Dic 11, 2017 | Sin categorizar
No es un viaje turístico el que organiza la Red Internacional “Diálogos en Arquitectura”, junto con la Universidad de La Salle de Bogotá; es una experiencia de vida juntos, que permite conocer directamente los lugares, el mundo de la cultura, de las empresas y de las asociaciones. Se sale de Bogotá, del sur de la ciudad. Las miradas desorientadas de los italianos dicen que es necesario “cambiar los ojos” para transferirse con el corazón y la mente en esta tierra de fuertes contrastes, con una relación diferente con el ambiente y el territorio. Superamos los más de 3.000 metros de Cordillera Oriental para llegar al centro de Villanueva, un pueblo colonial entre las montañas, donde parece que el tiempo se detuvo. Participamos en un simulacro de evacuación de los habitantes en caso de terremoto. Todos se reúnen en la plaza del pueblo lo que nos permite vivir con todos este momento comunitario. El viaje prosigue por una larga calle en bajada, con muchas curvas, a través de un túnel que nos permite ver en algunas partes el verde intenso de las montañas y la vista de bellísimos panoramas. Sólo en un momento se ve la intervención del hombre que está construyendo un audaz puente de conexión.
Llegamos a la puerta del Llano, Villavicencio. La temperatura externa es muy alta, al igual que la calidez de la gente que encontramos. Un majestuoso árbol nos repara de la luz. Proseguimos el camino atravesando “el llano”, una extensión inmensa. Es una naturaleza virgen, que contrasta con la megalópolis. Etapa sucesiva: Yopal, una ciudad que no habíamos visitado antes, pero que enseguida nos resulta familiar por la acogida que recibimos. Visitamos la Universidad Unitrópico, que ha iniciado un camino interdisciplinario de arquitectura social. Como en todos los países de América Latina, también en Colombia la arquitectura no se puede separar de lo social, nace de las relaciones construidas con las comunidades. En los alrededores de Yopal se encuentra el campus universitario. Una ‘Utopía’ de la Universidad de La Salle. Una experiencia para los jóvenes que provienen de las regiones rurales, víctimas de la violencia por parte de la guerrilla. Conjuga el estudio y el trabajo de la tierra y permite obtener un diploma en Ciencias Agrarias y la posibilidad de empezar un trabajo. Se trata de una experiencia piloto de paz, que hay que mirar con esperanza. Estamos a la mitad del viaje. Después de un óptimo desayuno típico, proseguimos hacia las ciudades coloniales de Monguì, y Tunja, que fue la primera capital de Colombia. En las grandiosas plazas coloniales, como la de Villa de Leyva, se encuentran las poblaciones indígenas que nos transmitieron su fuerte identidad, que hoy se integran bien a las arquitecturas coloniales. Regresamos a Bogotá por el Norte. El impacto es casi más fuerte que el del Sur. Pasamos por la zona más rica con sus casas encerradas en recintos de seguridad. La experiencia continúa con el taller organizado por el Observatorio Urbano de la Universidad de La Salle, en el barrio periférico de Cazucá, donde nos transferimos por una semana. Podemos conocer de cerca a las familias, compartir su comida y dormir en sus casas. El impacto es muy fuerte. Estamos junto a jóvenes universitarios de Alemania, de Bogotá y de Yopal. La pobreza es altísima, pero la solidaridad y las relaciones que existen nos hacen descubrir la identidad del lugar. ¡La experiencia de trabajo es nueva! Se trata de completar la parte externa de algunas casas, realizar huertas y pintar algunas fachadas, poner a punto una biblioteca y diseñar algunos murales que expresen la vida de esa comunidad. Toda la familia es representada simbólicamente por pájaros, entre ellos está también un hijo que fue asesinado por la delincuencia local, un dolor que hemos compartido. Uno de los jóvenes del barrio nos dice: «Hemos trabajado juntos y hemos hecho más bello nuestro barrio. Ahora proseguiremos completando las calles». Sus miradas se imprimen dentro de nosotros; un gran entusiasmo y una nueva esperanza nos invaden. El intercambio cultural ha sido un auténtico enriquecimiento, al hacer arquitectura juntos, poniendo a disposición capacidades y conocimientos. El arquitecto puede contribuir a reconstruir el tejido social creando espacios que destinados a custodiar y hacer crecer la identidad de un lugar con su comunidad.
