
Chiara Lubich: Tengo un sueño
“Si observo lo que el Espíritu Santo hizo con nosotros y con muchos otras “empresas” espirituales y sociales que hoy trabajan en la Iglesia, no puedo sino esperar que Él actuará de nuevo y siempre con semejante generosidad y magnanimidad. Y esto no sólo con respecto a las nuevas obras que nacerán de su amor, sino también para el desarrollo de las que ya existen, como la nuestra. Mientras tanto para nuestra Iglesia sueño un clima más conforme a ella como Esposa de Cristo; una Iglesia que se presente al mundo más bella, más una, más santa, más carismática, más identificada con su modelo, María, por lo tanto, mariana, más dinámica, más familiar, más íntima, más configurada con Cristo, su Esposo. La sueño como faro para la humanidad. Sueño en ella una santidad de pueblo, nunca vista antes. Sueño que el despertar – que hoy se comprueba – en la conciencia de millones de personas, de una fraternidad vivida, cada vez más amplia en la tierra, se transforme mañana, con los años del 2000, en una realidad general, universal. Sueño por ello, que desaparecerán las guerras, las luchas, el hambre, los miles de males del mundo. Sueño un diálogo de amor cada vez más intenso entre las Iglesias, que nos permita ver más cercana la composición de la única Iglesia. Sueño que se hace más profundo, vivo y activo el diálogo entre las personas de las más variadas religiones vinculadas entre ellas por el amor, “regla de oro” presente en todos los libros sagrados. Sueño con un acercamiento y enriquecimiento recíproco entre las varias culturas en el mundo, que dé origen a una cultura mundial que ponga en primer plano los valores que siempre fueron la verdadera riqueza de cada pueblo y que se impongan como sabiduría global. Sueño que el Espíritu Santo continúe invadiendo las Iglesias y potencie las “semillas del Verbo” más allá de sus fronteras, para que el mundo sea invadido por las continuas novedades de luz, de vida, de obras que sólo El sabe generar. Para que hombres y mujeres cada vez más numerosos emprendan rectos caminos, converjan a su Creador, predispongan almas y corazones a su servicio. Sueño relaciones evangélicas no sólo interpersonales, sino entre grupos, Movimientos, Asociaciones religiosas y laicas, entre los pueblos, entre los Estados, de modo que sea lógico amar la patria de los demás como la propia. Y sea lógico tender a una comunión de bienes universal, por lo menos como punto de llegada. [..] Sueño, por lo tanto, un anticipo de Cielos nuevos y una tierra nueva como es posible aquí en la Tierra. Sueño mucho, pero tenemos un milenio para verlo realizado”. Chiara Lubich De: Actualidad: leer el propio tiempo, Cittá Nuova, Roma 2013, pag. 102-103
La terapia de la sonrisa
Sonreír hace bien, lo dicen también los científicos. Prolonga la vida, reduce el estrés, acerca a las personas entre ellas. A veces puede también cambiar la vida. La Jornada internacional de la Sonrisa, una idea de Harvey Ball, el creador del “smile” que inspiró los emoticones, se celebra desde 1999 cada primer viernes de octubre. Donar una sonrisa no es siempre fácil, pero es necesario. «Yo no conozco ningún otro signo de superioridad en el hombre que el de ser amable», afirmó Beethoven. Y Platón: «Cada persona que encuentres está combatiendo una batalla de la que tú no sabes nada. Sé amable, siempre». Hunter Dohertyt Adams, conocido como “Patch” (“curita” en inglés) es médico, activista y escritor famoso en todo el mundo por practicar y sostener la “Risoterapia”. Él está firmemente convencido de que alegría y creatividad son parte integrante del proceso de curación, en especial de los niños. Patch y sus colegas luchan contra el dolor y la enfermedad usando una nariz roja de payaso, y éste se convirtió en el elemento distintivo de un nuevo modo de ejercer la profesión de médico. Adams ha dedicado su vida al estudio del ser humano bajo todos los aspectos y a la creación de un sistema sanitario al alcance de todos. Su filosofía de curación parte de la mente, de la acción que estimula en los pacientes la construcción de un pensamiento positivo que puede hacer que nuestra vida sea mejor.

