La provincia española de Valencia vivió uno de los desastres naturales más grandes de su historia hace algunos días luego de que las lluvias intensas provocaran inundaciones masivas -la DANA- en ciudades y pueblos de la región el pasado 29 de octubre.
Al momento se cuentan 214 fallecidos y aun están desaparecidos 32. Se calcula que 800.000 personas, un tercio de los habitantes de la provincia de Valencia, fueron afectados. Cerca de 2000 pequeños locales comerciales fueron invadidos por el agua y el barro y han perdido todo. Los automóviles navegaban como barcos de papel por las calles amontonándose unos sobre otros. No existe todavía registro de cuántas familias han perdido la fuente de su sustento. Un gran desastre magnificado por la prorroga indefinida de obras públicas necesarias para evitar que se produzcan estas verdaderas riadas.
Un gran desastre que se complementa con una gran solidaridad. Los días siguientes, cuando las aguas empezaron a retirarse y quedaba a la vista la acumulación de barro que todo lo cubría, miles de voluntarios, en su mayoría jóvenes, llegaban a la zona del desastre caminando con palas y escobas para ponerse manos a la obra.
“Esto ha sido, está siendo todavía, una tragedia inmensa. Por encima de cualquier cosa que hubiéramos podido imaginar. No acabábamos de creer que estaba pasando”, dice José Luis Guinot, médico oncólogo y presidente de la Asociación Viktor E. Frankl de Valencia para el apoyo emocional en la enfermedad, el sufrimiento, la muerte y cualquier pérdida vital. Fue convocado por el Ayuntamiento a colaborar en un centro de atención sanitaria y de apoyo que se creó para la ocasión para “escuchar y contener a quien viene con la necesidad de contar lo que le pasó y lo que está viviendo”.
Cuenta que algunos días después, participando de la misa dominical, le provoca dolor escuchar que sólo se rece por los muertos, los afectados de la inundación, sin proponer nada más. Luego reflexiona y piensa “cuidado, no nos basta rezar, aun si hay que rezar muchísimo. Es necesario acercarse para dar una esperanza. Y ahí nosotros como cristianos, como Movimiento de los Focolares, tenemos que dar esa esperanza más allá de las cosas durísimas que vivimos. Pero juntos y unidos es como podremos ayudar a salir de esta situación”.
En uno de los pueblos afectados a una familia de los Focolares con niños pequeños se les inundó la casa. No hubo consecuencias graves, pero ya nada de lo que tenían sirve: lavadora, heladera, todos los electrodomésticos, muebles… La ayuda de las otras familias no se hizo esperar: quien le lavó toda la ropa, quien les consiguió una lavadora nueva…
Eugenio, es un miembro de los Focolares que tiene una discapacidad por poliomelitis. Durante años se ha prodigado por la Federación de Deportes adaptados de Valencia, siendo el Presidente. Tiene muchos problemas de movilidad y durante los días siguientes a la inundación estaba imposibilitado de moverse. Pero tiene a mano el teléfono y desde su casa movilizó a las asociaciones locales de discapacitados que se organizaron para la ayuda. “Nosotros tenemos que dar ideas, ayudar a crear solidaridad, a generar donación”, aclara José Luis Guinot y así estas asociaciones han conseguido sillas de ruedas para quienes tienen las suyas inutilizadas.
“Yo creo que es una alerta a toda la sociedad. Es conocido que en España vivimos un periodo de conflicto político muy polarizado – reflexiona José Luis -. Pero hay otra sociedad de personas, muchos jóvenes, que pensamos que están atados a las redes sociales, sin embargo, ahora están ahí, en el barro, y nos están pidiendo una sociedad solidaria, un mundo unido, una sociedad donde la fraternidad se entiende. Este mensaje, hasta ahora no quedaba bien con los políticos. Pero ahora nadie lo va a discutir”.
Con la comunidad de los Focolares se reunirán un próximo fin de semana, después que pasen estos días de emergencia para pensar y programar juntos cuál es el servicio que pueden brindar. Porque “en dos o tres meses lo que va a venir va a ser esa necesidad de apoyo emocional, de sentirse parte de algo, de una comunidad, o bien parte de la parroquia… Allí tenemos una tarea muy grande, de usar mucho el teléfono, de poder ir a ver a las personas, de dejar que nos cuenten, animarlas sabiendo que está siendo muy duro, pero que estamos a su lado”. Una tarea en la cual se pueden y deben involucrar todos como dice José Luis: “No te puedes mover de casa, eres anciano, tienes hijos pequeños… pero tu tienes capacidad de hablar con tus vecinos, tienes la posibilidad de llamar por teléfono y dar ánimo. Transmitir comunidad… a quien está sufriendo una pérdida de seres queridos, bienes esenciales no le voy a explicar nada, les voy a dar un abrazo y le voy a decir: vamos a ayudarte para que encuentres la fuerza de salir adelante”. .
