DSC00212Abrigada (Portugal): eran 30, de Kenia, Angola, Congo, Portugal, España e Italia. Cary, angoleña, estudia Derecho en Lisboa. La última mañana fue ella quien presentó una serie de impresiones y propuestas: “Quisiera pedirle a cada uno de ustedes que ‘no achiquen sus aspiraciones’. Si mantenemos nuestra mente sana, honesta, llena de amor hacia quien lo necesita, entonces podremos llevar adelante nuestro sueño”.  Federico, italiano, sintetizó muy bien el resultado del trabajo: “Después de esta Escuela de verano resulta claro que no se puede hacer Derecho si no es comparado; para afrontar el tema del ambiente hay que hacerlo en forma global y multidisciplinaria”.

Los 4 días de trabajo, del 26 al 29 de julio, giraron alrededor del análisis de la tutela jurídica del ambiente natural, amenazado desde varios frentes en distintas partes del mundo. El análisis, se hizo junto con docentes de distintas disciplinas jurídicas y ambientales; puso en evidencia e hizo que cada uno pudiera experimentar en forma vital, la comunión con el ambiente que nos rodea, hasta suscitar en todos la necesidad de protegerlo. Esta conciencia unificó a todos los participantes en la escuela, más allá de la diversidad de orígenes y proveniencias, vinculándolos a través de la necesidad de defender la integridad de la naturaleza , hasta hacer pensar que el trabajo por la tutela del ambiente en todo el mundo es un camino concreto, seguro y eficaz para realizar la paz y la fraternidad.

2014-07-26 18.03.33Marc’Angela de Congo siente que tiene que comprometerse en primera persona: No puedo echarme atrás. Pensé en cómo involucrar a un grupo de jóvenes de mi país, que ya están trabajando en una ONG, para trabajar juntos para salvar el ambiente. Aquí entendí cuales son los errores que se están cometiendo en mi país, estuve en Italia hace muchos años, y ahora veo las consecuencias. Tenemos que aprender y comprometernos, también a costa de nosotros mismos”.

“Lo que hace inolvidables estos momentos es la relación entre todos: tenemos que aprender a transferir este modus vivendi a la vida de todos los días. No es mi primer encuentro de este tipo, pero todas las veces lo que me impresiona es el amor universal que aquí se vive”, dice Michela, de Italia.

DSC00181“Regresando, quiero comprometerme a cambiar las cosas que están a mi alrededor. Soy sólo una gota en el océano, pero creo que con esta gota se puede hacer la diferencia”, explica en cambio Eva María, de Kenia.

“Regreso con grandes propósitos: participar activamente, vivir por los otros. Vengo con gusto aquí porque al final de estos encuentros ya no soy napolitana, sino ciudadana del mundo. Aquí con ustedes vivo la fraternidad”. (María)

La próxima cita es el Congreso internacional (Castel Gandolfo 13-15 de noviembre de 2015), pero – concluyen los jóvenes “queremos llegar allí como protagonistas, preparándolo juntos”.

No comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *