Sep 16, 2017 | Sin categorizar
“En Jesús Abandonado se manifiesta el infinito amor de Dios, que el Padre pone en el corazón de los creyentes para realizar desde ahora su designio sobre la Humanidad: la unidad. Amar a Jesús Abandonado significa, entonces, revivir en nosotros mismos su Pascua, el paso continuo, para nosotros que aún estamos en camino, de la muerte a la vida, de la ausencia de Dios a su presencia, que caracteriza la existencia cristiana. No se trata de resignarse o de querer sufrir como Jesús sufrió, sino más bien de recorrer el camino que Él nos abrió y de reconocer – más allá de las apariencias – su presencia activa en todo lo que no es Dios en nosotros y a nuestro alrededor. Es decir sí a Él y como Él, para que el Espíritu Santo pueda irrumpir en nuestra nada, deseada, y extender el don del ágape divino que nos abre a la vida futura, eterna, y nos hace partícipes de ella. Jesús Abandonado, al mismo tiempo, nos hace ir al encuentro de la Humanidad, precisamente allí donde mayormente sufre y vive en la oscuridad. Jesús Abandonado abrazado y amado pone, así, amor donde hay odio, vida donde hay muerte, comunión y unidad donde hay división. Amar a Jesús Abandonado es, por tanto, esperanza contra toda esperanza, cercanía de Dios donde Dios está ausente, presencia de Dios donde está el silencio de Dios. Y esta esperanza es certeza de un mundo y de una historia humana que no se cierran en sí mismas, sino que se abren al encuentro siempre nuevo con Dios y, en Él, se abren al encuentro siempre nuevo con los hombres entre sí, en una comunión fraterna de dimensiones realmente universales”. De Pasquale Foresi – LUCE CHE SI INCARNA – Città Nuova 2014 pp. 172-3
Sep 15, 2017 | Sin categorizar
«María a los pies de la cruz, en el desgarrador «stabat» que hace de Ella un mar amargo de angustia, es la expresión más alta, en una criatura humana, de la heroicidad de todas las virtudes. Ella es la mansa por excelencia, la dócil, la pobre hasta la pérdida de su Hijo que es Dios, la justa que no se lamenta de ser privada de aquello que le pertenece por pura elección, la pura en el desapego afectivo, a toda prueba, de su Hijo Dios… En María Desolada se encuentra el triunfo de las virtudes de la fe y de la esperanza por la caridad que la iluminó durante toda su vida, y la inflamó, en aquel momento, en la participación tan viva de la Redención. Con su desolación, que la reviste de todas las virtudes, María nos enseña a cubrirnos de humildad y de paciencia, de prudencia y de perseverancia, de sencillez y de silencio para que oscureciendo lo humano que tenemos, brille para el mundo la luz de Dios que habita en nosotros. María Dolorosa es la Santa por excelencia, un monumento de santidad al que todos los hombres que son y serán pueden mirar para aprender a revestirse de aquella mortificación que la Iglesia desde hace siglos enseña y que los santos, con matices distintos, han hecho resonar en todos los tiempos. Nosotros pensamos demasiado poco en la «pasión» de María, en las espadas que atravesaron su corazón, en el terrible abandono experimentado en el Gólgota cuando Jesús la encomendó a otros… Y quizá todo esto dependa de que María supo cubrir demasiado bien de dulzura, de luz y de silencio su viva y angustiosa agonía. Y, sin embargo, no hay un dolor semejante al suyo… Si un día los sufrimientos alcanzasen ciertos vértices, en los que todo en nosotros parece rebelarse porque el fruto de nuestra «pasión» parece ser arrebatado de nuestras manos y más de nuestro corazón, acordémonos de Ella. Con este hielo nos asemejaremos un poco a Ella, se perfilará mejor la figura de María en nuestras almas, la llena de belleza, la Madre de todos, porque fue separada de todos, principalmente de su divino Hijo, por la divina voluntad. La Desolada es la Santa por excelencia. Querría revivirla en su mortificación. Querría, como Ella, saber estar sola con Dios, en el sentido de que, aun entre hermanos, me sienta impulsada a hacer de toda la vida un diálogo íntimo entre el alma y Dios. Debo mortificar palabras, pensamientos, acciones que estén fuera del momento de Dios, para encajarlos en el momento que les corresponde. La Desolada es certeza de santidad, fuente perenne de unión con Dios, vaso desbordante de gozo. Chiara Lubich, La Doctrina Espiritual, Editorial Ciudad Nueva (Madrid), pp.182 – 183
Sep 14, 2017 | Sin categorizar
