Movimiento de los Focolares
“Comunicar que Dios es Amor”

“Comunicar que Dios es Amor”

Más de 50 Obispos de 30 naciones de cuatro Continentes, interesados en la espiritualidad de la unidad promovida por el Movimiento de los Focolares, se encontraron del 27 de febrero al 5 de marzo de 2010 en Castel Gandolfo. Con un programa rico de intervenciones y testimonios afrontaron los retos del mundo contemporáneo y se dedicaron al estudio de los cambios sociales, económicos y políticos de la última Encíclica de Benedetto XVI Caritas in Veritate.

Entre las intervenciones, además del Card. Miloslav Vlk, moderador de estos congresos, participó el Card. G.B. Re, prefecto de la Congregación para los Obispos, el Card. Clàudio Hummes, Prefecto de la Congregación del Clero, el Card. Ennio Antonelli, presidente del Pontificio Consejo para la Familia y los Cardenales eméritos Adrianus J. Simonis, arzobispo (e) de Utrecht, Holanda, y Giovanni Cheli de la Curia romana.

En un clima de intercambio fraterno y de amistad, este encuentro ofreció un enriquecimiento intelectual y espiritual único. Meditaciones y reflexiones con referencia a las problemáticas de nuestro tiempo, testimonios, en el contexto del Año Sacerdotal, de sacerdotes comprometidos en distintos campos de la sociedad secularizada e indiferente ante los valores religiosos, suscitó un diálogo vivaz.

El Instituto Universitario “Sophia” de reciente fundación, situado en la ciudadela de Loppiano (Florencia), ofreció aportes de vanguardia sobre la exegesis, el debate entre ciencia y fe, sobre la evolución y la creación, y sobre el tema de la economía y la gratuidad, permitiendo una mirada a 360º sobre muchas realidades humanas en una óptica que intenta interpretar los hechos y las noticias cotidianas a la luz de la Revelación.

Congresos similares se desarrollaron o están programados en otros países: en Asia, en Bangkok del 9 al 13 de febrero, coincidiendo con el viaje a Asia de la Presidente de los Focolares, María Voce, en África (en Bangui, Camerún – a mediados de marzo), en Medio Oriente, Brasil (São Paulo – abril) y Colombia (Bogotá – abril).

“Comunicar que Dios es Amor”

¡La fraternidad, por doquier!

Después de Haití, Chile. En la madrugada entre el 26 y el 27 de febrero, un fortísimo terremoto de magnitud 8,8 en la escala Richter azotó al país, especialmente a la ciudad de Concepción y a la costa. De la comunidad del Movimiento de los Focolares en Chile comienzan a llegar las primeras noticias. Son noticias llegadas vía email, todavía muy fragmentadas y confusas. Hablan de destrucción, de la pérdida de amigos y familiares, de dolor difundido. Son, sin embargo, todas noticias llenas de una esperanza que jamás se ha perdido, de un movimiento de solidaridad que ha partido desde muchas partes, la mañana siguiente del sisma. Esperanza y solidaridad: rasgos típicos del pueblo chileno.

Ramiro y un grupo de amigos salieron de la capital de Santiago para ir al encuentro de los miembros más afectados de la comunidad de los Focolares. Viajaron toda la noche con dos carros cargados de bienes de primera necesidad, superando incluso los toques de queda. En Concepción, después de dos días de viaje (normalmente se toma 6 horas), fueron recibidos por la comunidad con mucha conmoción pues – cuenta Neldi, co-responsable del Movimiento en Chile – los bienes que llevaron “eran exactamente lo que necesitaban y en seguida se inició la distribución de los mismos. Se siente fuerte el espíritu de familia, de solidaridad”. “Es impresionante – escribe Ramiro – como en esta situación de dolor, Jesús está allí, presente en cada persona, en cada familia que sufre por las consecuencias de este terremoto”. El grupo fue luego a Curicó y de allí al Centro Mariápolis de Cunaco, a 170 km al sur de Santiago.

Precisamente en los días del terremoto, estaba en curso un congreso de adolescentes. Son las “gen”, la sección juvenil del Movimiento de los Focolares. Por email, Bea Isola cuenta lo ocurrido:

“En esos días, estábamos en el congreso en el Centro Mariápolis de Cunaco. Un congreso soñado y preparado desde hacía meses… sin embargo, no nos podíamos imaginar el programa que Dios nos había reservado para aquel tercer día. Fortísima la certeza del amor de Dios. Fue lo primero que recordamos esa madrugada, también porque el lema escogido para el congreso era: “¡Ánimo! ¡Dios las ama inmensamente!”.

Después del terremoto, el cartel con esas palabras quedó sólo resaltando en la sala del congreso, ¡como signo profundo que se grabará para siempre en nuestras almas!

En las horas sucesivas al terremoto, vivimos juntas el desaliento, la incertidumbre por los familiares, los amigos, sobre todo por aquellos que vivían en las zonas más afectadas por el sismo, y de los cuales no se tenían noticias dado que las comunicaciones se interrumpieron por horas y horas, y con algunos incluso por dos días. Hubo quien se enteró de un amigo muerto, o de personas que quedaron atrapadas bajo los escombros de una discoteca.

Después visitamos el pequeño pueblo cerca del Centro Mariápolis: negocios destruidos, gente que dormía al aire libre, sin agua, luz. Nos dispusimos a donarnos entre todos y con los demás, ayudando a las religiosas a desalojar la parroquia – incluso arriesgando la vida. Pequeños hechos, pero que hablan de la fuerte experiencia de amor recíproco que estábamos viviendo. Partimos transformadas por Dios. Y en estos días, correos electrónicos y llamadas telefónicas continúan, relatando hechos concretos. ¡En Chile, un lugar que sufre por el desequilibrio social, está creciendo la fraternidad! ¡Y esto se comprueba por doquier!

Es ésta fraternidad la que da luz y valor a cuantos han perdido mucho, si no incluso todo. Así escribe desde Constitución – ciudad afectada también por la honda anómala – Gonzalo Espinosa, de 21 años, luego de un encuentro vivido con un grupo de jóvenes que fueron a visitarlo.

“Las pocas horas que viví con ellos me han hecho olvidar todo aquello que viví en esta semana. He visto personas que piden ayuda… he visto el dolor, he visto la furia de la naturaleza que me ha dejado sin casa, el lugar donde había vivido mis 21 años con mi madre y mi abuela…Hoy no tengo nada… Gracias a Dios mi familia está viva. Sufro por los amigos dispersos, algunos están muertos. Levanto la cabeza y sigo luchando por mi familia”.

Marzo 2010

¡Cuántas veces en la vida sientes la necesidad de que alguien te eche una mano y al mismo tiempo sabes que ninguna persona puede resolver tu situación!
Es entonces cuando te diriges inadvertidamente a Alguien que sabe hacer posibles las cosas imposibles. Este Alguien tiene un nombre: Jesús
Escucha lo que te dice:

«Os aseguro que si tuvierais fe, aunque sólo fuera como un grano de mostaza, le diríais a este monte: ¡quítate de ahí y ponte allí! Y el monte cambiaría de lugar; nada os resultaría imposible»  (Mt 17,20)

Es evidente que la expresión «mover montañas» no se tiene que tomar al pie de la letra. Jesús no prometió a sus discípulos un poder de hacer milagros espectaculares para asombrar a la multitud. Y, de hecho, si vas a buscar en toda la historia de la Iglesia, no encontrarás a un santo –que yo sepa– que haya cambiado montañas de lugar con la fe. «Mover montañas» es una hipérbole, es decir, una manera intencionadamente exagerada de decir las cosas para inculcar en la mente de sus discípulos la idea de que para la fe no hay nada imposible.
Así, cada milagro que Jesús realizó, directamente o a través de los suyos, lo hizo siempre en función del reino de Dios o del evangelio o de la salvación de los hombres. Cambiar una montaña de lugar no serviría para ese fin.
La comparación con el «grano de mostaza» es para indicar que Jesús no te pide una fe más o menos grande, sino una fe auténtica; y la característica de la fe auténtica es apoyarte únicamente en Dios y no en tus capacidades.
Si te asalta la duda o vacilas en la fe, significa que tu confianza en Dios todavía no es plena: tienes una fe débil y poco eficaz, que aún se apoya en tus fuerzas y en la lógica humana.
En cambio, quien se fía enteramente de Dios deja que Él mismo actúe y… para Dios no hay nada imposible.
La fe que Jesús quiere de sus discípulos es precisamente esa actitud de plena confianza que permite que Dios mismo manifieste su potencia.
Y esa fe, que por eso mueve montañas, no está reservada a algunas personas excepcionales. Es posible y un deber para todos los creyentes.

«Os aseguro que si tuvierais fe, aunque sólo fuera como un grano de mostaza, le diríais a este monte: ¡quítate de ahí y ponte allí! Y el monte cambiaría de lugar; nada os resultaría imposible».

Se cree que Jesús dijo estas palabras a sus discípulos cuando iba a enviarlos a predicar.
Es fácil desanimarse o asustarse cuando se sabe que se es una pequeña grey poco preparada, sin cualidades especiales, ante innumerables multitudes a las que es necesario llevarles la verdad del Evangelio.
Es fácil venirse abajo ante gente que tiene intereses bien distintos de los del reino de Dios. Parece una tarea imposible.
Es entonces cuando Jesús asegura a los suyos que con la fe «moverán las montañas» de la indiferencia y del desinterés del mundo.
Si tienen fe nada les será imposible.
Esta frase también puede aplicarse a todas las demás circunstancias de la vida con tal de que contribuyan al avance del evangelio y a la salvación de las personas.
A veces, ante dificultades insuperables, puede surgir la tentación de no dirigirse ni siquiera a Dios. La lógica humana sugiere: ¡Se acabó; total, no sirve de nada!
Es entonces cuando Jesús nos exhorta a no desanimarnos y a dirigirnos a Dios con confianza. De un modo u otro, Él responderá.
Es lo que le sucedió a Lella.
Habían pasado algunos meses desde que empezó llena de esperanza su nuevo trabajo en Bélgica, en la zona flamenca. Pero, ahora una sensación de abatimiento y de soledad la atormentaba.
Parecía que entre ella y las chicas con las que trabajaba y vivía, se hubiera levantado una barrera insuperable.
Se sentía aislada, como una extranjera entre aquella gente a la que sólo quería servir con amor.
Todo como consecuencia de tener que hablar un idioma que no era ni el suyo ni el de quien la escuchaba. Le habían dicho que en Bélgica todos hablaban francés y lo había aprendido, pero al tomar contacto directo con ese pueblo, se dio cuenta de que los flamencos estudian francés solamente en el colegio y que en general lo hablan de mala gana.

Había tratado muchas veces de mover esa montaña de marginación que la alejaba de las otras, pero sin resultado. ¿Qué podía hacer por ellas?
Veía ante sí el rostro de su compañera Godeliève lleno de tristeza. Esa noche se había ido a su habitación sin probar bocado.
Lella había intentado seguirla, pero se detuvo ante la puerta de su habitación por timidez y titubeando. Habría querido llamar… pero ¿qué palabras usar para explicarse? Se quedó allí algunos segundos y luego se rindió una vez más.
A la mañana siguiente entró en una iglesia; se puso al final, en los últimos bancos, con el rostro entre las manos para que nadie notara sus lágrimas. Aquel era el único lugar donde no hacía falta hablar otro idioma, donde ni siquiera era necesario explicarse, porque había Alguien que comprendía más allá de las palabras. Fue la seguridad de ser comprendida lo que le dio valor y con el alma angustiada le dijo a Jesús: «¿Por qué no puedo compartir con las otras chicas sus cruces y decirles esas palabras que tú mismo me hiciste comprender cuando te conocí: que todo dolor es amor?».
Estaba delante del sagrario, esperando casi una respuesta de Aquel que en su vida le había iluminado toda oscuridad.
Bajó la vista y en el evangelio de aquel día leyó: «Ánimo –tened fe– yo he vencido al mundo» . Aquellas palabras fueron como un bálsamo para el alma de Lella, y sintió una gran paz.
Nada más volver a casa para el desayuno se encontró con Annj, la chica que se encargaba del orden de la casa. La saludó y la siguió hasta la cocina; luego, sin hablar, empezó a ayudarla a preparar el desayuno.
La primera en bajar de las habitaciones fue Godeliève, que iba a la cocina a buscar el café. Andaba deprisa para no ver a nadie, pero se detuvo allí. La paz de Lella le llegó al alma mucho más que cualquier palabra.
Aquella tarde, en el camino de regreso a casa, Godeliève alcanzó a Lella con su bicicleta y esforzándose por hablar de manera comprensible para ella, le susurró: «No hace falta que digas nada. Hoy tu vida me ha dicho: “¡ama tú también!”».
La montaña se había movido.

Chiara Lubich

“Comunicar que Dios es Amor”

“Nuestras raíces, nuestras aspiraciones”

60 cristianos y musulmanes provenientes de diferentes cantones de Suiza se encontraron el 14 de febrero en Baar, en el centro del Movimiento de los Focolares, para una jornada de encuentro y diálogo.  El programa se articuló alrededor de la profunda experiencia de una pareja venida expresamente de Argelia.  Mohammed y Shahrazade.

Su entusiasmo y la narración sencilla de la vida vivida por la comunidad musulmana del Movimiento de los Focolares en Argelia fue para los participantes un baño de esperanza, fundamentada en la certeza de que ya es una realidad el camino que juntos están viviendo. De hecho, el Movimiento de los Focolares está presente en Argelia desde los años ’60 y hoy está compuesto en un 90% por musulmanes, pertenecientes a todas las corrientes del Islam. El diálogo llevado adelante por los Focolares está basado en la comunión de la vida. “Esta experiencia –dijo Mohammed, que es médico de profesión- me ha ayudado a ir a lo esencial,  ha purificado mi fe. El descubrimiento de Dios Amor así como se me ha manifestado, no es una teoría”. Y Shahrazade agregó: “Lo que hemos aprendido es la humildad y que el amor nos lleva a mejorar siempre, porque el amor de Dios no tiene medida”.

En el encuentro de Baar participó también Paul Lemarié quien sigue el diálogo islamo-cristiano en el Centro para el diálogo interreligioso del Movimiento de los Focolares.  El encuentro tuvo eco en la prensa local.  Así escribió Martin Hoegger: “Rica jornada centrada en el compartir raíces comunes entre cristianos y musulmanes: la fe en el amor de Dios. Y sobre la aspiración de vivirla en las relaciones interpersonales, en un diálogo de vida”.  Y en otro artículo se lee: “Cristianos y musulmanes, todos nos hemos enriquecido en esta jornada de intensa comunión, centrada en el descubrimiento de Dios Amor a tal punto que podemos decir que otra estrella ha empezado a brillar en toda Suiza”.

La presidente de los Focolares en Tailandia

“La sensación de haber encontrado en Asia un campo ya arado, con semillas que están germinando”: es la imagen que María Voce, presidente de los Focolares, da del Movimiento en el continente asiático; una organización madura, lista para recoger los frutos de su trabajo. En una entrevista a “MissiOnLines”, Voce habla de su viaje, emprendido el 6 de enero, que la ha llevado a Corea del Sur, Japón, Filipinas y Tailandia; dentro de tres días viajará a Pakistán, la última etapa de su gira. La llevó a ir a Asia “el deseo de conocer a la comunidad de los Focolares en los varios países pero también la sensación de que este viaje le daba la posibilidad de recoger plenamente la herencia de Chiara Lubich. Mi presencia aquí –explica- quiere ser un apoyo para nuestra obra haciendo sentir a las personas del Movimiento que para nosotros son centrales”. En Tailandia Maria Voce participó, como primera cosa, en el cuarto Simposio Internacional Budista-Cristiano, que tuvo lugar en Chiang Mai, en el cual participaron doscientos representantes provenientes de veinte naciones del Extremo Oriente, Italia y Gran Bretaña, después, en Bangkok, el 7 y 8 de febrero, participó en el encuentro de ochocientos focolarinos de distintos países asiáticos. Este encuentro –subraya la presidente- “ha sido un evento excepcional, organizado con notables dificultades, pero todos se comprometieron porque sentían que era necesario un momento de unidad a partir del cual asumir un relanzamiento”. Del 9 al 12 de febrero la presidente se encontró con los obispos del Extremo Oriente simpatizantes del Movimiento, reunidos en Sampran para el congreso “Comunicar a Dios Amor. La nueva evangelización hoy”. Entre los mismos estaba el arzobispo de Bangkok, Francis Xavier Kriengsak Kovithavanij, el nuncio apostólico de Tailandia, Singapur y Camboya, el arzobispo Salvatore Pennacchio, y el obispo coadjutor de Islamabad-Rawalpindi, Rufin Anthony. Los prelados, unos treinta, profundizaron en forma especial dos ámbitos: por una parte el reto de la encíclica Caritas in veritate y la necesidad de la comunicación en la época de la globalización; por otro lado el diálogo interreligioso a la luz de Dios Amor. El viaje de María  Voce prosigue, bajo el signo del compartir, del intercambio recíproco, del descubrimiento: “En Asia –cuenta- lo que te impresiona es sobre todo el sentido de lo sacro que hay en las poblaciones y que nos obliga a estar a la altura”.

