“Saludo a los participantes de la semana ecuménica promovida por el Movimiento de los Focolares y los exhorto a continuar el camino común de la unidad, del diálogo y de la amistad entre las religiones y los pueblos”. Con estas palabras el Papa Francisco, a conclusión de la audiencia general del miércoles 8 de mayo, ha saludado a los miembros del movimento fundado por Chiara Lubich participantes de la Semana Ecuménica que se concluyó el 13 de mayo en Castel Gandolfo (Roma).
Mientras el Santo Padre va a rezar por la paz a Fátima, publicamos fragmentos de un artículo de Chiara Lubich publicado en el Osservatore Romano, en 1984, con motivo del Jubileo de las Familias. El evento de Fátima, afirma Chiara, llama también a la familia a la conversión y a la fidelidad al Evangelio. «[…] Cuando el Papa (Juan Pablo II, ndr) dio lectura al acto de consagración de la humanidad a María, comenzó con estas palabras: «La familia es el corazón de la Iglesia. Desde este corazón se eleve hoy un acto de particular entrega al Corazón de la Madre de Jesús». Y así, de corazón a Corazón, en esta intensa comunión que se había creado con la celebración de la Eucaristía, surgió del corazón del Padre universal, inundado de preocupación por las necesidades de la Humanidad, la oración de consagración a la Virgen María, para que cuide muy especialmente a la familia humana. El Papa estaba allí, arrodillado ante la blanca imagen de la Virgen de Fátima. En aquel momento, para muchos de los que estábamos allí presentes, era imposible no recordar el 13 de mayo de 1981, día del atentado […] Ahora en la Plaza de San Pedro, abarrotada hasta lo inverosímil, ante la Virgen de Fátima, estaban reunidas simbólicamente junto al Papa – como flor surgida de su dolor y de su sangre- todas las familias de la Iglesia, signo de todas las familias del mundo. Así el Santo Padre, al confiar el mundo a María, podía contar no sólo con la comunión de todos los Pastores de la Iglesia, “formando un cuerpo y un colegio”, sino también con la plena adhesión de los hijos de la Iglesia representados por muchas familias de muchas naciones. […] Y en la oración con la que concluyó su homilía, pidió esta gracia: “Haz que el amor, reforzado por la gracia del sacramento del matrimonio, se demuestre más fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis, por las que pasan a veces nuestras familias”. Todas estas relevantes coincidencias y estas expresiones, nos permiten realmente captar […] el sentido profundo de esta consagración que no puede dejar de motivar a las familias cristianas a vivir –con la ayuda y el ejemplo de María- el proyecto luminoso y fascinante que Dios tiene para la familia en todas sus expresiones: el amor conyugal, según el plan de Dios, signo del amor de Cristo por su Iglesia hasta la total entrega de sí mismo; la paternidad y la maternidad, como participación del amor fecundo del Creador; la paz y la armonía que supera todas las tensiones y dificultades, como fruto de una caridad cada vez más viva y proyectada tenazmente a mantener la presencia espiritual de Cristo en la familia y, con Él, la unidad del pensamiento y de la acción; la apertura de comunión y de servicio hacia otras familias. […] El mensaje de Fátima, que llama a todos a la conversión y fidelidad al Evangelio, se convierte así en la respuesta de la consagración de la familia, un compromiso de renovación para que resplandezca más el rostro de la Iglesia, que en la familia cristiana tiene como el signo de su ser “familia de Dios”, morada acogedora para todos los hijos dispersos, llamados a la casa del Padre e invitados a entrar en ella por el corazón maternal de la Madre de Jesús». Chiara Lubich
Los jóvenes de Japón corren conectándose en directo con los de Seúl, Corea del Sur, imaginando un futuro de paz. Ninguno de ellos hoy recuerda las antiguas fracturas que dividen las dos orillas del Mar de Japón. En Viena, 300 atletas de Austria, Eslovaquia, Hungría, Alemania y Suiza se encontraron para vivir juntos momentos de deporte y fraternidad. Entre los jugadores, hay también jóvenes prófugos pertenecientes a una iglesia sirio-ortodoxa. Haciendo un salto de 10 husos horarios, encontramos en Mexicali (México) y Calexico (California, USA), a un centenar de adolescentes que convergen en el muro que los divide. Odio y racismo, hoy, no tienen lugar. Pasa, o mejor dicho, corre desde Oriente hacia el Oeste, atravesando idealmente la superficie de la tierra con sus 24 zonas horarias, para pasar el testimonio de la fraternidad a cada latitud. Es la Run4unity, la carrera de relevos mundial organizada, como todos los años, durante los primeros días de mayo, por los chicos del Movimiento de los Focolares.La carrera cierra la Semana Mundo Unido, un período denso de iniciativas y proyectos en nombre de la paz y de la unidad entre los pueblos: desde el Ecuador, ocupados con la emergencia humanitaria por el terremoto, a Medan (Indonesia) con un concierto por la paz, hasta Goma, en la República Democrática de