Movimiento de los Focolares

«… fue a un lugar desierto; allí estuvo orando» (Mc 1, 35)

  ¡Qué día pleno había vivido Jesús ese sábado en la ciudad de Cafarnaún! Había hablado en la sinagoga y asombrado a todos con sus enseñanzas. Había liberado a un hombre poseído por un espíritu inmundo. Al salir de la sinagoga se había dirigido a casa de Simón y de Andrés, y allí había curado a la suegra de Simón. Al llegar la noche, después de la caída del sol, le habían llevado a todos los enfermos y endemoniados, y había curado a muchos que padecían diversas enfermedades y expulsado muchos demonios. Después de un día y una noche tan intensas, a la mañana siguiente, cuando todavía estaba aclarando, Jesús se levantó y, al salir de la casa «… fue a un lugar desierto; allí estuvo orando» Era la nostalgia del Cielo. El había venido al mundo a revelarnos el amor de Dios, a abrirnos el camino del Cielo, a compartir en todo nuestra vida. Había recorrido los caminos de Palestina para enseñar a las multitudes, para curar toda clase de enfermedades y dolencias entre la gente, para formar a sus discípulos. Pero la linfa vital, que brotaba de su interior como agua de manantial, provenía de su relación constante con el Padre. Él y el Padre se conocen, se aman, están el uno en el otro, son una sola cosa. El Padre es el “Abba”, es decir, el papá al que puede dirigirse con expresiones de infinita confidencia y de amor ilimitado. «… fue a un lugar desierto; allí estuvo orando» Dado que el Hijo de Dios vino a la tierra por nosotros, no le bastó con estar él en esa condición privilegiada de oración. Al morir por nosotros, redimiéndonos, nos hizo hijos de Dios, hermanos suyos. Por eso, para nosotros también se hizo posible aquella divina invocación: “Abba, Padre”, con todo lo que ella comporta: certeza de su protección, seguridad, abandono a ciegas en su amor, consuelos divinos, fuerza, ardor; ardor que nace en el corazón de quien está seguro de ser amado… Una vez que hemos entrado en la “celda interior” de nuestra alma, podemos hablar con Él, adorarlo, expresarle nuestro amor, agradecerle, pedirle perdón, confiarle nuestras necesidades y las de toda la humanidad, como también nuestros sueños y deseos… ¿Hay algo que no podamos decir a una persona que es omnipotente, y que sabemos además que nos ama inmensamente? Y podemos hablar con el Verbo, con Jesús. Sobre todo podemos escucharlo, dejar que nos repita sus palabras: “Tranquilícense, soy yo; no teman”, “Yo estaré siempre con ustedes”; y sus invitaciones: “Ven y sígueme”, “Perdona setenta veces siete”, “Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos”. Puede tratarse de momentos prolongados, o bien de instantes breves y constantes a lo largo de todo el día, casi como una mirada de amor, un susurro: “Señor, tú eres mi único bien”, “Esto lo hago por ti”. No podemos prescindir de la oración. No podemos vivir sin respirar, y la oración es la respiración del alma, la expresión de nuestro amor a Dios. De este coloquio, de esta relación de comunión y amor, saldremos reconfortados, dispuestos a afrontar con nueva intensidad y confianza la vida de cada día. Reencontraremos también una relación más verdadera con los demás y con las cosas. «… fue a un lugar desierto; allí estuvo orando» Si no cerramos los postigos del alma con el recogimiento, tú, Señor, no puedes permanecer con nosotros, como tu amor a veces desearía. Pero cuando nos hemos desprendido de todo para recogernos en ti, ya no querríamos volver atrás, tan dulce es para el alma la unión contigo y tan pasajero todo el resto. Los que te aman sinceramente, muchas veces te sienten, Señor, en el silencio de su cuarto, en lo profundo de su corazón, y es una sensación que conmueve al alma como si cada vez tocara en lo vivo. Y te agradecen de tenerte tan cerca de ellos, de ser su Todo: el que da sentido al vivir y al morir. Te agradecen, pero a menudo no saben cómo hacerlo, ni decirlo: lo único que saben es que tú los amas y que no hay cosa más dulce, aquí en la Tierra, que pueda siquiera asemejársele. Lo que ellos sienten en el alma, cuando tú apareces, es el Cielo y “si el Cielo es así –dicen–, ¡oh, qué hermoso es!”. Te agradecen, Señor, por la vida entera, por haberlos traído hasta aquí. Y si afuera todavía hay sombras que podrían quitar brillo a su paraíso anticipado, cuando te manifiestas todo se vuelve remoto y lejano: no existe. Tú eres. Así es.   Chiara Lubich

Al Obispo luterano Christian Krause, eminente ecumenista, el premio “Klaus Hemmerle”

Al Obispo luterano Christian Krause, eminente ecumenista, el premio “Klaus Hemmerle”

El premio intitulado a Klaus Hemmerle se le confirió este año al Obispo luterano Christian Krause, el pasado 20 de enero, en la catedral imperial de Aquisgrana. Para Christian Krause tiene un significado muy especial: «Es un premio que primero que nada me toca el corazón sobretodo porque es el recuerdo de una persona maravillosa: Klaus Hemmerle». Es la segunda vez que este premio es otorgado en conmemoración del difunto Obispo de Aquisgrana, un pionero de la vida ecuménica de la Iglesia alemana y al mismo tiempo gran teólogo, que en el ámbito de los Focolares había encontrado su “linfa vital”.  La primera edición del premio fue para el profesor hebreo Ernst-Ludwig Ehrlich, en el 2003; esta segunda vez el beneficiario es un exponente eminente del luteranismo mundial y un ecumenista de verdadera pasión. Krause, amigo de Hemmerle, ha sido constructor de puentes en las más variadas situaciones de su vida. En 1971 fue llamado a dirigir un gran proyecto en favor de los refugiados de la Federación Luterana Mundial en Tanzania.  De 1972 a 1985 le fueron confiadas las relaciones con el extranjero de la Iglesia evangélico-luterana en Alemania.  En tal función, y sucesivamente como Secretario General de la “Jornada Evangélica de la Iglesia” (1985-1994), se dedicó con gran empeño al ecumenismo y a la solidaridad, a nivel mundial.  Una profunda amistad lo une a numerosísimos cristianos en todo el mundo, sobre todo en África, Asia y América Latina.  Fruto de esta confianza ha sido el hecho que, después de su consagración como obispo de la Iglesia regional de Braunschweig, durante la reunión plenaria de la Federación Mundial Luterana en Hong Kong en 1997, fue electo Presidente de la misma.  En este papel firmó en 1999, en Augsburg, la Declaración conjunta sobre la Doctrina de la Justificación, junto con el Cardenal católico Edward I. Cassidy. Hoy el obispo Krause dirige el Centro luterano de Wittenberg, en la ciudad de la cual partió, en 1517, la reforma de Lutero.  La idea que ha dado origen a este Centro es la de ofrecer al siempre creciente “turismo luterano” «un respiro espiritual, ecuménico y mundial».  Para el futuro de la Iglesia, auspicia una nueva relación entre la jerarquía y los movimientos espirituales y carismáticos.  «De allí podría nacer una comprensión de la Iglesia del todo nueva», afirmó Christian Krause. Su modelo de ecumenismo es el compartido con el mismo Klaus Hemmerle: «Debemos aprender, en todos los niveles, a ser amigos y  a tratarnos como tales». (de Joachim Schwind – Revista Città Nuova – n. 1/06)

Compañeros de viaje en los senderos de la reconciliación

 

E. : Crecí en un pequeño pueblo sólo de católicos. Me di cuenta de la división entre las confesiones en el momento de proseguir los estudios para poder dar clases en la escuela. Vivía en Norimberg donde había una universidad evangélica de Pedagogía. Las escuelas entonces estaban rígidamente divididas en católicas y evangélicas. Para no correr el riesgo de no encontrar nunca un trabajo, tuve que buscarme una universidad católica y transferirme a Eichstätt.

P. : Transcurrí mi juventud en Ochsenfurt en el Meno. Nosotros evangélicos vivíamos en la diáspora. No teníamos ningún contacto con la parroquia católica. A finales de los años ’60 frecuenté en Munich un curso de especialización para escuelas diferenciales.

E. : También yo formaba parte del mismo curso y allí nos conocimos y empezamos a frecuentarnos. En un primer momento dejamos de lado la idea de formar una familia.  Entonces nuestras dos Iglesias ponían en guardia contra los así llamados matrimonios “mixtos”.

Por una coincidencia recibí de una amiga una invitación para un viaje a Roma.  Lo leí superficialmente, pensando en un paseo turístico, decidí formar parte.  Me encontré en un encuentro ecuménico del “Centro Uno” del Movimiento de los Focolares, del cual no conocía nada.  Al inicio no estaba para nada entusiasmada, pero después me fascinó la explicación hecha por Chiara Lubich de las palabras de Jesús del Evangelio de Mateo:  “Donde dos o tres se reúnen en Mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt. 18, 20).  No se decía: “Donde dos o más católicos…”, ni tampoco “Donde dos o más evangélicos…”, sino “Donde dos o tres reunidos en Mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.  Al encuentro siguiente invité también a mi amigo.

 

P. : Encontramos el valor para formar juntos una familia.  Me propuse amar a la Iglesia de mi esposa como a la mía.  Naturalmente también yo tenía dificultades para aceptar formas de piedad típicamente católicas, como cuando nuestras hijas formaron parte con orgullo, todas vestidas de blanco, de la procesión del “Corpus Domini”. También yo fui, pero sólo por amor a mi familia.

E. : Para mí era nuevo e insólito que él leyera todos los días una parte de la Biblia, según su tradición evangélica.  Por poco tiempo lo dejé solo, después –al inicio sólo por amor a él- lo acompañé.  Hoy día no podría no hacerlo.  Desde cuando hicimos nuestra la meditación de Chiara Lubich sobre Jesús en medio, concluimos con la promesa común de hacer de todo para que Él esté presente entre nosotros.  A pesar de nuestros errores, límites y debilidades, tratamos de permanecer en el amor recíproco y de recomenzar siempre.

(E. e P. – Alemania)

No sólo ayuda, sino una ola de amistad

No sólo ayuda, sino una ola de amistad

Para el 16 de enero de 2006, los fondos recibidos para la emergencia del Sureste asiático a través de las ONG AMU (Organización No gubernamental de desarrollo, que se inspira en la Espiritualidad de la Unidad), llegaba a alrededor de un millón de Euros.  Han sido destinados en su mayoría a proyectos en Indonesia, en Sri Lanka, en Tailandia y en India.

Los fondos que restan serán asignados a nuevos proyectos que se están evaluando o a los mismos proyectos en curso, sobre la base de su estado de desarrollo y de las necesidades.

El origen de estos fondos, recogidos en todo el mundo, provienen a menudo de lo poco de muchos: de los niños de Kenya, de Colombia, de Rusia y de tantos otros países donde el dar solamente un euro es ya un gran acto de generosidad.

Referimos ahora los apuntes del viaje de Stefano Comazzi, representante de la AMU, a un año de la catástrofe ambiental que ha afectado el Sureste asiático:

Estuve de viaje para visitar las diversas actividades desarrolladas por nuestros voluntarios y colaboradores en la región, y he compartido una parte del recorrido con el grupo de jóvenes europeos del Movimiento de los Focolares, que ya precedentemente habían estado en las poblaciones ayudadas por los proyectos AMU en Indonesia.

Primero habían estado en la isla de Nias, en el Sur de Sumatra, donde han efectuado un campo de trabajo, colaborando con la reconstrucción de una aldea y animando muchas iniciativas para los niños.  Seguidamente fueron a la provincia de Aceh, la más afectada por el maremoto del 26 de diciembre de 2004, en la extremidad septentrional de la Isla de Sumatra.

La llegada a Banda Aceh, y a la aldea cercana de Lampuuk, donde también los jóvenes indonesios del Movimiento han transcurrido muchas semanas conviviendo con la población local, ha sido verdaderamente impresionante.  Después de tantos meses del maremoto han cambiado muchas cosas, pero permanecen algunos signos como recuerdo de la fuerza extraordinaria de la naturaleza y de este evento, como un enorme barco transportado por el mar a diversos kilómetros de la costa y que se destruyó en una urbanización de la ciudad.  Barriadas enteras de Banda Aceh, totalmente desaparecidas, se han convertido en terrenos pantanosos, así como muchas aldeas cercanas, como Lampuuk.

Entre la población enteramente musulmana, nuestros jóvenes colaboradores se han ganado la estima y la amistad que se expresa con tantos pequeños gestos y atenciones; la casa que les han ofrecido gratuitamente durante estos meses, y donde muchos de nosotros nos hemos alojado, es un elocuente ejemplo.  En Lampuuk con los fondos de la AMU se ha dado inicio a la construcción de embarcaciones para los pescadores.

En Medan, la más extensa ciudad de la isla y una de las principales de Indonesia, he podido conocer a muchos de los jóvenes que a lo largo de los meses pasados han colaborado con el proyecto que sostiene la AMU. Se trata de muchachos y muchachas pertenecientes al Movimiento de los Focolares; son cristianos, budistas y musulmanes, y esto es ya un testimonio fuerte.

Además no todos son indonesios, como por ejemplo está J. P. W., estudiante malayo, quien ha suspendido por algunos meses sus estudios universitarios para poderse dedicar a tiempo completo a las actividades del proyecto.  También otros jóvenes se han comprometido a tiempo completo, ya sea en la administración de las actividades logísticas y de organización, como con estadías prolongadas en las provincias de Aceh y Nias.

Pasada la frontera entre la provincia de Medan y la de Aceh, hemos encontrado algunas comunidades de pescadores que viven en la parte meridional de la provincia, son “amigos” de nuestros voluntarios, y a nuestra llegada nos han acogido con calor y con una amistad extraordinaria, incluso con una pancarta de bienvenida de su recién nacida asociación llamada “SILATURRAHMI” (“todos son bienvenidos”).

Los jóvenes indonesios que nos acompañan ya los habían conocido durante los viajes precedentes, habían compartido con ellos los pocos bienes materiales que habían llevado con ellos, pero sobre todo habían escuchado las historias de cada uno, el sufrimiento y la desorientación de los sobrevivientes.  Gracias a las ayudas recogidas, después tuvieron la posibilidad de regresar y organizar, junto con los habitantes de las aldeas, acciones de reconstrucción y resurgimiento.

