Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, en sus discursos habló varias veces de la cercanía como el camino de Dios para ser prójimo de la humanidad. Como se lee ya a partir del título de este libro, “La cercanía” es el estilo de Dios, que Jesús nos ha mostrado con su vida. Es también el camino por excelencia para comunicar a los hombres y mujeres de hoy la presencia de Dios. Para conocer mejor los contenidos del volumen hemos entrevistado a las autoras: Judith Povilus y Lida Ciccarelli.
Lida, Judith: ¿de qué habla el libro?
Lida: “Se trata de una recopilación de pensamientos de Chiara Lubich sobre el tema del amor para con los hermanos según la perspectiva de la proximidad. Es un tema muy amado por el Papa Francisco que más de una vez ha pedido que cuidemos el mundo que nos circunda, que seamos prójimos de nuestros hermanos y hermanas según el estilo de Dios: la cercanía, justamente.
Judith “Para la edición en inglés, nos pedían cómo traducir el título. Y la solución responde de algún modo a tu pregunta: Learning closeness from God: aprender de Dios la cercanía, ver y relacionarnos entre nosotros como lo hace Dios que se hizo nuestro prójimo, y así aprender a ser prójimos nosotros de la persona que nos está cerca”.
Judith Povilus, doctora en teología fundamental, es docente emérita de lógica y fundamentos de la matemática en el Instituto Universitario Sophia (Loppiano, Italia). Es autora de: La Presenza di Gesù tra i suoi nella teologia di oggi (1977); Jesús en medio en el pensamiento de Chiara Lubich (1981); Numeri e luce. Sul significato sapienziale della matematica (2013); co-editora de La unidad. Una mirada desde el Paraíso ’49 de Chiara Lubich (2021). La unidad. Una mirada desde el Paraíso ’49 de Chiara Lubich (2021). (2021).
¿Cómo se transmite la presencia de Dios hoy en día, un tiempo en el que hay mucha soledad, indiferencia, guerras y divisiones?
Lida: “Si miramos a nuestro alrededor hay razones para ser pesimistas, y sin embargo como cristianos estamos llamados a dar testimonio del amor de Dios siempre. Para mí, el camino que hay que seguir es el de Jesús: la sociedad de ese entonces no era mejor que la actual; a pesar de ello Jesús donó siempre la vida del cielo. Por lo tanto, nosotros también pongamos amor donde no hay amor, donde hay soledad hagámonos compañeros de vida, donde hay división hagámonos instrumentos de reconciliación y unidad”.
¿Quién es “el que está cerca” al que debemos dar la presencia de Dios?
Judith: “La encíclica Hermanos todos habla de la parábola del buen samaritano en donde el Escriba le pregunta a Jesús: ¿quién es mi prójimo? Jesús le da la vuelta a la pregunta y nos hace entender que todos son candidatos a ser nuestro prójimo. No hay límites, depende de mí hacerme prójimo de los demás. Hacerse prójimo es un acto ‘performativo’. Es hermosa tu pregunta: encontrar a Dios es lo que todo ser humano mayormente espera, aunque no sea consciente. Entonces, dejemos que Dios viva en nosotros, que él a través de nuestro amor impacte los corazones”.
Sucede a menudo que la diversidad que encontramos en el plano cultural, social, político, se manifiesta en fragmentaciones y polarizaciones. Y aumenta el miedo frente a los demás. Chiara Lubich con el ideal de la unidad va contracorriente frente a ese fenómeno.
Lida: “Sí, es justamente así, Chiara va contracorriente. Dentro de nosotros ha impreso una idea simple pero revolucionaria: todos somos hermanos porque hijos del Padre que está en los cielos. Una idea simple, pero que nos hace libres y que derriba el muro de las divisiones. Si la ponemos en práctica, cambia nuestra vida. El otro, no importa quién sea, joven o anciano, de mi misma idea o no, rico o pobre, extranjero o de mi mismo país, tiene que ser visto con ojos nuevos: son hijos del Padre y todos, pero realmente todos, son amados por el Padre como yo”.
Lida Ceccarelli, licenciada en filosofía y teología moral, es docente de Historia de la Iglesia y Teología Espiritual en el Instituto internacional Mystici Corporis (Loppiano-Italia). Ex-miembro de la Comisión para la Espiritualidad en la Secretaría del Sínodo, es Postuladora en el Dicasterio de las Causas de los Santos.
La proximidad es un concepto central tanto en las Iglesias cristianas como en las distintas tradiciones religiosas. Por lo tanto, ¿es el camino para la fraternidad universal?
Lida: “Es exactamente lo que hemos vivido en estos días con un grupo de jóvenes musulmanes chiitas, alumnos del Dr. Mohammad Ali Sahomali, Director del Instituto Internacional para los Estudios Islámicos de Qum en Irán. Esos estudiantes vinieron a la Universidad Sophia, en la ciudadela de Loppiano, para un breve curso de cristianismo. No hemos hablado tanto de fraternidad sino que la hemos puesto en práctica”.
