La provincia española de Valencia vivió uno de los desastres naturales más grandes de su historia hace algunos días luego de que las lluvias intensas provocaran inundaciones masivas -la DANA- en ciudades y pueblos de la región el pasado 29 de octubre.
Al momento se cuentan 214 fallecidos y aun están desaparecidos 32. Se calcula que 800.000 personas, un tercio de los habitantes de la provincia de Valencia, fueron afectados. Cerca de 2000 pequeños locales comerciales fueron invadidos por el agua y el barro y han perdido todo. Los automóviles navegaban como barcos de papel por las calles amontonándose unos sobre otros. No existe todavía registro de cuántas familias han perdido la fuente de su sustento. Un gran desastre magnificado por la prorroga indefinida de obras públicas necesarias para evitar que se produzcan estas verdaderas riadas.
Un gran desastre que se complementa con una gran solidaridad. Los días siguientes, cuando las aguas empezaron a retirarse y quedaba a la vista la acumulación de barro que todo lo cubría, miles de voluntarios, en su mayoría jóvenes, llegaban a la zona del desastre caminando con palas y escobas para ponerse manos a la obra.
“Esto ha sido, está siendo todavía, una tragedia inmensa. Por encima de cualquier cosa que hubiéramos podido imaginar. No acabábamos de creer que estaba pasando”, dice José Luis Guinot, médico oncólogo y presidente de la Asociación Viktor E. Frankl de Valencia para el apoyo emocional en la enfermedad, el sufrimiento, la muerte y cualquier pérdida vital. Fue convocado por el Ayuntamiento a colaborar en un centro de atención sanitaria y de apoyo que se creó para la ocasión para “escuchar y contener a quien viene con la necesidad de contar lo que le pasó y lo que está viviendo”.
Cuenta que algunos días después, participando de la misa dominical, le provoca dolor escuchar que sólo se rece por los muertos, los afectados de la inundación, sin proponer nada más. Luego reflexiona y piensa “cuidado, no nos basta rezar, aun si hay que rezar muchísimo. Es necesario acercarse para dar una esperanza. Y ahí nosotros como cristianos, como Movimiento de los Focolares, tenemos que dar esa esperanza más allá de las cosas durísimas que vivimos. Pero juntos y unidos es como podremos ayudar a salir de esta situación”.
En uno de los pueblos afectados a una familia de los Focolares con niños pequeños se les inundó la casa. No hubo consecuencias graves, pero ya nada de lo que tenían sirve: lavadora, heladera, todos los electrodomésticos, muebles… La ayuda de las otras familias no se hizo esperar: quien le lavó toda la ropa, quien les consiguió una lavadora nueva…
Eugenio, es un miembro de los Focolares que tiene una discapacidad por poliomelitis. Durante años se ha prodigado por la Federación de Deportes adaptados de Valencia, siendo el Presidente. Tiene muchos problemas de movilidad y durante los días siguientes a la inundación estaba imposibilitado de moverse. Pero tiene a mano el teléfono y desde su casa movilizó a las asociaciones locales de discapacitados que se organizaron para la ayuda. “Nosotros tenemos que dar ideas, ayudar a crear solidaridad, a generar donación”, aclara José Luis Guinot y así estas asociaciones han conseguido sillas de ruedas para quienes tienen las suyas inutilizadas.
“Yo creo que es una alerta a toda la sociedad. Es conocido que en España vivimos un periodo de conflicto político muy polarizado – reflexiona José Luis -. Pero hay otra sociedad de personas, muchos jóvenes, que pensamos que están atados a las redes sociales, sin embargo, ahora están ahí, en el barro, y nos están pidiendo una sociedad solidaria, un mundo unido, una sociedad donde la fraternidad se entiende. Este mensaje, hasta ahora no quedaba bien con los políticos. Pero ahora nadie lo va a discutir”.