“Comunicar que Dios es Amor”

Muchas vías por un mundo unido

Un viaje que partió en 1985, cuando Chiara Lubich lanzó a los jóvenes del Movimiento de los Focolares la idea de extender a sus coetáneos de todas las nacionalidades, culturas y convicciones religiosas, la invitación a trabajar juntos para construir un mundo más solidario; un viaje que ya los ha llevado lejos, como lo testimonian las numerosas actividades y proyectos puestos en práctica en los países en vías de desarrollo, en las ciudades, o mucho más simple, allí donde viven estos jóvenes. Para dar una nueva linfa a este proyecto y darlo a conocer a la mayor cantidad posible de jóvenes, los “Jóvenes por un Mundo Unido” se reunirán en el Centro Mariápolis de Castelgandolfo del 19 al 21 de febrero.

Un meeting cuya intención es volver a lanzar las originarias “vías por un mundo unido” que habían animado los inicios del Movimiento, y recomenzar – o continuar – a recorrerlas hoy junto con otros coetáneos. Coetáneos cada vez más distintos en un mundo globalizado: desde quien llega de lejos hasta aquel que no profesa un credo religioso, pero que comparte el compromiso de derribar aquellos obstáculos que aún se interponen entre personas de diversas etnias, culturas y estratos sociales.

El encuentro, que tiene previsto entre otras cosas, una visita de medio día a Roma, está abierto no sólo para quien conoce ya a los “Jóvenes por un Mundo Unido”, sino también para quien por primera vez entra en contacto con ellos. Reflexiones, testimonios y encuentros varios se alternarán con momentos de fiesta, de amistad y de trabajo concreto, para dar en seguida forma a las ideas que surgirán durante el meeting.

Las inscripciones están abiertas hasta el 12 de febrero a través de la dirección de correo electrónico sgmu@focolare.org, o por el 06 94792089 de la secretaría internacional y organizadora de JMU.

de Amanda Cima

Fuente: Città nuova

www.mondounito.net

Los Jóvenes por un Mundo Unido se encuentran también en Facebook

“Comunicar que Dios es Amor”

Giancarlo Faletti

Notas biográficas

Giancarlo Faletti fue co-presidente del Movimiento de los Focolares del 7 de julio de 2008 al 13 de septiembre de 2014. Piamontés de Cerro Tanaro (Asti-Italia), Faletti nace el 14 de septiembre de 1940 en una familia con gran sensibilidad social. A pesar de no haber recibido una orientación religiosa especial, en él madura muy pronto la exigencia de comprometerse en el mundo juvenil católico y, más tarde, en el ámbito del voluntariado cristiano, que lo lleva junto a quien sufre y vive en condiciones de pobreza. Después de un período de búsqueda, en 1959, encuentra la espiritualidad de comunión y queda fascinado con la propuesta de Chiara Lubich de vivir para contribuir a la realización de la unidad de la familia humana, tal como pidió Jesús al Padre: «¡Que todos sean uno!», la finalidad del Movimiento. A los veinticinco años decide donarse completamente a Dios en la vida de la comunidad del focolar. Concluidos los estudios de Economía, encuentra trabajo en un prestigioso organismo bancario de Turín, donde desempeña cargos a nivel directivo. En 1972, después de varios años transcurridos en la comunidad del focolar de Turín, se convierte en el responsable de la de Génova, donde demuestra una atención y cercanía especial hacia los jóvenes. Son años en los cuales entre los jóvenes florecen frutos de santidad como Chiara Luce Badano, recientemente beatificada, Alberto Michelotti y Carlo Grisolia, que actualmente tienen en curso los procesos. Después de ser nombrado delegado responsable del Movimiento para la zona de Lazio, Giancarlo Faletti completa los estudios teológicos en la Pontificia Universidad Lateranense y en 1997 es ordenado sacerdote. Pocos meses después Chiara Lubich lo nombra delegado responsable del Movimiento para la zona de Abruzzo, Cerdeña y Roma, donde permanece hasta la Asamblea del 2008, que lo elige Co-presidente del Movimiento. Acompaña a María Voce en su visita a Benedicto XVI al final de la Asamblea y, a finales de enero de 2009, está presente en Moscú en la entronización del Patriarca Cirilo I. En el curso de los años, ha acompañado a la Presidente María Voce en varios viajes por Europa y el resto del mundo para encontrar a las comunidades de los Focolares. En dichas ocasiones ha mantenido numerosos contactos con personalidades a nivel institucional del mundo civil y eclesial.

“Comunicar que Dios es Amor”

Terremoto en Haití

En primera línea en socorrer a los heridos y damnificados. La comunidad del Movimiento de los Focolares se encuentra concentrada en Mont-Organisé, ciudad al norte de la isla, cerca de la frontera con República Dominicana. Según las primeras informaciones recogidas por “Living City” de Nueva York, la comunidad de los Focolares ha decidido construir un centro de acogida para familias en un terreno que les habían donado hace unos años atrás. Pocos días después del terremoto, llegaron 47.000 dólares necesarios para proveer de alojamiento a veinte familias. Muchos dejaron la capital para buscar ayuda justo en la parte septentrional del país. “Llegaron sin nada, perdieron todo, no saben dónde ir y no comen desde hace muchos días”. Cuenta Wilfrid Joaquin, coordinador del Movimiento de los Focolares en Mont-Organisé. “El país entero está devastado. Casi todas las familias han perdido a alguien en el terremoto. Después de este desastre, todos tratan de irse a las montañas”. Desde Haití, sin embargo, llegan noticias consoladoras. “Todos los niños que forman parte del proyecto internacional patrocinado por el Movimiento con las adopciones a distancia, están a salvo”, afirma Joaquin.

Se está organizando también un centro de distribución de ropa, alimento y medicinas. Las ayudas llegan a través de la comunidad de los Focolares presente en República Dominicana. El doctor Modesto Herrera, miembro del Movimiento, junto con otros médicos, enfermeros y voluntarios salieron de La Romana, una ciudad dominicana y llegaron en bus a Port-au-Prince, con el proyecto de quedarse en Haití por cinco días. “La gente nos esperaba en la iglesia evangélica, donde estábamos hospedados. Algunos de nosotros trabajamos en los refugios de campo, otros en los hospitales, asistiendo a 300 personas al día. Lo más hermoso fue construir relaciones personales con ellos”.

Un signo de esperanza y también de solidaridad que el terremoto ha provocado en la población de República Dominicana, la cual ha abierto inmediatamente las fronteras para acoger en los hospitales a los heridos de Haití, dejando de lado años de prejuicios culturales y hostilidad entre los dos países. “¿Será que Dios quiere que nos despertemos y miremos a estas personas, hermanos nuestros, que viven a nuestro lado?”, escribió el obispo Francisco Ozoria, Presidente de la Comisión Pastoral Haitiana en República Dominicana. “Dios hace florecer la vida de entre los escombros, una vida nueva renacerá para la gente de Haití gracias a la solidaridad de todos”.

La respuesta de las religiones a los retos de la globalización

El Simposio es organizado por la Mahachulalongkorn Rajavidyalaya University de Chiang Mai, en colaboración con el Movimiento de los Focolares y la Rissho Kosei-Kai, el movimiento laico budista protagonista que desde hace varias décadas del diálogo interreligioso a nivel mundial.

El tema del congreso “Dharma, Compasión y Ágape en el mundo contemporáneo” tiene un subtítulo particularmente entonado a las problemáticas del mundo de hoy: “Las respuestas de las religiones a los retos del mundo globalizado”. Es significativo que han sido precisamente los interlocutores budistas quienes han querido afrontar dicha temática en el curso del simposio, confirmando su transversalidad, que toca a hombres y mujeres de cualquier país prescindiendo de sus culturas y religiones,

Serán alrededor de cincuenta los participantes en el congreso, provenientes de Japón, Corea, Taiwán, Singapur, Filipinas, Sri Lanka, Bangla Desh, India, Inglaterra e Italia.  Entre ellos, como observadores, estarán unos treinta monjes estudiantes de la maestría de la universidad budista de Chiang Mai.

En la ceremonia de apertura que tendrá lugar hoy en la tarde en el templo de Wat Phrathat Sri Chomthong Voravihara estarán presentes autoridades de varias religiones. El Arzobispo Salvatore Pennacchio, Nuncio Apostólico de Tailandia, será el huésped de honor, junto con el Mgs. Andrew Vissanu Thaya-anan, subsecretario del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, el nuevo arzobispo de Bangkok, Mons. Francis-Xavier Kriengsak Kovithavanij, Mons. Chusak Sirisut, obispo de Nakhon Ratchasima, presidente de la Comisión para el Diálogo Interreligioso de la Conferencia Episcopal Tailandesa, y el obispo de la diócesis de Chiang Mai, el Mgs. Francis Xavier Vira Arpondratana. El Movimiento de la Rissho Kosei Kai estará representado por su presidente, Nichiko Niwano, quien dirigirá un mensaje a los presentes. Por parte del budismo therawada, intervendrá en la ceremonia la más alta autoridad de la zona de Chiang Mai – Phra Tepkosol – y Phra Thammankalajarn (conocido también por Ajahn Tohng Sirimankalo), quien ha ofrecido su centro de meditación vipassana, en el templo del cual es el titular, para el desarrollo del congreso. Está prevista también la presencia de representantes institucionales. Significativa la participación del Director de la Oficina para las Relaciones con las religiones y las culturas del Consejo Mundial de las Iglesias de Ginebra, el Dr. Shanta Premawardhane.

El Simposio se alinea en continuidad con otros dos que tuvieron lugar en Roma, en el2004 y en el 2008, y en uno hospedado por la Rissho Kosei Kai y la Tendai-shu en Osaka en el 2006, y desea desarrollarse, poniendo en todo momento el amor cristiano y la compasión budista como base de todo lo que se desarrollará en los próximos días. Ha sido este espíritu el que ha caracterizado los precedentes simposios, comprometiendo a cada participante a una sisncera búsqueda de lo que une para contribuir a que se cresca hacia la fraternidad universal.

El 3 de febrero intervendrá también la presidente del Movimiento de los Focolares, actualmente en Asia. María Voce, además, es esperada en la Mahachulalongkorn Rajavidyalaya University de Chiang Mai, donde el 5 de febrero hablará a los monjes.

 

febrero 2010

Jesús se presenta como aquel que realiza las promesas divinas y las expectativas de un pueblo cuya historia está totalmente marcada por la alianza, que nunca se ha revocado, con su Dios.
La idea de la puerta se parece y se entiende mejor con otra imagen que Jesús usa también: «Yo soy el camino, nadie puede llegar hasta el Padre si no es por mí» (2). Por lo tanto, Él es realmente un camino y una puerta abierta al Padre, a Dios mismo.

«Yo soy la puerta verdadera. Todo el que entre en el aprisco por esta puerta, estará a salvo; entrará y saldrá libremente y siempre encontrará su pasto».

Concretamente, ¿qué significa esta Palabra en nuestra vida?
Son muchas las implicaciones que se derivan de otros pasos del Evangelio que tienen relación con el párrafo de S. Juan, pero entre todas escojamos la de la “puerta estrecha” a través de la que hay que esforzarse por entrar (3) para entrar en la vida.
¿Por qué esta opción? Porque nos parece que es la que más nos acerca a la verdad que Jesús dice sobre sí mismo y que más nos ilumina sobre cómo vivirla.
¿Cuándo se convierte Él en puerta abierta de par en par, completamente abierta a la Trinidad? Cuando parece que la puerta del Cielo se le cierra, Él se convierte en puerta del Cielo para todos nosotros.
Jesús abandonado (4) es la puerta a través de la cual tiene lugar el intercambio perfecto entre Dios y la humanidad. Habiéndose hecho nada, une a los hijos con el Padre. Jesús abandonado es ese vacío (el hueco de la puerta) por el que el hombre entra en contacto con Dios y Dios con el hombre.
Él es la puerta estrecha y al mismo tiempo la puerta abierta de par en par, y podemos hacer experiencia de esto.

«Yo soy la puerta verdadera. Todo el que entre en el aprisco por esta puerta, estará a salvo; entrará y saldrá libremente y siempre encontrará su pasto».

En su abandono, Jesús se convirtió para nosotros en acceso al Padre.
Su parte está hecha. Pero para beneficiarse de tanta gracia cada uno de nosotros también tiene que hacer su pequeña parte, que consiste en acercarse a esa puerta y pasar al otro lado. ¿Cómo?
Cuando nos sorprende la desilusión o estamos heridos por un trauma o por una desgracia imprevista o por una enfermedad absurda, siempre podemos recordar el dolor que Jesús ha personificado en todas estas pruebas y en otras mil más.
Sí, Él está presente en todo lo que sabe a dolor. Cada uno de nuestros dolores tiene uno de sus nombres.
Probemos, pues, a reconocer a Jesús en todas las angustias, las estrecheces de la vida, en todas las oscuridades, en nuestras tragedias personales y de los demás, en los sufrimientos de la humanidad que nos rodea. Son Él, porque Él las ha hecho suyas. Será suficiente decirle con fe: «Eres Tú, Señor, mi único bien» (5). Bastará con hacer algo concreto para aliviar “sus” sufrimientos en los pobres y en los infelices para ir más allá de la puerta, y encontrar en el otro lado una alegría que nunca hemos experimentado, una nueva plenitud de vida.              
   
Chiara Lubich

1)    Palabra de vida de abril de 1999, publicada en Ciudad Nueva, nº 353, abril de 1999. 2) Cf. Jn 14, 6. 3) Cf. Mt 7, 13. 4) Cf. Mc 15, 34 y Mt 27, 46. 5) Cf. Sal 16(15), 2.

“Comunicar que Dios es Amor”

Hace 90 años nacía Chiara Lubich

 Querida Eli, hoy Chiara habría cumplido 90 años. En este periodo de tiempo la humanidad ha recorrido un cierto camino. En esta perspectiva, tú que estuviste tanto tiempo junto a ella, ¿qué rol histórico te parece que tenga su figura?

“Me parece que Dios en la historia manda, en cada época, un carisma para necesidades específicas de la humanidad. En esta época existe una tensión a la unidad, política, comercial… Son un testimonio la unidad europea, las Naciones Unidas, el diálogo ecuménico, etc. El Concilio Vaticano II abrió las puertas a otras iglesias y también a otras religiones. Para el carisma de la unidad se puede decir que ya había un contexto histórico preparado. El carisma de Chiara, que se puede resumir en las palabras de Jesús ‘que todos sean Uno’, es la unidad llevada a la máxima extensión: ‘todos Uno’. Su carisma se orienta a todos los hijos de Dios, que es Amor, por lo cual todos están hechos para amar. Chiara, mirando a esta naturaleza del hombre, no encontró límites en crear relaciones con todos. Su intuición de que el amor recíproco construye la unidad, fue una novedad, como el descubrimiento de que se puede ir juntos hacia Dios, en comunión, pasando de plenitud en plenitud.”

Se ha evidenciado a menudo, también por parte de personalidades autorizadas de la Iglesia, el “don de profecía” que Chiara poseía. ¿Podrías mencionar alguna de estas intuiciones que, en algún modo, se han cumplido?

