Nov 1, 2017 | Sin categorizar
La santidad de los grandes casi siempre nace de un movimiento hacia Dios y hacia los pequeños y los pobres ocurrido en una forma no convencional. Ellos han dejado su lugar. Han ido hacia los pobres, no para dar limosna sino para compartir su vida, para acogerlos en sus vidas. De ese modo sus vidas cambiaban radicalmente. La opción radical por Dios sólo es, en la mayor parte de los casos de la historia de la salvación, una opción por los pobres, una opción por los pequeños, una opción por los impotentes. Es una decisión que no sólo pretende mejorar su situación, que no se limita a dar una limosna, ni a compartir una pequeña parte de sus vidas de vez en cuando, para poder volver después a la propia condición; procede siempre de una metanoia, de una participación una transformación intima de la mentalidad, de la sensibilidad, del ser; yo les pertenezco a ellos, yo soy como ellos, exactamente como ellos delante de Dios, yo no soy mejor que ellos. No, estoy a nivel de ellos, de hecho, el único Santo bajó a ese nivel. (De una homilía, 1.11.93) Klaus Hemmerle, “La Luce dentro le cose”, Ed. Città Nuova, Roma, 1998, pág. 340.
Oct 31, 2017 | Sin categorizar

Erfurt: celda del monasterio de Lutero
31 de octubre de 1517. Hace cinco siglos, el monje agustino Martín Lutero, profesor de Teología en la universidad de Wittenberg, dirigió al arzobispo de Brandemburgo, y después a un cierto número de colegas teólogos, una carta de presentación de sus 95 tesis, para que se convirtieran en objeto de una discusión académica. Escribía: “Por amor y por el deseo de dilucidar la verdad, las suscritas tesis serán discutidas en Wittenberg, bajo la presidencia del R. P. Martín Lutero”. 31 de octubre de 2017. Ya pasaron cinco siglos desde aquella época. Hoy, gracias al diálogo comenzado a partir del Concilio Vaticano II, tanto para católicos como para los luteranos es posible reveer el pasado y, a partir de aquellas heridas, pedirse perdón recíprocamente. El 31 de octubre de hace un año, la oración común pronunciada en Lund, Suecia, ante la presencia del Papa Francisco y del obispo Younan, entonces Presidente de la Federación Luterana Mundial, inauguraba el año de conmemoración común de la Reforma Protestante. “Mientras superamos esos episodios de la historia que pesan sobre nosotros –se lee en la Declaración- nos comprometemos a dar un testimonio conjunto de la gracia misericordiosa de Dios y a crecer ulteriormente en la comunión radicada en el Bautismo, tratando de remover los obstáculos que todavía permanecen y que nos impiden alcanzar la plena unidad. Cristo desea que seamos uno, para que el mundo pueda creer (cfr Jn. 17,2)». La Declaración se concluye con un llamamiento, dirigido a todos, a progresar en la comunión hacia la unidad plena y visible: “Invitamos a nuestros compañeros en el camino ecuménico a recordarnos nuestros compromisos y a animarnos. Les pedimos que sigan rezando por nosotros, a caminar con nosotros”. El Movimiento de los Focolares no podía no sentir propio este llamamiento. Con la Declaración de Ottmaring, por el nombre de la ciudadela ecuménica donde fue firmada, María Voce y Jesús Morán, a nombre de todo el Movimiento, firmaron la plena adhesión a la invitación de Lund.
Durante todo el año tuvieron lugar numerosos encuentros, congresos, jornadas ecuménicas y momentos de oración común, realizados en distintos lugares y contextos, y promovidos siempre junto a las iglesias locales. Fueron una posibilidad para profundizar en los tesoros de las distintas tradiciones cristianas, no sólo la católica y la luterana, en un clima de auténtica familia. En mayo, durante la semana ecuménica Caminando juntos, que tuvo lugar en el Centro Mariápolis de Castel Gandolfo (Roma) con la presencia de casi 700 personas, provenientes de 42 países y de 69 iglesias diversas, María Voce vislumbró, en los “cinco imperativos” del documento católico-luterano “Del conflicto a la comunión”, la base de un fructífero compromiso ecuménico. Fueron varias las presentaciones de la biografía de Lutero. El hombre de la Revolución de Mario Dal Bello, publicada por la editorial Città Nuova. En Italia, en Turín y en Bra, la comunidad de los Focolares organizó dos conferencias con la participación de Hubertus Blaumeiser, experto católico en Lutero, y del Prof. Paolo Ricca, valdense.
