Movimiento de los Focolares
Guatemala: la comunidad que testimonia

Guatemala: la comunidad que testimonia

mg_7537 Si la reciente historia de los países de Centroamérica (Guatemala, Belize, El Salvador, Nicaragua y Honduras) encierra el capítulo doloroso de atroces guerras civiles, registra también el crecimiento civil de sociedades ricas de etnias y tradiciones. En este contexto hace falta registrar también la providencial secuencia de episodios que han permitido el nacimiento y el desarrollo del Movimiento de los Focolares, Dos sacerdotes, uno en El Salvador –Massimiliano Martini, ya en 1954- y otro en Guatemala –el Padre Vitale Traina, en 1969 – fueron los primeros en introducir el Carisma de la Unidad en esta región. Recién formadas las primeras comunidades fueron visitadas por los focolarinos primero desde Colombia y después de México. También Nicaragua y Honduras ven la llegada del espíritu de los Focolares, y nacen grupos centrados en la Palabra de Vida. Dos familias, Pinella y Paolo Macciotta en Guatemala y Fiorella y Andrés Turatti en Honduras, contribuyeron al crecimiento de las comunidades. La historia del naciente Movimiento en Centroamérica, tiene algo extraordinario, quizás por las condiciones adversas de la guerra, por las difíciles condiciones económicas, por las distancias considerables. Sin embargo es una historia que expresa la gratitud a Dios, por parte de todos los miembros de la comunidad de estos países, resulta evidente durante la fiesta realizada en honor a Maria Voce y Giancarlo Faletti en el ápice de su visita a Guatemala. La palabra “comunidad” es la que emerge de la fiesta: refleja exactamente el espíritu con el que se alternaron los varios números artísticos: las danzas folklóricas, los trajes de colores fuertes, la música acompasada y contagiosa acompañada por movimientos que tienen un timbre de respeto, de relación armoniosa entre los hombres y con la naturaleza. Con mil variantes, todo llena de alegría y emoción la sala del Centro Mariápolis que acoge a más de 600 personas. Es una fiesta exuberante y al mismo tiempo comedida, anclada en la natural apertura a lo trascendente característica de estas poblaciones y del espíritu alegre de estos pueblos. María Voce y Giancarlo Faletti quedan fascinados, agradecidos ante tales manifestaciones de afecto y estima. mg_7734La misma fiesta se vive en el encuentro con los jóvenes, entre los 15 y los 25 años, son más de 200: un testimonio evidente del principal recurso de los países de Centroamérica. Alegría y exuberancia, pero también capacidad de escucha, se alternaron espontáneamente sin un hilo preciso: la sala se encendía en un segundo y se calmaba en pocos instantes. Los jóvenes presentaron cada país con chispas de originalidad, presentándose en la Universidad, en lugares donde hay pobreza, en su trabajo por la paz, en sus comunidades… Se puso de relieve el esfuerzo de ir contra la corriente, en medio de una sociedad que parece hundirse en la corrupción, en el relativismo ético, en la droga: “No están solos –les dijo Emmaus-, cada vez que tengan que hacer una elección piensen que no están solos, todos los jóvenes que han elegido el mundo unido están con ustedes”. Y precisó: “no se trata sólo de hacer o no hacer algo, las consecuencias de un cierto hecho. No todo es igual, no todo está bien. Háganse ayudar a entender y después actúen consecuentemente”. No podía faltar una cita especial con los muchos niños, un centenar. También con ellos la Presidente y el Co-presidente tuvieron un intercambio de preguntas y respuestas. Después de la fiesta tan colorida, María Voce y Giancarlo Faletti dialogaron con los 600 presentes, respondiendo a preguntas profundas. La Presidente comentó espontáneamente, subrayando la gran diversidad que hay en cada pueblo: “Me parece que sus pueblos tienen un destino: el de presentar cómo sería la humanidad si tuviera en cuenta la riqueza de cada uno. De hecho cada experiencia es necesaria para los demás, para construir un mosaico de belleza incomparable”. En este contexto, emerge también la juventud de estos países, como testimonia la misma sala. María Voce y Giancarlo Faletti subrayan como los jóvenes aquí no van por su cuenta, como sucede en otros contextos, sino que están perfectamente injertados en las comunidades en las que viven, contribuyendo a dar un testimonio de lo que provoca la presencia de Jesús en medio a los suyos, de cómo una comunidad que vive es mucho más convincente del testimonio individual, que también es necesario. Esto da esperanza, gran esperanza, una de las tres virtudes teologales, esencial para la vida cristiana. La exuberancia y la alegría se expresan en la fiesta final, con fuegos artificiales. No por casualidad. De Felipe Casablanca y Michele Zanzucchi, desde Guatemala  