Judith: “A mí me tocaba impartir algunas clases sobre la espiritualidad de la unidad. Hablando de Dios amor les conté la parábola del Hijo pródigo. Les dije: “¿Alguno de ustedes es padre y entiende la profundidad de este amor “condimentado” de misericordia? Siete de ellos eran jóvenes padres de familia. Durante una pausa, me mostraron, con alegría y emoción, las fotos de sus hijos. En ese clima, sus preguntas espontáneas acerca de la espiritualidad hicieron entrar el carisma de la unidad cada vez más en profundidad. Con la alegría se descubrían los puntos en común o se aclaraban las verdades del cristianismo que antes no se habían captado. Constaté que la cercanía, con todos sus matices humanos y con el interés por compartir la vida del prójimo, es sin duda el camino para compartir el regalo que el carisma es para todos, incluso para los no cristianos, y ser juntos constructores de un mundo más fraterno”.
¿Qué consejos se pueden dar a los lectores? ¿Cómo debemos “mirar” al otro?
Lida: “Quizá si el lector ya conoce los escritos de Chiara, le sugeriría que se acercara a ellos como si fuera la primera vez. Y luego detenerse en el momento en el que uno se siente impactado por algo, para ponerse a la escucha de la Sabiduría que está a la puerta y golpea a nuestro corazón”.
Judith: “Sí, porque de hecho los escritos de Chiara en la parte de la antología tienen un gran espesor, con variados géneros y contenidos. No puede leerse el libro todo de golpe. Personalmente cada vez, meditando un escrito u otro, descubro nuevas intuiciones o nuevos pasos que dar”.
Lida: “Entonces, para concluir, ¿qué mirada hay que tener para con el otro, para con el prójimo? La que tuvo Jesús con el joven rico: “mirándolo lo amó”. ¿Cómo habrá sido su mirada? Una mirada amante y gratuita que entra dentro de ti y te dice: tú eres importante para mí, yo te amo así como eres”.
El 24 de enero de 1944 Chiara Lubich descubrió lo que se convertiría en un punto clave de la espiritualidad de la unidad: Jesús cuando experimenta el abandono del Padre en la cruz, máxima expresión del dolor, máxima expresión del amor.
Precisamente Jesús Abandonado fue el centro de un momento artístico durante el Genfest 2024, un evento internacional de los jóvenes de los Focolares. Proponemos algunos extractos del mismo.
[…] Estar convencidos de que, para que la civilización del amor sea una realidad, hay que hacer estallar en el mundo una corriente de amor que lo invada; sin ella todo queda a nivel de un sueño, y está destinada a morir. […] El amor. Enseñar a amar. Pero sabe amar realmente quien se sabe sinceramente amado. Esta es una constatación humana, pero no es menos válida en el ámbito sobrenatural. Saber que somos amados. ¿Por quién? Por Aquel que es el Amor. Tenemos que abrir los ojos al mayor número posible de nuestros hermanos para que vean, descubran la fortuna que poseen, a menudo sin saberlo. No están solos en esta tierra. Existe el Amor; tienen un Padre que no abandona a los hijos a su destino, sino que quiere acompañarlos, custodiarlos, ayudarlos. Es un Padre que no carga pesos insoportables sobre los hombros de los demás, sino que es el primero en llevarlos; en nuestro caso: que no deja la renovación de la sociedad solo a la iniciativa de los hombres, sino que es el primero en ocuparse de ella. Es necesario que los hombres lo sepan y recurran a Él conscientes de que nada le es imposible. Creer, pues, que somos amados por Dios para poder lanzarnos con mayor fe a la aventura del amor y trabajar junto a Él por una Nueva Humanidad. Después, poner al hombre en el centro de nuestros intereses y compartir con él desgracias y éxitos, bienes espirituales y materiales. Y, para amar bien, no ver en las dificultades y distorsiones y sufrimientos del mundo solo males sociales que hay que remediar, sino descubrir en ellos el rostro de Cristo, que no desdeña esconderse bajo cada miseria humana. Él es el resorte que desencadena las mejores energías de nuestro ser ─especialmente de los cristianos─ en favor del hombre. Y puesto que el amor del que hablamos ciertamente no es solo filantropía, ni solo amistad, ni pura solidaridad humana, sino sobre todo un don que viene de lo Alto, ponerse en la mejor disposición para adquirirlo, alimentarse y vivir de la Palabra de Dios. […] Y que cada uno en su pequeño o gran mundo cotidiano, en la familia, en la oficina, en la fábrica, en el sindicato, en lo vivo de los problemas locales y generales, en las instituciones públicas de la ciudad o de más grandes dimensiones, hasta la ONU, sea verdaderamente constructor de paz, testigo del amor, factor de unidad.
(…) Hoy, mirando hacia atrás, podemos comprender qué podía decirnos, hace varios decenios, ese 7 de diciembre de 1943, año del nacimiento de nuestro Movimiento; afirma que un carisma del Espíritu Santo, una nueva luz, descendió esos días a la tierra; una luz que en la mente de Dios tenía que saciar la sed abrasadora de este mundo con el agua de la Sabiduría, calentarlo con el amor divino y hacer nacer así este pueblo nuevo, alimentado por el Evangelio. Esto, ante todo.
