Sep 19, 2016 | Sin categorizar
Como hemos podido ver por los medios de comunicación, el 16 de abril pasado un fuerte terremoto de magnitud 7,8 sacudió Ecuador, en particular las provincias de ManabĆ, Esmeraldas, Santo Domingo y Pichincha, dejando casi 30 mil personas sin techo. El Movimiento de los Focolares se movilizó inmediatamente de varias maneras: partiendo de las primeras acciones de socorro, junto con los muchos voluntarios espontĆ”neos y, a lo largo del tiempo, con una colecta de fondos coordinada por AMU (Acción por un mundo unido) y AFN (Acción Familias Nuevas Onlus), mientras localmenteĀ fue constituida una comisión para identificar las prioridades de acción y coordinar las labores a largo plazo. Ā«En los meses pasados ā escriben como comisión ā algunos de nosotros hemos ido a visitar varias localidades afectadas, encontrĆ”ndonos con las comunidades y buscando la colaboración de entidades que trabajan por las mismas finalidades. A finales de agosto las primeras propuestas de intervención estaban listas y hemos estrechado relaciones de colaboración en especial con la Ong FEPP (Fondo Ecuatoriano Populorum Progressio) y la Fundación AmigaĀ».
En esta fase, las intervenciones post emergencia que se consideraban mĆ”s urgentes, tenĆan como objetivo comenzar actividades productivas que puedan dar un apoyo económico a la población, y el apoyo psicológico para superar el trauma que ā como nos escriben – Ā Ā«a distancia de 5 meses, es todavĆa muy fuerteĀ». Subrayan otroĀ punto importante: Ā«Hemos visto la necesidad de ofrecer formación sobre el procedimiento para pedir fondos al gobierno ecuatoriano para la reestructuración de las viviendasĀ». Las localidades en las que al principio se concentrarĆ” la ayuda son tres, todas ellas situadas en la provincia de Esmeraldas: Salima, ā10 de Agostoā y Macara, Ā«donde se llevarĆ”n adelante iniciativas para atenuar las consecuencias de los traumas sufridos y para reforzar la organización y las capacidades de la comunidadĀ», explican. Ā«En Salima se realizarĆ”, ademĆ”s, un horno de pan en rĆ©gimen de cooperativa y una actividad de formación para fabricar redes de pesca, en la cual los pescadores de mĆ”s edad y experiencia serĆ”n los instructores. En la localidad ā10 de Agostoā se llevarĆ”n a cabo cursos de formación en artesanĆa y cuidado de la persona, y ademĆ”s se ayudarĆ” a un grupo de madres a crear una guarderĆaĀ», especifican. Ā«Ćsta ā escribe la comisión local ā representa la primera fase del proyecto, que corresponde a los fondos disponibles hasta ahora. Trabajando con las comunidades, mĆ”s adelante conoceremos mĆ”s a fondo sus exigenciasĀ y necesidades, a las que trataremos de dar respuestaĀ». Balance hasta hoy. Para la emergencia en Ecuador, han llegado a AMU aportes por un total de ⬠35.502, de los cuales  ⬠10.000 ya han sido entregados. Lee las noticias precedentes: –Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Emergencia Ecuador –Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Terremoto en Ecuador dos meses despuĆ©s
Sep 18, 2016 | Sin categorizar
