Jun 17, 2016 | Focolare Worldwide
«Cuando sonó el teléfono el domingo a la mañana, del otro lado del cable estaba el hijo de mi marido que gritaba y lloraba: un amigo suyo se encontraba entre las víctimas de la masacre de Orlando. Quedamos paralizados y también nosotros lloramos abiertamente. La tragedia había entrado en nuestra casa». Rachel sintió que la única respuesta posible a este dolor sin sentido era el amor, era reunir a la familia. «Nos unimos al momento de silencio de las 6.00 de la tarde, que hizo que toda la ciudad y el Estado se detuvieran, y luego fuimos a misa porque sólo Dios podía consolar a las familias, a los heridos, a los amigos y a nuestro hijo». El salón de belleza de Eva que queda a pocas cuadras del club y los colaboradores conocían bien a algunas de las personas que lo frecuentaban. «No había visto la Tv y no me había alarmado particularmente por las sirenas nocturnas y por lo tanto, me enteré del atentado sólo en la iglesia cuando anunciaron que un parroquiano nuestro había sido asesinado. Lo conocíamos. Estas personas, eran profesionales, eran nuestras amigas, no sólo gay. Lo que le ocurrió a ellos me podría haber ocurrido a mí o a mis seres queridos. Me pregunté si había dado lo mejor de mí misma para amar a quien estaba a mi lado. Esos disparos habían asesinado a jóvenes, pero yo no podía dejar que el amor muriera».

Una vigilia de oración por las víctimas de la matanza de Orlando
Son muchos los testimonios que se intercambiaron los miembros de los Focolares en las horas siguientes a la masacre de Orlando, donde en un conocido night club para Lgtb perdieron la vida 49 personas, asesinadas por Omar Matee, un hombre con serios problemas psíquicos, que quiso marcar ese gesto de muerte como una reivindicación religiosa. Las investigaciones hasta el momento demuestran que el Islam no tiene nada que ver con los homicidios perpetrados, dado que el asesino hace tiempo había sido identificado por su carácter belicoso y agresivo. «Las noticias de homicidios brutales como el del domingo parece que se han convertido en algo normal y sentía que estaba siendo contagiado por un sentimiento de insensibilidad – confiesa Martín. ¿Por qué seguir creyendo en la fraternidad y en el amor frente a esta misión imposible de revertir el mal? Cuando estos pensamientos abstractos tomaron el rostro de muchos amigos musulmanes, advertí físicamente la angustia y el dolor que estaban sintiendo al ser tachados nuevamente como terroristas. No podía ignorar las horas transcurridas dialogando con ellos, conociéndolos y en muchas ocasiones ayudándonos recíprocamente. No puedo y no quiero ignorar el bien que existe y que permite que este mundo se convierta en un mejor lugar».
El riesgo de que los musulmanes sean nuevamente acusados de favorecer actos de violencia es fuerte, pero la realidad es muy distinta porque justamente ellos fueron los primeros en donar su sangre para muchos heridos y en muchas ciudades la oración del fin de la jornada del Ramadán fue dedicada especialmente a los muertos de Orlando. Las edades de Sandra, Milagros y Joyce, juntas suman menos de 70 años. Se repitieron a sí mismas que el Evangelio es la única arma que no hiere a los demás, sólo al propio orgullo y al propio egoísmo. «Es completamente insensato todo lo que estamos viviendo, pero no dejar que el miedo nos detenga. Debemos demostrar que nuestro amor personal justamente porque comienza por el más pequeño, por la paz en nuestro ambiente de trabajo, por nuestro vecino, puede cambiar mucho, puede llevar perdón y esperanza» «Cuando el domingo a la mañana me enteré de la tragedia, que ocurrió lejos de mi casa, a personas que han hecho elecciones distintas de la mía, pensé que la diversidad no puede dividirnos: son nuestros hermanos y hermanas». Celi comenzó con este testimonio una cadena de oraciones y de comunión. «La única respuesta al odio y al terrorismo es no dejar de vivir con esta fe y sobre todo junto a todos aquellos que realmente no se rinden, y siguen ofreciendo la caricia de Dios, a pesar de sus muchas fragilidades».
