Movimiento de los Focolares
Margaret Karram y Jesús Morán en Brasil

Margaret Karram y Jesús Morán en Brasil

La Presidenta y el Copresidente del Movimiento de los Focolares transcurrieron un mes en Brasil para conocer las comunidades locales y participar en el Genfest, evento mundial promovido por los jóvenes del Movimiento. Cuidado, solidaridad horizontal, creer en esto: son estas las tres palabras que resumen la intensa experiencia vivida en julio de 2024.

Un alma de paz para el mundo

Un alma de paz para el mundo

“Ustedes aspiran, ustedes trabajan por un mundo unido” (un mundo de paz y fraternidad).

¿Y qué hacen? Actividades, que pueden parecer pequeñas y desproporcionadas – aunque significativas en su intención– frente al objetivo que se propusieron. Tal vez […] alguno de ustedes llegue a trabajar directamente en los distintos organismos orientados al mundo unido.

Pero pienso que aunque todo eso sea muy útil, no será eso ni lo uno ni lo otro lo que contribuirá a realizarlo de manera decisiva.

Será más bien ofrecer al mundo […] un alma. Y esta alma es el amor. […]

Hoy es necesario “ser el amor”, o sea, sentir con el otro, ‘vivir el otro’, los otros y tender a la unidad […] en todo el planeta. […]

Por tanto, construir lazos de unidad, de solidaridad, que tienen su raíz en el amor.

Y este amor tienen que vivirlo antes que nada entre ustedes.

Y así llegar a extenderlo entre muchos […] entre la gente, entre los que deciden los destinos de los pueblos, en las instituciones, en las organizaciones pequeñas y grandes del mundo… en todas partes. Entonces sí que las intenciones de quienes las crearon alcanzarán el objetivo. Y se trabajará realmente por un mundo unido, (un mundo más pacífico). […]

Chiara Lubich

Questo pensiero è stato letto da Margaret Karram, Presidente del Movimento dei Focolari, durante Collegamento del 28 settembre 2024. Si può vedere facendo click qui.

https://youtu.be/6TZqxTekn-0?si=oytRXe9XQE7lSUAn&t=3413
7 de octubre de 2024: jornada de oración y ayuno para implorar la paz en el mundo

7 de octubre de 2024: jornada de oración y ayuno para implorar la paz en el mundo

En medio de las crecientes tensiones en el polvorín de Oriente Medio, en medio de las bombas y misiles que siguen cayendo sobre la «martirizada» Ucrania, en medio de los numerosos pequeños y grandes conflictos que laceran y matan de hambre a los pueblos de África, mientras en definitiva «los vientos de guerra y los fuegos de la violencia siguen trastornando pueblos y naciones enteras», el Papa Francisco llama a las «armas» del ayuno y la oración -las que la Iglesia señala como poderosas- a millones de creyentes de todos los continentes para implorar a Dios el don de la paz en un mundo al borde del abismo.

Como ya había hecho por los conflictos de Siria, República Democrática del Congo y Sudán del Sur, Líbano, Afganistán, Ucrania y Tierra Santa desde 2013 hasta 2023, el Papa Francisco convocó una nueva jornada de oración y abstención de alimentos para invocar el don de la paz para el lunes 7 de octubre de 2024, anunciando también una visita suya el domingo 6 de octubre de 2024 a la Basílica de Santa María la Mayor de Roma para rezar el Rosario y orar a la Virgen, pidiendo la participación de todos los miembros del Sínodo.

«No podemos dejar de hacer un nuevo llamamiento a los gobernantes y a quienes tienen la grave responsabilidad de las decisiones», escribió el Card. Pierbattista Pizzaballa, Patriarca de Jerusalén de los Latinos, en una carta a su diócesis en la que se adhiere al llamamiento del Papa: «al compromiso por la justicia y el respeto del derecho de todos a la libertad, la dignidad y la paz». El Patriarca reiteró la importancia del compromiso de todos para construir la paz en el propio corazón y en los contextos comunitarios, apoyando «a los necesitados, ayudando a quienes trabajan para aliviar el sufrimiento de los afectados por esta guerra y promoviendo toda acción de paz, reconciliación y encuentro. Pero también necesitamos rezar, llevar a Dios nuestro dolor y nuestro deseo de paz. Necesitamos convertirnos, hacer penitencia, implorar perdón».

Eitado por Carlos Mana
Fuente: vaticannews.va

Foto: © Pixabay

Tiempo de la creación, tiempo de esperanza

Tiempo de la creación, tiempo de esperanza

El 4 de octubre, día de San Francisco de Asís, finaliza el período del Tempo de la Creación, un período en el que se propone profundizar el diálogo con Dios a través de la oración, asociado a acciones concretas para el cuidado del planeta. El Movimiento de los Focolares siempre ha apoyado la iniciativa participando y organizando eventos en diversas partes del mundo. He aquí algunas iniciativas del Tiempo de la Creación 2024.

