Movimiento de los Focolares
GRACIAS PAPA FRANCISCO

GRACIAS PAPA FRANCISCO

Con profundo pesar he recibido la noticia del regreso a la casa del Padre de nuestro querido Papa Francisco. Junto con toda la Iglesia, lo entregamos a Dios, llenos de gratitud por el extraordinario ejemplo y el don de amor que ha representado para cada persona y para todos los pueblos.

A lo largo de su pontificado, el Santo Padre ha sido en numerosas ocasiones un pastor cercano y afectuoso también para el Movimiento de los Focolares. Siempre nos ha acogido y orientado para testimoniar el Evangelio con valentía y radicalidad.

De los muchos momentos compartidos con él, no olvidaremos sus palabras dirigidas a la Asamblea General de los Focolares, pronunciadas durante la audiencia que nos concedió en 2021:

“…Permanezcan siempre a la escucha del grito de abandono de Cristo en la cruz, que manifiesta la máxima medida del amor. La gracia que produce es capaz de suscitar en nosotros, débiles y pecadores, respuestas generosas y a veces heroicas; es capaz de transformar los sufrimientos e incluso las tragedias en fuente de luz y esperanza para la humanidad”.

Por último, no puedo dejar de testimoniar el amor y la atención personal que el Papa me brindó, especialmente ante los sufrimientos de mi pueblo en Tierra Santa, así como mi profunda gratitud por haberme invitado a participar en el Sínodo sobre la Sinodalidad, donde él mismo nos abrió las puertas hacia una Iglesia sinodal que ahora comienza a dar sus primeros pasos en todo el mundo.

Junto a todo el Movimiento de los Focolares a nivel mundial, me uno a la oración de la Iglesia universal y de todos los hombres y mujeres de buena voluntad, segura de que Nuestra Señora «Salus Populi Romani», de la que él era tan devoto, lo acogerá en el Cielo con los brazos abiertos.

Margaret Karram

Descargar aquí la Declaración de la Presidenta

Querido Papa Francisco

Querido Papa Francisco

Querido Papa Francisco, tal vez no lo recuerda, pero nos conocimos el 26 de septiembre de 2014, cuando Ud. recibió en audiencia privada a una delegación del Movimiento de los Focolares. Yo formaba parte de ese grupo, Luciana Scalacci de Abbadia San Salvatore, en representación de las culturas no religiosas que también tienen una casa en los Focolares. Soy una de esas personas que –como me dijo una vez Jesús Morán– “ayudaron a Chiara Lubich a abrir nuevas pistas para el carisma de la unidad”. Soy una persona no creyente que ha recibido mucho del Movimiento.

En ese día extraordinario, tuve el privilegio de intercambiar con Ud. algunas palabras que nunca olvidaré, y que aquí le transmito.

Luciana: «Santidad, cuando Ud. asumió el cargo de obispo de Roma, yo le escribí una carta, aun sabiendo que Ud. no tendría la oportunidad de leerla, por las tantas cartas que recibe, pero para mí era importante hacerle llegar mi afecto y mis buenos deseos, porque yo, Santidad, no me reconozco en ninguna fe religiosa, pero desde hace más de 20 años formo parte del Movimiento de los Focolares, que me devolvió la esperanza de que todavía es posible construir un mundo unido».

Papa: «Rece por mí, o mejor dicho, Ud. que no es creyente, piense en mí con fuerza, piense en mí siempre, lo necesito».

Luciana: «Pero mire, Santidad, que a mi manera yo rezo por usted.».

Papa: «¡Eso! una oración laica y piense en mí con mucha fuerza, lo necesito».

Luciana: «Santidad, ¡buena salud, con coraje, con fuerza! La Iglesia Católica y el mundo tiene necesidad de usted. La Iglesia Católica tiene necesidad de Ud.».

Papa: «Piense en mí con fuerza y rece laicamente por mí».