Con la comunidad de los Focolares se reunirán un próximo fin de semana, después que pasen estos días de emergencia para pensar y programar juntos cuál es el servicio que pueden brindar. Porque “en dos o tres meses lo que va a venir va a ser esa necesidad de apoyo emocional, de sentirse parte de algo, de una comunidad, o bien parte de la parroquia… Allí tenemos una tarea muy grande, de usar mucho el teléfono, de poder ir a ver a las personas, de dejar que nos cuenten, animarlas sabiendo que está siendo muy duro, pero que estamos a su lado”. Una tarea en la cual se pueden y deben involucrar todos como dice José Luis: “No te puedes mover de casa, eres anciano, tienes hijos pequeños… pero tu tienes capacidad de hablar con tus vecinos, tienes la posibilidad de llamar por teléfono y dar ánimo. Transmitir comunidad… a quien está sufriendo una pérdida de seres queridos, bienes esenciales no le voy a explicar nada, les voy a dar un abrazo y le voy a decir: vamos a ayudarte para que encuentres la fuerza de salir adelante”. .
La comunidad de los Focolares ha lanzado una campaña de recogida de fondos junto a la Fundación Igino Giordani, fondos que gestionarán localmente para la ayuda a los damnificados. Los daños y pérdidas materiales son incontables. Los sobrevivientes se han quedado sin camas, mesas, neveras, lavadoras, coches, materiales de trabajo…
Se pueden hacer aportes solidarios a través de: Fundación Igino GiordaniCaixaBank: ES65 2100 5615 7902 0005 6937 Proprietario: Fundación Igino Giordani Concetto: Emergencia DANA España Si se desea desgravar por su donación envíe sus datos fiscales ainfo@fundaciongiordani.org
La paz es el resultado de un proyecto: un proyecto de fraternidad entre los pueblos, de solidaridad con los más débiles, de respeto recíproco. De ese modo se construye un mundo más justo, se arrincona la guerra come una práctica bárbara que pertenece a la fase oscura de la historia del género humano. Pasaron muchos años desde la primera publicación de este escrito, que resulta aun muy actual, en un momento en el que el mundo está desgarrado por conflictos atroces. La historia, nos dice Giordani, podría enseñarnos mucho.
La guerra es un homicidio en gran escala, disfrazado de una suerte de culto sagrado, como el sacrificio al dios Baal. Y la razón de ella es el terror que inspira, la retorica tras la que se esconde y los intereses que implica. Cuando la humanidad haya progresado espiritualmente, la guerra sera incluida entre los ritos cruentos, las supersticiones de los hechiceros y los fenómenos de barbarie.
La guerra es para la humanidad lo que la enfermedad para la salud, o el pecado para el alma. Es destrucción y vergüenza; ataca al alma y al cuerpo, a los individuos y a la colectividad.
Einstein afirmaba que el hombre tenia necesidad de odiar y destruir, y la guerra lo satisfacía. Pero no es asi. La mayorfa de los hombres, pueblos enteros, no manifiestan esa necesidad. O, en todo caso, saben contenerla. La razón y la religión condenan la guerra.
Todas las cosas apetecen la paz, segun Tomas de Aquino. En efecto, todas apetecen la vida. Solo los locos o los enfermos terminales pueden desear la muerte. Y la guerra es muerte. El pueblo no la quiere; la quieren algunas minorías que con la violencia se aseguran provechos económicos o, también, la satisfacción de las peores pasiones. Más que nunca hoy, los costos, las muertes y la destrucción definen a la guerra como una “masacre inútil”. Masacre y, además, inútil. Una victoria de la muerte sobre la vida, verdadero suicidio de la humanidad.
[…] “La inteligencia humana, destinada a otras finalidades, ha inventado y puesto en marcha hoy instrumentos de guerra capaces e despertar el horror en el ánimo de toda persona honesta, sobre todo porque no atacan solo ejércitos sino que a menudo también a poblaciones civiles, niños, mujeres, ancianos, enfermos… además de destruir construcciones sacras y obras de arte. ¿A quién no espanta la idea dde que nuevos cementerios se sumen a los ya numerosos del reciente conflicto y que nuevas ruinas humeantes de barrios y ciudades aumenten las destrucciones anteriores? ¿Quién no tiembla al pensar que la destrucción de nuevas riquezas, inevitable consecuencia de la guerra, pueda agravar la crisis económica que sufren los pueblos, especialmente las clases más humildes?” [1]. […]
Esa inutilidad fue confirmada por Pío XII en 1951: “Todos manifestaron con la misma enérgica claridad el horror ante la guerra, y la convicción de que ésta no es un medio válido para dirimir conflictos y restablecer la justicia. A ello pueden ayudar solamente acuerdos consensuados de manera libre y leal. Para admitir razones que justifiquen una guerra popular -en el sentido que respondan al deseo y las voluntad de los pueblos- sólo podría considerarse injusticias tan mayúsculas y destructivas de los bienes esenciales que alteren la conciencia de toda nación” [2].
