Sep 14, 2020 | Sin categorizar
El amor cristiano no es solo una actitud interior, sino que se demuestra con hechos concretos, con hechos visibles, a partir de una simple sonrisa. Esta es la invitación que lanza Chiara Lubich en el siguiente escrito. Aunque en este periodo de pandemia quizás la sonrisa se esconda detrás de las mascarillas, hay otras mil maneras de mostrar nuestro amor “Ámense mutuamente”[1]. Es la vocación de todo cristiano, pero, podríamos añadir, que, especialmente es la nuestra. En estos días me han venido a la mente las palabras que se decían de los primeros cristianos: “Mira cómo se aman, están dispuestos a morir el uno por el otro”[2]. Por tanto, se veía que cada uno estaba dispuesto a morir por el otro. Quizás esto dependía del hecho que, en tiempos de persecución, no era raro el caso de que alguno se ofreciera a morir por el otro. De todos modos, el hecho es que, esta medida de amarse entre los cristianos, se veía. A nosotros, por lo general, no se nos pide precisamente morir. Sin embargo, debemos estar dispuestos a hacerlo. Cada uno de nuestros actos de amor recíproco hay que hacerlo sobre esta base. […] Que también una simple sonrisa nuestra, un gesto, un acto de amor, una palabra, un consejo, una opinión, una corrección a su debido tiempo, a los hermanos, revelen nuestra prontitud a morir por ellos. Que se vea nuestro amor, no por vanidad, ciertamente, sino para garantizarnos el arma potente del testimonio. A menudo, también nosotros, como los primeros cristianos, estamos en un mundo sin Dios, descristianizado. Por lo tanto, debemos testimoniar a Jesús.
Chiara Lubich
(En una conferencia telefónica, Rocca di Papa, 11 de mayo de 1989) Cf. Chiara Lubich, Buscando las cosas de arriba, Ciudad Nueva, Madrid 1993, pág. 140 [1] Cf. Jn 13,34. [2] Tertulliano, Apologetico, 39,7.
Sep 13, 2020 | Sin categorizar
Con tres días de videoconferencia de los delegados de los Focolares en las diferentes áreas del mundo y el consejo general, ha comenzado una nueva fase preparatoria hacia la Asamblea General de los Focolares que se celebrará en enero de 2021. El encuentro de los responsables de los Focolares de todo el mundo finalizó el 12 de septiembre, celebrado este año mediante videoconferencia; una fecha que, en condiciones normales, también habría marcado el último día del mandato de la actual presidenta, María Voce. Pero estos tiempos – que de normal tienen muy poco – registran, en cambio, una prolongación del mandato de la presidente porque, debido al Covid, la Asamblea General, que tiene la tarea de elegir todos los órganos de gobierno de los Focolares, ha sido aplazada de inicios de septiembre de 2020 a 2021 (24 de enero – 7 de febrero). Entonces, ¿cómo transformar este tiempo de espera en un tiempo de gracia? Una pregunta que abrió y orientó la reunión de los responsables y a la que María Voce respondió de manera profunda y sintética: “¡Estamos llamados a dar testimonio de la posibilidad de relaciones trinitarias! Lo que simplemente significa: que cada uno haga de todo para que el otro se manifieste”. Las sesiones dedicadas a compartir la vida de las comunidades de los Focolares en las distintas áreas geográficas del mundo destacaron el compromiso global para afrontar el desafío y las nuevas consecuencias “hijas” de la pandemia del Coronavirus: la imposibilidad de hacer reuniones presenciales ha llevado a un aumento de encuentros digitales que, en muchas ocasiones, llegan a más personas y rompen esquemas territoriales o de categorías que, en la situación actual, están mostrando múltiples límites. Las dificultades económicas, además, exigen nuevas reflexiones en busca de soluciones para un estilo de vida sobrio y sostenible y a favor de obras y estructuras adecuadas. Además, el clima de creciente inseguridad personal y comunitaria empuja a una nueva opción de vida evangélica en vista de un mundo más unido. El tercer día del congreso marcó entonces el inicio de un nuevo camino preparatorio del Movimiento hacia la Asamblea General de 2021. El tiempo ganado servirá para favorecer una preparación más participativa y capilar, un camino sinodal. Hasta el 24 de octubre los miembros del Movimiento tendrán la oportunidad de profundizar en los temas recogidos hasta el momento para identificar aquellos de preferencia que serán incluidos en un documento de trabajo. Antes de Navidad, los participantes en la Asamblea tendrán la posibilidad de conocer a posibles candidatas y candidatos a Presidente y Copresidente. Y con una serie de Webinar, se podrán tratar las temáticas principales con la ayuda de expertos externos. La preparación terminará en las primeras semanas de enero con trabajos en grupo entre los participantes.