En Leonessa, en el centro de Italia, se realizó un paseo en medio de la naturaleza. El evento, titulado Respiri di Natura: insieme per il nostro pianeta, contó con la participación de adultos y niños. El grupo de participantes partió del convento de los frailes capuchinos, encabezados por los frailes junto con los Carabinieri forestales, el Club Alpino Italiano y el profesor Andrea Conte, astrofísico y coordinador italiano de EcoOne, la red Ecología del Movimiento de los Focolares. La excursión culminó en una fuente, donde el profesor Conte dirigió una sugerente meditación sobre el viaje de un átomo de carbono en el medio ambiente. Luego, Conte mostró cómo transformar los desechos comunes en herramientas para experimentos científicos, demostrando cómo la ciencia puede ser divertida y accesible para todos.

Posteriormente, en el Auditorio de la localidad se profundizaron temas como la conciencia ambiental, los efectos del cambio climático y la importancia de la educación en sostenibilidad. El profesor Luca Fiorani, de la comisión internacional de EcoOne, ofreció un análisis en profundidad de la encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco, el concepto de ecología integral y sostenibilidad relacional. La amplia participación y la atención mostrada por los presentes demuestra un creciente interés por las cuestiones medioambientales y una mayor conciencia sobre la importancia de actuar para proteger nuestro planeta.

En Oceanía es el cuarto año que la comunidad de los Focolares contribuye a la oración ecuménica por el Tiempo de la Creación. “Oramos y testimoniamos con diversas acciones de cuidado de nuestra casa común – dicen -. Este servicio de oración es nuestro esfuerzo por llevar esperanza a nuestra vasta área que se extiende por 7.000 kilómetros desde Perth, Australia Occidental, hasta Suva, Fiji, la nación insular más grande en el corazón del Pacífico”. A esto siguió una reflexión de Jacqui Remond, cofundadora del Movimiento Laudato Si’, profesora de la Universidad Católica Australiana, que habló sobre la necesidad de cambiar los corazones para una conversión ecológica.

El arzobispo Peter Loy Chong, de la arquidiócesis de Suva, Fiji, no pudo unirse a ellos porque estaba dando la bienvenida al papa Francisco en Papua Nueva Guinea. Pero envió un mensaje subrayando en particular la importancia de la palabra “Tagi”, que significa “el grito de los pueblos de Oceanía”. Es el grito de las pequeñas islas del Pacífico ante el cambio climático, que aún no ha afectado al mundo. Mejor dicho: el mundo aún no ha escuchado profundamente las voces y en particular los tiempos del clamor de los pueblos de Oceanía.

Siguieron varias experiencias, como la creación de un jardín de reconciliación aborigen en el Centro Mariápolis de St Paul. Aquí fueron invitados los estudiantes de horticultura y sus profesores que utilizan el centro para sus clases. Todos son inmigrantes y estaban muy interesados en conocer sobre las importantes plantas alimenticias autóctonas.

En cambio, jóvenes de Sydney, Canberra y Melbourne se unieron a un anciano aborigen para dar un paseo por el campo, donde aprendieron a relacionarse con la creación y a cuidarla.

En México se realizó un curso sobre conversión ecológica y espiritualidad, un diálogo abierto para el cuidado de la Casa Común. Fue una iniciativa del Centro Evangelii Gaudium México, de la Universidad Sophia ALC junto con el Movimiento de los Focolares. Cinco sesiones en línea, una por semana durante el Tiempo de la Creación, coordinadas por el profesor Lucas Cerviño, focolarino, teólogo y misionólogo. Participaron 87 personas de varios países de América Latina, desde México hasta Argentina. Se abordaron algunos temas: la crisis y la conversión ecológica; metamorfosis de lo sagrado y la espiritualidad; Dios es amor como tejido de vida en el amor; escuchar el grito de la tierra y de los pobres como amor a Jesús abandonado y crucificado; la unidad vista como fraternidad cósmica para cuidar la Casa Común; María como Reina de la creación y la presencia del cuerpo místico de María.

Finalmente, en Italia, en la ciudad de Padua, se inauguró el “Sendero de las 5C de Laudato Sì” gracias a la red Nuevos Estilos de Vida formada por asociaciones civiles, religiosas y laicas – entre ellas el Movimiento de los Focolares – que tienen como misión la promoción de estilos de vida sobrios que respeten la naturaleza, una economía sostenible y que estimulen a las comunidades con iniciativas y propuestas para lograr juntos el bien común.

El sendero 5C se instaló en un jardín donde en 2011 las cinco Iglesias Ecuménicas (católica, ortodoxa, luterana, metodista y evangélica) celebraron el Día de la Custodia de la Creación, plantando juntas cinco hayas. Fue precedido por un breve concierto de un joven cantautor vicentino que nos comunicó la sensibilidad y el sueño de los jóvenes de hoy hacia un futuro de esperanza.