Así como la peste apesta y el hambre genera hambruna, la guerra provoca muerte. Además, destruye también los instrumentos de la vida. Es una industria temeraria, una fábrica de ruinas.
Solamente un alterado mental puede pensar que de una masacre obtenga beneficios, salud de una grave hemorragia o energía de una pulmonía. El mal produce mal, así como la palmera dátiles. La realidad demuestra, también en este campo, la inconsistencia práctica del maquiavélico aforismo según el cual “el fin justifica los medios”.
El fin puede ser la justicia, la libertad, el honor, el pan; pero los medios provocan tal destrucción de alimentos, libertad, justicia, dignidad, además de vidas humanas -entre las de niños, mujeres, ancianos e inocentes de toda clase- que anulan trágicamente los mismos fines.
En síntesis, la guerra no sirve de nada, fuera de destruir vidas y bienes.
El 16 de octubre de 2024 en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas (Bélgica) se llevó a cabo la conferencia final del proyecto DialogUE, una iniciativa dirigida a promover el diálogo intercultural e interreligioso en Europa. El evento tuvo como anfitriona la eurodiputada Catarina Martins (GUE-NGL) y contó con la participación de 50 representantes de los coautores del proyecto: instituciones europeas, líderes religiosos y miembros de la sociedad civil.
El tema central del evento fue la presentación de las recomendaciones para la Unión Europea del proyecto DialogUE –“Distintas identidades Aliadas, Abiertas, para Generar una Europa Unida”– sobre temas cruciales para la actual situación europea y mundial, resumidas en el prospecto “DialogUE Kit”.
“Se ve a simple vista que algo sucede cuando hablan personas de paz”, dijo la eurodiputada Catarina Martins de la Izquierda Europea, que abrió el encuentro en una sala del parlamento europeo. . “Éste es sin duda un momento de este tipo. El diálogo es un instrumento poderoso de paz”.
El proyecto nace del compromiso que ha asumido, desde hace varias décadas, la organización New Humanity, expresión del Movimiento de los Focolares, la cual ha promovido de una manera significativa las buenas prácticas del diálogo interreligioso e intercultural. Su enfoque favorece el respeto recíproco y la confianza, elementos esenciales para un diálogo proficuo y para motivar esfuerzos de colaboración.
En su discurso, Francisco Canzani, consejero para el área de Cultura y Estudio del Movimiento de los Focolares, hizo hincapié en que el diálogo se construye basándonos en tres elementos: actitudes, instrumentos y método. Deteniéndonos en este último, el método del consenso diferenciado y del disenso calificado, nacido dentro de la plataforma entre cristianos y marxistas DIALOP, es hoy fuente de inspiración y práctica para otros grupos de diálogo.
En 2023 y 2024, el proyecto ha involucrado a cuatro grupos de diálogo en tres áreas principales: Comunicación, Ecología y Políticas Sociales. Los grupos de diálogo han sido:
Entre ciudadanos cristianos a través de la plataforma Together4Europe
Entre cristianos y musulmanes a través del Centro para el Diálogo Interreligioso del Movimiento de los Focolares.
Entre cristianos y personas que no se reconocen en un credo religioso, a través de la plataforma DIALOP para un diálogo transversal.
Entre ciudadanos de Europa Occidental y Oriental a través del grupo de diálogo Multipolar.
Principalmente, el proyecto ha facilitado la difusión del significado y de las metodologías necesarias para un diálogo eficaz. Además reunió a expertos internacionales en torno a esos tres retos clave, que ayudaron a los participantes a comprender los principales documentos de la Unión Europea acerca de esos tópicos y a explorar las varias dimensiones de cada tema.
