Ene 8, 2018 | Focolare Worldwide
Fue una “foto de Grupo” muy especial la que se sacaron en ocasión de la presentación pública del balance social del Grupo Tassano. Contaron con la presencia de autoridades y de los protagonistas. El Grupo con el correr del tiempo se transformó de cooperativa a consorcio, y de consorcio a grupo de consorcios. Actualmente es una realidad compleja, formada por 33 cooperativas, que ofrecen servicios diversificados dirigidos conjuntamente a 4.700 usuarios directos y a 100 mil indirectos, en una región del Noroeste de Italia. Un pequeño territorio en el que, en breve tiempo, llega desde el mar y la vegetación de la zona mediterránea hasta las montañas, siempre nevadas en invierno. Son casi 700 los empleados, formados antes que nada por el espíritu de la Economía de Comunión. «Es una ley de la economía que el mundo no utiliza – explicó en aquélla ocasión Luigino Bruni – pero que existe. Adhieren a ella las empresas que se comprometen a destinar las ganancias en tres direcciones: una parte para crear puestos de trabajo, otra, para ayudar a los pobres y una tercera para difundir esta cultura. Trabajo verdadero, que da dignidad: la historia de Tassano es una historia de amor hecha de trabajo y trabajadores que generó valor y valores». Es una historia que viene de lejos. Desde cuando, en 1989, dos amigos, pequeños empresarios locales, Giacomo Linaro y Piero Cattani, junto con otros 24 socios voluntarios adherentes al Movimiento de los Focolares, fundan una Cooperativa para responder a los numerosos casos de malestar social presente en el territorio.
La Cooperativa crece y gradualmente conquista la confianza de varios interlocutores también públicos, lo que permite adquirir nuevos servicios. Dos años después, los socios de la Tassano advierten que sus objetivos están en plena sintonía con el proyecto de “Economía de Comunión”, lanzado en Brasil por Chiara Lubich, porque extiende la solidaridad a nivel mundial. Deciden entonces adherir enseguida. Poco a poco el crecimiento diversificado de las distintas actividades y el posterior nacimiento de nuevas cooperativas especializadas redunda en el nacimiento de un Consorcio de realidades que siguen siendo autónomas administrativamente, pero unidas en la experiencia. Todas trabajan con el mismo espíritu en el campo social, educativo, asistencial, con servicios dirigidos a los sectores más vulnerables de la población, como los ancianos que viven solos, los discapacitados, los enfermos psiquiátricos, los desocupados, pero también a las familias, a los niños y a los jóvenes, y el mantenimiento y valoración del territorio. En 1997, Tassano se transforma en un Grupo de Empresas Cooperativas, con la intención de unificar las diversas experiencias empresariales y sociales ya existentes, pero también para funcionar como “incubadora” para nuevas realidades productivas. En el futuro, todos los ambientes estratégicos confluirán en consorcios que podrán consolidar el crecimiento y favorecer un posterior desarrollo.
Maurizio Cantamessa, Presidente del Grupo, explica: «La realidad nuestra es cohesiva. En ella, los valores se comparten totalmente y también existe una comprensión a nivel de trabajo cotidiano: era el momento de reagruparnos, consolidarnos y seguir. El hecho de habernos concentrado en el territorio es muy importante, porque favorece las relaciones. Con las instituciones trabajamos cada día codo a codo. Por el hecho de trabajar en el servicio de las personas es importante “estar ahí personalmente”». Aún con todas las transformaciones, la “misión” del Grupo siempre ha sido la misma: favorecer una concepción actividad económica que tiende a la promoción integral y solidaria de la persona y de la sociedad, sin renunciar a una fuerte orientación al mercado, a través de la indentificación de objetivos y planes de desarrollo empresarial que puedan llevar a la creación de nuevas empresas y por lo tanto, a la creación de nuevos puestos de trabajo. Lo demuestra el hecho de que las ideas, los principios y los valores de la cooperación pueden traducirse eficazmente en acciones concretas en favor del trabajo, del territorio y de sus habitantes. Empresa y solidaridad, juntas.