En Blang Nibong y en Padan Kasab, siempre en la provincia de Aceh, hemos constatado directamente cuántas barcas ya se habían construido y cuántas estaban en construcción.  En Blang Nibong nos esperaban para la entrega oficial de las primeras 10 ya completas y asignadas según los criterios de composición del núcleo familiar (las familias numerosas han recibido una barca, mientras que los grupos más pequeños compartirán la misma barca), y de los daños sufridos.  Los jóvenes que nos han acompañado también han participado en el lanzamiento al agua de una de las embarcaciones ya listas, y todos hemos hecho el paseo inaugural en el cálido mar de Malacca.

Este viaje ha sido realmente constructivo y nos ha confirmado como es importante trabajar “con” las personas, desde la base, dando prioridad a la escucha y a un compartir que se vuelve reciprocidad.

(de la Revista AMU NOTICIAS n. 4/2005)

Navidad 2005 – Nuevo Año 2006

Navidad 2005 – Nuevo Año 2006

Es Navidad.

Las vidrieras de los negocios están engalanadas festivamente: globos dorados, pequeños árboles de navidad, ofertas de regalos preciosos. A la noche las calles brillan de estrellas fugaces o de cometas; los árboles de las veredas con sus ramas cargadas de luces rojas, azules o blancas dan vida a paisajes surrealistas…

Hay clima de espera. Todos se sienten involucrados…
Navidad no es solamente un recuerdo tradicional: el nacimiento de ese niño, 2005 años atrás… ¡Navidad vive! Y no solo en las iglesias, con los pesebres, sino entre la gente, por el clima de alegría, de amistad, de bondad, que cada año genera.

Y sin embargo todavía hoy el mundo está convulsionado por problemas enormes: la pobreza hasta el hambre, el terremoto en Pakistán, decenas de guerras, el terrorismo, el odio entre etnias, pero también entre grupos y entre personas…

Hace falta el Amor. Es necesario que Jesús regrese con potencia.
El Niño Jesús siempre es el inmenso regalo del Padre a la humanidad, aunque no todos lo reconozcan.

Nosotros debemos ofrecer nuestro agradecimiento al Padre también en nombre de ellos. Debemos festejar Navidad y renovar nuestra fe en el pequeño niño-Dios que vino a salvarnos, a crear una nueva familia de hermanos unidos por el amor, extendida por toda la tierra.

Miremos a nuestro alrededor… Que este amor se dirija a todos, pero en particular a quien sufre, a los más necesitados, a los que están solos, que son pobres, pequeños y enfermos… Que la comunión de afectos y bienes con ellos haga resplandecer una familia de verdaderos hermanos que festejan juntos Navidad, y que va más allá de esto…

¿Quién podrá resistir a la potencia del amor?
A la luz de Navidad ofrezcamos gestos, provoquemos acciones concretas. Parecerán pequeños remedios al mal, pero aplicados en amplia escala pueden ser luz y solución a los graves problemas del mundo.

¡Feliz Navidad para todos!

Chiara Lubich

Mensaje de Su Santidad Benedicto XVI

 Queridos jóvenes amigos: Deseo enviar mi cordial saludo a todos ustedes, reunidos en Nieuwegein para la primera Jornada Nacional de los jóvenes católicos de Holanda. Saludo al Card. Adriano Simonis, Arzobispo de Utrecht y Presidente de la Conferencia Episcopal, y a todos los Obispos holandeses, expresando un vivo aprecio por la realización de esta feliz iniciativa. Además deseo agradecer el Werkgroep Katholieke Jongeren por el compromiso mantenido en estos años, y a los sacerdotes y laicos que los han sostenido en su reflexión. A través de este mensaje, queridos jóvenes, deseo hacerme presente espiritualmente en medio de ustedes y asegurarles que los acompaño en la oración. Sé que tantos de ustedes han formado parte del encuentro mundial de Colonia y para mí es motivo de gran alegría el hecho de que ahora quieran proseguir la experiencia iniciada con la Jornada Mundial de la Juventud, involucrando a sus coetáneos que no tuvieron la gracia de participar. Tener la reunión de hoy por invitación de sus obispos es un bellísimo signo para la sociedad holandesa: indica que ustedes no tienen miedo de ser cristianos y quieren dar testimonio abiertamente. En efecto, la razón más profunda del encontrarse es encontrar al Señor Jesucristo. Así ha sido para quien participó en la reciente Jornada Mundial de la Juventud, que tenía como lema: “Hemos venido a adorarle” (Mt 2,2). Siguiendo las huellas de los Magos, animados por el anhelo de buscar la verdad, jóvenes de todos los rincones del mundo se dieron cita en Colonia para buscar y adorar al Dios hecho Hombre, y después, transformados por el encuentro con Él e iluminados por su presencia, han regresado a sus países, como los Magos, “por otro camino” (cfr Mt 2,12). De igual modo también ustedes han vuelto a Holanda deseosos de comunicar a todos la riqueza de la experiencia vivida, y hoy quieren compartirla con sus coetáneos. Queridos amigos, Jesús es su verdadero amigo y Señor, ¡entren en relación de verdadera amistad con Él! Él los espera y sólo en Él encontrarán la felicidad. ¡Cuán fácil es contentarse con placeres superficiales que la existencia cotidiana nos ofrece, cuán fácil es vivir sólo para sí mismos, gozando aparentemente la vida! Pero antes o después nos damos cuenta de que no se trata de la felicidad verdadera, porque ésta está mucho más profundo: la encontramos solamente en Jesús. Como he dicho en Colonia, “la felicidad que buscan, la felicidad que tienen el derecho de experimentar tiene un nombre, un rostro: el de Jesús de Nazareth” (18 de agosto de 2005, Discurso tomado del archivo del Poller Rheinwiesen). Por esto los invito a buscar todos los días al Señor, que no desea otra cosa sino que sean realmente felices. Establezcan con Él una relación intensa y constante en la oración y, por cuanto les sea posible, encuentren momentos propicios en su jornada para estar exclusivamente en Su compañía. Si no saben cómo rezar, pídanle que sea Él mismo quien se los enseñe y pidan a su celeste madre que rece con ustedes y por ustedes. El rezo del Rosario puede ayudarlos a aprender el arte de la oración con la simplicidad y profundidad de María. Es importante que en el corazón de sus vidas esté la participación en la Eucaristía, en la que Jesús se da a sí mismo por nosotros. Él, que murió por los pecados de todos, desea entrar en comunión con cada uno de ustedes, toca a la puerta de sus corazones para donarles su gracia. Vayan al encuentro de Él en la Santa Eucaristía, vayan a adorarlo en las Iglesias y permanezcan arrodillados ante el Tabernáculo: Jesús les colmará con su amor y les manifestará los pensamientos de su Corazón. Si se ponen a la escucha, experimentarán en modo cada vez más profundo la alegría de formar parte de su Cuerpo Místico, la Iglesia, que es la familia de sus discípulos reunidos estrechamente por el vínculo de la unidad y del amor. Aprendan además, como dice el Apóstol Pablo, a dejarse reconciliar con Dios (cfr. 2 Cor 5,20). Especialmente en el sacramento de la Reconciliación Jesús los espera para perdonar sus pecados y reconciliarlos con su amor mediante el ministerio del sacerdote. Confesando con humildad y verdad los pecados recibirán el perdón de Dios mismo a través de las palabras de su ministro. ¡Qué gran oportunidad nos ha dado el Señor con este Sacramento para renovarnos interiormente y progresar en nuestra vida cristiana! ¡Les recomiendo hacer constantemente un buen uso! Queridos amigos, como les decía arriba, si siguen a Jesús nunca estarán solos porque forman parte de la Iglesia, que es una gran familia donde pueden crecer en la amistad verdadera con tantos hermanos y hermanas en la fe, diseminados en todas partes del mundo. Jesús tiene necesidad de ustedes para “renovar” la sociedad de hoy. Preocúpense de crecer en el conocimiento de la fe para ser testigos auténticos. Dedíquense a comprender mejor la Doctrina católica: si bien, mirándola con los ojos del mundo, puede parecer un mensaje no fácil de aceptar, en ella está la respuesta que sacia sus interrogantes más profundos. Tengan confianza en los pastores que los guían, Obispos y sacerdotes; injértense activamente en las parroquias, en los Movimientos, Asociaciones y Comunidades Eclesiales, para experimentar juntos la alegría de ser seguidores de Cristo, el cual anuncia y dona la verdad y el amor. Y precisamente empujados por su verdad, podrán construir un futuro mejor para todos. Queridos amigos, les estoy cerca con la oración con el fin de que acojan generosamente el llamado del Señor, que les prospecta grandes ideales en grado de hacer bella y llena de alegría sus vida. Estén seguros: sólo respondiendo positivamente a su llamado, por exigente que les parezca, es posible encontrar la felicidad y la paz en el corazón. Les acompañe en este itinerario de compromiso cristiano la Virgen María y les sea de ayuda en todo buen propósito que hagan. Con tales sentimientos, imparto de corazón una especial Bendición Apostólica a todos ustedes reunidos en Nieuwegein, como también a aquellos que con amor y sabiduría los acompañan en su camino de crecimiento humano y espiritual. Del Vaticano, 21 de Noviembre de 2005

BENEDICTUS PP. XVI

Sed de verdad

Sed de verdad

  Una Iglesia vital, alegre, auténtica, en camino hacia y con la sociedad, es la que atrajo a 2.300 jóvenes holandeses, un domingo de fines de noviembre, a Utrecht, a la primera cita nacional, convocada para dar continuidad a la experiencia iniciada en la Jornada Mundial de la Juventud de Colonia, en agosto pasado. Una participación que no se verificaba desde hacía décadas. El evento ha sido el fruto de la colaboración, en un clima de profunda comunión, entre Diócesis y Movimientos, entre los cuales la Renovación Carismática, el Comité de Jóvenes Católicos, Emmanuel y los Focolares. Una comunión entre carismas vivida ya en la preparación de la JMJ. “La felicidad que buscan, la felicidad que tienen el derecho de experimentar, tiene un nombre, un rostro: el de Jesús de Nazareth”. Ha sido éste el pasaje central del mensaje autógrafo del Papa, profundo y lleno de calor, acogido con un largo aplauso. Benedicto XVI animó a los jóvenes a profundizar su relación con Jesús, acudiendo a los sacramentos, para después asumir sus propias responsabilidades en la vida personal y de la sociedad. El encuentro prosiguió con trabajo y una profundización en grupo sobre catequesis y aplicación social. Se pasó así de la fe, la ética y la ciencia, al cómo vivir el cristianismo en la política, en la enseñanza, en la economía; del ecumenismo al diálogo interreligioso. Ha sido un constatar el deseo que existe en estos jóvenes de profundizar en su fe, y cuán sedientos están de verdad. «La neblina que por décadas ha cubierto la juventud en la Iglesia Católica en Holanda desapareció». Fue lo que dijo en su homilía el obispo Mgr. de Jong, auxiliar de Roermond, responsable de la pastoral juvenil, en la Misa concelebrada con el Card. Simonis, quien concluyó la Jornada. Estas palabras expresaban una certeza compartida por todos: en una sociedad cada vez más secularizada, ha nacido en el seno de la Iglesia algo nuevo que es irreversible. Lo que está sucediendo en Holanda es un fenómeno que se está verificando también en otros países europeos. Como observaba Lorenzo Fazzini, en Avvenire el 8 de diciembre, “existe un clima de espiritualidad” que es el reflejo de esta renovada interioridad, de la apertura al otro, que se traduce en muchísimos casos en compromiso social y en la elección de servir a los más pobres.    

“Relaciones en el derecho: ¿qué espacio hay para la fraternidad?”

“Relaciones en el derecho: ¿qué espacio hay para la fraternidad?”

 “El principio de fraternidad desde el punto de vista de un juez puede ser vivido desde dos perfiles: entra fuertemente en la interpretación de la norma y sobre la vertiente de los comportamientos concretos”. “Cada día nos encontramos en relación con la realidad palpitante del hombre. Ante nosotros no existen fascículos, papeles, sino realidades personales, familiares dramáticas”. Lo ha constatado, la mañana conclusiva (domingo 20.11), el Presidente de la Asociación Nacional de Magistrados, el Dr. Ciro Riviezzo, en el saludo, leyendo a la luz de la fraternidad la labor del juez. “Los pasos hacia adelante se hacen juntos y no aisladamente”. Es ésta la constatación emergida en las conclusiones presentadas por los miembros de la Comisión Central de “Comunión y Derecho”, presidida por el magistrado Gianni Caso, ex-juez de la Corte Suprema de Casación, a la conclusión del 1° Congreso Internacional “Relaciones en el Derecho: ¿qué espacio tiene la fraternidad?” promovido por “Comunión y Derecho”, del 18 al 20 de noviembre de 2005, en Castelgandolfo (Roma), che ha visto un rico intercambio de reflexiones y experiencias en los varios ámbitos del Derecho. Fraternidad y Derecho. Una propuesta que tiene raíces antiguas. Encontramos trazas en el Derecho Romano, un desarrollo en la era medieval con el Instituto de “fraternización”, hasta llegar al conocido trinomio de libertad, igualdad, fraternidad de la Revolución Francesa, como subraya en su intervención en la apertura el Prof. Fausto Goria, de la Universidad de Turín. Pero, ¿qué fraternidad? Chiara Lubich, fundadora y presidente de los Focolares, abre un vasto horizonte en su mensaje leído en la apertura del Congreso: “La fraternidad está inscrita en el DNA de cada hombre, éste constituye su vocación última. Corresponde al designio de Dios de realización plena del hombre y de la humanidad” y se puede actuar, haciendo penetrar también en el mundo jurídico el mandamiento evangélico del amor recíproco.

Desde esta perspectiva se afrontaron los varios ámbitos del mundo del Derecho y de la Justicia.

Derecho internacional: emergió que el principio de fraternidad puede inspirar modelos concretos de intervención y métodos de análisis en el proceso actual de creciente interdependencia entre los pueblos. Derecho administrativo: en la relación entre la administración pública y los ciudadanos, este principio puede constituirse en “un acelerador” para actuar la participación democrática, como puso de relieve el abogado Nino Gentile. Elocuente en este sentido la transformación del degradado barrio de Gela (Sicilia) y la resolución de un grave conflicto entre los campesinos y empresas mineras de Perú. Derecho Privado: se afrontó el Derecho de Familia, con la presentación de nuevas figuras como la del mediador familiar, para el apoyo a las familias y la resolución de controversias y el Derecho Empresarial donde se demostró que la fraternidad puede templar la lógica de la ganancia y llevar al nacimiento de empresas administradas según los principios de la Economía de Comunión. En el Derecho Penal, la Prof. Adriana Cosseddu, de la Universidad de Sassari (Cerdeña), puso en evidencia el hecho de que el delito hoy día es considerado esencialmente como una violación a la ley, más que como una ofensa a la víctima y como una herida al tejido de las relaciones sociales. Pero –afirmó- no nos podemos limitar a la “justicia retributiva”, sino que es necesaria una “justicia restaurativa” de las relaciones. Es un nuevo estilo en la acción jurídica que hace ir “más allá” de lo “formalmente correcto” sin ningún forzamiento procesal: de este modo situaciones que parecían sin salida encuentran caminos inesperados de recuperación. Es una red de relaciones, unidas por la fraternidad, la que se ha entretejido en estos días de encuentro. Continuará en actividad, también a distancia, mediante el intercambio de experiencias, reflexiones, elaboraciones culturales para trabajar en una justicia que responda cada vez más a las necesidades de la humanidad.