Quisiera Ā«consolarloĀ», Ā«correr por el mundo y recogerle corazonesĀ» es el espontĆ”neo impulso que Chiara Lubich advierte cuando el 24 de enero de 1944 toma conciencia del abismal grito de JesĆŗs en la cruz: Ā«Dios mĆo, Dios mĆo, Āæpor quĆ© me has abandonado?Ā». Si en ese momento ha sufrido mĆ”s ā concluye ā quiere decir que en esa hora nos ha amado mĆ”s. Ā”Hagamos de Ćl el Ideal de nuestra vida!Ā». Ā”Y pensar que en aquel entonces en TeologĆa no se reflexionaba sobre elĀ abandono experimentado por JesĆŗs! La piedad cristiana concentraba su atención en los dolores fĆsicos, sobre la agonĆa en el Huerto de los Olivos. Y, sin embargo, la segunda guerra mundial y, en particular, el holocausto estaban excavando en la conciencia de la humanidad un abismo que sólo esta experiencia extrema de JesĆŗs podĆa de alguna manera colmar. Chiara, todavĆa joven, opta por buscar y amar a JesĆŗs abandonado en los innumerables rostros del sufrimiento humano personal y colectivo, sólo por amor: para no dejar a solas al Abandonado.Ā Pero, demasiado pronto, hace una experiencia inesperada: Ā«Si uno se lanza en un mar de dolor se encuentra nadando en un mar de amorĀ». El desgarro se transforma en alegrĆa y transforma las relaciones, crea comunión: Ā«Son las dos caras de una Ćŗnica medalla. A todas las almas les muestro la pĆ”gina de la Unidad. Para mi y para las almas que estĆ”n en primera lĆnea por la Unidad, Ćŗnico todo es JesĆŗs abandonadoĀ». Los aƱos 1949-1951 traen nuevas intuiciones. La herida del abandono como expresión del mĆ”ximo Amor se convierte para Chiara en la piedra angular de su visión de la historia, de la vida humana y, aĆŗn antes, de Dios. La contempla como Ā«la pupila del Ojo de Dios hacia el mundo: un VacĆo Infinito a travĆ©s del cual Dios nos mira. La ventana de Dios abierta de par en par hacia el mundo y la ventana de la humanidad a travĆ©s de la cual se ve a DiosĀ». Siguen aƱos de prueba por el profundo estudio que realiza la Iglesia examinando el nuevo carisma, tiempo de suspensión que Chiara vive a la luz del Hijo abandonado por el Padre, convencida de que la Iglesia en todo esto es Madre. Etapa tras etapa, el volumen recorre asĆ el trayecto de la aventura espiritual de Chiara, por medio de sus apuntes, cartas, diarios y discursos, recogidos en seis capĆtulos. 160 pĆ”ginas que podrĆ”n acompaƱar y dar claridad a nuestro vivir cotidiano, con introducción del teólogo Hubertus Blaumeiser.Ā Con la aprobación de los Focolares por parte de la Iglesia, al inicio de los aƱos ā60, se abre una nueva perspectiva. JesĆŗs abandonado se convierte en el motor que impulsa a ir al encuentro de los desafĆos sociales, a las laceraciones de todo tipo. Es āmaestro del diĆ”logoā en Ć”mbito ecumĆ©nico e interreligioso, se manifiesta como el āDios de hoyā capaz de hablar tambiĆ©n a quien no cree, ademĆ”s Ā de ser fuente de un gran cambio cultural. Con Ć©l la autora emprende lo que ha llamado el āSanto Viajeā, un camino comunitario de santidad que ha involucrado a centenares de miles de personas de los cinco continentes: Ā«Ćl es el sumo Maestro de la vida espiritual, del desprendimiento de nosotros mismos, de las personas, de todo, de lo que es de Dios pero no es DiosĀ». AsĆ hasta la Ćŗltima ānocheā en la cual Chiara se adentra aĆŗn mĆ”s en la abismal separación experimentada por JesĆŗs y al mismo tiempo se ensimisma con la noche cultural de la humanidad. Ā«Amando a JesĆŗs abandonado ā escribe ā encontramos el motivo y la fuerza para no huir de estos males, de estas divisiones, sino para aceptarlos y consumarlos y aportar asĆ nuestro personal y colectivo remedioĀ». Y se dice convencida de que: Ā«Si logramos encontrarle Ā en cada dolor, si lo amamos dirigiĆ©ndonos al Padre como JesĆŗs en la cruz: āPadre, en tus manos pongo mi espĆrituā (Lc 23,Ā 46), entonces con Ćl la noche serĆ” un pasado, la luz nos iluminarÔ».
