


Personas en el centro de la acción
«Durante los meses de verano participé en el programa de pasantía empresarial de la red de empresas que adhieren a la Economía de Comunión en Estados Unidos. De esta forma, como complemento del bienio en Economía y Gestión que estoy estudiando en el Instituto Universitario Sophia, en la ciudadela internacional de Loppiano, en Italia, estuve en Indiana en los meses de julio y agosto. Pensaba que sería solamente una experiencia de investigación científica. Por el contrario me encontré inmersa no sólo en una serie de actividades, sino también en una apasionante aventura personal. Un pro-memoria para las próximas veces: ¡qué necesario es desarmar nuestras expectativas para acoger profundamente cada experiencia! El programa de la pasantía para jóvenes se llevaba a cabo en la empresa Mundell & Associates Inc.con sede en Indianápolis. Pero este año había algo más: los que realizaban la pasantía también podían transcurrir algún tiempo y compartir sus competencias profesionaes dentro de Project Lia , otra empresa de Economía de Comunión que se desempeña en dos vertientes: impacto social e impacto ambiental. Fue un verdadero extra-bonus haberme podido acercar a este sector de los negocios también. Y no me dejé escapar la oportunidad que se me presentó.
Quisiera compartir un par de ideas. Como primera cosa, considero que uno de los aspectos más importantes en el momento de estudiar, observar, practicar y promover la Economía de Comunión es la voluntad de colaborar. Para entrar en las dinámicas relacionales de esta propuesta, hay que abrir el corazón, la mente y los ojos a esos pequeños detalles que hacen de cada jornada algo extraordinario: el aliciente recíproco y la acogida sonriente, el reconocimiento del valor y de la humanidad del otro, el encuentro con personas que nunca habías conocido, la capacidad de sorprenderse, la búsqueda de equilibrio entre los diversos aspectos de la vida, la elección de privilegiar toda ocasión de aprendizaje, asumir nuevas informaciones, reconocer y sostener el cambio concreto, participar en la transformación de conceptos obsoletos. Economía de Comunión (EdC) es una propuesta económica distinta de las demás, porque gestionada por personas distintas. No es el modelo en sí mismo, son las personas las que constituyen el centro de la acción. Mientras me preparaba para partir, concluyendo, me preguntaba: ¿cómo describiré esta expriencia? La pasantía fue muy exigente: el encuentro con Project Lia, innovadora experiencia empresarial, me dio mucho. Por otra parte, trabajando en estrecho contacto con Elizabeth Wallin, que fue la iniciadora del proyecto, me vi en el futuro afrontando y superando desafíos y momentos difíciles. Aprecio mucho el tiempo que tuve para conocer su historia: me permitió comprender el business, pero también contactarme con la esencia de una empresa que tiene una finalidad social. Constaté que encaminar una empresa o un proyecto, el startup, es un proceso muy enriquecedor.
No es un secreto que hacer una empresa es un continuo descubrimiento de cosas nuevas, una batalla. Observando a Elizabeth, día tras día, admiré su capacidad de navegar en un mar de cambios. Encaminar una empresa es una actividad que nace de la inteligencia, pero también del corazón. Para proyectar una sociedad EdC, hay que saber salir de la zona de confort para ir al encuentro de los demás, así como ellos son. Se necesitan paciencia, humildad, flexibilidad. Cuando se abra este camino para mí, me acercaré más a quien realmente soy». Fuente: sophiauniversity.org Leer también: Project Lía: transformar vidas

Guiados por una visión profética
Del el 2 al 4 de noviembre se llevará a cabo en Castel Gandolfo (cerca de Roma) el evento internacional Prophetic Economy, organizado por varios movimientos e instituciones internacionales con el objetivo de crear nuevos caminos de colaboración entre change-makers o agentes de cambio (personas físicas, organizaciones privadas y públicas) de todo el mundo. Son “operadores o agentes de cambio” que, adoptando soluciones sustentables a nivel ambiental y social, trabajan y se comprometen en nuevas y creativas formas de “economía profética” al servicio de la gente, especialmente de los más necesitados, del ambiente y del futuro. “Nuestro mundo – afirman – afronta una crisis ecológica y social. Los cambios climáticos y el aumento de la desigualdad están alimentados por estructuras económicas injustas, políticas a corto plazo y prácticas de ayuda obsoletas. Mucha gente en todo el mundo cree, apasionadamente, en el desarrollo humano y en la sustentabilidad, trabajan incansablemente para cambiar las reglas y pedir justicia. Es tiempo de juntarnos y sumar en ese sentido”. El evento fue precedido por un concurso, Prophetic practices award 2018, en el que participaron 135 change-makers y organizaciones de 35 países. Las experiencias de los finalistas, elegidas por un jurado internacional de expertos, (Vandana Shiva, Jeff Sachs, Cristina Calvo y Stefano Zamagni), se presentarán en vivo durante el evento. Leer: Prophetic Economy

Una sumatoria de bellezas
En el corazón de Europa, en Suiza, con sus 7,8 millones de habitantes, en un territorio de 41 mil km. cuadrados, en un pequeño país de gran variedad idiomática, cultural y religiosa, frecuentemente señalado como modelo exitoso de integración. La espiritualidad de la unidad, particularmente integrada en un tejido social ya orientado a las relaciones y a la recíproca acogida, si difundió rápidamente desde los comienzos de los años ’60, y se arraigó con profundas raíces. Muchas de las intuiciones sobre los desarrollos subsiguientes de la espiritualidad de los Focolares están vinculados a las estadías veraniegas de Chiara Lubich en los valles de Suiza. Desde 1975, funciona en Baar, en el Cantón de Zugo, un Centro de Formación, abierto a todos, convertido con el tiempo en el corazón de la ciudadela de los Focolares, “Eckstein” (“Piedra angular”) donde funcionan varias pequeñas empresas. El Centro favorece los momentos de contacto y encuentro, no sólo entre los cristianos católicos y reformados.
