Nov 26, 2016 | Focolare Worldwide
El Congreso reunió a 90 participantes, entre musulmanes y cristianos, procedentes de Jordania, Siria, Líbano, Grecia, Túnez, Francia, Italia, Suiza, Burkina Faso, Canadá y Argelia. Se trataron cuatro temas: el sufrimiento visto a la luz de Dios; la inspiración divina sobre la unidad según Chiara Lubich; las dificultades y los desafíos de hoy en día para los musulmanes; ser constructores de la fraternidad universal. “Juntos” fue el término más usado durante el Congreso, mostrando la experiencia madurada dentro del Movimiento de los Focolares: vivir juntos el ideal de la unidad, cristianos y musulmanes, según el carisma que Dios dio a Chiara Lubich con la plena conciencia de las respectivas identidades y respetando y aceptando las diferencias. La profunda experiencia espiritual que ella hizo en el verano de 1949, introducida por Jesús Morán (Copresidente del Movimiento de los Focolares), fue recibida por los presentes en un clima de gran fraternidad: “Chiara nos lleva a Dios Uno, más allá de las religiones particulares”, dijo Jalleh, escita, de origen iraní. Y otro dijo: “Chiara usa imágenes comprensibles para hablar de la Trinidad”. En este contexto, Rita Moussallem y Roberto Catalano (corresponsables del diálogo interreligioso de los Focolares), ilustraron la experiencia del Movimiento en contacto con las distintas religiones en distintas partes del mundo. “Se podría decir que Dios se manifestó y nos dio un poco de su luz”, fue el comentario de uno de los participantes. Después de haberse sumergido en la dimensión de la unidad nacida en el contexto cristiano, la mirada se dirigió a la realidad musulmana. El estudioso Adnane Mokrani, árgelo-tunecino, profesor en el PISAI (Pontificio Instituto de Estudios árabes e Islamitas en Roma), habló de la crisis que atraviesa hoy el Islam. Invitó al público a no dejarse tomar por las diversas teorías complotadas y a no atribuir la culpa a los otros, a ponerse a discutir, sin caer en el desaliento, porque «la mayoría de las personas desean la paz, tal vez son una mayoría inactiva… Pero somos nosotros, en cambio – afirmó con fuerza- una minoría activa la que debe hacer de todo para que esta mayoría se despierte. Es nuestra función»
Amer el Hafi, profesor de Religiones comparadas en la Universidad de Amán (Jordania), en conexión a través de skype, dijo: “Dios es grande, quiere decir que es más grande que nuestros miedos, que nuestros problemas y nuestras desgracias: es la llave de nuestra esperanza y de nuestra vida. Pero lamentablemente esta expresión hoy se ha convertido en signo de muerte”. Junto con el profesor Adnane Mokrani, respondieron a algunas preguntas espontáneas de la sala. Fue muy apreciada la presencia del arzobispo emérito de Argelia, Monseñor Henri Teissier, profundo conocedor de la cultura argelina y del Islam y de Monseñor Jean Paul Vesco, obispo de Orán. Ellos explicaron que «la amistad fundada en la comunión espiritual es el ápice del diálogo entre las religiones, con sus diferencias». Los jóvenes musulmanes argelinos del Movimiento animaron la asamblea con músicas y cantos. La visita al mausoleo del místico Sidi Boumediéne, introducida magistralmente por el estudioso argelino Dr. Sari-Ali Hikmet, ofreció a los congresistas una inmersión en la espiritualidad, en el arte y en la cultura musulmana. Después visitaron el museo El Mechouar, palacio de la dinastía zianide, la gran Mezquita y el moderno Centro de Estudios Andalusíes. Antes de dejar Tlemcen, Jesús Morán, resumió la experiencia vivida: «Se trató no sólo de estar de acuerdo sino de ser uno, de vivir la misma experiencia de Dios, de compartir lo que tenemos en lo más profundo». Jean-Louis Marechal
Nov 25, 2016 | Focolare Worldwide