La fraternidad para humanizar la justicia. Nuevas perspectivas también a nivel cultural

La fraternidad para humanizar la justicia. Nuevas perspectivas también a nivel cultural

La fraternidad puede convertirse en nueva linfa para revitalizar las relaciones y humanizar la justicia, y abre nuevas perspectivas también a nivel cultural. Es éste el dato más significativo emergido de las 3 intensas jornadas de confrontación entre los casi 700 trabajadores del campo: magistrados, docentes universitarios, abogados y estudiantes, venidos a Castelgandolfo de más de 35 países de 4 continentes, para interrogarse sobre el tema: “Relaciones en el Derecho. ¿Qué espacio tiene la fraternidad?” una iniciativa del grupo internacional “Comunión y Derecho” de los Focolares.

El impacto de la fraternidad en los distintos ámbitos del Derecho se hace evidente sobre todo en las muchas experiencias vividas en los frentes y en los países más diversos: en Perú, en la resolución de graves conflictos entre los campesinos y algunas compañías mineras que pretendían explotar las tierras habitadas por ellos desde siempre; así como en Europa, con magistrados y abogados comprometidos en primera línea en salvaguardar los valores de la fraternidad en el Derecho de Familia; en Suramérica, en el campo del Derecho de Menores, o, en Estados Unidos y Austria, siguiendo nuevos caminos para la reintegración de los ex-presidiarios a la comunidad; y todavía en el trabajo para transformar el Derecho Internacional en Derecho de los pueblos y no sólo de los Estados. De este modo, de la vida puede surgir una elaboración cultural.

El congreso se abrió con un mensaje de Chiara Lubich, fundadora de los Focolares. “¿En sus palabras se encuentra, una clave que puede iluminar la tarea de quienes trabajan en el campo del Derecho, precisamente en dirección hacia la fraternidad”? Responde, en una entrevista para Radio Vaticana, el Prof. Fausto Goria, docente de Derecho Romano de la Universidad de Turín:

Ciertamente Chiara ha dicho una cosa importantísima: que en el plan de Dios -así como ella, que es una persona carismática, lo ve- la relación entre las personas debe ser un don recíproco, y es en esta relación de donación recíproca que cada uno se realiza como persona. Y esto vale también para los grupos, para los Estados. El hecho de traducir en experiencia y después en norma jurídica este principio, creo que requiera cierto número de años – pero podrá aportar una interesante y útil perspectiva de desarrollo.

“ZENIT”, el nuevo CD del Gen Rosso

“ZENIT”, el nuevo CD del Gen Rosso

El Gen Rosso festeja sus 40 años de actividad con una nueva producción discográfica. Diez piezas elegidas entre las canciones más importantes y apreciadas de las más de 300 de su repertorio, revitalizadas mediante nuevos arreglos, y con una pieza inédita. “Zenit” es fruto de una preciosa colaboración con numerosos músicos, pero sobre todo cuenta con la presencia de algunos conocidos cantantes italianos que cantan ‘a dúo’ con los solistas del Gen Rosso: Francesco Guccini, Antonella Ruggiero, Rosalia Misseri, Francesco Silvestre (Modà), Cheryl Porter, Kate Kelly, han dado voz a un álbum que conjuga mensajes y contenidos con una refinada sensibilidad musical, compartiendo la gran riqueza de valores de los que el Gen Rosso ha sido siempre portador. “Zenit” fue presentado a la prensa el jueves 17 de noviembre de 2005, en Campidolgio, en la Sala del Carroccio, de Roma, con la presencia de los artistas que han colaborado para su realización. El nuevo CD es distribuido por “Multimedia San Paolo”. Parte de la ganancia de la venta contribuirá a financiar un nuevo Centro Multicultural e Interreligioso a favor del diálogo entre los pueblos en Jerusalén. Multiétnico de nacimiento, ecuménico por vocación, altavoz musical del amor, la paz y la fraternidad: es esto el Gen Rosso, que en 40 años de actividad y de entusiasmo se ha afirmado como una de las expresiones más maduras de la música inspirada en los valores de la cultura cristiana. Un proyecto multiforme desde siempre: músicos, cantantes, bailarines y técnicos, constantemente en movimiento, que unen el propio bagaje profesional y humano para dar vida a una experiencia musical única y contagiosa. 2.000 conciertos, 170 giras en 43 naciones, 54 álbumes y 300 canciones publicadas.

Una aventura iluminada por el Infinito

Una aventura iluminada por el Infinito

El Gen Verde, conjunto internacional de teatro-música-danza, se presenta en el 2005 con un espectáculo inédito. Una pregunta atraviesa el espectáculo: �es posible fundir horizontes humanos y divinos? �Conciliar la tierra y el cielo? Título: “La cubierta del mundo”. La cubierta es el símbolo de los ideales que pueden envolver y unir hombres y mujeres en una dimensión fraterna.

«El espectáculo multimedia procede a través de rápidos flash con un ritmo vivaz. Recurre a los símbolos (la cometa y las estrellas, las gotas de fuego y el espejo) para evocar figuras y momentos que han llevado a la rápida expansión del ideal de fraternidad, a la multiplicación de los grupos, al compromiso concreto en diversos ámbitos, al diálogo interreligioso y con los no creyentes, sobre un posible terreno de encuentro en la ética y la solidaridad». (de El Diario de Brescia)

Tema unificador: el amor evangélico que, como el esplendor de las estrellas, sabe llenar de luz aquello que está envuelto por las tinieblas de la indiferencia, del odio, de la violencia… y transforma en “gotas de fuego” a quienes se dejan contagiar por él. El espectáculo musical cuenta la rápida expansión del ideal de fraternidad que se ha convertido en un movimiento: los Focolares. El musical lleva a la escena otras páginas de esta historia, después de las Primeras páginas, traducidas en 11 idiomas y llevadas no sólo a Europa, sino también a Brasil, Corea y Japón.

El 11 de noviembre próximo, el Gen Verde es esperado con su nuevo espectáculo en el Gimnasio de Genzano, en las colinas romanas, después de la larga gira milanesa y en otras ciudades de la Región Lombarda, que ha seguido a los espectáculos en Campania, Puglia y Abruzzo. Las próximas etapas serán Ancona, Cesena, Imola, San Benedetto del Tronto, Cavezzo, Parma.

Impresiones flash después de los espectáculos en Milán

«Son noches como ésta las que me hacen decir que hay que afrontar las dificultades: �No, no puedo rendirme! Este sueño existe, existe realmente, es un sueño posible »

«Un espectáculo denso que, si se toma en serio, implica un cambio de vida. Volviendo a casa me dije: ‘Caí en otro mundo’. Tengo una colega muy desagradable y quizás debería ser yo la primera en tratarla con amor. No sé si tendré el valor. Pero al menos quiero intentarlo, tengo curiosidad de saber su funciona y qué sucede».

La fuerza del Evangelio en los campos de refugiados

En octubre, como conclusión de la Semana Mundo Unido 2005, se realizó una conferencia telefónica que conectó a jóvenes de todas las latitudes. Dos amigos han contado su experiencia desde Tanzania. Después de haber escapado de Burundi cuando estalló la guerra, se refugiaron en un campo de la región de Kigoma, donde han dado testimonio de la fuerza de la unidad y de la coherencia cristiana, que hace fuertes y mansos, llevando junto a otros, también al campo, un rayo de esperanza. Ahora ambos han iniciado a estudiar en la Facultad de Periodismo. Pudieron salir del campo de refugiados gracias a las becas recibidas a través del Proyecto África. «Cuando comenzó la guerra en Burundi en 1993, -cuenta R.- yo estaba en casa con mi familia, era un muchacho y trataba de vivir el Evangelio. Era allí, -en el Evangelio (n.d.t.)-, donde a pesar del clima de odio y violencia, encontraba la fuerza de seguir amando a todos, también a los enemigos, y la certeza de que el bien siempre vence al mal. Un día, con mi familia, ayudamos a algunos niños de otra etnia. Habríamos debido considerarlos enemigos… en cambio conseguimos salvarlos arriesgando nuestra propia vida. En 1996 la situación empeoró, y en mi escuela había mucha violencia y fui torturado. Pero también en aquella dolorosa situación le pedí a Dios que me diera la fuerza de perdonar y de ayudar a esos hermanos míos a cambiar de vida. Como mi vida corría peligro, me vi obligado a huir a los campos de refugiados de Tanzania en la región de Kigoma. Allí he vivido durante 9 años». «Nuestra vida en los campos –continúa K.- no ha sido fácil: hemos tenido que afrontar grandes dificultades: falta de techo, de comida, de ropa… pero en todo esto nos ha ayudado la elección de vivir coherentemente el cristianismo, una elección que nos ha llevado a hacer de cada dificultad un trampolín y a transformarla en amor. En nuestro campo éramos 42 Jóvenes por un Mundo Unido muy comprometidos: este año pudimos construir nosotros mismos dos cabañas con barro y hierba para dos ancianos refugiados que no tenían dónde estar. También hemos ido a dos escuelas superiores del campo para compartir con los demás jóvenes nuestras experiencias del Evangelio vivido. Con la ayuda concreta de tantos jóvenes del mundo, a través del Proyecto África, hemos podido poner en marcha varios pequeños comercios, como la venta de mandioca, de harina de maíz y de aceite de palma. Hace algunas semanas, hemos recibido un regalo inesperado, siempre gracias a estas ayudas: nos ha sido posible salir del campo de refugiados y transferirnos a Tanzania con dos becas, con las cuales ahora podemos empezar a frecuentar la Facultad de Periodismo». (R. e K. – Tanzania)

La vida pública es una situación que me interpela

Hace algún tiempo, una joven de los Estados Unidos, P. C., de 18 años, fue condenada a muerte. Nunca he aceptado la pena capital y leyendo su historia sentía todavía más cuan inadecuada era. ?Qué hacer? ?Ni siquiera logro hacer que los fiscales me quiten una multa! ?Qué puedo hacer contra un tribunal, y además extranjero? Muchas personas no consideran justa la pena de muerte pero, pasado el boom periodístico, nadie habla más al respecto. No quería esperar pasivamente. Empiezo entonces a recoger firmas en mi clase, después en toda la escuela y con ellas voy al periódico local que decide hacer un breve artículo. Después de esto, se adhieren algunos políticos locales y el obispo. Es una cosa que el periódico no se espera y de este modo obtengo el espacio para otro artículo breve; llegan otras firmas. Pasan un par de meses y al periódico la cosa ya no le interesa, pero el trabajo es mucho: fotocopio cada hoja de firmas que recibo y lo mando a 5 lugares diferentes, entre embajadas, la ONU, jueces, etc. y esto me cuesta también económicamente. Se abre paso en mí un poco de desánimo, pero quiero hacer mi parte hasta el fondo y así, inesperadamente, llega una invitación de una red televisiva nacional en uno de los programas de mayor audiencia. Después de la primera aparición en TV nace un grupito de jóvenes que me ayudan y me llega también una ayuda económica de una desconocida de Génova. Llegan también firmas de personajes famosos a nivel nacional y me invitan nuevamente a esa transmisión TV. El grupo es invitado incluso a una conferencia organizada en mi ciudad por el periódico que nos había dejado de lado. Al final superamos las 45.000 adhesiones. No será sólo por lo que hemos hecho nosotros, pero la joven recibe la gracia y recibimos de ella una bellísima carta de agradecimiento y afecto. T.P. – Italia)

EL MUNDO UNIDO ES POSIBLE

EL MUNDO UNIDO ES POSIBLE

También este año la SMU se desarrolla, contemporáneamente, en las principales ciudades de los cinco continentes, desde las tierras afectadas por el Tsunami, hasta los Estados Unidos, pasando por África, Medio Oriente y otros puntos “calientes” de nuestro planeta, desde Moscú a la Tierra del Fuego.

El lema: “Demos una mano a nuestra ciudad”, subraya el compromiso de los “Jóvenes por un mundo unido”, que son sus promotores, con su propia ciudad, pueblo o aldea; mirando primero que nada a quienes tienen más necesidad, interpelando con ello a las instituciones y realidades locales, con el fin de llevar cada vez más personas a �creer que ‘El mundo unido es posible’! Los jóvenes recogen el testigo de los adolescentes que acaban de terminar, en 300 ciudades del mundo, su iniciativa de la Run4unity.

La Semana Mundo Unido se concluirá, el 15 y el 16 de octubre, con dos “conferencias telefónicas planetarias” en las que los jóvenes, conectados en alrededor de 100 localidades en todo el mundo, escucharán un mensaje de Chiara Lubich y se intercambiarán impresiones y experiencias.

Cómo nació la idea, hace 10 años: fue durante la conclusión del Genfest 1995, en Roma, se lanzó “Una propuesta dirigida a todos nosotros, jóvenes del mundo entero, a las instituciones nacionales e internacionales, públicas y privadas, a todos. Era una cita: la Semana Mundo Unido. �Con qué fin? Poner en evidencia y valorizar las iniciativas que promueven la unidad… a todos los niveles”. A diez años de distancia de ese histórico momento, el balance es extremadamente positivo. Todas las ediciones de la manifestación han contado con una amplia participación en todos los puntos de la tierra.

