Movimiento de los Focolares

Cada idea, una responsabilidad

La pandemia del Coronavirus ha hecho saltar los programas, estructuras y procedimientos en todos los ámbitos de la vita humana. Por todas partes hay mucha necesidad de creatividad para encontrar nuevas respuestas a los retos que presenta esta situación. Es de gran actualidad lo que Chiara Lubich propuso ya en el año 1983. Dios nos habla de distintas maneras. Una de estas es a través de las inspiraciones del Espíritu Santo. Debemos, por tanto, servir a Dios siguiendo, además, las indicaciones de la voz sutil del Espíritu que habla en nosotros. ¡El Espirito Santo! ¡La tercera Persona Divina que es Dios, como el Padre es Dios y como lo es el Verbo! (…) Él está en el corazón de los cristianos y por tanto está aquí, en mi corazón. Él está en el corazón de nuestros hermanos. (…) Seamos discípulos atentos y asiduos de este gran Maestro. Prestemos atención a sus misteriosos y delicadísimos toques. No desperdiciemos ninguna de sus posibles inspiraciones. Si en los primeros tiempos [de nuestro Movimiento] pudimos avanzar tanto en nuestro camino, poniendo en práctica el lema: “Cada idea, una responsabilidad”, recordemos que las ideas que florecen en la mente de una persona que se ha propuesto amar, son a menudo inspiraciones del Espíritu Santo. Y, ¿para qué nos la da? Para beneficiarnos a nosotros y al mundo a través de nosotros, con el fin de que llevemos adelante nuestra revolución de amor. Atención pues: cada idea, sobre todo si creemos que puede ser una inspiración, considerémosla como una responsabilidad que hay que acoger y poner en práctica. Haciendo así, habremos encontrado un modo excelente para amar, honrar y agradecer al Espíritu Santo.

Chiara Lubich

  (En una conferencia telefónica, Mollens, 1 de septiembre de 1983) Cf. Chiara  Lubich “Cada idea, una responsabilidad”, La Vida un Viaje, Ciudad Nueva 1994, págs.124-126.

El todo en el fragmento

El todo en el fragmento

Recientemente salió el nuevo libro del Co-presidente de los Focolares, Jesús Morán, con el título: “Carisma y profecía”. Una continuación del volumen precedente “Fidelidad Creativa. El desafío de la actualización de un carisma”, Morán ofrece este texto, a partir de algunas conversaciones mantenidas en los últimos tres años, y es su reflexión sobre el “genio eclesial” de Chiara Lubich. De ello hablamos con el autor. ¿Cómo nace la idea de este libro? Tenía estos textos que todavía no habían sido publicados y pensaba en honorar a Chiara Lubich en el año de su Centenario y, al mismo tiempo, hacer un acto de amor a todos en el Movimiento de los Focolares. Desde que empecé a utilizar esta expresión, “el genio eclesial de Chiara”, hace varios años, vi que a muchos les gustaba, es decir que captaban en ella un concepto-síntesis que podía definir la maravillosa unidad sinérgica entre la persona de Chiara y su carisma, como el “todo en el fragmento”. Estoy convencido de que Chiara, además de haber sido dotada por Dios de un “genio eclesial” es, realmente, un “genio eclesial”, en continuidad con otros que lo han sido en la Iglesia y han abierto nuevos horizontes, siempre vinculados a la tradición que se remonta al mismo Jesús. Y era un deber profundizarlo en este Centenario. Como usted mismo ha explicado en varias ocasiones, el Movimiento de los Focolares, después de la fase carismática, está viviendo su fase histórica, aquella que ha definido de “fidelidad creativa”. Es la fase de la encarnación en la historia de las profecías de Chiara. ¿Según su parecer cuál es el principal aporte que el Movimiento de los Focolares puede dar hoy, en el ámbito eclesial, a la actuación del camino hacia el ut omes? Cuando afirmo que hemos entrado en la fase de la fundación histórica del Movimiento, en fidelidad creativa con la fase de la fundación carismática, no pretendo contraponer dialécticamente las dos fases. De hecho, también la fundación carismática ha sido histórica y, por lo tanto, también en la fase histórica no falta la carismaticidad.  Pero son dos fases distintas, con acentos diversos, que se refieren tanto al fondo como a la forma de las cosas. No hay duda de que hoy el tema de la encarnación del Carisma de la unidad adquiere una importancia y una urgencia especiales. La fidelidad creativa se ejercita sólo teniendo presentes dos principios: la escucha de las exigencias que Dios pone en el mundo y la escucha de lo que Dios sigue diciendo a partir del núcleo fundamental del carisma. Según mi entender, una de las exigencias que Dios está planteando a la Iglesia que camina a lo largo de la historia del mundo es lo que sintéticamente podríamos llamar “sinodalidad”, con sus adjetivos propios: abierta, comunional, próxima, atenta a la dignidad de las personas, especialmente de las más vulnerables. El Movimiento de los Focolares contribuye a este camino eclesial con un aporte específico, que nace del corazón del carisma, es decir la experiencia vital y encarnada del Dios uno y trino que se hace historia, sin la cual la sinodalidad se reduce a una nueva forma de organización pero sin la vida del Espíritu. ¿Y cuáles en cambio son los aspectos de encarnación de tales profecías ante las cuales todavía hay mucho camino por recorrer? Pienso que para estar a la altura de nuestra auténtica vocación en la Iglesia, los miembros del Movimiento deben crecer en el así llamado sensus ecclesiae. No es que no exista, pero es necesario crecer, y esto quiere decir vencer definitivamente cualquier tipo de auto-referencialidad y alcanzar esa madurez que los últimos Papas nos auguraban. Además es necesario superar cualquier tipo de dualismo entre el compromiso civil y el compromiso eclesial, mirando al modelo que desde siempre tenemos como cristianos en la figura de Jesús, el hombre-Dios, verdaderamente hombre y verdaderamente Dios. Con el corazón abierto, ¿qué nos quisiera decir, a la luz de las reflexiones que nos ofrece su texto, ahora que se acerca la conclusión de estos seis años en los que ha sido Co-presidente del Movimiento de los Focolares? Yo ruego a Dios para que nos dé las gracias necesarias para actualizar vitalmente y radicalmente el carisma de Chiara Lubich. Pienso que debemos volver a empezar, renaciendo del corazón del carisma, de aquello que nosotros llamamos el Ideal, y a partir de allí poner en movimiento las reformas necesarias para que el Movimiento, también como institución, refleje cada vez mejor la vida humano-divina que lo anima. Y renacimiento quiere decir purificación y conversión.