A fines de septiembre, en la pequeña ciudad suiza, primero en la Sala de la Intendencia y después en los locales del Centro del Movimiento, para un grupo más pequeño de superiores y responsables, tuvo lugar un encuentro para casi 400 religiosos y religiosas pertenecientes a ochenta comunidades, entre ellos unos diez de la Iglesia de la reforma y de una comunidad ortodoxa, y representantes de institutos seculares, movimientos, comunidades y familias eclesiales. Los miembros del focolar dieron un discreto aporte al evento, “tras bambalinas”. «Hoy tenemos necesidad de ayudarnos a estar uno al lado del otro, a no mirar nuestras barreras o nuestras diferencias, que deben permanecer. Debemos hacer que nuestras diversidad resplandezca en una única gran experiencia, de seguimiento de Cristo y de nuestros fundadores» afirmó el card. Joao Braz de Aviz, presente en el encuentro. En una entrevista, el Prefecto de la Congregación para la Vida Consagrada, explicó: «Todas las diversas estructuras que constituyen la Iglesia, religiosos, eremitas, monjes, monjas, hermanos, hermanas, institutos seculares, todos están buscando un camino común. En la cultura actual todo se acercó».
«Todas las diversas estructuras que constituyen la Iglesia, religiosos, eremitas, monjes, monjas, hermanos, hermanas, institutos seculares, todos están buscando un camino común. En la cultura actual todo se ha acercado». «En este momento – explica – tenemos necesidad de recorrer el camino juntos, y también nosotros de las órdenes, de las congregaciones, de la vida consagrada, precisamos un instrumento, un tipo de vida que nos acerque en todas las formas posibles. No es el mismo camino transcurrido anteriormente, el de una espiritualidad individual, que debe conservarse. Pero debemos pasar a una capacidad de mirar juntos, de mirar al otro con la atención con la que nos miramos a nosotros mismos. Esto lo que estamos aprendiendo, comenzando por nosotros los cardenales». Y concluyó: «Quisiera que todos nosotros pudiéramos, en este momento, sumar nuestras bellezas y formar esta gran unidad, recordando lo que dice el Papa Francisco: “La unidad no se construye destruyendo, sino armonizando la diversidad”. Es un camino que a veces significa un poco de esfuerzo, porque debemos aprender a salir hacia los demás, “el primer movimiento que debemos hacer es ir hacia el otro”, como dice el Papa. Si nosotros no salimos de nosotros mismos, permanecemos en el centro. Esto está naciendo aquí en Suiza, con simplicidad, como si estuviéramos todos en la escuela de María».

Vuelve “24 horas de Luce”
El 27 y el 28 de octubre próximos, en la ciudadela internacional de Loppiano (Italia), se repite el evento “24 horas de Luce”, dedicado a la Beata Chiara Luce Badano. Serán dos días de oración, performance, testimonios y música, dedicados a la historia de la beata Chiara Luce Badano, quien falleció cuando tenía tan sólo 18 años debido a un osteosarcoma. Ella es una de las “patronas” del reciente Sínodo de los jóvenes. Junto con ella, el protagonista de este año será el Evangelio, definido por la beata como “el único objetivo de mi vida”. La cita está abierta a todos y comenzará el sábado 27 de octubre con la S. Misa de las 12.00 horas en el Santuario de María Theotokos. “24 horas de Luce” es promovido por los jóvenes de los Focolares que viven en Loppiano y asisten a las Escuelas Gen, y por los centros de formación para jóvenes de todo el mundo.