La intervención de Aziiz, joven iraquí, fue recibida con un largo aplauso. Los ojos brillantes de los más de mil participantes en el Congreso Gen estaban fijos sobre su rostro enjuto que revelaba el drama que él y su familia vivieron en Qaraqosh, un pequeña ciudad de la Llanura de Nínive, cuando llegaron los milicianos del así llamado estado Islámico. «Antes de contarles mi historia – dijo Aviiz desde el escenario –, quiero hacerles una pregunta: ¿han pensado alguna vez que un día podrían perderlo todo? La casa natal con todos tus recuerdos más hermosos, tus amigos, tus sueños, tu gente? Esto es lo que me ha sucedido a mí …». El dolor de los momentos vividos huyendo de su ciudad con la familia hacia el Kurdistán iraquí, todavía es visible en sus ojos: «Me he preguntado por qué me ha tocado vivir este calvario, pero justamente ahí empezó la experiencia, la de encontrarme viviendo con Jesús, el Abandonado. Me parecía estar en una película de acción, en la cual ya no lograba distinguir entre lo real y la ficción: mareas de personas que avanzaban a pie para encontrar una vía de fuga, lágrimas, gritos. Estaba casi petrificado por el dolor, pero me dije que quizás podría hacer volver la sonrisa a quien estaba cerca de mí. Con nosotros estaba una comunidad de la religión Yazidi, personas que tenían aún más necesidad de ayuda porque el Isis había cometido verdaderas torturas con esta gente. He olvidado mis miedos y angustias para estar con ellos y sostenerlos». Aziiz, junto con sus padres, ahora está refugiado en Francia, una opción difícil, con mil desafíos que enfrentar pero nunca se ha sentido abandonado por el amor de Dios que, «con su mano imperceptible continúa enjugando nuestras lágrimas, aligerando nuestros sufrimientos. Nosotros jóvenes tenemos un enorme potencial para cambiar el mundo, empezando por las cosas pequeñas: o vivimos para cambiar algo y mejorar esta tierra o nuestra vida no tiene sentido».
Las palabras de Chiara Lubich, dirigidas a los gen 2 en 1967, resultan más actuales que nunca y proféticas: «Rumores y noticias de guerras entristecen el horizonte del mundo. Quizás en Oriente Medio o en Extremo Oriente algún gen amigo nuestro (…) ha estado o está ahora en peligro de muerte. Nuestro mismo objetivo – el de promover la paz en el mundo – parece dolorosamente comprometido. ¿Qué hacer? No nos desanimemos (…) Las bombas caen y destruyen casas y matan a personas. ¡Qué el amor se difunda con mayor rapidez para construir una sociedad nueva y un mundo nuevo». «Han pasado 50 años pero todavía somos esa generación que no se detiene – expresó Gloria de Uganda – y que aún quiere vivir el ideal que Chiara nos dio». Damián de Argentina agregó: «Para nosotros es un momento de fiesta. Hemos recorrido estos 50 años del Movimiento Gen recorriendo los momentos más importantes, tratando de revivir cada palabra que Chiara nos dio». Testimonios de varios continentes, reflexiones, diálogos, cantos, música se alternaron para celebrar estos años de vida de la segunda generación de los Focolares, vividos con gran intensidad. Maria Voce, presidente del Movimiento, en un video-mensaje, invitó a los jóvenes a seguir el designio de amor que Dios tiene para cada uno, siguiendo el ejemplo de Jesús que eligió la Cruz, el amor hasta el fin, para estar preparados con generosidad a comprometerse a favor de un mundo de paz. Jesùs Morán, copresidente de los Focolares, en un diálogo intenso y más abierto que nunca, los animó a vivir prodigándose en el amor a los hermanos, eligiendo a los últimos, a los despreciados por la sociedad, en un mundo cada vez más fragmentado y dividido. Más de mil jóvenes vuelven a sus lugares de origen tomando en serio la consigna profética de Chiara Lubich: «Será la segunda generación la que hará resonar el grito de Jesús Abandonado hasta los últimos confines de la tierra … Y en aquel grito el mundo entero volverá a esperar». Patrizia Mazzola
