Movimiento de los Focolares
Europa en el presente

Europa en el presente

(C) Foto Haaf¿Cuáles son hoy los desafíos de Europa? ¿Cuál es la responsabilidad social y política frente a los otros continentes? ¿Qué contribución pueden ofrecer los movimientos cristianos? Son muchas las preguntas que abrieron la segunda jornada del Congreso, que tuvo lugar el 1º de julio. La misma se enfocó en el hoy del continente europeo con sus desafíos locales y mundiales. “Hay que dejar la Europa de los padres y construir la de los hijos – exhortó Marco Impagliazzo, presidente de la Comunidad de S. Egidio-. Los cristianos debemos volver a elegir a Europa, juntos, no podemos construirla solos. Europa no puede vivir para ella misma, debe vivir un cristianismo para los demás y con los demás. Ahora es el momento de un ‘humanismo espiritual’. La vida de las Iglesias y de las comunidades debe emerger y aportar su propia contribución” Gérard Testard de Efesia (París), puso el acento en la necesidad de la acción cristiana en la vida pública. No puede existir por un lado la ciudadanía celestial y por otro lado la terrenal. Hay que vivir ambas realidades juntas. Michael Hochschild, sociólogo y docente de pensamiento post-moderno en el Time-Lab de París, subrayó la importancia sociopolítica de los Movimientos y de las Comunidades espirituales en Europa. Pero para que esto ocurra, afirmó, “deben considerarse y demostrar, con mayor decisión, que son fuerzas “modelo” del panorama cultural. Deben convertirse en ‘Movimientos socio-civiles”. Afirmó además, que en un tiempo de incertidumbre y escasez de perspectivas, las Comunidades comprometidas en “Juntos por Europa” ofrecen modelos alternativos de vida. “Precisamente el miedo al futuro puede obligarnos a hacer todo lo que podamos para que éste sea mejor”, afirmó Herbert Lauenroth, experto en interculturalidad del Centro Ecuménico de Ottmaring (Augsburgo). Según su análisis, la situación actual de Europa nace como una reacción al miedo y a la inseguridad causada por una sensación de sofocamiento existencial. Esta situación al mismo tiempo representa un desafío: El miedo podría convertirse en una experiencia de aprendizaje. “Se trata de preferir aquello que es desconocido, extraño, lo que está en la periferia como lugar donde aprender la fe”. A través de la confrontación con los abismos es que la sociedad está encontrando que una nueva orientación sobre la base de la fe es posible. “Europa está atravesando la noche de sus principios, la noche de su rol en el mundo, la noche de sus sueños”, afirmó en su intervención la presidente de los Focolares María Voce. “La red ‘Juntos por Europa’ nos parece el sujeto capaz de inspirar a personas individuales o asociadas en su compromiso por una Europa libre, reconciliada, demócrata, solidaria y fraterna que puede ser un don para el resto de la humanidad” Steffen Kern de la Federación Evangélica de Wuerttemberg continuó la reflexión sobre Europa y la esperanza: “¿Dónde ponemos la esperanza nosotros, los cristianos? Hay que tener sentido de responsabilidad y asumir los dolores y las oscuridades de nuestras ciudades. Hemos fundado en Stuttgart, la Casa de la Esperanza que acoge a mujeres y a personas que están solas para testimoniar con nuestro compromiso que Dios no abandona a nadie”. Thomas Roemer (YMCA, Múnich), aclaró que si no sustituimos la Europa del miedo por la de la esperanza, ésta última corre el riesgo de morir. También Europa, al igual que los discípulos en otra época, se encuentra sobre la barca con Jesús. “Jesús está presente también en las tempestades; hay que tener fe. El subió a la barca para salvarnos”. Durante la tarde, “Juntos por Europa” abrió sus propios círculos de diálogo, de intercambio de ideas y de proyectos, a todos los que deseaban encontrarse con los protagonistas y tratar los temas de estas jornadas. En la mesa redonda sobre “Cristianos y musulmanes en diálogo”, surgió la necesidad de conocerse, encontrarse y trabajar juntos en torno a los desafíos sociales y culturales. Pasquale Ferrara, nuevo embajador italiano en Argelia, subrayó que el diálogo no lo hacen las culturas o las religiones, sino las personas. Es necesario sumergirse en lo concreto y en la realidad. Y el imán Bastami invitó a encontrar al otro, a conocerlo. Son muchas las ideas y los proyectos que surgieron del debate entre la filósofa de las Religiones, Beate Beckmann-Zoeller, el Dr. Thomas Amberg de la Iglesia Evangélica y el obispo francés, M. Dubost. En la mesa redonda “Hacia una Europa sostenible”, el Card. Turkson, el ingeniero ambiental Daniele Renzi, Hans-Hermann Böhm, y otros expertos aceptaron la invitación del Papa Francisco a realizar un debate serio y abierto sobre los cambios climáticos y los desafíos ecológicos. “Ciencias y religiones deberían dialogar –afirmó el Card. Turkson- para dar una contribución común a la sociedad”. “La mística del encuentro” puso en diálogo a exponentes de la izquierda europea con teólogos y filósofos de movimientos cristianos. “Con respecto a las últimas preguntas sobre el sentido de Europa: estamos más cerca entre nosotros de lo que pensamos”, afirmó Walter Baier, miembro del partido comunista austríaco y coordinador de la red europea, “Transform! Europe”. Jesús Morán, copresidente del Movimiento de los Focolares se expresó a favor de formas nuevas e inclusivas de integración de personas de distintas convicciones. Y concluyó: “La armonía entre nosotros en el día de hoy es motivo de gran esperanza” El cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los cristianos, habló de ‘Encuentro, reconciliación, futuro’ (las tres palabras que conformaron el título del evento), “Es Dios quien viene al encuentro y da el primer paso”. “Se puede perdonar sólo cuando se reconoce el mal, lo negativo, por eso hay que trabajar los corazones endurecidos”. Por esto los movimientos cristianos están “llamados a ser misioneros de la reconciliación, comenzando por la oración, traduciéndola después en vida cotidiana”.   Fuente: www.together4europe.org

