Movimiento de los Focolares

India – La danza por la unidad de Raúl & Mitali

Raúl y Mitali son de Mumbai, India, están casados, tienen dos hijas y son bailarines. Cuando la danza se convierte en potente instrumento de conocimiento recíproca entre tradiciones religiosas diferentes. By Marcello Vaz. https://vimeo.com/430374556

El primer hijo religioso de Chiara Lubich

El primer hijo religioso de Chiara Lubich

A la edad de 100 años falleció el Padre Bonaventura Marinelli ofm Cap, el primer religioso que siguió a Chiara Lubich. Un recuerdo del P. Fabio Ciardi. Recordé al Padre Bonaventura Marinelli hace unos días con motivo de su onomástico.  El 1 de agosto de 2020 partió al cielo, a los 100 años de edad, para celebrar en el paraíso el centenario de Chiara Lubich, su inseparable contemporánea. ¡Qué profunda y fiel amistad! Habiendo vivido en Trento, en el convento de los Capuchinos, de 1942 a 1946, como estudiante de teología y joven religioso, fue, como le gustaba decir, un “testigo ocular, pero a distancia” de los inicios del Movimiento de los Focolares. A distancia porque en aquellos años no les permitían grandes contactos. Sin embargo, fue testigo ocular porque vio cómo vivían estas extraordinarias “terciarias franciscanas”. “Después del bombardeo de 1944 -relata en una larga conversación- teníamos a Chiara y a sus compañeras siempre a la vista. Venían a misa, no a nuestra iglesia, que había sido destruida por el bombardeo, sino a la sacristía, que era aún más pequeña y estábamos aún más cerca. Recuerdo que me impresionaban cada vez más. Por naturaleza soy bastante tímido y me cuesta establecer relaciones, pero recuerdo que a partir de 1943, cuando durante el verano salíamos a pedir la caridad, se me hacía cada vez más fácil conocer las familias, a la gente, a los niños, etc.  No era por mi naturaleza; esta nueva forma de ser me venía de la vida que veía en Chiara y sus compañeras. En 1946, mis superiores me enviaron a la universidad en Suiza; ya tenía un año de ser sacerdote. Los primeros meses recibía cartas de mis compañeros, con los que había hecho el pacto de unidad. Pero a un cierto punto, nada, silencio: había comenzado la investigación del Santo Oficio, pero yo no lo sabía. Fui cayendo en una progresiva e inexpresable sensación de desolación. Hasta el 23 de abril de 1948. Fui a Trento para las votaciones y esa mañana, antes de volver a Suiza, me encontré con Chiara. Me devolvió la fiesta pero de una manera más profunda, entendí que lo más importante es el amor. Fue como tocar el cielo con las manos. Cuando llegué a Friburgo le escribí una carta, mi primera carta”. Así comenzó una correspondencia que permitió a Chiara comunicar lo que vivía en ese período. Gracias al P. Buenaventura tenemos hoy un patrimonio inestimable de escritos, algunos muy conocidos, como la carta del 30 de marzo de 1948, en la que le confiaba: “El libro de Luz que el Señor escribe en mi alma tiene dos aspectos: una página luminosa de misterioso amor: la Unidad. Una página luminosa de misterioso dolor: Jesús abandonado”. Esas cartas dan testimonio de la profunda relación que pronto se estableció entre ambos. 11 de mayo de 1948: “Su carta me confirmó la idea que había hecho de su alma, muy amada por el Señor, y quisiera en un momento, en un instante, donarle todo lo que tengo, todo lo que Dios ha construido en mí aprovechando mi nada, mi debilidad, mi miseria. (…) Lo que quiero escribirle hoy es que la unidad que Dios ha realizado, no debemos romperla. (…) San Francisco no estará contento hasta que usted no lo reviva y lo haga revivir en tus hermanos y hermanas. – Comience. Lo logrará”. El 8 de septiembre de 1948: “Cuánta alegría me ha dado su carta. Jesús está allí. Lo sentí en su sed de “vida”, en el optimismo que contiene y pulula aquí y allá, especialmente en la paz que genera el deseo de amarlo más y más. Tenga la seguridad de que – mientras no deje a Jesús (¿y cuándo será eso? Lo tendré aún más en el Paraíso) – no dejaré de acompañar su alma con un cuidado vigilante y fraternal”. 27 de enero de 1951: “No puede imaginar lo mucho que su alma está ‘penetrando’ (¡literalmente! … ¡casi siento el efecto físico!) en la mía”. Recuerdo la alegría cuando se encontraban y con cuál normalidad hablaban en trentino… eran coetáneos, pero él se sentía como un discípulo y ella como su madre. En una de las primeras cartas Chiara simplemente firmó “s.m.”, que Bonaventura inmediatamente interpretó como “su madre”. Le respondió firmando “s.f.” (su hijo), y Chiara también lo entendió. Una focolarina recuerda que Chiara, saludándolo en el 2000, dijo: “¡Mi primer hijo religioso!”. Bonaventura tuvo una larga vida, en la que fue profesor de Sagrada Escritura, traductor de comentarios bíblicos del alemán, tuvo importantes cargos en su Orden: provincial, formador, definidor general… Luego fue llamado por Chiara a dirigir el Centro Internacional de Espiritualidad para Religiosos en Castel Gandolfo (Roma) y en Loppiano, la ciudadela de los Focolares en Italia. Tímido y de extraordinaria humildad, supo dar testimonio sin ostentación y con sinceridad del Ideal que Chiara le había transmitido. “Era un verdadero niño evangélico, en la sabiduría y simplicidad de su vida”, escribió un compañero de su congregación. No faltan los recuerdos personales, empezando por cuando en 1978 fuimos juntos a Canadá, durante un mes entero, para animar una escuela de formación para religiosos. Luego vivimos en la misma comunidad en Castel Gandolfo. Entre otras cosas, en mi diario, el 10 de noviembre de 1999, cuando ya nos había dejado para una nueva tarea, leí sobre una de sus visitas: “Llega Bonaventura, y hay clima de fiesta, como siempre”. Me llamó la atención ese “como siempre”. Pero quizás el momento más hermoso fue el 18 de marzo de 2008, cuando asistimos juntos al funeral de Chiara en Roma en la Basílica de San Pablo Extramuros. Al final de la celebración me pidió que lo acompañara al ataúd, rompiendo el estricto protocolo. Ya era anciano y le costaba arrodillarse, pero cuando llegó al ataúd se arrodilló, lo abrazó y lo besó. Entonces también yo me arrodillé para besar el ataúd (pero no es la expresión correcta… era besar a Chiara). Fue como si se rompiera un dique: todos empezaron a rodear el ataúd y a besarlo… Pero el gesto de Buenaventura permanecerá como el gesto único de un hijo hacia su madre. También a mí me quería. En una de sus últimas cartas me escribió: “Te recuerdo y siempre te recordaré con gratitud y espero volver a tener la alegría de encontrarte personalmente. Esta mañana te confié de manera especial a San Francisco. ¡Un abrazo!”

Fabio Ciardi OMI  

Líbano – carta de la comunidad de los Focolares

Líbano – carta de la comunidad de los Focolares

Gratitud por la solidaridad recibida y compromiso, junto con diversas comunidades religiosas, para hacer resurgir un país que es mensajero de paz. El Líbano, como sabemos es un país todavía en estado de shock. Y Beirut, una ciudad irreconocible, con un paisaje apocalíptico: destrucción, mucha tensión, dolor, rabia, que también ha desembocado en episodios de violencia. Y de esta tierra herida partió hace unos días una carta de la comunidad de los Focolares del Líbano, dirigida a todos los miembros del Movimiento en el mundo. “Con estas líneas – se lee en la carta – queremos enviarles a cada uno un agradecimiento personal de cada uno de nosotros, conmovido, profundo, inmenso por la cercanía inmediata que se nos ha manifestado, desde todas partes del mundo, de los grandes y de los más pequeños, de lejos y de vecinos, con llamadas telefónicas y mensajes”. “Al despertar cada día – continúan los miembros de la comunidad de los Focolares – y descubrir cada vez más la inmensidad de la catástrofe, los daños materiales, los numerosos hospitales inutilizados, el aire contaminado que respiramos, nos sentimos como ‘sobrevivientes’. Cada uno de nosotros podría haber estado en la escena del drama. O, tal vez, lo estaba pero una mano providencial le hizo cambiar de habitación. Sin embargo, coincidimos con lo que dijo una joven, que acababa de salir de un ascensor que con la explosión fue completamente destruido: se me ha dado una nueva vida”. Nos dicen que en las calles, donde todo parece gritar desesperación “tantas personas de norte a sur, pertenecientes a diversas comunidades religiosas, trabajan para limpiar los escombros, cada uno llevando el testimonio de que la ‘resurrección’ vencerá a la muerte de la ciudad, del país, de los sueños de muchos”. “Junto a todos – concluyen – queremos avanzar para que renazca un Líbano mensajero de paz, unidad, fraternidad entre todos, un modelo de mundo unido”.

Anna Lisa Innocenti

________________________________________ Se ha activado la Coordinación Emergencias el Movimiento de los Focolares, que intervendrá  a través de las organizaciones AMU y AFN. Para quien quiera colaborar, se han activado las siguientes cuentas corrientes bancarias:

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Motivo: Emergencia Líbano

Las contribuciones depositadas en las dos cuentas corrientes con esta motivación serán administradas conjuntamente por AMU y AFN. Para estas donaciones se prevén beneficios fiscales en muchos países de la Unión Europea y en otros países del mundo, según las diferentes normativas locales. Los contribuyentes italianos podrán obtener deducciones y reducciones de impuestos, según la normativa prevista para las Organizaciones sin fines de lucro, de hasta el 10% de los ingresos y con el límite de € 70.000.00 anuales, con excepción de las donaciones hechas en efectivo.
Feliz cumpleaños Danilo

Feliz cumpleaños Danilo

Los 100 Años de Danilo Zanzucchi. Focolarino casado – entre los primeros tras la estela de luz de Igino Giordani – Danilo inmediatamente, con su esposa Anna Maria, serán el matrimonio guía de Familias Nuevas a nivel mundial. Chiara siempre ha tenido predilección por aquel joven ingeniero que después de haber realizado sus primeras construcciones en el norte de Italia (“y todavía están todos en pie”, asegura Danilo con orgullo), deja una promisoria carrera para transferirse a la capital y colaborar con dedicación exclusiva como familia, con los fines del Movimiento. Pero el aprecio de Chiara por Danilo reside sobre todo en su haber sabido acoger completamente el carisma que el Espíritu Santo le había confiado. Entre las tareas que asumió, la colaboración en la construcción del Centro de Mariapolis en Rocca di Papa, la sede internacional del Movimiento. Focolarino casado – entre los primeros tras la estela de luz de Igino Giordani- Danilo inmediatamente, con su esposa Anna Maria, serán el matrimonio guía de Familias Nuevas a nivel mundial, desarrollando en el tiempo una innovadora como eficaz pastoral familiar valorada en todas las latitudes por la rica espiritualidad que contiene y por su apertura  a lo contemporáneo. Danilo no ha pasado desapercibido, ni siquiera en los vértices eclesiásticos, impresionados por su presencia brillante, por sus habilidades, por su profunda interioridad. Fue presidente de los hombres de Acción Católica en su Parma (Italia) y una vez transferido a Roma será consultor y sucesivamente miembro del dicasterio para la familia del Vaticano. Estas últimas responsabilidades fueron compartidas con Anna Maria . Fueron huéspedes varias veces de la casa del papa Wojtyla y estuvieron presentes en  servicio a la familia en transmisiones televisivas así como  en mundovisión.  Fue el pontífice polaco que en su visita al centro internacional del Movimiento (1984), que al escuchar a Danilo no dudó en nombrarlo con simpatía “ministro de relaciones exteriores de los Focolares”. Esta colaboración continuó  con Benedicto XVI. Fue significativo su pedido a los esposos Zanzucchi de escribir el texto para uno de los Via Crucis (2012) en el Coliseo de Roma, presidido por él. Danilo festeja sus 100 años junto a  Anna Maria (90), y los 5 hijos (de los cuales dos focolarinos y dos focolarinos casados), los 12 nietos y todo el mundo focolarino, en particular las innumerables familias de los distintos continentes de las cuales han sido ejemplo con Anna Maria, confidentes, guías, permaneciendo para cada una un punto de referencia amable y seguro. Sus condiciones sicofísicas permanecen en excelente estado, no obstante los temores por su salud -experimentados por Chiara y todos  nosotros unos años atrás, que obviamente fue recuperada. Logra ir a Misa casi todos los días. No es raro verlo participar en los encuentros periódicos de su focolar  así como en los de familia focolar. Tal vez por su designio especial, el Señor lo ha preservado también en dos fuertes episodios de la segunda guerra mundial. El mismo cuenta que de no haber sido por un providencial empujón de un soldado que lo impulsó hacia otro lugar, habría muerto bajo una bomba que estaba estrellando justo donde él se encontraba. Más adelante, lo que lo salvó del fuego de un pelotón de ejecución que ya se había desplegado, fue su conocimiento de la lengua alemana. Todavía hoy, para amenizar momentos un poco complicados, Danilo trata de recitar uno de sus míticos y fragorosos discursos en esa lengua, generando en todos el buen humor por las múltiples variantes lexicales que se permite. La gratitud de todo el Movimiento Familias Nuevas para este siglo de la vida de Danilo, toda donada a Dios y a los hermanos, se dirige a su gran figura de hombre de fe y de obras. Gracias Danilo por ser un gigante de rectitud y sensibilidad, un ejemplo de simplicidad y sabiduría, un temperamento de líder y de artista: un santo en la puerta de al lado. Gracias también Danilo por no haberte detenido nunca, ni siquiera ahora que tienes cien años, de personificar ese niño evangélico que desde siempre ha brillado a través de tu ser, de tu decir, de tu humor fino, de tus acuarelas, de tus innumerables caricaturas a menudo improvisadas sobre servilletas de papel, que magistralmente capturan y expresan lo mejor que hay en cada uno de los protagonistas a quienes están dedicadas. MUCHAS FELICIDADES DANILO!!!! Desde el sitio web de New Families

El amor de los amores

La pandemia del Coronavirus es una prueba de fuego no solo para los sistemas sanitarios, sino también para las personas comprometidas en la política, desde el nivel municipal hasta el  internacional. Al siguiente fragmento de un discurso de Chiara Lubich se le puede llamar plenamente un “himno a la política”. Es un reto para todos los políticos, y puede llenar los corazones de los ciudadanos de gratitud hacia todos aquellos que día tras día deben hacer opciones valientes. […] Si los nuevos Movimientos, en general, se interesan por las cosas humanas, uno de ellos, el Movimiento de los Focolares, ha dado origen también a una expresión política: el Movimiento Político por la Unidad, cuyo fin específico es precisamente la fraternidad en la política. […] Hemos comprendido, ante todo, que existe una verdadera vocación a la política. El que cree advierte en ella la voz de Dios que le encomienda una tarea. Pero también el que no cree se siente llamado a ella, por ejemplo, por la existencia de una necesidad social, de una categoría débil que pide ayuda… Y la respuesta a la vocación política es ante todo un acto de fraternidad: se entra en ese campo para algo público, que concierne a los demás, queriendo su bien como si fuera el propio. Es más, la tarea del amor político es crear y custodiar las condiciones que les permiten florecer a todos los demás amores: el amor de los jóvenes que quieren casarse y necesitan una casa y un trabajo, el amor del que quiere estudiar y necesita escuelas y libros, el amor del que se dedica a su propia empresa y necesita carreteras y ferrocarriles, reglas seguras… La política, por lo tanto, es el amor de los amores, que hace que las personas colaboren entre ellas, haciendo que las necesidades se encuentren con los recursos, infundiendo en todos la confianza recíproca. La política se puede comparar al tallo de una flor, que sostiene y alimenta el renovado brotar de los pétalos de la comunidad. En el Movimiento Político por la Unidad constatamos que vivir la propia opción política como una vocación de amor lleva a comprender que también los que han hecho una elección política diferente de la nuestra, pueden estar impulsados por una análoga vocación de amor. Y que también ellos forman parte –a su modo– del mismo designio, aunque se presenten como adversarios. La fraternidad permite reconocer su función, respetarla y ayudarlos – también a través de una crítica constructiva– a ser fieles, mientras nosotros lo somos a la nuestra. En el Movimiento Político por la Unidad se piensa que se tendría que vivir la fraternidad de tal modo de llegar a amar el partido de los otros como el propio, sabiendo que ambos no han surgido por casualidad, sino que responden a una exigencia histórica presente en la comunidad nacional. La fraternidad hace emerger los valores auténticos de cada uno y reconstruye la totalidad del designio político de una nación. Lo testimonian, por ejemplo, las iniciativas de miembros del Movimiento Político por la Unidad orientadas a crear una relación fraterna entre la mayoría y la oposición, tanto a nivel de Parlamentos nacionales, como en el gobierno de las ciudades, iniciativas que se han traducido en leyes del Estado o en políticas locales que han unido las ciudades en las que se han realizado. Aquel que, respondiendo a su vocación política, comienza a vivir la fraternidad, se introduce así en una dimensión universal que lo abre a toda la humanidad. Y cuando toma decisiones se cuestiona si lo que está decidiendo, aunque responda a los intereses de su propia nación, no conlleve un daño para las demás. El político de la unidad ama la patria de los demás como la suya.