A cargo de Anna Lisa Innocenti

 

#daretocare, los jóvenes y la política

#daretocare, los jóvenes y la política

Estamos viviendo un período de grandes cambios, transformaciones y contradicciones que pueden abrir nuevas formas en la búsqueda del bien común.  A través de la nueva campaña #daretocare los jóvenes de los Focolares quieren ubicar el tema del cuidado como prioridad en la agenda política local y global. El 20 de junio pasado se ha lanzado la nueva campaña de los jóvenes del Movimiento de los Focolares, que lleva el título de #daretocare –continuamente actualizada en la página del  United World Project –, que quiere decir “atreverse a cuidar”, hacerse cargo de nuestras sociedades y del planeta. ¿Qué tiene que ver  #daretocare con la política? Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares creía en la existencia de una verdadera vocación a la política, un llamado personal percibido en la conciencia de cada uno y que nacía de ciertas circunstancias, inspirado por una necesidad social, por el débil que está pidiendo ayuda, por un derecho humano violado o por el deseo de hacer algo bueno por nuestra ciudad o nuestro país. Pues bien, ¿ello es válido aún hoy? Javier Baquero de Bogotá, Colombia, Cristina Guarda de Italia y Frantisek Talíř de Zubčice, República Checa nos ayudan a responder a esa pregunta. Ellos son jóvenes del Movimiento de los Focolares y forman parte de la red del  Movimiento Político por la unidad, expresión de los Focolares para una cultura de la unidad en política. “Trabajo en política desde cuando tenía 13 años y formalmente en el gobierno desde cuando tenía 18 – cuenta Javier, que hoy trabaja en la oficina del alcalde de Bogotá–,  y he trabajado con personas íntegras, que tienen la capacidad de afrontar la corrupción, que son transparentes.  Hay personas corruptas, pero son sólo algunas. Para mí el principio más importante en política es el servicio.  Porque uno pone sus conocimientos, habilidades, su profesión al servicio de una sociedad, de la humanidad, del planeta. Y no lo haces solo sino junto a otras personas. Por lo tanto, el principio que debería guiar a todo político es el servicio, una actitud de servicio para responder a las necesidades de una sociedad.  #daretocare, atreverse a cuidar  significa ante todo sentir y estar cerca de los problemas de mi ciudad pero no sólo eso: es también pensar y construir políticas públicas para resolver esos problemas”. Cristina,  que en los últimos cinco años ha venido actuando  en política agrega: “Sí, ya lo sé, a veces me siento disgustada observando el odio creado por algunos políticos, la conspiración del silencio, la pereza o la sordera frente a algunos problemas complejos. Pues por ese motivo, cada uno de nosotros tiene que actuar y hacer todo lo que está a su alcance. En mi acción política quiero expresar mi intenso amor por los demás haciendo todo lo que puedo para ayudarlos a vivir mejor, para aliviar sus preocupaciones y darles todos los instrumentos a fin de que puedan realizar su vida así como la sueñan”. “La política no es un mal en sí mismo. La política está hecha por políticos, que pueden ser mejores o peores cuando la hacen –afirma František, activista político regional– .  Por eso es necesario que los nuevos políticos entren en este campo e intenten hacerlo de la mejor manera posible. Concebir la política como un servicio es lo que el Papa Francisco me sugirió cuando nos conocimos un año y medio atrás. Pienso que ésa es la receta para una buena política. La clave está realmente en el servicio a los demás. El punto crucial es cómo pienso la política: ¿la hago para mí mismo, o la hago para servir?  Y cada vez que tengo que tomar una decisión –pequeña o grande– puedo optar: ¿me estoy poniendo a mí mismo como primera cosa o los estoy poniendo a los demás?   Si pongo a los demás en primer lugar, todo irá bien”. Por ello es importante crear redes, pensar y actuar en favor del bien común, cuidar a todos. Para seguir los eventos de la campaña #daretocare, se puede visitar la página del  United World Project.