De la noche del sueño europeo a una nueva cultura de unidad

De la noche del sueño europeo a una nueva cultura de unidad

(C) Foto Haaf«Es paradójico que la nueva Europa, nacida con la caída del Muro de Berlín, esté tentada, víctima del miedo, de encerrarse dentro de nuevos recintos, construyendo otros muros, con la ilusión de poder detener la historia que, una vez más, llama a sus puertas», afirma la presidente de los Focolares, María Voce, durante el congreso con 1700 representantes de Movimientos y Comunidades, que precede la gran manifestación pública del 2 de julio en el centro de Múnich. Presenta dos ejemplos que muestran cuán lejos están los ideales de unidad política, identidad, solidaridad y colaboración: «por una parte la gran lentitud para intervenir con ayudas y los encendidos debates que siguieron a la crisis de la deuda en Grecia y que han amenazado fuertemente las bases de la solidaridad entre los Países miembros de la Unión, llegando incluso a la hipótesis de la salida de Grecia del Euro; y por otro lado, la posibilidad de que Gran Bretaña decida salir de la Unión Europea, de forma deliberada y a través de un referéndum. También en este caso la cuestión de la solidaridad es central, porque la salida de la Unión no es como abandonar un club, sino que equivale, radicalmente, a abandonar a los socios con los cuales ya no se comparte más la misma motivación para estar juntos, el pacto fundacional». «Europa atraviesa la noche de sus principios, la noche de su rol en el mundo, la noche de sus sueños», afirma, vinculada a una gran desorientación provocada por la aparición de tres crisis contemporáneas: la crisis migratoria, económica y demográfica. ¿Cuáles son las razones más profundas de la situación de debilidad de la Europa de hoy? María Voce las atribuye a «la negación de Dios y de lo trascendente, fruto de la progresiva afirmación y difusión de la cultura laicista que quiere prescindir de todo vínculo con lo sobrenatural. Europa, en búsqueda de una total libertad, ya no reconoce que la propia cultura ha ido formándose a través de 2000 años de tradición cristiana; negar esto significa cortar las propias raíces y encontrarse como un árbol sin vida». «Por tanto ¿Todo se derrumba? ¿Se está destruyendo el sueño de unidad del continente?», se pregunta, pero la esperanza proviene precisamente del estar « aquí juntos, Movimientos y comunidades cristianas de Europa, porque creemos que existe algo que no se derrumba. Es el Amor. Es Dios Amor». «Todos nosotros – continua –podemos testimoniar, juntos, que un día hemos encontrado a Cristo y nos hemos dejado fascinar y atrapar por su Evangelio. Vivir sus palabras nos ha empujado a cambiar empezando por nosotros mismos para ir hacia los demás, construyendo relaciones de amor evangélico y haciendo surgir comunidades que son levadura en cualquier lugar en el que actúan. Hemos vuelto a descubrir una disponibilidad y apertura hacia todos, yendo más allá de los confines entre las Iglesias, entre las religiones, entre las razas y las culturas, en un diálogo a 360º hasta descubrirnos todos hermanos. De esta manera hemos descubierto la raíz de nuestra cultura europea y, sobre esta base, hemos intentado interpretar el tiempo presente que involucra, como nunca, al entero planeta y a toda la Humanidad, en una prospectiva que tiende al mundo unido. De hecho, actualizar hoy los ideales de paz, de justicia, de libertad, de igualdad, significa tener una dimensión universal que hace posible la fraternidad. Es necesario cultivar una visión consciente y responsable de un futuro de integración creativa, cuyas identidades no