“Un hecho: a los comienzos del Movimiento, en la fiesta de Cristo Rey, ella invita a sus primeras compañeras a pedir juntas lo que decían las Escrituras: ‘…pídeme y te daré en herencia a todas las gentes (…) hasta los confines de la tierra…”. Y ella, aún en vida, vio este espíritu evangélico llegar a 184 naciones del mundo, es decir a casi todas…
Otra novedad – siguiendo las huellas de los Padres de la Iglesia – es la presencia de Jesús allí ‘donde dos o tres están reunidos” en su nombre. Su presencia entre ellas, que saciaba todas sus aspiraciones, era una experiencia novísima.
También la comunión de los bienes y la unidad -hablaban de ello sólo los comunistas- , la Palabra del Evangelio -sólo los protestantes- …; la actitud de apertura y de evidenciar lo positivo de las otras iglesias encaminando un diálogo ecuménico; también el diálogo interreligioso y con todos los hombres de buena voluntad. Cosas que afirmaron, primero el Concilio, luego los papas y que ahora forman parte de la vida de la Iglesia. También la experiencia con el pueblo Bangwa, en África… (ejemplo de nueva evangelización), comenzada ya en los años sesenta. Asimismo la importancia de los laicos ‘para abrir camino’ a la Iglesia institucional en los varios ámbitos humanos. Y aquí se puede comprender mejor por qué Dios eligió a una mujer para construir la unidad entre todos. Nosotros hemos escrito en los Estatutos -lo ha querido Chiara y la Iglesia lo ha aprobado- ‘La Obra de María desea ser, por cuanto le sea posible, una presencia de María en la tierra y casi una continuación suya’. Hay una fuerte experiencia espiritual detrás de este exigente deseo.”

¿Cómo era la relación de Chiara con los jóvenes y qué significaban para ella?

“Chiara tenía un relación privilegiada con los jóvenes, porque sentía que non tenían necesidad de perder muchas cosas como, tal vez, los adultos. Los veía más libres y se hallaba muy bien con ellos, sobre todo con los más jóvenes. Creía en su naturaleza ‘incontaminada’ y mantenía con ellos una relación directa, sencilla, espontánea. La gustaba ver que los jóvenes están llevados a los grandes ideales, que a ellos todo les parece posible; y el suyo era un ideal grandísimo, positivamente utópico, que atraía a los jóvenes. Ella hizo una ‘revolución’ ya en el modo sencillo de relacionarse con ellos, con sus actos, en la normalidad de la propuesta de realizarse personalmente haciendo la voluntad de Dios, es decir, la santidad al alcance de todos.
Recibía muchas cartas de los jóvenes que deseaban imitarla en seguir a Dios, en el compromiso de vivir el Evangelio, en dar todo… Como cuando lanzó la Economía de Comunión: fue enseguida a encontrarse con jóvenes estudiantes y los desafió, estimulándolos a que se preparasen bien para llevar adelante la EdC.
Chiara, cuando comenzó su aventura era una joven, rodeada por compañeras más jóvenes aún que ella. En síntesis, siempre tuvo una gran confianza en los jóvenes.”

¿Qué piensas que nos diría Chiara, hoy?

“Nos repetiría: Ámense recíprocamente, como Jesús nos ha amado. Pienso que nos diría esto.”

Haití después del terremoto

Todos hemos sido partícipes en estos días de la dolorosa situación de Haití y de las terribles consecuencias del fortísimo terremoto que ha devastado esas tierras.

Desde el primer momento, hemos recibido mensajes de solidaridad de la familia del Focolar de todo el mundo, pidiéndonos noticias y asegurándonos oraciones por las múltiples víctimas y por la nación entera.

Seis días después del devastador terremoto, logramos hablar por teléfono con Wilfrid Joachin, coordinador local del Focolar, que vive en Mount-Organisé, una ciudad al norte de Haití. Joachin hace un análisis de la situación actual de esta parte del país: “Dos de nuestros amigos que estudian en Puerto Príncipe sobrevivieron. Casi todas las familias han perdido uno o más miembros de sus familias en el terremoto dado que muchas personas que provienen de los pueblos habitan temporalmente en la capital por motivos de estudio o trabajo. Una familia en Carice ha perdido siete de sus ocho hijos. En este momento, como consecuencia de la destrucción en Puerto Príncipe, todos tratan de irse de la ciudad hacia el interior del país”.

“Mucha gente de la capital ha llegado a Ounaminthe (ciudad del noreste del país, situada en la frontera con República Dominicana), sin nada en las manos, pues han perdido todo lo que tenían en Puerto Príncipe. Sin haber comido durante varios días y pidiendo comida y hospedaje, no saben dónde ir. Lo mismo sucede en otras ciudades, como Mount-Organisé, Savanette, Carice. Todo el país está a ras del suelo por el gran desastre. Nosotros hemos venido con la idea de construir un centro para las familias más pobres”.  

Algunos años atrás, al Movimiento de los Focolares en Haití le dieron una porción de tierra. Joachin y los otros miembros del Movimiento están actualmente desarrollando un proyecto de construcción que proveerá alojamiento a veinte familias. Mientras tanto, se habilitará un centro de distribución de ropa, alimentos, y de ayuda sanitaria. Hay un hospital cerca en Mount-Organisé y – continua Joachin – “cuidaremos nosotros de estas familias, aún si nuestros recursos son escasos”.

El grupo de los Focolares en Haití depende mucho de la ayuda del exterior para estar en grado de realizar dicho proyecto. Por lo tanto, se hace un llamado a la generosidad de cuantos quisieran colaborar. Se puede participar en seguida.

Para mayor información contactar a: toronto@focolare.ca

“Comunicar que Dios es Amor”

Año sacerdotal: “Sean fieles testigos del amor y de la unidad”

«Les agradezco por el esfuerzo de transformar en una respuesta artística la extraordinaria experiencia del Santo Cura de Ars», dijo el Arzobispo Mauro Piacenza, Secretario de la Congregación para el Clero, al finalizar el Espectáculo “Ars Amoris – el Amor que viene de Ars” que debutó el jueves 14 de enero en el Centro Mariápolis de Castelgandolfo.

Dirigiéndose a los 550 sacerdotes de 31 países, reunidos para su retiro anual, el Arzobispo subrayó la importancia de dar visibilidad a Dios Amor en la sociedad de hoy: «Los fieles laicos no piden otra cosa al Sacerdote (…) Como afirmó Chiara Lubich, hace 35 años: El amor, “el Evangelio es la verdadera revolución” ».

El Amor que viene de Ars – prosiguió- es «arte de amar, la capacidad de saber amar siempre y en todas partes, en cada realidad y circunstancia, a cada persona ».

Y recordó como, la chispa inspiradora del carisma de Chiara Lubich ha sido “una renovada revelación (…) de Dios Amor”. Este carisma «aun refiriéndose a la experiencia humana de una persona específica, es, en realidad, universal, porque el amor, y con este la unidad, pertenecen al corazón del mensaje evangélico y a la historia de la vida de la misma Iglesia ».

«No un sentimiento genérico de amor –precisó- sino el Amor que ha hecho visible Jesús de Nazareth, el Señor y Cristo, el amor que se ha dejado clavar en la Cruz por nosotros y por nuestros pecados, el Amor de Jesús Abandonado ».

«Ustedes, queridísimos sacerdotes, amigos del Movimiento de los Focolares –concluyó- están llamados en modo especialísimo a vivir esta radicalidad del amor, también por la responsabilidad que implica el haber encontrado un carisma tan bello y fecundo». «Hoy me gustaría dejarles un auténtico “mandato misionero”: sean fieles testigos del amor y de la unidad en sus diócesis, en los presbiterios a los que pertenecen, compitan en el estimar a sus hermanos y en la fiel obediencia a la Iglesia ».

“Comunicar que Dios es Amor”

Emergencia Haití

Seguimos con trepidación las noticias sobre el terremoto que ha devastado a Haití, el país más pobre del continente americano, y ha reducido a la capital Puerto Prìncipe a un cúmulo de escombros.

En todo el Movimiento se ha activado una basta acción de solidaridad para contribuir a la grave emergencia y, en cuanto sea posible, a la reconstrucción.

De momento, podemos asegurarles a los colaboradores del proyecto “Apoyo a distancia” que los niños injertados en el programa educativo que se está llevando a cabo en el noreste de Haití, en Mont Organisé, se encuentran bien. “Todos están a salvo, se sintió algún temblor, pero sin ningún daño. Sin embargo, todos tienen familiares en Puerto Príncipe, y de ellos ha sido imposible tener noticias”. Es lo que ha dado a conocer la comunidad del Movimiento de los Focolares en Haití, en donde desde hace casi treinta años surgió y se desarrolló una comunidad, gracias a los estrechos contactos con el Movimiento en Canadá, también a través del apoyo económico a distancia y de otras iniciativas. 

Para quien desee participar en esta acción de solidaridad, puede depositar su contribución a:

Jóvenes por un Mundo Unido (JMU)
– Cuenta corriente a nombre de  “PAMOM – Fondo Mundo Unido”
Banco San Paolo, Sucursal de Grottaferrata
Via delle Sorgenti, 128 – 00046 Grottaferrata (Roma) Italia
Código IBAN: IT04  M030  6939  1401  0000  0640  100 
Código BIC: BCITITMM
Causale: Solidarietà per Haiti

Asociación “Acción por un Mundo Unido – Onlus” (AMU)
– Cuenta corriente postal n. 81065005
Banca Etica, Sucursal de Roma,
Via Parigi, 17 – 00185 Roma, Italia
Código IBAN: IT16G0501803200000000120434
Código BIC: CCRTIT2184D
Destino: Solidaridad con Haití
(Los aportes depositados son deducibles de la declaración de la renta)

AFN Acción para Familias Nuevas – Onlus
Apoyo a distancia
via Isonzo,42
00046 Grottaferrata (Roma)
– Cuenta corriente postal n. 48075873
– Cuenta corriente bancaria de: BANCA PROSSIMA
Cod. IBAN IT55K0335901600100000001060
(Los aportes depositados son deducibles de la declaración de la renta)

Enero 2010

Del 18 al 25 de enero en muchas partes del mundo se celebra la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, mientras que en otras se celebra en Pentecostés.
Chiara Lubich solía comentar la cita bíblica elegida cada año para esta ocasión mediante la Palabra de vida del mismo mes.
Este año la frase bíblica para la Semana de Oración es
«Vosotros sois testigos de todas estas cosas» (Lc 24, 48). Para ayudarnos a vivirla proponemos este texto de Chiara como “llamada apremiante” a que nosotros, cristianos, demos juntos testimonio de la presencia de Dios en el mundo.

«¡Ésta es la morada que Dios ha establecido entre los seres humanos! Él habitará con ellos, ellos serán su pueblo y Él será el Dios-con-ellos»

La Palabra de Dios de este mes nos interpela. Si queremos formar parte de su pueblo, deberemos dejarlo vivir entre nosotros.
Pero ¿cómo puede ser eso? Y ¿cómo saborear un poco ya desde esta tierra esa alegría sin fin que brotará de la visión de Dios?
Eso es precisamente lo que Jesús nos reveló; ése es precisamente el sentido de su venida: comunicarnos su vida de amor con el Padre para que la vivamos nosotros también.

Los cristianos podemos vivir esta frase ya desde ahora y tener a Dios entre nosotros. Tenerlo entre nosotros requiere ciertas condiciones, como afirman los Padres de la Iglesia. Para S. Basilio es vivir según la voluntad de Dios; para S. Juan Crisóstomo es amar como amó Jesús; para S. Teodoro Estudita es el amor recíproco; y para Orígenes es el acuerdo de pensamiento y de sentimientos para llegar a la concordia que «une y contiene al Hijo de Dios» .
En las enseñanzas de Jesús está la clave para que Dios habite entre nosotros: «Amaos unos a otros como ya os he amado» (cf. Jn 13, 34). El amor recíproco es la clave de la presencia de Dios. «Si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros» (1 Jn 4,12), porque «Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mt 18,20), dice Jesús.

«Dios habitará con ellos; ellos serán su pueblo».

Por lo tanto, no está tan lejos ni es inalcanzable el día que marcará el cumplimiento de todas las promesas de la Antigua Alianza: «Mi morada estará junto a ellos. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo». (Ez. 37,27).
Todo se cumple ya en Jesús, que después de su existencia histórica, sigue estando presente entre los que viven la nueva ley del amor mutuo, es decir, la norma que los constituye en pueblo, el pueblo de Dios.
Esta Palabra de vida es, pues, una llamada de atención apremiante, sobre todo para nosotros los cristianos, para que demos testimonio de la presencia de Dios con el amor. «Vuestro amor mutuo será el distintivo por el que todo el mundo os reconocerá como discípulos míos» (Jn 13, 35). Vivir el mandamiento nuevo de esta manera pone las premisas para que se concrete la presencia de Jesús entre los hombres.
No podemos hacer nada si esta presencia no está garantizada, una presencia que da sentido a la fraternidad sobrenatural que Jesús ha traído a la tierra para toda la humanidad.

«Dios habitará con ellos; ellos serán su pueblo».

Pero nos corresponde especialmente a los cristianos, aunque pertenezcamos a distintas comunidades eclesiales, mostrar al mundo el espectáculo de un solo pueblo compuesto por todas las etnias, razas y culturas, por mayores y pequeños, enfermos y sanos. Un único pueblo del que se pueda decir, como de los primeros cristianos: «Mira cómo se aman y están dispuestos a dar la vida el uno por el otro».
Éste es el “milagro” que la humanidad aguarda para poder seguir teniendo esperanza, y una aportación necesaria para el progreso ecuménico, para el camino hacia la unidad plena y visible de los cristianos. Es un “milagro” a nuestro alcance, o mejor dicho, al alcance de Aquel que, habitando entre los suyos unidos por el amor, puede cambiar la suerte del mundo y llevar a la humanidad entera hacia la unidad.

Chiara Lubich
Palabra de vida, enero 1999; publicada en la revista Ciudad Nueva, enero 1999.

Una esperanza para la Europa del futuro

Un año intenso, vivido en el corazón de Europa y más allá, dando a conocer la propuesta de la “pedagogía de la unidad” a profesores universitarios, educadores, jóvenes y adultos interesados en las temáticas educativas. Un 2009 rico de encuentros, seminarios, convenios. Se llevaron a cabo en Catania, Benevento, Milán, Varese, Tortona, Viena, Barcelona, Londres, Córdoba, Buenos Aires. Y también en Eslovenia, Macedonia, Croacia. Es lo que revela un informe redactado por la comisión central de “Edu – educación y unidad”, en el cual se hace un balance de las iniciativas promovidas durante el año. La pedagogía que se ha desarrollado a partir del carisma de la unidad, fue presentada no sólo en su elaboración teórica, sino también con el soporte de las experiencias educativas promovidas por el Movimiento de los Focolares. Son conocidas por ejemplo las experiencias de las guarderías “Rayo de Sol” (en Croacia), “Fantasy” (en Serbia) y “Perlas” (en Macedonia), en las cuales, a través de la utilización de un material didáctico muy simple, austero y natural, el niño es estimulado junto con sus coetáneos a desarrollar la fantasía, y de este modo también su capacidad de colaboración y de integración. Un método que da esperanza a un pueblo martirizado por años de guerra y herido precisamente en su capacidad de relacionarse con el otro. El 15 de mayo, Michele De Beni, miembro de la comisión de “Edu – Educación y Unidad”, participó en un seminario de estudio promovido por la Facultad de Pedagogía de Skopje en Macedonia en el que participaron 120 personas, entre los cuales, profesores musulmanes y cristianos provenientes de universidades de distintos países. En la escuela “Rayo de Sol” se presentó la “pedagogía de comunión” a una troupe de la TV nacional croata, la cual realizó un servicio de 7 minutos. Entre tanto, siempre en la guardería croata, 40 estudiantes, con algunos profesores y asistentes de la Facultad de Filosofía de Zagabria, realizaron una visita de estudio y actualización. Giuseppe Milan, miembro de la comisión y además director del Departamento de Ciencias de la Educación de la Universidad de Padua, fue invitado en mayo a participar en la “Semana por Europa”, promovida por la Alcaldía de Skofja Loka, en Eslovenia, donde presentó la “pedagogía de comunión” al mundo académico y a las autoridades civiles y religiosas de la ciudad. En esa ocasión, también se propuso también formalizar una colaboración entre las universidades de Padua y Ljubljana.

El arte del director de orquesta

Díficil el camino de montaña. Manejo el auto de un amigo anciano. Él conoce estas callecitas y lo veo cómo con la mano hace gestos para que disminuya la velocidad, acelere, prosiga con prudencia. De reojo sigo sus gestos, que en ciertas ocasiones, apenas los manifiesta. Hago todo mi esfuerzo para estar en perfecta sintonía y lograr manejar exactamente como mi amigo manejaría. Me lo imagino como un director de orquesta y siento una inmensa felicidad cuando logro ejecutar perfectamente la pieza. En la noche me llama por teléfono Massimiliano, un monje de un antiguo convento. Desde hace un tiempo la relación con su superior se había vuelto difícil y me dice que ya no tiene la fuerza para soportarlo y que por lo tanto decidió abandonar el camino emprendido. Le cuento sobre el director de orquesta y me doy cuenta de que su silencio se ha vuelto denso. Luego me dice: “Quizás mi error fue haber esperado algo de parte del superior, sin embargo él no puede tocar mi instrumento, no puede sustituirme. ¡Él puede solamente ayudarme a estar en armonía con los demás! Debo volver a apropiarme de mi instrumento, es decir, de mi responsabilidad y mostrar mi talento en la armonía del conjunto”. Massimiliano llora. Al terminar la llamada me doy cuenta que una idea nacida de un gesto de amor ha liberado un rayo de luz que alguien, en alguna parte, esperaba. (T. M., Cechia)

“Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo.” (Evangelio de Mateo, 5, 16)1

…

La luz se manifiesta en las “buenas obras”. Resplandece a través de la obras buenas que hacen los cristianos.