Noticias de la Semana Mundo Unido en el mundo

Noticias de la Semana Mundo Unido en el mundo

 Indonesia: En Medan, “Meeting Point” en la universidad durante toda la semana, para encontrarse, conocerse y trabajar a favor de las víctimas del Tsunami y del terremoto de Nias. Maratón e iniciativas ecológicas para limpiar la ciudad (3 millones de habitantes). Singapur: Iniciativas para el diálogo y la comprensión con los jóvenes de otras religiones, sobre la base de la “regla de oro”, invitando a todos a comprometerse “en pro de una sociedad más unida en Singapur”, recolección de firmas para presentar al gobierno. India: En Mumbai, iniciativas para una casa de huérfanos; en Nueva Delhi: cine forum, y visitas a los pobres de las casas de Madre Teresa; en Goa, vigilia de oración por la paz. USA: en Nueva York, en Fordham, la Universidad Jesuita de Manhattan, come parte de la SMU, presentación del programa, «Diálogo Interreligioso: Un camino hacia la paz”. Argentina: En Rosario, representación teatral para el Proyecto África, junto a una universidad de la ciudad. Bolivia: “Queremos dar prioridad a una ciudad entre las menos favorecidas, El Alto. Hace dos años estalló una revolución social que ha tenido como consecuencia la renuncia del Presidente de la Nación. Esta ciudad (a más de 4000 m. de altura está habitada en mayor parte por descendientes de los aymara) para nosotros es el símbolo de nuestro compromiso de construir la unidad entre los bolivianos. Con otros amigos adultos del Movimiento durante más de un año hemos hecho mensualmente noches de reflexión sobre temas de actualidad nacional, tratando de iluminar con el Evangelio nuestro compromiso social. A estas iniciativas les hemos dado el nombre de ‘De El Alto al Alto’ ”. Esto escriben los Jóvenes por un Mundo Unido de Cochabamba, que están programando, junto con los amigos aymara, durante toda la semana iniciativas… �por lo Alto! Brasil: En São Paulo, se han impreso 123 mil agenditas, es decir calendarios de la SMU que recordarán a tantos su mensaje y cómo ponerlo en práctica. Tanzania: En Iringa, actividad ecológica y encuentro en el orfanato, todo precedido por un encuentro con las autoridades municipales para ponerlas al corriente de los Jóvenes por un Mundo Unido. Líbano: Desde hace meses los Jóvenes por un Mundo Unido están trabajando distribuidos en varios equipos, comprometidos en involucrar también a la vida pública y dar su aporte para responder a los problemas y tensiones que afligen hoy al país. Una de las estrategias es el diálogo interreligioso. En programa: una actividad social con familias musulmanas de Nabaa; actividad artístico-cultural: pintura y música; momento de diálogo sobre una política nueva en la Facultad de Medicina de Beirut; jornada ecológica. Italia: En Loppiano (Florencia), Forum sobre el tema “Emergencia terrorismo: �la fraternidad es una respuesta?” y un partido de fútbol con los amigos de la comunidad árabe de Figline Valdarno. En Lazio: una competencia de cocina, una noche de cine forum sobre el tema de la inmigración, el servicio a un comedor de indigentes, un encuentro/animación con niños del hospital de Genzano y una jornada conclusiva en Nettuno con un abanico de “talleres por la unidad”.

PROGRAMA RADIO CRONICA

Conectándose vía internet a través del portal www.run4unity.net cliccando sobre el link “R4U RADIO” se podrá seguir la radio crónica que saldrá al aire en siete momentos de la jornada desde los estudios del Centro Santa Chiara audio, sostenida por una redacción de Muchachos por la Unidad.

A lo largo de la radio crónica habrá conexiones telefónicas con algunos lugares significativos del mundo. Las transmisiones quedarán disponibles durante la jornada para ser escuchadas de nuevo.

El portal estará siempre interactivo: a lo largo de las 24 horas llegarán fotos y noticias de las distintas oficinas establecidas en el mundo, según los husos horarios, che quedarán a disposición para dar informaciones en tiempo real sobre lo que está aconteciendo.

Sábado, 8 de octubre
22.45- 23.00 horas:
Saludos y presentación Muchachos por la Unidad. Qué es la Run4unity.
Mapa de los relevos en el mundo, con mensajes de los muchachos . Countdown (cuenta atrás).

Domingo, 9 de octubre
7.45 – 8.00 horas:
Saludos. Breve presentación Muchachos por la Unidad y qué es la Run4unity
Conexión y noticias: Oceanía y Asia Este. Conexiones con: Noumea (Nueva Caledonia); Medan (Indonesia – Tsunami); Chiang Mai (Tailandia) con muchachos budistas y jefes religiosos.

10.30 – 10.50 horas: Saludo para quien sintoniza. Relevo y noticias: Asia, Medio Oriente y Europa. Conexiones con: Coimbatore (India) con muchachos hindúes de Shanti Ashram y entrevista a Vinu Aram. Jerusalén: muchachos hebreos, cristianos y musulmanes en los lugares sagrados de las tres religiones. Noruega en canoa sobre los Fiordos. Hungría-Eslovaquia.

12.00 – 12.30 horas: Relevo y noticias: Italia, Europa y África. Conexión con Fontem y entrevista al Fon. Mensaje de Chiara a los muchachos del mundo. Conexión con la Plaza S. Pedro: saludo del Papa en el Ángelus. Lectura del “Mensaje de los muchachos”.

17.15 – 17.30 horas: Relevo y noticias América del Sur. Conexiones con: República Checa, desde el Parlamento, comentarios de personalidades. Sao Paulo (Brasil). Buenos Aires (Argentina) con muchachos hebreos y cristianos.

21.00 – 21.30 horas: Síntesis de los relevos en el mundo y noticias: Norte y Centro América.
Conexiones con: México y New York, donde se espera la entrega del mensaje a la ONU.

23.00 – 23.10 horas: Conclusión de los relevos y últimas noticias en el mundo.
Invitación para ir adelante con las próximas iniciativas de los Muchachos por la Unidad.

“Hagamos revivir nuestras ciudades”

“Hagamos revivir nuestras ciudades”

“Hagamos revivir nuestras ciudades” será el lema del relevo mundial Run4unity: muchachos de idiomas, culturas y religiones diversas se han dado cita de las 11 a las 12 m., del domingo 9 de octubre, en los lugares más significativos de sus países para pedir que se realice lo más pronto posible la fraternidad universal. Una jornada deportiva, para testimoniar juntos el compromiso de construir un mundo unido partiendo de las varias ciudades y viviendo la Regla de oro “Haz a los demás lo que quisieras que te hicieran a ti”, presente en el Evangelio y en los libros sagrados de las principales religiones del mundo. A pie, corriendo, con patines, en bicicleta, en todo el mundo, llegarán a lugares donde las tensiones están todavía en acto y a lugares símbolo de la paz. Pasarán al lado de sedes institucionales locales y mundiales. En Roma el relevo se concluirá en la Plaza San Pedro, con un esperado saludo del Papa durante el Angelus. Una comunión de bienes involucrará a países del norte y del sur del mundo: participando en las actividades deportivas los muchachos podrán donar objetos que serán distribuidos en las ciudades donde se realiza el relevo, a sus coetáneos más pobres o para sostener becas para los muchachos de países en guerra o con dificultades económicas.

En tiempo real: de las 11 p.m. (hora italiana) del sábado 8 de octubre, a las 11 p.m. (hora italiana) del domingo 9 de octubre, noticias radiofónicas del momento y conexiones telefónicas con: Noumea (Nueva Caledonia), Coimbatore (India); Jerusalén (Israel); Fontem (Camerún), Buenos Aires (Argentina); San Pablo (Brasil); Nueva York (Usa).

Del 10 al 16 de octubre, los adolescentes pasarán el relevo a los jóvenes del Movimiento de los Focolares, para la Semana Mundo Unido (www.mondounito.net), cita mundial, con debates, manifestaciones, noches culturales y acciones por la paz y la unidad a todo nivel, para sensibilizar a la opinión pública y las instituciones al ideal del mundo unido, y realizar fragmentos de fraternidad. Oficina de prensa tel. 06.9499779 – e-mail: info@run4unity.net

Obispos de varias Iglesias en Rumania, acogidos por el Patriarca Ortodoxo Teoctist I

Obispos de varias Iglesias en Rumania, acogidos por el Patriarca Ortodoxo Teoctist I

 Acogiendo la invitación del Patriarca ortodoxo de Rumania, Teoctist I, y de su Sínodo, el anual Congreso internacional de los obispos de varias Iglesias, amigos del Movimiento de los Focolares, esta vez ha sido hospedado en Bucarest, en un país considerado, por varios motivos, puente entre Oriente y Occidente. El mismo Patriarca ha abierto el Congreso la mañana del 21 de septiembre.

Los obispos presentes en Bucarest provienen de 19 países. La Iglesia Ortodoxa está representada por obispos del Patriarcado ecuménico de Constantinopla, por los Patriarcas de Antioquia y Rumania, de la Iglesia ortodoxa de Serbia, República Checa y Eslovaquia. Los exponentes de la Iglesia siro-ortodoxa provienen de Siria, India y Holanda. Están representadas además la Comunión anglicana (Inglaterra e Italia), las Iglesias evangélico-luteranas de Alemania, Suecia, Noruega, Gran Bretaña, Rumania y Estados Unidos, la Iglesia metodista (Brasil). Además de 10 obispos católicos de varios países.

“La presencia del Resucitado en medio de su pueblo: centro de la vida eclesial y fulcro de nuestro testimonio común”, es el centro de las reflexiones del Congreso, como reza el título. Es este misterio de Jesús, que se hace presente, como ha prometido, entre “dos o tres reunidos en su nombre”, que los obispos desean profundizar como camino para la comunicación de la fe en el tiempo presente y para una comunión cada vez más plena de la Iglesia de Cristo. Se intercalaron temas de profundización teológicos y espirituales, y no faltó el diálogo y el intercambio de experiencias que demuestra la acción del Resucitado en la vida cotidiana en los diversos ambientes.

Sobre esta ‘presencia’, Chiara Lubich ha dado un importante aporte con una conversación videogabrada, precisamente porque esta presencia de Jesús en la comunidad es lo específico de su Carisma de unidad.

El encuentro con la vida monástica, la liturgia, la iconografía oriental, tan vivamente presentes en Rumania, han sido de estimulo y enriquecimiento y ha favorecido una comunión más profunda con la Iglesia rumano-ortodoxa y con las otras Iglesias presentes en esa tierra.

Al mismo tiempo, los obispos provenientes de diversos continentes, han podido ofrecer su testimonio de comunión fraterna a este pueblo que ante el grito “unitate, unitate” ha sabido dar un impulso inolvidable a la causa de la unidad de los Cristianos, cuando Juan Pablo II, en 1999 visitó ese país.

El Patriarca Teoctist: resolver juntos los problemas en el amor

El Patriarca Teoctist: resolver juntos los problemas en el amor

Ecumenismo/2  

El Patriarca ortodoxo de Rumania, Teoctist, quien invitó y hospedó en el Palacio Patriarcal de Bucarest a los 40 obispos de varias Iglesias amigos del Movimiento de los Focolares para su anual Congreso Internacional, participó en el encuentro en diversos momentos.

Como centro del encuentro las reflexiones de los obispos sobre: “La presencia del Resucitado en medio de su pueblo: centro de la vida eclesial y fulcro de nuestro testimonio común”, como rezaba el título, y los dos videos grabados de las conversaciones de Chiara Lubich, como aporte a la plena comunión entre las Iglesias. La relación fraterna entre los participantes ha sido la característica del Congreso. Al inicio, el Patriarca dirigió un discurso de bienvenida a los participantes y presenció la jornada de conclusión, que contó con la presencia de representantes de varias Iglesias y del mundo civil, entre los cuales personas de los Focolares de diversas edades y vocaciones quienes propusieron el testimonio de su compromiso entre los jóvenes, en la familia, en la parroquia, en la economía y en la política. Entre los 300 presentes, estaban también los obispos de la Conferencia Episcopal Católica rumana. Interviniendo en la clausura, el Patriarca dijo, entre otras cosas: “Vemos que el mundo se aleja cada vez más de Cristo y falta el amor (…). Y constato que, lamentablemente, estamos todavía lejos del momento en el que podremos dar testimonio juntos de que servimos totalmente la Palabra de nuestro Salvador Jesucristo. Amémonos los unos a los otros para poder dar testimonio del mismo pensamiento: se trata de una palabra que nos da calor en todo momento. He tenido la ocasión de escuchar cosa especiales en estos días (…). Escuchando las experiencias de los jóvenes, pensaba en cuán provechoso sería que también nosotros, obispos, y nuestras Iglesias, intentáramos ver del mismo modo, uno por uno, todos los problemas que nos amargan (…). Y lo digo con muchísima sinceridad, porque delante de mí tengo a obispos greco-católicos, en relación con los cuales nosotros, Iglesia Ortodoxa rumana, reconocemos que estamos lejos de la justicia y de la verdad, sobre todo del amor de Cristo. Intentemos también nosotros, siguiendo el ejemplo y las opiniones de estos jóvenes, encontrar los caminos para resolver los problemas que todavía tenemos. Si lo queremos podemos hacerlo”. En el marco de las cuestiones todavía no resultas en Rumania entre la Iglesia greco-católica y la Iglesia Ortodoxa Rumana, problemas relacionados a los bienes eclesiales confiscados durante el régimen comunista, las palabras del Patriarca Teoctist han impresionado profundamente a los presentes y han hecho recordar el grito popular «�Unitate, unitate!» que acompañó en 1999 el abrazo entre el Patriarca y Juan Pablo II de visita en el país.

Un momento de gran intensidad fue la Divina Liturgia dominical celebrada por el Patriarca Teoctist quien, después de la homilía, cedió la palabra al Card. Miloslav Vlk, arzobispo de Praga, principal promotor del Congreso de los obispos. Tuvo lugar también un encuentro con toda la Conferencia Episcopal Católica Rumana, que reúne a los obispos latinos y greco-católicos. Signo fuerte de comunión fue la solemne concelebración católica en la Catedral de San José, durante la cual se alternaron cantos del coro católico y de los estudiantes ortodoxos de la Facultad Teológica de Cluj. Entraron en procesión en la catedral repleta, junto con los obispos católicos, también los obispos de varias Iglesias. “Ustedes que han vivido entre nosotros esta semana – dijo en la homilía el arzobispo de Bucarest, Joan Robu –, son para nosotros una fuente de vida, de ideas nuevas. Esta es para mí una verdadera esperanza de la unidad”.

En el curso del encuentro, los participantes tuvieron la posibilidad de conocer en vivo la vida monástica (Curtea de Arges, Bistrita y Horezu), la riquísima liturgia y la iconografía de la Iglesia rumano-ortodoxa. No faltaron las visitas a las diversas comunidades cristianas (luterana, reformada y anglicana) en la capital rumana, y la presencia en las respectivas celebraciones.