Congo, con las notas del festival Amani, donde habrá “tres días” de música y danza por la paz. Run4Unity es un recorrido por etapas que atraviesa las fronteras más candentes del planeta, en cada latitud, entre las 11 y las 12 según la hora local. A pie, en bicicleta, en roller, en bote o quietos en silencio, con una oración por la paz, también este año ha sido la carrera más contra corriente que pueda existir, presagio y anticipo de unidad. No cuenta la velocidad de los pies, sino la prontitud del corazón. Cada etapa se enriquece con eventos deportivos, acciones de solidaridad, experiencias de ciudadanía activa (especialmente en los lugares donde prevalece la soledad, la pobreza, la marginación), juegos y todo lo que puede servir para testimoniar que el mundo unido es aún posible, a pesar de las preocupantes tensiones y los signos que muestran otra tendencia. En Penang, Estado de Malasia occidental, la Run4Unity fue un UnityWalk, una caminata de 8 km, que contó con la participación de 1200 personas de todas las edades, pertenecientes a distintos grupos étnicos, culturas y religiones, entre ellos los hindúes, los musulmanes, los sikhs, los cristianos, los budistas. En India la carrera expresa el deseo de paz atravesando el centro de Nueva Delhi, desde Gandi Smriti, donde Mahatma Gandhi fue asesinado en 1948, hoy lugar sagrado, hasta India Gate, monumento nacional dedicado a todos los soldados que no volvieron nunca de la guerra. En Dresda (Alemania) la Run4Unity tuvo lugar dentro de la manifestación de iniciativa popular “Pulse of Europe” realizada para alentar a los ciudadanos a escuchar el “latido” de Europa porque, como dicen los organizadores del evento, “la Unión Europea era y es antes que nada una unión para garantizar la paz”. En Columbus, capital de Ohio (USA) se realizó en un centro juvenil que acoge chicos de un barrio marginado, con juegos, mensajes de paz y compartiendo la “regla de oro”. Después, realizaron la limpieza de las calles y compartieron sándwiches junto con los que viven en la calle. En Santa Lucía Utatlán (Guatemala) la carrera fue la ocasión de un programa multicultural que involucró a un millar de personas de distintas etnias, entre ellos también los jóvenes de la comunidad maya de Quiché. En Iglesias, Cerdeña (Italia), el Run4Unity asumió una forma muy particular, la de sensibilizar al desarme: de hecho en la zona de Domusnovas e Iglesias, está ubicada una fábrica de bombas y armas. De aquí parte el cargamento destinado a alimentar los bombardeos de las zonas que están en guerra. Muchachos y jóvenes del mundo imaginan un mundo distinto, sin guerras, sin muros, sin odio. Su mensaje corre de forma viral también por la web. Radioimaginaria, la primera radio de Europa completamente proyectada y a cargo de adolescentes, dedicó una línea directa a los eventos del Run4Unity en el mundo. Porque, dicen que «a los quince años se puede ya imaginar el mundo que vendrá» Escucha la transmisión de Radioimmaginaria
Malta, la más grande de las islas que componen el homónimo archipiélago engarzado en el Mediterráneo central, entre Sicilia, Túnez y Libia, en el primer semestre del 2017 está a la cabeza del Consejo de Europa, al haber asumido la presidencia de turno, por primera vez en su historia. La isla, cuyo símbolo es una cruz con ocho picos, emblema de las ocho bienaventuranzas, es la lengua de tierra más próxima a las tragedias que se consuman cotidianamente en esa tumba azul en la que se ha transformado el Mediterráneo, un empalme acuático entre África, Medio Oriente y Europa para quien trata desesperadamente de encontrar una nueva posibilidad de vida. En sus costas otro náufrago encontró reparo, después de catorce días a la deriva. Fue San Pablo, de regreso a Roma, alrededor del año 60 D.C. Según la tradición, el barco que lo transportaba a él y a otros 264 pasajeros naufragó después de una tempestad. Todas las personas a bordo llegaron a la costa nadando. Después de algún tiempo, fue invitado a la residencia de Publio, el gobernador romano quien estaba estacionado en las islas, curó a su padre de una terrible influencia. El gobernador se convirtió al cristianismo y fue el primer Obispo cristiano de Malta. De las raíces cristianas de Europa se habló en Valletta, la capital de Malta, el 7 y 8 de mayo pasados, la víspera de la fiesta de Europa, en ocasión del Foro sobre el Estado de la Unión Europea, “Towards a Europe of Hope, Healing and Hospitality”, promovido cada año por el Parlamento Europeo en la nación que tiene la presidencia. El objetivo es promover un diálogo inspirado en la visión fundadora de Robert Schuman. El primer día, después de la inauguración en la catedral anglicana, de un momento artístico, una oración dirigida a la esperanza y un corteo por las calles de Valletta hasta la co-catedral católica de San Juan, tuvo lugar la intervención del arzobispo Scicluna, seguido del de María Voce. La presidente del Movimiento de los Focolares propuso una reflexión sobre “Curación y Reconciliación”.