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Guatemala: Los Movimientos se encuentran

mg_7176Entre los cuatro diálogos de la Iglesia Católica –en la misma Iglesia, entre Iglesias distintas, entre fieles de religiones distintas y entre personas de buena voluntad pero sin ningún credo religioso-, el primero de estos diálogos es el más típico de las regiones centroamericanas. Esto se vio aquí también en Guatemala, como lo atestigua el simple y cálido encuentro desarrollado en el Centro Mariápolis de Ciudad de Guatemala, el 24 de marzo pasado, un sábado muy soleado. A este encuentro asisten una decena de movimientos, que por lo general tienen su lugar de encuentros en “La Comisión de Movimientos Laicales y Nuevas Comunidades”, organismo de la Comisión Episcopal guatemalteca que reúne a los representantes de los movimientos y de las nuevas comunidades. Están los Neocatecumenales y los Cursillos, la Comunidad de San Egidio, la Renovación en el Espíritu, y otras comunidades carismáticas, además de grupos de inspiración dominicana y franciscana y el Movimiento de Restauración Matrimonial. Está presente el Obispo que se ocupa de esta Comisión, Mons. Victor Hugo Palma Paúl, obispo de Escuintla, en la costa del Pacífico que es una zona de muchos contrastes y pobreza. Es él quien recibe a Maria Voce y a Giancarlo Faletti, con una nota que es triple: “Primero, los Movimientos en la Iglesia Católica son una presencia mariana del Espíritu, que nacieron por la necesidad de responder a una falta de fé en la población. Segundo, respondemos así al pedido de Benedicto XVI de recibir y apoyar a las nuevas comunidades, como’ escuelas de la palabra’ y los Focolares son una de las escuelas de mayor vitalidad. Tercero, el carisma vuestro es un carisma que enciende, recibe y da calor a la vida cristiana, poniendo el acento en la unidad”. mg_7141Después de una breve y cálida presentación de los que estaban presentes, Maria Voce, se refirió a la  invitación que recibió  de la secretaría general de la comisión y a la forma de cómo se generó el amor por la Palabracaracterística típica de los Focolares. Dijo que entre otras cosas, “Estar junto a otros movimientos y comunidades, es para nosotros no solo una alegría sino también una necesidad. Saber que cada carisma tiene una Palabra evangélica propia, específica para la humanidad, de la cual hoy existe tanta necesidad, nos dice que nos precisamos unos a otros” Y aún más: “Los carismas se reconocen porque saben abrirse a los otros carismas” Mencionó también nuestro concepto sobre la Nueva Evangelización : “También Guatemala que fue evangelizado hace tantos  siglos, tiene hoy necesidad de que el cristianismo se convierta en algo más vital, que sea más formativo de la persona y que incida en la vida de las personas individuales y en la sociedad en su conjunto” Michele Zanzucchi, desde  Guatemala

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México: un pueblo “guadalupano”

