Una Pascua de esperanza, pero sobre todo para vivirla juntos. A los 1700 años del Concilio de Nicea, en este 2025, las varias Iglesias cristianas celebran la Pascua el mismo día, el domingo 20 de abril.
Una coincidencia maravillosa que representa una invitación a todos los cristianos para que demos un paso decisivo hacia la unidad; es un llamado a reconocer que podemos estar unidos en la pluralidad.
En una época marcada por continuas divisiones en todos los frentes, pero más aún en esta ocasión en la que nos acercamos al misterio de la Resurrección, compartimos algunas palabras que Chiara pronunció en Palermo (Italia) en 1998 acerca de “Una espiritualidad para el diálogo”, y específicamente, una “espiritualidad ecuménica”.
Es una invitación directa a responder al llamado del amor recíproco, pero no cada uno individualmente sino de una manera colectiva. Es la posibilidad de mirar a ese Jesús Abandonado en la cruz como una luz que –aun en el extremo sacrificio– no sólo nos guía sino que también se vuelve el camino por el cual ir moviendo nuestros pasos.
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¿Con qué ojos miramos el mundo y a nuestros compañeros de viaje en la aventura de la vida? Es una pregunta de vital importancia, en una época como la nuestra, marcada por la polarización y los desacuerdos, por la soledad y las distancias entre los que tienen y los que no tienen. Por no hablar de la presencia cada vez más invasora de la inteligencia artificial. Sin embargo, crece al mismo tiempo la sed de armonía y de verdad.
Chiara Lubich decía que todo depende de los “ojos” con los que miremos a las personas. Si miro con el ojo del corazón, que es el ojo del Amor, no nos detendremos en las apariencias, sino que captaremos la realidad más profunda que se esconde en cada ser humano. Y de la mirada del corazón procede la acción, la calidad de la relación, el hacerse prójimos, cercanos al otro (1).
En 1961 Chiara escribe:
): Si tú entras en el Evangelio […] te encuentras de golpe como en la cresta de una montaña. Por consiguiente ya en lo alto, ya en Dios. Pero si miras hacia el lado, ves que la montaña no es una montaña sino una cadena de montañas, y la vida para ti consiste en caminar a lo largo de la vertiente hasta el final.
Cada Palabra de Dios es lo mínimo y lo máximo que Él te pide. Por eso, cuando tú lees: «Ama a tu prójimo como a ti mismo» (Mt 19, 19), tienes la máxima medida de la ley fraterna.
El prójimo es otro tú y como tal debes amarlo. Si él llora, llorarás con él; y si ríe, reirás con él; y si ignora, te harás ignorante con él; y si ha perdido a su padre, te identificarás con su dolor. […]
Porque para ti lo que vale es Dios, que es Padre de ambos. Y no busques excusas al amor. El prójimo es cualquiera que pase a tu lado, pobre o rico, lindo o feo, ignorante o sabio, santo o pecador, de tu patria o extranjero, sacerdote o laico; cualquiera.
Haz la prueba de amar a quien pasa a tu lado en el momento presente de la vida y descubrirás en tu espíritu un nuevo despuntar de fuerzas antes desconocidas. Estas darán sabor a tu vida y responderán a tus miles porqués (2).
Chiara Lubich
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Cfr. Vicinanza, lo stile di Dio nella vita e nel pensiero di Chiara Lubich, A cura di Povilus J. e Ciccarelli L., Città Nuova Editrice, Roma, p. 5.
Una exposición dedicada a Chiara Lubich (1920-2008), testigo e inspiradora del valor universal de la fraternidad. Una etapa para quienes estén en Roma en este año jubilar. En el centro de la exposición está el tema de la ciudad, como lugar privilegiado para construir relaciones fraternas, abiertas al mundo. La exposición multimedia ha sido realizada por el Centro Chiara Lubich con la Fundación Museo histórico del Trentino.