Los grupos colaboraron en la identificación de los principios compartidos y de las propuestas comunes. Su trabajo llevó a la formulación de recomendaciones que fueron presentadas al Parlamento Europeo.
El proyecto DialogUE ha sido promovido por un consorcio de 14 organizaciones de la sociedad civil provenientes de 9 países miembros de la Unión Europea.
Entre los resultados principales del proyecto: 12 encuentros internacionales y una formación para facilitadores y expertos; la integración directa de 1.200 ciudadanos y más de 10.000 indirectamente; la creación del “Dialogue Kit”, destinado a educadores, ONG y decisores políticos, para promover el diálogo y la cohesión social. Esos encuentros han llevado a recomendaciones compartidas para los decisores de la Unión Europea, dirigidas a promover políticas más inclusivas y sostenibles.
Por la tarde del 16 de octubre trabajó un grupo de discusión que fue huésped de la KU Leuven (Universidad de Lovaina) en Bruselas, momento en el que los participantes analizaron algunas buenas prácticas surgidas del proyecto y discutieron acerca de cómo difundir ulteriormente estas iniciativas a través del ‘Dialogue Kit’.
Paola Iaccarino Idelson es bióloga nutricional, experta en alimentación. Vive en Nápoles, al sur de Italia. Por un comentario de una querida amiga supe que ella había hecho un viaje a Brasil durante este verano europeo. Intrigado, intenté buscarla en las redes sociales. Me sorprendieron las hermosas fotografías tomadas durante la estadía en Brasil y las intensas historias que revelan una experiencia profunda. Por eso, decidí contactarla para una entrevista.
Paola, de Nápoles a Brasil: ¿por qué decidiste hacer este viaje?
Es una historia muy larga. Estuve en Brasil por primera vez hace catorce años en Florianópolis. Y fui allí porque tengo pasión por la lengua brasileña. No quería ir allí como turista así que a través de una amiga doctora, fui a ayudar a una colega suya como voluntaria. Apoyamos a un sacerdote en su misión diaria. Había abierto una escuela para ayudar a los niños a luchar contra el crimen y había abierto un taller de reparación de tablas de surf para ofrecer trabajo decente a los jóvenes del lugar. Durante tres semanas pesé y medí la altura de los niños de esa escuela: fue una experiencia tan fuerte, intensa y hermosa que cuando regresé a Italia tuve que sacarla de mi mente para poder seguir viviendo mi vida como antes.
¿Y luego? ¿Qué pasó?
El año pasado rompí con mi novio a quien no le gustaba Brasil. Entonces me dije: aquí ha llegado el momento de retomar este sueño. Pero esta vez también quería vivir una experiencia no como turista, sino ayudando de alguna manera a la comunidad local. Lo hablé con una amiga de los Focolares, ella me puso en contacto con la comunidad de los Focolares en la Amazonia.
Me hubiera gustado ser voluntaria como nutricionista, mi profesión, pero estaba abierta a cualquier cosa. Una focolarina de Brasil, Leda, me habló del barco hospital “Papa Francisco” en el que podría trabajar. Finalmente me fui en agosto de 2024. Leda fue un ángel, organizó todo mi itinerario poniéndome en contacto con la comunidad de los Focolares y se ocupó de mí durante todo el período que estuve en Brasil.
Paola en BrasilBarco hospital Papa FranciscoRío Amazonas
El barco hospital Papa Francisco: ¿qué hiciste allí?
No había una tarea muy específica para mí ya que soy experta en nutrición. Había unos diez médicos, cada uno con su propio consultorio. Ayudé en lo que pude. El despertador sonaba a las seis de la mañana porque desde las seis y media llegaban personas de los pueblos cercanos para recibir tratamiento. Era necesario recibir, registrar las llegadas y gestionar la afluencia. Hice consultas nutricionales y entendí que había un problema de sobrepeso y obesidad, especialmente en las mujeres. Me preguntaba mucho sobre las razones de esas condiciones de obesidad, era un problema bastante común en ese lugar. Hablando con alguien me di cuenta de que existe el problema del sedentarismo y el consumo generalizado de bebidas azucaradas, dulces y carne.
