Una de las tareas que surgieron este año fue la solicitud de la Iglesia de ayudar durante el Pre Sínodo de los jóvenes preparando las meditaciones y la liturgia para cada día del encuentro. Es así como algunos de los jóvenes que estamos en el centro y otros que este año están en la Mariápolis de Loppiano conformamos un coro para animar las misas y algunas de las meditaciones. Estuvimos preparándonos desde enero para poder dar nuestra contribución de la mejor manera posible (estar “oportunamente preparados”), conscientes de la magnitud del evento que tendríamos la posibilidad de vivir.
Así fue como la semana del 19 al 25 de Marzo se llevó a cabo el encuentro Pre Sinodal, con más de 300 jóvenes provenientes de todas partes del mundo. El primer día fue de mucha expectativa ya que presentábamos la primera meditación: “¿A quién buscas? El descubrimiento de Dios Amor” y entre los presentes también se encontraba el Papa Francisco. A cierto punto invitamos al público (incluido el Papa) a buscar debajo sus asientos una pequeña tarjeta con el mensaje “Dios te ama inmensamente” y vimos cómo el mensaje los acompañó durante toda la semana junto al distintivo con sus nombres.
Para la preparación del documento Sinodal, con el que trabajarán los obispos durante el Sínodo de octubre, cada grupo y Movimiento contaba con sólo un representante.

Al Movimiento de Focolares lo representó Noemí Sánchez, una gen de Paraguay, quien realizó la tarea de una manera impecable. Había algunos jóvenes del Movimiento que vinieron en representación de las pastorales juveniles de algunos países, como por ejemplo de Argentina, vino Santiago Tognetti. Esto quiere decir que nosotros, como grupo del coro, no podíamos participar de manera directa en la elaboración del documento. Sin embargo esto no nos desanimó, pues sabíamos que nos habían convocado para una tarea diversa y en ella dimos nuestro 100%. Todos los días nos llegaban buenos comentarios y elogios por parte de los participantes, así como de los sacerdotes y obispos (y cardenales) presentes. Uno de los jóvenes se unió a nuestro coro con su violín y nos acompañó durante toda la semana. También en esos días una Hermana nos pidió ayuda para formar el coro del vía crucis celebrado el viernes 23 en el Coliseo. Esto implicó aprender a último momento 15 versos en latín para cantar acompañando cada estación del Via Crucis, un desafío que pudimos superar gracias a la unidad del coro y de la Hermana Noemí que en esa ocasión nos dirigía.

El clima durante la semana era de mucho entusiasmo y alegría, todos se mostraban muy abiertos a conocer la experiencia del otro, su cultura y realidad. Con muchos participantes pudimos intercambiar opiniones, alentarlos, muchas veces nos preguntaban cómo hicimos para formar un coro tan variado en proveniencias, ya que somos de todo el mundo, y cómo es que nos llevábamos tan bien; esto nos daba pie para hablar un poco de Movimiento y del carisma de la Unidad, con el que quedaban maravillados. Así es que, aún si no pudimos estar presentes en la elaboración del documento, estamos seguros que cada intercambio y sobre todo la unidad concreta vivida ayudaron en su realización. Tal es así que el sábado, luego de nuestra última meditación de la mañana, nos agradecieron con un gran aplauso y nos invitaron oficialmente a permanecer en la sala si así lo deseábamos, para la evaluación de la versión final del documento sinodal.
La frutilla del postre fue que durante la misa de ramos en la Plaza de San Pedro, fue Noemí una de los 12 jóvenes (representantes de los 5 continentes) que le entregaron al Papa la versión definitiva del documento, fruto de esta semana de trabajo. Estamos convencidos que durante esta experiencia vivimos en primera persona un momento histórico de la Iglesia Católica y estamos muy contentos de la Unidad y el apoyo que nuestra Familia-Movimiento demostró para llevarlo adelante.