Ahora, querido Papa Francisco, Ud. está en una cama de hospital, y yo también estoy en las mismas condiciones. Ambos delante de la fragilidad de nuestra humanidad. Quería asegurarle que no dejo de pensar en Ud. y rezar laicamente por Ud. Ud. rece cristianamente por mí. Con afecto,

Luciana Scalacci
(Fuente: Città Nuova– Foto: ©VaticanMedia)

En oración por el Papa Francisco

En oración por el Papa Francisco

La presidenta del Movimiento de los Focolares, Margaret Karram, ha enviado al Santo Padre un mensaje en el que le asegura su afectuosa cercanía y ferviente oración.

“Pido a la Virgen que le haga sentir su amor maternal y esa ternura que usted siempre nos recomienda tener por el bien de cada prójimo y de cada pueblo”, escribió la Presidenta.

“Infinitamente agradecidos por su vida completamente entregada a Dios y al bien de la humanidad” –añade– “le envío el abrazo de todo el Movimiento de los Focolares en el mundo, que constantemente reza y ofrece por usted”.

Foto: © Raffaelle OreficeCSC Audiovisivi

La familia de Nazaret sea fuente de inspiración y esperanza

La familia de Nazaret sea fuente de inspiración y esperanza

“Siembren ante todo el Evangelio que es buena noticia, para ser creíbles en un tiempo desgarrado por las discordias y los conflictos, donde la paz parece ya un sueño inalcanzable”. Una invitación fuerte que el Papa Francisco dirigió a las familias-focolar a través de una larga carta. El 27 de octubre de 2024 en el Centro Mariápolis de Castel Gandolfo (Italia), Margaret Karram, presidenta de los Focolares, al reunirse precisamente con las familias-focolar jóvenes les leyó el mensaje que había recibido del Papa: una maravillosa sorpresa dirigida justamente a ellas. Las familias-focolar tienen la característica de que ambos cónyuges son focolarinos casados. En el mundo actualmente son 130 las jóvenes familias-focolar que se unen a las numerosas familias que viven la espiritualidad de la unidad que caracteriza al Movimiento de los Focolares.

El encuentro de octubre en Castel Gandolfo fue la última etapa de un itinerario de formación que, en seis etapas, se realizó en distintas regiones del mundo: Polonia, Filipinas, Líbano, Guatemala, Portugal. En la última participaron 55 familias provenientes de varios países.

En su extensa carta, el Papa explica que había sido informado “de la importante labor dentro del Movimiento a favor de las familias que han emprendido un singular camino de formación”. Y agradece a la presidenta “por hacerme partícipe de esta emocionante experiencia de fe vivida por numerosas parejas de distintas nacionalidades y expresiones religiosas. Me complace especialmente saber que llevan adelante con alegría su apostolado en diversos contextos humanos y sociales, esforzándose con gran pasión por crear armonía y concordia”.

El Papa Francisco pide además a Margaret Karram que haga llegar su cercanía espiritual a las familias, exhortando a cada una a ser “instrumento de amor, manifestando la riqueza de la fraternidad sincera y amorosa”. Un pensamiento lo dirige después a las familias en crisis “que han perdido el valor de custodiar la belleza del Sacramento recibido”, y también a los jóvenes para “no tener miedo del matrimonio ni de sus fragilidades”.

Significativa además, la fecha en la que el Papa quiso escribirla: 26 de julio de 2024, memoria de los santos Joaquín y Ana, padres de la Virgen María. Un gesto no casual para los destinatarios de la carta: las familias.

“Queridas familias, al volver a sus casas, reaviven el focolar doméstico con la oración constante; presten oído a la voz del Espíritu Santo que guía, ilumina y sostiene el camino de la vida; abran a los que llaman a la puerta para ser escuchados y consolados; ofrezcan siempre el vino de la alegría y compartan el buen pan de la comunión. La Sagrada Familia de Nazaret sea fuente de inspiración y de esperanza en los momentos de prueba, para que puedan ser en todo lugar artífices de unidad al servicio de la Iglesia y de la humanidad”.