Nov 24, 2016 | Sin categorizar
130 representantes de 40 Movimientos y Comunidades cristianas, procedentes de 14 países europeos, 8 idiomas, 4 traducciones simultáneas. Éstos son los números del encuentro de tres días de la red Juntos por Europa (10-12 de noviembre) que se llevó a cabo en el Centro internacional del Movimiento de los Focolares (Castel Gandolfo, Roma). «Hace un año, durante nuestro encuentro anual que se desarrollaba en Holanda – recuerda Beatriz Lauenroth –, nos llegó la noticia de los atentados en Paris; éstos y otros acontecimientos recientes, que llevan a la fragmentación de Europa, nos confirman, ahora más que nunca, que es necesario encontrarnos y trabajar juntos por la unidad». Muchos de los presentes subrayaron esta necesidad, como el alemán Elke Pechmann de Offensive Junger Christen: «Juntos por Europa no es un lujo, no es algo más. Es una considerable inversión para el presente y, de manera especial, para el futuro de Europa». Por su parte, la representante de Moscú, Larisa Musina (Trasfiguration Fellowship of Minor Orthodox Brotherhoods, St. Philaret), expresó cuán importante es profundizar en el conocimiento recíproco para crecer en el diálogo: «Tenemos que extender el diálogo entre los países del Este y del Oeste. Juntos con otros países de Europa del Este, también nosotros rusos podemos dar mucho al Oeste». Suiza hizo oir la voz de las nuevas generaciones: «Los cinco jóvenes de JAHU aquí presentes – explica Selomi Zürcher – sentimos nuestro el futuro de Europa. Sabemos apreciar la experiencia y la sabiduría de los adultos y les pedimos que confíen en nosotros y quieran aprender también de nosotros. Así esa Europa de nuestros padres puede llegar a ser también Europa de los hijos».
Ante la pregunta, sugerida en las intervenciones, en los intercambios personales y en los trabajos por grupo, acerca de cómo será el camino futuro de Juntos por Europa, se responde con propuestas concretas. Pasos que puede dar cada uno de los Movimientos y de las Comunidades, a lo largo del 2017, en favor de los propios países y por Juntos por Europa. Como, por ejemplo, una vigilia de oración en vísperas del próximo 25 de marzo, día en el que se celebran los 60 años de la firma de los Tratados de Roma, considerados como uno de los momentos históricos más significativos del proceso de integración europea. Para esa ocasión muchas personalidades políticas europeas se encontrarán en Roma. Juntos por Europa, por lo tanto, quiere estar presente enviando con anticipación a los políticos un documento «sobre nuestra idea de Europa y deseamos que vigilias parecidas se lleven a cabo en las ciudades europeas en las que estamos presentes». Otra iniciativa muy sentida por los participantes fue el deseo de crear espacios de encuentro y de comunión. «Queremos incrementar la comunión entre los Movimientos a nivel local y ofrecer también un programa dirigido a cada una de las ciudades», agregaron. Las impresiones antes de despedirse expresan el entusiasmo experimentado en los tres días vividos juntos: «Quisiera contagiar a otros jóvenes de mi entusiasmo por “Juntos” y espero que el próximo año podamos ser más numerosos» (Una joven, Alemania). «Al regreso pondremos al día a todos los demás movimientos en Eslovenia de lo que vivimos aquí. Invitaremos también a un obispo católico y a uno luterano, para que sepan que también los laicos, juntos con las Iglesias, se movilizan en pos de un futuro mejor del Continente» (Un joven, Eslovenia). Con el Congreso de Castel Gandolfo se extendió la participación, en calidad de “Amigos de Juntos por Europa”, también a familias religiosas y a grupos carismáticos de antigua fundación. La próxima cita de los “Amigos de Juntos por Europa” está prevista en Viena, del 9 al 11 de noviembre de 2017.