Chiara Lubich

De: Chiara Lubich, Europa unida por un mundo unido. Discurso al Movimiento Europeo, Madrid (España), 3 de diciembre de 2002

Evangelio vivido/1 – Punto firme

En la vida puede suceder de todo, situaciones alegres o difíciles, lutos, victorias o derrotas pero podemos afrontar todas las circunstancias siguiendo un único común denominador, la relación con Dios. Las circunstancias serán siempre diversas, pero Él está siempre presente; siempre con nosotros. En aislamiento «Mañana –dijo el médico- la pondremos en aislamiento». Me sentí como una apestada. Sabía que algunos por esta enfermedad habían muerto. ¡Morir! No me daba miedo el dolor, que se sumaba a la última batalla por la vida, sino desapegarme de los míos, era un dolor agudo como una espada en el corazón. No los había saludado. Y ahora… quizás no los volvería a ver. Lloraba. Sin embargo, morir quería decir encontrarme con Jesús a quien amaba. Pero me parecía que el amor de tantos que había dado y recibido aquí en la tierra me sujetaba a acá abajo y que el vuelo hacia lo alto era fatigoso. A ellos los conocía, aquello no lo conocía bien todavía. ¡Sin embargo siempre había tratado de amar a Jesús en cada prójimo, en los parientes, amigos, conocidos y desconocidos «Eres tú Jesús, a quien he amado y encontrado en cada uno, el mismo que –si ahora muero- encontraré». Este último pensamiento lentamente me dio paz. Permanecí largo tiempo aislada, con altos y bajos en la enfermedad, pero casi envuelta por una presencia arcana con la posibilidad de hablar al Único que me escuchaba y que podía escuchar. M. – Italia Mala educación en la escuela No sé si yo he envejecido o si decididamente han cambiado las generaciones. Hablaba de esto con los colegas profesores y todos llegamos a la conclusión de que lamentablemente faltaban las bases de la educación. No sólo era la falta de respeto hacia los profesores, también de parte de los padres de familia que mantenían una actitud de abierto juicio hacia los docentes, sino que se percibía una completa ausencia de atención hacia el otro. En uno de los grupos más difíciles de “digerir”, después de un hecho lamentable, hice presente cómo en cada cultura y tradición existe una norma fundamental para la convivencia: «Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti». Y pregunté a cada uno si les parecía que una norma así era aceptable. Después de un gran silencio empezó a hablar un alumno, después otra… y al final se creó un auténtico diálogo. A partir de aquel día algo cambió, de forma casi imperceptible, pero algo cambió. Una vez más tuve que retractarme. Los jóvenes tienen necesidad de puntos de referencia auténticos y firmes. C. – España Tenía la tentación de emigrar… Siendo especialista en enfermedades infecciosas, debido a la falta de estructuras sanitarias, a la falta de higiene y a los sueldos insignificantes, sentía la tentación de emigrar como muchos de mis colegas. Sin embargo, después de reflexionarlo con mi esposa, decidí seguir al servicio de mis hermanos en nuestro país. Con el apoyo de amigos cristianos en el extranjero, fue posible construir una estructura sanitaria completa para un laboratorio de análisis y garantizar medicamentos para los más pobres. Además del desarrollo de actividades productivas para mejorar la alimentación básica, intentamos asegurar también un apoyo psicosocial a los enfermos y a sus familias. M.- República Democrática del Congo

A cargo de Stefania Tanesini

Maria Voce sobre el “Chiara-después”

Maria Voce sobre el “Chiara-después”

Sale hoy, por ahora en italiano, “Luce che avvolge il mondo”[1] el nuevo libro de María Voce publicado por la Editorial “Città Nuova”. Una relectura profunda y valiente de los puntos fundamentales de la espiritualidad de la unidad a la luz de las preguntas de los hombres y de las mujeres de nuestro tiempo y del futuro próximo. Luce che avvolge il mondo es probablemente su último libro como presidente y hay que decir que encontramos en él, más que en cualquier otro texto producido en los 12 años que ha guiado el Movimiento de los Focolares, todo el pensamiento de María Voce: los pilares de su acción, su legado, pero también su vivencia en el delicadísimo tiempo que siguió a la muerte de una fundadora carismática como Chiara Lubich. Sí, porque en este volumen que sin duda merece una lectura “lenta“,  meditada y que requiere el debido tiempo para una reflexión profunda, encontramos toda la adhesión espiritual, cultural y vital de María Voce al carisma de la unidad. Contiene una serie de discursos pronunciados en varias ocasiones sobre los doce puntos fundamentales de la espiritualidad del Movimiento de los Focolares  –Dios Amor, la Voluntad de Dios, la Palabra, el hermano, el amor recíproco, la Eucaristía, la Unidad, Jesús Abandonado, María, la Iglesia, el Espíritu Santo, Jesús en medio- completados, con un ritmo anual, a lo largo de sus dos mandatos. “María, sin embargo, no ha querido repetir, sino releer.- Explica el amigo Andrea Riccardi, autor del prefacio –  Ha releído el mensaje y el carisma de Chiara en una Iglesia y en un mundo que han cambiado. Porque los movimientos espirituales crecen en la profunda tensión entre la fidelidad a los orígenes y al carisma por un lado, pero por el otro, en la exploración de la vida y de la historia del mañana […] un ejemplo singular y egregio de esa fidelidad creativa que se requiere de los seguidores – especialmente si son dirigentes- de los fundadores y de las fundadoras”. ¿Con qué espíritu? se pregunta Jesús Moran,  copresidente, en la introducción. El de la actualización: “María Voce no repite en estos temas suyos los que Chiara hizo en el pasado, sino que los actualiza (…), nos dona una nueva comprensión de los puntos de la espiritualidad de la unidad recurriendo directamente a la fuente de la inspiración de Chiara Lubich, pero subrayando en ellos ulteriores significados y haciendo resonar tonalidades inexpresadas hasta ahora, incitada también por las preguntas que los miembros del Movimiento de los Focolares se hacen cada vez más, al contacto con las vicisitudes de la historia actual de la Iglesia y de la humanidad. Página tras página son diversas las preguntas más o menos explícitas que María Voce intercepta en el pueblo de los Focolares de hoy, como esta: “Entonces, ¿qué le pide Dios a las personas del Movimiento? Les pide alcanzar el propio ambiente, involucrando en la unidad a sus prójimos, pero con la apertura hacia todos los demás. Bastaría esto, decía también Chiara en esa circunstancia. Y subrayaba fuertemente que Dios quiere de nosotros ante todo esto: que nos hagamos uno con el hermano que está a nuestro lado, con el que camina con nosotros en la vida, con quienes conocemos día a día, también – como es posible – a través de los medios de comunicación. Por lo tanto, estamos llamados a vivir la unidad en cada momento de nuestra vida, día tras día, como sucedía al principio”. Ofrece también su lectura frente a las luces y sombras en el proceder de los Focolares en un momento como este en el que la pandemia ha puesto en discusión muchas cosas tanto a nivel personal como comunitario, también en vista de la próxima asamblea del 2021 en la que el Movimiento volverá a reunirse  para elegir a la nueva presidente y a los cargos directivos: “En este periodo nos parece que Dios nos impulse hacia delante, para extender la siembra en campos nuevos y más amplios, sin temer la disminución de las fuerzas o la pérdida de posiciones alcanzadas, sino asistiendo con alegría a la apertura de horizontes siempre nuevos y al florecer de innumerables pequeñas células de la Iglesia, vivas, distribuidas por el mundo, dondequiera que dos o más están dispuestos a amarse con este amor recíproco, y van al encuentro de los hombres, para que, como ha auspiciado el Papa Francisco, las personas encuentren a Dios. Una lectura que hoy se debe considerar atentamente para enriquecernos de una comprensión del presente y mirar al futuro próximo con el optimismo típico de María Voce, que ciertamente no es ingenuo, porque se está basado en la palabra evangélica de la unidad y en la vida que de ella surgió en todo el mundo.

Stefania Tanesini

 [1] Luz que envuelve el mundo

Líbano: levantarse de entre los escombros

Líbano: levantarse de entre los escombros

Tras la devastante explosión en Beirut en la noche del 4 de agosto la comunidad local de los Focolares junto con la Asociación “Humanité Nouvelle” se han puesto a trabajar  para ir al encuentro de las exigencias más urgentes de la gente afectada por la catástrofe.  Más de 100 muertos y cuatro mil heridos ha causado la enorme explosión acaecida el martes 4 de agosto a las 18.10 de la hora local, en la zona cercana al puerto de la capital libanesa Beirut. Puertas y ventanas de vidrio se rompieron hasta una distancia de diez kilómetros de la zona del desastre.  El gobierno habla de alrededor de 300.000 habitantes sin techo. Ya antes de esta catástrofe el país de los cedros se encontraba frente a una fuerte crisis económica aumentada aún por los efectos de la pandemia del coronavirus. Según fuentes oficiales más del  45% de la población vive en la pobreza y la desocupación subió al 35%. La explosión del 4 de agosto da un ulterior y muy fuerte golpe no sólo a la economía y a la infraestructrua  del Líbano sino también al ánimo de un pueblo que sufrió tanta violencia en las últimas décadas. Como todas las asociaciones humanitarias la agencia “Humanité Nouvelle” de los Focolares también se ha puesto en movimiento para ayudar a los más afectados.  Con la ayuda de la comunidad local del Movimiento se ha puesto a disposición el Centro Mariápolis “La Sorgente” en la localidad de Ain Aar cerca de Beirut para todos aquellos que han perdido su casa. Grupos de jóvenes y adultos se han manifestado disponibles para ayudar a las familias y la gente más afectada, informándose de las necesidades de todo tipo: víveres, material para la limpieza de las casas y viviendas en general. ________________________________________ Se ha activado la Coordinación Emergencias el Movimiento de los Focolares, que intervendrá  a través de las organizaciones AMU y AFN. Para quien quiera colaborar, se han activado las siguientes cuentas corrientes bancarias:

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Motivo: Emergencia Líbano

Las contribuciones depositadas en las dos cuentas corrientes con esta motivación serán administradas conjuntamente por AMU y AFN. Para estas donaciones se prevén beneficios fiscales en muchos países de la Unión Europea y en otros países del mundo, según las diferentes normativas locales. Los contribuyentes italianos podrán obtener deducciones y reducciones de impuestos, según la normativa prevista para las Organizaciones sin fines de lucro, de hasta el 10% de los ingresos y con el límite de € 70.000.00 anuales, con excepción de las donaciones hechas en efectivo.
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Para mantenerse al día sobre la recaudación de fondos para esta emergencia, visite los sitios web de AMU y AFN.
El poder de la comunión y de la providencia de Dios

El poder de la comunión y de la providencia de Dios

La historia de Armando, un venezolano que emigró con su familia a Perú. Vivir el Ideal de la unidad en la comunidad de los Focolares, compartir las propias necesidades y experimentar la fuerza de la comunión que atrae la providencia. Hace tres años, debido a la difícil situación de Venezuela, decidimos emigrar a Perú con mi esposa y nuestros dos hijos. Como ya participábamos del Movimiento de los Focolares en nuestro país, la comunidad de Lima nos encontró un hospedaje temporal para darnos la bienvenida, mientras encontraba un trabajo que me permitiera pagar el alquiler de una casa. Una persona de la comunidad, sin conocernos, nos ofreció su apartamento durante un mes, mientras iba a visitar a su hijo que vivía en otra ciudad. En cuanto nos acomodamos nos pidieron que hiciéramos la lista de las cosas que necesitábamos para compartirla con todos. Así empezar llegar abrigos, ollas, platos, cubiertos, comida, pero faltaba un par de zapatos que necesitaba con cierta urgencia… Al final del mes, como todavía no tenía trabajo, nos mudamos a otro albergue temporal. Fuimos a agradecer a quien, sin conocernos, nos había prestado esa casa. Después de conocernos mejor dijo: “Si puedo ayudarlos con algo más, díganmelo”.  Les dijimos que habíamos hecho una lista y que la única cosa que nos faltaba eran los zapatos. “Sí, vi el anuncio en el chat del WhatsApp”, dijo, “sólo que yo uso el 38…; de todas formas pruébalos (y se quitó los zapatos), si te quedan son tuyos”. Los probé y eran perfectos. Y agregó: “Pero en el anuncio dijiste que necesitabas zapatos deportivos” Fue a la habitación y trajo un par de zapatos deportivos: “Toma también estos”. Fue así como llegaron de providencia los zapatos que sigo utilizando. Una noche, en una reunión con algunas personas con las que compartimos el ideal evangélico de la unidad, pude experimentar, una vez más, el poder de la comunión, de compartir los propios logros, fracasos, alegrías, necesidades… tomando ejemplo de las primeras comunidades cristianas que “ponían todo en común y entre ellos no había necesitados” (Hechos, 4: 32-36). Fue un hecho puntual: uno de los participantes contó que dos de sus hijos, en una pelea entre hermanos, dañaron la computadora. Su primera reacción fue la de castigar a sus hijos. Se sentía mal porque ahora no tenían la computadora que usaban para las tareas, justo cuando todo se hace online. Superando la rabia, llamó al técnico para que la reparara. Sin embargo, el técnico vio que no había modo de arreglarla: “el daño no tiene reparación”, explicó. Ya calmo, el padre llamó a los hijos, se disculpó por su primera reacción y se recuperó la paz en su familia. Cuando terminó de compartir lo vivido, uno de los presentes dijo que tenía una computadora que no usaba: “está a tu disposición, veremos cómo hacérsela llegar”. Para mí fue la enésima confirmación de la fuerza de la comunión. Me pregunté: “¿Si el primero no hubiese compartido su preocupación, cómo habría podido el segundo ofrecer una solución?”. A veces, estando solos, no sabemos cómo resolver un problema y nos bloqueamos en nuestro dolor; pero si damos el paso de compartirlo en comunión con los demás y sin mas interés que el de generar la comunión con los demás, Dios puede encontrar la solución precisamente a través de quien tenemos al lado.

A.M. Lima, Perú (recogida por Gustavo E. Clariá)

El “algo más”

El siguiente pensamiento de Chiara Lubich subraya una dimensión constitutiva de una “espiritualidad de comunión”: estamos indisolublemente unidos unos a otros y por ello tenemos también el deber de soportarnos. La pandemia del coronavirus nos hace constatar nuestra interdependencia, de muchas maneras; y también nos pide, en la vida de cada día, una mayor capacidad de soportar. (…)  Nosotros no tenemos que ir solos hacia Dios, sino con los hermanos. Este es nuestro “algo más”. Debemos tender a la santidad junto con los hermanos. Prácticamente debemos ayudar a nuestros hermanos a alcanzar su santidad igual que nosotros la nuestra. Es un compromiso importante que muy fácilmente olvidamos, pero que para nosotros es la condición sine qua non para alcanzar nuestra propia santidad. Más aún: solo si amamos al hermano con esta medida podemos esperar la presencia de Jesús entre nosotros. Y ¿cuál es el mejor modo de vivir esta exigencia del amor para con los hermanos? Hay varios modos, pero hay uno en particular que requiere nuestra atención, y así me lo confirma mi larga experiencia. Ya he hablado de él, pero es tan importante que conviene repetirlo. La vida de comunidad que llevamos, siempre o temporalmente, nos exige amar constantemente a nuestros hermanos, o sea hacernos siempre uno con ellos. Y es lo que intentamos hacer. Pero, aunque pusiésemos en ello todas nuestras fuerzas, no siempre lo conseguiríamos, porque estando aún en este mundo, tendemos a los defectos y a las faltas, y tarde o temprano alguno de nosotros se equivoca. ¿Qué hacer? Si somos nosotros los que faltamos al amor fraterno, activémoslo de nuevo enseguida. Y si fuesen nuestros hermanos los que se comportan así, ¿qué debemos hacer? Créanlo: es sabiduría escuchar a san Pablo cuando nos subraya el soportar, pues soportar no es una categoría inferior del amor; soportar está implícito en la caridad, es un aspecto suyo, es constitutivo de la caridad. En efecto, según el apóstol, la caridad no solo «todo lo excusa, todo lo cree y todo lo espera», sino que también «todo lo soporta» todo, dice él. Soportar es amor, es caridad. Sin eso no hay caridad. También llegará el momento de advertir al hermano de sus errores; el Evangelio exige también esto. (…) Y hagámoslo solo por amor. Desde luego, no para desahogarnos quizás por las ofensas que nos han hecho los hermanos, sino con todo el amor posible, conscientes de que, si el hermano mejora, me beneficiaré yo también. Y aquí está la novedad de nuestro itinerario espiritual: debo trabajar por la perfección de mi hermano si quiero alcanzar la mía. Estamos enlazados; no hay escapatoria.

Chiara Lubich

(En una conferencia telefónica, Rocca di Papa, 19 de junio de 2003) Cf.: “El algo más”, en Chiara Lubich, Unidos hacia el Padre, Ciudad Nueva, Madrid 2005, pp. 129-131.

La primera película de televisión sobre Chiara Lubich

La primera película de televisión sobre Chiara Lubich

Se transmitirá en otoño en RAI UNO, la primera red de televisión nacional italiana, la película sobre Chiara y los inicios del Movimiento de los Focolares.  “¿Puede una chica cualquiera cambiar el mundo con la simple fuerza de su sueño y de su credo?”. Esta es la clave de lectura a través de la cual el director italiano Giacomo Campiotti narrará la historia de Chiara Lubich, una maestra muy joven de la región de Trento, con poco más de 20 años, que experimenta el desánimo y la desesperación generados por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Ella siente que está llamada a construir un mundo mejor, un mundo más unido. Desde entonces, se puso el objetivo de construir puentes entre los hombres, de cualquier raza, nación o religión a la que pertenezcan. Será una película biográfica de televisión, la primera transposición televisiva realizada sobre Chiara Lubich y se centrará en los primeros años, los que van desde 1943 hasta 1950. Es una coproducción entre Rai Fiction y Casanova Multimedia, producida por Luca Barbareschi. Interpretará a Chiara la famosa actriz italiana Cristiana Capotondi; el elenco también incluye a Sofía Panizzi y Valentina Ghelfi. Las grabaciones comienzan en unos días en el Trentino y empezará desde aquellos “tiempos de guerra” en los que “todo se derrumbaba” y quedaba solo Dios, como dijo la propia Chiara en una de las primeras historias sobre el nacimiento del Movimiento de los Focolares. “La fuerza de una figura como la de Chiara hoy – se lee el comunicado de prensa – es hacernos ver al otro como una posibilidad, un regalo, el portador de una semilla de verdad para ser valorada y amada, por muy distante que sea. La fraternidad universal como requisito para el diálogo y la paz. El mensaje de Chiara no solo pertenece al mundo católico y su figura ha contribuido a valorizar a la mujer y su papel también y sobre todo fuera de la institución eclesiástica”. Por lo tanto, será la historia de los primeros años, los años fundadores, en los que Chiara comprende el camino que Dios le pide que siga y comienza a recorrerlo, seguida por un grupo cada vez más grande de personas que, desde Italia, recorrerán las calles de todo el mundo. Pero también será un viaje dentro del contexto histórico, social y eclesiástico en el que se mueve Chiara, es decir, el de la Segunda Guerra Mundial, de los primeros años de la posguerra y de los fermentos preconciliares que sacuden la catolicidad. En la intención del director y los autores existe el deseo de narrar también a “la jovencita revolucionaria, que comparte todo con quienes necesitan – se lee en noticias de ANSA del 27 de julio pasado –; porque lee el Evangelio sin la presencia de un sacerdote, se vuelve tan peligrosa para la sociedad de la época y se ve obligada a rendir cuentas de su trabajo en el Santo Oficio y a pasar la prueba más difícil de su vida cuando se le pide que abandone la guía de los Focolares Pero la piedra que arrojó al estanque es imparable y crea círculos cada vez más grandes, de modo que cuando, años más tarde, Pablo VI la rehabilita, el Movimiento de los Focolares se ha extendido por todo el mundo”.

Stefania Tanesini

Empresarios en tiempos de coronavirus

Empresarios en tiempos de coronavirus

Empresas con graves sufrimientos, pérdida de miles de empleos: la fase de encierro ha afectado fuertemente a la economía europea. A pesar de esto, muchos empresarios no se rinden. Andrea Cruciani, italiano, se preguntó cómo cuidar a sus empleados. ¿Cómo han vivido los empresarios la fase de emergencia del encierro debido a Covid-19? Hablamos sobre ello con Andrea Cruciani, CEO de TeamDev y Agricolus, empresa y start-up italianas relacionadas con el proyecto de Economia di Comunione. ¿Cómo experimentaste la fase de bloqueo? “Antes del encierro no teníamos problemas. Durante 12 años, TeamDev ha crecido un 20% por año y empleamos a unas cincuenta personas. A mediados de febrero habíamos realizado operaciones para anticipar los costos en el banco, pero con el cierre de operaciones llegamos a fines de marzo y ya no teníamos efectivo. Era la primera vez que me encontraba sin dinero y sin alternativas. Tuvimos que optar por el fondo para despidos y lo lamenté porque siempre hemos invertido prestando especial atención al bienestar corporativo. Por lo tanto, nos encontramos con algunos empleados asustados con falta de confianza en nosotros. Perder la confianza de incluso un empleado fue un dolor. Lentamente, tratamos de encontrar una solución para las necesidades de todos y, tan pronto como el dinero ingresó a las arcas de las empresas, pudimos integrarnos en el fondo para despidos pagando a los empleados a través de un premio llamado “Premio Covid”. Al final, logramos darles a todos el mismo salario. Entendieron que no había mala fe de nuestra parte”.  ¿Qué te enseñó esta experiencia? “He conocido las debilidades en la construcción de una relación auténtica con empleados y colaboradores. Es muy importante construir una relación auténtica basada en la confianza. Nos sorprendió la reacción de algunos de ellos que sacaron las energías por el deseo de contribuir al bien común. Este período puso de manifiesto la verdadera humanidad en las relaciones”.  ¿Qué consejos le darías a otros emprendedores para cuidar los recursos humanos? “Te contaré una historia. Hace tres años quería promocionar a un empleado confiándole una sucursal de la empresa. Pero después de un tiempo, esta persona no aguantó y cambió de trabajo. Allí me di cuenta de que lo que espero de la vida para mí no es lo que otros esperan. Ni siquiera estaba interesado en tener un aumento salarial, y no quería tener ese peso psicológico. Después de esa experiencia, comenzamos a implementar algunas herramientas más eficaces”.  ¿Es decir? “En primer lugar, le pedimos ayuda a un coach para ayudar a mantener un espíritu común entre todos. Luego comenzamos a mejorar el ambiente de trabajo con cosas simples como hacer encontrar fruta fresca para una merienda, o traer frutas de temporada de los huertos solidarios de Caritas para que cada uno llevara a casa (sin costos) lo que necesitaba. Luego activamos otros mecanismos, aunque ya durante varios años habíamos comenzado con una pensión integradora y otras herramientas, como horarios flexibles para salir al encuentro de las familias… Nos parece la forma de cuidar a las personas que trabajan para nuestras empresas. Además, tratamos de ocuparnos del crecimiento de cada persona para dar lo mejor”. ¿Cómo ves el futuro de la economía en general? “Veo un futuro donde será cada vez más necesario leer el momento presente y saber dar llaves de lectura también para el futuro. Chiara Lubich para nosotros, los emprendedores de EdC, fue un profeta porque nos enseñó cómo cuidar a los empleados y las empresas. Algunas cosas ahora están previstas por la ley, pero para muchas otras la ley no sirve porque es una cuestión de conciencia y amor”.