“Pero ¿es verdad que vive aquí en esta tierra? ¡No siempre aquí! Un momento en la tierra, si se es de jade, se hace pedazos, si es de oro se destruye, si es de plumas de quetzal se desgarra. No por siempre aquí. Un momento en la tierra”. Así escribía Netzahualcóyotl,  rey de Texcoco (1402-1472) poniendo en evidencia en qué medida los pueblos originarios de México tenían el sentido de lo trascendente. Los “Estados Unidos de México” –nombre oficial del país- está compuesto por 31 Estados Federales y un Distrito Federal y se extiende a lo largo de un vasto territorio (1.972.550 Km2) al sur de los Estados Unidos y al norte de Guatemala, aquí viven 17 grupos étnicos originarios que representan el 10% de la población total: 112 millones de habitantes. Se presenta como un país de fuertes contrastes: modernas áreas metropolitanas conviven con zonas marginales (15 millones de personas viven en condiciones de extrema pobreza); inmensas extensiones de cultivos están destinadas a la exportación mientras que miles de campesinos cuentan con una sola hectárea. Después de 200 años de independencia, México busca todavía su propia identidad, expresión del encuentro de sus valores culturales ancestrales con los traídos por el cristianismo. El así llamado “evento guadalupano” marca un momento decisivo para la reconciliación y fusión de estas dos culturas y forja un nuevo pueblo, el pueblo mexicano. Este singular evento tuvo lugar hace 5 siglos, entre el 9 y el 12 de octubre de 1531. Según la tradición una “dulce Señora” con rostro mestizo, se presentó al indígena Juan Diego como la “Madre de todos”. Juan Pablo II, en su viaje en 1999 subraya la importancia de este evento que “tiene una repercusión determinante para la nueva evangelización, una influencia que va más allá de la nación mexicana y llega a todo el continente. La América que subraya este crisol de pueblos, ha reconocido en el rostro del mestizo de la Virgen un fuerte ejemplo de evangelización perfectamente inculturada”. También Chiara Lubich, visitando México en 1997, retoma el tema del encuentro entre las distintas culturas a partir del evento de Guadalupe, “La inculturación –dice en esa ocasión- no es sólo hacerse uno con el otro pueblo espiritualmente, descubriendo y quizás potenciando las “semillas del Verbo” presentes en él, sino asumir también  nosotros, con humildad y gratitud, ese algo válido, que nos ofrece la cultura de nuestros hermanos. La inculturación nos exige un intercambio de dones. Esto nos quiere decir la Virgen de Guadalupe”. El Movimiento de los Focolares está presente establemente en México desde 1980, si bien ya desde 1975 algunos focolarinos realizan viajes desde Colombia. Hoy hay centros en ciudad de México, Netzahualcóyotl, Guadalajara  y Acatzingo (Puebla) donde surgen el Centro Mariápolis y la ciudadela El Diamante. Esta última fue fundada en 1990 y es el corazón pulsante del Movimiento. Un lugar que da testimonio a los 20.000 visitantes por año, de que en una nación tan rica de contrastes culturales, sociales, étnicos, la inculturación de la vida del Evangelio es posible si se basa en el diálogo y en el intercambio de dones de las varias culturas. Las comunidades del Movimiento (alrededor de 15.000 personas que han hecho propia la Espiritualidad de la unidad), esparcidas en todo el territorio, de Mexicali (frontera con los Estados Unidos) a Mérida (Sureste), se abren al diálogo en los diversos ámbitos de la sociedad para llevar un aporte de unidad. Empezando por las relaciones entretejidas, ya desde hace muchos años, entre Movimientos y nuevas asociaciones de la Iglesia Católica. En agosto de 2011 se realiza el primer encuentro de “Juntos por México” que reune a 350 líderes en representación de alrededor de 8 millones de laicos católicos de todo el país. Tantos entrevén la apertura de nuevos caminos de comunión en la Iglesia mexicana que podrán desembocar en un mayor protagonismo de los laicos en varios ámbitos de la sociedad. En el ámbito civil, en colaboración con el Instituto Mora de Ciudad de México, hay que poner en evidencia el ciclo de conferencias mensuales que ya tiene un año, sobre la Fraternidad en la política”, con la participación de algunos políticos que adhieren a la “Espiritualidad de comunión” y de personas comprometidas en la función pública. Un evento positivo que ha marcado un paso importante en la formación de la conciencia civil. Finalmente, los Seminarios de Bioética desarrollados en distintas ciudades, han sido una iniciativa de la Asociación de Bioética y Derechos Humanos “Netemachilizpan AC” junto al Movimiento “Humanidad Nueva” de los Focolares. Participa un centenar de personas atraídas por los argumentos afrontados. Los temas desarrollados con una con una clara perspectiva del pensamiento de pensamiento de la Iglesia y enriquecidos desde el punto de vista médico y científico, han sido de mucha luz para todos los participantes. Hay que subrayar sobre todo el numeroso grupo de jóvenes de la Universidad La Salle de Neza quienes han encontrado respuestas a sus inquietudes. Contemporáneamente, el grupo de expertos, que conduce los cursos de bioética, trabaja ante la Cámara de Diputados para sostener y re-direccionar las leyes a favor de la vida. Sitio web: www.focolaremex.org ¡Visita la página de México en Focolar Worldwide!