Me dirás: no solo los cristianos hacen buenas obras. Hay también otros que colaboran con el progreso, construyen casas, promueven la justicia…

Tienes razón. Ciertamente el cristiano hace y debe también hacer todo esto, pero no es sólo ésta su función específica. Él debe hacer las buenas obras con un espíritu nuevo, ese espíritu que hace que ya no sea él que viva en sí mismo, sino Cristo en él.

El evangelista, de hecho, no piensa solamente en actos de caridad aislados (como visitar a los prisioneros, vestir a los desnudos o como todas las obras de misericordia actualizadas a las exigencias de hoy) sino que piensa en la adhesión total de la vida del cristiano a la voluntad de Dios, hasta hacer de toda su vida una buena obra.

Si el cristiano hace esto, él es “transparente” y la alabanza que surgirá por cuanto hace no llegará a él, sino a Cristo en él, y Dios, a través suyo, estará presente en el mundo. La tarea del cristiano es, entonces, dejar transparentar esa luz que lo habita, ser el “signo” de esta presencia de Dios entre los hombres.

“Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo.”

Si la obra buena de todo creyente tiene esta característica, también la comunidad cristiana en medio del mundo tiene que tener la misma específica función: revelar a través de su vida la presencia de Dios, que se manifiesta allí donde dos o tres están unidos en su nombre, presencia prometida a la Iglesia hasta el final de los tiempos.

La Iglesia primitiva daba gran importancia a estas palabras de Jesús. Sobre todo en los momentos difíciles, cuando los cristianos eran calumniados, entonces los exhortaba a no reaccionar con violencia. Su comportamiento tenía que ser la mejor refutación del mal que se decía en contra de ellos.

Se lee en la carta a Tito: “Exhorta también a los jóvenes a ser moderados en todo, dándoles tú mismo ejemplo de buena conducta, en lo que se refiere a la pureza de doctrina, a la dignidad, a la enseñanza correcta e inobjetable. De esa manera, el adversario quedará confundido, porque no tendrá nada que reprocharnos.”

“Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo.”

La vida cristiana vivida es luz también el día de hoy para llevar a los hombres a Dios.

Te cuento una anécdota.

Antonieta es de Cerdeña, pero por trabajo tuvo que ir a Francia, a Grenoble. Es empleada en una oficina donde muchos no tienen ganas de trabajar. Ya que es cristiana y ve en cada uno a Jesús, para servir, ayuda a todos y está siempre tranquila y sonriente. A menudo hay alguien que se enoja, levanta la voz y se desahoga con ella, tomándole el pelo: “Ya que tienes ganas de trabajar, toma, escribe también lo que me toca a mí”.

Ella calla y trabaja duramente. Sabe que no son malos. Probablemente cada uno tiene sus cruces.

Un día el jefe se acerca a ella cuando los demás no están y le pregunta: “Ahora tienes que decirme cómo haces para no perder nunca la paciencia, para sonreír siempre”. Ella se retrae diciendo: “Trato de estar calma, de tomar las cosas por su lado bueno”.

El jefe golpea con un puño el escritorio y exclama: “¡No, acá seguramente Dios tiene algo que ver, de otro modo es imposible! ¡Y pensar que yo no creía en Dios!”

Unos días después llaman a Antonieta desde dirección, donde le dicen que será trasladada a otra oficina “para que – explica el director – lo transforme como lo hizo con el que ahora está”.

“Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo.”

Chiara Lubich

1. Palabra de vida de agosto de 1979, publicada íntegramente en Essere la Tua Parola. Chiara Lubich e cristiani di tutto il mondo, vol. II, Città Nuova, Roma 1982, pp. 53-55.

2. Carta a Tito, 2, 6-8.

“Comunicar que Dios es Amor”

Abajo las armas: religiones, jóvenes y desarme

La abolición de las armas nucleares y de aquellas convencionales con una drástica reducción general del presupuesto militar: es el objetivo de la campaña internacional de desarme lanzada en la Conferencia Mundial Juvenil que tuvo lugar en San José, de Costa Rica, del 7 al 10 de noviembre pasados. Es una iniciativa del Global Youth Network, sección juvenil de Religiones por la paz, desde hace años comprometida en el esfuerzo de movilizar energías y capacidades creativas de los jóvenes de distintos credos en vista de la paz. En la Conferencia estaban presentes, entre otros  promotores de la iniciativa, algunos Jóvenes por un mundo unido de los países limítrofes y representantes del Centro para el diálogo interreligioso de los Focolares. Se trata de un plan global adoptado por la VIII Asamblea Mundial de las Religiones por la Paz, que tuvo lugar en Kyoto en el 2006, y que había identificado en la seguridad compartida, un elemento clave para el mundo de hoy. La elección de Costa Rica tiene un valor particularmente significativo. El pequeño Estado centroamericano es, de hecho, el único país en el mundo que ha aprobado, ya en 1948, una ley para el desarme interno, reflejado después en  el estado de desmilitarización, incluido en la Constitución del año sucesivo. La iniciativa de Global Youth Network es apoyada por varias organizaciones entre las cuales la Mayors for Peace (Alcaldes por la Paz) que acomuna a 2.926 alcaldes de otras tantas ciudades de 134 países.

Noviembre 2009

¿Te causa impresión esta frase?
Creo que tienes razón al quedar perplejo y pensar todo lo que convendría hacer. Jesús no dijo nada al azar. Por lo tanto, es necesario tomar en serio estas palabras, sin pretender diluirlas.
Pero intentemos comprender su verdadero sentido desde Jesús mismo, desde su modo de comportarse con los ricos. Él frecuentaba también personas de buen pasar. A Zaqueo, que regala solamente la mitad de sus bienes, le dice: la salvación ha entrado en esta casa.
Los Hechos de los Apóstoles dan testimonio, entre otras cosas, de que en la Iglesia primitiva la comunión de bienes era libre y por lo tanto que la renuncia concreta a todo cuanto se poseía no era un requisito.
Jesús no pensaba, entonces, en fundar solamente una comunidad de personas llamadas a seguirlo radicalmente, que dejan de lado toda riqueza.
Y sin embargo dice:

“Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos.”

¿Qué es, entonces, lo que Jesús condena? Seguramente no los bienes de esta tierra en sí mismos, sino al rico que se apega a ellos.
¿Y por qué?
Es claro: porque todo le pertenece a Dios, y el rico en cambio se comporta como si las riquezas fueran propias.
En efecto, con facilidad las riquezas ocupan en el corazón humano el lugar de Dios y enceguecen, inducen a cualquier vicio. Pablo, el Apóstol, escribía: “Los que desean ser ricos se exponen a la tentación, caen en la trampa de innumerables ambiciones, y cometen desatinos funestos que los precipitan a la ruina y a la perdición. Porque la avaricia es la raíz de todos los males, y al dejarse llevar por ella, algunos perdieron la fe y se ocasionaron innumerables sufrimientos."(1)

Ya Platón había afirmado: “Es iposible que un hombre extraordinariamente bueno sea al mismo tiempo extraordinariamente rico”.

¿Cuál debe ser entonces la actitud de quien posee bienes? Se requiere que tenga el corazón libre, totalmente abierto a Dios, que se sienta administrador de sus bienes y sepa, como dice Juan Pablo II, que sobre éstos grava una hipoteca social.
Si los bienes de esta tierra no son un mal en sí mismos, no hay por qué despreciarlos, pero es necesario usarlos bien.
No es la mano, sino el corazón el que debe estar lejos de ellos. Se trata de saberlos emplear para el bien de los demás.

“Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos.”

Tal vez digas: en realidad, yo no soy rico, de manera que estas palabras no se refieren a mí.
Presta atención. La pregunta que los discípulos, sorprendidos, le hicieron a Cristo enseguida después de esta afirmación fue: “Entonces, ¿quién podrá salvarse?” (2). Lo cual dice a las claras que esas palabras estaban dirigidas  de alguna manera a todos.
También alguien que lo dejó todo para seguir a Cristo puede tener el corazón apegado a miles de cosas. Incluso el pobre que insulta porque le tocan su bolsa puede ser un rico a los ojos de Dios.

Chiara Lubich

Publicación mensual del Movimiento de los Focolares
Extractos de la palabra de vida de julio de 1979, publicada en Essere la Tua Parola. Chiara Lubich e cristiani di tutto il mondo, vol. II, Città Nuova, Roma 1982, pp. 41-43.
(1) Primera carta a Timoteo, 6, 9-10.
(2) Evangelio de Mateo, 19, 25

(más…)

Me vendí al mundo hasta tocar el fondo. Encontré las fuerzas para recomenzar

Nací y crecí en una familia que se siempre se esforzó en transmitirme valores cristianos, basados en el respeto y atención hacia los demás, sin distinciones. Valores que considero universales. Desde chico mantuve el propósito de vivir de este modo, ya sea con mi equipo de fútbol, o en el colegio o con mis amigos. Siempre me esforcé en ir contra la corriente, o sea, tratar de no dejarme arrastrar por todo lo que el mundo me proponía. De hecho, en Europa, de donde provengo, la sociedad se basa sobre todo en el materialismo y es mucho más importante tener y aparentar que “ser”. Pero llegué a un momento de mi vida en el que la felicidad de un momento y los placeres pasajeros me hicieron perder el rumbo. En síntesis, me vendí al mundo. Quería conocer todo lo que hasta ese momento yo había considerado el camino más simple y, al mismo tiempo, más vacío. Así comenzó un nueva fase de mi vida, donde el respeto hacia las personas y también hacia Dios ya no tenia valor. Experimenté cosas que me satisfacían por un tiempo, pero luego me invadía un gran vacío interior, una gran soledad. De este modo llegué hasta el fondo del pozo. Más de una vez decidí recomenzar y volver a mis orígenes, reencontrarme con los valores en los cuales siempre había creído  y que estaban enterrados bajo muchas cosas vanas. Ahora, en esta ciudadela donde convivo con jóvenes de todo el mundo, estoy haciendo una experiencia muy linda. Estoy descubriendo cosas que no conocía, gracias a las personas que me rodean. Descubro en el hermano un camino para crecer, un espejo donde reflejarme. Estoy buscando y encontrando el amor puro, sin otros intereses, un amor que nace del alma, sin prejuicios. Este amor, que tiene raíces en el Evangelio vivido, me lleva a desapegarme de las cosas pasajeras, y es un camino hacia la verdadera libertad. Un camino que me conduce hacia Dios, junto a los demás. (J. – Italia)

Octubre de 2009

[…]

“Constancia”. Ésta la traducción de la palabra original griega, que es rica en contenido. Incluye también paciencia, perseverancia, resistencia, confianza.
La constancia es necesaria e indispensable cuando sufrimos, cuando somos tentados, cuando somos proclives a desanimarnos, cuando somos atraídos por las seducciones del mundo, cuando somos perseguidos.
Pienso que tú también te has encontrado, al menos, en una de estas circunstancias y has experimentado que, sin constancia, podrías haber sucumbido. A veces quizás has cedido. Ahora tal vez, justamente en este momento, te encuentras inmerso en alguna de estas dolorosas situaciones.
Y bien, ¿qué hacer? Recomienza y… persevera. De otro modo, no puedes llamarte “cristiano”. Lo sabes: quien quiere seguir a Cristo tiene que tomar cada día su cruz, debe amar, al menos con la voluntad, el dolor. La vocación cristiana es una vocación a la constancia. Pablo, el Apóstol, muestra a la comunidad su perseverancia como signo de autenticidad cristiana. Y no duda ubicarla en el plano de los milagros. Si además se ama la cruz y se persevera, se podrá seguir a Cristo que está en el cielo y, por lo tanto, salvarse.

“Gracias a la constancia salvarán sus vidas”.

Se pueden distinguir dos categorías de personas: las que sienten la invitación a ser verdaderos cristianos, pero esta invitación cae en sus almas como la semilla sobre el pedregullo. Mucho entusiasmo, como fuego de paja, y después no queda nada.
Las segundas, en cambio, reciben la invitación, como un buen terreno recibe la semilla. Y la vida cristiana germina, crece, supera dificultades, resiste a las tormentas. Éstas tienen constancia y… “gracias a la constancia salvarán sus vidas”.
Naturalmente, si quieres perseverar no te bastará apoyarte sólo en tus fuerzas. Te hará falta la ayuda de Dios. Pablo llama a Dios: “El Dios de la constancia”.

Es a Él, entonces, que tienes que pedirla y Él te la dará. Porque si eres cristiano no te puede bastar el haber sido bautizado o alguna esporádica práctica de culto y de caridad. Te hará falta crecer como cristiano. Y todo crecimiento, en campo espiritual, no puede acontecer si no en medio de las pruebas, los dolores, los obstáculos, las batallas.
Hay quien sabe ser constante de verdad: es el que ama. El amor no ve obstáculos, no ve dificultades, no ve sacrificios. Y la constancia es el amor probado.
[…]
María es la mujer de la constancia. Pide a Dios que te encienda en el corazón el amor por Él; y la constancia, en todas las dificultades de la vida, te llegará como consecuencia, y con ésta habrás salvado tu alma.

“Gracias a la constancia salvarán sus vidas”.

Pero hay más. La constancia es contagiosa. Quien es constante da ánimo también a los demás para seguir hasta el final.
[…] Apuntemos alto. Tenemos una vida sola y es también breve. Apretemos los dientes día tras día, afrontemos una dificultad tras de la otra para seguir a Cristo… y salvaremos nuestras almas.

Chiara Lubich

Palavra de vida publicada por primera vez en junio de 1979.

No podía traicionar mi conciencia

Después de graduarme de odontóloga deseaba poner en práctica enseguida lo que había estudiado durante años. Me gusta mi profesión y la veo como una posibilidad concreta de construir una sociedad más humana. Pronto recibí una oferta de trabajo, pero me di cuenta que adherir a aquel proyecto significaba adaptarme a comportamientos contrarios a la ética profesional. El sueldo era muy bueno, y lo necesitaba, pero la certeza que no podía traicionar mi conciencia era más fuerte. Decidí no aceptar la oferta. En ese mismo periodo, me invitaron a crear un proyecto socio-educativo: iba a trabajar como maestra en una guardería. Mi decisión causó asombro. Mis familiares y amigos pensaban que yo estaba perdiendo tiempo y fuerzas y, no entendían por qué rechazaba una oferta tan buena en mi campo profesional  para dedicarme a “cambiar pañales”. Pero yo estaba feliz: era una oportunidad concreta para construir la fraternidad. De hecho, la experiencia fue bellísima: éramos varias personas, motivadas para realizar un proyecto que nos parecía la semilla de algo grande: responder a las necesidades de aquella localidad que deseábamos servir. Después, inesperadamente me ofrecieron otro trabajo precisamente como odontóloga. La experiencia de la guardería me había dado una nueva apertura; la profesión no era ya solamente un modo para realizarme como persona, sino un espacio para “dar”, para amar. Las ocasiones para seguir siendo coherente con las opciones fundamentales de mi vida no faltaban. Por ejemplo se me presentó otra oportunidad de ganar una suma considerable, pero con métodos no muy lícitos. En una sociedad como en la que vivo, con tantas necesidades y una mentalidad de corrupción generalizada, la cosa podía parecer hasta “normal”. Pero de nuevo para mí estaba claro que no podía ceder a una propuesta similar. En otra ocasión, en cambio, vino al consultorio un pobre que ninguno de mis colegas quería atender, pero yo sabía que en esa persona estaba Jesús y no pude dejar de atenderlo como si estuviera curando a Jesús mismo. Hace poco tiempo surgió la posibilidad increíble de comenzar un consultorio junto a una persona con las que comparto los mismos ideales. Podremos montar algo propio, ofreciendo a todos un servicio justo y digno de adherir al proyecto de Economía de Comunión! Me parece el “resto que llega por añadidura” ¡por haber buscado el Reino de Dios! Estoy feliz de poder emprender este nuevo camino, para dar todo de mí misma en la construcción de una nueva sociedad. (E. Venezuela)

septiembre 2009

Todo el Evangelio es una revolución. No hay palabra de Cristo que se parezca a la de los hombres. Escucha ésta: «Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas (las necesidades de la vida) se os darán por añadidura».