Lorenzo Russo

Evangelio vivido: ser familia

“Sean una familia –fue la invitación de Chiara Lubich dirigiéndose a personas deseosas de vivir la Palabra de Dios-. Y dónde ir para llevar el ideal de Cristo, (…) nada mejor que tratar de crear con discreción, con prudencia, pero con decisión, el espíritu de familia. Éste es un espíritu humilde, que desea el bien de los demás, no se infla… es (…) la auténtica caridad”[1]. El nuevo director En su “discurso programático” el nuevo director había hablado de la empresa como una familia en la cual todos eran corresponsables. El clima entre nosotros era fluido y cordial… pero ante las primeras dificultades, quizás por inexperiencia, él se rodeó de sólo algunos de su confianza y a la hora de tomar decisiones prácticamente excluía a todos los demás. Me animé y, por amor a él y a todos los empleados, un día fui a la dirección para preguntarle cuáles preocupaciones no estaban atormentando. Parecía otra persona con respecto al inicio, uno que veía sólo enemigos. ¿Quizás habíamos hecho algo contra él que lo empujaba a actuar así? No respondió y se despidió excusándose diciendo que tenía un compromiso urgente. Algunos días después me llamó y, disculpándose, me confió que se sentía incapaz de mantener la solidaridad que hacía que todo se le escapara de las manos. Me pidió ayuda. Lo convencí de que se abriera con todos nosotros, preguntando si realmente queríamos estar en su proyecto. Fue un momento de gran comprensión recíproca. Algo empezó a cambiar (H.G. – Hungría) En el correo Al inicio del coronavirus, fui al correo a enviar un paquete. En la fila de las pensiones estaba una señora anciana con la mascarilla, que se sintió mal, se desvaneció y cayó al suelo. Corrí hacia ella, pero no tenía la fuerza para levantarla.  Ante mi pedido de ayuda noté en los demás cierta resistencia y sólo respondió un chico lleno de tatuajes, que vio la escena desde afuera del correo. Hicimos sentar a la anciana, quien aparte del dolor por la caída se recuperó bien, le pedí al chico que la ayudara con su trámite, mientras yo iba a mandar mi paquete. Él no sólo me ayudó a subirla al automóvil, sino que quiso venir con nosotros hasta la casa de la señora. Como ella tenía estetoscopio, le medí la presión. Una vez que salimos, el chico me dijo: “Estaba riendo con mis amigos de ver cómo se comporta la gente que se deja guiar por el miedo. Lo que usted hizo por ella es grande”. Después de algunos días fui a visitar a la anciana. Quedé sorprendida y también conmovida cuando me contó que aquél chico le había llevado galletas hechas por su madre. (U.R. – Italia) Sanar el pasado ¡Lástima! Era una colega competente en su trabajo, pero afligía a los demás con su pesimismo. Entre otras cosas su envidia, no sólo hacia mí, sino hacia lo demás colegas, la inducía a hablar siempre mal de todos. Como consecuencia, con una excusa o con otra, nadie quería trabajar con ella. ¿Qué hacer?¿Dejar que las cosas siguieran así, con la incomodidad de todos? Con ocasión de su cumpleaños se me ocurrió una idea, organizar en la oficina una colecta para hacerle un regalo. Cuando la llamamos para festejarla con dulces que habíamos traído de casa, dibujos hechos para ella por los niños de las colegas y una linda cartera como regalo, estaba conmovida e incrédula. Durante varios días no pronunció una palabra. Nos miraba como un pajarito herido. Después lentamente empezó a contarme de su infancia, de sus amores fracasados, de las divisiones en su familia… Nos hicimos amigas. Ahora frecuenta nuestra casa y ayuda a mis hijos con las tareas de matemática y de inglés. Es como de la familia. Parece que también su pasado se ha resanado. (G.R. – Italia)

A cargo de Stefania Tanesini

(tomado de Il Vangelo del Giorno (El Evangelio del día), Città Nuova, año VI, n.4, julio-agosto 2020) [1] C. Lubich, in Gen’s, 30 (2000/2), p. 42.  

Llamarlo por su nombre

Todos hemos sufrido a causa del coronavirus y muchos están sufriendo todavía. El dolor que esta pandemia nos está causando se presenta de modos muy diversos y desfalleceríamos si Jesús no nos sostuviera. En efecto, sabemos que Él, que es Dios mismo hecho hombre, vivió todos nuestros dolores y por eso puede estar a nuestro lado y sostenernos. (…) La vida se puede considerar como una carrera de obstáculos; pero ¿qué son esos obstáculos? ¿Cómo podemos definirlos? Siempre es un gran descubrimiento ver cómo a cada dolor o prueba de la vida se le puede dar en cierto sentido el nombre de Jesús Abandonado. ¿Estamos llenos de miedo? Jesús en la cruz, en su abandono, ¿acaso no parece estar invadido por el temor de que el Padre se haya olvidado de Él? El obstáculo que podemos encontrar en ciertas pruebas duras es el desconsuelo, el desaliento. Jesús, en su abandono, parece sucumbir bajo la sensación de que en su divina pasión le falte el consuelo del Padre y parece estar perdiendo el valor que necesita para concluir su dolorosísima prueba; pero después, añade: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”[1]. ¿Las circunstancias nos llevan a estar desorientados? Jesús, en aquel tremendo dolor, parece que ya no comprenda nada de cuanto le está sucediendo, puesto que grita: “¿Por qué?”[2]. ¿Se nos contradice? En el abandono, ¿no parece acaso que el Padre no apruebe lo que ha hecho el Hijo? ¿Se nos reprocha o acusa? Jesús crucificado, en su abandono, quizás tuvo la impresión de recibir también un reproche, una acusación desde el Cielo. Además, ante ciertas pruebas que a veces sobrevienen en la vida una tras otra, ¿no se llega acaso a decir, desolados: esto parece demasiado, esto supera toda medida? Jesús en su abandono, bebió un amargo cáliz, no solo colmado, sino rebosante. La suya fue una prueba sin medida. Y cuando nos sorprende la desilusión o nos sentimos lacerados por un trauma, o por una desgracia imprevista, por una enfermedad o por una situación absurda, podemos siempre recordar el dolor de Jesús Abandonado, que personificó todas estas pruebas y mil más. Sí, Él está presente en todo aquello que tiene sabor a dolor. Y cada dolor es un nombre suyo. En el mundo se dice que el que ama llama por su nombre (a quien ama). Nosotros hemos decidido amar a Jesús Abandonado. Entonces, para lograrlo del mejor modo, tratemos de habituarnos a llamarlo por su nombre en las pruebas de nuestra vida. Así le diremos: Jesús Abandonado-soledad; Jesús Abandonado-duda; Jesús Abandonado-herida; Jesús Abandonado-prueba; Jesús Abandonado-desolación, etcétera. Y, al llamarlo por su nombre, Él se verá descubierto y reconocido bajo cada dolor y nos responderá con más amor; y al abrazarlo se convertirá para nosotros en: nuestra paz, nuestro consuelo, la valentía, el equilibrio, la salud, la victoria, Será la explicación de todo y la solución de todo. Tratemos entonces (…) de llamar por su nombre a este Jesús que encontramos en los obstáculos de la vida. Los superaremos con más rapidez, y la carrera de nuestra existencia no conocerá pausas.

Chiara Lubich

(En una conferencia telefónica, Mollens, 28 de agosto de 1986) Cf.: “Llamarlo por su nombre”, en: Chiara Lubich, Juntos en camino, Editorial Ciudad Nueva, Buenos Aires, 1988, pp. 173-175. [1] Lc 23, 46. [2] Cf. Mt 27, 46; Mc 15, 34.

Evangelio vivido: una gran oportunidad

Si amamos, Jesús nos reconoce como su familia, sus hermanos y hermanas. Es nuestra oportunidad más grande, que nos sorprende; nos libera del pasado, de nuestros temores, de nuestros esquemas. En esta perspectiva también los límites y las fragilidades pueden ser un trampolín para avanzar hacia nuestra realización. Verdaderamente todo da un salto de calidad. Racismo Frecuentaba la secundaria; las lecciones y las tareas iban bien, pero no mi relación con los compañeros de clase. Un día estaba terminando las tareas de ciencias, cuando uno de ellos empezó a despotricar en mi contra por el hecho de ser asiático. Ante esa explosión racista no supe cómo reaccionar, me quedé mudo, sólo con la idea de vengarme. Después un pensamiento extraño me pasó por la mente: “Ahora es tu oportunidad”. Necesité un poco de tiempo para entender el significado. Pero tiempo después se me aclaró: “Ahora es tu oportunidad para amar a los enemigos”. Quería acallar ese pensamiento en aras de defender mi identidad asiática. También porque amar a mi enemigo me parecía que alimentaba lo negativo. Pero después de un tiempo, en que no sabía que decisión tomar, concluí que no iba a decir nada. Reforcé en mi corazón enojado el perdón y ofrecí mi herida personal a Jesús, que tanto había sufrido en la cruz. Después de esta experiencia de perdonar a mi enemigo, sinceramente sentí una felicidad que nunca había experimentado antes. (James – Usa) Problemas de fe Cuando nació nuestro tercer hijo con síndrome de Down, esta crueldad de la naturaleza me pareció un castigo por mi infidelidad conyugal. Sentía vergüenza de salir con él y dentro de mí había preguntas sin respuesta. Pero conforme F. crecía, veía en él una bondad primordial, una paz cósmica. No sé qué relación podía tener con mi fe problemática, pero lentamente adquirí otros ojos y, diría que, otro corazón. También la relación en la familia cambió. La cosa extraña es que empecé a vivir como un don la condición de F. No volví a tener problemas de fe ni de dogmas. Todo es gracia. Detrás del velo de la incomprensión hay una verdad que es inocente y pura. (D.T. – Portugal) Regreso Había dejado a mi familia por otra persona de la que me había enamorado en mi trabajo. Enceguecido por la pasión no me daba cuenta de la tragedia que estaba provocando. Siempre me mantuve en contacto con mis hijos, sobre todo con la mayor quien era la que más sufría por mi ausencia. Cuando su marido la abandonó con tres hijos pequeños y mi hija cayó en depresión, vi repetirse el mismo mal que yo había causado. Dios me dio la gracia de comprenderlo y de arrepentirme. Hice todo lo posible para estar cerca de esa familia disgregada, busqué a mi yerno y hablé largo y tendido con él. Él me humilló diciéndome que no tenía el derecho de juzgar, porque ciertos traumas de su esposa eran culpa mía, y que su matrimonio había naufragado precisamente por la falta de equilibrio de ella. De rodillas y llorando le pedí perdón. Él contestó que lo iba a pensar. Después de algunos meses de suspensión surgió una chispa de esperanza, mi hija me dio la noticia de que su marido quería volver a intentar vivir en familia. (C.M. – Argentina)

a cargo de Stefania Tanesini

  (Tomado de “Il Vangelo del Giorno”, Città Nuova, año VI, n.4, julio-agosto 2020)

Ya está en las librerías la biografía de Pasquale Foresi

Ya está en las librerías la biografía de Pasquale Foresi

Reservado, de una inteligencia lúcida, teólogo de vanguardia y primer Copresidente de los Focolares, acaba de salir –por ahora en italiano- el primer volumen de la biografía de Pasquale Foresi a cargo de Michele Zanzucchi. Cuenta la historia de un hombre, de los albores de los Focolares, un capitulo de historia que tiene mucho que decir al Movimiento, a la Iglesia y a la sociedad de hoy. El 9 de julio pasado salió el libro “Escapando por la verdad” (“In fuga per la verità”), la primera biografía de Pasquale Foresi a quien Chiara Lubich definió como cofundador de los Focolares, junto con Igino Giordani. Se trata de un relato muy bien documentado de la primera parte de una intensa existencia –de 1929 a 1954-, poco conocida incluso por los mismos miembros de los Focolares, ya sea por el carácter reservado, que por el estilo de co-gobernanza –diríamos hoy- que encarnó Foresi. Un texto de gran interés, publicado por ahora en italiano (pero que ya están en preparación en otras versiones, en inglés, francés y español), rico de hechos inéditos, de ágil lectura como una novela, que relata el arco de vida Foresi, revisa desde su perspectiva los inicios de los Focolares, la persona de Chiara Lubich y hace reflexionar también sobre el hoy de este Movimiento mundial, a casi 80 años de su nacimiento. Pero ¿quién era Pasquale Foresi y qué representaba para la joven fundadora de los Focolares? Lo preguntamos al autor de la biografía, Michele Zanzucchi, periodista y escritor, exdirector de Città Nuova. El suyo ha sido un trabajo de revisión, atenta y profunda, de sus cartas, textos, libros, discursos además del bagaje de conocimiento directo y cercano de Foresi, que se prolongó durante dos años y medio. “Cuando se encontró con Chiara Lubich, durante las fiestas de navidad de 1949, Foresi era un hombre joven de veinte años, que había vivido una vida muy adulta para su edad, por lo que estaba “preparado” para colaborar con la fundadora. Era hijo de una familia de Livorno –su papá había sido maestro, una figura de referencia del laicado católico y entonces era diputado; su madre era ama de casa, tenía tres hermanos y hermanas-. Pasquale desde su infancia manifestó una inteligencia teórico-práctica fuera de lo común. El día del armisticio, el 8 de septiembre de 1943, con sólo 14 años, se escapó de casa «para dar un servicio a Italia». Muy pronto, se enrolo con los Camisas Negras, y después, a la fuerza, con los mismos nazis, entre otras cosas combatió en Cassino, antes de escapar liberó a unos desertores que habían sido condenados a muerte. Allí empezó su conversión filosófico-religiosa. Terminó la guerra entre los partisanos, después entró enseguida en el seminario de Pistoia, y dos años más tarde al prestigioso Instituto Capránica de Roma. Pero se fue, no compartía la incoherencia de muchos eclesiásticos con respecto al Evangelio. Una coherencia que en cambio encontró en la Lubich y sus amigos. En menos de un mes, la maestra de Trento entendió que Dios le había enviado a ese joven para que la ayudara en la realización de la obra de Dios que ya estaba naciendo. Foresi cooperó con ella en la realización de la convivencia entre vírgenes, en la aprobación por parte de la Iglesia del Movimiento, en la construcción de centros y ciudadelas, en la apertura de editoriales y revistas, en la inauguración de centros universitarios… A partir de ese día Chiara Lubich permaneció fiel al papel que Dios le había confiado Foresi, y nunca no lo abandonó, ni siquiera cuando, debido a una grave enfermedad cerebral que lo afecto en 1967 cuando sólo tenía 38 años, tuvo que desaparecer de la vida pública. Para ella, Pasquale siempre fue uno de los dos co-fundadores del Movimiento, la persona con la que confrontaba cualquier decisión que tenía que tomar”. ¿Qué tipo de sacerdote fue? ¿Cuál era su visión de la Iglesia?  “Sobre una formación muy tradicional basada en los sacramentos y en la vida sacerdotal, neo-escolástica se podría decir, Foresi ayudó a Chiara Lubich a elaborar una idea original de aplicación del presbiterado, la idea de un “sacerdocio mariano” libre del “poder” y animado sólo por una profunda radicación en el sacerdocio real de Jesús. Todavía hoy esta idea del sacerdocio está en vías de aplicación y experimentación. Para Foresi, en especial, el sacerdote tendría que ser un modelo de humanidad, un hombre-Jesús. Su visión subyacente de la Iglesia está vinculada a una perspectiva proféticamente conciliar: la Iglesia pueblo de Dios, la Iglesia-comunión, naturalmente sinodal, con una valoración (que en lo más mínimo desvalora las presencias técnicamente “sacramentales” de Cristo en su Iglesia) de la presencia de Jesús en la humanidad en formas más “laicas”, en especial la presencia prometida por Jesús en el Evangelio de Mateo: «Donde dos o tres están unidos en mi nombre, yo estoy allí en medio de ellos» (Mt 18, 20)”. ¿Por qué Chiara Lubich le confió precisamente a Foresi, y no a un laico, la realización de algunas obras de los Focolares, las así llamadas “concreciones”, como el Centro internacional de Loppiano o el nacimiento de la casa editorial Città Nuova…? “Habría sido bueno plantearle la pregunta a la interesada… Señalo sin embargo que el otro cofundador del Movimiento era Igino Giordani, un laico, casado, diputado, periodista, ecumenista. Que conoció a Chiara Lubich ya en 1948. En él la fundadora veía la presencia “de la humanidad” en el corazón de su carisma. Por lo tanto Giordani representaba para Chiara Lubich la apertura radical al mundo, según la oración sacerdotal de Jesús: «Que todos sean uno» (Jn. 17, 10). Pero Lubich veía en Foresi –quien entre otras cosas tenía una índole más “concreta” que el “idealista” Giordani- a quien que la habría sostenido prácticamente en la construcción de su Obra. Foresi, por esta característica suya, era extremamente “laico”, si bien tenía muy clara la misión del Movimiento que era sobre todo eclesial, y no podía obviar para realizarla a los eclesiásticos”. Hagamos una suposición: ¿Si Foresi estuviese vivo hoy, qué sugeriría a los Focolares, en qué cosa los invitaría a enfocarse? “Es una auténtica suposición. Pero creo que invitaría al Movimiento a la necesaria “actualización”, mirando al estado naciente del Movimiento. Lo invitaría por lo tanto a revisar y aplicar las intuiciones místicas de la fundadora de 1949-1951, pero también a revisar atentamente el proceso de realización concreta del Movimiento, ocurrido sobre todo en el período de 1955-1957, en donde Lubich recibió otras iluminaciones dirigidas a concretar las intuiciones místicas precedentes”.

