizar. O Dios es el Dios de todos o no es Dios. O Dios es el Dios de los pequeños y de los lejanos o no es Dios. O encontramos a Dios allí donde se “perdió” o no lo encontramos del todo. “Déjate encontrar allí donde tú, Dios, te perdiste como un niño. Sí, deja que también nosotros nos volvamos niños, en quienes Tú puedes perderte por los demás, ¡por todos!”. Klaus Hemmerle – La luce dentro le cose – Città Nuova 1998 p. 395  

Para una Navidad de alegría y de paz

Para una Navidad de alegría y de paz

Christmas_2017_Greetings_MariaVoce
“Alégrate llena de gracia: el Señor está contigo” (Lc 1, 28). Un anuncio de alegría estremece a la humanidad: Dios se hace Niño en el regazo de María; ¡Dios se hace hombre y decide quedarse entre nosotros, para siempre! Entra en la historia y nos da a su Madre, María, como estrella para nuestro camino. ¡Qué misterio de amor infinito! La alegría de aquella noche inunde nuestros corazones y nos haga portadores de este gran mensaje de amor a la humanidad. ¡Feliz Navidad a todos!

Evangelio vivido: ser una presencia de Jesús

Hacia la Navidad «Sabía que la empresa donde trabajo iba a cerrar y que pronto me iba a quedar sin trabajo. A pesar de esto, acercándose la Navidad, con los colegas pensamos poner aparte algo de nuestro sueldo para dar a los más pobres. Fuimos entonces a visitar a una familia que vive en una choza, sin nada. Además del sobre con dinero, llevamos también juguetes para los niños. Nos fuimos de allí muy contentos. Nos parecía que era la mejor preparación para el nacimiento del Señor. Y antes de que terminara el día, nos llegó una buena noticia: se nos aseguró el trabajo por otros cinco meses». (J.L.V. – México) Hambre «Un día, en la escuela, vi a una niña que estaba sola, apartada del grupo. Fui enseguida a preguntarle: «¿Por qué lloras?». Me dijo que se sentía mal del estómago porque no había desayunado y que no tenía nada para comer en el almuerzo. Pensé: «Es Jesús que tiene hambre» y le di mi pancito. Un poco más tarde, esa niña me dijo: «Ahora no me duele más el estómago». Yo me quedé muy feliz». (S.S – Filipinas) ¡Yo perdono! «Estaba jugando con un amigo cuando llegó un chico que sin motivo me pegó en la cabeza, por lo cual me tuvieron que dar una medicina en el hospital. Volviendo a casa, tenía un sólo pensamiento: vengarme. Al día siguiente, el padre de este chico vino a pedir disculpas. Y agregó: «Te doy permiso para que hagas a mi hijo lo que él te hizo. ¡Tal vez así comprenderá lo mal que se comportó!». En ese momento me acordé de la invitación de Jesús de amar a los enemigos y le respondí que ya lo había perdonado. Sorprendido, el papá llamó al hijo.  Nos reconciliamos y ahora vivimos en paz». (Dionisio – Angola) Taladros robados «Mientras estaba trabajando en la oficina junto con mi colega Benda, que es musulmán, escuchamos un ruido afuera. Fuimos a ver: alguien había roto el vidrio de nuestra camioneta y había robado tres taladros. Era la primera vez que nos sucedía algo de este tipo. Estábamos desconsolados. Después pensé que tenía que perdonar al autor de esa acción, que probablemente había actuado impulsado por una necesidad. Benda, recordando una frase del Corán, agregó: «Cuando una persona perdona, lo que se le ha sido quitado le será devuelto por alguna otra persona». De noche, en casa, mientras contaba lo que había pasado, un pariente mío, me ofreció unos taladros que él no usaba más. Al día siguiente, nos los trajo, y uno de los tres era igual a uno de los que nos habían robado, que era el de mayor valor». (A.G. – Italia)