En general, la primera preocupación del hombre es la búsqueda ansiosa de lo que necesita para dar seguridad a su existencia. Quizá para ti también sea así. Pues bien, Jesús te pone ante su modo de ver las cosas y te ofrece su modo de actuar. Te pide un comportamiento totalmente distinto del habitual y no sólo para una vez, sino para siempre. Es éste: buscar primero el reino de Dios.
Cuando estés orientado con todo tu ser hacia Dios y hagas todo lo posible para que Él reine dentro de ti (es decir, para que gobierne tu vida con sus leyes) y en los demás, el Padre te dará todo lo que necesites día tras día.
En cambio, si te preocupas sobre todo de ti mismo, terminarás por preocuparte principalmente de las cosas de este mundo y serás víctima de ellas. Acabarás viendo en los bienes de la tierra tu verdadero problema, la meta de todos tus esfuerzos. Y dentro de ti surgirá la grave tentación de contar únicamente con tus fuerzas y prescindir de Dios.

«Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura».

Jesús invierte los términos. Si tu primera preocupación es Él, vivir por Él, lo demás ya no será el problema principal de tu existencia, sino una “añadidura” o algo “extra”.
¿Te parece una utopía? ¿Es una frase irrealizable para ti, hoy, hombre moderno que vives en un mundo industrializado donde impera la competencia y donde a menudo hay crisis económica? Te recuerdo sencillamente que los problemas concretos de la subsistencia no eran mucho menores para la gente de Galilea cuando Jesús pronunció estas palabras.
No es cuestión de que sea una utopía o no. Jesús te pone ante el planteamiento fundamental de tu vida: o vives para ti o vives para Dios.
Pero tratemos ahora de entender bien esta frase:

«Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura».

Jesús no te exhorta al inmovilismo, a la pasividad en las cosas de esta tierra, o a una conducta irresponsable o superficial en el trabajo.
Jesús quiere cambiar tu preocupación en ocupación, quitándote el ansia, el miedo y la inquietud.
De hecho, Él te dice: «Buscad primero el reino…».
El sentido de primero es antes que nada. La búsqueda del reino de Dios está en primer lugar y no excluye que el cristiano tenga que ocuparse también de las necesidades de su vida.
Buscar el reino de Dios y su justicia significa también tener una conducta conforme a las exigencias de Dios manifestadas por Jesús en su Evangelio.
Sólo si busca el reino de Dios, el cristiano experimentará la potencia de Dios en su favor.

Te cuento un hecho.
Es de hace tiempo y, sin embargo, conserva una increíble actualidad. De hecho, conozco a numerosos adolescentes y jóvenes que se comportan ahora como lo hacía aquella chica.
Se llamaba Elvira. Estudiaba magisterio. Era pobre y sólo una nota media alta podía asegurarle la continuación de sus estudios. Poseía una fe fuerte. Su profesor de Filosofía era ateo, de manera que no era raro que mostrase las verdades sobre Cristo y sobre la Iglesia desenfocadas, cuando no deformadas. A la chica le hervía la sangre, no por ella, sino por amor a Dios, a la verdad y a sus compañeras. Aun siendo consciente de que contradiciendo al profesor, podría sacar una mala nota, lo que sentía en su interior era más fuerte que ella. Por eso a la mínima oportunidad levantaba la mano, pedía la palabra y decía: «No es verdad, profesor». Quizás no siempre tenía todos los argumentos para rebatir las disquisiciones del profesor, pero en ese «no es verdad» estaba su fe, que es don de verdad y da que pensar.
Las compañeras, que la querían, trataban de disuadirla para que sus intervenciones no la perjudicaran. Pero no lo lograron.
Pasaron algunos meses. Llegó la hora de dar las notas. Las recogió temblando. Pero después, un salto de alegría: ¡un diez! La nota máxima.
Había tratado antes que nada de que Dios y su verdad reinaran; lo demás había venido por añadidura.

«Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura».

Si tú también buscas el reino del Padre, experimentarás que Dios es Providencia para todo lo que necesites en tu vida. Descubrirás lo extraordinariamente normal que es el Evangelio.

 

Chiara Lubich

agosto 2009

¿Sabes cuándo aparece esta frase en el Evangelio? La escribe San Juan el evangelista antes de que Jesús se disponga a lavar los pies a sus discípulos y se prepare para su pasión.
En los últimos momentos que vive con los suyos, Jesús manifiesta de una manera suprema y más explicita el amor que desde siempre sentía por ellos.

«Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo».

Las palabras “hasta el extremo” significan hasta el final de su vida, hasta el último aliento. Pero también indican la idea de la perfección. Quieren decir: los amó completamente, totalmente, con una intensidad extrema, hasta el culmen.
Los discípulos de Jesús permanecerán en el mundo mientras que Jesús estará ya en la gloria. Se sentirán solos, tendrán que superar muchas pruebas; precisamente para cuando lleguen esos momentos, Jesús quiere que estén seguros de su amor.

«Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo».

¿No percibes en esta frase el estilo de vida de Cristo, su modo de amar? Lava los pies a sus discípulos. Su amor lo lleva a realizar hasta ese servicio que en aquel tiempo estaba reservado a los esclavos. Jesús se está preparando para la tragedia del Calvario, para dar a los suyos y a todos, además de sus extraordinarias palabras, de sus mismos milagros, de todas sus obras, incluso la vida. Lo necesitaban; es la mayor necesidad que tiene todo hombre: ser liberado del pecado, que significa de la muerte, y poder entrar en el Reino de los Cielos. Debían tener paz y alegría en la Vida que ya no acaba.
Y Jesús se ofrece a la muerte, gritando el abandono del Padre, hasta tal punto que al final puede decir: «Todo está cumplido».

«Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo».

Hay en estas palabras la tenacidad del amor de un Dios y la dulzura del afecto de un hermano.
Nosotros, los cristianos, también podemos amar así, porque Cristo está en nosotros.
Sin embargo, ahora no quisiera proponerte que imites a Cristo en el morir por los demás (cuando era su hora); no quisiera ofrecerte como modelos necesarios al Padre Kolbe, que muere por un hermano prisionero, ni al Padre Damián, que haciéndose leproso con los leprosos, muere con ellos y por ellos.
Puede ser que a lo largo de tus años, nunca se te pida ofrecer tu vida física por los hermanos. Pero lo que sin duda Dios sí te pide es que los ames hasta el fondo, hasta el final, hasta tal punto que tú también puedas decir: «Todo está cumplido».

Eso hizo la pequeña Cetti, de 11 años, en una ciudad italiana. Vio a su amiga y compañera Georgina, de su misma edad, muy triste. Quiso tranquilizarla, pero no lo consiguió. Entonces quiso ir hasta el fondo y saber el porqué de su angustia. Se le había muerto su papá y su mamá la había dejado sola con su abuela y se había ido a vivir con otro hombre. Cetti intuyó la tragedia y se puso en acción. Aun siendo pequeña, le pidió a su compañera que le permitiera hablar con su madre, pero Georgina le ruega que antes la acompañe a la tumba de su papá. Cetti la acompaña con gran amor y oye cómo Georgina le pide entre el llanto a su papá que venga a llevársela.

A Cetti se le parte el corazón. Había allí una pequeña iglesia en ruinas. Entran. Sólo quedaban un pequeño sagrario y un crucifijo. Cetti dice: «¡Mira, en este mundo todo se destruirá, pero ese crucifijo y ese sagrario quedarán!» Georgina responde, secándose las lágrimas: «¡Sí, tienes razón!» Después, con delicadeza, Cetti coge a Georgina de la mano y la acompaña a ver a su mamá.
Al llegar, le dice decididamente estas palabras: «Mire, señora, aunque esto no me incumba, le digo que usted ha dejado a su hija sin un cariño materno que necesita. Y aún le digo más, que usted nunca estará en paz hasta que no se la lleve con usted y se arrepienta”.

Al día siguiente, Cetti anima con amor a Georgina cuando se ven en el colegio. Pero sucede algo nuevo: un coche viene a buscar a Georgina; lo conduce su mamá. Y desde aquel día el coche sigue viniendo, porque Georgina ya vive con ella, que ha dejado definitivamente la amistad con aquel hombre.
De la pequeña y gran acción de Cetti se puede decir: “Todo está cumplido”. Todo lo hizo bien. Hasta el fondo. Y lo consiguió.
Piensa un poco. ¿Cuántas veces has empezado a interesarte por alguien al que después has abandonado, acallando tu conciencia con mil excusas? ¿Cuántas acciones has comenzado con gran entusiasmo y luego no las has continuado ante dificultades que te parecían superiores a tus fuerzas?…
La lección que Jesús te da hoy es ésta:

«Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo».

Hazlo.
Y si algún día Dios te pidiera de verdad la vida, no titubearás. Los mártires iban a la muerte cantando. Y el premio será la gloria más grande, porque Jesús ha dicho que nadie en el mundo tiene mayor amor que aquél que derrama su sangre por sus amigos.

 

Chiara Lubich

“Como el Padre me ha enviado a mí, yo los envío a ustedes”

Como el Padre me ha enviado a mí… Entre las divinas palabras que pronunció [Jesús], hay una que da vértigos si se la piensa pronunciada por Dios y permite comprender la excelencia de una elección. Es una comparación paradójica, pero verdadera y cargada de misterio. Cristo la dirige a los que serían, en los siglos, sus sacerdotes: “Como el Padre me ha enviado a mí, yo los envío a ustedes” (Jn 20, 21). ¿Quién es, entonces, el sacerdote? Es aquel que Cristo ha elegido para continuarlo en el tiempo. Lamentablemente a veces el sacerdote no es así. Por otra parte, si el sacerdote no es Cristo, es bien poco. Sus prédicas suenan vacías y las iglesias quedan desiertas. Porque la palabra que Cristo daba era él mismo. Si el sacerdote primero vive lo que predica y luego habla, su palabra será Cristo y será, también él, otro Cristo. Entonces sus palabras arrastrarán multitudes y las iglesias se verán desbordadas. En efecto, no es la ciencia lo que hace al sacerdote, sino el carisma vivificado por el amor. Chiara Lubich, El celibato sacerdotal, Città Nuova 14 (1970/3), p. 9 Extraido del libro: Come il Padre ha amato me… 365 pensieri per l’anno sacerdotale, Città nuova 2009 http://editrice.cittanuova.it/notizia.asp

Más allá de la ganancia: objetivos más grandes, que tienen sabor a eternidad

 Un relato a dos voces: Tom, que nos ha dejado hace algunos años, y Jeanne, su esposa, que ha compartido con él esta experiencia. “Mi campo de trabajo se estaba reduciendo, y habiendo ahorrado algo de dinero, pensé que era el momento de empezar una actividad propia. Precisamente en ese momento supe de la Economía de Comunión, y con mi esposa Jeanne nos sentimos atraídos en seguida por la posibilidad de ser responsables de proveer a las necesidades de nuestra familia sino también a las de muchos en el mundo”. “Saber preparar y compartir la comida era tradicional en la familia Petrucci desde hacía varias generaciones, y fue así que decidimos abrir un restaurante en Camarillo, California: el Petrucci’s”. Jeanne, quien trabajó los últimos años en el restaurante, describe cómo Tom administraba la empresa: “Quería dar a cada uno de sus colaboradores la posibilidad de mejorarse: si alguien había sido contratado como lavaplatos o chofer, pero quería aprender un trabajo de nivel superior, Tom le daba siempre la posibilidad de hacerlo; después si alguien se volvía experto en el nuevo trabajo y no había un cargo adecuado para él, no trataba de retenerlo en la empresa: muchos tenían una familia a quien sostener y Tom deseaba que pudieran mejorar y tener éxito”. Tom escribía: “En nuestro restaurante tratamos de trabajar como si todo dependiese de nosotros, pero sabiendo que en realidad todo depende de Dios. Jean y yo sabemos muy bien que no tendremos nunca grandes ganancias, pero sentimos que logrando dar trabajo a diez personas, asegurando de este modo una entrada a diez familias, y además contribuyendo a reducir el problema de la pobreza, hemos logrado objetivos mucho más grandes que tienen sabor a eternidad”. “Durante el breve espacio de meditación matutina escogemos un pensamiento clave para poner en práctica durante el día. A veces me bombardean miles de ideas sobre cómo administrar mejor el restaurante, sobre cómo ganar más, y así por el estilo, pero la unidad de los demás hace que me mantenga orientado en ‘lo que cuenta verdaderamente’. Este momento de la mañana vivido juntos refuerza en mi alma la decisión que con Jeanne tomamos cuando comenzamos con esta aventura: que es amar el momento presente y buscar la voluntad de Dios, no la nuestra. Cuando empezamos esta actividad sabíamos muy poco sobre cómo administrar un restaurante. Si tiene éxito, es porque está en Sus planes”. “Desde el mes de apertura del restaurante, decidimos dar siempre una suma mensual para los pobres. Un acto de fe que nos ha ayudado a mantener siempre en el primer lugar la importancia del dar”. (Tom y Jeanne Petrucci, de L’amore come piatto principale en Economía de Comunione, Revista  quadrimestrale, Anno X/n.2, noviembre 2004).

julio de 2009

La verdadera riqueza

¿Eres joven y reclamas una vida ideal, totalitaria, radical? Escucha a Jesús. Nadie en el mundo te pide tanto. Tienes la oportunidad de demostrar tu fe y tu generosidad, tu heroísmo.
¿Eres maduro y anhelas una existencia seria, comprometida, pero segura? ¿O anciano, y deseas vivir tus últimos años abandonado a quien no engaña, sin preocupaciones que te agotan? Vale también para ti esta palabra de Jesús.
Contiene una serie de exhortaciones por las cuales Jesús te invita a no preocuparte por lo que comerás o vestirás, exactamente como hacen los pájaros del aire que no siembran y los lirios del campo que no hilan. Por eso, debes alejar de tu corazón toda inquietud por las cosas de la tierra, porque el Padre te ama mucho más que a los pájaros y que a las flores, y él mismo piensa en ti. Por eso te dice:

“Vendan sus bienes y denlos como limosna. Háganse bolsas que no se desgasten y acumulen un tesoro inagotable en el cielo, donde no se acerca el ladrón ni destruye la polilla.”

El Evangelio, en su conjunto y en cada palabra, constituye un requerimiento totalitario hacia los hombres de lo que son y de lo que tienen. Dios no pedía tanto antes de que viniera Cristo. El Antiguo Testamento consideraba un bien, una bendición de Dios la riqueza terrenal y, si pedía dar limosna a los necesitados, era para obtener benevolencia del Omnipotente.
Más tarde, en el judaísmo, la idea de la recompensa en el más allá se había vuelto más común. Un rey respondía a quien le reprochaba por derrochar sus bienes: “Mis antecesores acumularon tesoros para este mundo, yo en cambio acumulé tesoros para el cielo”. […].
Entonces, la originalidad de la palabra de Jesús está en el hecho de que Él te pide un don total, te pide todo. Quiere que tú seas un hijo despreocupado, que no tenga preocupaciones por este mundo, un hijo que se apoya solamente en Él. Sabe que la riqueza es un obstáculo enorme para ti, porque ocupa tu corazón, mientras que Él quiere tener todo el espacio para sí.

Y si no puedes deshacerte de los bienes materialmente, porque estás ligado a otras personas, o porque tu posición te obliga a un entorno digno y adecuado, ciertamente tienes que desprenderte de los bienes espiritualmente y comportarte como un simple administrador. Así, mientras te manejas con la riqueza de los demás y, la administras para ellos, te haces un tesoro que la pollilla no corre y el ladrón no se lleva.
Pero ¿estás seguro de que tienes que retener todo? Escucha la voz de Dios dentro de ti; pide consejo, si no sabes decidir. Verás cuántas cosas superfluas encontrarás entre lo que tienes. No las conserves. Da, da, a quien no tiene. Pon en práctica las palabras de Jesús: “Vende… y da”. Así llenarás las bolsas que no envejecen. Es lógico que para vivir en el mundo haga falta interesarse también por el dinero, por las cosas. Pero Dios quiere que te ocupes, no que te preocupes. Ocúpate de lo mínimo que es indispensable para vivir según tu estado, según tus condiciones. Por el resto:

“Vendan sus bienes y denlos como limosna. Háganse bolsas que no se desgasten y acumulen un tesoro inagotable en el cielo, donde no se acerca el ladrón ni destruye la polilla.”