Dic 10, 2017 | Sin categorizar
El 10 de diciembre de 1948 se proclamó la Declaración universal de los Derechos Humanos. Desde entonces, cada año en éste día se recuerda la Declaración elaborada por la Comisión por los derechos humanos, órgano de las Naciones Unidas, presidido entonces por Eleanor Roosevelt, esposa del presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, para evidenciar la importancia y la defensa de la dignidad de la persona. El documento costituye un corte entre la época anterior al 1948, en la cual la inequidad en el mundo se evidenciaba con esporádicas intervenciones, y la que se inició en el ’48 en la cual se reconoce con firmeza y por primera vez la necesidad de contrarrestar las desigualdades en todos los Estados del mundo. Reconociendo la validez de ésta Carta y aplicando a la letra los 30 artículos, muchos aspectos desviados de nuestra sociedad desaparecerían: esclavitud, tortura, guerra, razismo, violencia de género, abuso de menores, explotación de las personas, pero también el empobrecimiento, abuso y contaminación de los recursos ambientales.
Dic 9, 2017 | Sin categorizar
En el mundo moderno, la obediencia ya no se aprecia en la justa medida. El soplo de libertad, de fraternidad y de igualdad que se desencadenó con la Revolución Francesa ha entrado ya en nuestros periódicos, en nuestros patios, en nuestras casas, e incluso en nuestras parroquias y en nuestros conventos. (…) Por eso no es raro encontrar en nuestro inconsciente un sentido de desconfianza frente a aquella preciosa virtud, como si ésta estuviera en contraposición con el descubrimiento evangélico de que somos todos hermanos en Cristo. (…) La obediencia no implica una abdicación de la propia personalidad, una humillación inhumana. Por el contrario nos ayuda a ser verdaderamente nosotros mismos, a desarrollar nuestro yo, porque nos inserta en un contexto social que es indispensable, humana y divinamente, para la verdadera manifestación de nuestras capacidades. Cuando la voluntad de quien es legítimamente superior a mí en el gobierno civil o eclesiástico me indica lo que debo querer o lo que debo omitir, aunque esto choque con mis proyectos o con mi manera de pensar, me eleva siempre a un plano más amplio y general, al plano del bien común. La limitación que experimento, la fricción por el contraste que produce, es la contribución necesaria para este ensalzarme. En aquel momento mi humanidad crece, es más plena. Y cuánto más unido me siento a los demás, descubro que es mayor mi fraternidad con ellos. Esto, en efecto es el fruto de la comunión. La obediencia, lejos de ser un obstáculo, se convierte así en un medio indispensable para la fraternidad humana. (…) Muchas veces al hablar de esta virtud, se presentan sólo los aspectos ascéticos de la misma: cuánto progresa el alma con la renuncia a la propia voluntad, cuánto se libera de las pasiones etc. Y ciertamente es verdad, pero además proporciona algo mejor, nos hace partícipes de la humanidad de Cristo místicamente, nos permite experimentar en nuestro corazón los mismos sentimientos de Jesús. (Cf Fil. 2,5). María Santísima es el modelo por excelencia de esta obediencia interior. Cuando responde al ángel: “He aquí a la esclava del Señor”. Cuándo para seguir el edicto del emperador romano, va a Belén; cuando “con toda prisa” sigue la inspiración de ir a asistir a Isabel; cuando en las bodas de Caná pide a Jesús un milagro; cuando en el Calvario da al Hijo de Dios para estar con Juan; cuando en medio de los apóstoles ora en espera amorosa del Espíritu Santo; su vida es un continuo obedecer sólo a Dios, obedeciendo a los hombres y a las circunstancias. Y reviviendo en nosotros a María, participaremos de su misma intimidad, de su misma docilidad. Como el focolarino Andrea Ferrari que, moribundo, con la sonrisa en los labios a quien lo preparaba para aceptar la voluntad de Dios, le decía sonriendo, con una agudeza que manifestaba su íntima unión: “ Hemos aprendido a reconocerla siempre, incluso en el rojo de un semáforo”. De: P. PASQUALE FORESI – Palabras de Vida – Ciudad Nueva 1972 – pág.95-98
Dic 8, 2017 | Focolare Worldwide
La paz, el respeto de la dignidad y de los derechos de cada pueblo, el diálogo a todo nivel, son los objetivos altísimos dejados como herencia a los pueblos visitados por el Papa Francisco en su reciente viaje a Asia. En estos días están llegando algunos testimonios de la comunidad de los Focolares de Myanmar, quienes, junto a otros, han trabajado en la preparación de distintos aspectos y durante el desarrollo de este viaje: en las traducciones, el servicio de orden, la asistencia médica, la orquesta de las celebraciones. He aquí algunos: «La venida del Papa Francisco para nosotros ha sido la realización de un sueño. Se necesitó tiempo para que el estupor se transformara en conciencia de lo que realmente estaba sucediendo». «Las lágrimas corrían por las mejillas de los ancianos. Pero también los jóvenes , por más que sea difícil para ellos entender el alcance del evento, lo gozaron». Los católicos, una pequeña minoría del país, se sintieron animados: «Éramos una grey pequeña y aislada. Finalmente hemos visto de cerca a nuestro pastor. Ahora este pueblo ya no está al margen, sino bajo los reflectores del mundo. Finalmente ha sucedido algo de lo que estamos orgullosos. El Papa está en Myanmar». «No debemos tener miedo de nada».