Ene 6, 2018 | Sin categorizar
Estos tres sabios orientales, los Magos, que se pusieron en camino andando por el desierto para buscar a un niño, representan la marcha del cristianismo para reencontrar la inocencia. Ese niño era un rey, pero era un rey sin alojamiento; y ellos fueron igualmente, caminando a la luz de las constelaciones, teniendo como guía una estrella. Éste es el milagro de Cristo. Que sacude a la gente de sus lugares fijos, desarraiga los corazones de intereses que los petrifican, impulsa más allá del recinto sagrado, para poner en circulación a los hombres y las cosas en la búsqueda de la unidad y bajo el impulso de la universalidad: y así, ante su cuna arriban de todo lugar los profetas, judíos y filósofos griegos, arte y literatura, especulaciones y costumbres, despojándose a lo largo del trayecto de lo idolátrico que tenían, es decir lo erróneo, anti-racional, y deshumano. Y todo se recoge alrededor de Cristo, que es la razón total. Los Magos llevaban desde Arabia y Mesopotamia tesoros y perfumes: afectos y efectos. El amor los sacaba de la lejanía para acercarlos a Cristo, que era el gran pobre y está siempre presente en los pobres. Esta marcha de los Magos simboliza así cada esfuerzo que se hace para acercarse desde todas las lejanías, para subir de la bajeza, para llegar con el ofrecimiento de los corazones y el de los bienes materiales, a través de los desiertos del egoísmo, a la unidad con Dios: “Dios se hizo hombre a fin de que el hombre se hiciese Dios”, como dijo S. Agustín: uno descendió para que el otro ascendiera. Es una marcha larga, y hecha por la noche, entre insidias y tribulaciones. La verdad no se conquista sin esfuerzo; Dios es un premio otorgado a quien con fatiga lo busca: pero el que busca, encuentra. Igino Giordani, I Re magi, «La Via» n.97, 6 de enero de 1951, p.4
Ene 5, 2018 | Sin categorizar
Desde una pequeña ciudad del Norte de Italia a los cinco continentes. Un amplio dossier de corte sociológico delinea la historia de los Focolares, desde su nacimiento hasta su aprobación definitiva por parte de la Iglesia en 1965. Una reconstrucción detallada, promovida por la misma fundadora de los Focolares ya en los años ’80, publicada por primera vez en una edición francesa en el 2010, últimamente ha sido traducida en italiano por Città Nuova. Piero Coda, rector del Instituto Universitario Sophia (IUS) en el prefacio, introduce la investigación de Callebaut con estas palabras: «Un acercamiento científico e integral de la historia de los Focolares, que hasta ahora no existía. […] La presente investigación, por primera vez, construye e instruye un dossier histórico e interpretativo del relevante fenómeno que representa el Movimiento de los Focolares […] El trabajo es acucioso, puntual, y en la medida de lo posible exhaustivo […] intachable y excelente desde el punto de vista histórico». Entrevistado por Lorenzo Prezzi para settimananews.it, Bernhard Callebaut (Bruges, 1953), graduado en Derecho, Filosofía y Sociología en la Universidad Católica de Lovania, actualmente es profesor estable del Instituto Universitario Sophia, de Florencia, donde es también Director Grupo de investigación del Programa“Religions in a Global Word”, explica el sentido de la obra: «Pienso que el puro relato testimonial, en el que se siente muy viva la persona, será siempre válido. No creo que un libro como el mío puede borrar de mi historia en shock benéfico experimentado al leer algunas páginas del primer libro de Chiara Lubich (Meditaciones); son páginas que estimulan a vivir los mensajes que contiene. Hecha esta premisa, creo que, en un segundo momento, hay que respetar la exigencia de entender, de contextualizar, de vincular un fenómeno a la historia pasada y percibir al menos un poco su perspectiva futura».