Joachim Schwind
Sep 12, 2020 | Sin categorizar
Emmanuel y Annick del Movimiento de los Focolares dedican su tiempo libre a la Cruz Roja francesa. Desde los comienzos de la crisis sanitaria causada por el coronavirus, en todo el territorio francés se emprendieron acciones de apoyo a personas en dificultad. Esta pareja ayudó en dos de ellas. La primera actividad consistía en organizar la entrega de medicamentos o víveres a personas que no podían hacer las compras solas. Emmanuel, que es ingeniero y trabaja en la Universidad de Estrasburgo, transcurrió el período de su voluntariado trabajando casi full time para coordinar la acción para toda la provincia de Bas-Rhin (alrededor de la ciudad de Estrasburgo). “Organizar los equipos y facilitar el flujo de informaciones –nos dice– fue un gran trabajo logístico. A pesar de que a veces no conseguía salir de casa durante tres días, no me sentía solo. Por el contrario puedo decir que tengo la frustración de haber trabajado duro sin haber podido ver casi nunca a los beneficiarios de mi trabajo». En ese período, los pedidos estallaron, sobre todo de alimentos. De hecho, muchas asociaciones de asistencia social tuvieron que cerrar, porque la mayoría de los voluntarios estaban obligados a quedarse en casa por la edad. La otra actividad fue lanzada del 29 de abril al 31 de julio de 2020 por el Parlamento Europeo en Estrasburgo, con la decisión de volver a abrir sus cocinas para preparar 500 comidas por día. La Prefectura era resonsable de la búsqueda de los beneficiarios de la comida a nivel local y la Cruz Roja francesa de la entrega. Annick, que siguió su trabajo de enfermera y su actividad de voluntariado, dice: “Veíamos a las personas felices de recibir algo. Aunque algunos quedaron sorprendidos e incrédulos –pensando en controles escondidos– esperaban ansiosamente esa comida”. “Las instituciones invirtieron enormemente en el corazón de la crisis”, observa Emmanuel. ¿Qué significa este compromiso para Emmanuel y Annick? “Me alimento de la espiritualidad de los Focolares, pero la expresión de nuestra vida es en la sociedad, es dar (y dar de nosotros mismos) concretamente en el mundo”, responde Annick. Emmanuel añade: “Es importante no quedarse en nuestro rincón, con personas de los Focolares, sino actuar en el mundo. Además, los siete principios de la Cruz Roja que son la humanidad, la unidad, la universalidad, la neutralidad, la independencia, la imparcialidad y el servicio voluntario, están muy en armonía con el “arte de amar” y la “Regla de oro”. “En el contexto tenso de la crisis, la calidad de las relaciones humanas entre voluntarios y beneficiarios en el campo y en la organización fue importante. Por ejemplo, fui mediador entre los voluntarios cuando surgieron tensiones. El carisma de la unidad de los Focolares fue de gran ayuda para mí, para comprender las situaciones, perder mi idea, vivir el momento presente”, comparte Emmanuel. “Este período hizo surgir lo bueno o lo malo que hay en nosotros”, observa Annick. Su esposo está feliz de constatar que ha generado nuevas ideas para la acción, particularmente con relación a la divergencia digital o a la pobreza relacional. “La gran lección de la pandemia para muchos es la conciencia de que no podemos vivir el uno sin el otro –dice. La interdependencia fue la gran batalla de Chiara Lubich al final de su vida … Mi optimismo me lleva a creer que muchas personas quedarán involucradas en las asociaciones y desarrollarán su sentido del voluntariado”.
Émilie Tévané
Fuente: Nouvelle Cité, N°604, julio-agosto 2020, p. 41.