A la 36° edición del título “Juntos confesamos, juntos vamos hacia la humanidad”, se encuentran en Katowice, Polonia, del 15 al 18 de noviembre, 35 obispos ortodoxos, evangélico-luteranos, anglicanos, metodistas y católicos, junto a cerca de 30 laicos, también de diferentes iglesias. Provienen de Austria, Brasil, Chipre, Alemania, India, Inglaterra, Irlanda, Letonia, Lituania, Polonia, República Checa, República Democrática del Congo, Suecia, Tailandia, Hungría y EEUU. El congreso, abierto con la reflección de Lesley Ellison, anglicana, sobre “la espiritualidad de la unidad: una espiritualidad ecuménica”, tiene como tema central a “María, la Madre de Jesús”. Su figura será declinada en la perspectiva católica, evangélica y ortodoxa. Además de la contribución de “María en la experiencia y en el pensamiento de Chiara Lubich”. Durante el encuentro se abrirán diferentes “ventanas” sobre la actualidad y acerca de la situación de las Iglesias, en especial en Europa Centro-Oriental y en Oriente Medio. El programa prevé la participación a celebraciones y encuentros, como la Conferencia Ecuménica nacional “Del conflicto a la comunión”, promovida por la Facultad de Teología de la Universidad de la Silesia y de la Iglesia evangélico-luterana en Polonia; la Celebración luterana en la Iglesia evangélico-luterana de Confesión augustana; la Misa católica en la catedral de Cristo Rey; la Oración de laude en la Iglesia Ortodoxa de Sosnowiec. El Congreso ecuménico de los obispos amigos del Movimiento de los Focolares es moderado por el cardenal Kriengsak Kovithavanij, arzobispo de Bangkok (Tailandia) Info: segves@focolare.org – tel. +39/06 947 98150
Sep 12, 2017 | Sin categorizar
Miles de jóvenes se preparan para el Genfest recogiendo las experiencias de fraternidad que se encuentran diseminadas en todo el planeta. Son menos rumorosas que las guerras y que los atentados, menos “apetecidas” por los medios de comunicación que se inclinan hacia reportajes amarillistas, pero son eficaces y concretas en lo que respecta a la realización de un mundo sin alambre de púas, sin odio e indiferencia. Existen miles de proyectos sociales promovidos en el mundo, y una sola red de comunicación. Es el Proyecto Milonga. No es el célebre baile de ritmo veloz y sincopado, aunque conserva los rasgos de la calidez y la generosidad del pueblo latinoamericano. Se trata de un programa de voluntariado internacional dirigido a los jóvenes. Milonga existe para Mil Organizaciones No Gobernativas en Acción (www.milongaproject.org), acrónimo que contiene la inmensa realidad de muchas organizaciones sociales inspiradas en el carisma de la unidad, todas con el objetivo de responder al deseo – cada vez más difundido entre los jóvenes, que no dejan el pasaporte escondido en un cajón – de realizar una experiencia de voluntariado, donándose a sí mismos y abriéndose, con un corazón amplio, a las riquezas de otras culturas. El Proyecto, promovido por la Asociación Internacional New Humanity y por los Jóvenes por un mundo unido, después de una fase “piloto” en América Latina (Argentina, Bolivia, Brasil, México, Paraguay, Venezuela y Uruguay), actualmente está activado también en Europa (Italia, Croacia), en Jordania, en Filipinas y en el continente africano (Kenia, Tanzania).
Desde el 5 al 11 de agosto pasado, en la Mariápolis Ginetta de Brasil, se reunieron los referentes de 8 ciudadelas internacionales de los Focolares y de varias ONG para compartir las estrategias para un posterior desarrollo de talleres, profundizando aspectos estratégicos y de gestión del programa, la selección y el acompañamiento, el monitoreo, la comunicación y ofrecer así una propuesta formativa de calidad con objetivos positivos, ya sea a nivel individual como también en la comunidad que los recibe. Son 60 ya los jóvenes que aprovecharon esta oportunidad en su fase piloto, realizando el deseo de hacer una experiencia de voluntariado en el extranjero. El programa Milonga provee módulos de preparación desde el comienzo, con una propuesta formativa personalizada sobre las necesidades del voluntariado y del ente receptor; prevé que el joven sea acompañado por un tutor en todas las fases (desde la preparación, a la permanencia en el lugar hasta el regreso al propio país natal) y que sea recibido en las ciudadelas y comunidades de los Focolares, permitiéndole vivir una experiencia de relación con el contexto local. Cada participante tiene la posibilidad de interactuar con sus coetáneos a nivel mundial, contactándose con el United World Project.