Los primeros veinte años de la historia de los Focolares están marcados por las “iluminaciones” de Chiara Lubich, que se convirtieron seguidamente en el núcleo central de su espiritualidad. «El carisma siempre se concede a alguien en particular, también aquí» explica Callebaut. «Sólo después de un cierto tiempo Chiara se da cuenta que en realidad ese don había sido dado a ella y a nadie más, al menos no en esa forma tan fuerte, límpida, arrolladora. Pero, con el tiempo, se dio cuenta que también sus primeros compañeros, que habían sido mandamos a otras partes –primero a Italia, después a Europa y a otros continentes- y también ellos se volvieron portadores, multiplicadores del carisma, “pequeñas fuentes” también ellos». «Hoy por hoy –en mi libro está documentado ampliamente- el corazón del carisma de Chiara Lubich está vinculado al haber identificado –por un don- y después haber desmenuzado, como nunca antes en la historia de dos milenios de vida cristiana, el significado de ese ápice de la pasión que lo constituye el momento del grito de abandono del hombre-Dios». La de los Focolares es, al inicio, una historia hecha de una larga y dolorosa espera del reconocimiento por parte de la Iglesia. «A principios de los años Cincuenta el Santo Oficio examina los documentos sobre los Focolares e inicia una serie de verificaciones sobre la joven fundadora. Para ponerla a prueba a ella y a los suyos y medir su fidelidad a la Iglesia, le pide que dé un paso atrás, que no sea más la responsable del Movimiento. Para su entorno siempre que claro quién era realmente el alma del Movimiento y nunca hubo crisis de liderazgo durante esos años, hasta que Pablo VI resolvió definitivamente la cuestión. En 1965 Chiara Lubich firmará su primera carta como presidente de los Focolares. Hoy, a distancia del tiempo, se empieza a entender que detrás de su estatura de portadora de un carisma, había también una densidad de pensamiento poco común». En años más recientes, la intuición carismática de la fundadora se traduce también en una serie de propuestas concretas como aporte a la resolución de cuestiones sociales y culturales. Como la Economía de Comunión, «que hace una opción preferencial por los pobres y, al mismo tiempo, valora a quien sabe contribuir con la vida económica con el talento poco común del emprendimiento», o la fundación del Instituto Universitario Sophia, «como interesante aporte a los debates y a la faena del pensamiento contemporáneo». Hoy día, todos los miembros de los Focolares de alguna forma llevan y multiplican» el carisma de Chiara Lubich «para realizar el ut omnes». Y concluye Callebaut: «Hay trabajo para algunos siglos, me parece».
Callebaut Bernhard, Tradition, charisme et prophétie dans le Mouvement international des Focolari. Analyse sociologique, Paris, Nouvelle Cité, 2010, LXXXIII + 537 p. Trad. it. La nascita dei Focolari. Storia e sociologia di un carisma (El nacimiento de los Focolares. Historia y sociología de un carisma) (1943-1965), Città Nuova – Sophia, Roma 2017, pp. 640. Lee la entrevista completa de Lorenzo Prezzi: http://www.settimananews.it/spiritualita/focolari-movimento-carisma-storia/
Ene 4, 2018 | Sin categorizar
Las arrugas del desencanto «Después de años de matrimonio me di cuenta de que el hombre que vivía a mi lado ya no era aquél que me había hecho perder la cabeza. Pero ahora estaban los hijos y la vida había ido adelante. Un día una amiga me dijo: «Te veo envejecer mal. En lugar de crecer en el amor, están aumentando las arrugas del desencanto». Era verdad, en lugar del amor y de la donación había puesto mis principios de justicia. Traté de cambiar la actitud hacia mi marido y descubrí que más que nunca necesitaba mi apoyo. Ahora las cosas han cambiado. En la familia entre todos circula un amor más grande». (M.F. – Polonia) La farmacia «Los empleados de la farmacia donde trabajaba antes habían sido despedidos. Todos excepto yo. Pero a los nuevos administradores no los motivaba el bienestar de los clientes sino el interés. El ambiente también cambió rápidamente. Durante algunos meses traté de hacer lo posible para que mejoraran las relaciones entre los empleados y los clientes. Fue un tiempo precioso en el que aprendí a ser más misericordiosa. Pero después también a mí me despidieron. A pesar de eso, confiaba en la Providencia, que no me desilusionó: inesperadamente me ofrecieron trabajo en otra farmacia para sustituir a un empleado que se había pensionado». (C.T. – Hungría) Mis