Sep 10, 2020 | Sin categorizar
El encuentro anual de los delegados de los Focolares de todo el mundo con los miembros del Consejo General del Movimiento tendrá lugar por videoconferencia desde el jueves 10 de septiembre hasta el sábado 12 de septiembre. El llamamiento de la presidenta Maria Voce. “Debemos olvidarnos de nosotros mismos y estar, como Movimiento, más disponibles a acoger el dolor del mundo”. Con este contundente llamado, la presidenta Maria Voce dio una clara indicación al congreso internacional de los responsables de los Focolares que está a punto de comenzar este jueves 10 de septiembre, vía videoconferencia. En un discurso durante un reciente encuentro con el Consejo general de los Focolares, Maria Voce comunicó su consternación ante los numerosos sufrimientos que diariamente informan los medios de comunicación, especialmente en este período de pandemia. Y compartió una pregunta con sus colaboradores más cercanos: “¿Quién puede absorber todo este dolor? Me parece que Dios nos pide estar más cerca de este dolor en el mundo, más disponibles para acogerlo, amarlo, a rezar… pero también para hacer algo más”. Una respuesta que es tanto un programa espiritual como de acción. El programa del encuentro de los delegados del Movimiento de todo el mundo con el Consejo General (10-12 de septiembre) se desarrollará a través de videoconferencia y se caracterizará por un amplio intercambio sobre los desafíos locales, propios de los diferentes contextos geográficos, pero también comunes, de este período en particular; con su enorme sufrimiento y su nuevo potencial. En el diálogo y en el compartir se intentará identificar la contribución específica de los Focolares a los cambios de época en curso, presentes y futuros. Esta temática seguramente no se agotará en estos días, sino que también quedará sobre la mesa para la próxima Asamblea General del Movimiento, inicialmente prevista para la primera quincena de septiembre de 2020 pero que debido a la emergencia Covid-19 se ha pospuesto para el inicio del próximo año: del 24 de enero al 7 de febrero de 2021. Durante la próxima conferencia, los delegados del Movimiento también serán informados sobre las modalidades propuestas por la Comisión preparatoria de la Asamblea general para aprovechar el tiempo “ganado” en vista de una participación cada vez mayor de todos los miembros del Movimiento en la preparación de la Asamblea.
Joachim Schwind
Sep 9, 2020 | Sin categorizar
Un sacerdote recorre muchos kilómetros todos los días, desde hace meses, en bicicleta o con una camioneta para estar cerca de su comunidad. Una experiencia, vivida junto a un equipo de parroquianos, que ha unido y ampliado horizontes, con efectos también en la pos-pandemia.
Si los periodos de encierro y las normas de distanciamiento social nos obligan a no acudir a lugares de como la parroquia, ¿por qué no puede ser el párroco quien haga de puente y vínculo entre todos? Esto es lo que está haciendo el padre Clint Ressler, un sacerdote católico de los Estados Unidos, que todos los días desde el inicio de la pandemia, recorre a lo largo y ancho el territorio de su parroquia de Santa María de la Medalla Milagrosa en la ciudad de Texas, para visitar a sus feligreses. Padre Clint, ¿cómo ha cambiado la vida en su parroquia durante esta pandemia? Es cierto que la pandemia está cambiando drásticamente la forma en que mantenemos las relaciones y las acrecentamos. Siento mucho más fuerte en mí la conciencia de que Dios nos llama a la corresponsabilidad. Como pastor, me siento aliviado y rodeado de un gran equipo, fuerte y muy motivado. Quizás, también debido al hecho de que estamos más enfocados en lo esencial de nuestra misión, experimentamos alegría y gratitud al ver los frutos de nuestro esfuerzo. Antes de la pandemia, mis días estaban llenos de contacto con tanta gente. Puede ser que en ocasiones haya estado demasiado ocupado con proyectos o reuniones o con estar presente y atento a cada persona. Ahora, también porque en todos hay necesidad de comunión, de relaciones auténticas, me encuentro más en mi “ser” que en mi “hacer”. La relación entre los grupos parroquiales y otros que ofrecen un servicio parroquial es más personal, con contactos a través del teléfono, las redes sociales e incluso con visitas breves. Me parece que este gran deseo de vivir la comunión, que Dios ha puesto en nuestro corazón, encuentra su camino para superar las dificultades. ¿Qué hizo para seguir estando cerca de sus parroquianos? Quizás también porque hay menos reuniones y una mayor atención a la misión esencial, no me siento tan ocupado como antes de la pandemia. Luego, está la voz de Dios dentro que sugiere ir más despacio, confiar en Él y tener paciencia. Al comienzo de la pandemia, trataba de visitar a muchos parroquianos, en bicicleta o con una camioneta. En los