Pablo VI era realmente pobre. Lo testimonió el modo con el cual quiso ser sepultado: en un pobre féretro, en la tierra. Poco antes de morir había dicho a su hermano. “Desde hace tiempo preparé las valijas para este importante viaje”.
Esto es lo que debes hacer: preparar las valijas. En los tiempos de Jesús tal vez se llamaban bolsas. Prepáralas día a día. Llénalas lo más que puedas de lo que puede ser útil a los demás. Tienes verdaderamente lo que das. Piensa en cuánta hambre hay en el mundo. Cuánto sufrimiento. Cuántas necesidades…
Pon allí también cada acto de amor, cada obra a favor de los hermanos.
Cumple estas acciones por Él. Díselo en tu corazón: por Ti. Y hazlas bien, con perfección. Están destinadas al cielo, permanecerán por la eternidad.

Chiara Lubich

 

Palabra de vida, marzo de 1979, publicada por entero en Essere la Tua Parola. Chiara Lubich e cristiani di tutto il mondo, vol. I, Città Nuova, Roma 1980, pp. 189-191.

“Comunicar que Dios es Amor”

“La fraternidad universal: necesidad para Europa”

En la vigilia del voto europeo, proponemos un pensamiento de Chiara Lubich sobre Europa,  sacado del discurso que expuso en el primer encuentro de “Juntos por Europa” en mayo del 2004. Estaban presentes 10.000 personas en la ciudad alemana de Stuttgart  y más de 100.000 conectadas en encuentros contemporáneos en varias capitales europeas. El evento fue promovido por más de 150 movimientos y comunidades eclesiales de varias iglesias, de todo el continente europeo. La intervención de Chiara se centro  en la fraternidad, definida justamente en estos días por el sociólogo Bauman como “perfecto emblema de la identidad europea” .   La fraternidad universal ha sido también el programa de personas que no estaban inspiradas por motivos religiosos. El proyecto mismo de la Revolución francesa tenía como lema: “libertad, igualdad, fraternidad”, pero después numerosos países, al implantar regímenes democráticos, lograron poner en práctica, de algún modo, la libertad y la igualdad, mientras que la fraternidad fue, en cambio, más anunciada que vivida. Pero quien sobre todo ha proclamado la fraternidad universal y nos ha dado el modo de realizarla ha sido Jesús. Revelándonos la paternidad de Dios ha derribado los muros que separan a los “iguales” de los “diferentes”, a los amigos de los enemigos. Y ha liberado a cada hombre de mil formas de subordinación y de esclavitud, de toda relación injusta, provocando así una auténtica revolución existencial, cultural y política. (…) El instrumento que Jesús nos ha ofrecido para realizar esta fraternidad universal es el amor: un amor grande, un amor nuevo, distinto del que conocemos habitualmente. En efecto, él ha traído a la tierra el estilo de amar del cielo. Este amor exige que se ame a todos: es decir, no solamente a parientes y amigos. Pide que se ame al simpático y al antipático, al compatriota y al extranjero, al europeo y al inmigrante, al de la propia Iglesia y al de otra, de la propia religión y de la que es diferente. Hoy pide que los Países de Europa occidental amen a los de Europa central y oriental, y viceversa, y a todos, que se abran a los demás continentes, según la visión de los fundadores de Europa unida. Este amor también pide que se ame al enemigo, y que se lo perdone si es que nos hubiera hecho mal. Después de las guerras que han ensangrentado nuestro continente, muchos europeos han sido modelos de amor al enemigo y de reconciliación. (…) Me estoy refiriendo a un amor que no hace distingos y toma en consideración a todos aquellos que están físicamente a nuestro lado, y también a aquellos de los que hablamos o se habla; a los destinatarios del trabajo que nos ocupa día tras día, como a aquellos de quienes sabemos algo por los periódicos o la televisión… Porque así ama Dios Padre, que manda el sol y la lluvia sobre todos sus hijos, sobre buenos y malos, sobre justos e injustos (cf. Mt.5,45). (…) El amor que Jesús trajo no es un amor platónico, sentimental, basado en las palabras, es un amor concreto. Exige que se vaya a los hechos. Y esto es posible si nos hacemos “todo a todos”: enfermos con quien está enfermo; alegres con quien está alegre; preocupados, inseguros, hambrientos, pobres con los demás.  Y habiendo probado lo que los demás sienten, actuar en consecuencia. ¡Cuántas formas nuevas de pobreza conoce hoy Europa! Pensemos un poco, por ejemplo, en la marginación de los discapacitados y de los enfermos de SIDA, en el tráfico de las mujeres obligadas a prostituirse, en los vagabundos, en las madres solteras… Pensemos también en quien recurre a los falsos ídolos del hedonismo, del consumismo, en la sed de poder, en el materialismo. Jesús en cada uno de ellos espera nuestro amor concreto, eficaz. Él considera hecho a sí mismo el bien o el mal que hacemos a los demás. Cuando habló del juicio final dijo que a los buenos y a los malos repetirá: “Me lo hicieron a mí” (cf Mt. 25,40). Y cuando este amor es vivido por varias personas, se hace recíproco. Esto es lo que más subraya Jesús: “Ámense los unos a los otros como yo los he amado” (Jn. 13,34). Es el mandamiento que El llama suyo y nuevo. A este amor recíproco no están llamados sólo los individuos, sino también los grupos, los Movimientos, las ciudades, las regiones, los Estados… Los tiempos actuales exigen que los discípulos de Jesús adquieran una conciencia “social” del cristianismo. Es más que nunca urgente y necesario que se ame la patria del otro como la propia: Polonia como Hungría, el Reino Unido como España, la República Checa como Eslovaquia… El amor que trajo Jesús es indispensable para Europa, para que sea también una familia de naciones, la “casa común europea”.

junio 2009

¿Puedes imaginar un sarmiento separado de la vid? No tiene futuro, nin-guna esperanza, ha dejado de ser fecundo y no le queda más que secarse para que lo quemen.
Imagina a qué muerte espiritual estás destinado, como cristiano, si no permaneces unido a Cristo. Da miedo. Aunque trabajes mucho de la maña-na a la noche, aunque creas ser útil a la humanidad, aunque tus amigos te aplaudan, aunque tus bienes terrenales crezcan, aunque hagas sacrificios notables…la esterilidad es completa. Todo ello podrá tener sentido para ti en esta tierra, pero no significa nada para Cristo y en función de la eternidad. Y es la vida que más importa.

“Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer”.

¿Cómo puedes permanecer en Cristo y Cristo en ti? ¿Cómo ser un sarmiento verde y lozano de la vid?
En primer lugar, es necesario que creas en Cristo. Pero no basta. Tu fe tiene que influir en la dimensión concreta de la vida: debes vivir conforme a esta fe, poniendo en práctica las palabras de Jesús. Por lo tanto, no puedes descuidar los medios divinos que Cristo te dejó, mediante los cuales obtener o ganar nuevamente la unidad con él, eventualmente quebrada. Aún así, Cristo todavía no te sentirá bien unido a él si no te esfuerzas por estar injer-tado en tu comunidad eclesial, en tu Iglesia local.

“Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer”.

“El que permanece en mí, y yo en él”. ¿Adviertes que Cristo habla de la unidad tuya con él, pero también de la suya contigo? Si estás unido a él, él está en ti, está en lo íntimo de tu corazón, y nacen una relación y un colo-quio de amor recíproco, una colaboración entre Jesús y tú, discípulo suyo.
La consecuencia es dar mucho fruto, tal como un sarmiento bien unido a la vid da racimos sabrosos. “Mucho fruto” significa que tendrás una verdadera fecundidad apostólica, es decir, la capacidad de abrir los ojos de muchos a las palabras únicas y revolucionarias de Cristo; y estarás en condiciones de darles la fuerza para seguirlo. “Mucho fruto” significa “mucho”, y no “poco”. Esto puede querer decir que sabrás llevar a las personas que te rodean una corriente de bondad, de comunión, de amor recíproco.

“Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer”.

Pero “mucho fruto” no significa sólo el bien espiritual y material de los de-más, sino también el tuyo: crecer interiormente, santificarte personalmente depende de tu unión con Cristo.
Santificarte. Quizás esta palabra, en los tiempos que corren, te parecerá un anacronismo, una inutilidad o una utopía. No es así. Los tiempos presen-tes pasarán y con ellos las miradas parciales, erradas, contingentes. Queda-rá la verdad. Hace dos mil años Pablo, el Apóstol decía claramente que Dios quiere para todos los cristianos la santificación. Teresa de Ávila, doctora de la Iglesia, está segura de que cualquiera, incluso el hombre común y corrien-te, puede alcanzar la más alta contemplación. El Concilio Vaticano II afirma que todo el pueblo de Dios está llamado a la santidad.
Estas son voces certeras. Trata, entonces, de recoger en tu vida también el “mucho fruto” de la santificación que será posible sólo si estás unido a Cristo.

“Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer”.

¿Observaste que Jesús ve el fruto como consecuencia del “perma-necer” unidos a él?
Podrías caer en el error de muchos cristianos: activismo, activismo, obras, obras…por el bien de los demás, sin darse tiempo para considerar si están realmente unidos a Cristo. Se trata de un error: creer que se da mucho fruto, pero no es lo que Cristo en ti y contigo puede dar.
Para dar un fruto duradero, que lleve el sello divino, es necesario perma-necer unidos a Cristo; y cuanto más permanezcas unido a él, mucho más fruto darás.
Además, el verbo empleado por Jesús, “permanecer”, da la idea no tanto de momentos en los que se da fruto, sino de un estado permanente de fe-cundidad. De hecho, si conoces a personas que viven de esta manera, ve-rás que tal vez con una simple sonrisa, con una palabra, con el comporta-miento cotidiano, con la actitud frente a las distintas situaciones de la vida, llegan a los corazones y, a veces, provocan un encuentro con Dios.
Algo similar sucedió con los santos. Pero no debemos desalentarnos, por-que también los cristianos comunes pueden dar fruto.

“Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer”.

Estamos en Portugal. María del Socorro, terminada la secundaria, entró a la universidad. El ambiente es difícil. Muchos de sus compañeros se enfren-tan, siguiendo sus ideologías, y cada uno quiere arrastrar detrás de sí a los que todavía no se definen. María sabe bien cuál es su camino, aunque no sea fácil explicarlo: seguir a Jesús y permanecer unida a él. Sus compañe-ros la tildan de poco definida, carente ideales. No conocen sus ideas. A ve-ces sintió un cierto reparo, sobre todo al entrar en la iglesia. Pero sigue yen-do porque siente que tiene que permanecer unida a Jesús.
Se acerca la Navidad. María se da cuenta de que algunos de sus compa-ñeros no van a poder viajar a sus casas porque viven demasiado lejos, y les propone a los demás hacerles un regalo a los que no se quedan. Se sor-prende mucho cuando todos aceptan.
Luego llegan las elecciones universitarias y otra sorpresa: es elegida re-presentante de su curso. Pero el estupor es más fuerte todavía cuando oye decir: “Es lógico que te hayan elegido porque eres la única que tiene una lí-nea precisa, que sabe lo que quiere y cómo realizarlo”. Algunos se interesa-ron por su ideal y quisieron vivir como ella. Un buen fruto de la perseveran-cia de María del Socorro en el permanecer unida a Jesús.

                                                                      Chiara Lubich

Una victoria, y no sólo en el campo de juego

Mi país acaba de salir de una guerra que duró muchos años. Actualmente la situación política es estable; hay un gran desarrollo, y la vida ha vuelto a la normalidad. Pero no para todos. Desde hace un tiempo algunos muchachos que se quedaron sin familia, se reunían cerca de la iglesia para pedir limosna. El lugar se convirtió en un punto de encuentro; allí dormían y vivían. Con el tiempo se empezaron a crear situaciones cada vez más difíciles; robos, peleas entre ellos, giro de droga, y se volvió peligroso andar por ahí de noche. El sacerdote había hablado con ellos para buscar una solución, pero algunos eran muy rebeldes y rechazaban cualquier relación. Con algunos jóvenes nos preguntamos qué cosa podíamos hacer: decidimos intentar conocerlos. Nos presentamos, y cada vez que íbamos a misa, nos deteníamos a saludarlos. Poco a poco se creó una relación con algunos de ellos y surgió la idea de hacer algo juntos. Organizamos así un partido de fútbol. Buscamos la cancha y logramos conseguir que nos regalaran bellísimos uniformes para los dos equipos. El día del partido llegamos con merienda, bebidas, sándwich, tortas y pancitos. Fue un momento muy fuerte, la amistad creció muchísimo. ¡La alegría más grande fue la victoria de ellos! Desde entonces los empezamos a invitar a nuestros encuentros. Su respuesta ha superado toda expectativa. La relación que ha nacido encendió en ellos una nueva esperanza, el deseo de hablar con el sacerdote para buscar trabajo (y muchos lo han encontrado), y volver a injertarse en la vida normal. Nos dimos cuenta de que lo más importante no es dar dinero, sino una mayor atención. Teníamos que dar nuestro tiempo, nuestro afecto; la amistad y los frutos de este amor han sido mucho mayores de lo que hemos dado.  (T. P. – Angola)

mayo 2009

Edith, ciega de nacimiento, vive con otras invidentes en una residencia donde el capellán sufre una parálisis en las piernas y no puede celebrar la misa. Por este motivo quieren quitar a Jesús Eucaristía de la casa. Edith ha recurrido al obispo para que lo deje allí como única luz de sus tinieblas. Ha obtenido el permiso y, además, la aprobación para distribuir ella misma la comunión al capellán y a sus compañeras.

Deseosa de ser útil, Edith ha conseguido que le concedan unas horas en una emisora de radio. Las utiliza para ofrecer lo mejor que tiene: consejos, pensamientos válidos, aclaraciones de tipo moral para ayudar con sus experiencias a los que sufren. Podría contarte otras muchas cosas de Edith… Es ciega pero el sufrimiento la ha iluminado.

¡Cuántos ejemplos más te podría contar! La bondad existe, pero no hace ruido. Edith vive su cristianismo concretamente: sabe que cada uno de nosotros ha recibido dones y los pone al servicio de los demás.

«Que cada uno ponga al servicio de los demás los dones que haya recibido, como buenos administradores de las diversas gracias de Dios»

Sí, porque un “don” (o “carisma”, en griego) no se refiere sólo a las gracias con las que Dios enriquece a los que tienen que gobernar la Iglesia. Tampoco se refiere únicamente a esos dones extraordinarios que Él se reserva para enviar directamente a algún fiel, para el bien de todos, cuando considera que hay que poner remedio en la Iglesia a situaciones excepcionales o a peligros graves, para los que no bastan las instituciones eclesiásticas; por ejemplo: la sabiduría, la ciencia, el don de hacer milagros, el de hablar lenguas, el carisma de suscitar una nueva espiritualidad en la Iglesia, y otros.

Por dones o carismas no se entienden sólo éstos, sino también otros más sencillos que muchas personas poseen y que se notan por el bien que hacen. El Espíritu Santo es el que obra.
Además, podemos llamar también dones o carismas a los talentos naturales. Cada uno tiene los suyos. También tú.
¿Cómo tienes que usarlos? Hay que pensar cómo hacerlos fructificar, pues te han sido dados no sólo para ti, sino para el bien de todos.  «Que cada uno ponga al servicio de los demás los dones que haya recibido, como buenos administradores de las diversas gracias de Dios».
La variedad de dones es inmensa. Cada uno tiene el suyo y, por tanto, tiene su función específica en la comunidad.  ¿Y qué me dices de ti? ¿Tienes algún título? ¿No has pensado nunca en poner a disposición de los demás algunas horas a la semana para enseñar al que no sabe, o al que no tiene medios para estudiar?  ¿Tienes un corazón especialmente generoso? ¿No has pensado nunca en movilizar esas fuerzas que aún quedan sanas en la sociedad, a favor de la gente pobre o marginada, y restablecer en el corazón de muchos el sentido de la dignidad del hombre?
[…]  ¿Tienes cualidades especiales para consolar? ¿O, tal vez, para llevar una casa, para cocinar, para confeccionar con poca cosa ropa útil, o para los trabajos manuales? Mira a tu alrededor para ver quién tiene necesidad de ti.  Siento una gran pena cuando veo que hay unos que buscan y otros que enseñan cómo llenar el tiempo libre. Nosotros cristianos no podemos tener tiempo libre mientras haya en la tierra un enfermo, un hambriento, un encarcelado, un ignorante, uno que tenga dudas, alguien que esté triste, un drogadicto, […] un huérfano, una viuda…  ¿Y no te parece también que la oración es un don formidable que debemos usar, ya que en todo momento podemos dirigirnos a Dios que está presente en todas partes?