Jun 16, 2016 | Focolare Worldwide
“Cristianos de fiesta” fue el título de un gran encuentro ecuménico realizado en Niza (Francia), donde Martin Hoegger, pastor reformado suizo, fue invitado a dar su testimonio sobre “Cristo, luz en mi vida”, y sobre cómo esta luz lo llevó del ateísmo a la fe. Reportamos una síntesis. La intervención integral se puede leer en francés en su blog. «Cuando tenía 18 años, me hacía muchas preguntas sobre el sentido de la vida. Me preguntaba qué estudios emprender. Estaba muy aferrado a la Filosofía y a la Literatura, pero lo que buscaba no era sólo la sabiduría. También quería conocer a Dios. Me inscribí en la Facultad de Teología de Lausana. Me atraía el estudio de la religión y pensaba que encontraría mi camino en la Teología. Pero a medida que avanzaba, aumentaban los interrogantes. Después de 10 meses me había vuelto ateo. Un día entré en una iglesia y dejé escrita mi rebelión en el atril: “¡Dios no existe!”. Entonces decidí dejar de estudiar, pero seguí haciéndome preguntas. Tiempo después, un amigo me invitó a participar en un encuentro en Aix-en-Provence, en una facultad de Teología protestante. Allí Dios me esperaba. Me impresionó la atmósfera de fraternidad que se vivía en ese encuentro. A la noche, me arrodillé en mi habitación y sólo una palabra salió de mi boca: “perdón”. Estaba sorprendido: ¿a quién dirigía esa palabra? En el fondo sabía por qué la había pronunciado: en esa época había entrado en conflicto con muchas personas y había herido a bastantes de ellas. Regresando a casa fui a visitarlas para pedir “perdón”. Cada vez era una experiencia nueva, de luz. Sentía que Cristo me esperaba en los demás, sobre todo en los más débiles. A partir de allí busqué un contacto con otros cristianos. Hasta ese día había vivido por mi cuenta. Ahora descubría la luz de Jesús Resucitado que ilumina a quienes se reúnen en Su nombre. Comparto con ustedes tres experiencias de la Palabra que tienen una fuerte dimensión ecuménica. La escuela de la Palabra: cuando era director de la Sociedad Bíblica Suiza entré en contacto con el Card. Martini, quien entonces era el arzobispo de Milán. Él reunía a miles de jóvenes mediante la propuesta de la lectio divina. A algunos dirigentes juveniles de las iglesias católicas, reformada y evangélica en Suiza les interesó esta experiencia. El Cardenal nos animó a lanzar una escuela ecuménica de La Palabra. Experimentamos que escuchar juntos a Cristo nos une profundamente. La Palabra de Vida, como “luz en mi camino” (Salmos 119,105). La Palabra de Vida la publica el Movimiento de los Focolares, con el que estoy en contacto desde hace unos veinte años. Se trata de tomar un versículo de la Biblia, meditarlo y profundizarlo durante todo el mes, pero sobre todo, de tratar de vivirlo en la vida cotidiana y compartir los frutos con los demás. En las parroquias donde he ejercitado mi ministerio he propuesto vivirla: renueva la parroquia. La celebración de la Palabra en la catedral de Lausana, el primer domingo a la noche de cada mes. La Comunidad de las Iglesias cristianas del cantón de Vaud, ha invitado a las 20 iglesias que forman parte de él. Desde el 2004, más de 100 celebraciones nos han reunido en este lugar. Son un aprendizaje introductorio al ecumenismo en donde descubrimos nuestras diversidades y gozamos por ellas. Nos anima a no tener miedo de la diversidad y a dar gracias por los dones encontrados en los otros, que no dejan de enriquecernos. Esta iniciativa es preciosa para ayudarnos como cristianos a caminar juntos hacia la unidad. Reunirnos juntos ante la presencia de Dios para escuchar su Palabra, es anticipar desde ya la plena comunión. Mediante la oración, el Espíritu Santo nos une. Por eso Cristo es luz en mi vida». Maria Chiara De Lorenzo Blog de Martin Hoegger Discurso del papa Francisco a la Directiva de la Comunión mundial de las Iglesias Reformadas.
