Asunción: Escuela Interamericana EdC 2016

 
El 8 de agosto, en Paraguay, se inició lo que un empresario argentino definió como “una gozosa experiencia de formación comunitaria”. Denominador común, el deseo de “aprender EdC”.

Son jóvenes que han estudiado economía, contabilidad, administración empresaria, ingeniería comercial o comercio internacional, o también marketing y publicidad, técnicos de cooperación para el desarrrollo sustentable, estudiantes o asistentes de laboratorios empresariales. Son los 33 alumnos de esta 5ª
28803577031_a82af282e2_zEscuela Interamericana para jóvenes de la Economía de Comunión (EdC), que se realiza del 8 al 12 de agosto en el Centro Mariápolis “Madre de la Humanidad” en las afueras de Asunción, entre los colores y la calidez de un tibio invierno paraguayo –que es más una primavera anticipada- y el exquisito recibimiento de este pueblo que, como la exuberante naturaleza tropical, abunda en fiesta, calor, perfumes y sabores.

Méjico, Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay son los países representados. No falta entre ellos quien ya se independizó o quien ya está colaborando en la ampresa familiar que se prepara a conducir.

Los jóvenes presentes ya tienen cierta experiencia laboral e impresiona sobre todo su grado de motivación. Acertado por tanto el hecho de dedicar un tiempo a profundizar las motivaciones de cada participante, puesta en común en los grupos y de las cuales se extrajeron orientaciones en vista de los contenidos a desarrollar.

28846090046_10c5437006_z“Vine para aprender a conducir una empresa según la EdC”, explicó Lalo, mejicano, al hacer su presentación. “Creo tener la capacidad para tomar la posta de la empresa de mis padres” -continuó sin falsa modestia- “y lo haré, pero no sé todavía cómo exactamente; es decir, qué quiere decir llevarla adelante con estos principios. Por eso estoy aquí”. Las ganas de “aprender la EdC”, con su práctica y su cultura para después transmitirla, es el común denominador entre los alumnos de esta escuela.

Han descubierto una pasión, han encontrado una vocación para la realización de sus sueños y de su persona que los entusiasma y conquista, que están decididos a transmitir a jóvenes y adultos, sobre todo a los empresarios con los cuales su actividad los pone en contacto.

“ Mi centro estético es frecuentado por personas de buen pasar y muchas son empresarias… Vine aquí para aprender también el lenguaje adecuado para explicarles la propuesta de la EdC”, dijo Dalila, de Mogi das Cruzes (Brasil). Una actitud en la que muchos se reconocen.28772668842_59f16201e9_z

Está quien como Gabriela –ingeniera comercial paraguaya- quiere comprender cómo “servir a la sociedad” a través de su profesión publicitaria, “vista a menudo como medio para vender a toda costa, pero que tiene una razón de ser propia al servicio del cliente con una ética precisa”, explica.

Y está también quien ve en el “trabajar por cuenta propia” una posibilidad de elegir libremente “el quién y el cómo” en la relación con los clientes y en la estrategia de producción y venta de modo que sea garantía de fidelidad a los valores EdC. Son todos jóvenes sumergidos plenamente en el mundo de la empresa. Ninguna ingenuidad entonces respecto a los problemas y a las dificultades que comporta un actuar económico contracorriente.

28592925440_5505f1de6b_zComo praxis de estas escuelas, las lecciones no son dadas por académicos o expertos “verticalmente” a alumnos que las reciben pasivamente aún si con mucho interés. Se trata de transmitir las investigaciones de los estudiosos de EdC, pero confrontadas y en diálogo con la experiencia cotidiana de los empresarios y estimuladas por las incisivas preguntas de los “estudiantes”, que ponen a prueba a profesores y tutores, los cuales también complacidos no esconden cierto orgullo al asistir a la “pasión inteligente” y proactiva de estos jóvenes.

Raúl Di Lascio, empresario argentino llegado a Asunción el segundo día de escuela, durante el diálogo con los tutores comentó: “Es un lindísimo momento, de verdad una gozosa experiencia de formación comunitaria”. Es un buen resumen de este primer día y medio de escuela.

(Con la colaboración de Silvano Malini)

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