pacientes “difíciles” «Desde hace varios años trabajo como médico en un instituto especializado en pacientes en estado vegetativo, por lo general quedan traumatizados después de un accidente. El itinerario de recuperación del coma es muy complejo y no es seguro que suceda. A los familiares que me preguntan si su pariente se despertará les respondo que por lo general no podemos prever lo que va a suceder, y que sólo Dios conoce su futuro. Nosotros somos sólo instrumentos en sus manos. Es imposible permanecer indiferente ante tales tragedias. A veces, mi fe como cristiano ha vacilado. Pero pienso que estos pacientes “difíciles” tienen una función social importante: para los parientes y amigos se vuelven el centro de convergencia de la familia y despiertan en ellos su capacidad de donación». (Elio – Italia) Resurrección «Droga, prostitución… Desde hace dos años estaba acompañando a mi amigo Mario en su calvario. Él se había alejado de Dios, pero respetaba mi forma de vivir la fe. Cuando fue internado en el hospital, lo iba a visitar frecuentemente. Me preguntaba: «¿Por qué lo haces? ¡Provengo de un mundo completamente distinto del tuyo!». Durante la recuperación tuvo modo de reflexionar y un día me dijo: «He tratado de convencerme de que Dios no existe, porque eso me habría obligado a cambiar de vida. Pero ahora no puedo seguir adelante así. Eres la única persona realmente feliz que he conocido. Quisiera tanto vivir como tú». Le propuse que tratara de poner en práctica una Palabra del Evangelio a la vez. ¡También yo intento hacerlo, y funciona! Porque confiaba en mí, aceptó intentarlo. Sobre todo se le hacía difícil cambiar el sentido de la palabra “amar”, que para él sólo quería decir prostituirse por dinero. Fue un camino difícil, entre caídas y nuevos intentos. Un día se acercó al sacramento de la confesión. Estaba radiante. Después sucedió el accidente en el que perdió la vida. Dios lo esperaba allí. Pero ya estaba preparado». (S.V. – Suiza)
Ene 3, 2018 | Focolare Worldwide
«Es el título que elegimos juntos, sin reflexionar mucho. Construyendo puentes, no podía ser más indicado: entre los chicos de los barrios más pudientes y de las comunidades más pobres no existían diferencias. Los equipos estaban compuestos por chicos y chicas de los 10 a los 18 años, todos juntos. Los más grandes cuidaban de los más pequeños, los más pequeños animaban a los más grandes. La participación de comunidades pobres no se sintió ningún tipo de asistencialismo, de esta interacción todos salían beneficiados». Renzo Megli, quien desde un principio formó parte de la organización de las Olimpiadas para los chicos, puso en claro enseguida las premisas para el completo éxito del proyecto. Describió la preparación con un acento apasionante. «Parecía que el viento soplaba siempre en contra. La idea de perfeccionista y el recuerdo de las canchas deportivas “profesionales” o “semi profesionales” de las ediciones anteriores nos cerraba la mente, bloqueaba el espíritu, entristecía el pensamiento. Yo por el contrario, estaba feliz. Feliz porque todas las puertas se cerraban y por el lento y fatigoso cambio de dirección, la única posibilidad que quedaba era llevar las Olimpiadas al CEU, el Condominio Espiritual Uirapuru. Empezamos a trabajar, decididos a realizar el evento. Pero la tensión seguía siendo evidente, las brújulas estaban desorientadas por los viejos campos magnéticos. ¡Basta! Era necesario elegir: ¿o seguíamos adelante compactos o nos deteníamos? ¿Qué es mejor, realizar algo menos perfecto, pero juntos, o más perfecto, pero desunidos entre nosotros? Serán Olimpiadas distintas, menos profesionales, quizás menos “chic”. Y quizás precisamente la brisa del Espíritu nos estaba llevando a hacer algo nuevo, distinto. Decidimos dirigirnos hacia ese “norte” común. También quien en primera instancia se oponía empezó a remar en la misma dirección. Sólo en ese momento me vino a la mente una conversación que había tenido hacía mucho tiempo con un focolarino más grande que yo. Me había dado un consejo: “Para perder tu idea primero tienes que tenerla y, posiblemente debe ser realmente tuya, como una hija, carne de tu carne. Piensa en una botella de champán, tiene que estar llena antes de quitar el tapón y dejar que espumee”. Me sentía así, “padre” de mi idea, pero dispuesto a perderla. “Perdiendo” cada uno la propia, nos convertimos juntos en “padres” de una idea todavía más bella, que poco a poco se fue afinando».