Las 5C destacan cinco términos tomados de la encíclica del Papa Francisco: custodiar, conversión, comunidad, cuidado, cambio. El evento se vivió con intensidad y representó un estímulo para un compromiso concreto por la realización de un mundo mejor, más justo y equitativo, en armonía con la Tierra que habitamos.

Lorenzo Russo
Foto: © Pexels y Focolari Padova

«El que quiera llegar a ser grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será esclavo de todos» (Mc 10, 43-44).

«El que quiera llegar a ser grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será esclavo de todos» (Mc 10, 43-44).

De camino hacia Jerusalén, Jesús prepara por tercera vez a sus discípulos para el evento dramático de su pasión y muerte, pero precisamente quienes más de cerca lo han seguido se muestran incapaces de entender.

Es más, entre los mismos apóstoles se desata el conflicto: Santiago y Juan piden ocupar puestos de honor «en su gloria» (cf. Mc 10, 37), [1] los demás se indignan y reclaman, y el grupo está dividido

Entonces Jesús, con paciencia, los llama a todos consigo y les revela una vez más la perturbadora novedad de su anuncio:

«El que quiera llegar a ser grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será esclavo de todos».

En esta frase del Evangelio de Marcos hay un crescendo en la imagen del siervo-esclavo. Jesús nos lleva desde una actitud de mera disponibilidad en un grupo limitado y tranquilizador, a una dedicación total a todos sin excepción.

Una propuesta totalmente alternativa y a contracorriente respecto a la concepción humana de la autoridad y del gobierno que quizá atraía a los propios apóstoles y que nos contagia también a nosotros.

¿Será este el secreto del amor cristiano?

«Hay una palabra del Evangelio que los cristianos no subrayamos lo suficiente: servir. Nos parece anticuada e impropia de la dignidad del hombre, que da y que recibe. Sin embargo el Evangelio está todo ahí, porque es amor. Y amar significa servir. Jesús no vino para mandar sino para servir. […] Servir, servirse mutuamente es cristianismo, y quien lo hace con sencillez –y todos lo pueden hacer– lo ha hecho todo; y no un todo que se queda ahí, sino que, porque es cristianismo vivo, se propaga como un incendio»[2].

«El que quiera llegar a ser grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será esclavo de todos».

El encuentro con Jesús en su Palabra nos abre los ojos, como le sucede al ciego Bartimeo en los versículos siguientes (cf. Mc 10, 46-52): nos libera de la estrechez de nuestros esquemas, nos hace contemplar los horizontes de Dios mismo, su proyecto de «nuevos cielos y nueva tierra» (2 P 3, 13).

Él, el Señor que lava los pies (cf. Jn 13, 14) contradice con su ejemplo la rigidez de las tareas de servicio que nuestras comunidades civiles –y a veces las religiosas– reservan a categorías de personas socialmente frágiles.

Así, el servicio cristiano es imitar el ejemplo de Jesús, aprender de él un estilo nuevo de «socialidad»: hacerse prójimo de toda persona, en cualquier condición humana, social o cultural y hasta el fondo.

Como sugiere Giovanni Anziani, pastor metodista de la Iglesia Valdense, «[…] aceptando volver a poner nuestra confianza y nuestra esperanza en el Señor, que es siervo de las multitudes, la Palabra de Dios nos pide que actuemos, en nuestro mundo y en medio de todas sus contradicciones, como agentes de la paz y de la justicia, como constructores de puentes para la reconciliación entre los pueblos»[6].

Así vivió Igino Giordani, escritor, periodista, político y padre de familia, en un momento histórico marcado por la dictadura. Para expresar su experiencia, escribe: «La política es –en el sentido cristiano más digno– una sierva, y no debe convertirse en amo: no hacerse abuso ni dominio ni tampoco dogma. Aquí está su función y su dignidad: en ser servicio social, caridad en acción: la primera forma de la caridad de patria»[7].

Con el testimonio de su vida, Jesús propone una opción consciente y libre: no vivir ya replegados sobre nosotros mismos y nuestros intereses sino «vivir el otro», con sus sentimientos, llevando sus pesos y compartiendo sus alegrías.

Todos tenemos pequeñas o grandes responsabilidades y espacios de autoridad: en el campo político y social, pero también en la familia, en los estudios, en la comunidad de fe. Aprovechemos nuestros «puestos de honor» para ponernos al servicio del bien común, construyendo relaciones humanas justas y solidarias.

Patrizia Mazzola y el equipo de la Palabra de Vida
Foto: © Pixabay


[1] Cf. Mc 10,37.
[2] C. Lubich, Servire, in «Città Nuova» 17 (1973/12), p. 13.
[3] Cf. Mc 10, 46-52.
[4] Cf. Is 65, 17 e 66, 22, ripreso in 2 Pt 3,13.
[5] Cf. Gv 13,14
[6] https://www.chiesavaldese.org/marco-1043-44/
[7] P. Mazzola (a cura di), Perle di Igino Giordani, Effatà editrice Torino 2019, p. 112.