Jun 15, 2016 | Senza categoria
La Carta “Iuvenescit Ecclesia”, firmada por el Cardenal prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Ludwig Müller, y por el arzobispo secretario, Luis Ladaria, fue aprobada por el Papa Francisco, y está dirigida a los obispos de la Iglesia Católica. Está centrada “en la relación entre los dones jerárquicos y los carismáticos para la vida y la misión de la Iglesia”. La Carta está injertada en el camino de la Iglesia “en salida”, en esta nueva fase de la historia y representa un motivo de alegría y de gratitud para las nuevas realidades eclesiales de las que el Movimiento de los Focolares es una expresión. Esta reciprocidad entre los dones jerárquicos y los dones carismáticos, de la que hace referencia la Carta, interpreta plenamente la experiencia que ha acompañado al Movimiento de los Focolares hasta hoy. Éste se encuentra inmerso en el cauce de las “olas de Movimientos” suscitadas por el Espíritu Santo para la renovación de la Iglesia en sinergia con sus Pastores, como afirmó el entonces Card. Ratzinger en mayo de 1998, en preparación al Jubileo del 2000. El Movimiento de los Focolares se siente ulteriormente motivado, por la “Iuvenescit Ecclesia”, a corresponder con autenticidad a la co-esencialidad entre dones jerárquicos y dones carismáticos que San Juan Pablo II indicó, siguiendo la línea del Concilio Vaticano II. Hoy día, dicha co-esencialidad se ha vuelto más que nunca necesaria para la vida y la misión de la Iglesia, al servicio de la humanidad, de sus expectativas, heridas e instancias, con el objetivo, comprometedor pero realista, de edificar todos juntos la civilización del amor. Lee el documento integral Fuente: Servicio de informaciones Focolares-SIF
Jun 15, 2016 | Focolare Worldwide, Senza categoria
La crisis de los refugiados en Europa interpela a todo el mundo, por sus dimensiones y sus muertes, las fronteras cerradas, y también por la gran generosidad de muchos. Esta noticia nos llegó desde Indonesia y los que escriben son los Jóvenes por un Mundo Unido de la ciudad de Medan (que tiene 4 millones de habitantes). «Los numerosos refugiados que acampan en Grecia nos interpelaban. Queríamos hacer algo. Decidimos por lo tanto vivir nuestra Semana del Mundo Unido de 2016, organizando un concierto para recaudar fondos para ellos. Ese concierto era también una expresión fuerte para afirmar que la paz es posible y comienza por nosotros mismos, a través de hechos concretos». «Teníamos dos meses para prepararlo; no era mucho tiempo, pero dijimos que lo íbamos a lograr y nos pusimos a trabajar sin prestarle atención al cansancio físico y a las dificultades económicas. Para cubrir los gastos de la organización fuimos a tocar nuestras canciones a los restaurantes, y tampoco faltó la providencia de Dios. Logramos así pagar el alquiler de la sala, una parte del sistema de sonido y otros gastos varios». «Cuando vi a todos esos jóvenes delante de mí – cuenta Ika- traté de no pensar en mí misma sino en los refugiados y me armé de coraje». Desde el punto de vista técnico – confiesan con simplicidad- «hubo muchos errores, pero la atmósfera de entusiasmo y de alegría de casi 350 participantes nos convenció de que ¡valió la pena!». Un coro de una universidad católica y 4 cantantes quisieron dar su contribución al concierto por la paz». «Se recaudaron € 600, que corresponde a 3 ó 4 meses de sueldo base en Indonesia. No es muchísimo, pero estábamos muy felices porque pudimos dar nuestro grano de arena por nuestros hermanos en dificultades» «Fue una experiencia extraordinaria – afirma Randi -. Sentí fuerte que las diferencias, tanto religiosas como de etnia, verdaderamente son bellas. Espero que muchos corazones hayan sentido el impacto y comiencen a amar con gestos concretos» «En un mural en el que estaba escrito “Let’s bridge”, los participantes dejaron por escrito su compromiso de construir la paz».