Nov 23, 2016 | Sin categorizar
La primera iniciativa, que ya fue lanzada en octubre, expresa la vitalidad y creatividad del nuevo Centro Evangelii Gaudiun (CEG) que, ya antes de la inauguración oficial, sale a vida pública con un curso para formadores, animadores y estudiantes de Teología pastoral misionera que fue titulado “Despierten al mundo”. Este nuevo Centro nace ahora de la sinergia entre el Instituto Universitario Sophia (IUS), y el Movimiento de los Focolares, en particular con los presbíteros, diáconos, seminaristas, religiosos, consagrados, Movimiento parroquial y Movimiento diocesano, quienes están directamente comprometidos en el ámbito eclesial. Un Centro ya abierto pero que el 11 de noviembre pasado festejó el día de su salida a vida pública, aprovechando la ocasión para decir el por qué de su nacimiento: dar impulso, contenido y dirección a la obra de renovación pastoral de la evangelización a la cual está llamada la Iglesia hoy. Tal es el compromiso que el CEG quiere asumir respondiendo a la invitación del papa Francisco, inspirándose en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium. A través de cursos, congresos, seminarios, simposios, stage, laboratorios, encuentros científicos, el CEG quiere ser un “lugar donde se desarrolle el pensamiento”, sólidamente anclado en el formato sinodal, incluyendo todos los impulsos espirituales y experiencias despertadas por el carisma de la unidad de Chiara Lubich. Y quiere hacerlo concentrándose en la formación, en el estudio y en la investigación dentro del ámbito de la eclesiología, de la teología pastoral y de la misión, de la teología espiritual y de la teología de los carismas en la vida de la Iglesia hoy.
Fueron muy significativos los objetivos del CEG expresados por la Presidente de los Focolares, María Voce, en el saludo que envió y en la intervención del Copresidente Jesús Morán: promover y sostener proyectos y actividades de formación dentro del surco trazado por el Vaticano II, en comunión con los otros carismas de la Iglesia, en la perspectiva del diálogo ecuménico, interreligioso e intercultural. Estos objetivos encontraron profunda resonancia también en el mensaje de saludo que envió el secretario general de los obispos italianos, Mons. Galantino, y el Gran Canciller de Sophia, Mons Betori, Arzobispo de Florencia. Quienes abrieron los trabajos en el congreso de inauguración, fue el cálido saludo del Card. Joao Braz de Aviz, Prefecto de la Congregación para los Institutos de vida consagrada y el Arzobispo Vincenzo Zani, Secretario de la Congregación para la Educación Católica. El presidente del Instituto Universitario Sophia, el profesor Piero Coda, tuvo la función de describir los objetivos del nuevo Centro y a continuación tuvo su intervención la profesora Tiziana Merletti (ex superiora general de las hermanas Franciscanas de los Pobres). «El desafío es el de dar una contribución al cambio de paradigma de la cultura y de la relación entre comunidad eclesial y sociedad civil – declaró Piero Coda-, cambio que exige nuestro tiempo y del cual la profecía del Papa Francisco nos dice con fuerza que llegó el momento de actuar con fidelidad y creatividad». En la mesa redonda que hubo a continuación intervinieron expositores del mundo de la política y del deporte, como Massimo Toschi y Damiano Tommasi, quienes se expresaron sobre el esperado cambio histórico que vive en esta época la Iglesia, llamada a indagar y captar las expectativas y esperanzas de la sociedad de hoy. Anna Friso
Nov 22, 2016 | Focolare Worldwide
«Acompañamos en alegría y con inmensa gratitud el retorno de Aletta a la casa del Padre. No podríamos tener un modelo mejor de alguien que “da su vida sin medida”, como nos sugiere el lema de hoy». María Voce anuncia así a los miembros del Movimiento la muerte de Vittoria Salizzoni, que expiró serenamente esta mañana, 22 de noviembre, pocos días antes de cumplir 92 años. Vittoria Salizzoni nació en Martignano (Trento) el 27 de noviembre de 1924; era la tercera de los ocho hijos de María y Davide Salizzoni. Durante 12 años vivió en Francia, donde emigró con la familia. En el 1941 regresó a Trento (Italia) y, en plena segunda guerra mundial, el 7 de enero de 1945 conoció a Chiara Lubich, con la que pasó muchos años de su vida. Junto con otros, Aletta llevó el “ideal de la unidad” a Oriente Medio, donde hoy hay muchas comunidades que viven la espiritualidad de la unidad, en diálogo y amistad también con personas de otras religiones. Una larga vida totalmente en donación.