 Recogido por los jóvenes de los Focolares

Universidad Sophia: enseñanza, investigación y unidad

Universidad Sophia: enseñanza, investigación y unidad

 ¿Cuáles son las perspectivas futuras del instituto universitario? ¿Cómo podemos responder a las necesidades educativas de los jóvenes de hoy? Le preguntamos al Rector, profesor Giuseppe Argiolas, designado el 20 de febrero por la Congregación para la Educación Católica de la Santa Sede. El profesor. Giuseppe Argiolas, Rector del Istituto universitario Sophia desde el 20 de febrero, explica cuáles son las perspectivas futuras de la universidad. Hoy Sophia es un ateneo universitario. De hecho, desde hace algunos meses cuenta con la figura de RECTOR de la universidad. ¿Qué significa esto y qué cambios habrá para los estudiantes? “Estamos en el primer cambio de guardia en Sophia, y esto también coincide con la atribución por parte de la Congregación para la Educación Católica del título de “Rector” al ex director. De hecho, es un reconocimiento del desarrollo que Sophia ha tenido en estos 12 años, por lo que expresamos nuestra gratitud. Los desafíos afrontados fueron enormes, Chiara fundó esta universidad en un instante y, por lo tanto, todos los profesores, el personal administrativo y los estudiantes de la primera hora y los que se unieron a ellos, hicieron un trabajo extraordinario. Acabamos de activar 4 cursos de maestría con varias orientaciones de especialización: “Economía y gestión” (orientación en «Gestión para una economía civil y sostenible»), “Ciencias políticas” (orientación en «Fraternidad en la res publica. Bases teóricas y líneas operativas» y orientación en «Gobernance de los bienes comunes»), “Ontología trinitaria” (orientación en «teología» y orientación en «filosofía») y “Cultura de la unidad” (orientación en «Pedagogía de comunión para una cultura de paz» y orientación en «Procesos comunicativos y mediación intercultural e interreligiosa»). La Escuela de Doctorado es ahora una realidad consolidada y estamos desarrollando la escuela de posdoctorado para jóvenes investigadores. Chiara Lubich vio a Sophia como una universidad global, una sola universidad con varias sedes. En América Latina vemos nacer Sophia ALC (América Latina y el Caribe), pero los primeros indicios también se pueden ver África y Asia. Nuestra tarea será considerar estos proyectos en el espíritu de una Sophia unitaria que se expresa en la diversidad de los contextos en los que se desarrolla”. La emergencia Covid-19 ha tenido un impacto significativo en las lecciones: ¿cómo va sigue la enseñanza? “Gracias al compromiso de todos ha sido posible continuar con las lecciones, los exámenes y lograr que los estudiantes completen el camino académico, utilizando las herramientas que hoy ofrece la tecnología. También hemos activado seminarios web dedicados a la Pandemia para ofrecer nuestra contribución de reflexión y acción sobre un tema tan delicado y urgente, y lo hemos hecho a partir de las diversas disciplinas científicas activando un diálogo interdisciplinario, internacional e intergeneracional. El nuevo año académico comienza regularmente en forma presencial y al mismo tiempo on line, para los estudiantes que no pueden asistir a Sophia debido a las restricciones internacionales causadas por el Covid-19”. ¿Cuáles son las perspectivas para el futuro? ¿Cómo ve Ud. a Sophia dentro de 10 años? “Sophia ha podido mantener el impulso carismático y, en fidelidad al carisma, innovar. Creo que debemos continuar en esta línea: mantener la fidelidad al carisma con la especificidad que contiene para leer los signos de los tiempos. El papa Francisco nos lo dijo con las tres palabras: «Sabiduría, Alianza, Salida», que nos dirigió en la reunión que tuvimos con él en noviembre pasado, dándonos una referencia segura para nuestro futuro. Por lo tanto, me gustaría desarrollar a Sophia en tres frentes: enseñanza, avanzar en la dirección tomada pero con gran atención y sensibilidad para responder adecuadamente a las necesidades educativas de los jóvenes; investigación, mejorar el desarrollo de las diversas disciplinas y promover una marcada interdisciplinariedad, indispensable en la investigación científica actual; la relación con las otras agencias del Movimiento de los Focolares y con otras instituciones universitarias y culturales, de modo que el servicio que ofrecemos a favor del bien común sea cada vez más incisivo. Intentaremos hacer esto, juntos, en unidad, con toda la pasión que podamos expresar. La fase de fundación termina, en ciertos aspectos, y comienza la fase de consolidación y desarrollo. Lo que no debe cesar es el impulso carismático, este debe continuar, de hecho, nos deberá acompañar siempre como un punto de referencia en el camino que acabamos de comenzar y que estamos llamados a acompañar a muchos compañeros de viaje con «alegría, visión y decisión»”.