Jun 14, 2016 | Focolare Worldwide
Párroco de misericordia «Para comenzar el Año de la misericordia con un gesto concreto, le pedí perdón a mis parroquianos si no se habían sentido siempre amados por mí e invité, a aquél que lo deseaba, a acercarse y darnos un apretón de manos para sellar el pacto de vernos con ojos nuevos. Se formó una fila larguísima; con cada uno pude intercambiar alguna palabra. Al día siguiente, una parroquiana que no había estado presente vino a pedirme si podía repetir con ella ese gesto que había impresionado mucho a la gente del pueblo y que estaba teniendo muchas consecuencias» (I. S. – Hungría) Compartir «Estoy casi ciego. El compañero que me ayuda a estudiar me dio 1.220 chelines para comprar el medicamento contra la malaria. En la calle hacia la farmacia, me encontré con una señora pobre que me contó sus necesidades económicas. Para ayudarla le di 200 chelines. Poco después, delante de la farmacia, me encontré con otra mujer, también ella necesitada de dinero: no tenía lo suficiente para comprar un medicamento que precisaba. También en ella reconocí a Jesús que me pedía ayuda. Así que otros 200 chelines fueron para ella. Ahora, para comprar mi medicamento me faltaban 400 chelines. Estaba seguro de que Dios no me haría faltar su auxilio, así que entré igualmente a la farmacia. Y allí encontré un amigo que hacía tiempo no veía. Apenas le conté lo que me pasaba, él insistió en ofrecerme 500 chelines: más de lo que necesitaba». (R. S. – Tanzania) En el lavadero público «Éramos muchas las que estábamos en el lavadero público lavando nuestra ropa cuando llegó un hombre casi ciego con dos sábanas, una camisa y un turbante para lavar. Pidió que le hiciéramos un poco de sitio. Como nadie quería moverse, me dirigí a él: «Baba, dame tus cosas: te las lavo yo» Las otras se pusieron a reír. Antes de irse, el señor, contento con su ropa lavada, me dio su bendición y también un pedacito de jabón que cuidaba celosamente. Ahora nadie se burlaba. Al contrario, comenzaron a prestarse las cosas y a ayudarse entre ellas». (F. R. – Pakistán) Divorcio anulado «No fue fácil para Susanna aceptar mi decisión de pedir el divorcio. Sobre todo porque deseaba trasladarme a otra ciudad con la persona con quien había comenzado una nueva relación. Después de un rechazo oficial, la actitud de mi esposa cambió: me sorprendía su gran dignidad y no comprendía de dónde sacaba esa energía que le permitía tratarme bien a pesar de mi traición. Este pensamiento me quitó la paz. Un día la invité a almorzar a un restaurante: quería saber. Con simplicidad ella me confesó que había descubierto, a través de la cercanía con algunos amigos cristianos, el amor de Dios. Dios que nos ama siempre, a pesar de nuestra infidelidad, y está al lado nuestro también en los acontecimientos dolorosos de la vida. Esto fue suficiente para hacerme cambiar de idea. Susanna y yo recomenzamos» (L. M. – Usa)
Jun 13, 2016 | Focolare Worldwide
«Cochabamba es el corazón del país, la tercera ciudad boliviana. Está sumergida en un valle fértil, rodeada por la Cordillera de los Andes. Ya el viaje me prepara para escalar mis montañas personales para dar el salto de dejar atrás mi cultura, mis categorías, mis prejuicios, y estar así lo suficientemente libre para acoger la belleza de esta experiencia en la que cada uno será un don para el otro». «El 26 a la mañana visitamos el centro histórico, donde se respira un clima tradicional y culto y donde se conservan numerosas imágenes coloniales que yacen en muchos templos y en las grandes viviendas coloniales. Por la tarde nos dirigimos hacia la “Universidad Católica Boliviana San Pablo” para participar de un encuentro con 70 jóvenes de varias facultades. Después de las presentaciones teóricas, escuchamos unas experiencias, precedidas por una dinámica de grupo que preparó Aldo Calliera quien nos propuso buscar el “Norte”, ya que – dijo – “el mundo perdió su brújula”. Para la Economía de Comunión, lo sabemos, el norte es el Otro». «El día 27 de mayo empezó el 1° Congreso de empresarios EdC en Bolivia, del cual tuve la suerte de participaren vivo y en directo, observando, escuchando, para relatar un evento extraordinario, compuesto por muchas historias que apuestan a la comunión día tras día». «Ramón Cerviño, empresario argentino, nos recibió mientras nos recordaba que vinimos para hacer una experiencia de comunión, porque es precisamente la comunión la riqueza más importante de la EdC». «El programa nos llevó a sumergirnos hasta las raíces del Carisma de la unidad, para redescubrir los orígenes de la EdC.