«Que cada uno ponga al servicio de los demás los dones que haya recibido, como buenos administradores de las diversas gracias de Dios». 

¿Te imaginas una Iglesia en la que todos los cristianos, desde los niños hasta los adultos, hacen todo lo que pueden para poner a disposición de los demás sus dones?
El amor mutuo adquiriría tal consistencia, tal amplitud y relieve que […] todos podrían reconocer de esto a los discípulos de Cristo. […]
Y entonces, si el resultado es éste, ¿por qué no poner todo de tu parte para conseguirlo?

Chiara Lubich

Terremoto en Abruzzo: una experiencia que cambia la vida

Mucho más que solidaridad “Entre el polvo de L’Aquila se respiró mucha humanidad – nos cuenta Humberto, voluntario de la unidad de rescate alpina, comprometido en las operaciones de salvamento entre los escombros -. Se derrumbaron prejuicios, presunciones, arrogancia y parecía que sólo hubiese quedado la “pureza” del hombre, como si apenas nos hubiesen creado. Había mucho más que sólo solidaridad: la humanidad de todos emergió en su espléndida grandeza”. Una experiencia que te cambia. Marta, de diecinueve años y estudiante de ingeniería civil de la Universidad de L’Aquila, no puede evitar conmoverse: “Es una experiencia que te cambia. Sólo Dios queda. Lo sabía, lo creía, pero ahora lo he experimentado. ¿De qué sirvió programar la vida? Ahora vivo un día a la vez, es más, un instante a la vez”. El domingo 5 de abril el temblor, de las 11 de la noche fue acompañado por un bramido.  Marta se asustó mucho. Ni ella ni sus compañeras sabían qué hacer, a pesar de que la casa que alquilan, construida en los años noventa, parecía segura. Llamaron por teléfono a sus respectivos padres. Parecería que se hubieran puesto de acuerdo en la respuesta: no se preocupen, no tiene sentido exagerar, piensen más bien en estudiar. ¿Quién sabe cuántos remordimientos, a pesar de que sus hijas lograron salvarse. Chiara, 24 años, cursa odontología, recuerda muy bien el temblor de las 10:45 de la noche. Estaba hablando por teléfono con Lisa: ¡qué susto! Las otras estudiantes de las respectivas habitaciones ya habían abandonado L’Aquila. Solas en dos casas. Deciden dormir juntas, “¿Voy a tu casa? “¿Vienes tú a la mía?”. Menos mal que Chiara fue donde su amiga. Su casa estaba ubicada en una de las zonas que quedaron más afectadas. Reconstruir. También por dentro No se puede olvidar otra tipo de reconstrucción. La de las muchísimas personas traumatizadas por el sisma. Las crisis de pánico, el estado de ansiedad y de inseguridad, la dificultad de administrar la cotidianidad y de proyectar se ven acompañados con frecuencia por insomnio y falta de reactividad. Los síntomas del trauma duran meses, cuando no quedan permanentes. “Saberlos dominar – nos explica Giuseppe Riccio, neurólogo, dirigente de psiquiatría de la Asl de Teramo, que trabaja con los damnificados – es posible, pero no es suficiente el apoyo de la psicoterapia y de las medicinas. Sirven contextos ricos en relaciones. Entonces los daños del trauma sí pueden ser reversibles”. En esta crucial reconstrucción interior, la generosidad y el calor humano de grupos, movimientos y asociaciones pueden ser de mucha ayuda”. Como ya se está viendo mientras todavía la tierra sigue temblando. Los testimonios han sido publicados en Cittá Nuova n.8 del 25.04.2009

Un comunicador al servicio de un gran ideal

Publicamos algunos fragmentos de la ponencia de Nedo Pozzi sobre la figura de “Giordani comunicador”, realizada el18 de abril, día del 29º aniversario del nacimiento al Cielo de “Foco”, durante el reciente congreso de NetOne Italia.

Hace veintinueve años Igino Giordani, a quien Chiara y todos nosotros llamábamos Foco, estaba dejando esta tierra. (…) Para Giordani, una de las figuras más representativas del siglo XX italiano, tiene lugar. en el ápice de la fama y de una actividad frenética, el evento que conduce su vida hacia una nueva experiencia espiritual, que abarca todo su ser.

Es el encuentro con Chiara Lubich, en septiembre de 1948. Con ella empieza una relación espiritual singular por su humildad, transparencia, unidad. Dirá más tarde: “Todos mis estudios, mis ideales, las vicisitudes mismas de mi vida, parecían que estaban dirigidas hacia esta meta…Podría decir que antes buscaba; ahora he encontrado”. (…)

Y fue precisamente a partir de aquel encuentro entre Chiara y Giordani de 1948 que comenzó a florecer una renovación radical del vivir, del pensar, del interactuar social en todos los sentidos, también en lo político, también en lo mediático…

Giordani es un personaje extremadamente poliédrico, pero hoy lo miramos sobre todo como comunicador al servicio de un gran ideal: la humanidad como familia.

Su compromiso como hombre de los medios de comunicación es impresionante: 4000 artículos en 49 medios de prensa italianos y de otros países, fundador de varios periódicos, director de dos diarios y de otros 10 periódicos, autor de más de 100 libros (un promedio de casi dos por año) para un total de 26.000 páginas, traductor de los principales idiomas, sin contar los ensayos, los folletos, las cartas y los discursos. Por tres décadas se mantuvo activo en el fermento político y cultural, nacional e internacional, encendiendo luces proféticas sobre los acontecimientos con frecuencia dramáticos del siglo XX. Además de su pluma, de escritor de pura cepa, su don mediático más impresionante era la palabra, el don de una conversación que a través de la belleza y la propiedad del discurso y de una sutil ironía, transmitía ideas contracorriente, de una altura insólita.

Y he aquí algunas frases de este artista de la palabra, de este político “ingenuo” y “demasiado cristiano”. He aquí algunas perlas de sus escritos sobre la comunicación:

“Si para el hombre ser es pensar, vivir es comunicar.”

“El comunicador está llamado a iluminar, no a oscurecer. …Debería renovarse cada día, proveerse de ideas a cada momento. … Puede ser que el comunicador no tenga ni un centavo en el bolsillo, pero si tiene una idea en la cabeza, una llama en el corazón, vale en el mercado más que un financista.”

“El amor lo es todo; sin el amor todo es nada: la comunicación puede y debe alimentar esta verdad que es el único cemento social duradero, antes de que el miedo, madre de la atómica, tome la delantera.”

“El comunicador es el constructor más directo de una ciudad nueva”.

“La humanidad se mata siempre por las mismas razones… Por ejemplo dice: ‘Si vis pacem, para bellum’ (‘Si quieres la paz prepara la guerra’ -n.d.t.) . Pero para nosotros es otra la verdad. Si quieres la paz, prepara la paz. Si preparas la guerra, los fusiles a un cierto punto dispararán ellos solos… Si queremos alcanzar la paz, debemos comenzar a construirla entre nosotros… porque la paz empieza verdaderamente por cada uno de nosotros”. Estas mismas palabras las pronunció en el Parlamento el 21 de diciembre de 1950.

Y para finalizar, ¿qué diría hoy Giordani si le preguntáramos qué debemos hacer concretamente?

“Abrir el corazón como una concha para recoger la voz de la humanidad y poner a circular el amor y la riqueza – el bien y los bienes – suprimiendo los obstáculos de raza y de clases, las fronteras del espíritu, los peajes de la felicidad… Ver en el hombre, quienquiera que sea, un hermano…”.

Es una propuesta y una invitación que data de 1961 pero que siento es siempre actualísima, y que me interroga cada mañana, cada vez que encuentro a alguien o que me siento frente a la computadora para hacer mi… y su deber.

Nedo Pozzi

Abril 2009 – Con los ojos abiertos

 

¿Observaste cómo en general no vives la vida sino que la arrastras en espera de un “después”, en el que tendría que llegar lo “bello”?
El hecho es que un “después-bello” tiene que llegar, pero no es lo que esperas.
Un instinto divino te lleva a esperar a alguien o algo que pueda satisfacerte. Y piensas tal vez en el día de fiesta, o en el tiempo libre, o en un encuentro particular… pero pasados éstos, no quedas satisfecho, al menos plenamente. Y retomas el tran tran de una existencia vivida sin convicción, siempre en espera.
La verdad es que, entre los elementos que componen también tu vida, hay uno del que nadie puede escapar; es el encuentro cara a cara con el Señor que viene. Esto es lo “bello” a lo que inconscientemente tiendes, porque estás hecho para la felicidad. Y la felicidad plena te la puede dar solamente Él.
Y Jesús, sabiendo que tú y yo estamos ciegos en esta búsqueda, nos amonesta:

“Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor.”

Vigilen. Estén bien atentos. Estén despiertos.
Porque hay muchas cosas de las que no estás seguro en el mundo, pero de una ciertamente no puedes tener dudas: de que un día tienes que morir. Y esto para el cristiano significa presentarse delante de Cristo que viene.
Puede ser que también tú seas como la mayoría que quiere olvidarse de la muerte, a propósito. Tienes miedo de ese momento y vives como si no existiera. Dices con tu vida terrenal, con el enraizarte cada vez más en ella: la muerte me hace temblar, por lo tanto, no existe. En cambio, ese momento vendrá. Porque Cristo seguramente viene.
Con estas palabras Jesús entiende su venida en el último día. Así como subió al Cielo entre los apóstoles, volverá.
Pero estas palabras quieren decir también la venida del Señor al final de la vida de cada hombre. Además, cuando el hombre muere, para él, el mundo terminó.
Y ya que no sabes si Cristo viene hoy, esta tarde, mañana, o dentro de un año o más, debes estar alerta. Justamente como aquellos que están despiertos porque saben que los ladrones vendrán a desvalijar su casa, pero no saben la hora.
Y, si Jesús viene, quiere decir que esta vida es pasajera. Y si es así, más que desvalorizarla, tienes que darle la máxima importancia. Debes prepararte para ese encuentro con una vida digna. (…)

“Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor.”

Ciertamente, hace falta que tú también estés atento. Tu vida no es solamente un pacífico sucederse de actos. Es también una lucha. Y las tentaciones más variadas, como las sexuales, las de la vanidad, las del apego al dinero, las de la violencia, son tus primeros enemigos.
Si vigilas siempre, no te dejarás tomar por sorpresa. Vigila bien quien ama. Es propio del amor vigilar. Cuando se ama a una persona, el corazón vigila siempre esperándola, y cada minuto que pasa sin ella es en función de ella.
Así hace una esposa amorosa cuando se esfuerza, o prepara cuanto puede servir a su esposo ausente: hace todo pensando en él. Y cuando llega, en su saludo exultante está todo el alegre trabajo del día.
Así hace una madre, cuando toma un pequeño descanso durante la asistencia de su hijo enfermo. Duerme, pero su corazón vigila.
Así actúa quien ama a Jesús. Hace todo en función de Él, a quien encuentra en las simples manifestaciones de su voluntad de cada momento, y a quien encontrará solemnemente el día en el que vendrá.
Es el 3 de noviembre de 1974. Se concluye en Santa María, en el sur de Brasil, un encuentro espiritual de 250 jóvenes, de las cuales la mayor parte proviene de la ciudad de Pelotas. El primer ómnibus, con cuarenta y cinco personas, parte: muchas canciones, mucha alegría, mucho amor a Jesús. En un momento del viaje, algunas chicas dicen juntas el rosario con los misterios dolorosos y le piden a la Virgen la fidelidad a Dios, hasta la muerte.
En una curva, por un desperfecto mecánico, el colectivo cae en un barranco de unos cincuenta metros, y vuelca tres veces. Mueren seis chicas.
Una sobreviviente dice: “Vi la muerte de cerca, pero no tuve miedo, porque Dios estaba allí”. Otra: “Cuando me di cuenta de que podía moverme, en medio de los hierros retorcidos, miré el cielo estrellado y, arrodillada entre los cuerpos de mis compañeras, recé. Dios estaba allí al lado nuestro…”. El padre de Carmen Regina, una de las víctimas, contó que su hija a menudo repetía: “Es hermoso morir, papá, se parte para estar junto a Jesús”.

“Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor.”

Las jóvenes de Pelotas, porque amaban, vigilaban, y cuando llegó el Señor fueron a recibirlo con alegría.

Chiara Lubich

Marzo 2009

 

El espectáculo más absurdo que puedes observar en este mundo es, por una parte la presencia de hombres desorientados, siempre en busca de algo, que, en las inevitables pruebas de la vida, sienten con angustia la necesidad de ayuda y el sentimiento de orfandad, y, por otro lado la realidad de Dios, Padre de todos, cuyo mayor anhelo es usar su omnipotencia para satisfacer los deseos y las necesidades de sus hijos.
Es como un vacío que reclama ser llenado. Es como un lleno que pide un vacío. Pero no se encuentran.
La libertad de la que el hombre está dotado puede causar también este daño.
Pero Dios no cesa de ser Amor para los que lo reconocen.
Escucha lo que dice Jesús:

«Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre Él os lo concederá»

Aquí tienes una de esas palabras ricas en promesas que, de vez en cuando, Jesús repite en el Evangelio. A través de ellas te enseña, con matices y explicaciones distintas, cómo obtener lo que necesitas.
(…)
Sólo Dios puede hablar así. Sus posibilidades son ilimitadas. Tiene en su poder todas las gracias: las de esta tierra, las espirituales, las posibles y las imposibles.
Pero, escucha bien.
El te sugiere “como” tienes que presentarte al Padre para pedírselas. Dice: “en mi nombre”.
Si tienes un poco de fe estas tres breves palabras tendrían que darte alas.
Mira, Jesús, que ha vivido entre nosotros, conoce las infinitas necesidades que tienes tú y que tenemos todos, y siente pena por nosotros. Y por eso, en la oración se ha puesto Él de intercesor y es como si te dijese: “Ve al padre de mi parte y pídele esto y esto y después aquello”. Él sabe que el Padre no puede decirle que no. Es su hijo y es Dios.
Tú no vas al Padre en tu nombre, sino en nombre de Cristo. El embajador, como se suele decir, es sólo un mensajero.
Cuando vas al Padre, en nombre de Cristo, actúas como un simple mensajero.
Los asuntos se resuelven entre los dos interesados.
Así es como rezan muchos cristianos que podrían dar testimonio de las innumerables gracias que han recibido. Son una demostración de que la paternidad de Dios, atenta y amorosa, cuida de ellos cada día.

«Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre Él os lo concederá»

Pero puede ser que ahora tú me digas: “He pedido y pedido en nombre de Cristo, y no he obtenido”.
Puede ser. Te decía más arriba que Jesús, en otros pasajes del Evangelio en los que invita a pedir, da más explicaciones que quizá se te han escapado.
Dice, por ejemplo, que obtiene quien “permanece” en Él, que quiere decir en su voluntad.
(…)
Puede ser que tú pidas algo que no forma parte del designio que Dios tiene para ti, y por tanto Él no lo vea útil para tu existencia en la tierra o en la otra vida, o incluso lo considere perjudicial.
¿Cómo te va a escuchar Él, que es tu padre, en estos casos? Te engañaría. Y esto no lo hará nunca.
Entonces será útil que, antes de orar, te pongas de acuerdo con Él y le digas: “Padre, yo te pido esto en nombre de Jesús, si crees que es bueno”.
Y si la gracia que pides forma parte del plan que Dios con su amor ha pensado para ti, se cumplirá la palabra:

«Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre Él os lo concederá»

También puede ser que tú pidas gracias, pero que no tengas la más mínima intención de adecuar tu vida a lo que Dios te pide.
¿Te parecería justo que Dios te escuchase también en este caso? Él no quiere darte sólo un don, sino la felicidad plena. Y ésta se obtiene tratando de vivir los mandamientos de Dios, sus palabras. No basta con pensar en ellas, ni siquiera con meditarlas, hay que vivirlas.
Si haces así, lo obtendrás todo.
En conclusión: ¿quieres obtener gracias?
Pide cualquier cosa en nombre de Cristo, atendiendo antes que nada a su voluntad, con la decisión de obedecer la ley de Dios.
A Dios le hace feliz conceder gracias; pero somos nosotros los que, por desgracia, le cerramos las manos la mayoría de las veces.

