Embu, una comunidad a los pies del Monte Kenia
https://vimeo.com/171597089
https://vimeo.com/171597089
«”Un incendio nunca comienza con un gran fuego, sino siempre con una pequeña llama. Hoy, estamos aquí para encender esa llama”. Estas palabras de Mons. Gaspard Béby Gnéba, pronunciadas en las “Jornadas de la misericordia y de la fraternidad entre los pueblos” expresan cómo fue la experiencia que vivieron», escriben Vitoria Fransiscati y Bertin Lubundi desde la ciudadela de los Focolares en Man, la Mariápolis Victoria, al concluir las “Jornadas de la Misericordia”, organizadas por los Focolares por iniciativa del Obispo de Man, desde el 24 al 26 de junio pasado. La preparación dio pie a realizar una serie de encuentros entre las categorías más variadas, en una diócesis que cuenta solo con el 6% de personas bautizadas. Las ocasiones de diálogo, por lo tanto, ¡no faltaron! En la jornada de formación sobre la Fraternidad en la vida política, el 25 a la mañana, estuvieron presentes 15 jefes tradicionales y 18 imames de los 33 barrios de la ciudad. Resolución de los conflictos, pensamiento y experiencias sobre el “ejercicio del poder” según la espiritualidad de la unidad, fue uno de los temas que trataron juntos y que despertaron una viva polémica. Entre todos los testimonios, uno muy interesante, fue el del Imam Rev. Koné, de la mezquita más importante de Man. Habla de su relación con el obispo católico: “Fue él el primero en venir a verme, él me amó antes que yo a él. Elaboramos un trabajo en conjunto; ahora llegó el momento de ponerlo en práctica: deberemos instruir a nuestros fieles, aprender a respetarnos, aceptar nuestras diferencias y conocer la fe el uno del otro”. Estas jornadas comenzaron la noche anterior (viernes 24 de junio) con un concierto que tenía por título, “Muchos pueblos, una familia”, que contó con las actuaciones de algunos grupos artísticos de diversas etnias. Las Jornadas de la Misericordia despertaron la ciudad de Man con una marcha por la paz. Cristianos y musulmanes juntos, caminaron 7 km desde el centro de la ciudad hasta la ciudadela de los Focolares. Luego se realizaron una serie de visitas, para llevar regalos a 32 familias pobres, llegando así prácticamente a todos los barrios de Man. Los protagonistas fueron el obispo, con su delegación y las familias. «Momentos de emoción y de alegría de las personas que fueron visitadas, también por la sorpresa de ver que el obispo personalmente llevaba un regalo sin esperar nada a cambio, como lamentablemente sucede a menudo, sobre todo por parte de algunos políticos que lo hacen para “comprar un voto”, escriben desde Man. Un comienzo, para llegar a realizar un sueño, como lo expresó el Obispo: «Un proyecto de formación para quien tiene la responsabilidad en la sociedad: políticos, administradores, los que trabajan en el diálogo interreligioso», para continuar «viviendo la misericordia en la vida social» El reportaje de RTI (Radio Televisión de Costa de Marfil) en francés https://www.youtube.com/watch?v=yvsr0KwISTs&feature=player_embedded Maria Chiara De Lorenzo
«La ilusión y el sueño son las características de este proyecto», cuenta Flavia Cerino, abogada, coordinadora de las actividades en Sicilia. En la compleja realidad de las migraciones, encontró uno de los problemas más urgentes: el de los menores extranjeros no acompañados (MENA) que desembarcan en las costas italianas extenuados por los largos viajes, pero todavía llenos de esperanza en el futuro. Entre los migrantes que llegan a Europa, sin duda los menores no acompañados son los que más necesitan apoyo. En los primeros 5 meses de 2016 (fuente UNICEF) se registraron en Italia 7.000 llegadas, el doble con respecto al mismo periodo del año anterior. «Para poderse quedarse legalmente en Italia, agrega Flavia, estos muchachos necesitan insertarse en el mundo del trabajo lo más rápido posible. Si no logran hacerlo y no regularizan sus papeles, una vez que alcanzan la mayoría edad, se convierten por ley en clandestinos, con el riesgo concreto de entrar en los círculos de la delincuencia».
