M. Carmen y Martín, del Movimiento de los Focolares, cuentan la experiencia que están viviendo en un grupo sinodal de su Diócesis, Zaragoza.
«En la Delegación Episcopal de Apostolado Seglar nos propusieron si queríamos participar en un grupo formado por la Delegación con personas de otros movimientos, los cuales, por diversos motivos, no tenían grupo propio en sus movimientos ni participaban en su parroquia.
Los movimientos representados en este grupo son: Equipos de Nuestra Señora, Cursillos de Cristiandad, Asociación Católica de Propagandistas, CECO (Ciegos Españoles Católicos), Movimiento Familiar Cristiano, una laica que no pertenece a ningún movimiento y Movimiento de los Focolares. Todas las reuniones a causa de la covid, las hacemos por zoom.
Cuando empezó el grupo, no nos conocíamos entre nosotros; la primera reunión fue para tomar contacto y ponernos de acuerdo en la forma de trabajar.
En las sucesivas reuniones hemos ido creando una relación de respeto y escucha mutua, tratando de estar abiertos a la inspiración del Espíritu y de ahí a aportar las ideas para el bien de la Iglesia. Tanto es así, que la intención de todos es la de continuar la relación, más allá del grupo y del momento de experiencia sinodal para el que ha sido creado.
Algunas frases de los componentes del grupo:
“Me siento más Iglesia”.
“Compruebo que no estoy tan sólo; el grupo me aporta más religiosidad”.
“El Espíritu está vivo, compartiendo todo en un ambiente enriquecedor”.
“Se genera un interés por querer cambiar para mejorar la Iglesia”.
“Nos sentimos muy satisfechos de nuestro grupo sinodal”.
“En la Diócesis este proceso supone ir juntos en un ámbito mayor, incluyendo las periferias”.
“Nuestra experiencia en el grupo; darnos cuenta que somos Iglesia y que tenemos mucho en común con sus componentes”.
“Este Sínodo es una inspiración del Espíritu que, aparte de los cambios para llegar a la sociedad, va a aumentar la unidad entre todos”.
“Que todos los componentes de la Iglesia: jerarquía, religiosos, sacerdotes, laicos… trabajando juntos y escuchando la voz del Espíritu iremos adelante hacia la sociedad, cada uno en donde nos toca estar”.
“Una gran alegría experimentar la reciprocidad”.
“Somos conscientes de que el caminar juntos supone una renovación constante a través de los tiempos”. »