Gennie trabaja con los “desplazados internos” (IDP, Internally Displaced Persons), es decir civiles que se han visto obligados a huir de las persecuciones, y a diferencia de los refugiados, no han atravesado una frontera nacional. En la mayoría de los casos, a la espera de una nueva esperanza de vida, no tienen ni asistencia ni protección. Después del paso del Papa Francisco, ha escrito: «Hoy esta esperanza se ha renovado. Personalmente mi esperanza está en el Amor, y de ahora en adelante está viva en mí». Desde su ciudad, Loikaw, capital del Estado de Kayah, un territorio montañoso en Myanmar oriental, el 28 de noviembre partió para Yangon, junto con un grupo de unas cien personas, provenientes de aldeas más alejadas del Estado. Viajaron en 5 microbuses. «Este viaje lo organizó nuestra parroquia. Ver al Papa era un sueño para nosotros. Salimos a las 9 de la mañana y nos esperaba un viaje de 10 horas. Estábamos llenos de entusiasmo, rezábamos y cantábamos. Tomamos un camino más corto, pero tortuoso, para poder llegar antes. EN cambio, uno de los microbuses tuvo problemas en el camino, y empleamos casi veinte horas para llegar, porque no queríamos dejar solos a nuestros compañeros. Ninguno se lamentó».
Eran casi las 5,30 de la mañana cuando llegó el grupo al Kyaikkasan Ground de Yangon, donde estaba por iniciar la Misa, seguida no sólo por la minoría católica, sino también por musulmanes, budistas y fieles de distintas religiones. «Nuestro grupo no pudo entrar, pero nos pusimos cerca de una de las entradas. A través del Papa, se sentía el amor de la Iglesia por los más pequeños. Entre toda la población se percibía un amor muy fuerte, no sólo entre los cristianos. El chofer del taxi que tomamos nos dijo que desde tempranas horas de la mañana transportaba gratuitamente a las personas que iban hacia el Estadio, pero también en los autobuses y en los trenes se podía viajar gratuitamente». Una joven budista, después de participar en la Misa, escribió: «También aquí me sentí en familia. Advierto la paz en lo profundo de mi corazón». Prosigue Gennie: «Es sorprendente el cambio en los criterios de quienes deben ser ahora, para nosotros, los “vip”: lo recuerda el Magníficat… ensalzó a los humildes, colmó de bienes a los hambrientos».
Debemos agradecer a todos por esta experiencia «a los Yangonianos, siempre pacientes con la multitud, a quienes prepararon este evento, pero sobre todo al Santo Padre que ha decidido venir a un país tan lejano. Es un alba nueva para Myanmar». Valentina es médico. Junto a los médicos del servicio sanitario prestó asistencia ininterrumpida: «Fue una ocasión que nos puso a todos juntos, sin fronteras. Nosotros médicos, católicos y no católicos, estábamos muy cansados, pero recibimos una “gracia”, la de lograr amar sin detenernos nunca». Jerome, en cambio, trabajó como traductor: «Para mí fue especialmente bello ver a los jóvenes a la espera desde primera hora de la mañana delante de la catedral de Saint Mary, en Yangon. Al terminar la misa el Papa se dirigió a nosotros, nos animó con fuerza a trabajar por la paz. Ahora me siento llamado a una mayor generosidad, a ser valiente y alegre, como nos ha pedido».
Dic 8, 2017 | Sin categorizar
Se celebra hoy, 8 de diciembre, una de las fiestas más sentidas y populares que la Iglesia Católica dedica a la Virgen María: la Inmaculada Concepción. La fiesta cae en el día en que, en el 1854, el papa Pío IX, con la bula “Ineffabilis Deus”, decretó que la Virgen María, “por singular gracia y privilegio”, fue preservada de la común herencia del género humano, de la culpa original, desde el primer instante de su concepción. Tal formulación, sigue a una larga serie de dísputas teológicas acerca del nacimiento de la madre de Jesús. En Oriente, desde el VI siglo d. C. se celebraba una fiesta de la concepción de María, difundida en Ocidente a partir del siglo X. La solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María se recuerda en el contexto del Adviento y de la Navidad, uniendo la espera del nacimiento de Cristo con la memoria de la Madre.
Dic 7, 2017 | Sin categorizar
“Yo creo que Dios puede y quiere que nazca el bien de cada cosa, también de la más malvada”. Así se expresaba Dietrich Bonhoeffer a fines de 1942, en plena guerra mundial. En el momento más cruel y terrible que la historia del Novecientos conoció, haciendo un balance del año 1943, este gran testimonio logra aún confiar más allá de toda esperanza, creer con firme fe y segura en la acción providencial de Dios en la historia. La lucha entre el bien y el mal, el pecado y la gracia a través de la historia. Era éste el contexto histórico que hacía de fondo al nacimiento del Movimiento de los Focolares. En su edificación se colocó la primera piedra en Trento, precisamente en 1943, el 7 de diciembre, con la donación que una joven de veintitrés años hizo a Dios de su propia vida: Silvia Lubich, que como terciaria franciscana había tomado el nombre de Chiara. Ese día hasta las condiciones meteorológicas parecía que iban en su contra, como surge del relato de Chiara, que cuenta su ida, al alba, de mañana, hacia el colegio de los Capuchinos, a la ceremonia privada durante la cual se consagraría a Dios para siempre: “Una gran tormenta, de modo que tenía que avanzar empujando el paraguas hacia adelante. También esto tenía un significado. Me parecía que expresaba que el acto que estaba realizando encontraría obstáculos. Esa furia de agua y de viento contrario me parecía un símbolo de algo adverso. Llegando al colegio se produjo un cambio de escena. Un enorme portón se abrió solo, de forma automática. Sentí alivio y acogida, casi los brazos abiertos de par en par de ese Dios que me esperaba”. Este “cambio de escena” se reflejó en su vida. La plenitud y sacralidad de ese acto que ocurrió en el secreto y en la pobreza (tres claveles rojos fueron el único signo externo de fiesta) en el alma de Chiara Lubich eran más sonoros que las atrocidades de la guerra que permanecía como trasfondo, casi “como el marco de un cuadro”. La realidad más verdadera para ella era lo que Dios, descubierto como Amor, iba edificando. “Existía un ideal, uno sólo, que nunca desaparecería, ni siquiera con nuestra muerte. Era Dios. Y a Dios nos apegamos con todas las fuerzas del alma. No adherimos a Él porque no había quedado nada, sino porque una Fuerza en nosotros nos hacía felices de haberlo encontrado en la vida como el único Todo, el único Eterno, el único digno de ser amado porque no pasa. El único pues, que saciaría las exigencias de nuestro corazón. Desde hacía ya varios años recibíamos la S. Comunión cotidianamente y creíamos que éramos buenas cristianas, porque pertenecíamos a varias asociaciones católicas. Sólo cuando Dios nos quitó todas las cosas para donarse a nosotros, Él sólo, comprendimos por primera vez el primer Mandamiento de Dios: “Ámenme con todo el corazón, con toda la mente…” Lo comprendimos porque solo en ese momento sentíamos verdaderamente que teníamos que amar así, de forma total, con la mente, el corazón, las fuerzas, para no engañarnos”. Lucia Abignente, “Qui c’è il dito di Dio”, Città Nuova, Roma, 2017, pp. 25-26.