Sep 17, 2016 | Sin categorizar

1956: Igino Giorani (a la izquierda) con Chiara Lubich en Fiera di Primiero
Hemos encontrado estos apuntes en el diario personal de Giordani: ā17 septiembre 1948. Esta maƱana, en Montecitorio, he sido llamado por Ć”ngeles: un fraile capuchino, un menor, un conventual, un terciario y una terciaria, Silvia Lubig (Ā”chic!), quien estĆ” iniciando una comunidad en Trento. Ella ha hablado como una santa inspirada por el EspĆritu Santoā.Ā Ćl mismo cuenta lo que sucedió. Ā«Un dĆa insistieron para que escuchara a una apóstol ā como la definĆan ā de la unidad. Fue en septiembre de 1948. Hice gala de la cortesĆa del diputado frente a posibles electores cuando vinieron a Montecitorio algunos religiosos, representantes de las diferentes familias franciscanas, y una seƱorita, y un joven laico. Ver unidos y en armonĆa a un conventual, a un menor, a un capuchino y a un terciario y a una terciaria de san Francisco, ya me pareció un milagro de la unidad y se lo dije. La seƱorita habló; estaba seguro de que iba a escuchar a una sentimental propagandista de una cierta utopĆa asistencial. Y en cambio, desde sus primeras palabras, advertĆ algo nuevo. Cuando, despuĆ©s de media hora, acabó de hablar, yo me sentĆa arrebatado en una atmósfera encantada: hubiera deseado que aquella voz continuara hablando. Era la voz que, sin darme cuenta de ello, habĆa esperado. Ella ponĆa la santidad al alcance de todos; hacĆa desaparecer las vallas que separaban el mundo laical y la vida mĆstica. PonĆa ante los ojos de todos los tesoros de un castillo al que sólo algunos estaban admitidos. Acercaba a Dios: lo hacĆa sentir Padre, hermano, amigo, presente en la humanidad. Quise ir a fondo y, despuĆ©s de que me puse al corriente sobre la vida del Focolar de la unidad ā como entonces se llamaba ā reconocĆ en aquella experiencia la actuación del ardiente deseo de San Juan Crisóstomo: que los laicos vivieran como los monjes, menos el celibato. Yo Ā habĆa cultivado mucho, dentro de mĆ, aquel deseo. Sucedió que la idea de Dios habĆa dejado el lugar al amor de Dios, la imagen ideal, al Dios vivo. En Chiara no habĆa encontrado a una mujer que hablaba de Dios, sino a una que hablaba con Dios: la hija que, en el amor, dialogaba con el Padre. Si examinaba la cuestión de forma crĆtica, llegaba a la conclusión de que no habĆa descubierto nada nuevo. En el sistema de vida que se estaba abriendo ante mi alma, encontraba de nuevo los nombres, las figuras, las doctrinas que habĆa amado hasta entonces. Mis estudios, mis ideales, los mismos acontecimientos de mi vida me parecĆan indicar esta meta. Nada nuevo y, sin embargo, todo nuevo: los elementos de mi formación cultural y espiritual se iban disponiendo segĆŗn el designio de Dios. Se ponĆan en su justo lugar. Todo antiguo y todo nuevo. Se habĆa encontrado la llave del misterio, es decir, se habĆa cedido el lugar al amor que, muy a menudo, se habĆa quedado encerrado y Ć©ste prorrumpĆa y, como una llama, dilatĆ”ndose, crecĆa hasta hacerse un incendio. RenacĆa una santidad colectiva, socializada (para usar dos vocablos que mĆ”s tarde el Concilio Vaticano II harĆa populares) liberada del individualismo que obligaba a cada uno a santificarse para sĆ mismo, cultivando meticulosamente, con anĆ”lisis sin fin, la propia alma, en lugar de perderla. Una piedad, una vida interior, que salĆa de los atrios de las casas religiosas, de un cierto exclusivismo de castas privilegiadas Ā y se proyectaba a las plazas, en los talleres y en las oficinas, en las casas y en los campos, asĆ como en los conventos, pues por todas partes, encontrĆ”ndose con hombres, se encontraban candidatos a la perfección. Y para vivir esta nueva vida, para nacer en Dios, no tenĆa que renunciar a mis doctrinas: sólo tenĆa que sumergirlas en la llama de la caridad, para que se vivificaran. Por medio del hermano, empecĆ© a vivir a Dios. La existencia se convirtió en toda una aventura, conscientemente vivida en unión con el Creador, que es la vida. MarĆa resplandeció con una belleza nueva; los santos entraron a formar parte de los familiares; el paraĆso se convirtió en la casa comĆŗn. Ćste fue el descubrimiento, Ć©sta fue la experiencia. Me hizo un hombre nuevoĀ».