Renzo prosigue su relato: «El responsable del CEU nos había prometido un espacio y el equipo. Todo el trabajo realizado hasta ese momento estaba basado en esta disponibilidad. Pero después se echó para atrás: ya no se podía usar el espacio. La “dinámica del perder” y lanzar en Dios toda preocupación se había vuelto tan cotidiana que después de pocos segundos de la noticia de esta adversidad entendimos que era un signo del Espíritu. Invitar a los niños de la comunidad CEU era lo más importante, pero el tiempo volaba y las inscripciones llegaban lentamente, dejándonos un nudo en la garganta: ¿llegaremos al número mínimo de participantes? Decidimos abrir las inscripciones también para quienes no podían participar por dificultades económicas. Queríamos confiar en la Providencia. Surgieron muchos patrocinadores y todos los gastos, también los imprevistos fueron cubiertos. La sonrisa de los numerosos niños del CEU presentes en nuestras Olimpiadas se volvió nuestra imagen. Había una alegría extraordinaria evidente en todos, animadores, padres, jugadores. Un niño de una comunidad del CEU dijo: “Aquí encontré a mi papá”. Era un chico más grande que realmente lo había querido. Entre los participantes, también estaban las chicas del Lar Santa Mônica, una comunidad que acoge adolescentes víctimas de abusos sexuales domésticos. Habían llegado con una actitud huraña y sólo con el deseo de volver enseguida a la casa. Pero después, en cambio, participaron hasta lo último. Las vimos regresar felices. Esta transformación fue una de las más bellas victorias de nuestras Olimpiadas».
Ene 2, 2018 | Sin categorizar
Pisa es conocida en todo el mundo sobre todo por su “Plaza de los Milagros”, que es “patrimonio de la Humanidad” de la UNESCO, en donde está la célebre Torre inclinada. Desde el 2003, en la ciudad toscana, todos los años tiene lugar el Pisa Book Festival, la feria nacional del libro que reúne a editores, escritores, traductores, ilustradores y artistas italianos y extranjeros. Es un espacio ideal que favorece el intercambio de ideas, propuestas innovadoras, libros y revistas de calidad, pero también hay talleres de redacción, seminarios, ‘reading’ y espectáculos. También este año la Editorial Città Nuova, apoyada por la comunidad del lugar, estuvo presente. «Por quinto año consecutivo participamos en la Pisabook, una edición realmente especial por la variedad de eventos y de personalidades involucradas – explican Rita y Francesco, a nombre de todos -. Por primera vez tuvimos la posibilidad de animar un taller en el espacio Junior, donde trabajamos y jugamos con BIG y ‘las emociones’».
BIG, Bambini in Gamba, (Niños geniales) es una revista mensual en italiano, editada por el grupo editorial Cittá Nuova, pensada y dirigida a los más pequeños. Entre las propuestas de la revista hay un kit para educadores, útil para profundizar las emociones de sorpresa, miedo, disgusto, rabia, tristeza y felicidad, con niños de menos de 10 años. «Durante la Feria, fuimos a una escuela de la periferia de la ciudad, desde donde habría resultado imposible acompañar a los niños a la sede de la Pisabook. Todos fueron invitados a ser protagonistas de BIG y ahora las maestras se quieren suscribir a la revista». Entre las propuestas de Cittá Nuova en la Feria, estaba también el relato autobiográfico de Salvatore Striano. Una historia de rescate y trasformación, de despachador de droga en un barrio periférico y peligroso de una ciudad del Sur de Italia, a actor y escritor. En el ínterin diez años de cárcel entre Madrid y Roma. Una vida “salvada” gracias a los libros y al teatro, pero sobre todo a personas justa encontradas en el momento junto. En su novela autobiográfica (Giù le maschere, Abajo las máscaras), Città Nuova, 2017) un grupo de adolescentes desadaptados y rebeldes de un orfanato descubre su pasión por el teatro y encuentra en las tablas del escenario un camino de rescate y redención. Una historia delicada y profunda que enseña mirar la vida, cada vida, sobre todo la de los jóvenes y de los chicos más vulnerables, con ojos de esperanza. En las