Aletta Salizzoni primera a la derecha
María Voce, en su mensaje, invitó a seguir poniendo en práctica el mandamiento de Jesús, el amor recíproco, para que esté siempre espiritualmente presente “Jesús en medio/la paz” entre todos, una característica que Aletta siempre puso en evidencia con su presencia. El funeral se celebrará el Jueves 24 de noviembre, a las 15 hs. (de Roma), en el Centro Mariápolis de Castel Gandolfo.
Nov 22, 2016 | Focolare Worldwide
Nov 21, 2016 | Focolare Worldwide, Senza categoria
Una tierra en la que los cristianos son menos del 1%, Argelia es el primer país musulmán que acogió la espiritualidad de la unidad en la mitad de los años ‘60. Años difíciles de transición y de desarrollo en esta área estratégica. Todavía sigue vivo el recuerdo de los monjes de Tibhirine, cuyo ejemplo trasciende las diferencias religiosas y nos remite a la esencia de la fraternidad del único género humano. «Chiara Lubich nos invitaba a no detenernos ante las dificultades del presente – recuerda Rosi Bertolasi, quien vivió durante 13 años en el Focolar de Argel –. Vista a través de sus ojos, la experiencia que estábamos haciendo se mostraba cargada de esperanza. Ya vislumbraba la vida que se desarrollaría en el futuro». «También el Card. Duval, quien entonces era Arzobispo de Argel – continúa – nos animó siempre, y hoy en día podemos afirmar con alegría que en Argelia, hombres y mujeres musulmanes, gracias a haber sido fieles al diálogo de la vida y a la presencia también en momentos difíciles, han desarrollado una experiencia propia de pertenencia al Movimiento de los Focolares». Además de la de Rosi, son numerosas las voces de quienes fueron testigos del inicio de esta aventura. Estamos en Tlemcen, (oeste de Argelia, a unos 60 km de Marrueco), donde el pasado 1-2 de noviembre se celebró el 50° aniversario de la llegada del Movimiento de los Focolares, que desde Argelia abrió las puertas a muchos países del norte de África y Oriente Medio. Estuvieron presentes Mons. Tessier, arzobispo emérito de Argel y Mons. Vesco, actual Obispo de Orán, Jesús Morán, copresidente de los Focolares, los responsables de los Focolares en varias regiones de Oriente Medio, entre ellas Siria, y naturalmente personas de todas partes del país. Precisamente en Tlemcen, en el actual “Centro Mariápolis Ulisse” – así llamado en memoria de Ulisse Caglioni (5 de marzo de 1943 – 1 de septiembre de 2003) uno de los focolarinos que han gastado su existencia para testimoniar la fraternidad sin ahorrar esfuerzos – el 15 de octubre de 1966, con una Citroën, llegó el primer grupo, viajando desde París. Lo recuerda como si fuera ayer Pierre Le Vaslot, focolarino francés actualmente en Italia. A su llegada, los tres – Pierre, Ulisse y Salvatore Strippoli – se encontraron ante un monasterio benedictino que había que reestructurar, construido en los años ‘50 por P. Walzer, abad alemán echado de Alemania por haber rehusado acoger a Hitler en la Abadía de Beuron. El monasterio está pegado a la ladera del monte, a 900 m. de altitud, a pocos pasos de la tumba del místico sufí Sidi Boumedienne, quien dejó una marcada huella espiritual en la región y más allá de ella. El lugar es muy adecuado para realizar encuentros, para la acogida y el diálogo. Ahí se respira paz y serenidad. En el Centro “Dar es Salam”, tal como se conoce en Tlem-cen, empieza entonces una aventura de presencia y de vida compartida con los habitantes de la ciudad.