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México: con la mirada hacia los más necesitados

En la situación actual en la que emerge, en forma preeminente, el narcotráfico, que con todo su poder y la corrupción invade las estructuras sociales y políticas, el compromiso de los Focolares en México se desarrolla en distintos frentes, en fidelidad al carisma de la Unidad de Chiara Lubich. Son muchas las acciones sociales en favor de la población, sobre todo la más necesitada. En el ámbito educativo, en 1992, nace la Escuela Santa María, en las cercanías de la ciudadela “El Diamante” (Puebla), con el objetivo de responder a las necesidades de la poblaciòn de los alrededores. Actualmente acoge a 500 estudiantes, desde el preescolar hasta el liceo. Para llevar adelante la escuela, muchos niños son ayudados a través del proyecto Apoyo a Distancia de Familias Nuevas.La colaboración entre el personal docente, los padres y los entes estatales, hace posible una formación màs completa y los estudiantes adquieren los conocimientos necesarios para actuar positivamente en su contexto sociocultural. Nacen además muchas iniciativas para responder a las necesidades concretas de la población que dan testimonio de cómo las relaciones fraternas pueden generar soluciones sorprendentes. Hay algunos ejemplos de iniciativas que se llevan adelante con el aporte de la Acción por un Mundo Unido (AMU), ente internacional de los Focolares que actúa en el ámbito social. El Ambulatorio odontológico “Igino Giordani”, situado en la grande y pobre periferia de la Ciudad de México, en el Municipio Netzahualcóyotl. Desde 19889 surgió como respuesta concreta a las necesidades de salud de la región, a petición de la Iglesia local. El ambulatorio ofrece servicios médicos gratuitos, entre los cuales tratamiento odontológico. Incluye las medicinas, la asistencia nutricional para mejorar el nivel nutricional y la distribución de herramientas y juguetes. El Centro Social Aletuya (Hornos, Las Águilas). El trabajo empezó hace 26 años, a los pies de una gran zona residencial de ciudad de México. Un barrio marginal constantemente en peligro también por el alto índice de alcoholismo, droga y prostitución. Se lleva adelante el trabajo en estrecha comunicación con la Municipalidad, la parroquia y las escuelas privadas de la zona, que reconocen en el Centro una fuerza de acción para resolver los conflictos de la región. En esta estructura trabajan actualmente 14 personas, algunas del lugar, indispensables para construir una sociedad transformada desde dentro que ofrece sus servicios en distintas áreas: psicológica, médico-social, educativa, odontológica, etc. La iniciativa lograste sostener esta iniciativa también gracias a la colaboración con la asociación alemana Mexicogruppe. Además, hay grupos de médicos, dentistas, trabajadores sociales, enfermeras, jóvenes y otros voluntarios, que se trasladan cada tanto por un tiempo al Municipio de Huejutla (en el Estado de Hidalgo), para asistir gratuitamente a 32 comunidades indígenas.