En Holanda, los líderes de las principales iglesias cristianas dieron vida, en marzo, a la jornada La unidad en camino. En Brasil, después de un simposio promovido por la comisión ecuménica nacional sobre el Comentario de Lutero del Magnificat, se realizó un evento sobre el tema en la Mariápolis Ginetta, que fue muy seguido vía streaming, también por muchos jóvenes, en 650 puntos de escucha. En Venezuela se realizaron varios encuentros y momentos de oración sostenidos por los Focolares. En la Mariápolis Fiore de Polonia, en septiembre, la jornada con ocasión del cincuentenario fue una posibilidad para dar un testimonio especial, por los quince años de peregrinaje ecuménico entre el pueblo polaco y el pueblo alemán. En Irlanda, por iniciativa del Movimiento de los Focolares y de la Iglesia luterana, se realizaron estudios, conferencias y una Semana ecuménica de la Biblia, que involucró también a las iglesias anglicana y presbiteriana. No faltaron los viajes a los lugares significativos de la Reforma y de la vida de Lutero. En el mes de agosto se realizó un seminario sobre Lutero en Zwickau (Alemania central), en el que participaron un grupo de unos cincuenta entre católicos, luteranos, valdenses, y una copto-ortodoxa, provenientes de varios países europeos, pero también de Egipto y Argentina. En el programa estaba prevista la visita al castillo de Wartburgo y a las ciudades de Wittenberg, de Erfurt (donde el joven Lutero entró en el monasterio de los agustinos) y de Leipzig, en la cual su herencia se encontró con el genio musical de J. S. Bach. Un grupo italiano fue a otro lugar significativo, la ciudad de Augsburg, para conocer también la ciudadela ecuménica de Ottmaring. Una peregrinación similar tuvo lugar en junio, y fue promovido por la comisión ecuménica de Hong Kong, con el acompañamiento de algunos focolarinos. En Suecia, la comunidad del Focolar suscribió solemnemente “los imperativos” y entregó las firmas al arzobispo luterano. También el conjunto Gen Verde, con el espectáculo On the other side, contribuyó a la celebración del año de conmemoración en Stadthagen (Alemania). Son algunos pasos por un camino todavía largo, que se suman a muchos otros, pero que ya demuestran la dirección del camino hacia la búsqueda común de la verdad y de la salvación, con una mirada abierta dirigida a todas las iglesias. Empieza una página de historia.
Oct 30, 2017 | Sin categorizar
Tuvo lugar en el Vaticano, del 27 al 29 de octubre pasados, el congreso “(Re)Thinking Europe. Un aporte cristiano al futuro Proyecto Europeo”, un congreso organizado por la Comisión de las conferencias episcopales de la Comunidad Europea (Comece) en colaboración con la Secretaría de Estado. «El compromiso de los cristianos debe constituir una promesa de paz» dijo el Papa Francisco, en la conclusión de las jornadas de trabajo. Éste no es «el momento de construir trincheras, sino de trabajar para perseguir plenamente el sueño de los Padres fundadores de una Europa unida y concorde, una comunidad de pueblos deseosos de compartir un destino de desarrollo y de paz».

Ilona Toth
Entre los participantes en el encuentro estaba también lona Toth, encargada por el Movimiento de los Focolares del proyecto “Juntos por Europa”, que promueve la convergencia de comunidades y movimientos de distintas Iglesias –actualmente son más de 300, difundidos en todo el continente- para trabajar en red por finalidades compartidas, ofreciendo el aporte del proprio carisma. Afirmó Toth: «El proyecto ha despertado interés. Hemos sido invitados a Bruselas para encaminar una colaboración, considerando la importancia de responsabilizar a los pueblos de Europa de la construcción de su historia». Lee la nota de prensa
Oct 30, 2017 | Sin categorizar
Una pequeña multitud reunida a pesar de la lluvia constante y un árbol con las ramas estilizadas en las que nacen, como hojas, muchos mensajes de paz. Son las imágenes más recientes de la larga amistad entre la comunidad de los Focolares de Escocia y la de los musulmanes de la Ahl Al Bait Society, fundada en 1991 con la finalidad de promover el patrimonio cultural y la fe religiosa de la minoría musulmana presente en el país, ayudándola a integrarse al contexto social. Desde hace tiempo, las dos comunidades juntas promueven momentos de intercambio, encuentro y oración, en los cuales el diálogo interreligioso se propone como elemento clave para afrontar y sanar las numerosas fracturas que hieren peligrosamente el tejido social, no sólo en Europa. El 19 de septiembre pasado, los paraguas abiertos bajo el cielo plomizo son la variopinta demostración de este compromiso. Entre los presentes en la Velada de Paz y Esperanza, estuvieron también algunas personalidades civiles y religiosas, entre ellas Lord Provost, representante del Consejo municipal de la ciudad, el arzobispo metropolita emérito de Glasgow, Mario Conti, y algunos miembros del Consejo de Musulmanes de Escocia.