«Fue una alegría para nosotros en Orán, ver que nuestro monasterio revivía – cuenta Thierry Becker, quien entonces era un joven sacerdote –. Pero ¿quiénes son estos focolarinos? Nadie había oído hablar de ellos. No son monjes ni curas, viven en comunidad. Vinieron para vivir la unidad y hacerla vivir a su alrededor. Los escuché hablar de su ideal, de Chiara Lubich, y aprendí a conocer su espiritualidad. Rápidamente se pusieron manos a la obra y Ulisse transformó esa casa en poco tiempo». Son años de experiencias continuas, como el contacto con el Imam Barkat. Los focolarinos lo ayudaron a salvar a su hijo pequeño, llevándolo al hospital en plena noche e insistiendo para que los médicos lo atendieran. Ese mismo Imam, el papá del pequeño Bahi, fue luego al Focolar para dictar unos cursos sobre los Hadices proféticos y transmitir así la correcta comprensión de sus escritos espirituales. Palabras conmovedoras llegan también de parte de los primeros jóvenes que visitaban el focolar de Tlemcen en los años ‘60 – Mourad, Bouziane, Farouk – quienes hoy están felices viendo a sus hijos y a las nuevas generaciones que llevan adelante ese ideal en el que ellos fueron los primeros en creer. Maria Chiara De Lorenzo
Nov 20, 2016 | Sin categorizar
Sabía todo «Como sacerdote, creía que sabía dar una opinión sobre cualquier tema. Un día fui invitado a celebrar la misa en el retiro de algunos jóvenes comprometidos, que durante la celebración hicieron explícitamente el pacto de estar dispuestos a dar la vida el uno por el otro. Me quedé impactado: ¿Sería yo capaz de hacer una cosa así? Todo lo que sabía me pareció, no digo inútil, sino insuficiente para ser un verdadero cristiano. ¡Cuántas cosas que descuidé a causa del estudio, cuántas omisiones justificadas por algún compromiso que consideraba importante…! Esos jóvenes me cambiaron la vida» (R. P. – Francia) Antes del ofrecimiento «Después de mudarnos al nuevo pueblito, nació una amistad con una familia de vecinos que nos ayudó mucho a integrarnos en el nuevo ambiente, a ubicar a los niños en la escuela… La estima era recíproca; los hijos de esa familia nos llamaban tíos, y lo mismo hacían nuestros hijos con ellos. Lamentablemente, pasando el tiempo, algo se deterioró y los hijos de los vecinos comenzaron a saludarnos con un “buen día, señores”. No podíamos seguir así, también porque integrábamos la misma comunidad parroquial. Un domingo en la misa, el Evangelio que se leyó nos recordaba que antes de llevar tu ofrenda al altar es bueno reconciliarse con el hermano… Mi esposa y yo nos miramos y decidimos proceder como decía el Evangelio. Saliendo de la misa, fuimos hacia nuestros vecinos y les pedimos perdón si los habíamos ofendido en algo. Después de un incómodo momento de sorpresa, nos abrazamos» (A.T. – Hungría) Era otra persona «En el hospital donde trabajo como ginecóloga se internó una mujer conocida como prostituta. Las otras pacientes y también alguna enfermera trataban de evitarla. Notando su aislamiento, le presté una atención especial, y esto animó también a las otras a dirigirle la palabra, a brindarle ayuda. El mismo relato de su triste vida les llamó la atención y despertó su benevolencia. Después de pocos días ya parecía otra persona. Cuando fue dada de alta, decía: «La verdadera curación no es física… Mi vida recomienza de otro modo» (M. S. – Polonia)
Nov 19, 2016 | Sin categorizar