En la co-cattedral católica de San Juan, Maria Voce propuso una reflexión sobre el tema “Curación y Reconciliación”
En los días en los que se recuerda el nacimiento de esta “comunidad de pueblos”, de la que Schuman, en 1950, tuvo una intuición –proponiendo el histórico acuerdo de la administración conjunta del carbón y del acero, para hacer imposible cualquier forma de guerra entre Alemania, Francia y los países que seguidamente se fueron sumando –María Voce se preguntó ¿cuál podría ser la chispa inspiradora de un acto tan extraordinario, orientado a llevar la reconciliación entre los pueblos postrados por el más terrible conflicto experimentado hasta entonces?, ¿quién habría podido inspirar a Schuman, Adenauer, De Gasperi, los estadistas cristianos considerados padres fundadores de Europa? La respuesta fue clara: «Nosotros queremos pensar que quien suscitó las ideas y la fuerza para construir Europa fue Dios. Dios que ha dado testimonio de su amor por los hombres hasta morir por ellos con una muerte atroz e infame, que hizo que se identificara con todos los dolores de la humanidad, comprendidos aquellos derivados de la violencia y de la guerra». A propósito de la cultura que nace de una profunda reconciliación, María Voce citó a Chiara Lubich: «Cada persona puede aportar una contribución en todos los campos: en la ciencia, en el arte, en la política, en las comunicaciones. Y mayor será su eficacia si trabaja junto con otros unidos en el nombre de Cristo. Es la encarnación que continúa. Asi nace y se difunde en el mundo, aquella que podemos llamar la ‘cultura de la Resurrección’». Pero, para que esto ocurra, «se requiere que nosotros los cristianos recorramos el camino hacia la plena y visible comunión, a sabiendas de que es determinante para la unidad de Europa y para servir mejor a la humanidad». Un camino que recientemente ha visto la realización de etapas históricas, como aquella de Lund, en Suecia, de Lesbo, en Grecia y de Cuba. «En un contexto europeo multicultural y multirreligioso hay necesidad de una nueva capacidad de diálogo, concluyó María Voce. Un diálogo que se puede apoyar en la Regla de oro, común a todas las principales religiones de la tierra». Resulta significativo reafirmarlo precisamente en Malta, ancla segura en el Mediterráneo, en la esperanza de que este mar en lugar de ser tumba azul vuelva a ser Mar-Nuestro, en donde Europa, África y Medio Oriente puedan encontrar la ruta de la paz.
