Avances del Grupo de Trabajo Covid 19

 
El Grupo de Trabajo conformado en junio pasado nos envía un informe sobre lo actuado hasta la fecha.

A mediados de Junio, de este mismo año, comentábamos que se conformó un grupo de trabajo con  miembros de los Focolares de Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay, donde como iniciativa principal era ponerse al servicio de las necesidades concretas que la pandemia está dejando. Acabamos de recibir un informe en el que detallan:

“Realizamos en un principio un mapeo de necesidades, recursos, capacidades, iniciativas y redes de articulación, que nos sirvió para poder comenzar a realizar las acciones concretas y relacionarnos con los comités de emergencia zonales. Pusimos a disposición las respuestas al formulario, donde toda la información que fue llegando, la usamos para organizarnos y comenzar con las problemáticas que se nos presentaban lo antes posible.

Las situaciones más recurrentes giraban entorno a la alimentación, a la salud y al trabajo. Era indispensable para nosotros conocer la realidad que había en cada lugar y comprometernos con las experiencias que nos llegaban.

Ahora que ya contamos con la información y teniendo en cuenta las características de escalabilidad, impacto y sostenibilidad, delimitamos los primeros pasos. Tuvimos que hacer un análisis en profundidad y generar diálogos con los responsables en cada zona/región.

Desde un principio, todos entendimos al grupo de trabajo como la mejor propuesta para dar y ser ayuda concreta con las familias y personas que sufrieron la pandemia, no solo materialmente y en falta de bienes, sino que también anímicamente. Entendemos que los hechos donde podemos dar ayuda concreta no quedan aislados de la necesidad de compañía y contención que se necesita en estos tiempos, no solo queremos, sino que debemos, ser cálidos y abiertos a escuchar al otro en cada momento y más si nos toca trabajar presencialmente con las comunidades.

Para comenzar nuestro trabajo elegimos dentro de los proyectos que estaban vinculados con atender necesidades de alimentos e insumos básicos, los que consideramos de mayor vulnerabilidad e invisibilización.

El sábado 10 de octubre empezamos a tejer la red y generar puentes de unidad con la Pastoral de Migrantes de la Arquidiócesis de Córdoba, la Pastoral Gitana de Santiago del Estero, la Organización Generando Puentes de Mendoza, la Comunidad Quom en Rosario, la Comisión Fraternidad en acción de Trelew, las Comunidades guaraníes de Asunción del Paraguay y la Comunidad chilena que lleva adelante el proyecto “Yo por tí”. De las impresiones surgía que la fraternidad y solidaridad van superando la realidad.

Pasamos a comentar algunos de los objetivos cumplidos en diferentes países del Cono Sur.

En Chile, como ONG “Sociedad Foco” se propusieron hacer llegar una caja de alimentos todos los meses para las familias y así poder responder a necesidades inmediatas. Se logró llenar un formulario en el que mucha gente aportó desde cosas materiales hasta dinero. Lo más lindo de esto, es que todavía sigue llegando la ayuda.

En Asunción, Paraguay a causa de las constantes inundaciones alrededor de 2600 familias se vieron obligadas a salir del barrio. Es de extremada urgencia hacer llegar alimento a esta comunidad. Como dicen muchos de los colaboradores que forman parte del movimiento, “tuve hambre y me dieron de comer”. Este es un lema clave para ellos porque tratan de ver a Jesús en cada persona.

Al igual que en Paraguay, en Santiago del Estero, Argentina sigue abundando la comunidad gitana. Entre las problemáticas y necesidades más importantes se necesita hacerle un DNI a las personas; llevar a los niños a las escuelas; telas y algodón para coser con maquinas que fueron donadas; y lo más importante alimento. Aunque se reparten bolsones a diario, es fundamental esto porque gente con hambre es muy difícil que pueda llevar su vida adelante. “Si llegamos a diez familias más, estaremos muy contentos” nos cuenta una de las voluntarias de allí.

En Córdoba, Argentina, a causa de esta pandemia las necesidades se multiplicaron. Es por eso que se trabajan en distintas áreas: la primera es de la escucha; apoyo espiritual y psicológico; la segunda es de encuentros virtuales y contención. La tercera es para incentivar a la gente y ayudarlos en sus emprendimientos. De esta manera no solo se brinda ayuda en el momento sino también a largo plazo.

En Mendoza, Argentina, el objetivo es promover procesos comunitarios ofreciendo apoyo escolar y elementos para deportes, siempre tendiendo puentes en villas y barrios populares, impulsados por el “pidan y se les dará…”.

En Chubut, Argentina se da apoyo laboral. Por ejemplo, a las mujeres que les enseñan costura para que luego puedan empezar un emprendimiento.

En San Nicolás, Argentina reciben necesidades y ofrecimientos. Es por eso que muchos donan desde materiales, alimentos, ayuda voluntaria y hasta dinero. Gracias a esto, el mismo comité puede otorgar créditos para los que más lo necesitan.

Seguimos caminando juntos, abiertos a nuevas propuestas y realidades”.

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