En el panorama mundial actual que vive una profunda transformación hacia una sociedad cada vez más multicultural y multireligiosa, el Movimiento de los Focolares está comprometido con el diálogo entre las religiones, para que el pluralismo religioso de la humanidad no sea causa de divisiones ni de guerras, sino que contribuya a la fraternidad y la paz del mundo.

Varios miles de fieles de distintas religiones comparten, en la medida de lo posible, el espíritu del Movimiento colaborando con sus fines.

La difusión mundial del espíritu de los Focolares ofrece, de hecho, un aporte para abrir un diálogo con las principales religiones, mediante relaciones con sus fieles, pero también con líderes y miembros de vastos Movimientos. Ya desde hace años se ha desarrollado una colaboración fraterna entre el Movimiento de los Focolares y el Movimiento budista de la Rissho Kosei-kai que cuenta con 6 millones de adherentes, con el Movimiento de los Musulmanes afro-americanos (USA) y con varios Movimientos de inspiración gandhiana del sur de India.

El origen

En 1977, en Londres, Chiara Lubich fue distinguida con el Premio Templeton por el progreso de la religión. Narró su experiencia ante personalidades de diversas religiones y tuvo la profunda sensación de que todos los presentes, aunque eran de credos diversos, eran una única familia. A la salida fueron precisamente los pertenecientes a las distintas tradiciones religiosas (budistas, musulmanes, hebreos, sikhs, hindúes, etc.) quienes la felicitaron calurosamente. Era una evidencia de que la espiritualidad del Movimiento podía ser compartida no sólo con cristianos sino, en alguna medida, también con personas de otros credos. Estas circunstancias fueron para Chiara Lubich un signo de Dios para entender que el Movimiento tenía que abrirse al diálogo con personas de todas las tradiciones religiosas.

El fundamento

El diálogo que los Focolares promueve se basa en la espiritualidad y especialmente, se centra en el amor. La espiritualidad encuentra un eco inmediato en las religiones y en la cultura, gracias a la Regla de Oro: “Haz a los demás lo que quisieras que te hicieran a ti”. Y precisamente es al poner en práctica la Regla de oro que se establece un diálogo fructífero.

Los efectos del diálogo

El redescubrimiento de las propias raíces religiosas, de lo que nos une y la experiencia viva de la fraternidad, son algunos de los efectos del diálogo realizado en este espíritu de comunión que contribuye a construir la undiad de la familia humana. Se refuerza, el compromios común de ser constructores de unidad y de paz especialmente allí donde la violencia y la intolerancia racial y religiosa tratan de escavar un abismo entre los componentes de la sociedad. Florecen de este modo significativas realizaciones humanitarias comunes.

Formación al diálogo.

Una escuela permanente para el diálogo tiene su sede en la ciudadela de Tagaytay (Manila – Filipinas), centro de encuentro para la irradiación de la espiritualidad para Asia.

Contacto:

Centro para el diálogo interreligioso

Movimiento de los Focolares

Vía Frascati, 306

00040 Rocca di Papa (Roma) IT

email: info.dialogointerreligioso@focolare.org

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