Participaron en el Congreso obispos ortodoxos del Patriarcado ecuménico de Constantinopla, de los Patriarcados de Rumania y de Serbia, de la Iglesia Ortodoxa de la República Checa y Eslovaca; obispos siro-ortodoxos de India, Siria y Holanda. Además obispos anglicanos de la Iglesia de Inglaterra y obispos evangélico-luteranos de Alemania, Rumania, Suecia, Noruega, Gran Bretaña y Estados Unidos, y un obispo de la Iglesia metodista de Brasil. Estaba presente también un obispo de la Mar Thoma Syrian Church de India. Eran 14 los obispos católicos.

Sport and Joy: con el deporte auténtico corre la alegría

Sport and Joy: con el deporte auténtico corre la alegría

‘La deportivización de la sociedad y sus consecuencias’, ‘deporte e ilusiones de éxito y riquezas’, ‘valor educativo de los modelos deportivos hoy propuestos’, ‘felicidad �en la práctica deportiva o en el éxito?’: éstas son algunas de las problemáticas que afronta el mundo del deporte, Centro de un Congreso Internacional –en este Año Internacional del Deporte y la Educación Física, promovido por la ONU- con el título: ‘Sport & Joy – Con el deporte auténtico corre la alegría’. Sportmeet for a United World, que ha promovido el evento, quiere abrir el diálogo en el mundo del deporte sobre la relación existente entre “la actividad motora, el deporte y la felicidad”, un punto de vista provocante en una época en la que vivir en un modo no efímero la experiencia de la felicidad, personal y colectiva, parece ser una utopía.

Expertos, estudiosos y testigos del mundo del deporte han ayudado a desentrañar el tema en sus aspectos sociológicos, económicos, pedagógicos y psicológicos. Qué es Sportmeet Es una red mundial de deportistas y personal del mundo del deporte animados por el deseo de contribuir, también a través del deporte, a la construcción de un mundo más unido. Es una expresión del Movimiento de los Focolares. Próximas citas El 9 de octubre, Sportmeet colaborará con la Run4Unity, el “relevo” deportivo planetario promovido por los Muchachos por la Unidad, del Movimiento de los Focolares: 24 horas de deporte por la paz, organizadas en decenas de ciudades en todo el mundo (www.run4unity.org).

Juntos por la paz y la unidad de Centroamérica

Juntos por la paz y la unidad de Centroamérica

 

 “Como ustedes, la mayoría de los salvadoreños están convencidos de que trabajar para construir una Centroamérica cada vez más unida no es una utopía, sino una aspiración inscrita en la cultura, en la historia e incluso en la configuración geográfica de nuestra región”. Es este el mensaje de bienvenida del Presidente de El Salvador, Elías Antonio Saca, leído en la apertura del gran encuentro que ha visto reunidas a más de 2000 personas en el Anfiteatro de la Feria Internacional de El Salvador. El Presidente recordó la unidad cultural precolombina, los intentos de unidad política post-independencia con la República Centroamericana (1821-1842), los nuevos intentos de unificación en la segunda mitad del siglo XX con el MERCOMÜN.

Los participantes – muchos los jóvenes- provenían de países de Centroamérica donde, como en muchas regiones del mundo, está en curso un proceso de unificación ante la toma de conciencia de que sólo juntos se pueden encontrar soluciones a los conflictos sociales y reforzar la paz.

“Se habla mucho de integración económica, social y política, pero debe existir también una integración religiosa”. Puso en evidencia el Dr. Rodrigo Samayoa, del partido Alianza Republicana Nacional. De hecho este encuentro, el primero en su estilo en la historia de la región, ha sido promovido por los Movimientos eclesiales, nuevas comunidades y grupos pertenecientes a Iglesias diversas, que han emprendido un camino de comunión, precisamente para contribuir a la unidad espiritual de la región y de todo el continente.

Ha sorprendido, entre las muchas personalidades, la presencia de representaciones políticas de Partidos como el “Frente Farabundo Martí para la Liberación nacional” (FMLN) y el “Frente democrático revolucionario”, que sólo hace pocos años pasaron de una elección de la violencia a una política para devolver la justicia social a sus países: “Este tipo de eventos nos trae espiritualidad y esperanza, donde se da y se recibe”. Fueron las palabras de Violeta Mejivar, del FMNL.

Este camino ha sido alentado también por el Papa Benedicto XVI quien, en el mensaje leído por el Nuncio Apostólico, Mons. Luigi Pezzutto, exhortó a todos a “abrirse a los dones del Espíritu para ir adelante en el camino emprendido, comprometiéndose en la construcción de un mundo fiel a Dios, más solidario, justo y fraterno”.

La paz, un nuevo estilo de vida que favorezca el diálogo y la integración de pueblos y culturas diversas; los valores de la familia, la solidaridad con los más pobres en Centroamérica y en el mundo han sido el centro de los numerosos testimonios como el de la Comunidad Salvador del Mundo, de la Renovación Carismática, de los Cursillos de Cristiandad, de los Heraldos del Evangelio, del Movimiento de los Focolares, de la Comunidad Cristo Joven, de la Comunidad de San Egidio, de los Encuentros Conyugales, de los Talleres de Oración y Vida, de la Comunidad Cuerpo de Cristo.

En su mensaje, Chiara Lubich trazó en pocas líneas las riquezas y sufrimientos de esta región “llena de historia, de cultura y de arte -como la de la gran civilización Maya- pero también llena del sufrimiento de la colonización y de las guerras civiles, con su riqueza actual de creatividad y de nuevas dimensiones de la participación”. Puso en evidencia “el llamado a la unidad” y “el reto de la fraternidad” como camino para construirlo.

Y el profesor Riccardi, de la Comunidad de San Egidio, subrayó en un mensaje como hoy en El Salvador y en otros puntos de América “hay necesidad de gente que sueñe con un mundo nuevo de paz. Con el encuentro de El Salvador siento que estamos más cercanos a la meta”.

El ápice de la Jornada fue la declaración del compromiso por la paz y la fraternidad de los representantes de Movimientos y nuevas comunidades y de los líderes religiosos de las diversas Iglesias cristianas: Gregorio Rosa Chávez, obispo católico auxiliar de El Salvador, el obispo de la Iglesia Presbiteriana Anglicana Barahona, Héctor Fernández por la Iglesia Luterana, Miguel Tomás Castro de la Iglesia Bautista, y Santiago Flores de la Iglesia Reformada Calvinista.

Septiembre, fecha del encuentro salvadoreño, es un mes simbólico por dos fechas: el 11, aniversario del atentado de Nueva York, y el 15, aniversario de la Independencia de los países de Centroamérica.

“Juntos por Centroamérica” nació siguiendo la estela del gran encuentro de mayo 2004 en Europa, en Stuttgart, con 10.000 personas convenidas a la ciudad alemana para la Jornada “Juntos por Europa”, realizada para dar un alma al proceso de unificación del viejo continente.

Mensaje de Chiara Lubich

 Señor gobernador de Pensilvania, Edward Rendell;

profesor Benjamín Barber,

señoras y señores:

Es para mí un gran honor poder dirigir este discurso a un público tan calificado, que hoy se ha reunido en Filadelfia para declarar su compromiso de construir un mundo más unido, más justo, más fraterno.

Era mi deseo estar allí presente, pero como no me fue posible permítanme ofrecerles con este mensaje una breve reflexión personal.

Cuando en junio pasado, en Roma, tuve un prolongado y cálido encuentro con el profesor Benjamín Barber, adherí espontáneamente, con alegría, a esta primera Jornada Mundial de la Interdependencia.

La realidad de la interdependencia, en efecto, me remite a un ideal muy querido por el cual – junto a muchas personas de buena voluntad comprometidas en la política, en la economía y en los diversos campos de la acción y del saber – decidí invertir mi vida: la unidad de la familia humana.

Al día siguiente del 11 de setiembre muchos de nosotros han advertido la exigencia de reflexionar a fondo sobre sus causas, pero sobre todo de comprometerse por una verdadera, responsable y decidida alternativa al terror y a la guerra. Para mí ha sido revivir un poco la experiencia de la destrucción y la sensación de la impotencia humana, en la ciudad italiana de Trento, bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial.

Pero justamente bajo las bombas, mis primeras compañeras y yo hemos descubierto en el Evangelio la luz del amor recíproco, que nos llevó a estar dispuestas a dar la vida unas por otras. Y entre los escombros de esa destrucción, convencidas de que “el Amor vence todo”, nació el deseo fuerte de hacer partícipe de este amor a cada prójimo, sin distinción de personas, grupos, pueblos, y sin tener en cuenta las condiciones sociales, la cultura, las convicciones religiosas.

De modo análogo hoy en Nueva York como en Bogotá, en Roma como en Nairobi, en Londres como en Bagdad muchos nos preguntamos si es posible vivir en un mundo de pueblos libres, iguales, unidos, donde no solamente unos respeten la identidad de los otros, sino que también se interesen por las respectivas necesidades.

La respuesta es sólo una: no solamente es posible, sino que es la esencia del proyecto político de la humanidad.

La unidad de los pueblos en el respeto de las múltiples identidades es la finalidad misma de la política, que la violencia terrorista, la guerra, la injusta distribución de los recursos del mundo y las desigualdades sociales y culturales parecen poner hoy en discusión.

Desde muchos puntos de la tierra se eleva el grito de abandono de millones de refugiados, de millones de hambrientos, de millones de explotados, de millones de desocupados que son excluidos y como ‘amputados’ del cuerpo político. Esta separación, y no solamente las carencias y las dificultades económicas, es la que los hace aún más pobres, que aumenta – si es que todavía puede aumentar – su desesperación.

La política no habrá alcanzado su finalidad, no habrá mantenido la fidelidad a su vocación hasta tanto no haya reconstituido esa unidad y sanado esas heridas abiertas en el cuerpo político de la humanidad.

�Pero cómo podremos alcanzar una meta tan exigente, que parece superior a nuestras fuerzas? Ante los desafíos que nos presenta el presente y el futuro de la humanidad, la libertad y la igualdad no bastan por sí solas. Nuestra experiencia nos enseña que se necesita, creemos, un tercer elemento, olvidado desde hace tiempo en el pensamiento y la praxis de la política: la fraternidad. Sin la fraternidad ningún hombre y ningún pueblo son libres e iguales, en el verdadero sentido de esas palabras. Igualdad y libertad siempre serán incompletas y precarias, hasta tanto que la fraternidad no forme parte integrante de los programas y de los procesos políticos de cada región del mundo.

Queridos amigos, el nombre de la ciudad donde estamos reunidos, Filadelfia, �no evoca acaso un programa de amor fraterno?

Es la fraternidad la que hoy puede dar contenidos nuevos a la realidad de la interdependencia. Es la fraternidad la que puede hacer florecer proyectos y acciones en el complejo tejido político, económico, cultural y social de nuestro mundo. Es la fraternidad la que hace salir del aislamiento y abre la puerta del desarrollo a los pueblos que todavía están excluidos. Es la fraternidad la que indica cómo resolver pacíficamente las discordias y que relega la guerra a los libros de historia. Es por la fraternidad vivida que se puede soñar e incluso esperar en una especie de comunión de bienes entre países ricos y pobres, ya que el escandaloso desequilibrio que existe en el mundo es una de las causas principales del terrorismo. La profunda necesidad de paz que la humanidad expresa dice que la fraternidad no es solamente un valor, no es solamente un método, sino que es un paradigma global de desarrollo político. Es por esto que un mundo cada vez más interdependiente tiene necesidad de políticos, de empresarios, de intelectuales y de artistas que pongan a la fraternidad – instrumento de unidad – como centro de sus acciones y de sus pensamientos. El sueño de Martín Luther King era que la fraternidad fuera el orden del día del hombre de negocios, y la palabra de orden del hombre de gobierno.

Queridos amigos:

�cómo cambiarían las relaciones entre los individuos, los grupos y los pueblos, si solamente fuéramos conscientes de que somos todos hijos de un único Padre, Dios, que es Amor y que ama a cada uno personal e inmensamente, y se ocupa de todos! Ese amor, conjugado en sus infinitas formas, incluso políticas y económicas, conduciría a superar nacionalismos y visiones parciales, abriendo las mentes y los corazones de los pueblos y de sus gobernantes, y empujando a todos – como afirmé en mi discurso en la Naciones Unidas, en el 1997 – a amar la patria del otro como la propia.

Esta es la experiencia de sesenta años del Movimiento de los Focolares, que hoy está presente en 182 Países del mundo, y al que adhieren millones y millones ce personas de todas las latitudes.

Hago votos, entonces, para que esta primera Jornada Mundial de la Interdependencia, y para cuantos han adherido, sea la ocasión de un compromiso renovado de vivir y trabajar juntos, con dedicación y confianza, sosteniéndose siempre unos a otros, por la unidad de la familia humana universal.

Intervención de Liliana Cosi

 

 

 Es un verdadero honor y placer para mí estar hoy aquí entre ustedes en representación de Chiara Lubich, fundadora y presidente del Movimiento internacional de los Focolares.

Es algo más que una profunda amistad lo que une a Chiara Lubich y al prof. Barber: es una recíproca comunión de intentos.

Desde la primera Jornada de la Interdependencia en Filadelfia, se ha puesto en evidencia cuanto la finalidad general del Movimiento de los Focolares: “contribuir a la unidad de la familia humana”, puede sostener fuertemente los ideales de la Interdependencia.

Chiara Lubich ve la fraternidad universal como la raíz y la garantía de una verdadera interdependencia entre los pueblos. Los recientes trágicos eventos del mundo subrayan cuanto ésta es la prenda insustituible de un futuro de paz. La interdependencia fraterna necesita sin embargo del aporte de todas las fuerzas, no sólo políticas, sino seguramente también culturales y espirituales. El título elegido para esta tercera Jornada de la Interdependencia “El arte y la cultura en el corazón de la Interdependencia”, ha tenido una fuerte resonancia en mí, como signo profético.

Eran los años sesenta cuando, siendo bailarina de la Scala de Milán, en preparación para un período de estudios en el Teatro Bolshoi de Moscú, encontré el Movimiento de los Focolares. Su estilo de vida abrió de par en par delante de mí horizontes novísimos, que pueden ser expresados con estas palabras de Camus:

“… aquél que ha elegido el destino de artista porque se sentía diverso, muy pronto aprenderá que no puede nutrir su arte y su diversidad sino reconociendo su similitud con los demás. El artista se forja en este perenne ir y venir entre sí mismo y los demás; a medio camino entre la belleza de la que no puede abstraerse y la comunidad de la que no puede sustraerse”.

A través de mi larga carrera internacional, he podido experimentar cuanto la relación, la fraternidad, sean una fuente de inspiración, por ejemplo la creación de una escuela internacional de ballet clásico a nivel profesional, en colaboración con un bailarín rumano, nos ha llevado al descubrimiento siempre sorprendente del enriquecimiento recíproco que resulta del desapegarse de la propia inspiración y cultura para acoger la del otro.