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Viaje a Centro América: una cultura de la confianza

América Central es una tierra de contrastes, de colores, de una vida social rica y compleja. Es también, como muchas otras, una tierra de inseguridad, como cuentan tres focolarinos procedentes de San Salvador en carro para reunirse con otros focolarinos y focolarinas de la región en Guatemala. Han sido asaltados por una de las muchas bandas armadas que azotan las carreteras. «Un poco de miedo, pero gracias a Dios no ha ido tan mal –cuenta, Edmar–. “Mientras estaba maniatado boca abajo, empecé a rezar por estas personas” –agrega Gregorio–. Hoy el día resplandece de nuevo», concluyen. Maria Voce, escuchando el relato comenta: «quizás ha sido el último momento de una parte de sus vidas. Dios quiere que vuelvan a comenzar, convertirse de nuevo a su amor e ir adelante. Más bien podemos ahora recomenzar todos juntos una vida nueva». Son alrededor de cuarenta las focolarinas y los focolarinos presentes en el Centro Mariápolis de Ciudad de Guatemala y llegan del mismo Guatemala, pero también de Honduras, El Salvador, Nicaragua (entre ellos algunos originarios de Argentina, Ecuador, México, Colombia, Italia…). Es el “corazón”, en esta tierra, del Movimiento de los Focolares, pero es también su representación fiel por etnias, clases sociales, profesiones, sensibilidad política, social y económica. Entre ellos está quien estaba a favor de los revolucionarios y quien con el gobierno, quien llega de un ambiente maya katchiquel y quien es ladino, quien rico y quien pobre. Gente que ama a Dios hasta entregarle su vida y que ama a su pueblo, o mejor dicho a sus pueblos. También está quien se halla gravemente enfermo y ofrece cada momento para dirigir su propia vida a la única cosa que importa, el amor hacia Dios y a los demás. Está también quien tiene un montón de hijos, muchos nietos y, a pesar de los años, todavía busca «al Dios del amor y no al de la justicia vengadora». Porque «por estos lados se necesita ser revolucionarios para seguir a Jesús. Dios da mucho, pero exige también mucho». La presidente de los Focolares, escuchando las experiencias personales y comunitarias de los presentes, propone la idea de la promoción de una “cultura de la confianza” que supere la de la sospecha. Esto «quiere decir tener absoluta confianza en el otro, en el hermano: el otro (miembro del Movimiento) quiere lo que yo quiero, es decir la unidad. Cada quien trabaja de una manera distinta, pero todos lo hacemos en favor de la unidad. Confiar en Dios y confiar en los demás entonces se vuelve imperativo. Significa creer que Dios está trabajando: no le sirven personas perfectas, sino aquellas personas que Él necesita». Promocionar esta “cultura de la confianza” – afirma una joven hondureña – no es solamente  importante para quien se reconoce en el espíritu de la unidad, porque si miramos bien vale también para toda la sociedad centroamericana, en donde la confianza en el otro, justamente por la inseguridad generalizada, parece un lujo, un riesgo excesivo». Es necesario comportarse como Gregorio, que rezó por sus atracadores… Maria Voce y Giancarlo Faletti, respondiendo a las preguntas de los presentes, subrayan la importancia de una profunda inculturación del carisma de la unidad en las culturas mesoamericanas, así como en las otras culturas. Inculturación que pasa a través de las personas de estos lugares, tocadas por el mismo carisma y que lo expresarán confrontándolo, vivido y elaborado, con sus tradiciones.

