Entrar en relación más allá de las fronteras.

 
La Granja de l’Ombria acoge la Semana Mundo Unido de Valencia en un clima de esperanza.

Una semana dedicada a promover la unidad y la paz, intensificando las acciones, mostrando a las diferentes ciudades en las que se celebra que la humanidad puede ser como una gran familia.

Los Jóvenes por un Mundo Unido de Valencia nos cuentan cómo fue su cita en la Granja de l’Ombria. Allí vivieron “una experiencia auténtica de convivencia en un ambiente que es testimonio fiel de inclusión”:

“Algún día un mundo unido será posible. Y aunque sabemos que ese “algún día” no será mañana y que tal vez no esté cerca, somos capaces de seguir creyendo. Porque abrazamos la esperanza de que mañana ese “algún día” está más cerca. Porque no nos desilusionamos, la esperanza no es amiga de los desilusionados. Debemos seguir creyendo para conservar esa valiosa amistad. Un sabio dijo que el triunfo no está en no caer, sino en no permanecer caído. Seguir creyendo es justamente eso, es levantarse tras la caída. Pero no quejándose, sino levantarse con un salto, con un gran salto con el que nos elevemos en el aire para luego caer… pero esta vez, caer de pie.
Uno de los lugares que te permite seguir creyendo es la Granja de l’Ombria, localizada en el término municipal de Vallada, en la provincia de Valencia. Se trata de un recinto de más de 10 hectáreas que se alza sobre los montes que protegen el valle de Montesa. Un lugar que es sede de la esperanza y la solidaridad. Una fábrica de sueños construida en medio de la naturaleza que sirve de encuentro e intercambio intercultural e interreligioso. Como su nombre indica, se trata de una granja, donde se crían gallinas, ocas u ovejas entre otros animales. Pero todo cobra una nueva dimensión cuando se descubre que los granjeros son ciudadanos que han llegado a España de forma no aceptada por la legislación vigente y se encuentran pendientes de una regularización.
De este modo, la Granja de l’Ombria tiene un valor que va más allá del terreno y las estructuras: reside en ella un proyecto de acogida y ocupación de estas personas. Al igual que en la icónica película Captain Fantastic, la Granja persigue que dichos inmigrantes puedan vivir temporalmente con la mayor autosuficiencia posible, aprendiendo a pensar críticamente y a valorar el tesoro que se esconde en la naturaleza. Cultivan hortalizas, cocinan y edifican pequeñas estructuras que embellecen el paisaje, intentando siempre provocar el mínimo impacto ambiental.
Dicho de otra forma, la Granja de l’Ombria va más allá de las fronteras. Y precisamente éste es lema que los Jóvenes por un Mundo Unido intentan vivir con mayor profundidad este año. De hecho, Beyond all the borders, traducido como “más allá de todas las fronteras” en español, es el título del cada vez más próximo Genfest en Manila. Un mensaje que refleja ese espíritu de superación y trabajo con el que los jóvenes se comprometen a ver con una mirada fraterna a cada prójimo. A no cerrar los ojos.
Ante tal compromiso, el pasado 6 de mayo tuvo lugar en Vallada el evento central de la Semana Mundo Unido de Valencia. Como cada año desde 1996, los Jóvenes por un Mundo Unido de todos los países dedican dicha semana a promover la unidad y la paz intensificando sus acciones, mostrando a las diferentes ciudades en las que se celebra que la humanidad puede ser como una gran familia.
En esta ocasión, la Semana Mundo Unido se llevó a cabo concretamente en la Granja de l’Ombria debido a la oportunidad de vivir una experiencia auténtica de convivencia en un ambiente que es testimonio fiel de inclusión y unidad. Los residentes de la Granja dieron una calurosa bienvenida a las varias decenas de personas que acudieron a la cita, entre las que se encontraban los miembros de las dos viviendas de acogida de inmigrantes gestionadas por el ISO. Tal fue así, que se dispusieron a cocinar 4 paellas de verduras para todos los invitados. Durante la mañana y hasta la comida, mientras se exploraban y conocían las instalaciones del lugar, la jornada resultó ser un intercambio de saludos y presentaciones que ponían de manifiesto la multiculturalidad del evento, habiendo personas procedentes de países tan diversos como Malí, Costa de Marfil, Guinea-Conakry, Ghana, Uganda, Honduras, Bolivia, Brasil, Ecuador, Italia… y también de Pakistán.
De Pakistán en particular acudió Ehsan Ullach Khan, un activista que lucha contra la esclavitud infantil y que se ofreció a dar una charla para concienciar sobre la gravedad del problema que todavía persiste en muchas naciones del mundo. Posteriormente se abrió un espacio de diálogo en el cual los participantes pudieron compartir sus ideas en un debate atractivo sobre cómo actuar ante la situación del trabajo forzado de niños que es consentido por muchas multinacionales, en especial del sector textil. De este modo, por la tarde la jornada resultó ser un intercambio de pensamientos y comunión de experiencias.
En definitiva, el evento consiguió unir a personas con diferentes realidades sociales que pudieron compartir un día de entrega al otro, yendo más allá de las fronteras. Cultivando una mirada inclusiva y una escucha empática, herramientas indispensables para la consecución de un mundo mejor. Un mundo en el que no nos juzgarán por nuestra piel. Ni tampoco por nuestras tradiciones o por nuestras creencias religiosas. Un mundo unido.”

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