También pudiste tocar de cerca tanta pobreza…
He visto gente realmente pobre pero muy digna que logra que sus hijos estudien. Me llamó mucho la atención una familia. Eran 10 hijos, se veía que vivían en muy malas condiciones. El padre también tenía algunos problemas de salud. Pese a ello, los padres han conseguido que sus hijos estudien y una de sus hijas está a punto de convertirse en fotógrafa. Una gran dignidad a pesar de esas condiciones de vida.
Has visto la abundancia de diversidad, desde la naturaleza hasta los colores de la piel de las personas, desde los alimentos hasta los olores y los sabores…
Fue una de las cosas que más me llamó la atención de este viaje y que llevo conmigo. Una enorme diversidad en las formas de vida, especialmente en la increíble variedad de frutas, verduras, cereales, flores, plantas, los colores de los ríos, los animales, las personas. Cuando registraba las llegadas para las consultas, en el software tenía que escribir el color de piel y tenía cuatro opciones relacionadas con la diversidad de etnias, orígenes, color de piel… Vivir esta diversidad fue una experiencia fuerte y estoy convencida de que es solo una gran riqueza.
Viaje en barcoUn pueblo a orillas del Amazonas
¿Cómo te acogió y ayudó la comunidad de los Focolares en esta experiencia?
Fue fundamental en toda mi experiencia en Brasil. Me sentí acogida en cada lugar donde estuve. He experimentado el arte de amar. Siempre he sentido amor hacia mí, una apertura muy grande y desinteresada. Me hizo mucho bien, una acogida realmente conmovedora.
Fuiste allí para donar tiempo y profesionalismo, pero recibiste mucho más. ¿Este viaje ha cambiado un poco tu vida?
Mira, tengo cincuenta, no veinte. ¿Pero por qué digo esto? Porque cuando tenía veinte años, o incluso quizás treinta, todavía tenía la idea de ir a un lugar a donar. Ahora tengo muy, muy claro que la posibilidad de darme me devuelve algo. Sabía muy bien que la palabra “voluntariado” incluía muchas cosas. Donar tu tiempo es bueno. En primer lugar, a quienes lo dan. Ciertamente tuve una experiencia muy fuerte al compartir con la comunidad de los Focolares. Aunque no lo conozco como espiritualidad, aprecio mucho todas sus otras formas de expresión del amor concreto. Creo que fue una experiencia verdaderamente muy, muy, muy hermosa. Esta idea de poder vivir juntos, compartiendo todo lo que tenemos, es precisamente la idea de comunidad. Poder hacer el bien a los demás y vivir con los demás es algo que me gusta mucho.
Este viaje me enriqueció mucho. Ha tenido y tendrá un gran impacto en mi vida. Me llevó a conocer personas maravillosas, realidades completamente diferentes a la mía. Entendí que compartir es realmente posible.
Paola en la recepción«Donar el tiempo de uno hace bien»Paola trabajando en el barco hospital
Luego regresaste a Nápoles y tuviste una bienvenida inesperada.
Sí, de hecho, muchas personas que conocí a mi regreso y que sigo conociendo hoy me dicen que han leído mis diarios de viaje en las redes sociales, agradeciéndome por compartir esta experiencia. Estoy recibiendo muchos agradecimientos y varias solicitudes para saber más sobre este viaje. Por eso se me ocurrió la idea de organizar una reproducción de fotografías y mostrarlas en un evento, donde también pueda contar algo más. Esto me llamó mucho la atención: vivimos en una sociedad donde nunca hay tiempo para las relaciones. Que me pidan que pasemos tiempo juntos para aprender más sobre mi experiencia es algo hermoso.
Para terminar, retrocedamos la cinta y miremos el primer y el segundo viaje a Brasil: ¿Cómo vives tu vida hoy?
Mi primera experiencia brasileña hace muchos años, como decía, me la tuve que quitar. Ahora estoy haciendo un gran esfuerzo para no eliminar este último viaje, para no olvidar, para mantener esta experiencia también en mi vida en Nápoles y en Italia. Quiero mantener vivo este recuerdo. ¿Por qué? Porque tiene un sentido de vida que me da mucha fuerza y me gratifica mucho.