Stefania Tanesini

“Busco tu rostro, señor”

“Busco tu rostro, señor”[1]. El siguiente pensamiento de Chiara Lubich puede iluminarnos para vivir de un modo evangélico también la prueba que estamos pasando todos a nivel planetario. A causa de la pandemia muchos han perdido algún pariente, un amigo o un conocido y todos estamos llamados, de distintas maneras, a responder a los gritos de dolor que esta pandemia suscita por todas partes, reconociendo en ellos algunos rostros de Jesús Abandonado a quien amar.    (…) En estas últimas semanas también han fallecido algunos (de los nuestros). (…) y nosotros que estamos todavía en esta tierra podríamos preguntarnos: ¿qué experiencia habrán vivido al dar ese paso? ¿Qué nos dirían si pudieran hablar? Ya lo sabemos: han visto al Señor. Han encontrado a Jesús. Han conocido su rostro. Es una verdad de fe que proporciona una consolación inmensa. No se puede dudar. San Pablo expresa −son palabras suyas− «deseo partir y estar con Cristo»”[2]. Habla, pues, de una vida con Cristo que sigue directamente a la muerte, sin esperar la resurrección final[3]. (…) Esta es, por consiguiente, la experiencia de los nuestros que han alcanzado la meta del Santo Viaje:  el encuentro con Aquel que no podrá dejar de amarnos, si le hemos amado. Esta –esperemos– será también nuestra experiencia. Pero, para estar seguros, es necesario prepararse desde ahora, es preciso de alguna forma, ir acostumbrándose. ¿Encontraremos al Señor? ¿Veremos su rostro? Ciertamente lo contemplaremos resplandeciente si aquí le hemos mirado, amado y acogido abandonado. Pablo no conocía nada en la tierra, más que a Cristo, y este crucificado. Esto es lo que queremos practicar también nosotros durante el próximo mes: buscar su rostro. Buscarlo abandonado. Lo encontraremos, sin duda, en los pequeños y grandes dolores personales que no faltan nunca; en el rostro de los hermanos que encontremos, especialmente en los que más necesitan ayuda, consejo, consuelo, un empujón para caminar mejor en la vida espiritual. Lo buscaremos en los aspectos más duros, más fatigosos, que implica la realización de las distintas actividades inspiradas por la voluntad de Dios; en todas las desuniones cercanas o lejanas, pequeñas o grandes (…). Buscaremos su rostro también en la Eucaristía, en el fondo de nuestro corazón, en sus imágenes sagradas. Además, debemos contemplarlo y amarlo, concretamente, en todos los grandes dolores del mundo. Sí, aunque frente a ellos nos sintamos a menudo impotentes. Pero quizás no sea así. ¡Con qué frecuencia (…) nos enteramos de ciertas calamidades que están sucediendo o que amenazan a pueblos o naciones enteras! Son calamidades que −si la caridad de Dios habita en nuestro corazón− nos caen encima como losas, dejándonos sin respiro. Porque sentimos −no obstante nuestra buena voluntad y nuestros proyectos− que no podemos hacer nada adecuado para mejorar esas situaciones. Sin embargo, debemos convencernos de que algo se puede hacer. También en esto, al descubrir su rostro en estas catástrofes inmensas, podemos, −con la fuerza de los hijos de Dios que todo lo esperan de su Padre Omnipotente−, poner en manos de Él las preocupaciones que nos aplastan, a nosotros y a grandes sectores de la humanidad, para que procure mover los corazones de los responsables de los pueblos que todavía podrían hacer algo. Tenemos que estar seguros de que lo hará. Así ha ocurrido muchas veces. (…) Actuemos (entonces) de manera que resuene en nuestro corazón lo más a menudo posible, el versículo del Salmo 27 que dice: «Yo busco tu rostro, Señor». Tu rostro dolorido para enjugar en él, como nos sea posible, lágrimas y sangre; y poder verlo resplandeciente en nuestra hora, cuando hagamos la experiencia de los nuestros que ya han llegado. (…)

Chiara Lubich

(En una conferencia telefónica, Rocca di Papa, 25 de abril de 1991) Cf.: “Yo busco tu rostro, Señor”, en: Chiara Lubich, Santificarse juntos, Ciudad Nueva, Madrid 1994, pp. 81-85. [1] Sal 27, 8. [2] Fil 1, 23. [3] Cf. 2Cor 5, 8.

María Voce: salvar el mundo con el amor

 ¿Qué aprendimos de la pandemia? ¿Con qué herramientas podemos construir un mundo nuevo? ¿Cuál es la contribución específica de cada uno de nosotros? El diálogo espontáneo de María Voce el 16 de julio con una comunidad de los Focolares. Desde hace algunos años, el 16 de julio es siempre una doble fiesta para las comunidades de los Focolares en el mundo: se recuerda el especial  pacto de unidad  que Chiara Lubich vivió con Igino Giordani en el año 1949 y también el cumpleaños de su presidenta, María Voce. También este año, el momento de fiesta para ella se ha convertido en una oportunidad de diálogo espontáneo e informal para abrir su corazón a los presentes hablando sobre el significado de ese día especial, sobre la vida de los Focolares en estos últimos tiempos y sobre la contribución del carisma de la unidad en este período tan crucial para la humanidad. Las expresiones de buenos deseos y afecto que le han llegado desde todo el mundo han sido numerosas y, por eso María Voce desea agradecer a cada uno particularmente. Publicamos a continuación parte de su diálogo, adjuntando también fragmentos de algunos videos espontáneos de ese momento. “(…) Esta pandemia también nos ha dado una gran lección, ¿no? Hay que reconocerlo. Nos ha hecho sufrir, y todavía nos está haciendo sufrir. No sabemos cuántas consecuencias dolorosas podrán provenir todavía de esta pandemia ¿verdad? Pero ha sido también una gran lección. La lección principal es que nos ha dicho: todos ustedes son iguales. Todos ustedes son iguales: los ricos, los pobres, los poderosos, los miserables, los niños, los adultos, los inmigrantes… todos son iguales. Esto es lo primero. Lo segundo: todos son iguales, pero hay alguien que sufre más a pesar de la igualdad. Entonces, ¿cómo es que son todos iguales? Todos ustedes son iguales porque Dios los creó a todos iguales; muy diferentes unos de otros, pero todos hijos suyos, todos creados por Él con el mismo amor, un gran amor. Después llegaron los hombres y comenzaron a hacer distinciones, y seguimos haciendo distinciones: este sí, este no; este vale más, este menos. Este puede darme algo, este no puede darme nada; este me explota, este menos… y empezamos a hacer las diferencias y ¿qué sucede con las diferencias? Ocurre que hay países donde los hospitales están bien equipados y otros donde no los hay; países que tienen mascarillas para todos, y aquellos que no las tienen. Hay poblaciones, incluso en nuestra Italia, donde llega la fibra óptica y pueden seguir las clases a distancia, y hay pueblos que no la tienen. Por lo tanto: todos iguales ante Dios, pero no todos iguales ante los hombres, no todos son iguales en el corazón de los hombres. ¿Esto también es así para nosotros? Tal vez yo también a veces estoy más a gusto con una persona que con otra y hago esta diferencia entre una persona y otra; lo veo yo también y entonces ¿vivo realmente el pacto si soy así?¿Ese pacto que me lleva a estar dispuesta realmente a dar la vida el uno por el otro? Pero no por el otro que me gusta, sino por cualquier otro sea quien sea. Hoy se dice que hay que crear un mundo nuevo; la humanidad, todos dicen que debemos construir un mundo nuevo. Pues bien, a pequeña escala Chiara hizo un mundo nuevo; la familia de Chiara esparcida en el mundo es −en pequeño− un mundo nuevo. Naturalmente es un intento, es un boceto, una pequeña señal, pero significa que es posible. Entonces, si ha sido posible hacerlo a pequeña escala, porque este pequeño grupo −que además es pequeño relativamente porque lo componen varios cientos de miles de personas esparcidas por el mundo−, este pequeño pueblo que es el pueblo de Chiara, ¿no está a disposición de todos diciendo que el mundo nuevo es posible? Es posible. Debemos estar convencidos de que es posible; además ¿cómo era el pasapalabra de hoy? ‘Creer en la fuerza del amor’. Por eso, en primer lugar creer que el amor es una fuerza. ¿Lo hemos experimentado? Sí, lo hemos experimentado muchas veces. Pero ahora, ha disminuido un poco; el termómetro del amor ha disminuido. ¡Pongámosle un poco de mercurio que lo haga subir! Hagamos subir el amor y verás cómo sube todo. Seremos esta realidad que pasa por el mundo al que beneficiaremos, sin necesidad de ir diciendo: ‘Mira, nosotros hacemos esto, ven con nosotros porque somos así’. No, nosotros somos los que somos, somos como los demás; somos unos desastres como todos, pero vivimos el paraíso y no queremos salir del paraíso. Sin embargo queremos estar con los otros, no queremos quedarnos entre nosotros en el paraíso. Queremos llevar este paraíso a los demás, no queremos tenerlo para nosotros, porque sería cómodo… y luego que el mundo se las apañe. ¡No! El mundo debe salvarse, el mundo debemos salvarlo con nuestro amor”.

Una dificultad que se vuelve oportunidad

La vida del Gen Verde durante la pandemia “Estábamos en pleno tour por España y desde Italia llegaban noticias preocupantes sobre el Covid-19 y el aumento de contagios. Había que decidir si suspender o no la gira y cómo regresar a Italia. Pocas horas (mejor dicho, minutos) para tomar la decisión, comunicarlo a los organizadores y tan sólo en un día, embarcarnos en el último barco que salió de Barcelona”. Un recuerdo que sigue todavía muy vivo y que Mileni del Gen Verde comparte meses después, cuando parece que la pandemia del Covid-19 esté volviendo. Y en estos 4 meses el Gen Verde ha transformado una situación dolorosa en una gran oportunidad: “enseguida nos preguntamos –cuenta Annalisa– cómo ayudar a las personas; a diario recibíamos noticias de amigos que habían contraído el virus y nos pedían que estuviésemos cerca de ellos… pero ¿cómo? ¿De qué forma no dejarlos solos en estos momentos tan terribles respetando la distancia social? Nos vino de inmediato una idea, tal como han hecho muchos otros artistas en todo el mundo: la de conectarnos desde nuestra casa”. Así comenzó la aventura del primer streaming: pocos instrumentos, una escasa red de internet para soportar una conexión que quién sabe cuántos verían. Transcurridos unos meses, podemos decir que han sido muchos los streaming que ha llevado a cabo el Gen Verde, así como decenas y decenas han sido las reuniones a través de zoom, instagram, skype… ocasiones todas ellas de encontrar a jóvenes y menos jóvenes del mundo entero: desde Filipinas a Argentina, desde USA a Rumanía, desde Italia a Australia… También estos meses han sido la cuna apropiada para la creación de nuevas composiciones: desde el monólogo Il silenzio a la pieza musical Tears and light, sin olvidar los videos realizados expresamente para compartir, incluso a la distancia, el triduo pascual… y todo se ha compartido inmediatamente por las redes sociales, el canal YouTube e Internet. Un trabajo enorme, puede que hasta mayor del que se hace durante una gira o en los talleres con los jóvenes, y el Gen Verde no ha escatimado esfuerzos ni ha dicho nunca no a cualquiera que quería vivir un momento de intercambio con ellas. “Estamos súper contentas -dice Marita- porque en este tiempo, a pesar de las dificultades, con estas citas digitales nos hemos encontrado con cientos de miles de personas; no puedo decir que sea lo mismo que en vivo… falta el contacto físico, mirarnos a los ojos, pero puedo decir que nunca en sólo 4 meses, habíamos podido encontrarnos con tantas personas. Para nosotras del Gen Verde ha sido una experiencia que ha superado cualquier expectativa”. Y ahora, tras el último encuentro de este primer ciclo, el Gen Verde se dedica a nuevos proyectos y a nuevas propuestas para compartir lo más pronto posible. En resumen, el Gen Verde mira siempre a lo lejos y no se detiene jamás. Pero ¿cuál es el secreto? “Nosotras vivimos sin mirarnos a nosotras mismas – explica Sally – lo que nos interesa es construir relaciones orientadas hacia la fraternidad universal. En este periodo de pandemia hemos recibido muchísimos ecos después de nuestros directos y estas impresiones son las que nos han hecho ir siempre adelante tratando de dar lo mejor de nosotras. No nos engañamos, ni queremos engañar a nadie: la pandemia no ha sido una broma y la situación en muchos países es muy crítica todavía, pero estamos seguras de que todo lo que hemos hecho ha significado para muchos vivir un momento de respiro y de alivio, al menos”. De hecho, los correos y los mensajes que han llegado al Gen Verde por las redes hablan precisamente de esta sensación de paz y de serenidad. Ahora, seguimos adelante con la preparación de nuevos proyectos y el lanzamiento de nuevas canciones para poder dar esperanza a este mundo tan necesitado.“

Tiziana Nicastro

El pacto del 16 de julio de 1949

Chiara Lubich relata el especial pacto de unidad hecho con Igino Giordani (a quien llamó “Foco”) el 16 de julio de 1949, preludio de su experiencia mística de ese verano. De una entrevista concedida a la periodista Sandra Hoggett en 2002 https://vimeo.com/438640671

El cuidado, un nuevo estilo de vida

El cuidado, un nuevo estilo de vida

Los jóvenes de los Focolares han comenzado una nueva campaña #daretocare para cuidar nuestras sociedades y el planeta Tierra y ser ciudadanos activos para tratar de construir un trozo de mundo unido. La entrevista con Elena Pulcini, profesora de filosofía social en la Universidad de Florencia, en Italia. Elena Pulcini, profesora de filosofía social en la Universidad de Florencia (Italia), se ha dedicado como investigadora al tema de la cuidado durante muchos años. Ha participado en la primera transmisión en vivo #daretocare de los jóvenes del Movimiento de los Focolares, el pasado 20 de junio. ¿Qué impacto ha tenido la experiencia de la pandemia que estamos atravesando en su visión del cuidado? “Me parece sobre todo que ha surgido una imagen del cuidado como asistencia, explicó Pulcini. Pensamos en todo el personal médico y sanitario. Esto ha despertado elementos positivos, pasiones que habían sido algo olvidadas, como la gratitud, la compasión, el sentimiento de nuestra vulnerabilidad. Y esto fue muy positivo porque realmente lo necesitamos y es necesario despertar lo que yo llamo pasiones empáticas. Al mismo tiempo, sin embargo, el cuidado se ha mantenido algo encerrado dentro de un significado esencialmente de asistencia, lo que en inglés se llama “atención” y no “cuidado”. El cuidado se tiene que volver un modo de vivir”. Nos gusta soñar con una sociedad donde el cuidado sea la piedra angular de los sistemas políticos locales y globales. ¿Es una utopía o es realizable? “Seguramente el cuidado significa responder a algo. En este caso significa darse cuenta de la existencia del otro. Desde el momento en que me doy cuenta de esto y no estoy cerrado en mi individualismo, hay una capacidad que tenemos dentro de nosotros que es la empatía, es decir, ponerse en el lugar del otro. ¿Pero quién es el otro hoy? Aquí, están surgiendo nuevas figuras de lo que consideramos que es el otro para nosotros. Entonces, el otro hoy es diferente, también son las generaciones futuras, también es la naturaleza, el medio ambiente, la Tierra que nos alberga. Por lo tanto, el cuidado realmente se convierte en la respuesta general a los grandes desafíos de nuestro tiempo, si sabemos encontrarla a través de la capacidad empática de relacionarnos con el otro. Así que no sé si es realmente realizable, pero creo que no podemos perder la perspectiva utópica. La responsabilidad no es suficiente, también es necesario cultivar la esperanza”. ¿Qué sugerencias nos daría para hacer esto y para orientar a nuestras sociedades, desde las instituciones, hacia el cuidado? “Creo que debemos actuar en todos los lugares donde operamos para sacar el cuidado de la esfera restringida de la privacidad. (…) Tengo que pensar en mí mismo como un sujeto de cuidado en mi familia, en mi profesión docente, cuando me encuentro con una persona pobre marginada en la calle o cuando voy a bañarme a la playa, tengo que cuidar todas las dimensiones. Debemos adoptar el cuidado como un estilo de vida capaz de romper nuestro individualismo ilimitado, que está trayendo no solo la autodestrucción de la humanidad, sino también la destrucción del mundo viviente. Por lo tanto, debemos tratar de responder a las patologías de nuestra sociedad, que significa educar para la democracia. Siempre me ha gustado un filósofo del siglo XIX llamado Alexis de Tocqueville, quien dijo que “debemos educar para la democracia”. Es una lección aún por aprender y creo que esto significa cultivar las propias emociones empáticas para ser estimulados en el cuidado con gusto, con satisfacción, no con restricciones”.

 Los jóvenes del Movimiento de los Focolares

Los cinco anos de “Laudato Si”

Los cinco anos de “Laudato Si”

Cinco años después de la publicación de la Encíclica del papa Francisco, el paradigma de la ecología integral guía la lectura de este tiempo de pandemia. Entrevista con Luca Fiorani, responsable de EcoOne. Han pasado cinco años desde la publicación de Laudato Si, la encíclica del papa Francisco sobre el cuidado del planeta. Hablamos de ello con Luca Fiorani, profesor de las universidades Lumsa, Marconi y Sophia, investigador de ENEA y responsable de EcoOne, la red ecológica del Movimiento de los Focolares. En tiempos de pandemia, ¿qué enseñanzas pueden extraerse de la Laudato Si y su paradigma de ecología integral? Pienso en el “todo conectado”. Antes de la pandemia, el Papa nos hizo saborear su lado positivo, la maravillosa relación que existe entre los elementos naturales, incluida la persona. La pandemia, en cambio, subrayó el lado oscuro de este “todo conectado”, porque la actividad humana, que ha llevado a la destrucción de los hábitats naturales, y el salto de especie del virus del animal al hombre están relacionados. ¿Cuál es el fundamento evangélico del compromiso con el cuidado de la creación? Es “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Uno de los conceptos clave de la Laudato Si es “escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres”. Es cierto que para el Evangelio la naturaleza tiene valor en sí misma, pero también es cierto que cuidar la naturaleza significa garantizar un planeta saludable para los más desfavorecidos y para nuestros hijos. Significa recordarnos del “billón inferior”, ese billón de personas que es víctima de una “pandemia crónica”, debido a 17 enfermedades tropicales desatendidas. ¿Puede el concepto de ecología integral guiar los caminos futuros? Este es el concepto fundamental de toda la enseñanza del papa Francisco, que nos invita a superar el actual sistema socio-económico. Hoy vivimos en el paradigma de la revolución industrial, que considera que los recursos naturales son ilimitados. En cambio, estos recursos son limitados y, por lo tanto, se debe encontrar un modelo de desarrollo diferente, que también tenga en cuenta las necesidades de los pueblos olvidados por las llamadas sociedades “evolucionadas”. La Laudato Si invita a una “conversión ecológica”. ¿Qué significa vivir los principios de la ecología integral? La ecología integral no solo concierne al medio ambiente sino a todos los aspectos de la vida humana, la sociedad, la economía, la política. Entonces, cada uno de nosotros debe tratar de cambiar su vida comenzando, por ejemplo, por las elecciones de consumo. Además, podemos elegir gobernantes sensibles al cuidado de la naturaleza y hacer campañas de presión para no invertir en combustibles fósiles y en favor de las fuentes de energía renovables. En este año especial de celebraciones de la Laudato Si, ¿con qué iniciativas estará presente el Movimiento de los Focolares? El Movimiento participa en las iniciativas de la Iglesia Católica y en los eventos promovidos por el Movimiento Católico Mundial por el Clima, al que se adhiere. Además, organiza el congreso “Nuevas formas hacia la ecología integral” que se realizará en Castel Gandolfo (Roma), del 23 al 25 de octubre, cuyos detalles están disponibles en www.ecoone.org Su último libro se titula “El sueño (loco) de Francisco. Pequeño manual (científico) de ecología integral”. ¿Por qué habla de un sueño loco? Porque parece realmente imposible cambiar el rumbo en este planeta, hacia un mundo en el que todos nos sintamos hermanos y construyamos más puentes que muros, pero, como dijo la fundadora de los Focolares. Chiara Lubich, “¡solo aquellos con grandes ideales hacen la historia!”.