tres numerosas presentaciones del libro y en los momentos libres, explican Rita y Francesco, «se creó enseguida un feeling entre todos: Striano se abrió y nos contó munchos episodios de su difícil vida. Quedó impresionado especialmente por los jóvenes presentes, que los invitaron a Nápoles a un espectáculo de ellos, como huésped. Al final comentó: “Si mis amigos que están presos pudieran ver sus ojos, sus sonrisas… cambiarían de vida”». Con los numerosos chicos de las escuelas, que se habían preparado al encuentro leyendo el libro, el autor de Cittá Nuova construyó un diálogo profundo «que anuló las distancias, haciendo que todos se sintieran como en la sala de su casa». Ahora los estudiantes se involucraron en un proyecto escolar que tiene programadas algunas iniciativas dentro de la cárcel. «Viendo que después muchos se quedaron en el stand y no se iban, le hizo decir a Salvatore que nunca había hecho una experiencia así y que quiere seguir escribiendo con Città Nuova». «Lucia Della Porta, creadora y directora de la Pisabook, ¡no terminaba de agradecernos por haber contribuido al éxito de la manifestación! Pero nosotros en cambio le agradecimos a ella por habernos dado tanta confianza. Por el stand pasaron muchas personas, estrechamos muchos contactos, tratamos de dar nuestro testimonio. Y desde el punto de vista económico fue un éxito». Para la comunidad del lugar – concluyen – Città Nuova ahora es todavía más “nuestra” editorial.
Ene 1, 2018 | Sin categorizar
Live streaming (CEST time) http://www.y4uw.org/live 6 July: 10.00 am – 12.30 pm (Program in the hall) and 2.00 – 3:45pm (Asian Welcome) 7 July: 11.45 am – 12.45 pm (Time Out) and 2.00 – 3:45pm (International concert) 8 July: 3.00 – 4.30pm (Mass) and 4:30 – 7:00pm (Program in the hall)
Ene 1, 2018 | Sin categorizar
«Hombres y mujeres, niños, jóvenes y ancianos que buscan un lugar donde vivir en paz. Para encontrarlo, muchos de ellos están dispuestos a arriesgar la vida en un viaje que en gran parte de los casos es largo y peligroso, a sufrir fatiga y sufrimiento, a afrontar alambrados y muros elevados para mantenerlos lejos de la meta». El primer día de este nuevo año, el augurio de paz del Papa Francisco está dirigido a los 250 millones de migrantes, de los cuales 22 millones son refugiados. Es un texto rico de propuestas, ofrecidas para el análisis y estudio de la comunidad internacional. ¿Por qué hay en el mundo tantos refugiados y migrantes? Recuerda Francisco: «San Juan Pablo II estuvo entre el creciente número de prófugos debido a las consecuencias de una interminable y horrenda serie de guerras, conflictos, genocidios, de “limpiezas étnicas”, que caracterizaron el siglo XX. El nuevo siglo todavía no ha registrado un cambio auténtico: los conflictos armados y otras formas de violencia organizada siguen provocando la movilización de las poblaciones dentro de los confines nacionales y más allá. Pero las personas migran también por otras razones, en primera instancia por el deseo de tener una vida mejor». Cuantos fomentan el temor ante las migraciones globales, a veces con fines políticos más que para construir la paz, siembran la violencia. «En cambio –afirma el Papa-, los invito a verlas como una oportunidad para construir un futuro de paz». Los migrantes y los refugiados no llegan nunca con las manos vacías, porque «traen una carga de valentía, de capacidad, de energía y aspiraciones, además de los tesoros de sus culturas nativas, y de este modo enriquecen la vida de las naciones que los acogen». Con su estilo, Francisco no se limita a dar una serie de “lineamientos” genéricos, sino que indica una estrategia integral, compuesta por cuatro acciones: acoger, proteger, promover e integrar. Acoger, en primer lugar, significa «ampliar las posibilidades de ingreso legal, no rechazar a los prófugos y migrantes hacia lugares donde les esperan persecuciones y violencia, y balancear la preocupación por la seguridad nacional con la tutela de los derechos humanos fundamentales». Sobre el tema del proteger, Francisco recomienda que, en el respeto de la dignidad