se anulan sino que juntas crecen, se enriquecen, actúan en favor de un mundo más justo y equitativo. Hace falta superar el paradigma de la seguridad entendida como protección y rechazo, una seguridad sólo ilusoria, para entrar en aquél más amplio de la “seguridad humana”, es decir una seguridad que considera en primer lugar a las personas y su destino, la preservación de la vida, la prospectiva de la esperanza». Una integración creativa, concluye, que « puede verse como un proyecto también en la red de nuestros Movimientos: todos hijos de Dios, unidos y diferentes, vinculados por el amor recíproco que genera la presencia de Dios entre nosotros (“Donde dos o más están unidos en mi nombre, yo estoy en medio de ellos” MT 18, 20). Es Él el don más grande que esta red de Movimientos y comunidades puede dar a Europa. Ésta es nuestra respuesta: el Resucitado entre nosotros que, a través de nuestros carismas, consuela, reanima, renueva. Juntos por Europa nos parece que es justamente el sujeto capaz de inspirar a las personas individualmente o asociadas, en su compromiso por una Europa libre, reconciliada, democrática, solidaria y fraterna: no un “viejo” continente, sino un continente vivo y vivaz, que descubre que tiene un proyecto para realizar y que puede ser un don para el resto de la Humanidad». Congreso Juntos por Europa – Múnich de Baviera, 1º de julio de 2016 Intervención de María Voce (texto integral)

Europa: Juntos en la esperanza

Europa: Juntos en la esperanza

(C) FotoHaaf

Martin Wagner, CVJM München (l) y Gabriele Deutschmann, CVJM Esslingen entrevistan al Obispo evangélico luterano Heinrich Bedford-Strohm, y al Card.Reinhard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana (C) IPE, Foto: Haaf

«Los Movimientos y las Comunidades cristianas pueden recomponer el continente europeo que se está polarizando cada vez más. Dijo el Obispo evangélico-luterano Heinrich Bedford-Strohm durante la primera mañana del Congreso a los participantes comprometidos en el red ecuménica de Juntos por Europa, reunidos en Múnich», señaló comunicado de prensa de Juntos por Europa al concluirse la primera jornada de trabajo. Son 1700 las personas reunidas con este fin en el Circus Krone, del 30 de junio al 1º de julio, provenientes de 200 Movimientos y Comunidades, de 40 países. «“Si no aclaramos las cuestiones urgentes de Europa, éstas nos atropellarán” – declaró en la apertura Gerhard Pross del Comité de Orientación internacional- “¡Europa debe aprender a compartir!”. Los quince años de experiencia de las Comunidades y Movimientos en “un proceso profundo de reconciliación en vista de la comunión, donde la diversidad es experimentada como riqueza” capacita a las Comunidades a contraponer a las fuerzas centrífugas de Europa un camino hacia una nueva Unidad», declara la red Juntos por Europa. Como «una comunión de servicio», la definió la presidente de los Focolares María Voce en la rueda de prensa al inicio de la manifestación, el 30 de junio en Múnich. «Y por eso», subrayó recordando los 7 Sí del 2007, «se asumen compromisos concretos», para sostener la vida, la familia, la creación, una economía solidaria, la paz, la responsabilidad personal y colectiva. «En este período nos hemos entrenado», explicó María Voce «y hemos descubierto que hay más fuerza e impacto si estas cosas las hacemos juntos. Superando nuestras diferencias, superando las fronteras, superando cualquier obstáculo. Hemos descubierto que también las instituciones tienen necesidad de ello, porque demasiado frecuentemente también ellas se encuentran solas afrontando problemas graves».
(C) Foto Brehm