«Ho imparato ad essere aperto, a non nascondere la polvere sotto il tappeto». È il commento di uno dei 170 seminaristi di Pune (India) soddisfatto per aver partecipato al workshop sulle dinamiche di gruppo progettato sui principi della spiritualità dell’unità, tipica dei Focolari. «Ho capito che devo pensare positivo in tutto ciò che faccio – dichiara entusiasta un altro seminarista – ho fatto nuove amicizie, anche con compagni più anziani di me». Colpisce lo sprint di questi giovani. Sorprende anche che in India – una regione dai mille riti e divinità, patria dell’induismo e del buddismo – ci sia un seminario cattolico con così tanti giovani. E che, come testimonia il direttore spirituale del seminario, Padre George Cordeiro, siano fortemente motivati e decisi per il sacerdozio. Il rapporto dei Focolari col seminario pontificio dell’India risale al 1980; da allora, in varie occasioni i focolarini sono stati invitati a presentare ai seminaristi la loro spiritualità. Molti di questi, diventati sacerdoti o vescovi, continuano a promuovere – nella loro non facile azione pastorale – la dimensione comunitaria del messaggio cristiano. In questo 2016 hanno chiesto al Movimento di organizzare un workshop di tre giorni sulle dinamiche di gruppo. Era la prima volta che i focolarini di Mumbai si trovavano di fronte ad una simile impresa, ma hanno accettato la sfida. Con un team di 12 persone, uomini e donne, fra cui alcuni esperti nel campo psicologico e relazionale, si sono dedicati al progetto organizzando un workshop su misura per seminaristi. Un lavoro impegnativo, anche per la diversità delle culture dei partecipanti, originari di ogni parte dell’India, e per i loro differenti percorsi di studio: dal ginnasio agli studenti di teologia e filosofia. Obiettivo del workshop era di mettere in mano ai seminaristi gli strumenti per costruire la comunità. E di farlo, questa era la richiesta specifica, attingendo a quegli elementi della spiritualità dell’unità che più hanno a che fare con la relazione interpersonale: il “farsi uno” con l’altro, l’ascolto profondo, il patto dell’amore scambievole, la condivisione delle esperienze, il dialogo, ecc. In pratica, si dovevano presentare ai seminaristi i vari modi di andare incontro all’altro, privilegiando i rapporti. Con tali caratteri come paradigma culturale, declinati in chiave psicologica e relazionale, ne è uscito un mix con brevi relazioni, scenette, giochi di ruolo, testimonianze (di laici e sacerdoti), esercitazioni pratiche per provarne su se stessi l’efficacia.
Fin dall’inizio il laboratorio è stato seguito con entusiasmo e sostenuto con una vivace partecipazione, che ha aiutato al continuo passaggio “dall’io al noi” che i ragazzi andavano facendo. Un processo che diventerà molto utile a loro quando si ritroveranno a lavorare in gruppo e quando saranno chiamati a suscitare e condurre gruppi di altre persone. Mettendo così in atto quella cultura dell’incontro e del dialogo tanto sottolineata da papa Francesco. Padre George ha definito il workshop “un’autentica esperienza di Dio fra gli uomini”. L’intuizione di tradurre la spiritualità in vita e le idee in fatti quotidiani, si è rivelata vincente. Lo attestano i numerosi feedback scritti dai partecipanti: «Posso fare tutto, ma ad una condizione: che in me ci sia sempre l’attenzione agli altri». «L’incoraggiamento a mettere in pratica il vangelo e non soltanto a studiarlo, ha provocato un cambiamento radicale della mia vita». «Questo workshop è stato un trampolino di lancio per la mia vocazione e le mie interazioni sociali. Le storie di altre persone sono state per me una grande lezione». «Un’esperienza estremamente feconda di addestramento ad essere comunione. Nuove strade si sono aperte davanti a noi. È una grazia poter offrire la spiritualità di comunione nel contesto odierno».