«Por mucho tiempo reflexionamos juntos sobre la situación y las posibles intervenciones, agrega Francesco Tortorella de AMU – Acción por un Mundo Unido, uno de los promotores del proyecto. Nos confrontamos también con varios profesionales que conocen el problema en sus mínimos detalles. La Cooperativa Fo. Co., otro ente promotor, que desde hace años trabaja con los jóvenes migrantes y los acompaña en sus trayectorias de vida. Además fue fundamental, desde el inicio, la contribución de AFN – Acción por Familias Nuevas: los chicos antes que nada necesitan una familia, en el sentido más amplio y profundo de la palabra». La primera fase del proyecto “Conformar una red más allá de la Acogida” empezó oficialmente el pasado 6 de junio, en Catania y en Ragusa, con la puesta en marcha de un programa de formación profesional. Se seleccionaron 43 jóvenes, entre los cuales 11 italianos que, por distintas situaciones de inadaptación social, viven en albergues. La presencia de chicos italianos es una fortaleza del proyecto, que quiere apoyar a jóvenes en condiciones de vulnerabilidad, independientemente de su ciudadanía. La formación durará hasta octubre, incluidas las primeras prácticas empresariales; la segunda fase del proyecto, tal vez la más innovadora, involucrará en todas las provincias italianas, tanto a empresas disponibles a insertar a jóvenes en equipos de trabajo, como a familias en las que lo jóvenes puedan encontrar un núcleo de relaciones estables, indispensable para su inserción social. En toda Italia se constituyeron nudos territoriales: una verdadera red de seguridad para poder vincular la disponibilidad de familias y empresas con las necesidades de capacitación y trabajo de los chicos. Las empresas que adhieren a Economía de Comunión y al AIPEC tendrán un papel fundamental. Es a partir de estas redes que se busca ofrecer oportunidades de trabajo a los jóvenes que participarán en el proyecto.
Por su parte, AFN osfl ha activado desde hace varios meses su red de familias, promoviendo la disponibilidad a la acogida de los jóvenes, por ahora se ha hecho la experiencia en los periodos de vacaciones. «A finales de 2015, escribe Paola Iacovone, 7 chicos que viven en comunidad pudieron hacer una experiencia de familia que fue para todos, también para quienes los acogieron, muy positiva. Provenían de Egipto, Malí y Senegal, eran cristianos copto ortodoxos y musulmanes, y los acogieron familias de Roma, Lanciano, Ancona y Cosenza». En fin, ¡la aventura sólo acaba de empezar! Las instituciones brindaron una óptima acogida al proyecto; si este primer modelo experimental funcionara, se podría sin duda proponer y realizarlo a mayor escala, tal como todos desean. En el sito del proyecto todos los detalles y las informaciones para adherir y contribuir.