de la persona, a los migrantes y refugiados se les conceda la libertad de movimiento, la posibilidad de trabajar, y, especialmente, que se impida la explotación de las mujeres y los niños, que son quienes están «más expuestos a riesgos y a abusos». Promover, en el mensaje del Papa, significa sostener «el desarrollo humano integral». Entre los muchos instrumentos, se subraya «la importancia de asegurar a los niños y a los jóvenes el acceso a todos los niveles de instrucción, de este modo ellos no sólo podrán cultivar y hacer fructificar sus capacidades, sino que tendrán la posibilidad de ir al encuentro de los otros, cultivando un espíritu de diálogo en cambio del aislamiento y la confrontación». Finalmente, integrar, que no es sinónimo de asimilar, de olvidar las propias raíces y perder la identidad, sino por el contrario, significa «permitir a los refugiados y migrantes participar plenamente en la vida de la sociedad que los acoge, en una dinámica de enriquecimiento recíproco y de fecunda colaboración en la promoción del desarrollo humano integral de las comunidades locales». No falta un explícito llamado a la responsabilidad de los Estados de todo el mundo. El Papa Francisco auspicia que las Naciones Unidas alcancen, en el 2018, el esperado doble acuerdo a nivel global –para favorecer la migración segura, ordenada y regular y para tutelar a los refugiados – inspirados «por la compasión, la amplitud de perspectivas y la valentía, de modo que se aproveche cada ocasión para hacer que avance la construcción de la paz: sólo así el necesario realismo de la política internacional no se convertirá en una especie de cinismo y en la globalización de la indiferencia». También en tiempos difíciles, el Papa Francisco, recordando las palabras de San Juan Pablo II, pretende confiar al mundo un nuevo mensaje de esperanza: «Si el “sueño” de un mundo de paz es compartido por muchos, y si se valora el aporte de los migrantes y de los refugiados, la humanidad se puede convertir cada vez más en familia de todos y nuestra tierra en un auténtica “casa común”». Lee el mensaje integral
Dic 30, 2017 | Sin categorizar
Creo que para volver a dar a la familia su verdadero rostro, para devolverle su esplendor, junto a los discursos, a las advertencias, a las directivas, (…) sirva aquel ejemplo luminoso y universal que la Sabiduría eterna inventó: la familia de Nazaret. Todas las familias del mundo que existen y que existirán, pueden mirarla como modelo y tipo. Y no sólo las familias, cada uno de sus componentes puede inspirarse en ella para saber qué comportamiento debe adoptar, qué actitudes debe asumir, qué relaciones tiene que reavivar, qué virtudes tiene que cultivar. Cualquier hombre de la tierra que sea esposo y padre, siempre podrá encontrar en José, el Esposo de María, el padre adoptivo de Jesús, una luz, un estímulo, una fuente de inspiración. De él aprenderá la fidelidad a toda prueba, la castidad heroica, la fuerza, la laboriosidad silenciosa, el respeto, la veneración, la protección a la madre de sus hijos, la participación en las preocupaciones familiares… Y toda mujer, que sea esposa y madre, podrá descubrir en María su propio “deber ser”, la igualdad con el hombre y la propia identidad. En la esposa de José verá plenamente realizado el deseo de ser protagonista también ella; gracias a María comprenderá cómo ir más allá del círculo familiar y difundir, para el bien de muchos, las riquezas que le son propias: la capacidad de sacrificarse, la interioridad que la hace segura, la religiosidad que la distingue, la necesidad innata de elevarse y de elevar irradiando candor, belleza, pureza. Del mismo modo los hijos encontrarán en Jesús, hijo de María y de José, compuestos con una admirable unidad, las dos tendencias que pueden atormentarlos: la necesidad de afirmarse como otra generación que tiene que abrir un nuevo capítulo en la historia, y el deseo de ampararse a la sombra de sus queridos padres en el amor y en la obediencia. Sí, que la Sagrada Familia, la joya de la humanidad asociada, que refleja la vida de la Trinidad, donde el amor hace uno a Dios, esté hoy ante nosotros, que esté con todos nosotros (…) para el bien de la familia en el mundo, de la familia en la Iglesia y para la gloria de Dios. De: Chiara Lubich – Mensaje al FamilyFest de 1981