Sep 16, 2016 | Sin categorizar
En el 2011, MarĆa Clara, reciĆ©n jubilada, se traslada cerca de la penitenciarĆa femenina de Pozzuoli (NĆ”poles), Ā una gran estructura de detención que se considera una de las mĆ”s pobladas de Italia. Impresionada por el grito de dolor que le llegaba desde Ā las ventanas enrejadas, habla con los amigos de la comunidad local de los Focolares y entre 25 (jóvenes, muchachos, familias…) deciden responder a este dolor. De acuerdo con Caritas diocesana y con otros Movimientos, el grupo se sumerge en esa humanidad que sufreĀ detrĆ”s de las rejas. No es una experiencia que fĆ”cil, que los lleva a afinar cada gesto y palabra, para expresar la misericordia y para ser verdaderamente una proximidad de amor a ese mundo que los espera. Cada uno es muy consciente de que no va allĆ para āabsolverā, juzgar o para hacer un simple asistencialismo, sino que va solamente para amar, teniendo como objetivo la reconstrucción Ā de la persona. Y es tal vez por esta actitud que pronto ven que aparece en cada una de esas personas su lado positivo. āCuando salga de aquĆ quiero ser una persona nuevaā, confiesa una de ellas. Y otra dice: āAhora que sĆ© lo que quiere decir ser cristiana, quiero vivir segĆŗn el Evangelio amando a mis compaƱeras de celda, aunque me hagan la vida imposibleā. YĀ otra de ellas expresa: āComprendĆ que la verdadera ayuda proviene de JesĆŗs EucaristĆa y no de los `poderososā de la tierraā. Este flujo de luz y de gracia no se conquista con la varita mĆ”gica. Es el fruto de una continuada atención a las necesidades de las presas, sosteniĆ©ndolas para que reencuentren su propia dignidad en una discreta y perseverante formación para vivir el Evangelio. Es ir con ellas a la misa dominical, animĆ”ndola con cantos, y ponerse a disposición para reciclar la capilla. Es pedir y obtener el permiso de la dirección de la cĆ”rcel para organizar, en Ā la Casa familia āMujer nuevaā, que aloja a mujeres en rĆ©gimen de detención alternativa, una serie de laboratorios de educación sanitaria, cursos de cocina, sesiones de yoga, de costura, etc. Una de las necesidades de las presas ā que no fue expresada, pero enseguida captada- es el cuidado de la propia imagen. Y es asĆ que nació la idea de la āBoutique rosaā, un lugar gratuito dentro de la cĆ”rcel, con las paredes de color rosado, con cortinas y mesas de color que contrastan con el gris de las celdas. Un punto en el cual las reclusas, a menudo abandonadas o lejos de la propia familia, semanalmente pueden recibir productos para su higiene y el cuidado de su persona, vestimenta, ropa interior, etc. En sĆntesis todo aquello que sirve para mejorar el ālookā y aumentar la propia autoestima. Y mientras tanto se escuchan sus dificultades con las otras detenidas o con los agentes del orden, se les da Ć”nimo cuando expresan su dolor porque no se pueden ocupar de los hijos que tienen en casa, construyendo de este modo relaciones cada vez mĆ”s estrechas. Es tambiĆ©n la ocasión para compartir pequeƱas o grandes alegrĆas, como por ejemplo, un descuento del tiempo de cĆ”rcel, el haber recibido una visita inesperada, los pasos dados en el recomenzar. Muchas de ellas son de etnias y culturas distintas y pertenecen a varias iglesias cristianas y a distintas religiones. āRecuerdo a una mujer ortodoxa ā cuenta MarĆa Clara- que en la semana de oración por la unidad de los cristianos quiso participar con un canto-oración suyo. Llorando, despuĆ©s me dijo que ofrecĆa el inmenso dolor de la detención por la unidad de las iglesias. DespuĆ©s fuimos a NĆ”poles a conocer a su marido y a los 5 hijos, a quienes llevamos todo tipo de ayuda. Ā Compartimos esta experiencia con algunas personas pertenecientes a iglesias cristianas de diversas denominaciones con las cuales en la diócesis se abrió un diĆ”logo ecumĆ©nico y les propusimos que vinieran tambiĆ©n ellos a la cĆ”rcel para ayudar en la āBoutique rosaā. Ā”No esperĆ”bamos tanto! Ahora colaboran con nosotros tambiĆ©n 4 hermanas evangĆ©licas. Gracias a ellas, las relaciones con las presas de diversas iglesias son cada vez mĆ”s estrechas y, a veces, estos vĆnculos continĆŗan tambiĆ©n cuando salen de la cĆ”rcelā.