A finales de 2013, empezaron los disturbios en Kiev que desembocaron, en abril de 2014, en la revolución de Ucrania del este. Desde entonces todo quedó igual. Situaciones que ocupaban las primeras páginas de los periódicos, y de las que los medios de comunicación ya no hablan. Pero la violencia sigue manteniendo paralizada a la población que vive en condiciones dramáticas. En Ucrania viven pequeñas comunidades de los Focolares (Mukácheve, Leópolis, Kiev), que tratan de responder al mal que los rodea. En los últimos meses se realizaron varios viajes, y la visita de un pequeño grupo de los Focolares de Eslovaquia a la capital, Kiev y a Járkov, ciudad en el noreste del país. Elena Vladova y Martin Uher comparten su experiencia directa. «Por el éxodo de personas en edad laboral, en las familias se han quedado sólo los ancianos, tal vez uno de los padres y los niños de varias edades. Estos niños son “huérfanos sociales”, como afirma Su Beatitud Sviatoslav Sevcuk, el Arzobispo Mayor de la Iglesia greco-católica: “saben lo que es la familia sólo a través de internet y también en el futuro no sabrán crear una familia verdadera y sana”». Entre las entidades que valientemente tratan de dar vida a iniciativas humanitarias, se encuentra la Iglesia Católica a través de Cáritas y de los Institutos religiosos. Gracias, también a los numerosos llamados del Papa Francisco, como el del pasado 3 de abril, ha sido posible crear una red de ayuda y apoyo a los sectores más afectados, reconocida con gratitud por muchos, incluso por las autoridades gubernamentales. Está conformada por comedores para los pobres, centros de rehabilitación, casas de acogida para madres solteras y sus niños nacidos por la violencia. En este sentido resulta significativo el trabajo de las hermanas de Don Orione que han equipado una casa para cuidarlos. También los Focolares tratan de expresar su cercanía a las personas ucranianas con las que están en contacto, a través de las comunidades de Eslovaquia. Recientemente, en mayo, un grupo de Eslovaquia viajó a Kiev, la capital, para encontrarse con las familias y otras personas. «Visitar los lugares que fueron escenario de “la revolución”, hace dos años, es siempre muy impactante. Forman parte de la cultura contemporánea ucraniana. Están escritos los nombres de las personas que murieron durante los combates en la plaza Maidán de Ucrania y los de quienes murieron en la guerra en Ucrania del este (que todavía sigue en curso). La gente está orgullosa de ellos», escribieron a su regreso. «Muchos coloquios personales, mucho dolor con tantos temores que hay que llevar juntos… Y así las familias tratan de poner en práctica la invitación de S.B. Sviatoslav Sevcuk: “Necesitamos familias que sean ‘médicos’ para nuestras familias”».
«Cuando mi vuelo de la mañana de Boloña a Londres, que ya estaba atrasado debido a los temporales que arreciaban sobre la capital inglesa, empezó a volar en círculo sobre el aeropuerto por otros 20 minutos, entendí que sería casi imposible que lograra tomar el vuelo de coincidencia, de hecho poco después me encontré en una fila interminable junto a otros cientos de pasajeros que habían perdido su vuelo. Las compañías aéreas estaban congestionadas y también los teléfonos estaban bloqueados. La mayor parte de las personas logró soportar la espera durante una hora, pero cuando llegaron a ser dos y después tres, después mucho más tarde de la hora de la cena, la atmósfera empezó a volverse cada vez más tensa. Yo estaba cómoda con un libro, pero también yo empecé a agitarme cuando me di cuenta que iba a ser difícil ponerme en contacto con la amiga que tenía que venir a buscarme al aeropuerto de Estados Unidos. No soy muy locuaz con los desconocidos, sobre todo cuando viajo sola; pero a ese punto me sentí impulsada a mirar a mí alrededor y a recordarme que el calor y el alivio de la presencia de Dios se podían percibir también en esa fila caótica. Me di cuenta de que tenía un paquetito de galletas en la cartera, mediante el cual establecí un primer contacto con un estudiante hambriento que estaba detrás de mí. Fue suficiente para romper el hielo con todos los que estaban en esa parte de la fila. Cuando empezamos a contar nuestras historias y a solidarizarnos, Nos dimos cuenta de que podíamos ayudarnos recíprocamente. La batería de mi lap top era apenas suficiente para recargar el celular de una pareja alemana que necesitaba llamar a la familia, y esa pareja se puso a disposición para echarle un ojo a mi equipaje mientras que iba a buscar un lugar con Internet para poderle enviar un email a mi amiga. Un rápido saludo en italiano a otra pareja me bastó para darme cuenta de que otras dos parejas –ambas en el viaje de luna de miel- no entendían los anuncios que se hacían, así que se los traduje para que pudieran valorar las varias opciones. Después de cinco horas y media no se había encontrado un vuelo alternativo así que nos dieron un vale por una habitación en un hotel y una comida, y nos indicaron que llamáramos a las líneas aéreas desde el hotel. Así lo hice, entonces supe que tenía que ir de nuevo al hotel después de pocas horas. Mientras intentaba acomodarme en una silla del aeropuerto, tratando de dormir al menos un poquito, me di cuenta de que a pesar de la incomodidad, todas esas ‘conexiones’ que en cambio había construido con quien tenía a mi lado en el momento presente habían llenado mi día de un insólito de una sensación de paz. Al día siguiente llegué a casa, cansada, pero serena». Amy Uelmen, Bethesda, Maryland (Usa) Fuente: Living City Mayoo 2016 – www.livingcitymagazine.com
https://vimeo.com/171597196
Divine Liturgy at the Patriarchal and Stavropegial Monastery of Gonia. PHOTO: © POLISH ORTHODOX CHURCH/JAROSLAW CHARKIEWICZ.