La fuente de inspiración de esta iniciativa, explican los organizadores, fue el llamado a la solidaridad con los pueblos de Siria lanzado por el Papa Francisco. Explica Liz Taite, del Movimiento de los Focolares: «En un momento en el que varias circunstancias siembran división y conflictos, el Movimiento de los Focolares, junto con personas que profesan distintos credos, quiere promover públicamente un mensaje de paz. Este evento es el signo de que Dios interviene y que la paz es posible». Azzam Mohammad, director de la Sociedad Ahl Al Bait dijo: «Juntos queremos derrumbar las barreras, eliminar el temor y la desconfianza e incrementar la comprensión y el respeto recíproco. Trabajamos con sinceridad y con el corazón. Trabajamos en equipo, y fue un éxito. Éste es un paso que marca la historia de nuestro trabajo conjunto y será un ejemplo para todas las comunidades alrededor. Ahora tenemos que empezar a pensar en el próximo evento».
A finales de agosto Daniel, de Glasgow, participó en la Summer School Interfaith Engagement in Theory and Practice, un curso/taller dedicado al diálogo interreligioso promovido, desde hace algunos años, por el Instituto Universitario Sophia y por el Risalat Institute de Qum (Irán) en Tonadico, norte de Italia. Este año los participantes venían de Canadá, Europa y Estados Unidos. «Creo que mi ciudad puede comprender los valores de la multiculturalidad y de la integración. Cuando estamos unidos y somos solidarios, cuando reconoces tus mismos valores en quienes, a primera vista, pueden parecer distintos, se pueden afrontar de otra manera las luchas de todos los días. Este encuentro de credos y culturas distintas es un testimonio de que la unidad es posible aun cuando somos diferentes. Además la diversidad nos hace fuertes, nos recuerda que debemos saludarnos como hermanos y hermanas, acogernos con los brazos abiertos y la sonrisa en el rostro. Todos podemos ser mensajeros de esperanza y de paz y motores de cambio».
Oct 29, 2017 | Palabra de vida, Sin categorizar, Spiritualità
Dirigiéndose a la muchedumbre que lo seguía, Jesús anunciaba la novedad del estilo de vida de quienes quieren ser sus discípulos, un estilo «a contracorriente» con respecto a la mentalidad más difundida (cf. Mt 23, 1-12). En su tiempo, al igual que hoy, era común hacer discursos moralistas y luego no vivir con coherencia, sino más bien buscar para uno mismo puestos de prestigio social, modos de destacar y de servirse de los demás para conseguir ventajas personales. Jesús les pide a los suyos una lógica completamente distinta en las relaciones con los demás; la que Él mismo vivió: «El mayor entre vosotros será vuestro servidor». En un encuentro con personas deseosas de descubrir cómo vivir el Evangelio, Chiara Lubich compartió así su experiencia espiritual: «Debemos dirigir siempre la mirada al único Padre de muchos hijos. Después, mirar a todas las criaturas como hijas del único Padre… Jesús, modelo nuestro, nos enseñó solo dos cosas, que son una: a ser hijos de un solo Padre y a ser hermanos los unos de los otros… Así pues, Dios nos llamaba a la fraternidad universal»[1]. Aquí está la novedad: en amar a todos como hizo Jesús, porque todos –tú, yo, cualquier persona en esta tierra– son hijos de Dios, amados y esperados por Él desde siempre. Así descubrimos que el hermano al que hay que amar concretamente, con los músculos, es cada una de las personas que se cruzan con nosotros cada día. Es mi padre, mi suegra, mi hijo pequeño o ese más rebelde; el preso, el mendigo, el discapacitado; el jefe y la señora de la limpieza; el compañero de partido y quien tiene ideas políticas distintas de las mías; el que es de mi credo y cultura y también el extranjero. La actitud propiamente cristiana para amar al hermano es servirle: «El mayor entre vosotros será vuestro servidor». Dice también Chiara: «Aspirar continuamente al primado evangélico poniéndonos lo más posible al servicio del prójimo […] Y ¿cuál es el mejor modo de servir? Hacernos uno con cada persona con que nos encontramos, sintiendo en nosotros sus sentimientos: resolverlos como cosa nuestra, que hemos hecho nuestra por amor […] Es decir, dejar de vivir replegados en nosotros mismos, procurar llevar sus pesos y compartir sus alegrías»[2]. Cualquier capacidad y cualidad positiva que tengamos, todo aquello por lo que podríamos sentirnos «grandes», es