Lorenzo Russo

Una gimnasia útil

La presencia de Jesús, el Resucitado, en medio de dos o más personas reunidas en su nombre es uno de los puntos fundamentales de la espiritualidad de los Focolares. El Movimiento, de hecho, se siente llamado a “generar” esta presencia suya en todos los ámbitos de la existencia humana. Pero, ¿qué hacer cuando nos encontramos solos? Chiara Lubich propone una gimnasia espiritual. Hoy, en el mundo en que vivimos, muchas veces nos toca relacionarnos con personas que son rectas y buenas pero no sienten la necesidad de creer. Alguno desearía incluso creer, pero, inmerso como está en un mundo que debería ser cristiano y a menudo no lo es, no tiene la fuerza de decidirse y espera, y por eso se pone entre los que se declaran en búsqueda. […] Espera, quizá de manera inconsciente, encontrarse un día con Jesús. Y es ante este caso […] donde constatamos la enorme actualidad, oportunidad y urgencia de nuestra espiritualidad y del punto en cuestión (que, abreviándolo, definimos: «Jesús en medio de nosotros»). […] Él atestigua, demuestra que no es una realidad de tiempos pasados, porque es Él que manteniendo su promesa: «Y he aquí que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo»[1], sigue estando presente, vivo, luminoso y amante también hoy entre los hermanos. Nuestro gran deber es traerlo a Él en medio de nosotros. Y podemos hacerlo poniendo en práctica sus mandamientos, que se resumen en vivir el mandamiento nuevo teniendo como modelo a Jesús Abandonado. Pero vivir sus mandamientos –como dijo Él– es llevar un yugo ligero y suave. […] Pero ¿puede ser siempre así? Generalmente sí, pero se necesitan dos o más personas unidas en su nombre. ¿Y cuando estemos solos o cuando los demás no comprendan nuestro amor? Sabemos que, abrazando a Jesús Abandonado en momentos así, podemos mantenernos en pie, en la paz y también en la alegría, y podemos trabajar, rezar, estudiar y vivir con la plenitud en el corazón. Sin embargo, puede haber momentos en los que parece difícil definir como ligero y suave el yugo del Señor. Por ejemplo, hay periodos en los que falla la salud, lo cual influye también en el alma, nos encierra en nosotros mismos y nos hace casi incapaces de relacionarnos con los hermanos. […] O muertes repentinas o accidentes imprevistos que nos dejan sin aliento y nos parece difícil que otros puedan comprender. O la aparición de una enfermedad que parece mortal… O…, o… Todas ellas son circunstancias dolorosas que Dios permite para trabajarnos con ese medio del que no se puede prescindir en el cristianismo y que el propio Jesús sufrió: la cruz. ¿Cómo comportarnos en estos trances? Intentemos alegrarnos, por lo menos con la voluntad, para ser un poco como Él en su abandono, arrojando toda preocupación en el corazón del Padre[2]. Permanezcamos en un ofrecimiento continuo, ayudados por la gracia del momento, que no faltará, hasta que Dios devuelva plenamente la serenidad a nuestra alma en prueba. Pero tengamos presente que siempre debemos amar a los hermanos, naturalmente como podamos y en la medida en que podamos, teniendo confianza con ellos, al menos en líneas generales. Digamos, por ejemplo: «Estoy pasando por una prueba…». Digámoslo por amor, para que no disminuya la comunión. Por otra parte, comunicar es siempre el mejor tónico en cualquier situación. De esta forma, Jesús entre nosotros […] nos mantendrá a flote también en estos momentos y demostrará que, siempre y a pesar de todo, su yugo puede ser ligero y suave.

Chiara Lubich

(En una conferencia telefónica, Rocca di Papa, 24 de abril de 1997) Cf. “Una gimnasia útil”, en: Chiara Lubich, Construir el “Castillo exterior”, Ciudad Nueva, Madrid 2004, págs. 15-18 [1] Mt 28,20 [2] Cf. 1 P 5,7