Del sueño al compromiso: las propuestas de Loppianolab
«Más de mil participantes, de los cuales una cuarta parte en la franja de edad de los jóvenes, chicos y niños; tres temas centrales sobre trabajo, educación, participación, a partir de la herencia del año ’68; casi cincuenta talleres para grandes y pequeños; decenas de relatores» destaca satisfecha Aurora Nicosia, Directora de la revista Città Nuova, en la conclusión de LoppianoLab, el laboratorio para Italia que se realizó, el 29 y 30 de septiembre, en la Ciudadela Internacional de Loppiano y cuyo título se relacionaba con el aniversario de la contestación: “Del sueño al compromiso, educación, participación, trabajo, a los cincuenta años del ‘68”. Cada uno de los tres temas – educación, participación, trabajo – fue el centro de una plenaria, a la que le siguieron talleres abiertos al aporte de todos. La mañana del sábado 29 de septiembre fue dedicada al tema del trabajo, con la puntualización de “Por qué el trabajo no terminará”, que puso en diálogo a Carlo Petrini, fundador y alma de Slow food, con la economista Hermana Alessandra Smerilli y el Padre Antonio Loffredo de la cooperativa social La Paranza, moderados por la abogada Flavia Cerino. Sobre la herencia que nos ha dejado el año ’68 en el ámbito cultural, político y eclesial, hubo un debate entre Mario Capanna, político y ensayista, el teólogo Brunetto Salvarani y la ex diputada Rosy Bindi con la moderación de Marco Luppi (hitoriador, Instituto Universitario Sophia) y Federico Rovea, (doctorando en Ciencias de la educación, Universidad de Padua) con el tema cuyo título era: Del sueño al compromiso: Más allá de la revolución y la contestación del año ’68.
La mañana del domingo 30 de septiembre, en cambio, se concentró en el tema de la educación, con el título “Del sueño al compromiso: hablemos de educación 4.0 Entre memoria y futuro… una cuestión de sentido”. El debate, moderado por el escritor Paolo Di Paolo, contó con la presencia del profesor y escritor Eraldo Affinati, Emma Ciccarelli, vice presidente del Forum Associazioni Familiari, y Michele De Beni, pedagogo y docente del Instituto Universitario Sophia. Entre los temas tratados, se vio la situación que vive hoy el mundo de la enseñanza y más ampliamente, el mundo de la educación. «LoppianoLab, fue importante para volver a focalizar algunas prioridades: el trabajo, la necesidad de participación en muchos lugares compartidos entre sociedad y política, el rol central de la educación…» comenta Marco Luppi, docente de Historia Política Contemporánea del Instituto Universitario Sophia. «Pasando del sueño al compromiso, yo parto del hincapié que se hizo, de alguna manera, en todas las charlas y talleres, el de un trabajo común que nos espera a todos, creyentes y no creyentes, hacia la construcción del bien común, en un diálogo no sólo posible, sino también urgente».
Como en los años anteriores, la fórmula de los talleres que caracteriza el evento puso en diálogo a ciudadanos, empresarios, operadores de la comunicación, estudiantes y docentes, políticos, miembros del asociacionismo, jóvenes, intelectuales, de todas las regiones de Italia y de otros países. «Como conclusión, destaca Aurora Nicosia, «podemos decir que el título de esta edición, “Del sueño al compromiso”, no quedó en un slogan, sino que pasó a ser algo vital, un impulso a no renunciar a los “sueños”, como ha menudo dice el Papa Francisco, sino a darles a esos sueños concreción, con un compromiso individual y coral». Tamara Pastorelli

Inclusiva, equitativa y sostenible
Carolina Carbonell está entre los organizadores del Congreso de Economía de Comunión de Rosario, la poblada ciudad de la provincia de Santa Fe, a 300 Km. de Buenos Aires. Lo define como “un maratón”. Quizás porque todo comenzó con una carrera. «Era febrero 2018. Pocos meses antes había llegado la propuesta de organizar un Congreso en nuestra ciudad. Hacía mucho calor. Caminando por el área peatonal de la ciudad, encontré a un viejo amigo de la Universidad, hoy director de una serie de hoteles. Rápidamente lo detuve y le conté nuestro sueño, así encontramos el lugar para el Congreso». El 6 de septiembre pasado 70 personas estaban presentes en la inauguración, con una conferencia con el título ¿Qué es la Economía de Comunión? «No pocas, considerando el hecho de que eran días en donde las Facultades están siendo objeto de protestas por parte de los estudiantes».