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En el Centro Educativo “Fiore”

Lorena asiste a quinto año de escuela primaria y todavía hoy se acuerda de su primer año de escuela en el Centro Educativo “Fiore” (CeF) en la ciudad de Guatemala. Se lo cuenta a Maria Voce y a Giancarlo Faletti en el tercer día de su visita a la comunidad de los Focolares en este país centroamericano. Están escuchándola también sus compañeros y las maestras. Ella cuenta que aquel primer día tenía vergüenza de acercarse a los otros niños y se mantenía apartada, hasta que de manera imprevista, una niña se le acercó para jugar con ella y así se sintió enseguida a gusto. Aún hoy siguen siendo dos grandes amigas y se ayudan una a la otra. El CeF – que cuenta hoy con 210 alumnos y 18 que son docentes o empleados de distintas tareas-, nació en el 2003 con el fin de “formar personas íntegras que se integren en el mundo adulto con valores sólidos, los que surgen del Evangelio y que son acordes a los valores naturales de la cultura del lugar”, dice la directora Marité Aguilar. Es un programa que recibió, en hechos, el agradecimiento de la sociedad, porque el programa educativo de Guatemala, como en todos los países centroamericanos, es tal vez el frente de guerra, donde las llagas de esta sociedad se evidencian con mayor claridad. También Javier, de tercer año de escuela, aprendió algo nuevo: aprendió a reconciliarse con las personas con las cuales se había peleado, con el simple gesto de saber pedir disculpas. Es así que se forman estos alumnos, fortaleciendo los valores del reracionamiento recíproco, y así podrán mostrar la calidad de relación en la sociedad, en el futuro de cada uno de ellos. Los chicos y las chicas bailan danzas guatemaltecas, representando los cuatro mundos culturales que componen este pueblo – el maya, el garifuna, el xinca y el metiche. En su visión inocente expresan una armonía que el mundo adulto no logra aún alcanzar. María Voce, concluyendo la mañana, acentúa las riquezas de este pueblo que le dio en estos primeros días, una clave para comprender las culturas a las que ha empezado a acercarse en este viaje latinoamericano. Filippo Casablanca, ciudad de Guatemala.

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Guatemala: los colores de un viaje

Los colores son la característica de esta tierra guatemalteca. Alcanza con observar los vestidos de las mujeres guatemaltecas y los mercados de fruta. Jugando con los colores la población local acostumbra componer alfombras “provisorias”, formadas por ramitos, pétalos, hojitas y espigas coloreadas, formando figuras alegóricas dispuestas al estilo de una alfombra, justamente. Aquí en Guatemala, estos alfombrados se extienden en el piso en primer lugar para expresar la devoción a Jesús y a los santos, en las procesiones, pero no solamente en estos casos pues se usan  también para expresar el respeto y el recibimiento festivo a personas que quieren honrar. Era una alfombra de este tipo la que vieron  dibujada en el último tramo de sendero que recorrieron a pie dentro del  Centro Mariápolis “María de los focolarinos”, de la capital guatemalteca, María Voce y Giancarlo Faletti, al bajar del auto para ir a su casa.  Y al lado de la alfombra los saludos del nutrido grupo de amigos de la comunidad local del Movimiento: rostros conmovidos, rebosantes de alegría, brazos extendidos estrechando manos, abrazos cariñosos. Y también había un ingrediente insólito, fuegos artificiales, tamboriles, como expresión de júbilo y para crear un ambiente más festivo. Como si fuese posible …. Poco rato antes Maria Voce y Giancarlo Faletti habían arribado al aeropuerto emocionados, conscientes de que había llegado la hora del comienzo de otro de sus grandes viajes a regiones lejanas en kilometraje pero que se encuentran muy dentro de su corazón, pobladas por esa “familia de Chiara” que la presidente, desde el comienzo, se había prometido visitar, para conocerla, sostenerla en la fidelidad, y en el servicio ala Iglesiay a la humanidad. En el transcurso de la etapa guatemalteca, la delegación encontrará, además de autoridades civiles y eclesiásticas, en primer lugar a los miembros, los adherentes y los amigos de los Focolares en Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Belice. Habrá encuentros también con los representantes de las organizaciones laicas locales. Todo esto impregnado en la milenaria cultura de esta región, comenzando por la cultura maya. Filippo Casablanca, ciudad de Guatemala