Evangelio vivido: Libres, guiados por el Espíritu
Alegría de servir Cuando, después de muchos tratamientos inútiles, murió nuestro hijo, para mi esposa empezó un período de depresión, debido al cual incluso ver a los otros niños le causaba sufrimiento. Poco a poco nos aislamos y la vida perdió su color. Un día conocimos una comunidad donde se leía y se ponía en práctica el Evangelio. Una frase, en especial, le cambió la vida: “Hay más alegría en dar que en recibir”. Ella quedó profundamente impresionada. Después de un período de reflexión, volvió a trabajar como asistente en un centro de pediatría oncológica. A partir de ese momento se recuperó rápidamente. Un día me confesó su alegría de servir a los otros niños. R. A. – Francia La zapatera Por motivos de salud me vi obligado a permanecer algunas semanas en casa. Para mantenerme ocupado, construí una zapatera, pero el resultado fue que me deprimí porque me parecía que estaba llena de defectos. Mi esposa en cambio no hacía más que elogiarla, y lo mismo hacían los niños. Quizás en realidad no era tan despreciable. Animado, cree otros objetos útiles. Cuando regresé al trabajo, sentí una auténtica alegría de volver a ver a mis colegas. El amor me había sanado. S. V. – República Checa Carro nuevo No valía la pena reparar nuestro auto viejo, pero no nos podíamos permitir uno nuevo. Tenemos una hija autista que no puede viajar en medios públicos, ni caminar mucho. Con la fe de quien ya ha obtenido, rezamos pidiendo una solución. Tiempo después, los amigos de la parroquia encontraron para nosotros un automóvil usado pero en excelentes condiciones. Una vez más no nos faltó la ayuda de Dios. R. C. – Gran Bretaña Sin llaves Debido a la gran pobreza y desocupación de en nuestra isla hay muchos ladrones. Una noche la pequeña Nanou, mientras los papás estaban fuera de casa, salió para participar en un encuentro en la parroquia. Como no tenía llaves de casa dejó entreabierta la puesta con un ladrillo y se confió en Jesús. Al regresar encontró en la calle a sus papás que estaban regresando. El papá se enfureció al encontrar la casa abierta. Pero delante de la fe de la hija, que lo invitaba a confiar en Jesús, no pudo replicar. Sobre todo porque no sucedió nada malo. D. R. – Madagascar Soy Libre de Amar No le había prestado atención a los primeros síntomas. Disminución del tono de voz, dolor de espalda, dificultad para tragar, pérdida del equilibrio, caídas accidentales, ruptura del tabique nasal. Después, el 13 de junio de 2016, en Bolonia me diagnosticaron la ELA, Esclerosis Lateral Amiotrófica. El médico me dijo pocas palabras y me dio una escueta carta con un código. ¿Por qué yo? Durante días me venían a la mente las palabras de Pablo de Tarso: “Estamos atribulados, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados…”. Releyendo por enésima vez esa sigla pensé, SLA (sigla en italiano), también puede significar “Soy Libre de Amar”. Cuando los músculos no responden, el olfato deja de percibir el perfume, el tacto es inexistente, el gusto te abandona, siempre puedo amar. Si transformas el dolor en un don de amor, la vida de sonreirá. El hombre no está hecho para la derrota. F. S. – Italia
Coloreamos la ciudad

Ana y la cruz de Hugo
Ana tiene 19 años, vive en España. Empieza su relato, sin timidez, mientras camina por el palco del Aula Pablo VI. «Para conocer mejor el sector socio-sanitario, a principios de marzo fui al hospital de mi ciudad», cuenta. En el hospital, fue acogida por un trabajador social, quien en lugar de hacerle muchos discursos, le prestó una bata de enfermera, le puso en las manos una historia clínica y la acompañó a la habitación de su paciente: «Cuando entré y lo vi sentí que un escalofrío me recorría el cuerpo. Tuve que salir un momento para respirar profundamente». En la cama, había un chico un poco mayor que ella, enfermo terminal de cáncer. Ana se animó y regresó a la habitación: «¿Cómo estás?». Él la miró sorprendido y le hizo repetir la pregunta. «Antes que nada me presento –le respondió–, estoy aquí hace dos meses, tengo un osteosarcoma, me queda poco tiempo de vida y siento que lo estoy perdiendo todo: la familia, el trabajo, mi novia. La vida ya no tiene sentido». Ana quedó en shock. Millones de emociones y pensamientos pasaron por su corazón y su mente. Sin embargo, intentó entablar