El jueves 21 de julio miles de personas del Camino Neocatecumenal procedentes de todo el mundo -especialmente los equipos de catequistas itinerantes- y representantes de movimientos, asociaciones y otras realidades eclesiales de la Iglesia, se reunían bajo los iconos que pintara el mismo Kiko Argüello el siglo pasado. El motivo lo expresaba el Papa Francisco en la carta que envió: “Doy gracias al Señor por el testimonio de esta mujer, animada por un sincero amor a la Iglesia, que ha gastado su vida en el anuncio de la Buena Noticia en cada lugar, también aquellos más alejados, no olvidando a las personas más marginadas.”
Presentes cientos de sacerdotes -entre los cuales Jesús Morán, copresidente de los Focolares-, concelebrando en el altar mayor y también repartidos por las naves de la catedral. Presidiendo, el Arzobispo de Madrid, Mons. D. Carlos Osoro Sierra. Junto a él, concelebrando Stanislaw Rylko, Presidente del Pontificio Consejo para los Laicos; Ricardo Blázquez, Presidente de la Conferencia Episcopal Española y Arzobispo de Valladolid; Antonio María Rouco Varela, Arzobispo emérito de Madrid; y Carlos Amigo, Arzobispo emérito de Sevilla, así como el nuncio de Su Santidad en España, monseñor Renzo Fratini.
Minutos antes de las 18 h. se rezaba el Rosario y al concluir, un gran silencio acogió el féretro con los restos de Carmen. Comenzaba la celebración de la eucaristía con un recogimiento único, el de los grandes momentos vividos en Dios. Personas de todas las edades, desde bebés hasta ancianos, llenaban la catedral y mostraban la belleza de la Iglesia. La alegría y esperanza de los presentes, junto a los típicos cantos neocatecumenales embellecieron aún más la liturgia. Un homenaje y un gracias a una gran mujer, fiel instrumento de Dios acompañando a muchos en su camino hacia Dios. O como dijera el P. Mario Pezzi: “fue una enamorada de Dios y Dios de ella porque desde pequeña le conquistó el corazón. (…) Ella colaboró con Kiko poniéndole en bandeja la renovación del Concilio Vaticano II, que se funda sobre todo en el trípode liturgia, Palabra de Dios e Iglesia”. Y hablando sobre el Camino Neocatecumenal, destacó que “es la primera vez en la historia que una realidad eclesial está fundada por un hombre y una mujer que han estado colaborando constantemente juntos”.
En 1974, el Papa Pablo VI recibió personalmente a Carmen junto a Kiko y al P. Mario y la revista Notitiae publicó un elogio de la obra evangelizadora iniciada por ellos, dando por primera vez el nombre de “comunidades neocatecumenales”. Un camino con aprobación definitiva en 2008.
Carmen es sobre todo la autora de las catequesis del Camino sob re la Palabra de Dios, el sacramento de la penitencia, las fuentes de la Eucaristía y el dinamismo del Misterio Pascual, con la riqueza de referencias litúrgicas de la Iglesia a las tradiciones y liturgias judías.
