Voluntarias y voluntarios: “En tu sí, nuestro sí”

 
Los Voluntarios de Dios, una ramificación del Movimiento de los Focolares, son hombres y mujeres de todas las profesiones y categorías sociales que eligen seguir a Dios radicalmente y libremente – por eso la palabra “voluntarios”- viviendo en la cotidianidad de su vida la espiritualidad evangélica de la unidad.

Entre el 27 de abril y el 1° de mayo se realizaron dos encuentros en forma contemporánea para los coordinadores de los “núcleos” de voluntarias y voluntarios. Provenían de de Paraguay, Uruguay, Chile y Argentina. De ese modo 162 voluntarias se reunieron en la Mariápolis Lía, O’Higgins, Argentina y 75 voluntarios en el Centro Mariápolis de Alta Gracia.

“Profundizamos, a través de escritos de Chiara Lubich, en la relación con María; que no significa solo contemplarla sino imitarla en todos los aspectos de la vida -Licy Miranda, delegada de las voluntarias para el Cono Sur-. A través de experiencias reflexionamos sobre la incidencia del carisma de la unidad tanto en la vida cotidiana de cada una, como en los ambiente laborales y sociales.
En los diferentes momentos de trabajo en grupos, evaluamos el momento presente y proyectamos cómo seguir acrecentando la presencia de Jesús entre nosotras”.

Por su parte José Zanghi, delegado de los voluntarios para el Cono Sur, resume el trabajo de esos días: “El encuntro se planteó, con la premisa de capacitarnos como responsables de núcleo sobre la base de tres fichas de trabajo: ‘¿Cómo ser responsables de núcleo hoy?’; ‘Escuchar la voz interior para poner en práctica los Instrumentos de la Espiritualidad Colectiva’; y finalmente ‘¿Cómo hacer para acompañar, como responsables de núcleo, a cada uno de los voluntarios teniendo en cuenta su cultura personal, su momento vital, su personalidad y temperamento, su familia, la edad en que conoció la espiritualidad, etc.?’.

Además de los momentos de meditación y escucha se logró trabajar en grupos que se reunieron en las tres tardes y luego en la devolución en sala lograron exponer sus experiencias de trabajo, de modo de poder construir entre todos ‘buenas prácticas’ para los responsables de núcleo”.

También se vivió un momento de mucha emotividad, el lunes por la noche en ocasión de realizar la recreación, donde se le brindó un homenaje a Pablo Loyola y a quienes lo acompañaron en la función con motivo de terminar en esta etapa con su misión al frente de los Voluntarios del Cono Sur.

“Estos días me sirvieron para revivir la llama que alguna vez me enamoró”, dice una participante. Mientras que un volunatario comentaba: “Volví maravillado, enormemente entusiasmado y volví a re-encontrarme con esa familia que nos propuso ser Chiara (Lubich)”. Y así se suceden las impresiones de cada uno: “Me siento reconstruida. Vine con un poco de hombre viejo y me voy llena de esperanza”. “Me sentí bendecido por haber participado. Cuántos detalles que desconocía para poder llevar adelante un núcleo, cuánto para construir juntos, cuánto para dar gracias”. “Fue una inyección en el alma, para despertarme”.

 

Normas(500)