Dic 6, 2017 | Sin categorizar
En el 2005, con ocasión del congreso internacional de expertos de las Ciencias Sociales, Chiara Lubich decía: “El amor fraterno establece por doquier relaciones sociales positivas, aptas para hacer el consorcio humano más solidario, más justo, más feliz”. A partir de ese año se ha ido desarrollando un rico debate promovido por “Social-One, Ciencias Sociales en diálogo“, que involucra a docentes, profesionales de Trabajo Social, representantes de las instituciones públicas, con el fin de adoptar el concepto del amor como categoría en el análisis de la sociedad y como instrumento de intervención. Con este espíritu, entre el 11 y el 14 de diciembre tendrá lugar en la Ciudadela Santa María Igarassu, en Brasil, la escuela de verano internacional con el título: “Actuar agápico y realidad social: Imaginación sociológica para promover el desarrollo, para construir el futuro”. El evento es organizado por Social-One en colaboración con el Departamento de Sociología de la Universidad Federal de Pernambuco y el Centro Universitario Tabosa de Almeida. Un denso programa de conferencias y talleres involucrará a los participantes provenientes de Europa y América Latina, en un diálogo continuo sobre temas como la desigualdad, el don, la fraternidad y el amor al servicio de la inclusión social. En el sito todos los detalles de la escuela y el programa.
Dic 6, 2017 | Sin categorizar
No rival, sino hija Por mucho tiempo viví momentos muy difíciles en la relación con mi esposo Martín debido a mi suegra. Ella no lograba desapegarse de su hijo y consideraba que yo le había robado su afecto. Estaba a punto de abandonar a mi marido, la casa y los hijos, cuando me llegó la Palabra de Vida del mes. Ese comentario me lo enviaban puntualmente unos amigos, pero yo no lo leía nunca, aunque me consideraba cristiana. Pero me sentía tan mal que Dios me parecía lejano. En esa ocasión en cambio lo leí, y desde la primera frase sentí que estaba dirigido a mí. Entre lágrimas, le imploré ayuda a Dios. Días después Martín y yo participamos, . Entre lágrimas, le imploré ayuda a Dios. Días después Martín y yo participamos, como última tentativa, en un encuentro para familias. En el clima de apertura que se estableció, encontramos la fuerza para pronunciar un nuevo Sí”. Significó un viraje en mi vida. Siempre gracias al apoyo de otras parejas, logré conquistar el afecto de mi suegra. Con el tiempo empezó a considerarme una hija y no una rival. Cuando se enfermó, la asistí con amor y dedicación, preparándola al encuentro con el Padre. (Lucero – Colombia) Providencia La mañana del 24 de diciembre fui al mercado para comprar la comida de la cena de Navidad. Pero todavía no había comprado las bebidas. Regresando a casa, encontré una carta. Era de unos conocidos que me pedían un préstamo. La suma correspondía al dinero de las bebidas. Lo consulté con Guiselle y respondimos: „Se lo enviamos como regalo, ¡no se preocupen por devolverlo!”. También con agua fresca transcurrimos una noche maravillosa entre cantos y música. Días después, nos llegó una suma inesperada superior a aquella de la que nos habíamos privado. (G.P. – Kenia). En la estación Estaba por ir donde mi hija, quien vive en otra ciudad, cuando llegando a la estación me di cuenta de que, por haberme detenido y acoger a una persona, la posibilidad de aprovechar el descuento para los ancianos se había vencido. Pensando en que valía más haber hecho un acto de amor que una reducción sobre el boleto encontré la serenidad. Sólo que, mientras estaba en la caja, el empleado me dijo que por ese día, y sólo por ese día, había un precio reducido único para todos los destinos. El descuento era más del doble del que me habrían dado por el carné de persona mayor. (G.M. – Italia) El riesgo A veces uno de nuestros hijos invitaba a dormir a casa a un amigo, una persona poco confiable. Ante esta situación, mi esposo y yo decidimos interesarnos en él, y descubrimos que se había ido de su casa, que sufría de depresión, y, además de que bebía, usaba drogas, y que se las había ofrecido también a nuestro hijo. A pesar del temor ante este riesgo, tratamos de amarlo como nos enseña el Evangelio. Un día nos dijo confidencialmente que había dejado de drogarse y que quería vivir como nosotros. “La vida de ustedes tiene sentido”, nos dijo. Con el tiempo, además de ayudarlo a desintoxicarse, contactamos a sus papás quienes empezaron a hacerse cargo de él. (C.A. – Brasil)
Dic 5, 2017 | Sin categorizar
Dic 4, 2017 | Focolare Worldwide
Masaka, Campala, Entebbe, el Gran Lago Victoria. Es la geografía de los traslados de Henry en ‘su’ Uganda, la “perla de África”. Desde su pueblo nativo, a los estudios de Economía en la Universidad de la capital, hasta las orillas del lago más grande del continente. Un territorio tan vasto que puede contener más de tres mil islas. De aquí brotan las aguas del Nilo Blanco que desembocan en el río africano más largo, el Nilo. Todo tiene dimensiones grandiosas en Uganda: los parques, las selvas impenetrables, las reservas naturales. Los sueños de Henry son también grandes. «En Masaka, donde asistía a la Universidad, había notado que la gente no tenía nunca tiempo para cocinar»– Para resolver este problema Henry proyecta y comienza una empresa de productos basados en carne y pescado. Con tan solo 24 años, junto con otros dos coetáneos, Henry funda, en Entebbe, la “Sseruh Food Processing company Ltd”.