Margaret Karram, concluyendo la lectura de la carta dijo: “la he leído muchas veces y realmente, al igual que a ustedes, me ha conmovido. Me dije: esto expresa un amor inmenso del Papa por ustedes, justamente por ustedes”.

Un preciado regalo que se extiende a todas las familias en el mundo, como una estrella cometa para el camino de cada uno.

Aquí se puede leer la carta.

Lorenzo Russo

Foto: © natik_1123 en Pixabay

El Gen Rosso en Mongolia

El Gen Rosso en Mongolia

Casi 9.000 kilómetros de distancia desde Loppiano (Italia), sede del grupo internacional Gen Rosso. Por primera vez la banda ha aterrizado en Mongolia, el país del Asia Oriental encerrado entre Rusia y China. Ha sido por una invitación del Prefecto Apostólico Cardenal Giorgio Marengo, que guía la joven y ferviente Iglesia católica de Mongolia (son alrededor de 1.500 los bautizados sobre una población de tres millones y medio de habitantes), como una etapa de preparación de las comunidades al Jubileo de la Iglesia Católica de 2025. “Una Iglesia joven, hecha de jóvenes, que necesita un lenguaje joven para hablarle a la gente –así se expresaba el Cardenal–. Crecí con los cantos del Gen Rosso. Luego, una persona me propuso que los contactara para hacerlos venir aquí a Mongolia. Lo pensé como una oportunidad de realizar una animación misionera al estilo del Gen Rosso, que es adecuado especialmente para una realidad como Mongolia, en donde la Iglesia está en sus comienzos. El lenguaje del arte, de los textos del Gen Rosso tienen un horizonte muy amplio y por lo tanto me pareció una ocasión de oro”.

Del 23 de noviembre al 2 de diciembre de 2024 el Gen Rosso se reunió con algunos centenares de personas, sobre todo jóvenes que participaron en varios talleres de diferentes disciplinas artísticas – danza hip hop, broadway, party dance y canto coral– para terminar con un concierto que se llevó a cabo el uno de diciembre en la capital Ulan Bator.

“Hemos pensado en hacer un concierto ‘participado’ al que han aportado incluso los jóvenes del lugar con quienes nos hemos encontrado los primeros días de nuestra permanencia en Mongolia –la banda nos cuenta–. ¿Cuál es el objetivo? Favorecer el intercambio cultural entre los jóvenes y prepararlos para ser animadores con todos nosotros del concierto del 1 de diciembre. Hemos cantado principalmente en inglés, algo en italiano y por lo menos una estrofa de la canción “Esperanza de paz” (Hopes of Peace) en idioma mongol. El deseo ha sido el de ser un aporte a la promoción de una cultura de paz y fraternidad, fundada en los valores de la compartición y la unidad”.

En la agenda un programa intenso: los encuentros con los niños del orfanato, con los que no tienen una morada fija y con algunas familias nómades. “Una gran emoción poder estar con ellos, cantar las canciones junto con los niños, dar esperanza a esas personas, pero también conocer su cultura y sus tradiciones” –comentan Emanuele Chirco y Adelson Oliveira del Gen Rosso–. Luego, se realizó un encuentro con jóvenes artistas del lugar para promover, a través de la música y el arte, una cultura de paz y fraternidad. De hecho, la banda, nacida en el año 1966 en Loppiano por inspiración de Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, difunde justamente esos valores a través de la música. Antes de regresar, el Gen Rosso fue recibido también por la Embajadora de Italia en Mongolia, doctora Giovanna Piccarreta.

El viaje del Gen Rosso fue una etapa importante para la comunidad local. Aquí en 2002, cuando el Papa Juan Pablo II erigió la Prefectura, la Iglesia mongol contaba con poco más de un centenar de fieles y pocos religiosos y sacerdotes. El Cardenal Giorgio Marengo llegó en 2003 como misionero de la Consolata. La comunidad de los creyentes sigue creciendo poco a poco. En 2023 fue el histórico viaje del Papa Francisco para llevar un mensaje de esperanza.