El segundo día prosiguió el “maratón”. «Todo el equipo – relata Carolina – se levantó temprano para ir a visitar a más de 300 chicos de cuatro y quinto año de 12 escuelas de Rosario, reunidos en el “Colegio Natividad del Señor” para participar en un taller. Los muchachos pusieron toda su creatividad para “crear” empresas y “tomar decisiones” sobre distintas situaciones como la competencia, la crisis, la distribución de las utilidades y a selección del personal. De todas formas la parte más interesante fue el examen al que someten a los empresarios de la EdC presentes, quienes respondieron según su experiencia de vida. En la tarde fuimos al After Unplugged “Empresas de un solo tiempo” en La Maquinita Rosario». Se trata de un espacio de coworking (infraestructura de trabajo compartido) donde Gonzalo Perrín, Leandro Simeoni y Lucas Longhi contaron su experiencia de empresarios en un proyecto de bien común. «El sábado 8 le dimos la bienvenida a 120 participantes, provenientes de 30 ciudades de 8 provincias y 4 naciones distintas. Un buen grupo, muy heterogéneo por edad y profesión. Después de una presentación innovadora, de los orígenes hasta hoy de la EdC siguieron los testimonios de los empleados de algunas empresas que forman parte del proyecto. Eran experiencias distintas, desde una empresa familiar que produce banquetas sustentables, a un contact center con 1.200 empleados, hasta “Nomines”, una empresa inclusiva que sólo contrata personas con capacidades diferentes».
Después del almuerzo, se presentó la original propuesta de un juego, el baile de las sillas, pero en una versión distinta y más divertida, en lugar de eliminar a quien se quedaba sin lugar se eliminaban las sillas. «Se necesita ingenio y equilibrio para sentarse encima de los demás si hacerse daño. El momento más difícil es cuando queda una sola silla, y todos tienen que sentarse sin que nadie se caiga. El mismo ingenio es el que tienen que tener los que trabajan para eliminar la pobreza». Con gran profundidad se presentaron algunas realidades entre las más tristes que están presentes en la sociedad, para recordar los motivos por los que nació la EdC. Al final, concluyó Carolina, «cuando pensábamos que faltaba poco para llegar a la meta», porque se trataba de un maratón, «y parecía que ya no va a suceder nada, llegó lo imprevisto. El domingo, algunos niños de 8 años contaron sus experiencias; la de una pequeña empresa, para ganar dinero y compartirlo con los chicos de otros países en guerra, o también la de sus visitas a un centro para ancianos donde aprenden a estimarlos». La conclusión fue la entrevista a Martina, de 9 años: «Las preguntas, pero sobre todo las respuestas presentaban la profecía que contiene la EdC, las personas que viven la cultura del dar desde niñas son las que un día podrán cambiar la economía». Fuente: www.focolare.org/conosur

El arte de la gratuidad se aprende en la familia
Economía es una palabra griega que se refiere directamente a la casa (oikos nomos, normas para administrar la casa), por lo tanto a la familia. Sin embargo la economía moderna, y más todavía la contemporánea, ha sido concebida como un ámbito regido por principios diversos, distintos y en cierto sentido opuestos a los principios y valores que siempre han regido y siguen rigiendo en la familia. Un principio fundamental de la familia, quizás el primero y la base de los demás, es la gratuidad, que está muy distante de la economía capitalista, que acepta sustitutos de la gratuidad (como los descuentos, la filantropía, los saldos), pero que en realidad tienen la función de inmunizar los mercados de la auténtica gratuidad. De hecho, la familia es el lugar principal donde aprendemos, para toda la vida y especialmente cuando somos niños, lo que Pavel Florensky llamaba “el arte de la gratuidad”. Es allí donde, sobre todo los niños, aprenden también a trabajar, porque no existe un trabajo bien hecho sin gratuidad. Sólo que nuestra cultura asocia la gratuidad a lo que es gratis, a los accesorios, al descuento, a la media hora de trabajo extra sin remuneración, al precio cero (San Francisco habría dicho que la gratuidad es un precio infinito: que no se puede ni comprar ni vender porque es impagable). […] La gratuidad es una forma de actuar y un estilo de vida que consiste en acercarse a los demás, a sí mismo, a la naturaleza, a Dios, a las cosas no para usarlas utilitariamente en beneficio propio, sino reconociéndolas en su alteridad y en su misterio, respetándolas