El sábado 15 de marzo de 2025, a partir de las 18:30 horas, tendrá lugar la inauguración de la exposición con un momento artístico inspirado en la ficción “Chiara Lubich – El amor lo vence todo” (dirigida por Giacomo Campiotti). Participará el maestro Carmine Padula e interpretará en el piano las piezas que compuso para la banda sonora de la película. Seguirán lecturas teatrales de algunos textos de Chiara Lubich, así como un diálogo sobre algunas secuencias de la ficción, con Saverio d’Ercole, productor creativo de Eliseo Entertainment.
El domingo 16 de marzo de 2025, por la tarde, tendrá lugar un momento dedicado a los jóvenes a partir del texto de Chiara Lubich de octubre de 1949 “Resurrección de Roma”. A continuación, un concierto de piano ofrecido por el maestro Paolo Vergari.
Del 15 de marzo de 2025 al 31 de enero de 2026, la exposición estará abierta de martes a domingo, de 10:00 a 17:00, previa reservas hasta las 20:00 en el Focolare Meeting Point (Via del Carmine, 3 – Roma).
Habrá jóvenes guías disponibles previa solicitud para acompañar a los visitantes.
Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, en sus discursos habló varias veces de la cercanía como el camino de Dios para ser prójimo de la humanidad. Como se lee ya a partir del título de este libro, “La cercanía” es el estilo de Dios, que Jesús nos ha mostrado con su vida. Es también el camino por excelencia para comunicar a los hombres y mujeres de hoy la presencia de Dios. Para conocer mejor los contenidos del volumen hemos entrevistado a las autoras: Judith Povilus y Lida Ciccarelli.
Lida, Judith: ¿de qué habla el libro?
Lida: “Se trata de una recopilación de pensamientos de Chiara Lubich sobre el tema del amor para con los hermanos según la perspectiva de la proximidad. Es un tema muy amado por el Papa Francisco que más de una vez ha pedido que cuidemos el mundo que nos circunda, que seamos prójimos de nuestros hermanos y hermanas según el estilo de Dios: la cercanía, justamente.
Judith “Para la edición en inglés, nos pedían cómo traducir el título. Y la solución responde de algún modo a tu pregunta: Learning closeness from God: aprender de Dios la cercanía, ver y relacionarnos entre nosotros como lo hace Dios que se hizo nuestro prójimo, y así aprender a ser prójimos nosotros de la persona que nos está cerca”.
Judith Povilus, doctora en teología fundamental, es docente emérita de lógica y fundamentos de la matemática en el Instituto Universitario Sophia (Loppiano, Italia). Es autora de: La Presenza di Gesù tra i suoi nella teologia di oggi (1977); Jesús en medio en el pensamiento de Chiara Lubich (1981); Numeri e luce. Sul significato sapienziale della matematica (2013); co-editora de La unidad. Una mirada desde el Paraíso ’49 de Chiara Lubich (2021). La unidad. Una mirada desde el Paraíso ’49 de Chiara Lubich (2021). (2021).
¿Cómo se transmite la presencia de Dios hoy en día, un tiempo en el que hay mucha soledad, indiferencia, guerras y divisiones?
Lida: “Si miramos a nuestro alrededor hay razones para ser pesimistas, y sin embargo como cristianos estamos llamados a dar testimonio del amor de Dios siempre. Para mí, el camino que hay que seguir es el de Jesús: la sociedad de ese entonces no era mejor que la actual; a pesar de ello Jesús donó siempre la vida del cielo. Por lo tanto, nosotros también pongamos amor donde no hay amor, donde hay soledad hagámonos compañeros de vida, donde hay división hagámonos instrumentos de reconciliación y unidad”.
¿Quién es “el que está cerca” al que debemos dar la presencia de Dios?
Judith: “La encíclica Hermanos todos habla de la parábola del buen samaritano en donde el Escriba le pregunta a Jesús: ¿quién es mi prójimo? Jesús le da la vuelta a la pregunta y nos hace entender que todos son candidatos a ser nuestro prójimo. No hay límites, depende de mí hacerme prójimo de los demás. Hacerse prójimo es un acto ‘performativo’. Es hermosa tu pregunta: encontrar a Dios es lo que todo ser humano mayormente espera, aunque no sea consciente. Entonces, dejemos que Dios viva en nosotros, que él a través de nuestro amor impacte los corazones”.