“Ha sido una hermosa experiencia de amistad con el Gen Rosso, en donde se sentía ese común denominador que es Jesús que nos une –comenta el Cardenal Marengo al finalizar la gira–. Enseguida nos hemos sentido en sintonía. Conservo en mi mente también la belleza de ver que los varios miembros de la banda se relacionan entre ellos con una atención fraterna. Y la certeza de que cuando subieran al escenario, ofrecerían una experiencia de belleza, de profundidad para que las personas reflexionaran”.

Lorenzo Russo

Para informaciones y próximos encuentros con el Gen Rosso: www.genrosso.com

Iglesia, rostro de esperanza

Iglesia, rostro de esperanza

Vivir la Iglesia en su dimensión comunitaria a través del método sinodal. Este es uno de los mensajes que surgieron del congreso eclesial organizado por el Movimiento de los Focolares de Italia y Albania que se celebró a principios de noviembre en el Centro Mariápolis de Castel Gandolfo, en Italia. Un evento que contó con la participación de mil personas, de diferentes edades y vocaciones, que adhieren a la espiritualidad de los Focolares, pero también representantes de otras asociaciones.

Cristiana Formosa y Gabriele Bardo, responsables del Movimiento de los Focolares en Italia y Albania, resaltaron el camino recorrido hasta ahora junto con otras realidades de la Iglesia italiana. Todo surgió de “un diálogo profundo, crecido en el tiempo, entre sacerdotes y laicos; trabajando juntos, personas de todas las ramas de la Obra de María (es decir, Movimiento de los Focolares); una valorización creciente de todos aquellos que de diferentes maneras trabajan en la iglesia local y en los organismos diocesanos y nacionales. […] Sentimos que en los últimos años esta sensibilidad dentro del Movimiento ha crecido significativamente y tanto a nivel nacional como local colaboramos mucho más con otros Movimientos y Asociaciones eclesiales”.

El primer día, el profesor Vincenzo Di Pilato, profesor de teología fundamental y coordinador académico del Centro Evangelii Gaudium, destacó (testo) la figura de María como Madre de Dios y Madre de la humanidad, resaltando la raíz trinitaria de la encarnación y la dimensión social de María.

A continuación, el cardenal Giuseppe Petrocchi ha ahondado en la realidad del ser Iglesia hoy, subrayando cómo es necesario tener una brújula de valores para entender cómo moverse, qué iglesia ser y cómo ser iglesia. Debemos estudiar y amar el contexto sociocultural del territorio en el que actuamos y mirar los signos de los tiempos: lo que el Señor nos pide hoy.

Luego, un espacio para diversas experiencias sobre proyectos educativos dirigidos a personas marginadas, sobre las nuevas generaciones, la fraternidad universal, la opción de los “pobres” por una sinodalidad inclusiva.

El segundo día estuvo enriquecido con la presencia de la Dra. Linda Ghisoni, subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, que trajo el saludo y el aliento del Prefecto del Dicasterio, el cardenal Kevin Joseph Farrell. La Dra. Ghisoni donó una reflexión meditativa titulada “Dimensión mariana: una Iglesia con rostro sinodal”. Recorriendo la vida de María, afirmó que también nosotros debemos “confiar en Dios que es fiel”. Nos corresponde a nosotros, lejos de cualquier triunfalismo, estar de pie ante las situaciones más duras de nuestra sociedad, de nuestra familia, de nuestro movimiento. No debemos avergonzarnos si parece que pertenecemos a un grupo de fracasados, si tenemos cobardes entre nosotros, y acoger la llamada a una generatividad siempre nueva, anunciando con cercanía, cuidado, escucha, inteligencia, atención y diálogo, que Dios es fiel, es cercano, es misericordioso”.