Claudia Di Lorenzi

La quintaesencia de la caridad

Estar confinados ha puesto a menudo a prueba nuestra caridad. De hecho, no es fácil vivir encerrados en casa, codo a codo con los otros. Cuando estamos muy cerca, tocamos los límites unos de otros y esto nos exige un “plus de amor” que se llama “soportar”. Es reconfortante saber que también Chiara Lubich encontró este tipo de dificultades en su vida comunitaria.         (…) Estos días he ojeado un libro que (…) se titula El secreto de Madre Teresa, de Calcuta por supuesto. Lo abro por la mitad, donde habla de la «mística de la caridad». Leo este capítulo y otros. Me enfrasco con mucho interés en esas páginas: todo lo que se refiere a ella −que pronto proclamarán santa− me interesa personalmente. Durante años ha sido una amiga muy valiosa. Veo patente, luminosa, la radicalidad extrema de su vida, de su vocación totalitaria, que impresiona y casi asusta; pero sobre todo me empuja a imitarla en el compromiso específico, radical y totalitario que Dios me pide a mí. (…) Movida por esta convicción, tomo en mis manos nuestro Estatuto, convencida de que allí encontraré la medida y el tipo de radicalidad de vida que el Señor quiere de mí. Lo abro e inmediatamente, en la primera página, siento un pequeño sobresalto espiritual, como un descubrimiento de ese momento (¡y hace ya casi 60 años que lo conozco!). Se trata de la «norma de las normas, la premisa de cualquier otra regla» de mi vida y nuestra vida: generar –así lo expresaba el papa Pablo VI– y mantener primero y ante todo (…) a Jesús entre nosotros con el amor recíproco. (…) Inmediatamente propongo vivir esta norma, mientras tanto en mi focolar y con los que tengo más cerca. Pero ya lo sabemos: «El que esté sin pecado, que arroje la primera piedra»[1]. Tampoco en nuestra casa todo es siempre perfecto: una palabra de más, mía o de las otras, un silencio excesivo, un juicio, un pequeño apego, un sufrimiento mal soportado…, cosas que sin duda hacen que Jesús se sienta incómodo entre nosotras, cuando no impiden su presencia. Comprendo que debo ser yo la primera en dejarle espacio, allanándolo todo, colmándolo todo, sazonándolo todo con la máxima caridad; todo −en las demás y en mí− «soportando», palabra ésta que en general no usamos, pero que el apóstol Pablo aconseja vivamente. Soportar no es un tipo de caridad cualquiera. Es una caridad especial, la quintaesencia de la caridad. Comienzo, y no me va mal; ¡funciona! Otras veces había invitado inmediatamente a mis compañeras a hacer lo mismo. Ahora no. Primero siento el deber de poner todo de mi parte, y da resultado. Y además me llena el corazón de felicidad, quizá porque de este modo Él vuelve a hacerse presente y se queda. A ellas se lo diré más tarde, pero sin dejar de sentir el deber de seguir comportándome así, como si estuviera sola. Y siento una enorme alegría al recordar las palabras de Jesús: «Misericordia quiero, no sacrificio»[2]. ¡Misericordia! Ésta es la caridad superfina que se nos pide y que vale más que el sacrificio, porque el sacrificio más bello es este amor que también sabe soportar, que en caso necesario sabe perdonar y olvidar. (…) Esta es la radicalidad, la integridad que se le pide a nuestra vida.

 Chiara Lubich

(En una conferencia telefónica, Rocca di Papa, 20 de febrero de 2003) Cf.:“Para ser una pequeña María”, en: Chiara Lubich, Unidos hacia el Padre, Ciudad Nueva, Madrid 2005, pp. 21-24. [1] Cf. Jn 8, 7. [2] Mt 9, 13.

En diálogo con María Voce (Emmaus) y Jesús Morán

“El diálogo interreligioso de Chiara Lubich -dice María Voce, Presidenta del Movimiento de los Focolares- fue una verdadera profecía que se está realizando ahora como una respuesta concreta a las necesidades de la humanidad”. El Copresidente Jesús Morán explica cómo la ética de la asistencia está en la base del nuevo Pathway que lanzarán el 20 de junio de 2020 los jóvenes del Movimiento de los Focolares. https://vimeo.com/429563912

Estados Unidos – entrar al “pecado original del racismo”

Estados Unidos – entrar al “pecado original del racismo”

Estados Unidos: entrar al “pecado original del racismo” Las dos crisis que están sacudiendo el país, pandemia y racismo, podrían conducir a un futuro mejor. Un aporte de Susanne Janssen, directora de Living City Magazine. El racismo es un virus que nunca ha sido aniquilado en los Estados Unidos.  Después de la Guerra Civil (1861–1865), la esclavitud fue declarada derrotada en los papeles, pero aún hoy personas de color y blancos no son tratados de la misma manera. La muerte de  George Floyd ha vuelto a poner en evidencia el problema. Como los 8 atroces minutos durante los cuales  Floyd imploró por su vida fueron filmados,  ya no se podía decir que era sólo culpa de la víctima; este vídeo, junto a las tantas personas (no sólo afroamericanas) que se unieron durante las manifestaciones contra el racismo, representan un signo de que esta vez algo es diferente. Esperemos que lo que ha sucedido no se agote solamente en una ola de protestas, sino que sea portador de un verdadero cambio. El rol de la Iglesia Tras algunos días de silencio, la Iglesia se unió a quienes cuestionan el racismo. El cardenal de Boston, Sean O’Malley, escribió que el homicidio de George Floyd “es una dolorosa prueba de lo que ha sido y es para los afroamericanos: el fracaso de una sociedad que no es capaz de proteger sus vidas y las de sus hijos. Las manifestaciones y las protestas de estos días son pedidos de justicia y expresiones angustiantes de un profundo dolor emotivo del que no podemos alejarnos.” La Conferencia Episcopal de los Estados Unidos afirmó también que el racismo es como el pecado original de los Estados Unidos, que acompaña el crecimiento de la nación y la impregna hasta nuestros días. Se intensifican en la Iglesia y en la sociedad los espacios de reflexión. Los primeros pasos Con el lema “quitar los recursos” se pretende algo más que una simple operación de restructuración del cuerpo de la policía. La intención es empezar de nuevo y hacer nacer una policía más controlada por los ciudadanos. En los últimos años se habla mucho de su progresiva militarización; pero en realidad hay que decir que muchas de las funciones que desempeña en la práctica serían competencia de los asistentes sociales. A diferencia de casos de violencia contra afroamericanos acaecidos anteriormente, hoy en día muchas personas tratan de aprender, escuchar y afrontar el pasado, concentrando la reflexión sobre problemas estructurales que aún permanecen tras la abolición de la esclavitud y los que están relacionados con la segregación, como las llamadas “leyes de  Jim Crow” y la ley sobre los derechos civiles de 1964. Sin duda mirar a la cara los prejuicios que están dentro de cada uno de nosotros y los privilegios sociales de que gozan los blancos, ya es un primer paso.  Dos autores, Ibram X. Kendi y Robin DiAngelo, afirman que se requiere un paso que vaya más allá de “ser una buena persona”.  Por el contrario hay que combatir las estructuras de opresión. Aún hoy, en una situación cotidiana como lo es un control de policía, sólo el color de la piel puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. El aporte de los Focolares En primer lugar, las comunidades del Movimiento de los Focolares tratan de examinar si incluso en su interior hay discriminaciones y racismo. El pensamiento de los Focolares acerca de la justicia racial es el punto de partida para entrar en un diálogo sincero entre nosotros y con las personas a nuestro alrededor. Damos espacio a la escucha de dolorosos testimonios de racismo, pero además también a escuchar las vivencias de quien ha crecido en un contexto de blancos y trata de comenzar un proceso de reconocimiento de sus propios límites. Estas conversaciones no son fáciles, pero son necesarias para construir relaciones más auténticas. “Si no prestamos atención, acabaremos por suscribir los principios de la retórica común acerca de la diversidad que a menudo sostiene los privilegios y acentúa las diferencias”, afirma una docente latina de color. Un académico de más de 80 años comparte con los demás que durante su vida tuvo que aprender a ser más abierto, sobre todo cuando una de sus hijas se casó con un jamaicano. “Pensé que sus hijos sufrirían la discriminación. Pero ahora veo que son un ejemplo luminoso para muchos”. El rol de los jóvenes Los jóvenes están en primera fila y piden un cambio de mentalidad.  Dice una joven de raza mixta: “Quiero ayudar a mis hermanos y hermanas para que se los escuche más, si no me arrepentiré de ello toda la vida…” Hasta el mismo slogan “Black Lives Matter” que ha unido a muchas personas e invadió las calles es objeto de polarización.  No es raro encontrarse con mensajes que tratan de desacreditar a quienes luchan por una mayor justicia, pero poco a poco se nota un cambio en la opinión pública.  Muchos, de hecho, condenan el modo con el cual el presidente Donald Trump gestionó estas crisis recientes: la pandemia y el racismo estructural.  Por ahora el candidato del Partido Democrático, Joe Biden, tiene una ventaja en los sondeos de un 13%, pero aún es muy pronto para decir cómo será la situación en noviembre cuando los norteamericanos sean llamados a las urnas.

Susanne Janssen, directora de la revista Living City

 

Brasil – en acción hasta en las periferias olvidadas

Brasil – en acción hasta en las periferias olvidadas

Las organizaciones sociales de los Focolares atienden a más de 3.500 familias y crean redes de solidaridad en tiempos de pandemia. Repartidas en todo el territorio nacional, las veintiuna organizaciones sociales que se inspiran en el carisma del Movimiento de los Focolares están dando un importante testimonio de solidaridad y fraternidad en este tiempo de pandemia.

Foto: Obra Lumen

La relación que se ha instaurado en estos años con las familias en condiciones de vulnerabilidad ha permitido a estas organizaciones que tomasen conciencia de los múltiples retos que deben afrontar en este difícil período.  La lista es larga. Las comunidades denuncian el temor de exposición al virus, la situación de sus pequeñas y a menudo malsanas viviendas, en donde el aislamiento social es prácticamente imposible.  Denuncian asimismo la dificultad de recibir asistencia del Gobierno, el hacinamiento en los hospitales y transporte público y la enorme tasa de desocupación.  Según un estudio publicado por el periódico Nexo, en los barrios marginales, en siete de cada diez familias hay personas que han quedado sin trabajo durante la pandemia. Por todo ello, lo sabemos, la pandemia no es democrática. “Aun en medio de las dificultades, tenemos el deseo de continuar ahora con mayor fuerza para ‘dar la vida’ por nuestra gente.  Por ese motivo, las organizaciones sociales siguen atendiendo de una manera nueva a las comunidades en las que están integradas.   No hay actividades presenciales, pero el incesante trabajo sigue”,  destaca  Virginia Tesini, representante nacional del Movimiento de los Focolares para las obras sociales.

Foto: Instituto Mundo Unido

Todas las organizaciones han llevado a cabo acciones de solidaridad en este período.  Y quisiéramos compartir con ustedes algunos números de esta red de generosidad, gracias al aporte de muchos miembros y amigos del Movimiento de los Focolares y de estas organizaciones: 3500 personas ayudadas regularmente;  130 toneladas de alimentos no perecederos donados;  3 toneladas de alimentos naturales;   30 toneladas de materiales para higiene y limpieza;  30.000 comidas; 10.000 mascarillas de tejido. La creatividad es grande e incluso las canastas con comida típica de las fiestas de junio fueron distribuidas, reforzando nuestra cultura. “Además, varias de nuestras organizaciones hicieron una red para las recolecciones, yincanas solidarias, donaciones de obras de arte por parte de artistas con venta a través de las redes sociales y donación de fondos a la organización, servicio virtual con un equipo de profesionales para las personas que sufren depresión y ansiedad, cursos, acciones para prevenir el coronavirus e incluso la creación de puestos de trabajo y rédito con la realización de mascarillas, sólo para citar algunas iniciativas”, completó  Tesini. Frente a realidades tan demandantes y a respuestas tan inmediatas y humanas, no podemos dejar de estar de acuerdo con el Papa Francisco en su carta a los movimientos populares, de la que transcribimos un trozo aquí abajo: “Si la lucha contra el COVID-19 es una guerra, ustedes son un verdadero ejército invisible que combate en las trincheras más peligrosas.  Un ejército que no tiene otra arma que la solidaridad, la esperanza y el sentido de comunidad que reverbera en estos días en los que nadie se salva solo. Ustedes son para mí, como les he dicho en nuestros encuentros, verdaderos poetas sociales, que desde las periferias olvidadas crean dignamente soluciones a los problemas más urgentes de los excluidos.” __________ Si quieres colaborar, incluso a distancia, en alguna acción de solidaridad de las obras sociales del Movimiento de los Focolares en Brasil, consulta la lista que está más abajo. Región Sur Porto Alegre (RS) – AFASO-RS – Associação de Famílias em Solidariedade do Rio Grande do Sul. Florianópolis (SC) – IVG – Instituto Vilson Groh Curitiba (PR) – Anpecom (con alcance nacional) -> campaña extraordinaria Covid-19 Región Sudeste Vargem Grande Paulista (SP) – Mariápolis Ginetta – SMF – Sociedade Movimento dos Focolari Itapetininga (SP) – ANSPAZ – Associação Nossa Senhora Rainha da Paz (con prestaciones a nivel nacional) Guaratinguetá (SP) – Fazenda da Esperança – Campaña de emergencia para sostener a personas en la calle (organización a nivel internacional) São José do Rio Pardo (SP) – MAPEAR – Associação Mobilizando Amigos pelo Amor Rio Grande da Serra (SP) – PROFAVI – Promoção a Favor da Vida São Paulo (SP) – AFAGO-SP – Associação de apoio à família, ao grupo e à comunidade – São Paulo Rio de Janeiro (RJ) – Grupo Pensar Rio de Janeiro (RJ) – CMSMA – Casa do menor São Miguel Arcanjo (organización activa a nival internacional) Juiz de Fora (MG) – Casa Bethanea Región Centro-occidental Brasília (DF) – AFAGO-DF – Associação de apoio à família, ao grupo e à comunidade do Distrito Federal Región Noreste Maceió (AL) – IMU – Instituto Mundo Unido Recife (PE) – Escola Santa Maria Recife (PE) – AACA – Associação de apoio à criança e ao adolescente Recife (PE) – Comunidade Católica Lumen Teresina (PI) – NAV – Núcleo de Ação Voluntária Itapecuru-Mirim (MA) – SERCOM – Serviço Comunitário – Projeto Magnificat Región Norte Belém (PA) – Mariápolis Glória – NAC – Núcleo de Ação Comunitária Manaus (AM) – ACACF – Associação Comunitária de Apoio à Criança e à Família – Projeto Roger Cunha Rodrigues Fuente: http://www.focolares.org.br  

Brasil – un cambio de estrategia contra el Covid

Brasil – un cambio de estrategia contra el Covid

Aunque el Gobierno demuestre su incapacidad en la conducción de los brasileños hacia la superación de la crisis, se está tejiendo, por otro lado,  una impresionante red humanitaria. El secretario de redacción de la revista Cidade Nova nos detalla lo que está pasando. Cuando empecé a escribir este artículo, ya más de 51 mil personas habían muerto, víctimas del  Covid-19, desde el mes de marzo, cuando la enfermedad llegó a nuestro país. Además, se ha estimado que más de un millón de personas ya se han contagiado.  Ello sin considerar los casos no señalados oficialmente.  En las ciudades en las que se ha permitido una cierta apertura de la circulación, el número de nuevos casos ha aumentado de una manera significativa.  Más allá de la buena noticia que la mayoría de estas personas han sobrevivido al nuevo coronavirus, el número de muertos es terrible. Para los especialistas en general, la postura del Gobierno Federal en la lucha contra la enfermedad y la falta de conciencia de muchos ciudadanos brasileños acerca de la peligrosidad del Covid-19, ambas cosas en conjunto, explican esta desastrosa situación.

Foto: Magnificat

Por lo que se refiere al comportamiento de la población, parece que mucha gente se convence de la facilidad del contagio, o incluso del peligro de vida, sólo cuando una persona cercana a ellos es víctima de la enfermedad. Otros corren los riesgos de los contactos en público, incluso conscientes del problema, debido a que no consiguen encontrar otra manera para mantener a sus familias. No todos, de hecho, pueden trabajar en casa. En realidad, la tasa de desocupación está creciendo rápidamente y una recesión aguda tiende a ser inevitable, como así también el colapso de la economía. Por lo que se refiere a la posición del Gobierno federal, el presidente Jair Messias Bolsonaro es duramente criticado a diario por no haber actuado en favor de la población tanto para protegerla como para salvaguardar a quienes son víctimas del contagio, sobre todo la gran masa de la población económicamente más vulnerable.  Contrariamente a lo que sostienen los expertos de todo el mundo, él insiste en pedirle a la gente que salga del aislamiento social y que vuelva a sus actividades normales, con la justificación de que “todos moriremos de hambre si la economía se detiene”. En la línea de esta postura, Bolsonaro criticó a los Gobernadores y los Alcaldes del Estado por haber insistido en el aislamiento social; atacó a la prensa con la justificación de que la divulgación de los datos sobre la enfermedad está tergiversada e incluso alentó a sus seguidores más radicalizados a que invadieran los hospitales para demostrar que hay camas libres, contrariamente a lo que manifiestan los medios en general.  Incluso el atraso en la publicación del balance de los muertos parece reflejar esa actitud del Presidente en la lucha contra el aislamiento social, hasta ahora la única práctica segura y recomendada para prevenir el contagio por coronavirus. Además del hecho que, tras haber perdido a dos médicos que ocupaban el cargo de Ministro de Salud, en este momento ese ministerio, crucial por el contexto actual, se encuentra conducido provisionalmente por el general de ejército Eduardo Pazzuelo, paracaidista en formación y sin ningún conocimiento o experiencia en el campo de la salud pública o privada. Vale la pena hacer notar que el Brasil tiene un sistema sanitario público considerado un modelo por los especialistas de todo el mundo, el SUS (Unified Health System).  Sin embargo, por largo tiempo debilitado por la falta de inversión y de políticas públicas adecuadas, este sistema se ha revelado insuficiente para atender a la población, sobre todo a los más necesitados. Los que apoyan más firmemente al Presidente brasileño siguen sus ideas acabadamente, sosteniendo que fue elegido democráticamente (y ello debe ser respetado), que los medios indican sólo lo que consideran negativo del Gobierno (y no muestran nunca el bien que ha hecho) y, peor aún, no presentan la realidad de los hechos.  Al final, el balance de este desencuentro es que la que de hecho pierde, una vez más, es la población brasileña en general, y sobre todo los pobres. En realidad, la histórica desigualdad social del Brasil ha quedado exacerbada por la crisis sanitaria y económica causada por la pandemia del Covid-19. Un consuelo y una esperanza frente a este cuadro complejo, nace de una red silenciosa de héroes anónimos que aceptan correr los riesgos y no miden los esfuerzos en ayudar a quienes tienen más necesidad y más sufren por esta crisis sin precedentes.

Foto: Centro Social Roger Cunha Rodrigues

Solidaridad en red           Cuando empezó la pandemia del Covid-19, mucha gente, grupos e instituciones civiles y religiosas del Brasil, como en otras regiones del mundo, se arremangaron y empezaron a movilizarse para ayudar a los más vulnerables en esta coyuntura: los ancianos, los enfermos y los pobres, entre otros.  Una gran red de solidaridad se entretejió en todo el país, guiada por héroes anónimos, muchos de los cuales se convirtieron en verdaderos mártires, víctimas fatales de la enfermedad. Todo ello sin contar el trabajo de los profesionales de la salud y otros (como por ejemplo los que actúan en el campo de la seguridad, de los transportes, comerciantes de alimentos y medicamentos) que se colocan en primera fila en esta lucha contra el coronavirus. Estos gestos de solidaridad pueden ser simples, originales y de distintas proporciones. Vale la pena tanto hacerle las compras a un vecino anciano, como distribuir alimentos a las personas que viven en la calle. Vidal Nunes, por ejemplo, docente universitario, de la ciudad de Vila Velha (estado de Espírito Santo) preparó una gran olla de guiso y decidió ofrecerlo a los vecinos.  La iniciativa contagió a una de esas personas y decidió   formar un grupo de mutua ayuda entre los residentes del vecindario.

