El Movimiento Político por la Unidad (MPpU) organizó el pasado 21 de febrero, en Andoain (Guipúzcoa), en la Kulturaetxea Urigain, una Jornada sobre Economía Social.
Según Mikel Arregui, organizador del acto, se trataba de profundizar, mediante la categoría de la fraternidad, en los desafíos que tiene abiertos nuestra sociedad en el actual escenario socio-político, tratando de comprender si es posible otro tipo de economía, una economía de rostro humano, una economía que tenga al hombre en el centro de su acción y desarrollo.
Afrontando el tema de la crisis económica y aportando soluciones desde la óptica de la relacionalidad, se han presentado otros modelos económicos como alternativa al sistema liberal/capitalista imperante en nuestra cultura. Todo bajo la moderación de Carlos Etxeberri, corresponsal economico del periódico de Noticias de Gipuzkoa.
Isaías Hernando, Presidente de la Asociación por una Economía de Comunión en España (AEdC), subrayó la importancia de un cambio de paradigma económico, pasando de la lógica del tener y acumular a la lógica del dar, de una economía basada en el solo beneficio a toda costa para el capital, a una economía capaz de generar relacionalidad, comunión, donde las empresas que adhieren a este modelo ponen en común los propios beneficios.
J.M. Larramendi, Presidente de los “Amigos de Arizmendiarreta” ( fundador del movimiento cooperativo) y responsable de distintas cooperativas de la Corporación de Cooperativas de Mondragón, subrayó la necesidad de volver a redefinir determinados valores que son los que han suscitado las cooperativas y, al mismo tiempo, adaptar su desarrollo desde un modelo nacidao por la necesidad a un modelo basado en el bienestar.
Fernando Lorente, Director general del grupo I 68, planteó un modelo de empresa participada, donde directivos y empleados pasan a ser también propietarios de la empresa, con un consecuente aumento de la conciencia social, del compromiso y del esfuerzo. Estas empresas se están promoviendo y desarrollando en Guipúzcoa, favorecidas por la cultura y la mentalidad participativa.
También han reflexionado sobre la relación entre política y economía, valorando las posibilidades de la difusión de estos modelos en los programas políticos e intercambiando proyectos orientados hacia la economía social.
En todos los casos se ha subrayado la necesidad de unir lógica económica y lógica ética, poniendo el acento en la urgencia de retomar aquellos valores que permiten darle a la economía su vertiende de instrumento para la consecución del bien común, y no de fin en sí misma.
Una jornada que despierta esperanza y, a pesar de lo oscuro del panorama económico mundial, se puede decir que “algo se mueve” y que continuan aflorando inciciativas y propuestas, ya consolidadas en algunos casos, que muestran otras formas de hacer empresa como bien social, de vivir la economía, sin ingenuidades.
Algunos de los participantes en la Jornada tuvieron ocasión de visitar la empresa Orona, referente de innovación, investigación y sinergia con la universidad.