Uno solo es el amor – 2020

 
Del 30 de enero al 2 de febrero se desarrolló en Castel Gandolfo el encuentro dirigido a novios y parejas jóvenes que vinieron de distintos países, también fuera de Europa. Algunas sesiones del programa fueron comunes y otros distintos para permitir la profundización de aspectos y temas específicos sobre las distintas realidades. En cada caso la experiencia vivida ha dado a todos una nueva y renovada conciencia que “Uno solo es el amor”, como subraya el título del curso y que en este amor se puede encontrar la clave para vivir y testimoniar el “para siempre”.

“No conozco el movimiento –decía una persona. Vine sin expectativas y abierta a cuanto fuese dicho. No hubo temas nuevos, pero lo que me ha tocado ha sido la valentía de las parejas al momento de poner en común las dificultades vividas y superadas. Aquí la familia está muy valorada, se lucha  por la familia, las dificultades están en todos pero aquí se trata de creer que Dios es más fuerte y que nos da

En un diálogo intenso y profundo, los novios ha podido expresar sueños, miedos, dudas, alegrías, suspensiones que la vida de a dos puede conllevar. Se han desarrollado temáticas específicas del matrimonio como vocación. Para ello, a la luz de la Espiritualidad de la Unidad, les hemos ofrecido una “Caja de herramientas”, con algunos instrumentos para la vida y la relación de pareja, en la familia, entre familias y en la relación con la sociedad. Asimismo los putos del arte de amar, la comunicación, las dificultades que ayudan a crecer y a recomenzar, la afectividad y la sexualidad, la economía y los estilos de vida, la sacralidad del matrimonio, la relación con los hijos pequeños, los desafíos de los medios de comunicación y otros temas. Los mismos estuvieron acompañados por experiencias de vida. El testimonio de una pareja que atravesó y superó una crisis profunda, dio esperanza a muchos.

“Después de años de oscuridad he vuelto a saborear notas de verdad con el alma,” comentaba una persona. “He vuelto a encontrar y focalizar aquello que realmente deseo de mi matrimonio, desafío difícil  pero extremadamente fascinante. Me han dado prueba que es posible y realizable.”

Otra persona: “Que somos frágiles pero bellos, ya lo sabía, pero recordarnos cuan imperfectos somos y cuánto el amor puede ayudarnos a cubrir y quemar nuestras fragilidades en la pareja y en la familia, me llena de esperanza y de serenidad.”

La presencia de novios y parejas jóvenes juntos, ha sido motivo para los novios, como nos han escrito, de tener la posibilidad de confrontarse con quien ha encarado este camino y para las parejas jóvenes un renovado impulso para renovar su amor.

“Nos llevamos el deseo de mejorar y encontrarnos día tras día para dedicarnos tiempo de calidad. Nos llevamos el nuevo modo de comunicar y recomenzar.”

Los sacerdotes que nos han acompañado (padre Emilio y padre Mariano junto a Cyril Jancisin), nos han confirmado la gracia de este encuentro, en base a numerosas confesiones y coloquios.

Hubo participantes de Italia, Eslovaquia, y República Checa, de Ruanda, Vietnam, de Europa, de Algeria y de Egipto. Un casado y una pareja de novios musulmanes, una persona budista, una ortodoxa, una evangélica y una cierta cantidad de jóvenes agnósticos o declarados no creyentes.. Proveniencia de distintos países, 7 lenguas distintas, culturas diversas, convicciones religiosas distintas, algunos nuevos, algunos sin convicciones religiosas.

Estuvieron presentes algunos niños que respiraron y experimentaron también entre ellos un clima de amor recíproco; gracias también a las baby-sitter que han sabido generarlo. En el momento de la despedida lloraban porque no querían irse, un claro signo de su participación plena en esta realidad que  tomaba a todos.

Un momento especial fue el de la ‘cena romantica’ del viernes por la noche, realizada con la generosa colaboración de las popas del Centro Mariápolis y de los miembros de la Secretaría Central. A la luz de las velas y con música suave de piano-bar, y con grandes delantales, las parejas de novios y de familias participantes hemos servido las mesas. Este simple pero significativo gesto hizo crecer la confianza y el agradecimiento de todos para con nosotros.

Otro momento especial, sobre todo para los nuevos, ha sido la propuesta de seguir el Collegamento CH al final del encuentro: una preciosa ocasión para conocer la realidad más amplia de los Focolares.

Hemos querido dedicar dos medias jornadas, el sábado a la tarde y el domingo por la mañana e un diálogo con los acompañantes que vinieron de las zonas para darles algunos elementos relativos a la figura del acompañante, para un intercambio de ideas y experiencias sobre algunas líneas para ir adelante juntos.

Ha sido un laboratorio rico de ideas y también de desafíos con los cuales los territorios se confrontan. El tema del acompañamiento junto a la reflexión sobre algunos puntos de la Amoris Laetitia, han estimulado a todos a un renovado esfuerzo para hacer crecer estas semillas en una constante y respetuosa escucha y acogida de sus necesidades.

Para concluir, nos parece que ha sido una experiencia exigente  pero convocante y apasionante, que nos ha renovado a nosotros en primer lugar y que por gracia de Dios, ha tocado los corazones transformado las parejas y las personas…