Luego, fuimos a visitar el “Centro Rincón de Luz”, una obra social que ofrece apoyo escolar a los niños de un barrio muy pobre. Allí, no siempre las familias pueden seguir y controlar las tareas escolares de los pequeños pues viven amontonados en pequeñas cabañas de uno o dos cuartos, a menudo están desnutridos y a veces incluso, son maltratados. Maricruz, quien ahora es una de las directoras, era una de estos niños. Solidaridad que genera más solidaridad. El círculo virtuoso de la reciprocidad es la clave para responder a los problemas sociales concretos». «Visitamos también la “Casa de los Niños”. Chiara Lubich alguna vez expresó el deseo de que un día se cerraran todos los orfanatos, con la esperanza de que cada niño pudiera gozar del calor y del amor de una familia. Persiguiendo este sueño, muchos, como Arístides se pusieron a trabajar, allá donde y cómo se puede, para darles un alojamiento provisional y apoyar a las familias de los niños que sufren el abandono más grande, los que son portadores de VIH. En estos últimos años, gracias a la ayuda de muchas personas, lograron acoger a casi un centenar de familias y ofrecerles una vivienda digna. A pesar del dolor de esas familias, muchas de las cuales son seropositivas, la belleza de la ciudadela demuestra que es posible abrazar el dolor inocente y llenarlo de alegría, de juegos, flores y esperanza». «En el encuentro entre empresarios mexicanos, paraguayos, argentinos y bolivianos, compartimos nuestros sueños, los fracasos, los éxitos, las dificultades y las esperanzas. El 28 de mayo tuvo lugar un encuentro especial en el “Gran Hotel Cochabamba”, del cual participaron unas 120 personas, entre las cuales había empresarios, estudiantes, docentes, ejecutivos y personas interesadas en una “nueva cultura económica”. El domingo 29 fue un día de fiesta: |se celebraba el 25° aniversario de Economía de comunión! Cantos, danzas, comidas típicas y mucho compartir. Gracias Bolivia por haberme hecho redescubrir “el norte”, donde cielo y tierra parecen confundirse». Fuente: sito del Cono Sur
Jun 12, 2016 | Sin categorizar
“Misericordiosos como el Padre” es el programa de vida propuesto por el Papa Francisco para el Año Santo. “En la misericordia, de hecho –dice la Bulla de convocación – tenemos la prueba de cuánto Dios nos ama. Él da todo de sí mismo, por siempre, gratuitamente, y sin pedir nada a cambio. Nos ayuda cuando lo invocamos. (…) Su ayuda consiste en hacernos sentir su presencia y su cercanía” (MV 14). Es éste el rostro del Amor . Misericordia que revela plenamente la Paternidad de Dios. Dios es Amor: es la chispa inspiradora que origina el carisma de la unidad que el Espíritu Santo donó a Chiara Lubich en nuestro tiempo (…) Chiara, entonces, no descubre un Dios lejano, inaccesible, extraño a su vida, sino el rostro Paterno de Él (…) Por lo tanto, todo lo que sucede es visto como realización del plan de amor sobre cada uno, como prueba tangible de su mirada vigilante, de su presencia cercana. “Incluso los cabellos de sus cabezas están contados” (Mt 10,30). Es un amor paterno que provee ante todas las necesidades, incluso las más pequeñas, hasta llegar incluso a colmar los vacíos dejados por nuestras imperfecciones, por nuestros pecados. Es el rostro del Padre misericordioso que –mediante el Hijo encarnado- se manifiesta y revela plenamente su amor misericordioso. Episodios evangélicos sobre la misericordia En varios documentos del Magisterio de la Iglesia dedicados al tema de la misericordia, se hace referencia a esos pasajes evangélicos que mejor la