y sirviéndolas. Decir gratuidad significa por lo tanto, reconocer que un comportamiento se realiza porque es bueno, y no por su recompensa o sanción. […] Si la familia quiere, y debe, cultivar el arte de la gratuidad, debe tener mucho cuidado para no importar dentro de casa la lógica del incentivo que hoy rige en todas partes. […] Una de las tareas propias de la familia es precisamente formar en las personas la ética del trabajo bien hecho, una ética que nace precisamente del principio de gratuidad. Si, en cambio, se empieza a implementar en la familia la lógica y la cultura del incentivo, y por lo tanto, el dinero se convierte en el motivo por el cual se realizan las tareas domiciliarias y los oficios de la casa, esos niños cuando sean adultos difícilmente serán buenos trabajadores, porque el trabajo bien hecho del mañana se apoya siempre en esta gratuidad que se aprende sobre todo en los primeros años de vida, y sobre todo en casa. La ausencia del principio de gratuidad en la economía depende también, en gran medida, de la ausencia de una mirada femenina. […] Las mujeres en la casa y en la economía ven como prioritario el nexo de relaciones humanas que se desarrolla en ellas. Los primeros bienes que ven son los relacionales y el bien común, y dentro de ellos ven también los bienes económicos. No es casualidad que la Economía de Comunión haya nacido a partir de la mirada de una mujer (Chiara Lubich), ni que la primera experta en el tema de los bienes comunes haya sido Katherine Coman (en 1911), ni que Elinor Ostrom haya sido distinguida (por ahora la única mujer) con el Premio Nobel en Economía precisamente por su trabajo sobre los bienes comunes. Y también hay dos mujeres (Martha Nussbaum y Carol Uhlaner) en el origen de la teoría de los bienes relacionales. Cuando falta la mirada femenina en la economía, sólo se ven las relaciones instrumentales, y la relación no es el bien, y las relaciones humanas y la naturaleza se convierten en medios para obtener bienes materiales. Si la mirada y el genio femenino de la oikos, casa, estuvieran presentes en los fundamentos teóricos de la economía moderna, tendríamos una economía más atenta a las relaciones, a la redistribución de la ganancia, al ambiente y quizás a la comunión. De hecho, la economía es una gran palabra que la familia puede pasar a la economía de hoy. […] La profecía de la familia hoy, para ser creíble, debe tomar la forma de los hijos y la forma de la economía, es decir, el compartir, la acogida, la comunión. Porque tanto los hijos como la economía no son otra cosa que la vida ordinaria de todos y de cada uno. Es el único lugar donde la profecía se nutre y crece. Fonte: www.avvenire.it, “Così lo sguardo femminile può cambiare l’economia”, (“Así la mirada femenina puede cambiar la economía”), 23 agosto 2018.

Medicina es encuentro
«Años atrás, la relación médico-paciente fue definida “una historia de silencio”, en la convicción de que un buen paciente tiene que seguir las directivas del médico sin hacer objeciones, sin hacer preguntas». Flavia Caretta, médica geriatra en el Policlínico “A. Gemelli” de Roma y referente de Health Dialogue Culture, está entre los organizadores del último congreso realizado por la red internacional en Caruaru, en el Estado de Pernambuco, cuyo título era: “Diálogo Interdisciplinario en la Construcción de la Salud Integral” (23-25 de agosto). HDC mantiene relacionados entre sí a profesionales del área bio-médica que, inspirándose en la espiritualidad de la unidad de Chiara Lubich, han promovido una reflexión y una compartición de prácticas sobre el tema del cuidado del enfermo, considerado en la globalidad de sus dimensiones. Casi 400 profesionales estaban presentes en el Congreso, provenientes de todas partes de Brasil. «La insatisfacción del paciente por la “mala” comunicación – observa Caretta – es superior a cualquier otra insatisfacción en el ámbito las competencias técnicas. La cultura tecnológica ha especializado los distintos conocimientos, pero a menudo ha “fragmentado” la identidad del paciente y las relaciones interpersonales entre quien atiende y quien es atendido. El riesgo puede ser el de perder, o no adquirir nunca, la capacidad de mirar al enfermo en su conjunto […] Cada pregunta sobre el tratamiento contiene una exigencia de relación. Ignorar esa dimensión significa reducir la medicina a la aplicación de una técnica, a una prestación de servicios, mientras que en primer lugar es el encuentro con una persona».
