Voluntarios de cara a la crisis actual

 
Una experiencia de colaboración entre países de Latinomérica en el primer taller psicoterapéutico para voluntarios y voluntarias en Venezula.

En los países del Cono Sur se ha recibido a miles de hermanos venezolanos que buscaron refugio en estas tierras. Muchos de ellos miembros de los Focolares que se han integrado a las distintas comunidades. Muchos otros, también integrantes de los Focolares, han permanecido en Venezuela y les toca hacer frente a la dura realidad que les toca vivir.

En la red de los pertenecientes a los Focolares que sin dudas cubre el mundo fue surgiendo el pedido de los voluntarios de Venezuela de recibir algún apoyo que los ayudara a mirar de frente el momento que viven y les brindara herramientas para ayudar a otros.

Después de cuatro meses de comunicaciones entre varios de distintos países de América Latina, fueron organizando lo que dió en llamarse “Primer taller psicoterapéutico de voluntarios y voluntarias” del Movimiento de los Focolares.

Con gran esfuerzo se reunieron en el Centro Mariápolis “La nuvoleta”, en las afueras de Caracas, de distintas ciudades de Venezuela y viajaron desde México y desde Bahía Blanca (Argentina), dos profesionales para coordinar este taller.

“El Clima de familia, el amor que va y viene, esto es lo que construye la felicidad… La riqueza más grande es cómo construir Jesús en Medio entre todos”. Con estas palabras recibió Sergio Rosas, psicólogo mexicano, a los participantes del taller “Voluntarios de cara a la crisis de hoy”, reunidos el último fin de semana de septiembre.

Mariano Simón, psicólogo argentino, también facilitador del encuentro, planteó la importancia de mantener presente el nacimiento de los Focolares. “Recordemos cómo fue posible que en plena II Guerra Mundial, en medio de bombas y destrucción absoluta, Chiara encontrara la luz que hizo nacer el Ideal; es así como ella nos enseñó que hay caminos que se abren cuando vivimos la adversidad. Agregó que esta es la oportunidad para “abrir el espacio que nos permita sacar todas las emociones que vamos sintiendo”.

Y Sergio complementó: “… hay realidades que no podemos cambiar en nuestra vida, pero ¿cómo las miro? ¿Centrado en lo negativo o poniendo el foco de atención sobre la vivencia para encontrar otras posibilidades? Se trata de aprender a vivir esta experiencia”.

Luego se fueron sucediendo distintos espacios y dinámicas. Dice un participante: “Fuimos mostrando cada uno nuestras realidades, compartiendo los dolores de las diferentes dificultades y así comenzaron a aflorar las incomodidades, las tristezas, las pérdidas, la falta de servicios básicos y de condiciones elementales para la supervivencia. Y, a medida que esto fue sucediendo, también se revelaron el amor, la fortaleza, las ganas de hacerlo diferente y, por supuesto, la potencia que da la comprensión de Jesús Abandonado para desde allí mirar y poder construir Jesús en Medio aun en el dolor”.

Fueron dos días intensos, en los que se aprovechó cada momento, también para coloquios personales con los profesionales. Tiempo compartido que se mostró muy sanador y como fruto visible el deseo de ser portadores de unidad en los lugares donde cada uno está.

 

 

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