«A aquéllos que ya se han donado a Dios con toda su mente, con todo su corazón, con todas sus fuerzas e incluso por encima de sus mismas fuerzas, en cierto momento Dios les pide que se lo elija una segunda vez. La primera vez habíamos entendido que a Dios había que amarlo por encima de todo. Pero si se pudiera seccionar esa elección nuestra, nos encontraríamos que en realidad contenía un 30% de amor de Dios, un 30% de hastío por la mediocridad y vacío en el que vivíamos, un 15% de alegría y de entusiasmo por el hecho de habernos donado a una causa tan hermosa y santa, para alguno quizás un 10% de remordimiento por los pecados cometidos en el pasado… (…) En realidad, es prácticamente imposible que la primera vez que elegimos a Dios seriamente, lo hayamos hecho con un amor total y pleno. Pero desde el momento en que entendemos que la perfección consiste sólo en la caridad, todos aquellos motivos secundarios que al principio nos ayudaron porque venían acompañados por nuestra buena voluntad y por nuestro deseo de amar a Dios, poco a poco salen a flote y nos molestan. Es lógico que salgan a flote, pues ya estaban allí anteriormente, como cizaña que ha crecido junto con el buen trigo, como dice el Evangelio de Mateo. Se trata de pequeños apegos, de defectos, de actitudes que no son en realidad santidad auténtica, porque no construyen el Reino de Dios sino que nos molestan a nosotros y a los demás. Quizás no son siquiera pecados veniales, pero no son tampoco amor puro. ¿Qué tenemos que hacer en ese momento? Una nueva elección de Dios. Es decir, querer que el motivo de toda nuestra vida sea solamente el amor de Dios, el amor puro, y ninguna otra cosa en absoluto. (…) Hay que hacer un salto de calidad: elijo amar a Dios por Dios, no por lo que siento, no por los frutos que produce sino por Él mismo, para responder con mi amor personal al Amor personal que Él tiene por mí. Debo encontrar en esta unión con Dios el motivo de mi existir, de mi vida cotidiana. Cuando se llega a tener esta relación con Dios, se llega a ser personas libres, no condicionadas. Cualquier cosa que suceda, cualquier calumnia, dificultad, preocupación, motivo de amargura, nada altera esa paz, porque se vive insertados en Dios. Y se encuentra en Dios esa unidad, esa alegría, esa serenidad que sólo el amor de Dios puede dar. (…) Lo cierto es que la elección de Dios hay que renovarla siempre. Quizás se nos pedirá una tercera elección y después seguirán otras , porque la vida en Dios es siempre nueva, inagotable y llena de sorpresas». Pasquale Foresi Fuente: Pasquale Foresi, Colloqui, Città Nuova Editrice, 2009