500 participantes de más de 40 países de los cinco continentes, que se reunieron del 2 al 4 de noviembre en el Centro Mariápolis Internacional, de Castel Gandolfo, cerca de Roma (Italia) para el evento “Prophetic Economy”. Con sesiones plenarias, grupos de trabajo, talleres creativos y sociales, el evento ha cruzado el umbral de la networking y se ha convertido en un impulso y un estímulo para el compromiso común. “Una economía profética – dijo Jeffrey Sachs, economista de fama mundial que participó en el evento – significa una economía que obra según la visión de los profetas, de la justicia, de la paz, de las personas más pobres, de la protección de la creación. La composición de los participantes era variada: economistas, expertos en el campo económico-financiero, activistas ecológicos, empresarios y estudiantes, personas de diferentes culturas y creencias religiosas. Precisamente, los jóvenes y los adolescentes han sido los protagonistas de un programa específico para su edad con juegos y entrevistas con expertos en temas económicos y ecológicos, y de diferentes paneles con preguntas, propuestas y testimonios. “Qué bueno ha sido tener a los jóvenes con nosotros”, dijo Josiane Gauthier, secretaria general de Cidse. Nos inspiraron con su profunda inteligencia, gracia y verdad”. En el programa se dio voz a las buenas prácticas económicas ya existentes. “Es profético, explicó el economista Stefano Zamagni, quien mira hacia adelante y se atreve a mirar por encima del obstáculo. El modelo actual de orden económico y social ya no funciona. “Estas buenas prácticas económicas ya existen”, observó Lorna Gold, economista de la agencia católica irlandesa para el desarrollo, “pero a menudo son invisibles en los medios de comunicación y en nuestra cultura”. El concurso “Prophetic Economy Award” premió ejemplos de economía profética. “Estos – dijo Carlo Petrini, fundador de Slow Food, hablando de los ganadores – ven más allá de la economía imperante, no son proféticos en la visión, sino en la práctica. Estas realidades tienen la capacidad de ser docentes de economía” (vencedores del concurso Prophetic Economy Awards). “Estas no son utopías o ‘pequeñas islas’ dentro de un sistema injusto e inmutable. Son signos de cambio tangible, ha observado la economista argentina Cristina Calvo. A menudo, frente a los grandes mecanismos financieros globales, existe el riesgo de sentirse inefectivo. El antídoto para la inmovilidad es ampliar el espectro de acción en niveles: micro, medio y macro”. Comenzar a dar voz y acoger el pensamiento de quienes viven en situaciones de pobreza y exclusión social fue otra de las características. “Ha llegado el momento de repensar la economía, de repensar el mundo, no ‘para’ los pobres, ni solo con su participación, sino a partir de ellos, dijo Jean Tonglet de ATD Cuarto Mundo”. El desafío es ser capaces de inventar nuevas formas de colaboración, mediante la creación de una economía más solidaria, justa y sostenible. “La nueva idea en la base de este evento, explicó el economista italiano Luigino Bruni, fue reunir la ecología y la economía. Hoy ya no podemos hablar de pobreza sin hablar de clima. Uno de los grandes mensajes del papa Francisco es la invitación a activar procesos, no a ocupar espacios, porque el tiempo es superior al espacio. Aquí comenzó un proceso”. Los adolescentes participantes, que han profundizado y recogieron el desafío lanzado por la FAO (#zerohunger), elaboraron algunas ideas al final de la reunión: difundir más la práctica del “pasto sospeso”, es decir, pedir al propietario del restaurante que involucre a sus clientes en el pago de una comida para aquellos que la necesiten (los locales que se unirán tendrán el sello #zerohunger); y pedir que se introduzca una nueva asignatura escolar que tenga por objeto los Objetivos del Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Prophetic Economy es un proyecto internacional compuesto por siete organizaciones: la Comunidad papa Juan XXIII, Nomadelfia, el Movimiento global católico del clima, el Movimiento ATD Cuarto Mundo, la Asociación Mundial de la Comunidad y la Familia, la iniciativa SlotMob y el Movimiento de los Focolares representado por el proyecto Economía de Comunión y por la sección juvenil de Teens for Unity.
Ser madres/padres de todos
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