«La unidad entre las Iglesias necesita de héroes, héroes en la fe, héroes ante la historia, necesita de héroes en la espiritualidad que tengan un espíritu humilde», son palabras del Papa Tawadros II en Alejandría (Egipto), durante la primera jornada de la amistad entre la Iglesia Copta Ortodoxa y la Iglesia Católica, en el 2015. Y el Papa Francisco, en su reciente viaje al Cairo, las hizo resonar: «Delante del Señor, que quiere que seamos “perfectos en la unidad” no es posible escondernos más detrás de los pretextos de divergencias interpretativas ni tampoco detrás de siglos de historia y de tradiciones que nos han convertido en extraños», e invoca la «comunión ya efectiva, que crece cada día», los frutos misteriosos y más que nunca actuales de «un verdadero y propio ecumenismo de la sangre», la importancia de «un ecumenismo que se hace en marcha… No existe un ecumenismo estático». Es ésta también la convicción de cristianos de muchas Iglesias, animados por la espiritualidad de la unidad de los Focolares, basándose en una experiencia que se lleva adelante desde hace algunos decenios. Y es precisamente en la actual corriente ecuménica, en la que se sitúan en primer plano los gestos, las palabras y las declaraciones refrendadas por los responsables de Iglesias, pero también un sinnúmero de iniciativas realizadas por cristianos en varias latitudes, que se enmarca la 59° Semana Ecuménica en curso en Castel Gandolfo (Roma), del 9 al 13 de mayo, en la que confluyen aproximadamente 700 cristianos de 70 Iglesias y Comunidades eclesiales, de 40 países. Días de comunión, espiritualidad, reflexión, vida compartida: una “Mariápolis ecuménica”, tal como muchos aman definir esta convivencia, que se presenta como un nuevo paso en el «diálogo de la vida» y en el «ecumenismo de pueblo». De hecho es en el «diálogo de la vida» que Chiara Lubich vislumbraba el aporte típico de la espiritualidad de la unidad a la plena y visible comunión entre las Iglesias. Es necesario «un pueblo ecuménicamente preparado». Con la clara conciencia de los muchos pasos que todavía quedan por dar y en el respeto entre todas las Iglesias, se trata de ahondar en el patrimonio común que ya une a todos. El título: “Caminando Juntos. Cristianos en el camino hacia la unidad”, se articula alrededor de un tema central de la espiritualidad de la unidad, Jesús crucificado y abandonado: el Dios de nuestro tiempo, fundamento para una espiritualidad de comunión. Con momentos de reflexión, de diálogo y testimonios de varias regiones del mundo. Las intervenciones del obispo Christian Krause (ex presidente de la Federación Luterana mundial), del Rev. Dr. Martin Robra (Consejo ecuménico de las Iglesias de Ginebra), del Obispo Brian Farrell (secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos) y de María Voce (presidente del Movimiento de los Focolares), se centran en el camino que se está recorriendo, 500 años después de la Reforma luterana. Un momento especial, a cargo de S.E. Gennadios Zervos, Metropolita de Italia y de Malta, del Patriarcado de Constantinopla, sobre el tema: “50 años del primer encuentro entre dos protagonistas del diálogo: el Patriarca ecuménico Athenagoras I y Chiara Lubich”. Además de la participación a la audiencia general con el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro, el programa incluye la visita a las Basílicas de San Pedro y de San Pablo Extramuros y la oración común en las catacumbas de S. Domitila y de S. Sebastián. Esta 59° Semana Ecuménica quiere ser también expresión del renovado compromiso ecuménico de los Focolares expresado en la reciente Declaración de Ottmaring, que formula también una promesa: hacer todo lo posible «para que nuestras actividades, iniciativas y reuniones, a nivel internacional y especialmente local, estén impregnadas de esta actitud abierta y fraterna entre los cristianos… confiando a Dios el camino de nuestras Iglesias para que se aceleren los pasos hacia la celebración común en el único cáliz».
El 10 de mayo de 2013, Tawadros II, Patriarca de la Iglesia ortodoxa copta, visitó por primera vez al Papa Francisco en el Vaticano. En recuerdo del histórico encuentro, a su regreso a Egipto decretó el “Día de la mistad copto-católica” que, desde entonces, se repite cada año el 10 de mayo. Recientemente, el Santo Padre devolvió la visita viajando a El Cairo.
«Marco Tecilla, el primer focolarino, es la perla che si suma esta tarde a la corona de María. Estamos todos junto a él en un abrazo que une cielo y tierra, con infinita gratitud». Con estas breves palabras, Maria Voce, presidente de los Focolares, ha anunciado ayer la muerte, de Marco Tecilla, primer joven que siguió a Chiara Lubich en el camino del focolar. El funeral se realizará mañana miércoles 10 de mayo, en Castel Gandolfo (Roma), a las 11:00 hs. de Italia.