Pero como Dios es concreto en su manera de obrar, proveyó inmediatamente a asegurase el primer ladrillo para el edificio, esta Obra que le iba a ser útil para realizar sus planes. Y pensó en llamarme a mí, una chica como cualquiera. Y de allí nació mi consagración a El, mi “sí” a Dios que muy pronto fue seguido por muchos otros “sí” de jóvenes, mujeres y hombres.
Por eso aquel día nos habla de luz y de entrega a Dios de algunas criaturas, como instrumentos en sus manos para sus fines.
Luz y entrega de sí a Dios, dos palabras extremamente útiles en aquel tiempo de desorientación general, de odio recíproco, de guerra. Tiempo de tinieblas, en el que Dios parecía estar ausente del mundo con su amor, con su paz y guía, y parecía que nadie se interesara por Él.
Pero luz y entrega a Dios son dos palabras que también hoy el Cielo quiere repetirnos, cuando en nuestro planeta se prolongan tantas guerras. (…)
Luz que significa Verbo, Palabra, Evangelio, aún tan poco conocido y, sobre todo, demasiado poco vivido.
“El concurso ha sido y sigue siendo una forma de dar a conocer la figura de Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, especialmente a las nuevas generaciones y a un público que se ha acercado a ella desde un enfoque de carácter cultural” dice Giuliano Ruzzier, docente y colaborador del Centro Chiara Lubich.
El concurso está promovido por el Ministerio de la Instrucción y del Mérito, New Humanity y la Fundación Museo Histórico de la provincia de Trento. La temática de este año es la paz: reflexionar acerca del significado de esa palabra y de esa realidad, a la luz del aporte que nos ha dejado Chiara Lubich. “En su vasto patrimonio, considerando los ámbitos en los que ella se ha expresado de forma explícita sobre este tema –explica Ruzzier– hemos individualizado cuatro perspectivas a partir de las cuales se puede reflexionar en la temática de la paz”.
Las pistas por las que caminar son, concretamente, el diálogo constructivo entre personas de religiones y culturas diferentes, la superación de las disparidades económicas, el compromiso personal por la fraternidad generando relaciones de proximidad, y la difusión de una cultura de paz. “Chiara Lubich tuvo una mirada completa. Es conocida su invitación a ‘amar la patria del otro como la propia’, nos sigue diciendo el profesor Giuliano Ruzzier. “Seguramente algo que caracteriza el pensamiento y la vida de Chiara es el hincapié que hace en las relaciones de proximidad en la cotidianeidad. Como ella dijo, toda nuestra jornada puede llenarse de servicios concretos, humildes e inteligentes, que son expresiones de nuestro amor. No existe ningún gesto, por más pequeño que sea, que no tenga una implicancia en el cuerpo social”.
El concurso está dirigido a los niños de la escuela primaria y a chicos y jóvenes de la escuela secundaria. “Como ya sucedió en los años anteriores, este año también y de una manera especial, esperamos una amplia participación incluso por parte de las escuelas italianas en el exterior, ya que la temática escogida tiene un claro alcance internacional”.
Le preguntamos a Giuliano Ruzzier, qué les diría él como docente a sus colegas para alentarlos a participar en este concurso. “A mí me parece que con este concurso se les ofrece a los chicos la posibilidad de reflexionar de una manera original y autónoma sobre una idea que seguramente tiene gran actualidad e importancia como es el tema de la paz. Además, ofrece también la posibilidad de dialogar con el pensamiento muy singular de una mujer que recorrió y vivió de una forma fuertemente significativa el siglo XX. Y que se ha expresado de múltiples maneras”.
“Ustedes aspiran, ustedes trabajan por un mundo unido” (un mundo de paz y fraternidad).
¿Y qué hacen? Actividades, que pueden parecer pequeñas y desproporcionadas – aunque significativas en su intención– frente al objetivo que se propusieron. Tal vez […] alguno de ustedes llegue a trabajar directamente en los distintos organismos orientados al mundo unido.
Pero pienso que aunque todo eso sea muy útil, no será eso ni lo uno ni lo otro lo que contribuirá a realizarlo de manera decisiva.
Será más bien ofrecer al mundo […] un alma. Y esta alma es el amor. […]
Hoy es necesario “ser el amor”, o sea, sentir con el otro, ‘vivir el otro’, los otros y tender a la unidad […] en todo el planeta. […]
Por tanto, construir lazos de unidad, de solidaridad, que tienen su raíz en el amor.
Y este amor tienen que vivirlo antes que nada entre ustedes.
Y así llegar a extenderlo entre muchos […] entre la gente, entre los que deciden los destinos de los pueblos, en las instituciones, en las organizaciones pequeñas y grandes del mundo… en todas partes. Entonces sí que las intenciones de quienes las crearon alcanzarán el objetivo. Y se trabajará realmente por un mundo unido, (un mundo más pacífico). […]
Chiara Lubich
Questo pensiero è stato letto da Margaret Karram, Presidente del Movimento dei Focolari, durante Collegamento del 28 settembre 2024. Si può vedere facendo click qui.