Sucede a menudo que la diversidad que encontramos en el plano cultural, social, político, se manifiesta en fragmentaciones y polarizaciones. Y aumenta el miedo frente a los demás. Chiara Lubich con el ideal de la unidad va contracorriente frente a ese fenómeno.
Lida: “Sí, es justamente así, Chiara va contracorriente. Dentro de nosotros ha impreso una idea simple pero revolucionaria: todos somos hermanos porque hijos del Padre que está en los cielos. Una idea simple, pero que nos hace libres y que derriba el muro de las divisiones. Si la ponemos en práctica, cambia nuestra vida. El otro, no importa quién sea, joven o anciano, de mi misma idea o no, rico o pobre, extranjero o de mi mismo país, tiene que ser visto con ojos nuevos: son hijos del Padre y todos, pero realmente todos, son amados por el Padre como yo”.
Lida Ceccarelli, licenciada en filosofía y teología moral, es docente de Historia de la Iglesia y Teología Espiritual en el Instituto internacional Mystici Corporis (Loppiano-Italia). Ex-miembro de la Comisión para la Espiritualidad en la Secretaría del Sínodo, es Postuladora en el Dicasterio de las Causas de los Santos.
La proximidad es un concepto central tanto en las Iglesias cristianas como en las distintas tradiciones religiosas. Por lo tanto, ¿es el camino para la fraternidad universal?
Lida: “Es exactamente lo que hemos vivido en estos días con un grupo de jóvenes musulmanes chiitas, alumnos del Dr. Mohammad Ali Sahomali, Director del Instituto Internacional para los Estudios Islámicos de Qum en Irán. Esos estudiantes vinieron a la Universidad Sophia, en la ciudadela de Loppiano, para un breve curso de cristianismo. No hemos hablado tanto de fraternidad sino que la hemos puesto en práctica”.
Judith: “A mí me tocaba impartir algunas clases sobre la espiritualidad de la unidad. Hablando de Dios amor les conté la parábola del Hijo pródigo. Les dije: “¿Alguno de ustedes es padre y entiende la profundidad de este amor “condimentado” de misericordia? Siete de ellos eran jóvenes padres de familia. Durante una pausa, me mostraron, con alegría y emoción, las fotos de sus hijos. En ese clima, sus preguntas espontáneas acerca de la espiritualidad hicieron entrar el carisma de la unidad cada vez más en profundidad. Con la alegría se descubrían los puntos en común o se aclaraban las verdades del cristianismo que antes no se habían captado. Constaté que la cercanía, con todos sus matices humanos y con el interés por compartir la vida del prójimo, es sin duda el camino para compartir el regalo que el carisma es para todos, incluso para los no cristianos, y ser juntos constructores de un mundo más fraterno”.
¿Qué consejos se pueden dar a los lectores? ¿Cómo debemos “mirar” al otro?
Lida: “Quizá si el lector ya conoce los escritos de Chiara, le sugeriría que se acercara a ellos como si fuera la primera vez. Y luego detenerse en el momento en el que uno se siente impactado por algo, para ponerse a la escucha de la Sabiduría que está a la puerta y golpea a nuestro corazón”.
Judith: “Sí, porque de hecho los escritos de Chiara en la parte de la antología tienen un gran espesor, con variados géneros y contenidos. No puede leerse el libro todo de golpe. Personalmente cada vez, meditando un escrito u otro, descubro nuevas intuiciones o nuevos pasos que dar”.
Lida: “Entonces, para concluir, ¿qué mirada hay que tener para con el otro, para con el prójimo? La que tuvo Jesús con el joven rico: “mirándolo lo amó”. ¿Cómo habrá sido su mirada? Una mirada amante y gratuita que entra dentro de ti y te dice: tú eres importante para mí, yo te amo así como eres”.