Chiara Lubich

El Evangelio vivido “irradia luz”

He aquí algunos frutos de la Palabra. Pero todos los frutos aquí citados tienen su origen en un hecho. Como sabemos, la Palabra de Dios no es como las otras, no sólo puede ser escuchada, sino que tiene el poder de realizar lo que dice. La Palabra, que es una presencia de Cristo, genera a Cristo en nuestra alma y en las almas de los demás. Es verdad: también antes de vivir la Palabra con radicalidad, si somos cristianos, tenemos la vida de Cristo en nosotros y con ella, sin dudas, la luz de Dios y también el amor, pero a menudo están encerradas, como en una crisálida. Viviendo el Evangelio el amor irradia luz y la luz hace crecer el amor: la crisálida empieza a moverse, hasta que sale la mariposa. La mariposa es el pequeño Cristo que empieza a tomar lugar en nosotros y después crece cada vez más… para llenarnos cada vez más de Él. Existe una magnífica descripción de Pablo VI sobre los efectos de la Palabra “¿Cómo se puede presentar a Cristo en las almas? A través del vehiculo y de la comunicación de la Palabra (…) pasa el pensamiento divino, pasa el Verbo, el Hijo de Dios hecho Hombre. Se podría afirmar que el Señor se encarna dentro de nosotros, cuando nosotros aceptamos que su Palabra venga (…) a vivir dentro de nosotros” .   Tomado de: Vivere. La Parola che rinnova – Editorial Città Nuova, Roma 2008

“Comunicar que Dios es Amor”

México: en fiesta y en oración

Son numerosas las iniciativas en todo el mundo para recordar a Chiara Lubich y seguir viviendo su herencia. En este espacio abrimos un zoom sobre México. Está todavía vivo en muchos el recuerdo de la visita de Chiara a México, en junio de 1997. Especialmente aquel encuentro en el Santuario de la Ciudad de México en el cual se benera a la Virgen de Guadalupe, la Morenita, mestiza como lo es la mayoría de la población. También en Guadalajara, el 14 de marzo, se celebrará una misa solemne que será transmitida en directo por la red satelital Mariavisión. En Santa Cruz, región de mayoría indígena, la comunidad se reunirá en oración por Chiara, siguiendo ritos ancestrales, por 9 días. Al décimo día se celebrará una misa en lengua Náhuatl de los Aztecas (antiquísima civilización mexicana) y la misma con la que Virgen de Guadalupe se dirigió a Juan Diego cuando se le apareció. Participarán los adherentes del Movimiento de las 32 comunidades indígenas de la zona. El canal Mariavisión, además de la misa en la Catedral de Guadalajara, transmitirá un programa sobre la vida, el carisma y la obra de Chiara. Otras iniciativas en México PUEBLA -26/3 Evento Cultural, con  la participación de diversos exponentes de la cultura,  de otras religiones y del mundo del arte – 19.00 horas – Palacio Municipal. PUEBLA – 28/3 S. Misa en la Catedral – 18:00 horas; preside S. Em. Mons. J. Trinidad Medel, vicario de la Arquidiócesis de Puebla y delegado para los Laicos. NETZAHUALCOYOTL – 20/3 S. Misa en la Catedral – 19.00 horas; preside el Obispo S. Em. Mons. Carlos Garfias. CIUDAD DE MÉXICO – 26/3 Homenaje a Chiara, en el IMDOSOC, Instituto Mexicano de Doctrina Social de la Iglesia – 19,00 horas – testimonios de varias personas del ámbito  político, religioso y cultural. SANTA CRUZ – 6-15/3 Ritos tradicionales – 9 días en oración  por Chiara; al 10º día, S. Misa en lengua Náhuatl con pertenecientes de las 32 comunidades indígenas de la zona. (Nota: El Náhuatl es el idioma hablado por los Aztecas y por la Virgen de Guadalupe cuando se dirigió a Juan Diego). CIUDADELA EL DIAMANTE – 22/3 Tarde dedicada a Chiara – Bendición de la Cruz – 13,00 horas; según las usanzas del lugar, la Cruz, enalzada de la tierra como símbolo de la resurrección, se llevará en procesión, mientras se esparcirán pétalos de flores a lo largo de la calle, como signo del camino definitivo hacia el Paraíso. Se plantará la cruz en el Campo Santo de la Ciudadela, al que Chiara le dio el nombre de “Resurrección”.  

“Comunicar que Dios es Amor”

Alemania: “La Fuerza del Evangelio”

Son numerosas las iniciativas en el mundo para recordar a Chiara Lubich y seguir viviendo su heredad. En este sitio abrimos un zoom sobre Alemania. Con ocasión del primer aniversario de la muerte de Chiara Lubich, quisiéramos dirigir nuestra atención nuevamente a esa fuerza que emana del Evangelio y que ha cambiado la vida de Chiara y la de tantas personas”. Es éste el compromiso que Movimientos y Comunidades de varias Iglesias de Alemania quieren reafirmar en la iglesia evangélico-luterana de Munich, el próximo 14 de marzo. Particularmente significativa la elección del lugar. En esta iglesia que el 8 de diciembre de 2001 tuvo lugar un evento importante, como se lee en la siguiente invitación: “Chiara Lubich y el Obispo evangélico Ulrich Wilckens habían dado una contribución esencial al camino de comunión entre Movimientos y Comunidades de varias Iglesias, hasta llegar al pacto de amor recíproco que fue la base del desarrollo de la gran red de “Juntos por Europa”. Intervendrán: El Metropolita Serafim Joanta, de la Iglesia Rumeno Ortodoxa El Pastor Thomas Römer, de la YMCA de Munich Padre Michael Marmann, del Movimiento de Schönstatt (München) Renata Simon y Herbert Lauenroth, del Movimiento de los Focolares (Ottmaring) Otras iniciativas en Alemania: Dresda – 14/03 Santa Misa – a las 11horas; celebra S.E. Mons. Joachim Reinelt Conmemoración en la Sala del Consejo del Land, con el patrocinio del Presidente Erich Iltgen. Hannover – 14/03 Programa conmemorativo con el Obispo luterano Christian Krause, ex – presidente de la Federación Luterana Mundial Presentación del proyecto escolar: “Fuertes sin violencia” con el apoyo de la Unión Europea, y la participación del Gen Rosso. Solingen – 14/03 Entrega del premio de la ciudad de Solingen al Centro Mariápolis “Zentrum Frieden” por su contribución al desarrollo de la ciudad. Münster – 14/03 Santa Misa – 14:30 horas – seguida por un momento de encuentro y presentación de la vida de Chiara. Regensburg – 14/03 Santa Misa – seguida por un momento de encuentro y presentación de la vida de Chiara. Mainz – 14/03 Santa Misa – celebra S.E. Mons. Ulrich Meymeyr – seguida por un momento de encuentro y presentación de la vida de Chiara.

Radicalidad cristiana – Febrero 2009

 

¿Qué dice? ¡Son palabras con exigencias tremendas, radicales, jamás escuchadas!
Y, sin embrago, ese Jesús que dijo que el matrimonio es indisoluble y dio como mandato que amáramos a todos y por lo tanto particularmente a los padres, ese mismo Jesús ahora pide que pongamos en segundo lugar todos los bellos afectos de la tierra, si es que son un impedimento para el amor directo, inmediato, a Él. Sólo Dios podía pedir tanto.
Jesús, de hecho, arranca a los hombres de su modo natural de vivir y los quiere ligados antes que nada a sí mismo, para componer sobre la tierra la fraternidad universal.

Por esto, donde encuentra un obstáculo para su proyecto “corta” y en el Evangelio habla de “espada”, espiritual, se entiende. Y llama “muertos” a aquellos que no supieron amarlo a Él más que a la madre, a la esposa, a la vida. ¿Recuerdas a ese hombre que le pidió que lo dejara sepultar a su padre antes de seguirlo? Justamente a él Jesús le respondió: “Deja que los muertos entierren a sus muertos”1.
Quizás ante tanta exigencia habrás temblado de miedo, quizás habrás pensado relegar estas palabras de Jesús a su tiempo, o destinarlas a los que deben seguirlo de un modo particular.
Te equivocas. Esta palabra vale para cualquier época, incluso para la actual, y vale para todos los cristianos, también para ti.
En los tiempos que corren se te pueden presentar muchas ocasiones para poner en práctica la invitación de Cristo.
¿En tu familia alguien critica el cristianismo? Jesús quiere que tú lo testimonies con la vida y en el momento oportuno con la palabra, incluso a costa de que se burlen de ti o te calumnien.
¿Eres madre y tu marido te invita a interrumpir un embarazo? Obedece a Dios y no a los hombres. ¿Un hermano te quiere agregar a una compañía con fines poco claros, o incluso reprobables? Desasóciate. ¿Algún pariente te invita a aceptar dinero poco limpio? Mantiene tu honestidad. ¿La familia entera te quiere involucrar en un laxismo mundano? Corta, para que Cristo no se aleje de ti.

“Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo”.

¿Eres de una familia poco creyente y el hecho de tu conversión a Cristo produjo división? No te alarmes, es un efecto del Evangelio. Ofrece a Dios el desgarro del corazón por aquellos que amas, pero no decaigas.
¿Cristo te llamó de modo particular y ahora llegó el momento en que tu donación total requiere dejar el padre y la madre, o tal vez renunciar a la novia? Concretiza tu elección. Quien no tiene lucha, no tiene victoria.

“Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo”.

“… y hasta a su propia vida”. ¿Estás en una tierra de persecución y el exponerte por Cristo pone en peligro tu vida? Ten coraje. A veces nuestra fe puede pedir también esto. No se termina nunca del todo la época de los mártires en la Iglesia.
Cada uno de nosotros, en su existencia, se encontrará ante la elección entre Cristo y todo el resto para seguir siendo auténtico cristiano. Por lo tanto, te tocará también a ti.
No tengas miedo. No tengas miedo por la vida: mejor perderla por Dios que no encontrarla jamás. La otra Vida es una realidad.
Y no tengas miedo por los tuyos. Dios los ama. Un día – si tú los sabes posponer por Él – pasará al lado de ellos y los llamará con las palabras fuertes de su amor. Y tú los ayudarás a volverse, contigo, verdaderos discípulos de Cristo.

Chiara Lubich

1. Palabra de vida de octubre de 1978, publicada en Essere la Tua Parola, Chiara Lubich e cristiani di tutto il mondo, vol. I, Roma 1980, p. 111-113.
2. Evangelio de Lucas, cap. 9, versículo 60.

“Me fascinaba su vida transparente”.

Soy libanesa, ortodoxa, de padre ortodoxo y madre católica. Mis padres son creyentes. En la familia nunca se le había dado importancia a la palabra ‘católico’ u ‘ortodoxo’. Era natural festejar las dos Pascuas junto con las dos familias. A los 15 años empecé a rechazar ambas religiones, también porque en Líbano, religión y política están estrechamente relacionadas. Pensaba que los hombres habían mezclado todo y no distinguía nada. Para mí Dios no podía existir y permitir la guerra y la injusticia. Fue así como perdí la poca fe que tenía.. Después de algunos años llegamos al ápice de la guerra en Líbano. Mis padres se fueron a París. Yo me quise quedar para defender mi país. Traté de entrar en el ejército; sin embargo, hastiada ya de la inutilidad de mis esfuerzos y de mí misma, obedecí a la voluntad de mis padres y los alcancé en Francia. Sin embargo mi vida allí ya no tenía ningún sentido: tenía que liberar a mi país… Para no pensar en ello, me distraje en las diversiones de la vida. Mientras tanto mi hermano había conocido y empezado a vivir el Evangelio. Su vida me fascinaba: era tan transparente. Me invitó a conocer a otras personas y fui. Era otro mundo. Veía gente que me acogía con mucho amor, muy sonriente. Volví a casa feliz, el amor estaba renaciendo dentro de mí. Comencé a frecuentar mi Iglesia, a descubrirla y amarla. Leí su historia, fui a un curso de teología. Comprendí que tenía que estar unida a ella, experimentando la ayuda de esta espiritualidad evangélica, que te hacer ir más allá de las divisiones en el respeto de las diferencias. ¡Era ésta la verdadera revolución! (S. W. – Libano)

“Comunicar que Dios es Amor”

Fieles a los valores tradicionales, pero abiertos a lo nuevo

Impresionantes fueron los testimonios de las familias de los cinco continentes contados en el momento cúlmen del Encuentro Mundial de las Familias promovido por el Pontificio Consejo para la Familia.  Desde África, la familia Simango -el padre, la madre y dos gemelos de 14 años- vive en un ambiente permeado por preciosos valores tradicionales. Pero es también fuerte el riesgo de que el consumismo, con la presión de los medios de comunicación, borre todo e imponga otros modelos. Es importante educar a los hijos en el respeto de las tradiciones, pero siempre abiertos a lo nuevo… Dennis (padre) Como en tantos países de África, también entre nosotros sube continuamene el precio de las cosas mientras que los sueldos permanecen igual. Como consecuencia, cada vez hay más personas bajo el nivel de la pobreza. Nuestros mercados se llenan de productos lujosos y modernos: juegos, vestidos de todo tipo, teléfonos… y la publicidad incita a comprarlos. De este modo, en lugar de intentar combatir la pobreza creando nuevas oportunidades de desarrollo, la gente se apasiona por estas cosas y sufre porque no puede conseguirlas. Como padres sentimos el deber de enseñar a nuestros hijos a distinguir lo que es esencial en la vida y lo que no lo es, como es el caso de todas esas cosas que ellos, en un primer impulso, desearían tener. Intentamos que comprendan que la tecnología no puede sustituir nuestra buena voluntad de respetar lo que ya tenemos y que debemos comprar sólo cosas nuevas cuando es necesario. Pero más que mediante nuestras palabras, lo hacemos escuchando juntos el Evangelio. Una tarde hemos reflexionado, también con los niños, sobre las palabras de Jesús: “Cualquier cosa que hayáis hecho a uno de estos mis hermanos más pequeños, me la habéis hecho a mí”. Al día siguiente nos contamos unos a otros, de manera espontánea, cómo habíamos llevado a la práctica esta palabra y hemos visto que todos hemos podido compartir algo con los demás, pensando en dárselo a Jesús. Yo había dado el tiempo del descanso de la comida a un alumno con dificultades; mi mujer había dado arroz a una vecina que no tenía nada; los niños habían prestado uno el lápiz y el otro la goma a sus compañeros. Al contarnos estas cosas, los más felices eran los niños, que habían comprendido que no es necesario ser ricos para poder compartir. Margaret (14 años) En el colegio nos dan sólo la comida básica, no siempre suficiente. El año pasado, muchos de mis compañeros se quejaban de hambre y con frecuencia yo les daba todo lo que había traído de casa. Al regresar a casa por las vacaciones, mi madre se dio cuenta de que estaba un poco delgada. Cuando supo el motivo, me recomendó no dar de lo necesario para vivir pero me ha dado otras cosas para que pudiera compartirlas. Modesta (madre) En nuestra cultura, compartir está considerado un gran valor, como dice un antiguo proverbio africano: “…A diferencia de un pedazo de tela, la comida no es nunca tan poca que no se pueda compartir.” Pero con la influencia de los medios de comunicación, muchos han comenzado a pensar que es mejor retener para uno mismo todo lo que se posee. Otro peligro ligado al uso incontrolado de la Televisión son las telenovelas y los dibujos animados de importación, que ofrecen modelos de vida muy distintos a los de nuestra cultura, sobre todo en lo que respecta al consumismo y a las relaciones entre hombres y mujeres. En familia hemos acordado unas reglas, por ejemplo nada de televisión durante los días de colegio y en los fines de semana y en las vacaciones sólo dos horas al día y teniendo cuidado con los programas que se ven. A veces conseguimos DVDs, procurando que sean buenos, los cuales luego los intercambiamos con las familias de los diversos grupos que atendemos, sea en nuestra ciudad o en las zonas rurales. Pero sobre todo hablamos con los jóvenes sobre lo que han visto, a fin de suscitar en ellos un sentido crítico adecuado, “para poder discernir –como enseña San Pablo- la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le agrada, lo perfecto” (Rm 12,2). Mario (14 años) Cuando estaba en el colegio estaba impaciente por regresar a casa para pasar todo el tiempo ante el televisor. Hablando con mi familia, he comprendido que no es ésta la verdadera libertad y que la televisión a veces puede convertirse en una trampa. Así he aprendido a pasar incluso varios días sin encenderla. Modesta ¡Oh María, que eres la reina de África!, tú sabes que es una tierra rica en recursos, pero que atraviesa por grandes dificultades: pobreza, desnutrición, sida, epidemias, conflictos y guerras. Danos gobernantes sabios y mantennos fieles a aquella cultura de la vida que nos han enseñado nuestros padres. Ayúdanos a vivir y a transmitir a nuestros hijos la buena noticia del Evangelio, compendio de valores humanos y cristianos, que nos hace hijos tuyos y hombres nuevos.