una oportunidad de servicio irrenunciable: la experiencia en el trabajo, la sensibilidad artística, la cultura; así como la capacidad de sonreír y de hacer reír; el tiempo que dedicamos a escuchar a alguien que duda o que sufre; las energías de la juventud, como también la potencia de la oración cuando fallan las fuerzas físicas. «El mayor entre vosotros será vuestro servidor». Y este amor evangélico desinteresado enciende antes o después en el corazón del hermano el mismo deseo de compartir, renueva las relaciones en la familia, en la parroquia, en los lugares de trabajo o de diversión, y sienta las bases de una nueva sociedad. Cuenta Hermez, un adolescente de Oriente Próximo: «Era domingo, y nada más despertarme le pedí a Jesús que me iluminase para amar todo el día. Mis padres se habían ido a misa y se me ocurrió limpiar y ordenar la casa. Procuré esmerarme en los detalles y ¡hasta puse flores en la mesa! Luego preparé el desayuno disponiéndolo bien todo. Cuando volvieron mis padres, se mostraron sorprendidos y felices. Aquel domingo desayunamos con una alegría como nunca, dialogamos sobre muchas cosas, y pude compartir con ellos los gestos de amor que había hecho durante toda la semana. Aquel pequeño acto de amor le había dado el tono a un día espléndido». LETIZIA MAGRI ___________________________ [1] C. Lubich, La unidad en los albores del Movimiento de los Focolares, Payerne (Suiza), 26-9-1982. [2] Ibid.
Oct 28, 2017 | Sin categorizar

Ave Cerquetti, ‘Mater Christi’ – Roma, 1971
«María no es fácilmente comprendida por los hombres, aunque es muy amada. En un corazón alejado de Dios es más fácil encontrar la devoción a Ella que la devoción a Jesús. Es amada universalmente. Y el motivo es éste: María es Madre. En general a las madres, no se les «comprende», sino que les ama, y no es raro el caso, más bien es muy frecuente, que incluso un hombre de ochenta años muera pronunciando, como última palabra: “mamá”. La madre es más objeto de intuición del corazón que de especulación del entendimiento; es más poesía que filosofía, porque es demasiado real y profunda, y cercana al corazón humano. Lo mismo sucede con María, la Madre de las madres, a la que todos los afectos, las bondades, las misericordias de las madres del mundo, no son capaces de igualar. Jesús, en cierto sentido, está frente a nosotros: Sus divinas y espléndidas palabras son demasiado distintas de las nuestras como para confundirse con ellas; incluso son signo de contradicción. María es pacífica como la naturaleza, pura, serena, tersa, templada, bella; esa naturaleza alejada del trajín del mundo, como en la montaña, en el campo, en el mar, en el cielo azul o estrellado. Y es fuerte, vigorosa, ordenada, continua, inflexible, rica de esperanza, porque en la naturaleza está la vida que aflora perennemente beneficiosa, engalanada por la etérea belleza de las flores, caritativa en la rica abundancia de los frutos. María es demasiado sencilla y está demasiado cerca de nosotros como para ser «contemplada». A Ella le «cantan» los corazones puros y enamorados, que expresan así lo mejor que hay en ellos. Trae lo divino a la Tierra, suavemente, como un celestial plano inclinado, que desciende desde la inmensa altura de los Cielos a la infinita pequeñez de las criaturas. Es la Madre de todos y de cada uno, la única que sabe balbucear y sonreír a su niño, de tal manera que cualquiera, por pequeño que sea, puede gozar de esas caricias y responder con su amor a ese amor. No se comprende a María porque está demasiado cerca de nosotros. Destinada por el Padre eterno a traer a los hombres las gracias, joyas divinas del Hijo, está junto a nosotros y espera, siempre paciente, que nos demos cuenta de su mirada y aceptemos su don. Y si alguien, por ventura, la comprende, Ella lo transporta a su Reino de paz, donde Jesús es Rey y el Espíritu Santo es el aliento de ese Cielo. Desde allí, purificados de nuestras escorias e iluminados en nuestra oscuridad, la contemplaremos y gozaremos de Ella, como un paraíso añadido, como un paraíso aparte. Merezcamos desde aquí que nos llame por “su camino”, no para continuar siendo pequeños en el espíritu, con un amor que es sólo súplica, imploración, petición e interés, sino para que, conociéndola un poco, podamos glorificarla.» Chiara Lubich, de “María, transparencia de Dios” – Ed. Ciudad Nueva, Madrid 2003, pp 95-97.