El enfoque de Milonga nace de la experiencia madurada desde hace varios años y del impacto que experiencias de voluntariado están generando en diversos ambientes. Es una forma particular de acción social, en la cual el vínculo fraterno entre los varios actores es la clave. Es precisamente el espíritu de fraternidad el que motiva el encuentro con las diversas comunidades en situación de vulnerabilidad, para realizar con ellas una experiencia de comunión, de diálogo y de verdadero intercambio intercultural, de donde encontrar, juntos, soluciones no “caídas desde arriba”, sino lo más posible compartidas, dentro de la óptica de reciprocidad. «No es fácil expresar en pocas palabras lo que he vivido en la “Casa de los niños” en la ciudad de Cochabamba durante un mes– cuenta una joven uruguaya que hizo el voluntariado en una ONG de Bolivia-. Recién empezando el año fui hacia una aventura que deseaba realizar hacía tiempo, con mis ahorros y con el corazón preparado. Quería ir a una ONG donde el espíritu de los Focolares estuviese presente y me sorprendió la fraternidad que se vive en cada momento». «Conocí una realidad social muy distinta de la que vivimos nosotros – es la reflexión de una joven española- una realidad muy fuerte, que me ayudó no tanto a conocer ciertas problemáticas, porque tal vez ya las conocía, sino a reconocer y aceptar que, más allá de donde procedemos, y de cuánto dinero tenemos, y del lugar donde vivimos, somos todos iguales» Voluntariado jóvenes proyecto MilONGa
Sep 11, 2017 | Sin categorizar
Sep 9, 2017 | Sin categorizar
María. Los filólogos lo interpretan de muchos modos, todos hermosos; pero el significado más rico de belleza es el que la señala especialmente e inconfundiblemente como la única entre todas las mujeres. Ella: María. Un nombre que no se termina nunca de pronunciar; y que siempre nos proporciona alegría. Con el saludo del ángel, que entra en los acontecimientos humanos como una fuente de gozo, millones de criaturas varias veces al día la invocan. Así la llaman los padres y los parientes y los vecinos de la casa en Nazaret. Y así, con cada avemaría, todos volvemos a llamarla familiarmente, con el fin de pedirle su intercesión en este experimento de vida que culmina con la muerte, que es el paso hacia la perenne vida. “María”. Al pronunciar este nombre el corazón salta en el pecho como el niño en el vientre de Isabel, “e Isabel se llenó del Espíritu Santo”. “María”, decían los pastores y artesanos cuando se asomaban a la entrada de la humilde casa que era la morada de la Sagrada Familia en la colina de Nazaret, para pedirle un favor. Pedirle a ella que era tan servicial con todos, tan rica de recursos para cada uno. Y si no tenían nada que pedir, se asomaban por la alegría de saludarla. La alegría de decir ese nombre que recoge tantas cosas bellas, porque resume los misterios del amor. El nombre femenino del Amor. A distancia de siglos, nosotros, como el arcángel y como José, como todos los santos y tantos pecadores, seguimos llamándola así: María, cincuenta, cien y más veces al día, sin vincular nunca ese nombre a títulos de la nobleza, a apelativos pomposos, ni a derechos de primacía. A nosotros nos gusta –tal como le gusta a Ella- acercarnos a Ella, no separarla, para acercarnos al Esposo, que con Ella hace unidad. La muchedumbre de la calle, el torbellino de las pasiones, el trazo del espíritu lo atraviesa, lo surca este nombre, a través del cual transita el amor del cielo a la tierra. La humildad acerca y el amor unifica; y es el más grande tributo. Nosotros nos sentimos de la casa en la Iglesia de Cristo, nosotros nos sentimos de la casa en la comunión de los santos, en el mismo ámbito de la Santísima Trinidad, también porque está María; está la madre y por lo tanto entran los hijos. Donde está María está el amor, y donde está el amor está Dios. Y por lo tanto decir este nombre en cualquier circunstancia y ambiente es hacer entrar repentinamente una atmósfera de divino, es encender una estrella en la noche, es abrir un manantial de poesía donde prevalece la fría tecnología, es hacer florecer lirios en medio del pantano. Es un restituir el calor de la familia a un campo de trabajos forzados. María ama y en el amor se esconde. El verdadero amor es contemplación de la persona amada. También en esto, a imitación de la jovencita de Nazaret, se puede ser contemplativos estando en el mundo, en una barraca de campesinos o en un apartamento de la ciudad. El amor en Ella ha sido tan grande que nos ha dado a Dios, Dios que es amor. Ella casi lo arrancó del cielo para darlo a la tierra, hizo que un ser sólo divino fuera también hombre, al servicio de los hombres. Y verdaderamente amar es hacerse uno con el Amado, y María se hizo tan uno con Dios que nos donó a Dios, para donarlo, a través de ella, a todos los hombres. En definitiva estamos en el mundo en formas distintas, con atuendos de todo tipo; pero, estando como María, se prepara siempre y en cualquier parte la habitación de Jesús. (Igino Giordani, Maria modello perfetto, Città Nuova, Roma 2012, pp. 17-20)