La comunidad de los Focolares ha lanzado una campaña de recogida de fondos junto a la Fundación Igino Giordani, fondos que gestionarán localmente para la ayuda a los damnificados. Los daños y pérdidas materiales son incontables. Los sobrevivientes se han quedado sin camas, mesas, neveras, lavadoras, coches, materiales de trabajo…
Se pueden hacer aportes solidarios a través de: Fundación Igino GiordaniCaixaBank: ES65 2100 5615 7902 0005 6937 Proprietario: Fundación Igino Giordani Concetto: Emergencia DANA España Si se desea desgravar por su donación envíe sus datos fiscales ainfo@fundaciongiordani.org
La paz es el resultado de un proyecto: un proyecto de fraternidad entre los pueblos, de solidaridad con los más débiles, de respeto recíproco. De ese modo se construye un mundo más justo, se arrincona la guerra come una práctica bárbara que pertenece a la fase oscura de la historia del género humano. Pasaron muchos años desde la primera publicación de este escrito, que resulta aun muy actual, en un momento en el que el mundo está desgarrado por conflictos atroces. La historia, nos dice Giordani, podría enseñarnos mucho.
La guerra es un homicidio en gran escala, disfrazado de una suerte de culto sagrado, como el sacrificio al dios Baal. Y la razón de ella es el terror que inspira, la retorica tras la que se esconde y los intereses que implica. Cuando la humanidad haya progresado espiritualmente, la guerra sera incluida entre los ritos cruentos, las supersticiones de los hechiceros y los fenómenos de barbarie.
La guerra es para la humanidad lo que la enfermedad para la salud, o el pecado para el alma. Es destrucción y vergüenza; ataca al alma y al cuerpo, a los individuos y a la colectividad.
Einstein afirmaba que el hombre tenia necesidad de odiar y destruir, y la guerra lo satisfacía. Pero no es asi. La mayorfa de los hombres, pueblos enteros, no manifiestan esa necesidad. O, en todo caso, saben contenerla. La razón y la religión condenan la guerra.
Todas las cosas apetecen la paz, segun Tomas de Aquino. En efecto, todas apetecen la vida. Solo los locos o los enfermos terminales pueden desear la muerte. Y la guerra es muerte. El pueblo no la quiere; la quieren algunas minorías que con la violencia se aseguran provechos económicos o, también, la satisfacción de las peores pasiones. Más que nunca hoy, los costos, las muertes y la destrucción definen a la guerra como una “masacre inútil”. Masacre y, además, inútil. Una victoria de la muerte sobre la vida, verdadero suicidio de la humanidad.
[…] “La inteligencia humana, destinada a otras finalidades, ha inventado y puesto en marcha hoy instrumentos de guerra capaces e despertar el horror en el ánimo de toda persona honesta, sobre todo porque no atacan solo ejércitos sino que a menudo también a poblaciones civiles, niños, mujeres, ancianos, enfermos… además de destruir construcciones sacras y obras de arte. ¿A quién no espanta la idea dde que nuevos cementerios se sumen a los ya numerosos del reciente conflicto y que nuevas ruinas humeantes de barrios y ciudades aumenten las destrucciones anteriores? ¿Quién no tiembla al pensar que la destrucción de nuevas riquezas, inevitable consecuencia de la guerra, pueda agravar la crisis económica que sufren los pueblos, especialmente las clases más humildes?” [1]. […]
Esa inutilidad fue confirmada por Pío XII en 1951: “Todos manifestaron con la misma enérgica claridad el horror ante la guerra, y la convicción de que ésta no es un medio válido para dirimir conflictos y restablecer la justicia. A ello pueden ayudar solamente acuerdos consensuados de manera libre y leal. Para admitir razones que justifiquen una guerra popular -en el sentido que respondan al deseo y las voluntad de los pueblos- sólo podría considerarse injusticias tan mayúsculas y destructivas de los bienes esenciales que alteren la conciencia de toda nación” [2].
Así como la peste apesta y el hambre genera hambruna, la guerra provoca muerte. Además, destruye también los instrumentos de la vida. Es una industria temeraria, una fábrica de ruinas.
Solamente un alterado mental puede pensar que de una masacre obtenga beneficios, salud de una grave hemorragia o energía de una pulmonía. El mal produce mal, así como la palmera dátiles. La realidad demuestra, también en este campo, la inconsistencia práctica del maquiavélico aforismo según el cual “el fin justifica los medios”.
El fin puede ser la justicia, la libertad, el honor, el pan; pero los medios provocan tal destrucción de alimentos, libertad, justicia, dignidad, además de vidas humanas -entre las de niños, mujeres, ancianos e inocentes de toda clase- que anulan trágicamente los mismos fines.
En síntesis, la guerra no sirve de nada, fuera de destruir vidas y bienes.