ilustran. Un ejemplo clásico es la parábola del hijo pródigo (Lc. 15,11-32). (…) Una vez Chiara ilustró esta parábola a un nutrido grupo de jóvenes reunidos en la catedral de Paderborn, en Alemania. Era el 12 de junio de 1999. Estas son sus palabras: “El padre del hijo pródigo tendría muchas cosas que hacer: ocuparse de la hacienda, de los empleados, de la familia; pero su principal actitud era la de la espera, la espera del hijo que se había ido. Subía a la torrecita de su casa y miraba a lo lejos. Así es el Padre Celestial. Imaginen, jóvenes, si pueden, su divina, altísima y dinámica vida trinitaria, su empeño de sostener la creación, de dar un lugar a quien llega al Paraíso. Sin embargo, Él sobre todo hace una cosa: espera. ¿A quién? A nosotros, a mí, a ustedes, especialmente si nos encontramos lejos de Él. Un buen día ese hijo, que el padre terreno tanto amaba, después de haber despilfarrado todo, regresa. El padre lo abraza, lo cubre con una vestidura preciosa, le pone un anillo en el dedo, hace preparar el ternero gordo para hacer una fiesta. ¿Qué debemos pensar? Que él deseaba ver a su hijo renovado, ya no quiere recordarlo como era antes. Y no sólo lo quiere perdonar, sino que lleva incluso a olvidar su pasado. Éste es el amor por él, en la parábola. Así es el amor del Padre por nosotros en la vida: nos perdona y olvida”. Fuente: Centro Chiara Lubich Testo integral de Alba Sgariglia (italiano)
Jun 11, 2016 | Focolare Worldwide
«Tuve que dejarlo todo: patria, esposa, dos hijos pequeños. La verdad es que no tenía otra opción. Siendo docente y hombre todavía joven, hubiera tenido que enrolarme en el ISIS y difundir sus ideas. Y dado que me opuse, me hubieran matado si me quedaba allí». Una vez llegado a Graz (Austria), Mohamed, como muchos otros migrantes, quedó “aparcado” en un campo para refugiados, donde durante meses no tuvo nada que hacer ni posibilidades de contactos con el mundo exterior. «Nos sentíamos aislados y deprimidos – cuenta – pero en un determinado momento alguien empezó a interesarse en nosotros». Eran los de la comunidad local de los Focolares. Ellos, gracias a la mediación de una amiga siria, que se encuentra en Graz desde hace tres años, invitaron a los refugiados de Siria que vivían en el campo – unos cuarenta – para que se reunieran en una sala parroquial. Allí pudieron expresar sus necesidades más apremiantes: aprender el idioma y encontrar un trabajo. La comunidad se puso manos a la obra y en poco tiempo logró organizar un curso de alemán. Alguien ofreció dinero para los libros de texto; una señora recogió entre los amigos unas quince bicicletas, cubrió personalmente los gastos de reparación y las puso a disposición de los estudiantes que debían recorrer unos 10 km para llegar a clases; otros realizaron trabajitos de restauración en las casas y en el cuidado de los jardines. «Por fin teníamos algo útil que hacer – suspira con alivio Mohamed –, por fin alguien nos daba una mano y nos apreciaba». Así nació una amistad que se ha vuelto cada vez más profunda. De tal suerte que llegó a ser lógico encontrarse, comer juntos y también abrirse al diálogo cultural y religioso. El primer paso fue ir juntos a la mezquita, donde encontraron a muchas otras personas; una vez llegaron incluso a ser unos 400, «Algo grandioso para nosotros – confía Mohamed –. Por fin nos sentíamos nosotros mismos. Allí podíamos olvidar lo que nos estaba pasando y entrar en contacto directo con Dios. Vivir ese momento juntos musulmanes y cristianos nos hizo sentir aún más cercanos los unos con los otros».
