¿Y quién no se casa?
“Muchas personas que viven sin casarse no sólo se dedican a su familia de origen, sino que a menudo prestan grandes servicios en su círculo de amigos, en la comunidad eclesial y en la vida profesional… Muchos, entonces, ponen su talento al servicio de la comunidad cristiana en el signo de la caridad y el voluntariado. Luego están los que no se casan para consagrar la vida por el bien de Cristo y sus hermanos y hermanas. De su dedicación, la familia, en la Iglesia y en la sociedad, se enriqueceenormemente” (AL 158-164).