“Ha sido una gracia inmensa para mí, un don de Dios no solo personal, sino que lo considero así para todo el Movimiento de los Focolares”. Con estas palabras la Presidente Margaret Karram abre algunas reflexiones sobre la experiencia sinodal y el documento final de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos (2-27 octubre 2024) “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación, misión”.
“Ikuméni ha transformado la forma con la que los jóvenes nos relacionamos, la forma en que nos miramos, la forma en que podemos mantener la unidad en la diversidad”, dice Edy, peruano, católico, desde el escenario del Genfest 2024 en Aparecida, acompañado por otros 13 jóvenes de diferentes Iglesias cristianas y países latinoamericanos.
Pero ¿qué es Ikuméni? Es un itinerario de formación de cuatro meses de duración en un estilo de liderazgo basado en el arte de la hospitalidad, la cooperación y las buenas prácticas. “Lo más destacado de todo esto es nuestra reunión presencial y de cierre”, continúa Edy. Luego, Pablo, salvadoreño, luterano, dice: “Algo que nos ha marcado es aprender a generar juntos iniciativas de cooperación que llamamos buenas prácticas ecuménicas e interreligiosas, trabajando juntos, personas de diversas Iglesias y diferentes religiones, dispuestas a servir en los desafíos que enfrentamos hoy en nuestras ciudades y zonas rurales”.
En efecto, Ikuméni ofrece a los jóvenes diferentes itinerarios para la implementación de buenas prácticas: así nacieron iniciativas de cooperación para la construcción de la paz, la resolución de conflictos, la ecología integral y el desarrollo sostenible, las cuestiones humanitarias y la resiliencia, trabajando juntos no sólo con personas de diferentes Iglesias, sino también con la sociedad civil para cuidar juntos.
“En mi caso comenzamos con una iniciativa para la construcción de la paz en la facultad de Ciencias Sociales de la Universidad donde estudio”, dice Laura Camila, colombiana, quien vive en Buenos Aires y es miembro de una comunidad eclesial pentecostal. Y reitera, “necesitamos trabajar juntos por la paz, realmente la necesitamos. Así, en colaboración con distintas Iglesias, nacieron iniciativas para fortalecer la resiliencia creando redes ecuménicas e interreligiosas y talleres para la formación al diálogo y la resolución de conflictos”.
El itinerario formativo Ikuméni es un programa de becas y por tanto no tiene costo para los participantes que son seleccionados para participar en el itinerario. Requiere un compromiso de 4 horas semanales y participación en el encuentro regional presencial de Ikuméni. Pueden participar jóvenes de entre 18 y 35 años que hayan completado la educación secundaria. Está organizado por CREAS (Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio) con la colaboración de diversas organizaciones.
Ya está abierta la inscripción para el laboratorio 2025. Encuentras toda la información en: https://ikumeni.org/
Invitamos a ver nuestro reportaje realizado hace unos meses en Buenos Aires con motivo de la reunión del equipo de trabajo.
Una chica enamorada de Dios que a la edad de 17 años descubre que tiene un tumor óseo y que incluso durante la enfermedad nunca deja de alimentarse del amor de Dios, más fuerte que cualquier otra cosa. “Por ti, Jesús, si tú lo quieres, ¡yo también lo quiero!”.
Cuando cursaba el cuarto año de la escuela primaria conoció el Movimiento de los Focolares. En ese momento entró al grupo Gen (Generación nueva), que son los jóvenes del Movimiento de los Focolares. No hablaba de Jesús a los demás sino que lo transmitía con su vida. De hecho, decía: “yo no tengo que hablar de Dios, tengo que dárselo a todos… ante todo poniéndome en una actitud de escucha, pero sobre todo con mi forma de amar”.
“Chiara Luce” es el nombre que he pensado para ti; ¿te gusta? –le escribió Chiara Lubich, fundadora de los Focolares respondiéndole a una carta que le había escrito–. Es la luz del Ideal que vence al mundo…”.
Chiara Luce partió al Cielo el 7 de octubre de 1990. Pronunció estas últimas palabras: “Mamá, adiós, sé feliz, porque yo lo soy”, coronando así un sufrimiento vivido en la luz radiante de la fe. Su breve vida es hoy un ejemplo para miles de chicos en todo el mundo. Se ha creado una Fundación que es como un canal oficial para mantener perenne y viva la memoria de la beata Chiara y para custodiar los lugares. Allí llegan continuamente pedidos y noticias que confirman que la Beata Chiara Luce es conocida y amada en todo el mundo, sobre todo entre los jóvenes.
En el día de su cumpleaños (Chiara nació el 29 de octubre de 1971) y de la conmemoración litúrgica, en Sassello (Italia), su ciudad natal, se vivirá una jornada intensa de fiesta, abierta a todos, y con la posibilidad de seguir algunos momentos en directo por streaming en el sitio oficial de Chiara Badano:Fondazione Chiara Badano.
En el aviso se puede leer el programa con los horarios (huso horario ute + 1).