Rueda de prensa del 30 de junio

El Cardenal Reinhard Marx y el Obispo Heinrich Bedford-Strohm, refiriéndose a los organizadores dijeron, «han dado un ejemplo convincente de su amistad y del camino hecho juntos. El ecumenismo del corazón promete mucho más para el futuro de las Iglesias de lo que se puede pensar, dijo el presidente de la Iglesia Evangélica de Alemania. La meta de la unidad se alcanza solo con una profunda reconciliación, subrayó el Card. Max. La fuerza para hacerlo proviene del encuentro: “el otro nos hace fuertes y nos ayuda en el camino de la reconciliación”». Se realizaron 19 Foros con temas distintos durante la tarde: fue una posibilidad de establecer un diálogo entre los participantes. Se presentaron proyectos e iniciativas de las distintas comunidades, pero también testimonios personales de fe. En el foro sobre “Los obstáculos para el ecumenismo”, en el que estuvo presente el Cardenal Kasper, presidente emérito del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los cristianos, hubo mucha participación. “¡En cuanto a las experiencias de aprendizaje y a las experiencias de reconciliación ustedes está en una posición de vanguardia importante!” dijo el experto en ecumenismo. Dejó entrever que próximamente podría haber una declaración conjunta de la Iglesia evangélico-luterana y la Iglesia católica sobre doctrinas concordantes sobre la Iglesia, el ministerio y la Eucaristía. Al final sobre las tendencias que parecen disgregar el continente, un argumento que emergió durante la rueda de prensa, intervino María Voce, afirmando que las «tendencias nacionalistas, separatistas, que circulan en Europa, son el fruto del hecho que Europa ha olvidado sus valores. No bastan las declaraciones de los representantes de las iglesias, se necesita la vida de los cristianos, y en esto nos sentimos especialmente comprometidos a dar nuestro aporte».

Llamado por la Naturaleza y la Humanidad

Llamado por la Naturaleza y la Humanidad

15173131963_dc28d74f12_bLlamado por la Naturaleza y la Humanidad Estimulados por las decisiones tomadas por nuestros líderes –por ejemplo recordamos, la institución de la Jornada de Oración por el Cuidado de la Creación (Patriarca Demetrio, 1989), el Evangelical Climate Initiative (2006) y la encíclica Laudato si’ (Papa Francisco, 2015). Reconociendo la deuda que los pueblos de antigua tradición cristiana hemos contraído con los pobres de la Tierra y las generaciones futuras a causa de la contaminación de la Biósfera, fruto antes que nada de nuestro progreso irresponsable en los últimos siglos. Conscientes de que la alarma por el cambio climático puede convertirse en una oportunidad de un nuevo desarrollo integral para todos los pueblos. Nosotros cristianos, abiertos a la contribución de todas las personas de cualquier convicción, nos comprometemos en la oración y en la acción para evitar la destrucción de la naturaleza y una nueva guerra mundial, adhiriendo a los siguientes diez desafíos:

  1. Transformar en proyectos de paz las armas esparcidas a nuestro alrededor, sobre todo las atómicas.
  2. Incrementar la investigación en las ciencias de la Biósfera y sus aplicaciones, para que puedan llegar a ser más seguras.
  3. Clasificar y reciclar los desechos domésticos e industriales.
  4. Intensificar el uso de fuentes de energía renovable.
  5. Realizar programas de reforestación y políticas forestales a todos los niveles (tanto local como internacional).
  6. Potenciar los transportes ecológicos, como los vehículos eléctricos y de hidrógeno, y el uso del transporte público local.
  7. Destinar cada vez más los hidrocarburos a la producción de sustancias y materiales útiles a la humanidad, en vez de usarlos para la combustión.
  8. Evitar el desperdicio de bienes preciosos comunes como el agua y los alimentos, asegurando una distribución más equitativa de los mismos.
  9. Respetar a los demás seres vivientes, reconociendo que cada cosa está en relación con el planeta.
  10. Transformar nuestras casas, nuestros barrios y nuestras ciudades, de manera que vuelvan a ser lugares caracterizados por la belleza, la armonía y la fraternidad.