una conversación y contarle algo de ella y de su vida. Después de algunos minutos de silencio, el chico le preguntó: «¿Tú crees en Dios?». Una vez más tomó a Ana por sorpresa, pero le respondió que sí. «Yo, en cambio no, porque me abandonó –agregó él–, porque en pocos meses me quitará la vida. Me ha dejado muy solo». La joven andaluza se encomendó a Dios antes de replicar: «Lo que estás sintiendo ahora tiene un nombre, es ‘Jesús abandonado’. Dios no te ha abandonado. Sigue estando a tu lado más que nunca. Te está poniendo a prueba, y con lo que vives te hace una pregunta, a la cual quizás todavía no has respondido: “¿Eres capaz de seguirme también en el dolor más grande?”. Él eligió esta cruz para ti, por una razón, porque quiere que tú seas testigo de su amor. Quiere hacerte santo. Tú puedes ser santo si aceptas y acoges este dolor, si lo tomas como algo que viene de Dios y no como algo tuyo. Después sin pensar, empiezas a amar a las personas que tienes a tu alrededor, a tus padres, a tu novia, a tus amigos. Hazles ver que no le temes a la muerte porque has encontrado algo precioso que te ayuda a vivir momento por momento, sin pensar en qué será de ti mañana». «A través del trabajador social supe que algunos días después de mi visita, su salud empeoró –cuenta Ana– y que pidió recibir la unción de los enfermos, para poder irse en paz. Tiempo después, recibí esta carta…». En el palco del Aula Pablo VI un joven actor le prestó su voz a Hugo: «Hola Ana, te cuento algo de mí. Estos días han sido difíciles porque el cáncer ha avanzado velozmente, estoy más cansado, más débil, pero esas son las ocasiones en las que puedo amar más. Han sido jornadas difíciles porque he visto la muerte cada vez más cercana y esto me asustaba un poco, pero cuando sucedía, recordaba que no es la muerte quien llama, sino Dios: me llama a ir con Él al Paraíso, y esto me da la fuerza de sonreír, de amar. Ya me queda poco tiempo aquí, Ana, pero tengo que decirte que ahora no tengo miedo porque sé que estaré bien. Gracias por haberme sacado de ese hueco profundo, por haberme escuchado, pero sobre todo, gracias por haber devuelto a Dios a mi vida. Quiero que ahora tú vivas por ambos, que tú te diviertas por ambos y que realices todos tus sueños. Yo siempre estaré a tu lado y, desde el Paraíso, me haré cargo de ti todos los días, seré como tu pequeño ángel de la guarda. Le di al trabajador social una cruz para que te la entregue de mi parte. La llevo desde cuando hice la Primera Comunión, pero quiero que tú la tengas para que, cuando la mires, recuerdes que ésta es la Cruz que Dios ha querido para ti y que hay que llevarla con alegría y amando siempre. Te espero en el Paraíso, Ana». Tamara Pastorelli Fuente: www.cittanuova.it
Si estamos unidos Jesús está entre nosotros
Si estamos unidos, Jesús está entre nosotros. Y esto vale. Vale más que cualquier otro tesoro que pueda poseer nuestro corazón: más que la madre, que el padre, que los hermanos, que los hijos. Vale más que la casa, que el trabajo, que la propiedad; más que las obras de arte de una gran ciudad como Roma, más que nuestras ocupaciones, más que la naturaleza que nos rodea, con las flores y los prados, el mar y las estrellas; ¡más que nuestra alma! Él es quien, inspirando a sus santos con sus eternas verdades, hizo época en toda época. También ésta es su era: no la de un santo, sino la de Él; de Él entre nosotros; de Él viviente en nosotros, que construimos -en unidad de amor- su Cuerpo místico y la comunidad cristiana. Pero es preciso dilatar a Cristo, hacerlo crecer en otros miembros; hacerse como Él, portadores de Fuego, que es la caridad en acto. ¡Hacer uno de todos y, en todos, el Uno! Entonces, vivamos momento a momento la vida que Él nos da. El amor fraterno es un mandamiento: «Ante todo…». Por lo cual todo vale si es expresión de sincero amor fraterno. Nada vale, de todo cuanto hacemos, si en ello no se da el sentimiento de amor por los hermanos; porque Dios es Padre y tiene en su corazón siempre y sólo a sus hijos. Fuente: Centro Chiara Lubich

GenVerde Tour
Plymouth:
6-7-8 de noviembre: talleres artísticos con los jóvenes. 9: Concierto 10: Feedback
Welwyn Garden City:
16-17-18 noviembre: talleres artísticos con los jóvenes.
Birmingham: 20, 21 y 22 de noviembre: taller con jóvenes 23 de noviembre: concierto GenVerde Tours