Lo primero que hice, cuando regresé a Nápoles, fue contactar a mi profesora de portugués, que es brasileña, para aprender mejor el idioma. Pero otra cosa que me gustaría hacer es un hermanamiento entre una guardería napolitana y una brasileña que está en construcción. Sería bueno ayudar a esos niños enviándoles mochilas y todo el material necesario. Pero sobre todo me gustaría intentar compartir experiencias entre niños brasileños y niños napolitanos.
En medio de las crecientes tensiones en el polvorín de Oriente Medio, en medio de las bombas y misiles que siguen cayendo sobre la «martirizada» Ucrania, en medio de los numerosos pequeños y grandes conflictos que laceran y matan de hambre a los pueblos de África, mientras en definitiva «los vientos de guerra y los fuegos de la violencia siguen trastornando pueblos y naciones enteras», el Papa Francisco llama a las «armas» del ayuno y la oración -las que la Iglesia señala como poderosas- a millones de creyentes de todos los continentes para implorar a Dios el don de la paz en un mundo al borde del abismo.
Como ya había hecho por los conflictos de Siria, República Democrática del Congo y Sudán del Sur, Líbano, Afganistán, Ucrania y Tierra Santa desde 2013 hasta 2023, el Papa Francisco convocó una nueva jornada de oración y abstención de alimentos para invocar el don de la paz para el lunes 7 de octubre de 2024, anunciando también una visita suya el domingo 6 de octubre de 2024 a la Basílica de Santa María la Mayor de Roma para rezar el Rosario y orar a la Virgen, pidiendo la participación de todos los miembros del Sínodo.
«No podemos dejar de hacer un nuevo llamamiento a los gobernantes y a quienes tienen la grave responsabilidad de las decisiones», escribió el Card. Pierbattista Pizzaballa, Patriarca de Jerusalén de los Latinos, en una carta a su diócesis en la que se adhiere al llamamiento del Papa: «al compromiso por la justicia y el respeto del derecho de todos a la libertad, la dignidad y la paz». El Patriarca reiteró la importancia del compromiso de todos para construir la paz en el propio corazón y en los contextos comunitarios, apoyando «a los necesitados, ayudando a quienes trabajan para aliviar el sufrimiento de los afectados por esta guerra y promoviendo toda acción de paz, reconciliación y encuentro. Pero también necesitamos rezar, llevar a Dios nuestro dolor y nuestro deseo de paz. Necesitamos convertirnos, hacer penitencia, implorar perdón».
El 4 de octubre, día de San Francisco de Asís, finaliza el período del Tempo de la Creación, un período en el que se propone profundizar el diálogo con Dios a través de la oración, asociado a acciones concretas para el cuidado del planeta. El Movimiento de los Focolares siempre ha apoyado la iniciativa participando y organizando eventos en diversas partes del mundo. He aquí algunas iniciativas del Tiempo de la Creación 2024.
En Leonessa, en el centro de Italia, se realizó un paseo en medio de la naturaleza. El evento, titulado Respiri di Natura: insieme per il nostro pianeta, contó con la participación de adultos y niños. El grupo de participantes partió del convento de los frailes capuchinos, encabezados por los frailes junto con los Carabinieri forestales, el Club Alpino Italiano y el profesor Andrea Conte, astrofísico y coordinador italiano de EcoOne, la red Ecología del Movimiento de los Focolares. La excursión culminó en una fuente, donde el profesor Conte dirigió una sugerente meditación sobre el viaje de un átomo de carbono en el medio ambiente. Luego, Conte mostró cómo transformar los desechos comunes en herramientas para experimentos científicos, demostrando cómo la ciencia puede ser divertida y accesible para todos.
Posteriormente, en el Auditorio de la localidad se profundizaron temas como la conciencia ambiental, los efectos del cambio climático y la importancia de la educación en sostenibilidad. El profesor Luca Fiorani, de la comisión internacional de EcoOne, ofreció un análisis en profundidad de la encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco, el concepto de ecología integral y sostenibilidad relacional. La amplia participación y la atención mostrada por los presentes demuestra un creciente interés por las cuestiones medioambientales y una mayor conciencia sobre la importancia de actuar para proteger nuestro planeta.