Sep 15, 2016 | Sin categorizar
https://www.youtube.com/watch?v=8Asjy1-9mxI DespuĆ©s de Nosotros venimos a ti (1972), Donde tĆŗ estĆ”s (1982), Si estamos unidos (1987), y junto con el Gen Verde Como fuego vivo (1998) y Misa de la Concordia (2004), en el aƱo de la misericordia llega un nuevo trabajo del Gen Rosso, Voz de mi canto, una recopilación de piezas nacidas de una bĆŗsqueda interior tanto musical como espiritual. Entramos en el Ć”lbum con una entrevista a Lito Amuchastegui, argentino, por 20 aƱos integrante del Gen Rosso. Es el compositor de la mayor parte de las canciones, a partir de las cuales nació la idea de llegar a componer una Misa completa, que mĆ”s adelante contó con la colaboración de Beni Enderle para algunas piezas musicales y con Valerio Lode CiprƬ, para algunos textos, mientras que en el mezclador final intervino Emanuele Chirco. Apasionado por la mĆŗsica, Lito empezó a cantar en pĆŗblico a la edad de 5 aƱos. En el Gen Rosso trabajó como tĆ©cnico de sonido. Voz de mi canto es la herencia que deja al grupo, antes de partir hacia Córdoba (Argentina), su tierra natal. Ā«Escribir una Misa no es bromaĀ», declara. Ā«Hace falta ser conscientes. EstĆ”s hablando de quien es Dios para ti. Frente a cada pieza he tenido que ponerme frente a Ćl y, como en un coloquio, preguntarle: Āæeres TĆŗ realmente la Voz de mi canto? ĀæEres TĆŗ mi Ćŗnico bien? Cuando hay cruces, Āæeres TĆŗ mi Cireneo? En El Cielo estĆ” con nosotros, una pieza que me gusta mucho, me inspirĆ© en una meditación de Chiara Lubich, en la que dice que el Cielo se ha volcado sobre nosotros, el Cielo infinito: āy tĆŗ has nacido entre nosotros y has traĆdo el perfume del cielo, tĆŗ has muerto por nosotros, eres amor puro, eres amor divinoā. Se trata pues de preguntarse sobre Dios, no a nivel teológico o histórico, sino sobre quiĆ©n es Dios para mĆ. Por eso digo que ha sido una bĆŗsqueda espiritualĀ». Voz de mi canto es, pues, sobre todo una experiencia: plegaria, gozo de sentirse amados por Dios. Pero Āæcómo nació la idea de hacer una Misa cantada? Ā«La inspiración partió del deseo de componer. Me llevĆ© entonces la guitarra durante las vacaciones y de golpe compuse Los que te aman a ti. DespuĆ©s la completĆ© y compartĆ con quien estaba conmigo, y gustó. Desde entonces he seguido adelante y han nacido once piezas, mĆ”s dos que ya tenĆamos. Y Āæpor quĆ© una Misa? Se ve que Dios me hablaba de este modo: āQuiero ayudarte a que me des mĆ”s gloriaā. De ahĆ partió la ideaĀ». ĀæQuĆ© historias estĆ”n detrĆ”s de cada canción? Lito AmuchĆ”stegui revela que ha puesto dentro de esas composiciones algo de sus raĆces: Ā«En una canción se habla de Pan de la Madre Tierra. La Madre Tierra para nosotros americanos del sur es muy sentida pues viene de las tradiciones indĆgenas. AdemĆ”s, cuando estuve en Uruguay, conocĆ el ācandombeā que tiene rasgos afroamericanos y quise dejar constancia de la experiencia realizada con mĆŗsicos uruguayos en el Santo, un pueblo que canta y alaba a Dios, un pueblo caminante, con tambores, como el Rey David que cantaba y bailaba delante del Arca de Alianza. O bien, NiƱa de Nazareth, una canción que habĆa escrito antes de que llegara al Gen Rosso y a la que nunca habĆa logrado musicalizar. Trabajando con Beni Henderle, en dos horas nos salió. Para otras, en cambio, ha costado mĆ”s. Del Kirie Eleison, por ejemplo, he hecho 7 versiones. QuerĆa comunicar la experiencia de que Dios nos ama; tambiĆ©n la misericordia nace de su ser Amor. El resto es relativo, pero esto para mĆ es como un clavo fijoĀ». ĀæQuĆ© aconsejarĆas a quien quiera tocar estas canciones? Ā«Le dirĆa que no son canciones para cantarlas, sino canciones que hay que vivir. DesearĆa a las personas que quieran cantarlas en un grupo, en una parroquia, en un coro, que puedan hacer esta experiencia con Dios. Que āentrenā en las piezas. Introducirse con el alma, para que pueda emerger la interpretación justaĀ». Repertorio: 1. Verso di te (Hacia ti) 2. Kyrie Eleison (Tu sempre accoglierai- TĆŗ siempre acojerĆ”s) 3. Gloria 4. Loda il Signore anima mia (Alaba al SeƱor alma mĆa) 5. Alleluia 6. Quelli che amano te (Los que te aman a ti) 7. Santo (Ritmo de Candombe) 8. Agnello di Dio (Cordero de Dios) 9. Il cielo ĆØ con noi (El cielo estĆ” con nosotros) 10. Voce del mio canto (Voz de mi canto) 11. Come un fiume (Como un rĆo) 12. Ave Maria 13. NiƱa de Nazareth (Bonus Track). Los textos y las partituras completas estĆ”n incluidos en el CD Dónde adquirir el CD Voce del mio canto (Voz de mi canto)