Foto: Instituto Mundo Unido

Los entes que se dedican a obras sociales también han empezado a concentrar los esfuerzos en ayudar a las personas más afectadas por la crisis. Un ejemplo de este trabajo es la iniciativa conjunta de  Obra Lumen y Fazenda da Esperança, a la que han adherido varios otros entes, que ahora reciben a residentes sin vivienda fija en distintas regiones del Brasil. Otras organizaciones – como la Asociación Nacional para la Economía de Comunión (Anpecom) – han movilizado empresas y empresarios asociados y simpatizantes con el objetivo de realizar una comunión de recursos para ayudar a las familias pobres. En el Distrito Federal y en la ciudad de Goiânia, en la región centro-occidental del país, un grupo de personas de distintas edades, relacionadas con el Movimiento de los Focolares, organizó y lanzó el Proyecto Be Light, a través del cual dio ayuda material y contención a las familias en dificultad y también a una aldea indígena de la región. La revista Cidade Nova ha constatado que entre finales de marzo y finales de abril de este año, según los cálculos de la Asociación Brasileña para la Adquisición de Recursos, se hicieron efectivos 1.100 millones de reales (unos 165 mil euros) en donaciones por parte de bancos y empresas. La solidaridad no es sólo en términos de ayuda material.  Hay gente que se ha movido para ayudar a sus amigos a fin de que asuman un comportamiento sano durante la cuarentena. Es el caso de la profesora de educación física, Renata Castilho Leite, de la ciudad de São José dos Campos (estado de San Pablo), que decidió grabar más de 40 breves vídeos con las indicaciones para el ejercicio físico que todos pueden hacer en casa.

Foto: Associação de Atendimento a Criança e ao Adolescente

Está también el que acepta correr riesgos o superar obstáculos para actuar en forma solidaria. Uno de estos ejemplos nos llega de la directora de la escuela pública Cleusa Regina de Vargas Araújo, de la pequeña localidad de Garuva (dentro del estado de Santa Catarina, al sur del Brasil).  Cuando se dio cuenta de que muchos de sus estudiantes no tenían acceso a internet y no podían continuar los estudios a distancia durante la cuarentena, no lo dudó: recorrió hasta 6 kilómetros  para entregar material y alimentos de casa en casa. Además de este gesto de donación material, la directora quiso donar su tiempo y su atención a los alumnos y parientes que encontraron en ella a alguien capaz de atender a sus necesidades. Si consideramos ésta y miles de experiencias más, que no llegarán a ser noticia, en tiempos de distanciamiento social, este encuentro entre personas nunca ha sido más importante para un país que necesita cambiar estrategia contra el  coronavirus.

Luís Henrique Marques

Secretario de Redacción de la revista  Cidade Nova

Descubriendo al Gen Rosso

Descubriendo al Gen Rosso

“Discovering Gen Rosso”, para ir a las raíces de la historia del conjunto artístico internacional La llegada del coronavirus y, en consecuencia, el lockdown han puesto en crisis las costumbres de todos. Incluso el conjunto artístico internacional Gen Rosso tuvo que reinventar sus días permaneciendo encerrado en casa. “Este encerramiento nos ha dado a cada uno de nosotros la oportunidad de profundizar aún más en los mensajes que hemos estado cantando durante más de 50 años, dice Massimiliano Zanoni, gerente de producción. Acostumbrados a viajar por el mundo, conocer gente y llevar música a los escenarios de los 5 continentes, nos encontramos encerrados dentro de las cuatro paredes de nuestra casa. En lugar de ciudades, mares y montañas, ahora teníamos una computadora y algunas ventanas para mirar hacia afuera. En lugar de las miles de personas que conocimos en cada gira, ahora teníamos tres, cuatro que viven con nosotros. No podíamos encontrarnos los 25, para trabajar, crear y tocar juntos como lo habíamos hecho durante 53 años”. Y así, después de una primera serie de transmisiones en vivo llamada “Gen Rosso a casa tua”, con la que entraron en las casas de las personas, pensaron en volver a las raíces con algunos shows históricos en vivo. Nació el proyecto “Descubriendo al Gen Rosso” para traer a la gente a la casa del conjunto. “Muchos no saben que no solo hacemos conciertos – continúa Massimiliano Zanoni –, sino también proyectos con las escuelas o el Village, que son semanas de convivencia con artistas jóvenes para hacerlos vivir la experiencia de la unidad en la creación artística”. Entonces, como cuando invitas a alguien a casa por primera vez y, como una señal de bienvenida, le haces conocer la casa, nosotros con Discovering Gen Rosso queríamos mostrar algunas páginas de nuestro álbum de recuerdos, como el musical una historia que cambia o Streetlight, haciéndolos partícipes de nuestros proyectos actuales, como los proyectos Village y Fuertes sin violencia, revelando algunas pequeñas ideas para el futuro”. Descubriendo al Gen Rosso es un nuevo paso hacia esa evolución que ha permitido al conjunto internacional ser constructores de unidad en todo el mundo, en muchos años de historia. Aquí están los próximos eventos en la página de Youtube del conjunto: el 16 de julio, una transmisión dedicada al Village (cursos artísticos realizados por el Gen Rosso); el 28 de julio el lanzamiento del nuevo single “Shock of the World”. De hecho, hablar de “single” es un poco reductivo porque hay un nuevo álbum en proceso que se revelará pronto. Finalmente, el 2 de agosto, se concluirá con la transmisión en vivo del concierto LIFE, la última producción del Gen Rosso, desde Loppiano.

Lorenzo Russo

Señor, dame a todos los que están solos

Las estadísticas que nos mantienen diariamente informados sobre la propagación de la pandemia en el mundo y las imágenes que nos llegan de los países mayormente afectados suscitan en nosotros sentimientos similares a los expresados en la siguiente oración de Chiara Lubich. También nuestro planeta, que sufre cada vez más,  llama y espera nuestro amor concreto y decidido.  Señor, dame a todos los que están solos… He sentido en mi corazón la pasión que invade el tuyo por el abandono en que está sumido el mundo entero. Amo a todo ser enfermo y solo, hasta las plantas que sufren me dan pena…, incluso los animales solos.   ¿Quién consuela su llanto? ¿Quién llora con ellos su muerte lenta? ¿Quién estrecha contra su propio corazón el corazón desesperado? Haz, Dios mío, que yo pueda ser en el mundo el sacramento tangible de tu Amor, de tu ser Amor: ser tus brazos, que estrechan a sí y convierten  en amor toda la soledad del mundo.

 Chiara Lubich

Escrito del 1 de septiembre de 1949. En Escritos Espirituales 1, Ciudad Nueva, Madrid, 1995. Pág. 35

Von der Leyen a New Humanity y MPPU de los Focolares: Europa un solo gran corazón

“Para alcanzar los objetivos de los padres y las madres que fundaron una verdadera alianza en la que la confianza recíproca se vuelve fuerza común, debemos hacer las cosas bien, juntos,  y con un solo gran corazón, no con 27 pequeños corazones”. Así se expresaba Ursula Von der Leyen, Presidente de la Comisión Europea, en una carta a la ONG internacional New Humanity y  al Movimiento Poítico por la Unidad. En efecto, los responsables de la ONG New Humanity y de su sección política MPPU, componentes civil y político del Movimiento de los Focolares,  habían escrito a la Presidente de la Comisión Europea para alentar el trabajo común en afrontar el impacto de la pandemia COVID-19 y para garantizar el apoyo a las  ideas y  al proyecto, incluso ya en la fase de la construcción de la Conferencia sobre el futuro de Europa. La Presidente Von der Leyen destacó en la respuesta que la Unión Europea ha garantizado la mayor respuesta que se ha dado a una situación de crisis y de emergencia en la Unión, con la movilización de alrededor de 3,4 trillones de Euros. La Presidente afirmó también que “el actual cambio del contexto geopolítico ofrece a Europa la oportunidad de reforzar su rol único de liderazgo global responsable” cuyo éxito “dependerá la adaptación en esta época de disgregación rápida y de retos crecientes, al haber cambiado la situación, permaneciendo fieles, a pesar de todo, a los valores y los intereses de Europa”. Europa, en efecto, recalca la Presidente, “es el principal dispensador de ayuda pública al desarrollo, con 75,2 miles de millones de Euros en el año 2019. En su respuesta global a la lucha contra la pandemia, la Unión Europea se comprometió también a garantizar un aporte financiero a los países que son partners por un importe superior a los 15,6 miles de millones de euros, a disposición para la acción externa.  Ello incluye 3,25 miles de millones de euros para África.  La Unión Europea sostendrá a Asia y el Pacífico también con 1,22 miles de millones de euros; 918 millones de euros para apoyo a América Latina y Caribe y 111 millones para los países de ultramar”. Además, prosigue la Presidente de la Comisión UE, “la Unión Europea y sus partners han lanzado el Coronavirus Global Response, que registra hasta ahora compromisos por 9.8 miles de millones de euros de donantes de todo el mundo, con el objetivo de aumentar ulteriormente la financiación para el desarrollo de la investigación, los diagnósticos, los tratamientos y las vacunas contra el Coronavirus”. La carta de la Presidente Ursula Von der Leyen a New Humanity y Movimiento Político por la Unidad concluye con la invitación a la confianza recíproca entre los países de la Unión Europea y a ser un solo gran corazón.

Stefania Tanesini

 Perú – A Dios no se le escapa nada

 Perú – A Dios no se le escapa nada

La historia de Ofelia, quien migró junto a su familia de Venezuela a Perú, y está comprometida junto a la comunidad de los Focolares a ayudar a sus connacionales en dificultad, ahora agravada por la pandemia. En el contexto de la campaña solidaria que como Movimiento de los Focolares llevamos adelante con los migrantes venezolanos en Perú, en este período tenemos que encontrar nuevas estrategias para llegar hasta sus casas. Constatamos que más que cualquier cosa tienen necesidad de ser escuchados. A veces no es fácil porque no se trata de una o dos familias sino de tantas y aumentan todos los días. La Palabra de vida del mes me ayuda porque me impulsa a ir hacia el hermano recordando que en cada uno encuentro a Jesús mismo. Una mañana me llamó una mujer venezolana y llorando me contó de su hija. Tenía que dar a luz en los próximos días pero la estaban desahuciando. La escuché durante una hora hasta que se calmó. Quería decirle algo, pero después pensé: “Sólo tengo que amarla, ella tiene necesidad de desahogarse”. Al final me dijo: “Bien, me pude descargar”. A ese punto pude orientarla para que buscara la ayuda que necesitaba. Creía que durante la cuarentena nuestro compromiso a favor de los migrantes se habría detenido, en cambio ha sido todo lo contrario. Por ejemplo el trabajo que llevamos adelante con la CIREMI (Comisión Interreligiosas para los Migrantes y los Refugiados), nos ha comprometido bastante y ha sido la ocasión para conocernos más. De esta comisión forman parte algunos religiosos escalabrinianos, cristianos de distintas denominaciones, la Comunidad Judía, algunos musulmanes, una religiosa católica y nosotros de los Focolares. Mientras nos preguntábamos como apoyar a los más vulnerables empezaron a llegarnos solicitudes de ropa y cobijas. No pudiendo salir mandamos con un taxi la ropa que nos había donado la comunidad de los Focolares de Lima, hasta un punto de la ciudad donde podían ir a recogerla. Y precisamente en el momento justo llegó también ropa para bebés para dos familias con niños recién nacidos. Con las cobijas que llegaron de ACNUR (Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados), un ente con el cual hay una estrecha colaboración, logramos cubrir otras necesidades. Es sorprendente ver cómo llega lo que las personas nos piden, ¡a Dios no se le escapa nada! Un día me llamó por teléfono Carolina, dirigente de la Comunidad Judía, y me comunicó que algunas familias judías que se estaban yendo a Israel y le habían dejado ropa y otros objetos. Cuando ella supo que nuestro Centro recoge estos objetos para los venezolanos, se puso feliz porque no sabía a quién dar lo que tenía en el depósito. No sólo, ella misma quiso pagar el taxi para mandarnos todo. Durante la llamada telefónica empecé a interesarme en ella, le pregunté por sus gemelas y nació una conversación que me hizo venir a la mente un párrafo de la Palabra de vida: “Es una amistad que se convierte en una red de relaciones positivas que tienden a hacer realidad el mandamiento del amor recíproco, que construye la fraternidad”. En el intercambio con esta hermana judía advertía que esto se realizaba entre nosotros. Es bello ver que la fraternidad es contagiosa, porque después las personas a las que les enviamos la ropa y las cobijas nos envían fotos y nos escriben: “Mi vecina tenía necesidad de ropa y compartí con ella una parte de lo que me mandaron”. Se crea así una cadena y todos piensan en las necesidades del otro y de este modo la fraternidad va adelante también durante la cuarentena.

de Ofelia M. recogida por Gustavo Clariá

Por qué no elegí la eutanasia

Un diagnóstico deja sin esperanza a una mamá que valientemente decide decir no a la eutanasia. Pero, ¿cómo explicar esta decisión a su hija que tiene dos años y medio? En sus últimos días de vida le escribe una carta a su hija, que la leerá cuando sea grande. Hoy esta mamá no está más, la familia, que en esta experiencia encontró ayuda también en la espiritualidad de los Focolares, permite la publicación de sus palabras ofreciéndolas como testimonio y punto de reflexión sobre una temática compleja, dolorosa y de gran actualidad. “Mi dulzura: Hace mucho que no te escribo. Han sucedido muchas cosas en este período y lamentablemente muchas son malas. Mi salud ha empeorado en solo un mes. Estaba esperando algunos resultados, pero la enfermedad progresa evidentemente. Estoy internada en el hospital desde hace tres semanas y perdí por completo el uso de las piernas. Esto que te escribo es comprometedor. Se trata de un tema difícil, que es la eutanasia. Te lo quiero dejar para cuando seas grande y quizás tú misma te preguntes sobre la muerte y sobre cómo morir. La próxima semana haré una última quimioterapia pero al parecer no está dando resultados y quizás una cirugía podría permitirme volver a comer, porque ya no logro hacerlo. Si esta operación no funciona no habrá mucho por hacer. Las opciones que restan me permiten decidir cómo y dónde morir. Te cuento rápidamente que decidí morir en casa. No entro en detalles que pueden ser muy dolorosos, pero es la forma en la que me siento más a gusto. Todo el resto te lo explicará tu papá cuando serás más grande. Vuelvo al tema sólo para decirte que decidí no aceptar la eutanasia para morir. Lo pensé mucho pero al final decidí que dejaré que Dios me acompañe en este viaje y que si hay que pasar por la muerte, ese es el modo, sin atajos, sin cobardía. Estoy convencida de que Dios nos enseña algo en ese momento del pasaje y que debemos afrontarlo como se afronta el nacimiento. Te lo escribo, porque me pregunto si también a ti te vendrán a la mente pensamientos parecidos cuando te pondrás a razonar sobre estos hechos de la vida y como yo tardé tanto tiempo en analizar todo desde distintos puntos de vista, quizás alguno de los míos podría servirte de ayuda. Todo empezó al sentir que la muerte estaba cerca, si era así ¿por qué tenía que esperar tanto tiempo? Si ya no había esperanza de curación, ¿por qué dejar sufrir a un ser humano abandonándolo a un juego sin empatía? Porque aprendí que este es un proceso, es un proceso preparatorio, sin él no estaremos en grado de dar el paso que debemos dar después y donde nos llevará. Dejémonos guiar por Dios que todo lo sabe. Últimamente he pensado que las personas que no lograron realizar correctamente este pasaje están como perdidas en el limbo, entre nuestra vida terrena y el más allá, incapaces de dar un paso hacia el paraíso ni de regresar a la tierra, entre sus seres queridos. Por eso al final me di cuenta de que el camino de la eutanasia no era para mí. Tengo miedo de morir en medio del dolor y le pido a Dios que sea clemente y misericordioso cuando llegue el momento. Esperemos que me lleve aliviándome de los dolores y del cuerpo. Y esta es la parte que a mí se refiere, lo que solo yo tengo que enfrentar. Es aquí donde me encuentro mi amor, es un camino difícil. Sin embargo cuento con el apoyo de muchísimas personas que me ayudan, a mí y a mi familia. El soporte espiritual que recibo de un amigo sacerdote es muy fuerte. Pero los momentos de temor y de desánimo están presentes. Aunque tengo que decir que no son como los habría imaginado. Me siento sostenida por una fuerza que no sé de donde viene. Veo con claridad el final de mis días y sin embargo no me siento abatida. Obviamente no es fácil vivirlo, pero el temor no forma parte de mi jornada”.

A cargo de Anna Lisa Innocenti

Lo que vale verdaderamente

Cuántas personas, incluso de prestigio, han señalado en estos meses que uno de los efectos de la pandemia es que nos ha puesto a todos frente a lo esencial, a lo que vale y permanece. ¿Cuántos de nosotros han perdido a parientes o amigos y han palpado la cercanía de la muerte. El siguiente escrito de Chiara Lubich toca estos dos argumentos tan cercanos a lo que estamos viviendo en el mundo. (…) El comienzo de la aventura divina de nuestro Movimiento (…) está ambientado (…) en una circunstancia especial: la guerra; la guerra con sus bombas, sus ruinas y sus muertos. (…) Pienso que para nosotros no será posible vivir con perfección e intensidad nuestro Ideal, mas que teniendo siempre presente aquel clima, aquel ambiente, aquellas circunstancias. Y el Señor, todavía hoy, después de más de cuarenta años, no deja que nos falten las ocasiones: las frecuentes «partidas» de los nuestros (…) son una continua llamada al «todo pasa», al «todo se derrumba», marco necesario para comprender lo que vale verdaderamente. Lo que nos quieren comunicar con insistencia estos hermanos nuestros «a punto de partir» da impresión (…) En las situaciones en que se encontraban, vieron más lejos, como cuando en la noche, se pueden ver las estrellas. Comprendieron, por una luz especial, el valor absoluto de Dios y lo pusieron de manifiesto como amor. Nosotros también, mientras estamos aquí abajo, si queremos que nuestra vida sea un verdadero Santo Viaje, debemos tener, como ellos, las ideas claras: considerar todo aquello que no es Dios como algo transitorio y pasajero. Sin embargo, nuestra fe y nuestro Ideal no se detienen al llegar la muerte. El gran anuncio del cristianismo es: «Cristo ha resucitado ». Y nuestro Ideal nos llama siempre a ir «más allá de la llaga» para vivir el Resucitado. Estamos llamados, por tanto, a pensar sobre todo en el «después». Y es en este «después», el misterioso pero fascinante «después», en el que quisiera detenerme en esta ocasión. Con bastante frecuencia me pregunto (quizá les sucede también a ustedes): ¿Dónde estarán los nuestros? (…) Me vienen estos pensamientos, porque hasta hace poco sabía dónde estaban aquí en la tierra, lo que hacían. Ahora todo esto lo desconozco. La fe nos da ciertamente respuestas a estos interrogantes y nosotros las conocemos. Por otra parte, en estos últimos días una palabra de Jesús me ha dado luz y consuelo, un gran consuelo. Jesús la dijo al buen ladrón: «Hoy estarás conmigo en el Paraíso»[1]. Hoy, por lo tanto enseguida, enseguida después de la muerte. (…) ¿Qué consecuencias tenemos que sacar de estos pensamientos? Tratemos de vivir de manera que también a nosotros se nos diga este «hoy»: «Hoy estarás conmigo en el Paraíso». Pero ya lo sabemos: se le dará a quien tiene: «A quien tiene se le dará»[2]. Si somos aquí en la tierra, por amor a Dios, un paraíso para nuestros hermanos; si somos alegría, consuelo, aliento, ayuda, para cada uno, para nuestra Obra, para la Iglesia, para el mundo, el Señor nos dará el Paraíso. (…)

Chiara Lubich

(En una conferencia telefónica, Rocca di Papa, 10 de mayo de 1990) Extraído de: “Ser causa de alegría para todos”, en: Chiara Lubich, Santificarse juntos, Ciudad Nueva, Madrid 1994, pp. 37-40   [1] Lc 23, 43. [2] Mt 13, 12.