¿Cómo?

  • Apoyando la posición asumida por nuestros líderes y promoviendo leyes que estén en sintonía con aquella, como el Convenio de París.
  • Promoviendo iniciativas según la “Regla de Oro” y sosteniendo las iniciativas de los demás, de cualquier convicción ellos
  • Pidiendo consejos a nuestras comunidades y cooperando con ellas para promover acciones en pos de salvaguardar la naturaleza y la humanidad.

Podemos alcanzar estos objetivos si empezamos ya, antes de que sea demasiado tarde. En especial, podremos contribuir a que los gases de efecto invernadero no superen valores peligrosos, como está previsto en el Convenio de París y como recomienda la comunidad científica».   EcoOne (www.ecoone.org/) Civilización del amor (www.civiltadellamore.org/)  

Voces desde Uganda, para reconstruir el país

Voces desde Uganda, para reconstruir el país

Gulu_UgandaGulu, situada en el norte de Uganda, es después de Kampala, la capital, la segunda ciudad del país. Muchos de trasladan a esta ciudad sea por estudio como por trabajo, y entre estos también Gloria Mukambonera, quien trabaja en el campo de la informática. Cuando en 2013 llegó a Gulu, se puso en contacto con la comunidad local de los Focolares, buscando a los que compartían su mismo ideal de paz que está en la raíz del Evangelio vivido. «Allí encontré una verdadera familia – cuenta- donde podía compartir las alegrías y los dolores. Tratamos de vivir también la comunión de bienes, siguiendo el ejemplo de los primeros cristianos, según las posibilidades de cada uno. Lo recaudado lo utilizamos para ayudar a quien padece alguna necesidad y para el tratamiento de las personas enfermas de la comunidad». Es una experiencia que lleva a mirar las necesidades que tienen los que nos rodean, que no faltan,  también debido a las consecuencias de la guerra que se siguen arrastrando. «Un día – cuenta Gloria- un sacerdote nos pidió que fuéramos a visitar a  las personas de una parroquia que queda a 4 horas de distancia, porque – nos explicó- existían conflictos inter-tribales y tal vez nosotros podíamos ayudar a que las personas se reconciliaran. Nos sugirió que les habláramos de nuestro compromiso en vivir el Evangelio y de las experiencias de paz y de unidad que nacen al vivir de este modo. En particular les donamos nuestro testimonio sobre el perdón, sobre cómo nos hemos ayudado a superar las divisiones entre nosotros a través del “arte de amar” que nace del Evangelio. El encuentro con los jóvenes del lugar fue algo muy especial. Leímos juntos la Palabra de Vida y compartimos las experiencias al tratar de practicarla, abriéndonos después a la comunión;  y también cantamos, jugamos y realizamos espectáculos teatrales…. En el diálogo abierto que continuó se podía percibir en ellos el deseo de comenzar a vivir en reconciliación» Fue una posibilidad de «convertirse en constructores de paz», como nos invitó a hacer el Obispo, «eligiendo el camino del amor evangélico para estar en grado de reconstruir el país, después de la destrucción causada por la guerra de los años pasados». 20160625-01Ibanda, está situada en la zona de Uganda occidental. Desde hace varios años vive allí un grupo animado por la espiritualidad de los Focolares, y el trabajo que hacen es el de transformarse a sí mismos para transformar el ambiente que los rodea, comenzando por las cárceles. «Cambió radicalmente nuestro modo de mirar las cosas y también el modo de actuar, sobre todo la actitud negativa que teníamos hacia los presos», cuenta Sara Matziko. «La frase del Evangelio: «Todo lo que quieran que los hombres les hagan a ustedes, háganlo a los demás» (Mt. 7, 12) nos dio ánimo para ir a visitarlos y rezar junto con ellos. Nos dimos cuenta de que algunos de ellos, desde hacía muchos años, no recibían los sacramentos. El sacerdote de nuestra comunidad vino con nosotros y pudo ofrecer este importante servicio». Lentamente se fue venciendo también la desconfianza que los familiares sentían hacia ellos y se fue construyendo una relación de amistad, hasta llegar a ir juntos a visitar a los reclusos. Durante estas visitas conocimos a un joven, Ambrogio, quien, después de haber cumplido su pena quiso seguir estudiando. «Lo ayudamos a completar el liceo», cuenta Sara. «Vivir la Palabra de Vida día tras día, mejoró la relación entre nosotros y con toda la comunidad. También el párroco nos acompaña en este camino que tratamos de compartir también con las otras comunidades parroquiales. Algunos de nosotros tuvimos la posibilidad de participar en el encuentro internacional de la Economía de Comunión que tuvo lugar en Kenia, en la ciudadela “Mariápolis Piero” (27 al 31 de mayo de 2015). Nos ayudó a  ir adelante con los proyectos que están en curso».

Palabra de Vida – Julio 2016

No hay nada más bello que oír que nos dicen: «Te quiero». Cuando alguien nos quiere, no nos sentimos solos, caminamos seguros, podemos afrontar incluso dificultades y situaciones críticas. Si además el quererse se vuelve recíproco, la esperanza y la confianza se refuerzan, nos sentimos protegidos. Todos sabemos que para crecer bien, los niños necesitan estar rodeados de amor, de alguien que los quiera. Pero esto es cierto a cualquier edad. Por eso la Palabra de vida nos invita a ser «buenos» los unos con los otros, o sea, a querernos; y nos pone de modelo a Dios mismo. Precisamente su ejemplo nos recuerda que quererse no es un mero sentimiento; es un «querer el bien del otro» muy concreto y exigente. En Jesús, Dios se acercó a los enfermos y a los pobres, sintió compasión por la multitud, tuvo misericordia con los pecadores y perdonó a quienes lo habían crucificado. También para nosotros querer el bien del otro significa escucharlo, demostrarle una atención sincera, compartir sus alegrías y sus pruebas, preocuparse de él, acompañarlo en su camino. El otro no es nunca un extraño, sino un hermano, una hermana que es parte de mí, a quien quiero servir. Todo lo contrario de lo que sucede cuando percibimos al otro como un rival, un competidor, un enemigo, y llegamos a desearle el mal, a machacarlo, a eliminarlo incluso, tal como, por desgracia, nos cuentan las crónicas de cada día. Aun sin llegar a tanto, ¿no nos sucede también a nosotros que acumulamos rencor, desconfianza, hostilidad o simplemente indiferencia o desinterés hacia personas que nos han perjudicado, que nos resultan antipáticas o que no pertenecen a nuestro círculo social? Querer el bien los unos de los otros –nos enseña la Palabra de vida– significa tomar el camino de la misericordia, dispuestos a perdonarnos cada vez que nos equivocamos. A este respecto, Chiara Lubich cuenta que, al principio de la experiencia de su nueva comunidad cristiana, había hecho un pacto de amor recíproco con sus primeras compañeras para poner en práctica el mandato de Jesús. Y a pesar de ello, «sobre todo al principio, no siempre era fácil para un grupo de chicas vivir la radicalidad del amor. Éramos personas como las demás, aunque sostenidas por un don especial de Dios; y también entre nosotras, en nuestras relaciones, podía depositarse polvo, y la unidad podía languidecer. Ocurría, por ejemplo, cuando nos dábamos cuenta de los defectos e imperfecciones de los demás y los juzgábamos, de modo que la corriente de amor mutuo se enfriaba. »Para reaccionar a esta situación, un día pensamos en sellar entre nosotras un pacto, al que llamamos “pacto de misericordia”. Decidimos ver cada mañana al prójimo con quien nos encontrábamos –en el focolar, en clase, en el trabajo, etc.– verlo nuevo, totalmente nuevo, sin recordar en absoluto sus tachas ni sus defectos, sino cubriéndolo todo con el amor. Y acercarnos a todos con una amnistía completa del corazón, con un perdón universal. Era un compromiso fuerte, que adquirimos todas juntas y que nos ayudaba a ser siempre las primeras en amar, a imitación de Dios misericordioso, el cual perdona y olvida»1. ¡Un pacto de misericordia! ¿No podría ser este un modo de crecer en bondad? FABIO CIARDI 1 C. LUBICH, El amor al prójimo, charla a un grupo de musulmanes, Castel Gandolfo, 1-11-2002.

Europa: Encuentro. Reconciliación. Futuro.

Europa: Encuentro. Reconciliación. Futuro.