Día Mundial de la Solidaridad

Día Mundial de la Solidaridad

InternationalHumanSolidarityDayInstituída por las Naciones Unidas en el 2005, el mismo día, 20 de diciembre, en el que se creó en el 2002 el Fondo de solidaridad mundial con el objetivo de promover el desarrollo humano y social en los países en vía de desarrollo, el Día se concentra en el respeto de la diversidad y en la importancia de la solidaridad entre las personas. Unidas y solidarias las mismas pueden oponerse con mayor eficacia a las desigualdades. La solidaridad, entendida como uno de los valores fundamentales y universales del vivir humano, debe estar a la base de la búsqueda de soluciones globales y puede desenvolver un rol decisivo en la solución de los problemas que afectan al mundo. La solidaridad está evidenciada también como protagonista en la Declaración del Milenio, firmada en el mes de septiembre del 2000 por todos los Estados miembros de la ONU, para contrarrestar las injusticias de carácter económico, social, cultural y humanitario. La declaración pone estos valores a la base de las relaciones internacionales del siglo veintiuno.

Un lugar para Jesús en Navidad

  Volver a traer a Jesús al corazón de la Navidad no es una paradoja. En este período, especialmente en los países ricos, el consumismo y un cierto sentimentalismo ofuscan, e inclusive excluyen el centro que es el nacimiento de Jesús. También hace dos mil años no fue muy diferente: mientras viajaban hacia Belén, José y María no encontraban alojamiento, afortunadamente encontraron un refugio donde pudo nacer el Niño.  “Han desalojado a Jesús” repiten los gen 4, los niños del Movimiento de los Focolares, de todo el mundo. «Que por lo menos en nuestras casas ¡se grite Quién nació! Hagan que Jesús nazca en medio de ustedes con su amor», fue la invitación de Chiara Lubich. De aquí en 1996 nació una idea que se retoma cada año; realizar pequeñas estatuitas de yeso que representen al Niño y ofrecerlas por la calle o en las plazas a las personas apuradas que tal vez no saben, o no recuerdan, que Navidad es antes que nada la fiesta de Jesús. «Digámosle a ellas: ¿quieres llevarlo a tu casa? Alguna responde que no, algún otra pasa y ni siquiera se detiene. Pero otros se detienen y nosotros les damos estas estatuitas, o los pesebres que preparamos. En las plazas de las grandes ciudades, en los centros comerciales, en las casas de descanso para los ancianos, llamamos la atención con nuestros “puntos de venta”, o con las fiestas que organizamos para los niños. Es como una onda de felicidad que involucra a todos y lleva al verdadero festejado, al centro de la Navidad». Para donar Jesús a los demás, tratamos antes de conocerlo mejor. En la ciudadela “Pace”, de los Focolares, cerca de Tagaytay, en Filipinas, se realizó, para los gen 4, un encuentro de dos días. Al final todos los participantes le mandaron a Jesús una cartita. Sam escribe: «Jesús es mi héroe. Cuando tengo miedo, me protege. Cuando soy bueno, soy como Él». Kenneth: «Te pido que mi familia no se divida». Gioia escribe que aprendió a amar a todos, «también a los enemigos, en primer lugar, compartiendo los sufrimientos y las alegrías de los demás». Y Abril agrega: «Gracias porque me diste a mis padres y una buena hermana». En varias partes del mundo, desafían el frío o las dificultades o la indiferencia con una sonrisa que desarma y con el candor típico de su edad, los gen 4 abren una ventana inédita sobre la Navidad, otorgándole su verdadero significado. De América Central, donde se siente mucho la Navidad, incluso bajo el aspecto religioso, por ejemplo, con la tradición de las “Posadas”, que recuerda la difícil búsqueda de un alojamiento para María y José, los gen 4 de El Salvador  y de República Dominicana, también escribieron. Walter Francisco, de 8 años, se comprometió con los otros gen 4. «Ofrecí nuestros Jesús a todos los que nos pasaban cerca y ¡fue una experiencia muy hermosa!» Adriana y Juan Pablo son dos hermanos de 9 y 6 años. «Primero fuimos a una casa para niños huérfanos y compartimos con ellos la comida. Después fuimos a ofrecer nuestros Jesús Niño, y lo recaudado lo donamos a los pobres». La comunidad de Santa Tecla para la ocasión realizó una colecta de comida y juguetes. «Los llevamos también a los niños que li