Evangelio vivido: piedras vivas para una sociedad fraterna

Todos los cristianos tienen una misión, como los discípulos: dar testimonio con mansedumbre, primero con la vida y luego también con la palabra, el amor de Dios que ellos mismos han conocido, para que se convierta en una realidad gozosa para muchos, para todos. En una sociedad a menudo marcada por la búsqueda del éxito y la autonomía egoísta, los cristianos están llamados a mostrar la belleza de la fraternidad, que reconoce la necesidad de los demás y pone en marcha la reciprocidad. Un proyecto de ley Trabajo como agrimensor en la prefectura de mi ciudad y al mismo tiempo colaboro en un barrio pobre en una actividad de promoción humana. Teniendo en cuenta las condiciones precarias de quienes viven en ese lugar, me di cuenta de que cuando se trataba de ensanchar un camino o demoler algunos edificios, el material recuperado a menudo se usaba simplemente para nivelar el suelo. ¿Por qué no aprovecharlo para mejorar los hogares de los más pobres? Sin embargo, se necesitaba una ley municipal específica. A mi responsable le gustó la idea que, después de darse cuenta de la situación, yendo al lugar, activó los contactos necesarios; y una vez que el prefecto de la ciudad aceptó nuestra propuesta, se presentó un proyecto de ley, que fue aprobado de inmediato. Gracias a esto, hoy el alcalde está autorizado a donar a las instituciones de asistencia social los materiales que se han dejado en desuso por razones técnicas, que son preciosos para quienes viven en los barracones sin ninguna posibilidad de mejorar su estado. (G. A. – Brasil) Saber perdonar La guerra civil en mi país había causado luto y sufrimiento también en mi familia. Mi padre y mi hermano estaban entre las víctimas de la guerra de guerrillas; mi esposo todavía sufría las consecuencias de una golpiza. Como cristiana, debería haber perdonado, pero el dolor y el resentimiento crecían en mí. Solo gracias al testimonio recibido de algunos cristianos auténticos pude rezar por aquellos que nos habían hecho tanto daño. Dios probó mi coherencia cuando una vez que la paz regresó al país, de la capital donde nos habíamos mudado, regresamos a mi ciudad natal, que permaneció durante doce años a merced del gobierno y la guerrilla. Para los niños, que habían sufrido más que otros, organizamos una fiesta a la que muchos asistieron. Solo entonces me di cuenta de que algunas de las autoridades presentes habían estado involucradas en la guerra de guerrillas. Quizás entre ellos estaban los responsables de la muerte de mis padres. Vencida la rebelión inicial, una gran paz entró en mi corazón, y fui a ofrecerles bebidas también a ellos. (M. – San Salvador) Los matices del dolor De regreso en Italia después de una experiencia como médico en un valle de Camerún, mi atención se centró en las personas afectadas por males incurables y enfermedades crónicas debilitantes. Con los años, nacieron en mí algunas convicciones profundas. La primera se refiere a los infinitos matices del dolor, que nunca es monótono. Cada dolor, como todo hombre, es irrepetible. Otra fuerte impresión es la de las pequeñas expectativas diarias insertadas en la gran expectativa de la cita final. Pero la comprensión más importante que nace en mí es la siguiente: estos pacientes, despojados por el sufrimiento, me parecieron piedras vivas en la construcción de la humanidad y sus valores. Su vestimenta es el agotamiento, pero también la transparencia; son portadores de una luz particular, la luz de Dios Parece que Él se encarna en esas existencias perturbadas. A menudo las palabras de los moribundos parecen ser dictadas por Él. Cada vez más estoy convencido de que, como dice Simone Weil, la humanidad, si se la privara de esas personas, no tendría idea de Dios. (C. – Italia)

por Stefania Tanesini

(extraído del “Il Vangelo del Giorno”, Città Nuova, año VI, n.3, mayo-junio 2020)  

Postergada la Asamblea General ordinaria de la Obra de María

La cita tendrá lugar del 24 de enero al 7 de febrero de 2021 Debido a la emergencia sanitaria originada por el Covid-19, con la aprobación del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, la Asamblea General de la Obra de María (Movimiento de los Focolares) –que estaba prevista para el mes de septiembre de 2020- ha sido postergada, del 24 de enero al 7 de febrero de 2021. Recordamos que la Asamblea General se convoca de forma ordinaria cada seis años o en forma extraordinaria cuando emergen motivos tales que exigen deliberaciones (Estatutos Generales Art. 73, 75). Qué sucede en la Asamblea General A la Asamblea general se le confían cuatro tareas principales (EG, Art. 74):

  • elegir a la Presidente, al Copresidente, a los Consejeros y a las Consejeras Generales;
  • deliberar sobre modificaciones a los Estatutos Generales de la Obra de María, que después son sometidas a la aprobación del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida;
  • deliberar sobre la modificación de los Reglamentos de las ramas y del Reglamento de la misma Asamblea General;
  • deliberar sobre argumentos recogidos y ordenados por el Centro de la Obra de María, que le hayan sido presentados por iniciativa de la Presidente, del Consejo General, de una sección, rama o movimiento. Cada participante en la Asamblea puede proponer que sean examinados otros argumentos relativos a la vida de la Obra.

La premisa de Chiara Chiara Lubich quiso escribir una premisa a los Estatutos Generales, para dar un sentido a todos los contenidos de los Estatutos, y por lo tanto también a la Asamblea General: “La premisa de toda otra regla –la mutua y continua caridad, que hace posible la unidad y trae la presencia de Jesús en la colectividad, es para las personas que forman parte de la Obra de María la base de su vida en cada uno de sus aspectos, es la norma de las normas, la premisa de toda otra regla”. (EG, p.7).

Oficina de Comunicaciones Focolares

Sara y su embarazo

Sara y su embarazo

Jully y Ricardo, esposos peruanos, y su empleada doméstica: una historia rica de sacrificios y dificultades que muy pronto se transformó en amor puro a través de las manos de Dios Después de haber vivido una experiencia familiar en Italia, en la “Escuela Loreto”, la escuela internacional para familias que se encuentra en Loppiano, la ciudadela de los Focolares en Italia, regresamos a Perú con el deseo de vivir el ideal evangélico que habíamos conocido ahí. Nos establecimos en Lambayeque, una pequeña y tranquila ciudad en el noroeste del país. Contratamos una empleada doméstica, Sara, quien después de poco tiempo nos dijo que estaba embarazada. Ella nos explicó que había escondido la noticia porque la habían despedido de sus trabajos anteriores precisamente por este motivo. Escuchándola nos vino a la mente algo que habíamos aprendido en la escuela de familias, que cada situación dolorosa Jesús la asumió y la rescató en su Abandono en la Cruz, transformando el dolor en amor. Pudimos ver en la situación que se nos presentaba un rostro del abandono y nuestra respuesta fue consolarla y darle la seguridad de que la habríamos ayudado con el nacimiento de su hijo. Además del embarazo, tuvo otras dificultades porque el padre del niño era un soldado del ejército que la había abandonado y también ella había escapado de la casa de sus padres por miedo. Descubrimos el cuartel de dicho soldado y nos dijeron que lo habían transferido a un cuartel más lejano, en la jungla amazónica. No había modo de contactarlo. Para permitirle dar a luz en un hospital, pedimos ayuda al servicio social de modo que pudiera seguir los controles prenatales y atendieran el respectivo parto. Pero ella estaba desesperada y pensaba dar al niño porque se sentía sola e incapaz de hacerla crecer. La ayudamos a entender que un hijo es un don de Dios y que Su Providencia la habría ayudado siempre. Con nuestros hijos la ayudamos a que se reconciliara con su papá y a que regresara a su familia, para que esperara a su hijo con esperanza y se preparara al parto con controles médicos. Sara se quedó con nosotros hasta que nació su hijo y después pudo regresar a su casa. En esta experiencia vimos la mano de Dios que nos guió para ayudar a la madre a no separarse de su hijo, a reconciliarse y recibir el apoyo de su familia. Aquí en Lambayeqye, siempre venía a visitarnos con el niño y pudimos ver cómo iba creciendo. Seguimos ayudándolo con ropa y útiles. Ella y su padre nos expresaron su gratitud y, la cosa más bella, la vimos feliz de su maternidad. Nos queda una inmensa alegría en el alma por haber amado a esta joven mujer como Jesús nos pide, viendo cómo una situación dolorosa se transformó en puro amor.

 Ricardo y July Rodríguez (Trujillo, Perú)

¡Ahora, en este momento!

El siguiente escrito de Chiara Lubich nos ayuda a ver nuestra realidad tal como es, a los ojos de Dios, prescindiendo de las circunstancias externas en las cuales podemos encontrarnos y que pueden incluso ser muy dolorosas. También Jesús, en la hora de su pasión, siguió dirigiéndose al Padre y adhiriéndose a su voluntad. Con esta actitud llegó a ser el Resucitado, el Salvador. (…)  Comprendimos que cada uno de nosotros es una Palabra de Dios desde la eternidad. Dice, en efecto, san Pablo: «En Cristo, el Padre nos ha elegido antes de la creación del mundo…»[1]. Y en otro lugar, hablando también de nosotros, añade: «Los que Él [Dios] desde siempre ha conocido…». Hemos comprendido, pues, que nosotros, siendo Palabra de Dios, hemos de tener una única actitud, la más inteligente: estar siempre, como la Palabra por excelencia, el Verbo, «vueltos» hacia el Padre, que significa hacia su voluntad. Así es como, entre otras cosas, podemos realizar nuestra personalidad; y es así como adquirimos nuestra plena libertad. De este modo, dejamos vivir a nuestro verdadero yo. Entonces, queriendo vivir bien todo eso, podemos preguntarnos: ¿cuándo hay que asumir esta actitud? Ya sabemos la respuesta: ahora, ya, en el momento presente. La voluntad de Dios hay que vivirla en el presente. En el presente es cuando hemos de vivir vueltos al Padre. En ese presente que es un aspecto esencial de nuestra espiritualidad, de nuestra «ascética». En efecto, no se puede prescindir de él. Este modo de vivir es típicamente evangélico. El evangelista Mateo recoge estas palabras de Jesús: «Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal»[2]. (…) Retomemos de nuevo el compromiso de vivir lo más posible la voluntad de Dios en el momento presente. (…) Además hemos de recordar que para nosotros, miembros del Movimiento de los Focolares, la voluntad de Dios que debemos hacer antes de cualquier otra, y en cada momento de nuestra jornada, es el amor recíproco: amarnos como Jesús nos ha amado. Con ella está asegurada nuestra constante renovación.

Chiara Lubich

(En una conferencia telefónica, Rocca di Papa, 21 de diciembre de 1996) Extraído de: “Cuándo dirigirnos al Padre?”, en: Chiara Lubich, Un pueblo de santos, Ciudad Nueva, Madrid, 2001 pp. 120-122 [1] Cf. Ef 1,4-5. [2] Mt 6,34.

Evangelio vivido: un amor que se vuelve acogida

“Jesús manifiesta la plena acogida del Padre celeste hacia cada uno de nosotros –escribía Chiara Lubich- y del amor que, consecuentemente, nosotros deberíamos tener hacia los demás. (…) Acoger al otro, distinto de nosotros, es la base del amor cristiano. Es el punto de partida, la primera gradita para la construcción de la civilización del amor, a la cual Jesús nos llama sobre todo hoy”[1]. Trabajo de investigación Estaba trabajando en una investigación para la que tenía una fecha de vencimiento, cuando mi vecina tocó a la puerta, me pedía el favor de acompañar a su esposo, que está muy enfermo, mientras iba a hacer las compras. Conocía la situación y no podía decirle que no. Él empezó a hablarme de su pasado, de sus años como profesor… Mientras lo escuchaba, cada tanto me distraía pensando en el trabajo que había interrumpido. Hasta que recordé el consejo de un amigo que decía que lograr escuchar a un prójimo por amor es un arte que exige el vacío de sí. Intenté hacer este ejercicio estando totalmente presente para el otro. A un cierto punto el enfermo por su parte se interesó en mí, y me preguntó de mi trabajo. Cuando supo en qué estaba trabajando, me sugirió que buscara en la librería un cuaderno suyo donde tenía los apuntes que había tomado en una conferencia precisamente sobre el tema que estaba tratando. Lo encontré y empezamos a hablar sobre el argumento. En poco tiempo adquirí nuevos elementos para ver más claramente como concluir mi investigación. ¡Y pensar que tenía miedo de perder el tiempo! (Z. I. – Francia) Prepararse a… vivir Cuando el médico me anunció que ya no había nada que hacer, fue como si apagaran la luz y me quedara en la oscuridad. Regresando a casa, tomé el camino de la iglesia. Me quedé allí en silencio, mientras los pensamientos daban vuelta en mi cabeza. Después, sentí como una voz, que se transformó en un pensamiento: “¡No debes prepárate a la muerte, sino a la vida!”. A partir de ese momento intenté hacer cada cosa bien, ser gentil con todos, sin dejar que mi dolor me distrajese para acoger a los demás. Empezaron días plenos. No sé cuánto tiempo me queda, pero el anuncio de la muerte ha sido como despertarme de un sueño. Estoy viviendo con inesperada serenidad. (J. P. – Eslovaquia)  Transfusión directa Soy enfermera. Por casualidad me enteré de la situación de una paciente que estaba internada en una condición desesperada. Para intentar salvarla era necesario sangre de un tipo que desde hacía varios días no se encontraba. Puse manos a la obra y con varios amigos y conocidos nos pusimos a buscar en el ambiente de trabajo. Pero nada. Estaba por desfallecer. En ese momento le pedí a Jesús: “Tú sabes que traté de hacer mi parte, pero si quieres, tú lo puedes todo”. Al terminar el horario del servicio de mi departamento, se presentó una mujer que necesitaba que la examinaran pero el médico acababa de irse. Me precipité a llamarlo y él, a diferencia de otras veces se mostró dispuesto a regresar al ambulatorio. No podía dejar que se fuera, quién sabe desde dónde venía. Estaba escribiendo su receta y para completarla le pedí un documento de identidad, la señora me dio un carné de la Asociación de voluntarios donadores de sangre. Casi sin aliento me vino a la mente una pregunta: ¿y si tuviera ese tipo de sangre? ¿y si estuviese disponible? Fue realmente así, pocas horas después la mujer estaba en la cabecera de la enferma para una transfusión directa. (A. – Italia)

a cargo de Stefania Tanesini

 (Tomado de “Il Vangelo del Giorno”, Città Nuova, año VI, n.3, mayo – junio 2020) [1] Cf. C. Lubich, Parola di Vita dicembre 1992, in eadem, Parole di Vita, a cura di Fabio Ciardi (Opere di Chiara Lubich 5; Città Nuova, Roma 2017) pp. 513-514.

En la pandemia, pequeños pasos de fraternidad

En la pandemia, pequeños pasos de fraternidad

Seguimos compartiendo las historias de solidaridad de muchos de nosotros, de las comunidades de los Focolares en los países que aún están afrontando la batalla contra el Covid-19. Mientras en algunos países se ha regresado “casi” a la normalidad, en otros, en cambio, hay todavía un alto nivel de pandemia.  A pesar de ello siguen llegándonos historias de fraternidad de las comunidades de los Focolares de todas partes del mundo. Brasil  es actualmente el país más golpeado por el Covid.  Y la comunidad de los Focolares, al mismo tiempo, nunca ha dejado de pensar en los que están en dificultades y han nacido acciones y colaboraciones, algunas en red con otras organizaciones, para ayudar a las personas más afectadas. Las distintas comunidades de los Focolares esparcidas en todo el país han dirigido la mirada, ante todo, hacia adentro de sí mismas, a quienes entre ellos estaban sufriendo. Se realizó un censo rápido de los más necesitados y, a través de la comunión y el apoyo económico o material, se prevé conseguir ayudar a los que están en mayor necesidad durante al menos dos o tres meses. Además los empresarios por una Economía de Comunión iniciaron una recolección de fondos para las comunidades más pobres. Desde Estados Unidos   Mateo cuenta: “Cuando el Covid-19 empezó su terrible y rápida difusión, como equipo de la revista Living City y de la  New City Press nos preguntamos: ¿qué podemos hacer, además de seguir las indicaciones de las autoridades civiles? ¿Cómo podemos ayudar a las personas a superar la crisis? Fue muy claro desde el comienzo que “el distanciamiento social” no nos iba a impedir ni a nosotros ni a los demás de amar”. Por eso hemos creado una serie de videos, webinar y entrevistas con el hashtag #DareToCare, para inspirar y alentar a todos a ponerse en contacto durante estas semanas intensas. Les pedimos a las personas que compartieran en un video de uno o dos minutos mostrando cómo “se atreven a preocuparse por los demás”.  Por ejemplo, una mujer contó que, mientras iba de compras, vio a la gente llena de pánico. Entonces ella, en lugar de comprar dos grandes paquetes de pollo que acababan de llegar al supermercado, compró sólo uno, para dejarles a los demás la posibilidad de comprar ese alimento. Un farmacéutico decidió mantener el local abierto para atender a sus clientes, pero no tenía un dispositivo de protección: “Cuando empezó la crisis, no teníamos prácticamente ni mascarillas ni guantes”, dijo. Entonces, compartió sus preocupaciones con sus clientes, quienes luego llevaban ellos mismos las mascarillas. Y también una familia de cinco personas registró su nueva rutina cotidiana: trabajando y tomando clases online desde casa, la hija se entrena para mantenerse en forma para la competencia de atletismo del año próximo, mientras que todos intentan nuevas recetas para amar a los vecinos. Y los videos siguen llegando”. Ulrike, médica psiquiatra cuenta: “soy empleada en una oficina sanitaria de Augsburgo, Alemania. Actualmente me encargo del teléfono atendiendo a los ciudadanos. Una vez me dediqué de una manera especial a una señora que llamó por teléfono. Insistí para encontrar una respuesta para ella, hasta que al final conseguí darle una información importante. Por la tarde me llegó un correo electrónico: “Querida doctora, mi marido y yo queremos agradecerle una vez más, de todo corazón, por su compromiso extraordinario. Si todos actuaran tan bien y estuvieran disponibles como Usted en este período tan difícil, habría menos problemas”. Desde Buenos Aires, Argentina, Carlos cuenta que “Desde julio de 2019 la comunidad judía Bet El, tras la muerte de un sin techo a causa del frío, empezó una campaña de ayuda a los pobres, cuyo título es ‘no tengas frío frente al frío’.  Nuestros amigos cristianos, en particular nuestros hermanos focolares vinieron a ayudarnos para poder compartir alimentos con los que viven en la calle. Lo nuestro no es diálogo, es vida compartida.  A raíz del Coronavirus ya no podíamos salir a la calle. ¿Qué podíamos hacer?  Así nació el proyecto ‘Un plato más para las cuarentenas hambrientas’. Una vez más, juntos judíos y cristianos,  la Bet El Community y los Focolares se embarcaron en la sagrada tarea de amar a nuestro prójimo y no descuidarlo” concluye Carlos. En Montevideo, Uruguay, una directora de escuela cuenta: “A través de una co-participación con el Estado ayudamos a niños de 48 familias para darles el almuerzo.  Con la suspensión de las clases por el  Covid, surgió el problema de la alimentación para esos niños. Empecé a rezar y tener más confianza en Dios. Así, gracias a una fundación y a algunos amigos del Inda (Instituto Nacional para la Alimentación) llegaron recursos para repartir canastas de comida para un mes por lo menos”.