Este paradigma de la fraternidad ha hecho nacer, en el seno del Movimiento de los Focolares, iniciativas y encuentros de artistas de diversas edades, tendencias y culturas, que viven un intercambio de talentos, inspiraciones y realizaciones, estas iniciativas son particularmente sentidas por los jóvenes, que aspiran a nuevas expresiones artísticas, abiertas a lo trascendente.

A propósito de esto Chiara Lubich tuvo una expresión singular “(…) el arista es quizás el más cercano a Dios… él es capaz de transmitir lo más bello que hay en la tierra: el alma humana”.

El Movimiento de los Focolares quisiera contribuir a revelar la alta vocación del artista, que le exige buscar en su alma –dilatada por el amor, por la comunión con los demás- un arte que sea testigo del sufrimiento y de la angustia de la humanidad, pero que también revele sus aspiraciones más profundas y el infinito que cada hombre lleva en sí, un arte que sea signo de esperanza para el mundo.

La fuerza del amor para responder al reto de la multi-culturalidad

La fuerza del amor para responder al reto de la multi-culturalidad

 

“El amor es el punto de apoyo para afrontar el reto de la época actual de la multi-culturalidad”. Un amor que tiene su raíz en Dios y “hace de los hombres y mujeres de esta tierra ‘personas-mundo’, capaces de hacer de los propios valores un don, y de valorar y apreciar los valores de las otras culturas, para componer esa sabiduría global hoy tan necesaria. Así la humanidad vivirá una interdependencia fraterna, como una sola familia que sabrá también formarse estructuras adecuadas y expresar la dinámica entre la unidad y la diversidad”. Este es el corazón del mensaje de Chiara Lubich leído como conclusión de la Jornada de la Interdependencia, que se desarrolló en París del 10 al 12 de septiembre. Tres días de eventos culturales y políticos para afirmar la interdependencia global como estrategia cívica en favor de la justicia y la paz. Estaban presentes, entre otros, Harry Belafonte, Embajador Cultural de las Naciones Unidas, Bernard Kouchner, uno de los promotores de Médicos sin Fronteras, Adam Michnik, iniciador de Solidarnosc, y numerosas personalidades políticas. Las Jornadas de la Interdependencia nacen enseguida después de los atentados del 11 de Septiembre, por iniciativa del intelectual y politólogo estadounidense demócrata, Benjamín Barber, docente de la Universidad de Maryland, con la convicción de que “no basta con decir no a la guerra, es necesario construir una alternativa”: el Objetivo del Interdipendence Day es preparar a los individuos y a los grupos, también promoviendo acciones de formación en las escuelas, y comprometerse en la cooperación internacional, hasta llegar a ser ciudadanos no sólo de las propias comunidades y naciones, sino del mundo interdependiente, creyendo que cada uno puede ser protagonista del cambio. Esta iniciativa es compartida por muchos que, en Estados Unidos y fuera, profesan el credo en el multilateralismo, en el diálogo entre las culturas, en la necesidad de una ciudadanía global.

La primera jornada de la Interdependencia, patrocinada por CivWorld, tuvo lugar en el 2003 en Filadelfia –ciudad de la Interdependencia Estadounidense- en contemporánea con Budapest y en videoconexión con Italia, para subrayar su carácter internacional. La edición 2004 se concluyó con la firma de la Carta Europea de la Interdependencia. Desarrollada en Roma, hospedada por el alcalde de Roma Walter Veltroni, contó con la participación, entre otros, de Chiara Lubich y Andrea Riccardi. Este año por el Movimiento de los Focolares, en la mesa redonda del sábado 10, en la Universidad Americana de París, intervino Liliana Cosi, bailarina, directora de la Compañía de Ballet Clásico Cosi-Stefanescu y miembro del Centro de Estudios del Movimiento de los Focolares por las disciplinas artísticas.

La fraternidad, razón política para la paz

La fraternidad, razón política para la paz

Colombia: un país atormentado por la guerrilla y el narcotráfico, llagas que sin embargo no han truncado la vitalidad y el deseo de reaccionar de la población. Como en otros países del “Nuevo Continente” no faltan las señales de un despertar precisamente a partir de las nuevas generaciones. Es por ellos que en Tocancipá, importante zona industrial en desarrollo en las cercanías de la capital, tuvo lugar un encuentro de jóvenes de varios países de América Latina, con la finalidad de unir fuerzas por la paz en Colombia y en todo el continente. El título del congreso, que se realizó del 8 al 10 de septiembre, fue: “Fraternidad, una razón política para la paz”. Lo promovieron los jóvenes del Movimiento de los Focolares comprometidos en política, la “Generación Tercer Milenio” y la Fundación “País Tierra Prometida”. Un reto que no es poco, si se considera que Colombia sufre desde hace 20 años un grave conflicto interno entre la guerrilla y el gobierno que provoca cada año miles de muertos entre la población civil, sindicalistas, políticos, activistas de los derechos humanos y periodistas. Al menos son 2 millones las personas que se han visto obligadas a escapar del campo a las ciudades -es el triste fenómeno de los desplazados- abandonando casas y bienes. El encuentro colombiano tuvo lugar a una semana de distancia de la conclusión del Primer Parlamento Universitario Latinoamericano, que se reunió en Buenos Aires, y a pocos meses del reciente encuentro de Rosario, “Ciudades por la Unidad”, primer encuentro de alcaldes de América Latina, promovido por el Movimiento internacional Político por la Unidad (MPPU) de Argentina, Brasil, Uruguay, en el que también los jóvenes han sido protagonistas. Además, hace un año, nacieron las Escuelas de Formación política para los jóvenes, del MPPU, en Argentina. Otras tantas señales de un nuevo fermento en acto del nuevo continente. “Sin ti, a la paz le falta algo” es la invitación que los jóvenes han dirigido a sus coetáneos. El costo de participación: el compromiso de hacer de la fraternidad la guía de cada acción.

Entre los objetivos de esta iniciativa: escuchar a los jóvenes sobre las problemáticas de los países del hemisferio latinoamericano, proponer juntos soluciones concretas que puedan incidir en manera directa en favor del bien común de las comunidades de pertenencia, promover la interacción entre los jóvenes y las instituciones públicas y privadas, y ponerse en red con cuantos trabajan en la construcción de una sociedad pacífica, justa, digna, solidaria, autónoma y fraterna.

En programa la presentación de la experiencia de las Escuelas de formación social y política de Argentina, y de la “práctica de la fraternidad” en una ciudad. Entre los temas afrontados en las mesas redondas: ‘Conflicto y paz’, fraternidad como método de acción para la paz en el contexto de la problemática latinoamericana, en especial en Colombia; ‘Economía’, la necesidad de fundar un nuevo paradigma, la Economía de Comunión. Proseguieron con trabajos de grupo

Discurso del Santo Padre Benedicto XVI en el encuentro con los representantes de comunidades musulmanas

Discurso del Santo Padre Benedicto XVI en el encuentro con los representantes de comunidades musulmanas

 Queridos amigos musulmanes:

Me es grato acogeros y dirigiros mi cordial saludo. Estoy aquí para encontrarme con los jóvenes venidos de todas las partes de Europa y del mundo. Los jóvenes son el futuro de la humanidad y la esperanza de las naciones. Mi querido predecesor, el Papa Juan Pablo II, dijo un día a los jóvenes musulmanes reunidos en el estadio de Casablanca, en Marruecos: «Los jóvenes pueden construir un futuro mejor si ponen en primer lugar su fe en Dios y se empeñan en edificar con sabiduría y confianza un mundo nuevo según el plan de Dios» (Insegnamenti, VIII/2, 1985, p. 500). Ésta es la perspectiva desde la que me dirijo a vosotros, queridos amigos musulmanes, para compartir con vosotros mis esperanzas y haceros partícipes de mis preocupaciones, en estos momentos particularmente difíciles de la historia de nuestro tiempo.

Estoy seguro de interpretar también vuestro pensamiento al subrayar, entre las preocupaciones, la que nace de la constatación del difundido fenómeno de terrorismo. Continúan cometiéndose en varias partes del mundo actos terroristas, que siembran muerte y destrucción, dejando a muchos hermanos y hermanas nuestros en el llanto y la desesperación. Los que idean y programan estos atentados demuestran querer envenenar nuestras relaciones, recurriendo a todos los medios, incluso a la religión, para oponerse a los esfuerzos de convivencia pacífica, leal y serena. El terrorismo, de cualquier origen que sea, es una opción perversa y cruel, que desdeña el derecho sacrosanto a la vida y corroe los fundamentos mismos de toda convivencia civil. Si conseguimos juntos extirpar de los corazones el sentimiento de rencor, contrastar toda forma de intolerancia y oponernos a cada manifestación de violencia, frenaremos la oleada de fanatismo cruel, que pone en peligro la vida de tantas personas, obstaculizando el progreso de la paz en el mundo. La tarea es ardua, pero no imposible. En efecto, el creyente sabe que puede contar, no obstante su propia fragilidad, con la fuerza espiritual de la oración.

Queridos amigos, estoy profundamente convencido de que hemos de afirmar, sin ceder a las presiones negativas del entorno, los valores del respeto recíproco, de la solidaridad y de la paz. La vida de cada ser humano es sagrada, tanto para los cristianos como para los musulmanes. Tenemos un gran campo de acción en el que hemos de sentirnos unidos al servicio de los valores morales fundamentales. La dignidad de la persona y la defensa de los derechos que de tal dignidad se derivan deben ser el objetivo de todo proyecto social y de todo esfuerzo por llevarlo a cabo. Éste es un mensaje confirmado de manera inconfundible por la voz suave pero clara de la conciencia. Un mensaje que se ha de escuchar y hacer escuchar: si cesara su eco en los corazones, el mundo estaría expuesto a las tinieblas de una nueva barbarie. Sólo se puede encontrar una base de avenencia reconociendo la centralidad de la persona, superando eventuales contraposiciones culturales y neutralizando la fuerza destructora de las ideologías.

En el encuentro que he tenido en abril con los Delegados de las Iglesias y Comunidades eclesiales y con representantes de diversas Tradiciones religiosas, dije: «Os aseguro que la Iglesia quiere seguir construyendo puentes de amistad con los seguidores de todas las religiones, para buscar el verdadero bien de cada persona y de la sociedad entera» (L’Osservatore Romano, 25 abril 2005, p. 4). La experiencia del pasado nos enseña que el respeto mutuo y la comprensión no siempre han caracterizado las relaciones entre cristianos y musulmanes. Cuántas páginas de historia dedicadas a las batallas y las guerras emprendidas invocando, de una parte y de otra, el nombre de Dios, como si combatir al enemigo y matar al adversario pudiera agradarle. El recuerdo de estos tristes acontecimientos debería llenarnos de vergüenza, sabiendo bien cuántas atrocidades se han cometido en nombre de la religión. La lección del pasado ha de servirnos para evitar caer en los mismos errores. Nosotros queremos buscar las vías de la reconciliación y aprender a vivir respetando cada uno la identidad del otro. La defensa de la libertad religiosa, en este sentido, es un imperativo constante, y el respeto de las minorías una señal indiscutible de verdadera civilización.

A este propósito, siempre es oportuno recordar lo que los Padres del Concilio Vaticano II han dicho sobre las relaciones con los musulmanes. «La Iglesia mira también con aprecio a los musulmanes que adoran al único Dios, vivo y subsistente, misericordioso y omnipotente, Creador del cielo y de la tierra, que habló a los hombres, a cuyos ocultos designios procuran someterse por entero, como se sometió a Dios Abraham, a quien la fe islámica se refiere de buen grado […]. Si bien en el transcurso de los siglos han surgido no pocas disensiones y enemistades entre cristianos y musulmanes, el santo Sínodo exhorta a todos a que, olvidando lo pasado, ejerzan sinceramente la comprensión mutua, defiendan y promuevan juntos la justicia social, los bienes morales, la paz y la libertad para todos los hombres» (Declaración Nostra Aetate, n. 3).

Vosotros, estimados amigos, representáis algunas Comunidades musulmanas en este País en que he nacido, estudiado y pasado una buena parte de mi vida. Precisamente por eso deseaba encontraros. Guiáis a los creyentes del Islam y los educáis en la fe musulmana. La enseñanza es el vehículo por el que se comunican ideas y convicciones. La palabra es la vía maestra en la educación de la mente. Tenéis, por tanto, una gran responsabilidad en la formación de las nuevas generaciones. Juntos, cristianos y musulmanes, hemos de afrontar los numerosos desafíos que nuestro tiempo nos plantea. No hay espacio para la apatía y el desinterés, y menos aún para la parcialidad y el sectarismo. No podemos ceder al miedo ni al pesimismo. Debemos más bien fomentar el optimismo y la esperanza. El diálogo interreligioso e intercultural entre cristianos y musulmanes no puede reducirse a una opción temporánea. En efecto, es una necesidad vital, de la cual depende en gran parte nuestro futuro. Los jóvenes, procedentes de tantas partes del mundo están aquí, en Colonia, como testigos vivos de solidaridad, de hermandad y de amor. Ellos son la primicia de un alba nueva para la humanidad. Os deseo de todo corazón, queridos amigos musulmanes, que el Dios misericordioso y compasivo os proteja, os bendiga y os ilumine siempre. El Dios de la paz conforte nuestros corazones, alimente nuestra esperanza y guíe nuestros pasos por los caminos del mundo.

