Perder su trabajo a los 53 años y con tres hijos habría puesto a dura prueba a cualquiera. Mirco no se desanimó, regresó a la escuela y dio vida a un proyecto basado en la danza como un vehículo para unir a las personas y fomentar el intercambio de emociones. «Alguien me dijo: “¿Por qué no haces de tu pasión un trabajo?”. Así comenzó el desafío, no muy sencillo, de construirme una nueva identidad de trabajo». Mirco Castello, nacido en 1955, hoy Art Counselor, después de la pérdida del trabajo («un buen trabajo en el mundo textil y de la ropa») y el despido, en 2008 comenzó a enfrentar un presupuesto familiar cada vez más precario. «Traté de escuchar los consejos que me dieron, pero sobre todo una “voz” dentro de mí, que me sugería que volviera a intentarlo. Durante muchos años fui mimo, actor y bailarín por pasión. Traté de convertir esta pasión en un servicio para los demás, especialmente para los niños. Entré con un proyecto de danza dentro de una guardería y de una escuela primaria, para jugar con la danza y la música». El baile, explica una psicóloga infantil, tiene el poder de ayudar a los niños a recuperar una nueva armonía. Pero no es suficiente: para trabajar con las instituciones se necesita capacitación, y así Mirco vuelva a estudiar, se actualiza, obtiene un diploma en Art Counselor y un master en mediación familiar, contacta a las escuelas públicas y privadas de Italia, abre un sitio (www.ledanzedimirco.it), donde ofrece pasantías para maestros y reuniones con niños. «Desde 2008 con mi familia vivimos “al límite”, siempre esperando que no se presenten gastos inesperados. Pero puedo decir que nunca nos ha faltado nada. En profunda unidad con mi esposa y con los amigos de la comunidad de los Focolares al que pertenezco y que me apoyan, me he abandonado en Dios. Él me muestra los pasos a seguir y con mi trabajo puedo testimoniar que Él me ama y no me abandona. Lo considero mi nuevo empleador». Actualmente, Mirco lleva a cabo un proyecto que involucra a dos mil niños por año, no solo en Italia, sino también en Europa: «Con la música juego con los niños y de inmediato me doy cuenta de sus problemas. ¡Cómo sufren hoy los niños! Carecen de valores, reglas, autonomía o viven situaciones de separación o conflicto de los padres». Junto con su esposa, también lleva a cabo un proyecto para adultos. «Hablamos de franqueza, asertividad, comprensión, perdón». «Y ¿sabes lo mejor? Hace diez años que no vamos de vacaciones porque no lo podemos solventar, y ahora nos ofrecieron un viaje a Kenia, en enero, para conocer a los niños de dos escuelas y un asilo, y otro a Rusia. ¿Cómo puedo no ver el amor de mi nuevo empleador en todo esto? ».
Chiara Favotti
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