La visita (2/7 de mayo) empezó con la participación, el 2 de mayo, en el seminario promovido por “Comunión y Derecho”, en una sala del Palacio Presidencial, con el título “El Derecho como medio para la integración en una sociedad multicultural”. Participaron unos 70 expertos en los ámbitos de la inmigración, la educación e el trabajo. Entre ellos estaba el Comisario maltés para los refugiados, representantes del IOM y EASO Malta, Arnold Cassola, presidente del partido Alternattiva Demokratika, docentes y estudiantes de Jurisprudencia. La abogada María Voce, en su intervención, afirmó que la ley puede llegar a ser instrumento de integración en la sociedad “si superamos una visión exclusivamente formal, y nos esforzamos en mirar al Derecho como medio indispensable para contribuir a crear una realidad de comunión en el interior de la sociedad”. Citando la experiencia de Juntos por Europa, nacida por inspiración de Chiara Lubich, relató sus acciones que “aparecen como un signo profético de lo que Europa puede llegar a ser si sus ciudadanos quisieran compartir en mayor medida la común experiencia, que va más allá de las distintas culturas y de las pertenencias eclesiales”, dando voz, de esta forma, a “una Europa que, segura de sus propias raíces, se abre sin temores a quienes piden acogida y sabe que el amalgama de pueblos que la constituyó a lo largo de los siglos, puede a su vez amalgamarse con otros pueblos que contribuirán a su desarrollo”. Cada intervención fue sustentada por iniciativas concretas, como el proyecto TANDEM – presentado por Apollos Pedro originario de Biafra, pero residente en Italia – que promueve la paz y el diálogo, dando promoviendo las oportunidades de convivencia con personas de varias nacionalidades y religiones. El 4 de mayo, tuvo lugar el encuentro de María Voce con la Presidente de la República de Malta, Marie-Louise Coleiro Preca, a quien le ilustran las distintas expresiones del Movimiento de los Focolares en Malta; en especial las actividades de Humanidad Nueva y las iniciativas de chicos y jóvenes. La Presidente siguió con interés y, concluyendo, se despidió de los jóvenes con un caluroso abrazo. «Los Focolares son como una vitamina. El arte de amar difunde una paz positiva, en un mundo cada vez más narcisista y egocéntrico». Los chicos le entregaron el “Dado del amor”. Quien invitó a la Presidente de los Focolares fue la diócesis de Malta, a través de su Comisión Ecuménica, en ocasión del 40° aniversario de la fundación de la misma. En este contexto, el 5 de mayo, María Voce fue recibida por el Arzobispo Mons. C.J. Scicluna. En seguida después, ante unos 300 participantes, intervino en la conferencia sobre el tema: “Diálogo, ¿un estilo de vida?” Entre los presentes estaban el Arzobispo, el Presidente de la Comisión Ecuménica, el Vicario General, el Secretario de la Nunciatura de Malta, el Nuncio de Costa de Marfil (de origen maltés), un representante de la Iglesia Ortodoxa Rumana, dos personas del “Robert Schuman Centre for European Studies” y algunos miembros de organismos eclesiales. Recorriendo la rica historia delcompromiso ecuménico del Movimiento, María Voce explicó que el método del diálogo que Chiara Lubich promovió es el amor, “un diálogo entre personas, no entre ideologías o sistemas de pensamiento. Que debe necesariamente ser sostenido y sustanciado por la misericordia, la compasión, la caridad, sintetizada en la Regla de oro, presente en todas las culturas y religiones: “Todas las cosas que quisierais que los hombres hiciesen con vosotros, así también haced vosotros con ellos (Mt 7,12)”. “La única manera para explanar el camino a la unidad en la verdad es la de inclinarnos ante los demás en la actitud de lavarles los pies (cfr Gv 13) en vez de hacerles un lavado de cabeza. Se necesita mucha paciencia y humildad”. Finalmente se presentó la Declaración de Ottmaring,promulgada en Alemania el pasado 21 de febrero, en la que el Movimiento de los Focolares asume un mayor compromiso ecuménico. Concluyendo, el Arzobispo le agradeció a María Voce por el trabajo desarrollado por el Movimiento de los Focolares para “suscitar en las personas la sed de la unidad”. Y recordó la frase de Pablo VI: “El mundo escucha más a los testigos que a los maestros”. Lee los Focolares en Malta
El 9 de mayo se celebra en Europa la paz y la unidad. La fecha recuerda la histórica “Declaración Schuman”, con la que, el 9 de mayo de 1950, el entonces ministro de relaciones exteriores francés propuso la creación de un primer núcleo económico, con el fin de dar inicio la gradual construcción de una federación de Estados europeos, indispensable para mantener relaciones pacíficas. Con la primera etapa, Robert Schuman indicaba la gestión común del carbón y el acero, entre Francia y Alemania Occidental, pero, en el cuadro de una organización a la que habrían podido sumarse seguidamente también otros países. Se pusieron así las premisas para una integración mucho más vasta y comprensiva, a tal punto que la Declaración es considerada, simbólicamente, la fecha de nacimiento del largo proceso de paz y estabilidad que ha dado origen a la Unión Europea. La fiesta es la ocasión para acercar entre sí a las instituciones, los ciudadanos y los pueblos, acrecentando la conciencia de que los valores de la paz, de la integración y de la solidaridad deben ser puestos como base de la convivencia humana.