Discurso del Santo Padre Benedicto XVI durante la vigilia con los jóvenes

Discurso del Santo Padre Benedicto XVI durante la vigilia con los jóvenes

   Queridos jóvenes: En nuestra peregrinación con los misteriosos Magos de Oriente hemos llegado al momento que san Mateo describe así en su Evangelio: «Entraron en la casa (sobre la que se había parado la estrella), vieron al niño con María, y cayendo de rodillas lo adoraron» (Mt 2,11). El camino exterior de aquellos hombres terminó. Llegaron a la meta. Pero en este punto comienza un nuevo camino para ellos, una peregrinación interior que cambia toda su vida. Porque seguramente se habían imaginado a este Rey recién nacido de modo diferente. Se habían detenido precisamente en Jerusalén para obtener del Rey local información sobre el Rey prometido que había nacido. Sabían que el mundo estaba desordenado y por eso estaban inquietos. Estaban convencidos de que Dios existía, y que era un Dios justo y bondadoso. Tal vez habían oído hablar también de las grandes profecías en las que los profetas de Israel habían anunciado un Rey que estaría en íntima armonía con Dios y que, en su nombre y de parte suya, restablecería el orden en el mundo. Se habían puesto en camino para encontrar a este Rey; en lo más hondo de su ser buscaban el derecho, la justicia que debía venir de Dios, y querían servir a ese Rey, postrarse a sus pies, y así servir también ellos a la renovación del mundo. Eran de esas personas que «tienen hambre y sed de justicia» (Mt 5, 6). Un hambre y sed que les llevó a emprender el camino; se hicieron peregrinos para alcanzar la justicia que esperaban de Dios y para ponerse a su servicio. Aunque otros se quedaran en casa y les consideraban utópicos y soñadores, en realidad eran seres con los pies en tierra, y sabían que para cambiar el mundo hace falta disponer de poder. Por eso, no podían buscar al niño de la promesa si no en el palacio del Rey. No obstante, ahora se postran ante una criatura de gente pobre, y pronto se enterarán de que Herodes – el Rey al que habían acudido – le acechaba con su poder, de modo que a la familia no le quedaba otra opción que la fuga y el exilio. El nuevo Rey era muy diferente de lo que se esperaban. Debían, pues, aprender que Dios es diverso de cómo acostumbramos a imaginarlo. Aquí comenzó su camino interior. Comenzó en el mismo momento en que se postraron ante este Niño y lo reconocieron como el Rey prometido. Pero debían aún interiorizar estos gozosos gestos. Debían cambiar su idea sobre el poder, sobre Dios y sobre el hombre y, con ello cambiar también ellos mismos. Ahora habían visto: el poder de Dios es diferente al poder de los grandes del mundo. Su modo de actuar es distinto de como lo imaginamos, y de como quisiéramos imponerle también a Él. En este mundo, Dios no le hace competencia a las formas terrenales del poder. No contrapone sus ejércitos a otros ejércitos. Cuando Jesús estaba en el Huerto de los olivos, Dios no le envía doce legiones de ángeles para ayudarlo (cf. Mt 26,53). Al poder estridente y pomposo de este mundo, Él contrapone el poder inerme del amor, que en la Cruz – y después siempre en la historia – sucumbe y, sin embargo, constituye la nueva realidad divina, que se opone a la injusticia e instaura el Reino de Dios. Dios es diverso; ahora se dan cuenta de ello. Y eso significa que ahora ellos mismos tienen que ser diferentes, han de aprender el estilo de Dios. Habían venido para ponerse al servicio de este Rey, para modelar su majestad sobre la suya. Éste era el sentido de su gesto de acatamiento, de su adoración. Una adoración que comprendía también sus presentes – oro, incienso y mirra –, dones que se hacían a un Rey considerado divino. La adoración tiene un contenido y comporta también una donación. Los personajes que venían de Oriente, con el gesto de adoración, querían reconocer a este niño como su Rey y poner a su servicio el propio poder y las propias posibilidades, siguiendo un camino justo. Sirviéndole y siguiéndole, querían servir junto a Él la causa de la justicia y del bien en el mundo. En esto, tenían razón. Pero ahora aprenden que esto no se puede hacer simplemente a través de órdenes impartidas desde lo alto de un trono. Aprenden que deben entregarse a sí mismos: un don menor que éste es poco para este Rey. Aprenden que su vida debe acomodarse a este modo divino de ejercer el poder, a este modo de ser de Dios mismo. Han de convertirse en hombres de la verdad, del derecho, de la bondad, del perdón, de la misericordia. Ya no se preguntarán: �Para qué me sirve esto? Se preguntarán más bien: �Cómo puedo servir a que Dios esté presente en el mundo? Tienen que aprender a perderse a sí mismos y, precisamente así, a encontrarse a sí mismos. Saliendo de Jerusalén, han de permanecer tras las huellas del verdadero Rey, en el seguimiento de Jesús. Queridos amigos, podemos preguntarnos lo que todo esto significa para nosotros. Pues lo que acabamos de decir sobre la naturaleza diversa de Dios, que ha de orientar nuestras vidas, suena bien, pero queda algo vago y difuminado. Por eso Dios nos ha dado ejemplos. Los Magos que vienen de oriente son sólo los primeros de una larga lista de hombres y mujeres que en su vida han buscado constantemente con los ojos la estrella de Dios, que han buscado al Dios que está cerca de nosotros, seres humanos, y que nos indica el camino. Es la muchedumbre de los santos – conocidos o desconocidos – mediante los cuales el Señor nos ha abierto a lo largo de la historia el Evangelio, hojeando sus páginas; y lo está haciendo todavía. En sus vidas se revela la riqueza del Evangelio como en un gran libro ilustrado. Son la estela luminosa que Dios ha dejando en el transcurso de la historia, y sigue dejando aún. Mi venerado predecesor, el Papa Juan Pablo II, ha beatificado y canonizado a un gran número de personas, tanto de tiempos recientes como lejanos. En estas figuras ha querido demostrarnos cómo se consigue ser cristianos; cómo se logra llevar una vida del modo justo: a vivir a la manera de Dios. Los beatos y los santos han sido personas que no han buscado obstinadamente la propia felicidad, sino que han querido simplemente entregarse, porque han sido alcanzados por la luz de Cristo. De este modo, ellos nos indican la vía para ser felices y nos muestran cómo se consigue ser personas verdaderamente humanas. En las vicisitudes de la historia, han sido los verdaderos reformadores que tantas veces han remontado a la humanidad de los valles oscuros en los cuales está siempre en peligro de precipitar; la han iluminado siempre de nuevo lo suficiente para dar la posibilidad de aceptar – tal vez en el dolor – la palabra de Dios al terminar del obra del creación: «Y era muy bueno». Basta pensar en figuras como san Benito, san Francisco de Asís, santa Teresa de Ávila, san Ignacio de Loyola, san Carlos Borromeo, a los fundadores de las órdenes religiosas del siglo XVIII, que han animado y orientado el movimiento social, o a los santos de nuestro tiempo: Maximiliano Kolbe, Edith Stein, Madre Teresa, Padre Pío. Contemplando estas figuras comprendemos lo que significa «adorar» y lo que quiere decir vivir a medida del niño de Belén, a medida de Jesucristo y de Dios mismo. Los santos, hemos dicho, son los verdaderos reformadores. Ahora quisiera expresarlo de manera más radical aún: sólo de los santos, sólo de Dios, proviene la verdadera revolución, el cambio decisivo del mundo. En el siglo pasado hemos vivido revoluciones cuyo programa común fue no esperar nada de Dios, sino tomar totalmente en las propias manos la causa del mundo para transformar sus condiciones. Y hemos visto que, de este modo, un punto de vista humano y parcial se tomó como criterio absoluto de orientación. La absolutización de lo que no es absoluto, sino relativo, se llama totalitarismo. No libera al hombre, sino que le priva de su dignidad y lo esclaviza. No son las ideologías las que salvan el mundo, sino sólo dirigir la mirada al Dios viviente, que es nuestro creador, el garante de nuestra libertad, el garante de lo que es realmente bueno y auténtico. La revolución verdadera consiste únicamente en mirar a Dios, que es la medida de lo que es justo y, al mismo tiempo, es el amor eterno. Y, �qué puede salvarnos, si no es el amor? Queridos amigos, permitidme que añada sólo dos breves ideas. Muchos hablan de Dios; en el nombre de Dios se predica también el odio y se practica la violencia. Por tanto, es importante descubrir el verdadero rostro de Dios. Los Magos de Oriente lo encontraron cuando se postraron ante el niño de Belén.«Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre», dijo Jesús a Felipe (Jn 14,9). En Jesucristo, que por nosotros permitió que su corazón fuera traspasado, en Él se ha manifestado el verdadero rostro de Dios. Lo seguiremos junto con la muchedumbre de los que nos han precedido. Entonces iremos por el camino justo. Esto significa que no nos construimos un Dios privado, un Jesús privado, sino que creemos y nos postramos ante el Jesús que nos muestran las Sagradas Escrituras, y que en la gran comunidad de fieles llamada Iglesia se manifiesta viviente, siempre con nosotros y al mismo tiempo siempre ante de nosotros. Se puede criticar mucho a la Iglesia. Lo sabemos, y el Señor mismo nos lo ha dicho: es una red con peces buenos y malos, un campo con trigo y cizaña. El Papa Juan Pablo II, que nos ha mostrado el verdadero rostro de la Iglesia en los numerosos santos que ha proclamado, también ha pedido perdón por el mal causado en el transcurso de la historia por las palabras o los actos de hombres de la Iglesia. De este modo, también a nosotros nos ha hecho ver nuestra verdadera imagen, y nos ha exhortado a entrar, con todos nuestros defectos y debilidades, en la muchedumbre de los santos que comenzó a formarse con los Magos de Oriente. En el fondo, consuela que exista la cizaña en la Iglesia. Así, no obstante todos nuestros defectos, podemos esperar estar aún entre los que siguen a Jesús, que ha llamado precisamente a los pecadores. La Iglesia es como una familia humana, pero es también al mismo tiempo la gran familia de Dios, mediante la cual Él establece un espacio de comunión y unidad en todos los continentes, culturas y naciones. Por eso nos alegramos de pertenecer a esta gran familia; de tener hermanos y amigos en todo el mundo. Justo aquí, en Colonia, experimentamos lo hermoso que es pertenecer a una familia tan grande como el mundo, que comprende el cielo y la tierra, el pasado, el presente y el futuro de todas las partes de la tierra. En esta gran comitiva de peregrinos, caminamos junto con Cristo, caminamos con la estrella que ilumina la historia. «Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron» (Mt 2,11). Queridos amigos, ésta no es una historia lejana, de hace mucho tiempo. Es una presencia. Aquí, en la Hostia consagrada, Él está ante nosotros y entre nosotros. Como entonces, se oculta misteriosamente en un santo silencio y, como entonces, desvela precisamente así el verdadero rostro de Dios. Por nosotros se ha hecho grano de trigo que cae en tierra y muere y da fruto hasta el fin del mundo (cf. Jn 12,24). Él está presente, como entonces en Belén. Y nos invita a esa peregrinación interior que se llama adoración. Pongámonos ahora en camino para esta peregrinación del espíritu, y pidámosle a Él que nos guíe. Amén.