Durante el verano, 4 musulmanes participaron de la Mariápolis, cuya fecha coincidía precisamente con el fin del Ramadán, celebrado todos juntos con músicas árabes, danzas al aire libre y dulces sirios. En esos mismos días, Mohamed se enteró de la muerte de su madre. Fue una ocasión conmovedora para orar juntos por ella recitando algunos Salmos, elegidos de manera que respetaran la sensibilidad de todos. También comprender el dolor del otro es un diálogo profundo. Luego Mohamed presentó a las Autoridades la solicitud de reagrupación familiar en Austria, trámite que se reveló muy complicado. Veintidós veces su esposa se preparó para alcanzar a pie la frontera (7 horas de caminata, pasando hambre, frío y peligros), para luego ser puntualmente rechazada. Una vez fue incluso encarcelada. Pero al final logró cruzar los confines. Se acercaba entonces la tan esperada recomposición de la familia. Les sugirieron no radicarse en Graz, sino en Viena. Con pesar Mohamed tuvo que dejar a sus amigos de Graz, ignorando que la misma cálida acogida la encontraría también en la comunidad focolarina de la capital que, mientras tanto, fue avisada de su llegada. La comunidad del Focolar se activó para ofrecer a la familia una vivienda digna, lo cual no era algo fácil dada la escasez de alojamientos. Nació así la idea de dirigirse a unas religiosas amigas que administraban una casa para ancianos. En el lapso de un día llegó la primera respuesta positiva, gracias a un tranquilizador coloquio con los miembros del Focolar. Así, desde hace dos meses, la familia de Mohamed vive en esta casa de religiosas cristianas, con ningún tipo de incomodidad por ambos lados. Las religiosas han tomado conciencia de las costumbres de los huéspedes musulmanes y la familia vive en una estructura con numerosos y evidentes símbolos cristianos. También esto es parte del diálogo y, como afirma Mohamed: «cristianos y musulmanes somos realmente hermanos».
Jun 10, 2016 | Sin categorizar
El 4 de junio en Viterbo, capital de Tuscia, se dedicó a Chiara Lubich, el jardín “Porta della Verità”, para subrayar el apoyo que la ciudad brinda a su mensaje de unidad entre los pueblos: «Un mensaje de interculturalidad que se vive como riqueza en la diversidad y respeto recíproco», como se lee en uno de los periódicos locales, que dedicaron un amplio espacio a la noticia. El jardín de Porta della Verità es un pequeño espacio verde situado dentro de la zona histórica de la ciudad de Viterbo. El 4 de junio estaban presentes muchos jóvenes de las escuelas y algunas personalidades representativas de la historia de la ciudad, además de autoridades municipales: el alcalde Leonardo Michelini y el obispo Lino Fumagalli. El proyecto fue promovido por la Alcaldía en el año 2014. Fue diseñado y construido por Acli en colaboración con el Instituto Comprensivo “L.Fantappié” y preveía la instalación del Dado de la Solidaridad. «Deseábamos que el Dado estuviera en nuestra ciudad porque es un ejemplo concreto de solidaridad. La realización fue posible gracias a la colaboración de todos los sectores de la administración comunal», explica Renzo Salvatori, presidente de Acli de Viterbo.
«El tema de la solidaridad es un tema que toca la vida de todos nosotros – subraya el obispo Lino Fumagalli-. El grado de crecimiento de una sociedad se puede medir por la cantidad de las obras solidarias. Las frases que se pueden leer en las caras del dado, si se viven cada día, dan calor a nuestros corazones» Los estudiantes cuentan sus experiencias cotidianas de solidaridad explicando, además, qué cosa los condujo a la elaboración de las seis frases elegidas para el Dado Solidario (a través de un concurso que se realizó en la escuela en el que se evaluaron más de 120 frases presentadas). «El Dado Solidario es un proyecto que le da sentido al trabajo de la escuela que comienza dentro de cada clase y continúa también después de que suena el timbre de salida– agrega Alessando Ernestini del Instituto Fantappié- La escuela es un elemento importante para la comunidad pues es capaz de trabajar en el territorio junto con las diversas asociaciones como Acli, y otros órganos administrativos» «Esta jornada es un momento que ingresa en la historia de la ciudad – concluye el alcalde Leonardo Michelini-. El proyecto al principio no parecía realizable, pero los mensajes que el Dado Solidario transmite tienen un valor universal». Fuente: ViterboPost
Jun 10, 2016 | Sin categorizar
