Diario desde Siria / 41

 
Desde Siria algunos amigos del Movimiento de los Focolares nos siguen contando la terrible situación que están viviendo.

Es la voz de testigos directos. Lo que Roberto Catalano -enviado en Amman durante el viaje que ha llevado a  la Presidenta de los Focolares a estas tierras- ha recogido entre los muchos sirios presentes en la capital jordana para su encuentro con Maria Voce. Publicamos sus palabras sin citar nombres para garantizar la seguridad de los entrevistados.

¿Cómo perciben y viven los cristianos sirios los trágicos acontecimientos que están devastando el país? Por lo que contáis parece que el enfoque occidental desde el que se lee el conflicto es parcial e impreciso. ¿Dónde está el problema?

«Respecto a Siria no se puede ignorar el impacto devastador que han tenido los poderosos medios de comunicación occidentales y árabes para preparar el terreno a una guerra civil y sostener su desarrollo. Ahora están trabajando para empujar a una intervención externa a toda costa. Hemos visto con nuestros ojos -en estos ya casi tres años de conflicto- cómo los medios de comunicación, potencialmente útiles para el bien de la humanidad, pueden trasformarse en la guillotina del verdugo para amplios grupos sociales, religiosos e incluso para un pueblo entero. Si se quiere entender lo que está sucediendo en Siria es necesario empezar por un cambio en el uso de los medios de comunicación y en la lectura de lo que transmiten. Esto ayudaría a la paz. Obviamente aquí entramos en el campo de gigantescos intereses económicos y políticos, y sobre éstos, el debate no puede ser unilateral».

Y en este contexto ¿tiene sentido hablar de diálogo entre las religiones?

«En Siria, siempre ha existido el diálogo a nivel oficial, promovido por los muftis, por otras personalidades musulmanas y por las Iglesias que siempre se han visto respetadas en este trabajo. En este sentido no ha cambiado nada. Pero Siria, en estos tres años, ha pagado el precio del integrismo que se ha manifestado con el asesinato de exponentes del islamismo sunita moderado. Personas de gran valor, como el chekr El Boudi, presidente del Consejo Internacional de Profesores de Ley Islámica. Algunas amigas me han contado que desde niñas escuchaban con gusto su predicación de los viernes, porque estaba impregnada de sentimientos e ideas de amor, compasión, respeto recíproco. Todo esto duró hasta el momento de su bárbaro asesinato en Damasco hace algunos meses».

¿Y los cristianos?

«En cuanto a pueblo, con el comienzo de la violencia, empezó a calar entre los cristianos el miedo, fruto por una parte de lo que podemos llamar “memoria histórica” de esta facción religiosa del pais (por ejemplo, la guerra en Líbano). Por otra, no se puede olvidar el asalto en varias ciudades sirias de grupos terroristas armados declaradamente hostiles a los cristianos, a quienes se puede matar sólo por llevar este nombre. No quiero decir que antes todo fuera rosa, pero es verdad que, aunque las fuerzas del poder estaban en manos de los musulmanes (alauitas o sunitas) a los cristianos se les respetaba y podrían acceder a puestos de alguna responsabilidad en la administración pública y en el mundo académico. En cualquier caso, aunque lo que sucede en Siria no es un ataque directo a los cristianos, en la realidad les pone delante del drama de la emigración, como único camino para huir de la violencia y para asegurar un futuro a sus hijos. El diálogo interreligioso no es sólo una cuestión siria».

¿Cómo se vive cotidianamente bajo las bombas y los atentados?

«En Alepo han subido de nuevo los precios. En la parte controlada por el ejército sirio no hay pan porque los silos de harina están bajo el control de los rebeldes. La carretera que une Alepo-Homs-Damasco es muy peligrosa. Sobre todo en la primera parte se arriesga literalmente la vida. Pero viajar por todo el país, con la excepción de la costa, se ha convertido en una lotería. Para distancias que antes recorríamos en 3 horas, ahora necesitamos 36. Hace diez días, terroristas de Jabat el Nouszra bajaron del Krak des Chevaliers hacia la zona cristiana de Wadi Nazara, eliminaron a los soldados de los dos puestos de control, entraron en el primer pueblo cristiano, donde estaban celebrando  una fiesta y degollaron a los que pasaban por allí, sobre todo a los jóvenes que estaban en la calle principal, al menos 18. Esto sembró el terror en las familias, muchas de las cuales ya se han ido a otros lugares de Siria».

¿Existe a algún nivel la esperanza de una solución pacífica o política al conflicto?

«No me parece que en estas semanas se hayan dado señales positivas. Al contrario, los combates se han intensificado en varias partes del pais y por consiguiente el miedo de los civiles ha aumentado. La impresión que tuve en Damasco la semana pasada fue de escuchar las palabras del Salmo: “Como un cordero llevado al matadero”. Como nunca antes he comprendido la realidad del Cordero inocente que no puede hacer nada delante de una muerte que no le incumbe e injusta. Esta es la realidad de las personas, sobre todo después de la amenaza de ataque por parte de Estados Unidos: angustia y desolación. Nos mirábamos a los ojos sin querer creerlo, como diciendo “¿de verdad atacarán?” Los muertos y saqueos en la periferia han aumentado y el ataque del ejército es igualmente violento».

Por Roberto Catalano
Fuente: Città Nuova

Diario 37

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