«La calidad del coloquio clínico no depende sólo de la aplicación de conocimientos científicos o de las “habilidades” comunicativas del operador, sino también de su capacidad de “entrar” en lo que el paciente está viviendo. El proceso asistencial no puede ser considerado un protocolo que hay que descomponer en procedimientos, pues allí está implícita una dimensión humana imprevisible, a la que no puede aplicarse un standard, y que debe ser jugada dentro de una relación personal, en reciprocidad. Ningún aspecto del tratamiento tendría el mismo efecto si no se entra en relación con el otro. […] Entre las nuevas tendencias en medicina, además de la comunicación y de la personalización de los tratamientos, se le está dando relieve a los estilos de vida, al rol que revisten la comunidad y la sociedad para la salud, y en particular en la dimensión espiritual». «Quisiera ofrecer algunas modalidades experimentadas y compartidas por muchos profesionales de varias competencias, proveniencias geográficas y culturales, que inspiran su vida, y por lo tanto también su profesión, en los valores ínsitos en la espiritualidad del Movimiento de los Focolares. […] En la relación con el paciente se demostraron eficaces algunas estrategias, como la escucha, que requiere dejar de lado preocupaciones, juicios, interpretaciones apresuradas, para dejar lugar a lo que el otro quiere comunicar, con palabras, miradas, silencios. El silencio también es comunicación, a veces más elocuente de lo que pueda captarse en un diálogo. Más aún, el compromiso de lograr entrar en el momento presente libera de la prisa y de los condicionamientos que podrían ofuscar la decisión que se debe tomar».
La coherencia entre los valores espirituales y su puesta en práctica en la profesión, destacó Caretta, «no se refiere sólo a la relación con los pacientes. Es cada vez más imprescindible interactuar de manera muy estrecha con varias competencias. Las revistas científicas, sobre todo en los últimos años, en la perspectiva de mejorar la organización de los servicios y la calidad de la asistencia, subrayan cada vez más la necesidad del team del tratamiento, el trabajo en equipo, las múltiples disciplinas coordinadas. […] Recuerdo una expresión de Vaclav Havel, poeta y primer presidente de la República Checa: “La esperanza no es creer que las cosas cambiarán. Esperar es que tú puedes marcar una diferencia”. La reciprocidad puede transformar todo componente del mundo de la salud, operador o paciente, todo componente del mundo académico, estudiante o docente, en un protagonista del cambio». Para contactarse, noticias y profundización: www.healthdialogueculture.org
Tsunami y terremoto en Indonesia
Más de 1.200 cadáveres se encontraron después del terremoto y el tsunami que afectó a la isla de Sulawesi. El sitio del Vaticano informa que “se encontraron 1.203 cuerpos, pero algunos todavía no han sido identificados o recuperados”, dijo Insan Nurrohman, vice presidente de Aksi Cepat Tanggap, una de las principales ONG de Indonesia. Los socorristas trabajan sin descanso. Lograr sacar a las personas que todavía están vivas es una tarea delicada. “El gobierno está mandando maquinaria pesada para liberar los escombros –afirma Matteo Amigoni, responsable de Cáritas italiana para Indonesia y Filipinas- pero hay que sortear el problema de la falta de electricidad y gasolina, que no permite utilizar los medios”. En el Angelus, el Papa Francisco dijo: “Rezo por los difuntos, tristemente numerosos, por los heridos y por cuantos han perdido la casa y el trabajo. Que el Señor los consuele y sostenga los esfuerzos de quienes están comprometidos en llevar socorro”.