Dic 29, 2017 | Focolare Worldwide
Si no hubiese sido por un grupo de amigas, maestras de una escuela para niños de la calle, por lo tanto muy conocedoras de lo que es la miseria y las carencias de todo tipo, no hubiera nunca descubierto este aspecto de mi ciudad; los pobres. Sin embargo, Saigón, o como la llamamos ahora, Ho Chi Minh City, es también esto: pobreza, carestía, sufrimiento. En Navidad y para las grandes fiestas, se acostumbra pasear, tal vez cerca o detrás de las famosas cervecerías y buscar, en verdaderos y reales tugurios, mal olientes e infestados de ratones, a algunas familias pobres o más bien paupérrimas. Creía haber visto la pobreza en Tailandia, entre los prófugos Karen y emigrantes en las montañas del Norte y en los canales sucios de Bangkok, pero lo que vi hoy en Saigón, en la “Milán del Vietnam”, nunca lo habría imaginado. Pequeñas habitaciones, habitadas por 12 personas, y en ocasiones tres perros. Me producía náuseas, a tal punto, cuando entraba en esos lugares, que con esfuerzo me quedaba. Pero después, al ver los rostros de esos niños que se iluminaban, de esas madres que me miraban intensamente para decirme “gracias” cuando les ofrezco una bolsa con 5 kilos de arroz, me siento recompensada y me vienen deseos de vivir y como la alegría que uno siente cuando se seca después de una lluvia que te ha empapado totalmente. Y además están los pesebres de Saigón, son muchas estrellas cometa encima de las casas de muchas familias y además algunos callejones completamente iluminados, que dan color y un calor muy particular a esta ciudad, que no es para nada “fría”, impersonal, separada: y ni siquiera atea. Se ven las estrellas y los pesebres, porque los descubres por todos lados, y se te aparecen en muchos ángulos de las calles: los descubres casi de repente. Entre todos ellos, me impresionaron los pesebres de los mercados populares, de noche, casi al abrigo de la basura de un día entero: o también aquellos en un callejón perdido de la periferia, pero iluminado a causa de dos grandes pesebres armados justo en esa calle. Y después, en la parte de arriba de las casas, de noche, las estrellas fluorescentes que se encienden de forma intermitente. Volviendo esta noche a mi casa, después de que giré visitando a los pobres, miraba este espectáculo que me llenó de un gran sentido de gratitud: aunque estoy lejos de mi casa, no me falta el verdadero sentido de la Navidad. El Papa Francisco, el año pasado, dijo: «La Navidad es la fiesta de la debilidad, porque se festeja a un niño, signo de fragilidad, de pequeñez, de humildad y amor». Hoy comprendo un poco mejor esas palabras: esta noche que dejo a mis espaldas, porque ya es casi de mañana, estuvo iluminada por el amor que vi entre la gente que fue para ayudar, socorrer, mostrar cercanía al que sufre. Todavía una vez más, la noche cultural en la que vivimos está siendo iluminada por estos “pesebres vivos”, por gente, que hizo de ese Niño la verdadera razón de su propia vida. Y comprendí que el mensaje verdadero de la Navidad no ha muerto, sino que ese mensaje de amor, de comprensión, de ternura está vivo, y yo lo vi: estaba concentrado en el gesto de tomar en brazos un pequeño niño discapacitado de 3 años y estrecharlo fuerte a mi pecho. Y ese niño que se dejó levantar por este rostro desconocido. Toda la tecnología de los presentes y futuros robots (la nueva “frontera comercial” procedente de Asia y de la cual se habla mucho) no lograrán nunca realizar este milagro: el amor. Porque el amor es gratis. El amor no es un deber y nadie te lo puede ordenar o programar. Es un don que nace dentro. He visto rostros que se iluminaron y que creen que la vida, mañana por la mañana, irá adelante y que será un día más lindo que el de ayer. No me falta mi Europa en esta Navidad. Porque donde está el amor está también mi casa. También Saigón es mi casa.