En otra parte del mundo, en Argentina, otro empresario, Gonzalo Perrín, ya desde hacía algunos años había encaminado la empresa, la Pasticcino, que produce galletitas para diversas cadenas de cafeterías y supermercados de café. Impulsado por el espíritu de la Economía de Comunión, Gonzalo se trasladó al Polo “Solidariedad” de la ciudadela “Mariápolis Lia”, promoviendo, con su actividad, una cultura orientada a los valores de la reciprocidad, de la atención a las personas carenciadas y al ambiente. Pasaron dos años desde que, en junio de 2015, Gonzalo viajó a Masaka, en ocasión de una visita a la comunidad africana. Henry, que en esa época era un estudiante de 22 años, era un empresario “novato”. Pero Gonzalo intuyó que su proyecto poseía todos los componentes para transformarse en un buen “business”: la idea, la atención por los detalles, la calidad del producto.
Lo que más le asombraba a Gonzalo era el proyecto del empaquetamiento, realizado con materiales simples, pero con la creatividad y responsabilidad de alguien que tiene la vena empresarial. Fueron suficientes pocos minutos para convertirse en amigos. « No olvidaré nunca la visita al pueblo de Henry- recuerda Gonzalo-. El calor y la alegría de su gente, la maravillosa acogida con el sonar de los tambores que, habían preparado para nuestra pequeña delegación de amigos argentinos; y el abrazo, porque el verdadero encuentro se produce con el abrazo» Para sellar ese encuentro Gonzalo se sacó su pañuelo y lo anudó en el cuello de Henry: «Cuando hayas terminado los estudios, te espero en Argentina». Ese momento llegó. El verano pasado Henry se encontró con Gonzalo. Cuenta: _ «Después de haber enfrentado todos los obstáculos para obtener la visa, finalmente subí al avión. Después de un viaje de 21 horas, en el aeropuerto de Ezeiza, a las 3.30 de una fría noche de invierno, encontré a mi amigo Gonzalo esperándome». Era una oportunidad única para Henry, que acompañó a Gonzalo a las reuniones con los clientes y en las diversas fases del trabajo. «Como empresario, conocí muchos aspectos de la industria alimenticia y pude apreciar los sacrificios necesarios para concretar una empresa motivada por el ideal». El joven ugandés en Argentina descubrió el asado – presente en todas las ocasiones de encuentro con cada familia”- el mate- “muy cercano a los ritos sociales de la cultura africana, en particular en la zona de Bugana, donde los granos de café se comparten como signo de unidad”-, el típico saludo hola- para mi casi un signo de paz- y también la experiencia del invierno– “¡ni siquiera imaginaba que existiera un frío de ese tipo!”. Ahora Henry ha vuelto a Uganda: «He proyectado anexar a la empresa la construcción de estanques para asegurar la provisión constante de pescado fresco, y tal vez, exportarlo también fuera de Uganda y de África. Muchos jóvenes africanos prefieren ser trabajadores dependientes. Pero los que eligen el camino empresarial trabajan con pasión y ésto hace la diferencia». La amistad y colaboración entre las dos empresas continúa. Desde continentes lejanos, pero en las orillas del mismo Océano. Fuente: Economia di Comunione online