primeros meses, visité a doce familias al día. Ahora voy a un ritmo más lento; hago menos visitas, pero trato de pasar más tiempo con las personas. ¿Puede contarnos el momento más bonito y más difícil de estas visitas? No es fácil elegir un solo episodio. Una vez llegué a la casa de una familia que había perdido su casa unos días antes a causa de un incendio. Los niños se quedaron no solo sin techo, sino también sin juguetes. Un vecino le ofreció hospitalidad de inmediato y llevó a esta familia a su casa. Fue la visita más triste, pero la más edificante. Me llamó la atención cómo esta experiencia cambió repentinamente el llamado del Papa Francisco a ser “discípulos misioneros” de palabras hermosas a algo que podría y debería ser vivido desesperadamente. En su opinión, ¿qué traerá esta experiencia de positivo en la vida de su comunidad parroquial incluso después del final de la pandemia? La pandemia ha ayudado a muchas personas a familiarizarse con la “fe online”. Los parroquianos se han vuelto más expertos en el uso de los medios tecnológicos n general, pero también en lo que concierne a su fe. Personalmente, me edifica cómo nuestros feligreses se cuidan unos a otros. Creo que después de la pandemia veremos los frutos de esta cercanía y estas expresiones concretas de reciprocidad. Con la pandemia, el sentido de solidaridad se ha vuelto aún mayor; nos sentimos llamados a vivir la solidaridad no solo con los cercanos, sino también en las necesidades y desafíos del mundo entero. Sentimos que “estamos todos juntos” en esta situación. Y espero que esto permanezca en nuestros corazones y en todo lo que hacemos, incluso después de la pandemia. Ud. conoce y vives la espiritualidad de los Focolares, ¿qué influencia tiene en tu vida como sacerdote y párroco, en general y especialmente en este período de pandemia? La responsabilidad de una parroquia puede ser pesada y compleja y requiere discernimiento y decisiones difíciles. Sin embargo, si trato de concentrarme en el amor concreto, no parece tan abrumador. Evidentemente, todo comienza con la unión con Dios. Como sacerdote y sobre todo como pastor, se me encomendó una tarea que implica influencia y autoridad. A veces, siendo el líder, puedo caer en un “enfoque empresarial” que valora la eficiencia, evita riesgos y evalúa resultados. La espiritualidad de los Focolares, el testimonio de Jesús, me llama al servicio, a la humildad y a la fidelidad en la paciencia. Comprendí que para nosotros el punto de partida fundamental para descubrir la voluntad de Dios es vivir con Jesús en medio. En otras palabras, debemos ser “Iglesia”, el cuerpo místico de Cristo. Mientras que por la gracia de Dios vivimos y crecemos en estas relaciones recíprocas, podemos escuchar la voz “sutil” del Espíritu Santo. Creo que estos años de vida con el Movimiento de los Focolares han arraigado en mí el deseo de llevar este tipo de discernimiento a la parroquia, con el personal parroquial, con el consejo pastoral, y con cada grupo y comisión.
Anna Lisa Innocenti
Sep 7, 2020 | Sin categorizar
Todos estamos vinculados como miembros de un único cuerpo. Si uno es más débil, interviene el otro. Esta es la sencilla, pero sorprendente lógica evangélica que Chiara Lubich nos presenta en el siguiente escrito, hoy más actual que nunca He visto a un hombre escayolado en una sala de hospital. Tenía inutilizados el tórax y un brazo, el brazo derecho. Con el izquierdo se las arreglaba para hacerlo todo… como podía. La escayola era una tortura, pero el brazo izquierdo, aunque estaba más cansado por la noche, se robustecía trabajando por los dos. Nosotros somos miembros unos de los otros y el servicio recíproco es nuestro deber. Jesús no solo nos lo ha aconsejado, sino que nos lo ha mandado. Cuando, por caridad, sirvamos a alguien, no nos creamos santos. Si el prójimo es impotente, debemos ayudarle, y ayudarle como él mismo se ayudaría, si pudiera. De otro modo, ¿qué clase de cristianos somos? Si después, cuando llegue nuestra hora, tenemos necesidad de la caridad del hermano, no nos sintamos humillados. En el juicio final oiremos repetir a Jesús: “Estaba… enfermo… y me visitasteis,… estaba encarcelado, estaba desnudo, hambriento”[1]…, pues a Jesús le gusta ocultarse precisamente en el que sufre, en el necesitado. Por tanto sintamos nuestra dignidad también por ello y demos gracias de todo corazón a quien nos ayuda, pero reservemos el más profundo agradecimiento para Dios, que ha creado el corazón humano caritativo; para Cristo que difundiendo con su sangre la Buena Nueva y sobre todo “su” mandamiento, ha impulsado a un inmenso número de corazones a moverse en ayuda recíproca.
Chiara Lubich
Extraído de: Chiara Lubich, Estaba enfermo, en: Chiara Lubich, El atractivo de nuestro tiempo. Escritos espirituales /1, Ed. Ciudad Nueva, Madrid 1995, 59-60. [1] Mt 25,35-36.