Lorenzo Russo

Para dar GRACIAS

Para dar GRACIAS

Un nuevo video del Gen Verde dedicado a Chiara Lubich No hay que darlo por descontado, ni es algo superficial. Dar las gracias a alguien es sencillo y profundo al mismo tiempo. Con esta intención, el Gen Verde ha publicado en YouTube el nuevo video de la canción “Che siano uno” (“Que sean uno”). Una pieza dedicada a Chiara Lubich y a su ideal: la fraternidad universal. Un video que quiere recordarla en el año en que se celebra el centenario de su nacimiento. “Con este video –afirma Adriana de México– no queremos tan sólo conmemorar o recordar a Chiara Lubich como se hace en familia hojeando los álbumes que hablan de eventos e historias importantes sino, sobre todo, hoy nos importa más que nunca que muchas personas puedan encontrarla en la sociedad de hoy, en ese suyo-nuestro ideal que se encarna en los diferentes ámbitos de la vida civil, religiosa y política. La recordamos porque fue ella quien dio vida al Gen Verde, fue ella quien guió nuestros primeros pasos, fue ella quien nos regaló los primeros instrumentos de los que partió todo. Así como a muchas de nosotras nos fascinaron sus gestos, sus palabras y su vida, ahora sentimos que debemos ser testigos auténticos y creíbles de su mensaje”. Un fuerte ideal nacido bajo las bombas de la segunda guerra mundial, pero actualísimo aún hoy cuando la televisión y las redes sociales nos muestran oleadas de racismo y discriminación. Si bien se está logrando erradicar razonablemente la emergencia por el covid-19 en algunos continentes, no es menos cierto que en otros ha crecido la brecha entre ricos y pobres, negros y blancos, entre quien puede permitirse los cuidados médicos necesarios para sobrevivir y los que caen como fichas de dominó en medio de la calle. “Estamos absolutamente convencidas que la fraternidad universal –explica Beatrice de Corea– es posible y no es una utopía; es lo que experimentamos cotidianamente e intentamos transformar nuestras experiencias en música. Muchas veces se trata de cosas sencillas -aunque no hay que darlas por descontado- las que hacen caer prejuicios o barreras culturales”. Es lo que hizo Chiara Lubich desde 1943, año de fundación del Movimiento de los Focolares. Paso a paso, con constancia y tenacidad, junto a sus amigas, construyó relaciones nuevas, profundas y al mismo tiempo revolucionarias, al principio, dentro de su ciudad (Trento, Italia) y después en todo el mundo. El propio video del Gen Verde ha captado imágenes fotográficas importantes: Chiara junto a judíos, sijs, hindúes, musulmanes y con los líderes de dos tribus de Camerún. Imágenes que reflejan momentos históricos y que permanecerán para siempre en la historia de la humanidad. “Evidentemente el gracias más grande que podemos dar a Chiara –explica Nancy de Estados Unidos– es vivir por su ideal pero con este video queremos darle un inmenso gracias; fue ella quien nos creó, sin ella no existiría el Gen Verde”. Para ver el video ¡haz clic aquí! https://youtu.be/A3xuaqtkOj8

Tiziana Nicastro

“Sin ancianos no hay futuro”

También Maria Voce está entre los firmantes del llamamiento impulsado por la Comunidad de San Egidio para rehumanizar nuestras sociedades. La invitación a difundirlo y firmar para llamar la atención sobre la grave condición de los ancianos después de las “masacres” causadas por la pandemia. No a la atención médica selectiva, no a la “cultura del descarte”, no a la expropiación de los derechos individuales; sí, en cambio, a la igualdad de trato y al derecho universal a la asistencia sanitaria. “Que el valor de la vida siga siendo igual para todos. Quienes desprecian la fragilidad y debilidad de las personas mayores, se preparan para desvalorizar a todas”. Es una cultura de la vida sin descuentos que el llamamiento internacional “Sin ancianos non hay futuro, para ‘rehumanizar’ nuestras sociedades – Contra la atención médica selectiva’” , afirma y ha relanzado hace unos días, el 15 de junio, con motivo de la Jornada mundial contra el abuso de los ancianos, que San Egidio ha celebrado en todos los países en los que está presente. Entre las muchas adhesiones excelentes se encuentran el economista estadounidense Jeffrey Sachs, la escritora ítalo-británica Simonetta Agnello Hornby, el filósofo alemán Jurgen Habermas, el sociólogo español Manuel Castells y luego Stefania Giannini, subdirectora general de la UNESCO, así como el fundador de la Comunidad de San Egidio, Andrea Riccardi, quien también es el primer firmante. La presidente del Movimiento de los Focolares también se unió y firmó, invitando a las comunidades del movimiento de todo el mundo a hacer lo mismo, para llamar la atención, especialmente de Europa, sobre la condición de los ancianos. “Estoy de acuerdo con lo que ha sido denunciado por el llamamiento, es decir, la aparición, ante las dramáticas condiciones sanitarias que el Covid-19 ha puesto en evidencia, de un modelo peligroso que promueve una atención médica selectiva que de hecho justificaría la opción de curar a los más jóvenes, sacrificando a los ancianos. Una sociedad sin ancianos no puede decirse que sea tal;  una sociedad que no puede beneficiarse de la relación intergeneracional indispensable es una sociedad pobre e incompleta, incapaz de planificar y lograr un futuro mejor para todos, inclusivo, porque es el resultado de la diversidad que se encuentra”. “El llamamiento” – se lee en una nota difundida por la Comunidad de San Egidio – surge de la amarga constatación de la gran cantidad de víctimas de Covid-19 entre la población de ancianos, en particular entre las personas presentes en instituciones y hogares de ancianos, y propone un cambio radical de mentalidad que conduzca a nuevas iniciativas sociales y sanitarias”. Un informe de la OMS señaló, ya en 2018, que precisamente “en las instituciones las tasas de abuso son mucho más altas que en los ambientes comunitarios” e incluyen malos tratos, incluidas “restricciones físicas, privación de la dignidad, imposición de cumplimiento de tareas diarias, provisión intencional de atención insuficiente, negligencia y abuso emocional”. La situación empeoró durante la pandemia de Covid-19 que determinó, como es bien sabido, en una tasa muy alta de víctimas dentro de las instituciones, aproximadamente el doble del número de personas mayores que viven en sus hogares, según datos del Instituto superior de salud. Por esta razón, en la Jornada mundial contra los abusos de los ancianos, el Movimiento de los Focolares se ha unido a la Comunidad de San Egidio, en apoyo del llamamiento internacional y la promoción de una “rebelión moral para cambiar la dirección en el cuidado de los ancianos”, proponiendo también a las administraciones estatales y locales la implementación de un sistema que privilegie la domiciliación de la atención y asistencia a la población de edad avanzada.

Stefania Tanesini

Firma el llamamiento aquí  

#dartocar, osar y cuidar

#dartocar, osar y cuidar

Se lanzará el 20 de junio próximo, en transmisión directa mundial YouTube, #daretocare, la campaña de los jóvenes de los Focolares para “hacerse cargo” de nuestras sociedades y del planeta. Jesús Morán, co-presidente de los Focolares: “Se requiere una nueva agenda ética; el cuidado tiene una marcada vocación política y una fuerte dimensión planetaria”. #daretocare”, o bien “osar cuidar” o “atreverse a cuidar”. Los jóvenes del Movimiento de los Focolares han tomado en serio las palabras del Papa Francisco y de muchos otros líderes religiosos y civiles en el sentido de colaborar concretamente en el cuidado de la Casa Común. Por consiguiente, a través de este nuevo recorrido quieren ser ciudadanos activos e interesados en todo aquello que sucede en el mundo, para tratar de construir así un trozo de mundo unido. “En este tiempo de profunda crisis humanitaria, a causa del Coronavirus, está emergiendo una nueva visión –sostiene Jesús Morán, co-presidente del Movimiento de los Focolares– que es la necesidad de una nueva forma de comportarse, de vivir, una suerte de nueva agenda ética, como dicen algunos expertos. Y en ese contexto hay una categoría que se está volviendo algo central, y es la categoría del cuidado, de hacerse cargo, de ocuparse de los demás, de la sociedad y del planeta”. Osar cuidar quiere decir ser protagonistas en la vida de todos los días para resolver problemas, entablar diálogos en función de una sociedad mejor, estar atentos al ambiente y a las personas de cualquier color, religión y cultura.  Sobre todo hoy, cuando el racismo vuelve a surgir, en donde la libertad de los hombres vuelve a encontrarse amenazada por regímenes totalitarios, cuando las armas y las guerras quieren imponer su dominio por encima de la paz y la unidad entre los pueblos. “El cuidado es una categoría muy amplia, bella, poliédrica –sigue diciendo Morán–.  La ética del cuidado tiene que ver con la dignidad de la persona, y ello es fundamental; es justamente el corazón del cuidado, no es algo intimista o privado. Por el contrario, el cuidado tiene una marcada vocación política y una fuerte dimensión planetaria, pero sin olvidar lo local, pues, luego, es localmente en donde cuidamos a los demás, justamente es en las relaciones personales, en la sociedad y en lo local. Pero la dimensión planetaria es importante”. El Papa Francisco habló de todo esto el 24 de mayo pasado, durante la conmemoración del quinto aniversario de la Laudato si’, promoviendo un año especial de reflexión –hasta el 24 de mayo de 2021– para llevar a la atención de todos el tema del cuidado de la creación.  Y por creación se entiende no sólo el ambiente que nos circunda, sino también las personas, la economía, la política, lo social… Chiara Lubich, la fundadora de los Focolares, definía a la política como “el amor de los amores”.  El político es el que está al servicio de su gente, y, concluye Morán, “hoy se necesita más que nunca este tipo de amor, y la categoría del cuidado lo expresa bien, porque justamente es un concentrado de ese amor del que estamos hablando. Entonces la propuesta de los jóvenes de los Focolares es la siguiente:  poner el cuidado en el centro de la política y de nuestra vida de ciudadanos”. Por ello, tras un año dedicado a acciones y proyectos por la paz, derechos humanos y legalidad, el próximo 20 de junio, con la campaña #daretocare los jóvenes de los Focolares añaden otra pieza, la del “cuidado”, desarrollada y profundizada sobre cinco temáticas principales: escucha, diálogo y comunicación, igualdad, fraternidad y bien común, participación y cuidado del planeta.  Y ¿cómo hay que hacerlo? Siguiendo la metodología típica de los “pathways”, los senderos, o recorridos que en el tercer año están atravesando: aprender, actuar y compartir. Entonces: fuerza y atreverse, osar. Nos damos cita para el próximo 20 de junio, a las 14 horas (Cest + 2), con un evento online mundial en  Youtube para lanzar esta gran  idea #daretocare. Para más informaciones, visite la página del United World Project

Lorenzo Russo

Reavivar las relaciones

Una de las cosas sobre las que este periodo de pandemia ha llamado nuestra atención es la importancia de los vínculos que conforman el tejido social en el que cada uno de nosotros está inserto, la calidad de las relaciones que nos unen unos a otros. Son un antídoto para la soledad, la indigencia y el desánimo. El siguiente escrito de Chiara Lubich es una invitación a fortalecerlos.    (…) Hay una página del Evangelio que encuentra una resonancia muy especial en nosotros. Jesús dice: «Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor […]». «Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado […]»[1]. Todo está, pues, en el amor recíproco. (…) Así como en una chimenea encendida hace falta de vez en cuando remover con el hierro las brasas para que la ceniza no llegue a apagarlas, de la misma manera en el gran brasero de nuestro Movimiento es necesario, de vez en cuando, reavivar el propósito de  amarnos recíprocamente entre nosotros, reavivar las relaciones, para que no se apaguen con las cenizas de la indiferencia, de la apatía, del egoísmo. De esta manera amaremos verdaderamente a Dios, seremos el Ideal vivo; podremos esperar que la caridad vivida así engendre en nosotros virtudes sólidas que, casi sin darnos cuenta, alcanzarán, con la gracia de Dios, la medida del heroísmo. De esta forma nos haremos santos. (…)

 Chiara Lubich

(En una conferencia telefónica, Rocca di Papa, 26 de mayo de 1988) Extraído de: “Reavivar las relaciones”, en: Chiara Lubich, Buscando las cosas de arriba, Ciudad Nueva, Madrid 1993, pp. 98-99 [1] Jn 15, 10.12.

Adiós, Mark

Un productor de cine independiente, ciudadano del mundo, fanático de cine, televisión y… de la fraternidad universal. En el corazón de la noche italiana, a las 11 de la mañana en Melbourne, el último saludo vía streaming a Mark Ruse, un productor de cine australiano, que murió después de una muy breve enfermedad a la edad de 64 años. Mark no solo era un productor independiente muy apreciado y querido por todos en el circus australiano de cine y televisión, sino que era un ciudadano del mundo que a través de su trabajo, pero sobre todo con su humanidad y simplicidad, había entablado vínculos auténticos y profundos con muchas personas, incluso fuera del ambiente cinematográfico. Mark Ruse había comenzado su carrera como productor independiente y en los últimos 20 años, junto con su socio, Stephen Luby, fundaron Ruby Entertainment, que ha producido una increíble cantidad de películas y series de televisión, especialmente comedias con premios, reconocimientos e índices de escucha entre los más altos de Australia. También había producido películas y documentales socialmente comprometidos, vinculados a la historia a veces trágica de su tierra natal, como Hoddle Street sobre la masacre de 1987 en Melbourne, que le valió un importante premio internacional. Mark, sin embargo, era sobre todo una persona sencilla y amable, apasionado de su trabajo, que afrontaba las dificultades – que para un productor independiente son muchas – con simplicidad y una buena dosis de humor. Nos conocimos hace más de 40 años en Italia. Muchos nos encontramos, venidos de diferentes países de Europa y del mundo, en las colinas cercanas a Roma, y ​​compartimos lo que Chiara Lubich nos propuso en esos años 70 en particular precisamente a nosotros Gen, los jóvenes de los Focolares. Un ideal revolucionario en muchos sentidos, que tenía en su centro una dimensión espiritual y personal muy fuerte, pero al mismo tiempo comunitaria y global. La pasión juvenil de ambos (cine y televisión) se convertiría en nuestro trabajo a lo largo del tiempo, el mío como director de televisión, el suyo como productor, pero también el espacio vital para tratar de aportar las ideas y convicciones profundas que compartíamos. A principios de la década del 2000, compartimos el nacimiento de NetOne, una gran red mundial de profesionales de diversos campos de la comunicación, directores, productores, guionistas, periodistas que, hoy en día, quiere contribuir junto con otros a una comunicación diferente, tanto en relaciones de producción que en el respeto al público, el destinatario final de nuestro trabajo. Mark fue un constructor incansable de esta red. Cada vez que nos veíamos en Roma o en Melbourne o en otro lugar del mundo, el discurso se reanudaba exactamente donde lo habíamos dejado, incluso si se trataba de meses o años antes. Hasta el mensaje de hace unos meses, en el que me confió su enfermedad: «Será un viaje lo sé, pero quiero compartirlo contigo y con todos los de Netone. He abrazado esta nueva fase de la vida con amor». Se fue en pocos meses, no obstante una última conexión a través de zoom, unos días antes de su muerte, lo había mostrado alegre y siempre lleno de planes para el futuro. «En la base de mi fe está la idea de querer amar al prójimo, decía. Lo que hacemos es algo que debe mejorar la sociedad, que realmente enriquezca a las personas que verán nuestra película, y esto es otro modo de poner el amor en la sociedad». El cine australiano ha perdido un buen productor, nosotros de la red de NetOne un amigo, un compañero de viaje que nos dejó con la espontaneidad de su sonrisa… «We’re crazy, we’re crazy people, but we need to feel part of a family». Así es, Mark, así es.

Marco Aleotti

Cortesía de Cittanuova.it

Coronavirus: superar el temor y multiplicar la solidaridad

Maria Voce, Presidente de los Focolares, al “Elijah Interfaith Institute” de Jerusalén “Todo lo que sucede en la vida es conducido por el Autor de la historia que es Dios, y Dios quiere el bien de los hombres (…) Por lo tanto, incluso cuando en algunas ocasiones la libertad de las creaturas lleva a consecuencias negativas, Dios es capaz (..) de hacer surgir el bien también de estas situaciones negativas”. Según María Voce, Presidente del Movimiento de los Focolares, esta es la enseñanza más grande que la crisis del coronavirus puede ofrecer a la humanidad. En una entrevista para el rabino Alon Goshen-Gottstein, director del “Elijah Interfaith Institute” de Jerusalén, la presidente de los Focolares habla también de los posibles beneficios que la pandemia puede traer al mundo. La entrevista es parte del proyecto Coronaspection, una serie de entrevistas en video con líderes religiosos de todo el mundo, que comparten sabiduría y consejos espirituales a medida que enfrentamos una crisis global (aquí puede ver el avance del proyecto, que resume el espíritu del proyecto). “Existen valores que en este momento se ponen más en evidencia que otros – dice Maria Voce -, como la solidaridad, la igualdad entre las personas, la preocupación por el ambiente”. El mundo saldrá mejor de esta crisis si sabremos “superar las divisiones vinculadas a los prejuicios, a la cultura, para ver a todos como hermanos que pertenecen a la única familia de los hijos de Dios”. Una certeza que proviene de una profunda confianza en el ser humano: “en los hombres siempre hay una chispa de bien y si se fortalece”; el hombre responde “porque (el bien) es innato en él”.  Es la convicción interior de que “Dios es Amor y ama a todas las creaturas” la que suscita la esperanza. De hecho –prosigue- basta mirar alrededor para descubrir ejemplos de solidaridad. Los esfuerzos de médicos y enfermeros que tratan de suscitar confianza, una sonrisa, y el dolor por las personas que no lograron salvar, han surtido como efecto la “edificación” de los pacientes que salieron curados. Además “en nuestro Movimiento muchas personas han sido capaces de ponerse a disposición de sus vecinos para llevarles lo que necesitaban; muchos niños han puesto a disposición de otros sus juguetes que para ellos eran un consuelo”. A nivel de relaciones internacionales –observa María Voce- “los ejemplos de solidaridad los vemos en la participación de los médicos y enfermeros que vinieron de otros países a Italia. (…) También a nivel de pensamiento económico se está tratando de hacer todo lo posible para que los países no piensen solo en defender sus propios bienes sino en integrar su propia visión con la de otros países”. Son testimonios que sin embargo no esconden los desafíos que la crisis impone. Junto a aquellas personales –relata- existen aquellas que se derivan del tener que guiar un movimiento internacional: “tomar decisiones que comportan dificultades tanto a nivel personal como económico”. En este sentido “he sentido el deber de llamar a mis colaboradores directos, para que las decisiones fueran compartidas, para hacer prevalecer el interés por las personas sobre tantos otros intereses”. También el temor –observa al final- no se puede negar, sino aceptarlo para superarlo: “diría que aprender a convivir con el miedo y al mismo tiempo no dejarse detener por el miedo” permaneciendo –según el ejemplo de Chiara Lubich- “anclados en el presente”. “Solo el amor –concluye citando a la fundadora de los Focolares- aleja el temor, y no hay temor donde hay amor perfecto. Por lo tanto aumentar el amor hace que disminuya el temor porque el amor te ayuda a hacer acciones que en cambio el miedo podría condicionar”. Para ver la entrevista completa clica aquí

Claudia Di Lorenzi