Nov 18, 2016 | Focolare Worldwide
«En un mundo en el que la globalización dicta sus leyes, una de las paradojas más significativas a las que asistimos es que la voz del Sur del mundo se ignora. África, rica en recursos naturales como diamantes, oro, petróleo, y otros minerales preciosos, se encuentra frente a la pobreza, al subdesarrollo siempre en aumento, a la peor esperanza de vida, a un alto nivel de analfabetismo y eso a pesar de los millones de dólares de las ayudas occidentales volcados a lo largo de los años en varios proyectos. ¿Por qué? La dramática respuesta no es únicamente la guerra en curso, no son las enfermedades; es sobre todo la corrupción que en África se ha convertido en un hecho normal y aceptado, lo que está lacerando el continente. Un continente en el que los pobres tienen que corromper para sobrevivir, para ser curados en los hospitales, para entrar en las “mejores” escuelas de formación profesional, para lograr tener puestos de trabajo y para salir de la cárcel. Ni siquiera las leyes logran arrancar este mal. En la mayor parte de los países africanos, el Derecho es de origen occidental, con algún matiz tomado de las culturas locales. La tutela del individuo, si bien es un valor universalmente aceptado, se contrapone al principio de la comunidad, muy amado por las tradiciones africanas, que subraya la importancia de la solidaridad. El individuo existe sólo si pertenece a una comunidad y actúa en función de la comunidad. Es el principio del “Ubuntu”: Yo soy porque nosotros somos. El Ubuntu en las culturas africanas es una invitación a sostenerse y ayudarse mutuamente, es tener conciencia de los propios deberes. Así se expresó Nelson Mandela: Ubuntu significa plantearse la pregunta: “¿Quiero ayudar a la comunidad que me rodea a mejorar?” Es una regla de vida basada en el respeto del otro, creyendo que existe un vínculo que une a toda la humanidad. Es un deseo de paz. Y a pesar de ello, justamente en África falta la paz en muchos lugares, y la causa remota de los conflictos es, aunque parezca absurdo, su inmensa riqueza. Se lucha por el control de los minerales y las víctimas de estos conflictos son los más débiles. Esforzándose por integrar los valores heredados de la colonización con los propios valores tradicionales, y frente a los desafíos de un mundo en el que sólo el desarrollo económico da derecho de expresión, África está perdiendo cada vez más sus valores, sin adquirir de verdad los “importantes”.
En mi país, Camerún, en el que hay una gran corrupción, surgió una pequeña ciudad, a la que Chiara Lubich dio vida realizando obras sociales a favor del pueblo Bangwa, que tenía el riesgo de extinguirse y encontró la salvación. Pero con las obras, Chiara trajo sobre todo un nuevo estilo de vida, inspirado en la práctica de la fraternidad; nació una convivencia inspirada, en la reciprocidad, en una verdadera justicia, que apaga toda lucha, previene el conflicto, encuentra soluciones a los problemas también de las familias; nadie roba, ni mata, se transita por “caminos de paz”. Así la fraternidad puede llegar a ser un principio también jurídico para la convivencia y cambiar relaciones basadas en la fuerza, en relaciones de acogida e inclusión que se traduzcan en solidaridad, responsabilidad y subsidiaridad. La paz se define hoy como desarrollo, seguridad, universalidad de los derechos humanos, respeto de la vida; la paz es un derecho, pero espera que el Derecho sea su instrumento. Y para ello, no bastan las Declaraciones y los Tratados. Los derechos, si se conjugan sólo en singular, ponen de relieve sólo al individuo y dan espacio a intereses y conflictos. Pero “universal” no significa “absoluto”, significa “común”; es lo que acomuna, de otra manera no podría existir ninguna relación entre individuos, culturas o concepciones diferentes entre ellas[1]. Y si la universalidad que encierra la dignidad humana permite relacionarse con todo hombre, la fraternidad, en cuanto nuevo paradigma, puede constituir su principio inspirador hasta “hacerse” cultura también jurídica y camino que prepara la paz. Es la que surge del corazón y se traduce en actitudes coherentes en la vida de cada día, capaces de transformar las relaciones conflictivas en relaciones en las que todo se comparte, hasta la reciprocidad, en la que lo que se debe se hace don para el otro». Raphaël Takougang [1] Cfr. F. Viola, L’universalità dei diritti umani: un’analisi concettuale, in F. Botturi – F. Totaro (a cura di), Universalismo ed etica pubblica, Vita e Pensiero, Milano 2006, p. 164 s.