Slide_Together4Unity_b   El resultado del reciente referéndum británico es uno de los muchos síntomas de la fragmentación de Europa, una confirmación más de que no son suficientes las medidas funcionales para dar sentido y convicción a una pertenencia común. Tiempos de crisis que invoca nuevas reflexiones y propuestas audaces. Un momento oportuno para Juntos por Europa, claro signo público de renovación del continente, con la etapa en Múnich, del 30 de junio al 2 de julio de 2016. Quien conoce Juntos por Europa sabe que no es un evento sino un camino de unidad en la diversidad que se inició en 1999 e involucra un número cada vez mayor – hoy más de 300 – de Movimientos y Comunidades de diferentes Iglesias de distintos países europeos, conscientes de ser parte de una minoría que confía. Un proceso que, a través del encuentro y la reconciliación, ha producido sus efectos: Comunidades y Movimientos prueban el sabor de encontrarse, se descubren complementarios, la mutua confianza cambia las personas. Programa. El 30 de junio y 1° de julio un Congreso en el Circus-Krone-Bau para 1.500 responsables y colaboradores, articulado en 36 foros y mesas redondas. Entre las participaciones destacadas, la del cardenal Peter Turkson. El 2 de julio un evento en la estación central Karlsplatz (Stachus) de Múnich, abierto a la ciudadanía. En programa las ponencias del Secretario general del Consejo Mundial de las Iglesias Olav Fykse Tveit, de los cardenales católicos Kurt Koch y Reinhard Marx, de los obispos evangélicos Frank Otfried July y Heinrich Bedford-Strohm, del metropolita ortodoxo Serafim Joanta, en representación de las diferentes Iglesias. De los Movimientos y Comunidades intervendrán Maria Voce (Movimiento de los Focolares), Gerhard Pross (YMCA Esslingen), Andrea Riccardi (Comunidad de San Egidio), Michelle Moran (ICCRS), Walter Heidenreich (FCJG Lüdenscheid), p. Heinrich Walter (Movimiento Schoenstatt). Activa, comprometida y creativa participación de los jóvenes desde su preparación. Papa Francisco y el Patriarca ecuménico Bartolomé estarán presentes a través de video mensajes. Una transmisión en vivo internet en 7 idiomas permitirá seguir el programa (www.togheter4europe.org). Los temas que se tratarán, entre los cuales integración y reconciliación, solidaridad con los más débiles, sostenibilidad y protección del medio ambiente, cristianos y musulmanes en diálogo, matrimonio y familia, economía, quieren centrarse en una responsabilidad que va más allá de Europa, porque según Maria Voce, «tiene que dar al mundo la experiencia de estos 2 mil años de cristianismo, que maduró ideas, cultura, vida, acciones que sirven para el mundo de hoy y que, lamentablemente, hasta ahora que no se han puesto en relieve». La edición de Múnich se apoya en un constante camino de compartir, de reflexión y debate de enfoques y experiencias. De relieve la mesa redonda en Ginebra del pasado 21 de abril, organizado por el Consejo Ecuménico de las Iglesias y por el Movimiento de los Focolares, titulado «Europa, qué identidad, qué valores». En esa ocasión, Pasquale Ferrara, diplomático y profesor universitario, afirmó que hoy en Europa, más que hablar de referencias a sus raíces cristianas, es necesario producir juntos «frutos cristianos». Y presentó como parte de la solución, «la “regla de oro”, que invita a que hagamos a los demás lo que nos gustaría que nos hicieran a nosotros». Esa regla – dijo Ferrara – «no es sólo un valor ético, sino que asume una dimensión política, porque está replanteando la naturaleza y el carácter de la comunidad política». Juntos por Europa se presenta como un de los sujetos capaces de interpretar esta dimensión, por inspirar y motivar a personas de distintas generaciones y comunidades que pertenecen transversalmente a los pueblos de Europa, para encarnar los valores de la justicia, acogida, reconciliación, paz en la vida cotidiana. Una tesela para poner en pie esa «Europa protagonista» que, según papa Francisco al Parlamento europeo en noviembre de 2014, «contempla el cielo y persigue ideales, mira, defiende y protege a los hombres, camina sobre tierra segura y firme, valioso punto de referencia para toda la humanidad». El evento en Múnich es patrocinado por la Unesco, el Consejo de Europa, el Parlamento Europeo y la Comisión Europea. Comunicado de prensa SIF