«A pesar de haber viajado por el mundo, su raíz romana y, en cierto sentido, vaticana, su exploración de las doctrinas políticas y sociales, Igino Giordani nunca interrumpió el vínculo afectivo que lo ligó a su ciudad natal: Tívoli. Basta ojear las páginas en las que Giordani habla de su ciudad, o leer el romanzo La città murata (La ciudad amurallada), idealmente ambientado en Tívoli, para constatar cuánto amó Giordani su ciudad. En las Memorias de un cristiano ingenuo representa el ambiente de su ciudad con palabras que dejan transparentar la relación tan intensa y, en cierto sentido, casi parece que se justifica a sí mismo y sus elecciones fundamentales, refiriéndolas a la interioridad del carácter típicamente tiburtino: jocoso e indomable, valiente y coherente, algunos momentos agresivo, pero guiado por el amor a Dios y la sabiduría. Igino Giordani nace en una familia de origen humilde. Igino más de una vez dio testimonio de su veneración por ambos padres, por la dignidad con la que vivían sus jornadas, por la fe cristiana que marcaba las etapas fundamentales de su vida. En Tívoli Giordani creció humanamente e intelectualmente. Ciertamente no tuvo las oportunidades que un niño inteligente como él habría podido esperar tener: los estudios se los conquista. De hecho el padre lo encamina a hacer trabajos manuales, de albañilería. Mientras tanto, siendo todavía niño, queda fascinado por la liturgia y la celebración de la Misa, y, aunque es en latín, el pequeño Giordani se aprende de memoria algunas partes, y cuando está solo, o durante el trabajo, en lugar de silbar alguna melodía mundana, se pone a declamar de memoria frases de la Misa en latín. La providencia se sirve del Señor Facchini (el empresario para el que trabajaban los Giordani) quien comprende que Igino no está hecho para la espátula y el balde de cemento, sino para el estudio. El Señor Facchini decide financiarle los estudios a Igino en el Seminario, en Tívoli, porque en ese tiempo era la institución que mejor podía proveer a la formación intelectual y espiritual de un jovencito de trece años. Y allí estuvo hasta 1912, cuando habría tenido que pasar al Seminario de Anagni. Pero Igino elige su Tívoli y se inscribe en el liceo, donde se gradúa en 1914. Es probable que la pasión por la argumentación elegante e incisiva, por la declamación intelectual de la razones de la fe cristiana hayan quedado esculpidas en Giordani a partir de su experiencia a muy tierna edad, cuando desde el púlpito de la Iglesia de San Andrés de Tívoli, el Padre Mancini, que era jesuita, “tronaba desde el púlpito cautivando al auditorio”. Giordani describe al Padre Mancini como un hombre de una fe irresistible e invencible. Era un divulgador combativo del Evangelio; para Giordani era un auténtico modelo. Así, en esta primera formación podemos entrever ya algunas características de lo que será el carácter de Giordani, que lo llevará a afirmarse como polemista y defensor de la fe. Poco tiempo después de graduarse del liceo, también Italia entra en guerra. Igino se asoma a los acontecimientos de la vida pública italiana en el clima del debate controvertido de la guerra y la paz. Él es un pacifista convencido y decidido, en tiempos nada fáciles para quienes promueven ideas pacifistas. Es probable que a partir de la figura carismática del padre Mancini, de la sólida experiencia de fe madurada en el seminario, hasta la concepción plural de la política y de la ideología respirada en el liceo, haya llevado a Giordani – a pesar de que en esos años parecía haberse enfriado desde el punto de vista religioso- a no perder la dimensión del amor al prójimo, que lo llevó a rechazar todo tipo de comportamiento violento ante cualquier otro hombre. Lo dirá con una simplicidad luminosa, algunos años más tarde, al expresar su aversión hacia la guerra vivida en esos años: “Cuando en la primera guerra mundial vigilaba durante la noche la trinchera, siempre me torturaba pensar en el Quinto Mandamiento: no matar”. Tenía una formación a la paz que maduró en su Tívoli. En un escrito de Giordani de muchos años después, en el que se mezcla su devastadora experiencia de la guerra, con la fe y la esperanza que surgen del encuentro con la espiritualidad de la unidad: “El desprecio del hombre y su depreciación derivan del hecho que ya no se ve a Cristo en él; y entonces el amor es sustituido por el odio, la espiritualidad del príncipe de la muerte. De nada vale protestar: y tampoco sirven las armas, según lo que demuestra la historia grabada en nuestra piel. Contra el odio vale la caridad, contra el desprecio hacia la persona lo único que vale es considerarla otro Cristo; contra la eliminación, la deportación, el genocidio, sólo vale el amor, por lo tanto hay que amar al hermano cómo nos amamos a nosotros mismos, hasta la unidad, hasta ser uno con él sin importar cómo se llame”». Alberto Lo Presti Cfr. Igino Giordani, La divina aventura, Città Nuova, Roma, 1993, p. 141