Ancianos, las raíces de todo pueblo
“Ustedes, que han atravesado muchas estaciones, son el vivo testimonio de la constancia en la adversidad, pero también del don de la profecía, que recuerda a las nuevas generaciones que la atención y la protección de quienes nos han precedido son agradables y apreciadas por Dios, y que gritan a Dios cuando no les ponemos atención”. Al pronunciar estas palabras, el 24 de septiembre pasado, el Papa Francisco se dirigió a las personas ancianas presentes en la Catedral de Santiago, en Riga (Letonia), pero también a todos los ancianos del mundo, a quienes el 1° de octubre está dedicada una Jornada internacional. “Ustedes que se han prodigado en cuerpo y alma, que han dado la vida en pos de la libertad de su patria, a menudo se sienten olvidados. Aunque suene paradójico, hoy, en nombre de la libertad, los hombres libres someten a los ancianos a la soledad, al aislamiento, a la falta de recursos y a la exclusión, incluso a la miseria. (…) Ustedes que han atravesado muchas estaciones, no olviden que son las raíces de un pueblo”.
Evangelio vivido: La única ley es la del amor
Separación Nunca me hubiera imaginado que nuestros padres se podían separar. Pero, en cambio, sucedió y en ese momento – con una incógnita por el futuro y la certeza de que ya nada sería como antes – me invadieron pensamientos tristes y confusos. Nosotros, tres hermanos, nos quedamos con mamá, una “súper mamá”, como la llamamos. Pero todo había cambiado. Antes nunca habíamos tenido problemas en el colegio, y ahora empezábamos a tenerlos. Cuando nos dimos cuenta de eso, nos esforzamos más, sobre todo para darle una alegría a ella. Vivir sin un padre no es fácil, pero desde pequeños nuestros padres y abuelos nos habían enseñado a no juzgar. Uno de los momentos más bellos es cuando rezamos todos juntos y le pedimos a Dios que se cumpla su plan sobre cada uno. J. P. L. – Colombia Alumno difícil Muchos años atrás llegó a mi clase un alumno particularmente difícil, porque tenía una situación familiar complicada. A veces tenía reacciones violentas, y entonces algunos padres presentaron una queja al Director. Frente a la posibilidad de que se lo expulsara obtuve el permiso de poderme ocupar personalmente de él; por lo tanto avisé a mis colegas y conseguí también la colaboración de los alumnos. Al mismo tiempo una familia de amigos tomó contacto con sus padres para apoyarlos mientras la situación no se hubiera sanado. Mucho tiempo después volví a esa ciudad, de la que me había ausentado desde hacía años. Volví a ver a mi alumno, ya ccrecido y hecho todo un excelente padre de familia T. M. – Italia La torta Un vecino nuestro se oponía a una remodelación que queríamos hacerle a nuestra casa, con razones objetivamente injustas. Cansado de recibir sus cartas de protesta, mi marido consultó a un abogado, pensando en la posibilidad de hacerle un juicio. Pero luego, hablando del tema juntos, elegimos otro camino, el que nuestro corazón nos sugería, que era intentar construir un puente entre él y nosotros. Preparé una torta, y fuimos a verlo. Él nos dijo: “¿Cómo han sabido que hoy es el cumpleaños de mi hija?”. El choque que preveíamos se transformó en un encuentro. Algunos días después ellos nos devolvieron la visita, y ahora tenemos nuevos amigos. M. – España Una pared entre nosotros Siete años de matrimonio no nos habían llevado a la tan deseada unidad de nuestros corazones. Triste y agobiado, pensaba yo que las causas eran la inmadurez y la incompatibilidad de nuestros caracteres. En ese clima, lo que hacíamos era juzgarnos, y la pared de la incomunicación entre nosotros se hacía cada vez más alta. Además pesaba el sentimiento de culpa por no lograr transmitir a nuestros hijos el amor que un marido y una esposa debían irradiar. Cuando había decidido ya dejar de luchar, la cercanía de unos amigos que viven el Evangelio nos ayudó a derribar ese muro. Por parte de mi señora también llegaban señales que me hacían tener confianza. Aprendimos a acogernos, a pedirnos perdón cuando nos equivocamos, a vernos como un regalo y a considerar los fracasos como una ocasión para volver a empezar y amarnos. Ayudados por la amistad y por las oraciones de los demás, nos dimos cuenta de que Dios nos ama y conduce nuestra familia. L. – Italia