Homilía del Santo Padre Benedicto XVI durante la Santa Misa

Homilía del Santo Padre Benedicto XVI durante la Santa Misa

 Queridos jóvenes: Ante la sagrada Hostia, en la cual Jesús se ha hecho pan para nosotros, que interiormente sostiene y nutre nuestra vida (cf. Jn 6,35), hemos comenzado ayer tarde el camino interior de la adoración. En la Eucaristía la adoración debe llegar a ser unión. Con la Celebración eucarística nos encontramos en aquella “hora” de Jesús, de la cual habla el Evangelio de Juan. Mediante la Eucaristía, esta “hora” suya se convierte en nuestra hora, su presencia en medio de nosotros. Junto con los discípulos Él celebró la cena pascual de Israel, el memorial de la acción liberadora de Dios que había guiado a Israel de la esclavitud a la libertad. Jesús sigue los ritos de Israel. Pronuncia sobre el pan la oración de alabanza y bendición. Sin embargo, sucede algo nuevo. Él da gracias a Dios non solamente por las grandes obras del pasado; le da gracias por la propia exaltación que se realizará mediante la Cruz y la Resurrección, dirigiéndose a los discípulos también con palabras que contienen el compendio de la Ley y de los Profetas: “Esto es mi Cuerpo entregado en sacrificio por vosotros. Este cáliz es la Nueva Alianza sellada con mi Sangre”. Y así distribuye el pan y el cáliz, y, al mismo tiempo, les encarga la tarea de volver a decir y hacer siempre en su memoria aquello que estaba diciendo y haciendo en aquel momento. �Qué está sucediendo? �Cómo Jesús puede repartir su Cuerpo y su Sangre? Haciendo del pan su Cuerpo y del vino su Sangre, Él anticipa su muerte, la acepta en lo más íntimo y la transforma en una acción de amor. Lo que desde el exterior es violencia brutal, desde el interior se transforma en un acto de un amor que se entrega totalmente. Esta es la transformación sustancial que se realizó en el cenáculo y que estaba destinada a suscitar un proceso de transformaciones cuyo último fin es la transformación del mundo hasta que Dios sea todo en todos (cf. 1 Cor 15,28). Desde siempre todos los hombres esperan en su corazón, de algún modo, un cambio, una transformación del mundo. Este es, ahora, el acto central de transformación capaz de renovar verdaderamente el mundo: la violencia se transforma en amor y, por tanto, la muerte en vida. Dado que este acto convierte la muerte en amor, la muerte como tal está ya, desde su interior, superada; en ella está ya presente la resurrección. La muerte ha sido, por así decir, profundamente herida, tanto que, de ahora en adelante, no puede ser la última palabra. Ésta es, por usar una imagen muy conocida para nosotros, la fisión nuclear llevada en lo más íntimo del ser; la victoria del amor sobre el odio, la victoria del amor sobre la muerte. Solamente esta íntima explosión del bien que vence al mal puede suscitar después la cadena de transformaciones que poco a poco cambiarán el mundo. Todos los demás cambios son superficiales y no salvan. Por esto hablamos de redención: lo que desde lo más íntimo era necesario ha sucedido, y nosotros podemos entrar en este dinamismo. Jesús puede distribuir su Cuerpo, porqué se entrega realmente a sí mismo. Esta primera transformación fundamental de la violencia en amor, de la muerte en vida lleva consigo las demás transformaciones. Pan y vino se convierten en su Cuerpo y su Sangre. Llegados a este punto la transformación no puede detenerse, antes bien, es aquí donde debe comenzar plenamente. El Cuerpo y la Sangre de Cristo se nos dan para que a su vez nosotros mismos seamos transformados. Nosotros mismos debemos llegar a ser Cuerpo de Cristo, sus consaguíneos. Todos comemos el único pan, y esto significa que entre nosotros llegamos a ser una sola cosa. La adoración, hemos dicho, llega a ser, de este modo, unión. Dios no solamente está frente a nosotros, como el Totalmente otro. Está dentro de nosotros, y nosotros estamos en Él. Su dinámica nos penetra y desde nosotros quiere propagarse a los demás y extenderse a todo el mundo, para que su amor sea realmente la medida dominante del mundo. Yo encuentro una alusión muy bella a este nuevo paso que la Última Cena nos indica con la diferente acepción de la palabra “adoración” en griego y en latín. La palabra griega es proskynesis. Significa el gesto de sumisión, el reconocimiento de Dios como nuestra verdadera medida, cuya norma aceptamos seguir. Significa que la libertad no quiere decir gozar de la vida, considerarse absolutamente autónomo, sino orientarse según la medida de la verdad y del bien, para llegar a ser, de esta manera, nosotros mismos, verdaderos y buenos. Este gesto es necesario, aun cuando nuestra ansia de libertad se resiste, en un primer momento, a esta perspectiva. Hacerla completamente nuestra será posible solamente en el segundo paso que nos presenta la Última Cena. La palabra latina adoración es ad-oratio, contacto boca a boca, beso, abrazo y, por tanto, en resumen, amor. La sumisión se hace unión, porque aquel al cual nos sometemos es Amor. Así la sumisión adquiere sentido, porque no nos impone cosas extrañas, sino que nos libera desde lo más íntimo de nuestro ser. Volvamos de nuevo a la Última Cena. La novedad que allí se verificó, estaba en la nueva profundidad de la antigua oración de bendición de Israel, que ahora se hacía palabra de transformación y nos concedía el poder participar en la hora de Cristo. Jesús no nos ha encargado la tarea de repetir la Cena pascual que, por otra parte, en cuanto aniversario, no es repetible a voluntad. Nos ha dado la tarea de entrar en su “hora”. Entramos en ella mediante la palabra del poder sagrado de la consagración, una transformación que se realiza mediante la oración de alabanza, que nos sitúa en continuidad con Israel y con toda la historia de la salvación, y al mismo tiempo nos concede la novedad hacia la cual aquella oración tendía por su íntima naturaleza. Esta oración, llamada por la Iglesia “oración eucarística”, hace presente la Eucaristía. Es palabra de poder, que transforma los dones de la tierra de modo totalmente nuevo en la donación de Dios mismo y que nos compromete en este proceso de transformación. Por esto llamamos a este acontecimiento Eucaristía, que es la traducción de la palabra hebrea beracha, agradecimiento, alabanza, bendición, y asimismo transformación a partir del Señor: presencia de su “hora”. La hora de Jesús es la hora en la cual vence el amor. En otras palabras: es Dios quien ha vencido, porque Él es Amor. La hora de Jesús quiere llegar a ser nuestra hora y lo será, si nosotros, mediante la celebración de la Eucaristía, nos dejamos arrastrar por aquel proceso de transformaciones que el Señor pretende. La Eucaristía debe llegar a ser el centro de nuestra vida. No se trata de positivismo o ansia de poder, cuando la Iglesia nos dice que la Eucaristía es parte del domingo. En la mañana de Pascua, primero las mujeres y luego los discípulos tuvieron la gracia de ver al Señor. Desde entonces supieron que el primer día de la semana, el domingo, sería el día de Él, de Cristo. El día del inicio de la creación sería el día de la renovación de la creación. Creación y redención caminan juntas. Por esto es tan importante el domingo. Es bonito que hoy, en muchas culturas, el domingo sea un día libre o, juntamente con el sábado, constituya el denominado “fin de semana” libre. Pero este tiempo libre permanece vacío si en él no está Dios. �Queridos amigos! A veces, en principio, puede resultar incómodo tener que programar en el domingo también la Misa. Pero si os empeñáis, constataréis más tarde que es exactamente esto lo que le da sentido al tiempo libre. No os dejéis disuadir de participar en la Eucaristía dominical y ayudad también a los demás a descubrirla. Ciertamente, para que de esa emane la alegría que necesitamos, debemos aprender a comprenderla cada vez más profundamente, debemos aprender a amarla. Comprometámonos a ello, �vale la pena! Descubramos la íntima riqueza de la liturgia de la Iglesia y su verdadera grandeza: no somos nosotros los que hacemos fiesta para nosotros, sino que es, en cambio, el mismo Dios viviente el que prepara una fiesta para nosotros. Con el amor a la Eucaristía redescubriréis también el sacramento de la Reconciliación, en el cual la bondad misericordiosa de Dios permite siempre iniciar de nuevo nuestra vida. Quien a descubierto a Cristo debe llevar a otros hacia Él. Una gran alegría no se puede guardar para uno mismo. Es necesario transmitirla. En numerosas partes del mundo existe hoy un extraño olvido de Dios. Parece que todo marche igualmente sin Él. Pero al mismo tiempo existe también un sentimiento de frustración, de insatisfacción de todo y de todos. Dan ganas de exclamar: �No es posible que la vida sea así! Verdaderamente no. Y de este modo, junto a olvido de Dios existe como un boom de lo religioso. No quiero desacreditar todo lo que se sitúa en este contexto. Puede darse también la alegría sincera del descubrimiento. Pero exagerando demasiado, la religión se convierte casi en un producto de consumo. Se escoge aquello que place, y algunos saben también sacarle provecho. Pero la religión buscada a la “medida de cada uno” a la postre no nos ayuda. Es cómoda, pero en el momento de crisis nos abandona a nuestra suerte. Ayudad a los hombres a descubrir la verdadera estrella que indica el camino: �Jesucristo! Tratemos nosotros mismos de conocerlo siempre mejor para poder guiar también, de modo convincente, a los demás hacia Él. Por esto es tan importante el amor a la Sagrada Escritura y, en consecuencia, conocer la fe de la Iglesia que nos muestra el sentido de la Escritura. Es el Espíritu Santo el que guía a la Iglesia en su fe creciente y la ha hecho y hace penetrar cada vez más en las profundidades de la verdad (cf. Jn 16,13). El Papa Juan Pablo II nos ha dejado una obra maravillosa, en la cual la fe secular se explica sintéticamente: el Catecismo de la Iglesia Católica. Yo mismo, recientemente, he podido presentar el Compendio de tal Catecismo, que ha sido elaborado a petición del difunto Papa. Son dos libros fundamentales que querría recomendaros a todos vosotros. Obviamente, los libros por sí solos no bastan. �Construid comunidades basadas en la fe! En los últimos decenios han nacido movimientos y comunidades en los cuales la fuerza del Evangelio se deja sentir con vivacidad. Buscad la comunión en la fe como compañeros de camino que juntos van siguiendo el itinerario de la gran peregrinación que primero nos señalaron los Magos de Oriente. La espontaneidad de las nuevas comunidades es importante, pero es asimismo importante conservar la comunión con el Papa y con los Obispos. Son ellos los que garantizan que no se están buscando senderos particulares, sino que a su vez se está viviendo en aquella gran familia de Dios que el Señor ha fundado con los doce Apóstoles. Aún, una vez más, debo volver a la Eucaristía. “Porque aún siendo muchos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un solo pan” dice san Pablo (1 Cor 10,17). Con esto quiere decir: puesto que recibimos al mismo Señor y Él nos acoge y nos atrae hacia sí, seamos también una sola cosa entre nosotros. Esto debe manifestarse en la vida. Debe mostrase en la capacidad de perdón. Debe manifestarse en la sensibilidad hacia las necesidades de los demás. Debe manifestarse en la disponibilidad para compartir. Debe manifestarse en el compromiso con el prójimo, tanto con el cercano como con el externamente lejano, que, sin embargo, nos mira siempre de cerca. Existen hoy formas de voluntariado, modelos de servicio mutuo, de los cuales justamente nuestra sociedad tiene necesidad urgente. No debemos, por ejemplo, abandonar a los ancianos en su soledad, no debemos pasar de largo ante los que sufren. Si pensamos y vivimos en virtud de la comunión con Cristo, entonces se nos abren los ojos. Entonces no nos adaptaremos más a seguir viviendo preocupados solamente por nosotros mismos, sino que veremos donde y como somos necesarios. Viviendo y actuando así nos daremos cuenta bien pronto que es mucho más bello ser útiles y estar a disposición de los demás que preocuparse solo de las comodidades que se nos ofrecen. Yo sé que vosotros como jóvenes aspiráis a cosas grandes, que queréis comprometeros por un mundo mejor. Demostrádselo a los hombres, demostrádselo al mundo, que espera exactamente este testimonio de los discípulos de Jesucristo y que, sobre todo mediante vuestro amor, podrá descubrir la estrella que como creyentes seguimos. �Caminemos con Cristo y vivamos nuestra vida como verdaderos adoradores de Dios! Amén.

Benedicto XVI: de la JMJ, el auspicio de una gran primavera de esperanza en Europa y en todo el mundo

Benedicto XVI: de la JMJ, el auspicio de una gran primavera de esperanza en Europa y en todo el mundo

   “Una intuición profética” del “inolvidable” predecesor, destinada a dar comienzo a una “gran primavera de esperanza” para Europa y el mundo: así definió Benedicto XVI la Jornada Mundial de la Juventud. El miércoles 24 de agosto, en la audiencia general, el Papa habló de su experiencia en Alemania, recorriendo sus etapas y sus momentos más significativos, delante de 7000 personas de cuatro continentes que colmaban el Aula Pablo VI, entre las cuales sobresalían una delegación interreligiosa proveniente de Nagasaki y una de religiosos budistas. De la intervención de Benedicto XVI: La Providencia divina ha querido que mi primer viaje pastoral fuera de Italia tuviera como meta precisamente mi país de origen y con motivo del gran encuentro de los jóvenes del mundo, veinte años después de la institución de la Jornada Mundial de la Juventud, surgida de la intuición profética de mi inolvidable predecesor.

El abrazo con los jóvenes participantes en la Jornada Mundial de la Juventud comenzó desde mi llegada al aeropuerto de Colonia-Bonn y fue haciéndose cada vez más emocionante al recorrer el Rhin desde el muelle de Rodenkirchenerbrucke hasta Colonia, escoltados por cinco embarcaciones en representación de los cinco continentes. Luego fue sumamente sugerente el alto ante el embarcadero del Poller Rheinwiesen, donde estaban presentes miles y miles de jóvenes, con los que mantuve el primer encuentro oficial, llamado oportunamente «fiesta de la acogida», que tenía como lema las palabras de los Magos: «�Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido?» (Mateo 2, 2). Fueron precisamente los Magos los «guías» para esos jóvenes peregrinos hacia Cristo. Qué significativo es el hecho de que todo esto haya tenido lugar mientras nos encaminamos hacia la conclusión del Año Eucarístico, convocado por Juan Pablo II! «Hemos venido a adorarle», el tema del Encuentro, invitó a todos a seguir a los Magos, y a cumplir junto a ellos un viaje interior de conversión hacia el Emanuel, el Dios con nosotros, para conocerle, encontrarle, adorarle, y, después de haberle encontrado y adorado, volver a comenzar llevando en el espíritu, en nuestra intimidad, su luz y alegría.

En Colonia, los jóvenes han podido profundizar en varias ocasiones en estos temas espirituales y han sido estimulados por el Espíritu Santo a ser testigos de Cristo, que en la Eucaristía prometió quedarse realmente presente entre nosotros hasta el final del mundo. Vuelvo a pensar en varios momentos que tuve la alegría de compartir con ellos, especialmente en la vigilia del sábado por la noche y en la celebración conclusiva del domingo. A estas sugerentes manifestaciones de fe se unieron millones de otros jóvenes de todos los rincones de la tierra, gracias a las providenciales transmisiones de radio y televisión. Pero quisiera evocar aquí un encuentro singular, el de los seminaristas, jóvenes llamados a un seguimiento más radical de Cristo, maestro y pastor. Quise que hubiera un momento específico dedicado para ellos para resaltar también la dimensión vocacional típica de las Jornadas Mundiales de la Juventud. Muchas vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada han surgido en estos veinte años precisamente durante las Jornadas Mundiales de la Juventud, ocasiones privilegiadas en las que el Espíritu Santo deja escuchar su llamada. En el contexto lleno de esperanza de las Jornadas de Colonia, se enmarca muy bien el encuentro con los representantes de las demás iglesias y comunidades eclesiales. El papel de Alemania en el diálogo ecuménico es importante, ya sea por la triste historia de divisiones, ya sea por el papel significativo que ha desempeñado en el camino de la reconciliación. Deseo que el diálogo, como intercambio recíproco de dones y no sólo de palabras, contribuya además a hacer crecer y madurar esa «sinfonía» ordenada y armoniosa que es la unidad católica. En esta perspectiva, las Jornadas Mundiales de la Juventud representan un válido «laboratorio» ecuménico. Y, �cómo no revivir con emoción la visita a la Sinagoga de Colonia, en la que tiene su sede la comunidad judía más antigua de Alemania? Con los hermanos judíos recordé la Shoá, y el sexagésimo aniversario de la liberación de los campos de concentración nazis. Este año se celebra, además, el cuadragésimo aniversario de la declaración conciliar «Nostra aetate», que inauguró una nueva estación de diálogo y de solidaridad espiritual entre judíos y cristianos, así como de estima por las demás grandes tradiciones religiosas. Entre estas, ocupa un lugar particular el Islam, cuyos seguidores adoran al único Dios y se remontan con gusto al patriarca Abraham. Por este motivo, quise encontrarme con los representantes de algunas comunidades musulmanas, a los que manifesté las esperanzas y las preocupaciones del difícil momento histórico que estamos viviendo, deseando que se extirpe el fanatismo y la violencia y que juntos podamos colaborar siempre en la defensa de la dignidad de la persona humana y tutelar sus derechos fundamentales.

Queridos hermanos y hermanas, desde el corazón de la «vieja» Europa, que en el siglo pasado, por desgracia, experimentó horrendos conflictos y regímenes inhumanos, los jóvenes han vuelto a lanzar a la humanidad de nuestro tiempo el mensaje de la esperanza que no decepciona, pues está fundada sobre la Palabra de Dios, hecha carne en Jesucristo, muerto y resucitado por nuestra salvación. En Colonia, los jóvenes han encontrado y adorado al Emmanuel, el Dios con nosotros, en el misterio de la Eucaristía y han comprendido mejor que la Iglesia es la gran familia por la que Dios forma un espacio de comunión y de unidad entre todo continente, cultura y raza, por así decir, una «gran comitiva de peregrinos» guiados por Cristo, estrella radiante que ilumina la historia. Jesús se hace nuestro compañero de viaje en la Eucaristía, y en la Eucaristía –así decía en la homilía de la celebración conclusiva tomando de la física una imagen muy conocida– produce la «fisión nuclear» en el corazón más escondido del ser. Sólo esta íntima explosión del bien que vence al mal puede dar vida a otras transformaciones necesarias para cambiar el mundo. Recemos, por tanto, para que los jóvenes de Colonia lleven consigo la luz de Cristo, que es verdad y amor, y la difundan por doquier. De este modo podremos asistir a una nueva primavera de esperanza en Alemania, en Europa y en todo el mundo. (Traducción del original italiano realizada por Zenit)