En Oceanía es el cuarto año que la comunidad de los Focolares contribuye a la oración ecuménica por el Tiempo de la Creación. “Oramos y testimoniamos con diversas acciones de cuidado de nuestra casa común – dicen -. Este servicio de oración es nuestro esfuerzo por llevar esperanza a nuestra vasta área que se extiende por 7.000 kilómetros desde Perth, Australia Occidental, hasta Suva, Fiji, la nación insular más grande en el corazón del Pacífico”. A esto siguió una reflexión de Jacqui Remond, cofundadora del Movimiento Laudato Si’, profesora de la Universidad Católica Australiana, que habló sobre la necesidad de cambiar los corazones para una conversión ecológica.
El arzobispo Peter Loy Chong, de la arquidiócesis de Suva, Fiji, no pudo unirse a ellos porque estaba dando la bienvenida al papa Francisco en Papua Nueva Guinea. Pero envió un mensaje subrayando en particular la importancia de la palabra “Tagi”, que significa “el grito de los pueblos de Oceanía”. Es el grito de las pequeñas islas del Pacífico ante el cambio climático, que aún no ha afectado al mundo. Mejor dicho: el mundo aún no ha escuchado profundamente las voces y en particular los tiempos del clamor de los pueblos de Oceanía.
Siguieron varias experiencias, como la creación de un jardín de reconciliación aborigen en el Centro Mariápolis de St Paul. Aquí fueron invitados los estudiantes de horticultura y sus profesores que utilizan el centro para sus clases. Todos son inmigrantes y estaban muy interesados en conocer sobre las importantes plantas alimenticias autóctonas.
En cambio, jóvenes de Sydney, Canberra y Melbourne se unieron a un anciano aborigen para dar un paseo por el campo, donde aprendieron a relacionarse con la creación y a cuidarla.
En México se realizó un curso sobre conversión ecológica y espiritualidad, un diálogo abierto para el cuidado de la Casa Común. Fue una iniciativa del Centro Evangelii Gaudium México, de la Universidad Sophia ALC junto con el Movimiento de los Focolares. Cinco sesiones en línea, una por semana durante el Tiempo de la Creación, coordinadas por el profesor Lucas Cerviño, focolarino, teólogo y misionólogo. Participaron 87 personas de varios países de América Latina, desde México hasta Argentina. Se abordaron algunos temas: la crisis y la conversión ecológica; metamorfosis de lo sagrado y la espiritualidad; Dios es amor como tejido de vida en el amor; escuchar el grito de la tierra y de los pobres como amor a Jesús abandonado y crucificado; la unidad vista como fraternidad cósmica para cuidar la Casa Común; María como Reina de la creación y la presencia del cuerpo místico de María.
Finalmente, en Italia, en la ciudad de Padua, se inauguró el “Sendero de las 5C de Laudato Sì” gracias a la red Nuevos Estilos de Vida formada por asociaciones civiles, religiosas y laicas – entre ellas el Movimiento de los Focolares – que tienen como misión la promoción de estilos de vida sobrios que respeten la naturaleza, una economía sostenible y que estimulen a las comunidades con iniciativas y propuestas para lograr juntos el bien común.
El sendero 5C se instaló en un jardín donde en 2011 las cinco Iglesias Ecuménicas (católica, ortodoxa, luterana, metodista y evangélica) celebraron el Día de la Custodia de la Creación, plantando juntas cinco hayas. Fue precedido por un breve concierto de un joven cantautor vicentino que nos comunicó la sensibilidad y el sueño de los jóvenes de hoy hacia un futuro de esperanza.
Las 5C destacan cinco términos tomados de la encíclica del Papa Francisco: custodiar, conversión, comunidad, cuidado, cambio. El evento se vivió con intensidad y representó un estímulo para un compromiso concreto por la realización de un mundo mejor, más justo y equitativo, en armonía con la Tierra que habitamos.