Y ha recordado las palabras que el cardenal Farrell dirigió al Movimiento de los Focolares en el 80° aniversario de su nacimiento: “El ideal que Chiara (Lubich) transmitió sigue siendo siempre actual, incluso en el mundo secularizado de hoy, tan diferente del de los inicios de la Obra. Vuestro carisma contiene en sí una gran carga vital, pero como suele decir el Santo Padre: ‘no es una pieza de museo… necesita entrar en contacto con la realidad, con las personas, con sus inquietudes y sus problemas. Y así, en este encuentro fecundo con la realidad, el carisma crece, se renueva y la realidad también se transforma, se transfigura a través de la fuerza espiritual que este carisma trae consigo’”.

Con Marina Castellitto y Carlo Fusco se profundizó en el tema de la vocación universal a la santidad, a través de las figuras de algunos miembros del Movimiento de los Focolares para quienes se ha iniciado la causa de beatificación.

Después la experiencia de la Semana social de los católicos italianos celebrada en Trento en julio de 2024: “Esos días fueron una experiencia de escucha y de estudio del aquí y ahora de nuestro tiempo: interrogándonos sobre nuestro ser comunidad de creyentes en el más amplio ámbito eclesial y, por tanto, comunidad política como historia y red de relaciones humanas”, afirmó Argia Albanese, presidenta del Movimiento Político por la Unidad (MPPU) Italia.

La jornada continuó con la experiencia de la Consulta Nacional de Agregaciones Laicas (CNAL) en presencia de la secretaria Dra. Maddalena Pievaioli. La Consulta es el lugar en el que viven de manera unitaria la relación con el Episcopado italiano, ofreciendo la riqueza de sus asociaciones y acogiendo activamente sus programas e las indicaciones pastorales. La esperanza es que esta realidad pueda difundirse cada vez más dentro de las Asociaciones.

Cerrando el intercambio de algunas buenas prácticas como el Centro Evangelii Gaudium, las experiencias del Movimiento Diocesano de Pesaro y Fermo y reflexiones sobre el diálogo ecuménico e interreligioso, el diálogo con personas de creencias no religiosas y el diálogo con el mundo de la cultura.

El último día contó con la participación de Margaret Karram y Jesús Morán, presidente y copresidente del Movimiento de los Focolares. Margaret narró su reciente experiencia en el Sínodo al ser convocada entre nueve personalidades en calidad de invitados especiales. “El Sínodo, con sus 368 participantes, entre obispos y laicos, entre ellos 16 delegados fraternos de otras Iglesias cristianas, nos ofreció un ejemplo perfecto de la dimensión universal de esta esperanza – afirmó Margaret –. Veníamos de 129 naciones y cada uno de nosotros era portador de nuestra propia realidad: de paz, de guerra, de pobreza, de bienestar, de migración, de alegrías y tristezas de todo tipo. Por eso diría que el primer mensaje, quizás el más importante, es la dimensión profundamente misionera del Sínodo. […] Y la primera lección que aprendimos es: caminar juntos, dar testimonio juntos, nos necesitamos unos a otros. La segunda lección fue la práctica espiritual del discernimiento que requiere: libertad interior, humildad, confianza mutua, apertura a la novedad”. (…) Nuestra responsabilidad es “ser portadores de la sinodalidad en todos los ámbitos: eclesial en primer lugar, basta pensar en cuántos de nosotros – ¡y aquí son muchísimos! – están comprometidos con su Iglesia local. Pero nosotros, miembros de la Obra de María, no podemos limitarnos sólo a este ámbito, somos un Movimiento laico y esta laicidad es imprescindible, viene del Carisma y no la podemos perder. El Sínodo ha subrayado en numerosas ocasiones que debemos ‘ampliar nuestra tienda’ para incluir a todos, especialmente a aquellos que se sienten excluidos”.

Jesús Morán realizó una meditación-reflexión sobre ser una Iglesia de esperanza hoy. “La esperanza – afirmó – nos ayuda a superar el miedo. La esperanza debe estar unida a la fe y al amor, las tres hermanas de la vida teologal. La esperanza es virtud comunitaria, nos libera del aislamiento de la angustia y nos lanza hacia el “nosotros”; un “nosotros” que se convierte en amor concreto al hermano”.

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Lorenzo Russo
Photo: FocolarItalia