La utopía sigue viva

 
El 18 de noviembre tuvo lugar el último acto de las celebraciones por los 50 años de la Mariápolis de O'Higgins. Para muchos de los que volvieron después de muchos años de hacer "la experiencia", significó experimentar que, en los rostros de hoy, la utopía sigue viva.

Después de varios días de lluvia, el sol se reservó especialmente para este domingo 18 de noviembre, a tono con la alegría, los abrazos, la emoción que se palpaba entre los 400 participantes llegados a la Mariápolis Lía para festejar su 50º aniversario y agradecer por la experiencia que un día los hizo dejar todo y venir a construirla como boceto de una sociedad renovada por los valores del Evangelio. Con el sentimiento de “volver a casa” llegaban de España, Italia, Alemania, Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú, Chile, Paraguay, Argentina.

Por la mañana, desde el escenario del gran auditorio, ambientado para la ocasión como un antiguo bar, protagonistas de las distintas etapas fueron relatando, en respuesta a las preguntas de los presentadores, los hechos más significativos del recorrido histórico con sus propios testimonios: desde el primer intento de iniciar la ciudadela, en Betania, Uruguay, en condiciones tan precarias como heroicas, hasta la donación del convento y las tierras en O’Higgins, Argentina, donde, con la misma fe y entrega, el proyecto pudo echar raíces y desarrollarse, para llegar a la mirada que hoy tiende hacia el futuro la Mariápolis Lía. A medida que avanzaba el relato cada uno de los que colmaban la sala podía ir reconociendo su propia experiencia en las aventuras, los éxitos y fracasos, las incertidumbres, los aciertos, la providencia, las conquistas que afloraban en los testimonios de cada década. En todos, la certeza de estar compartiendo una misma historia.

Por la tarde, otro momento cargado de emociones, cuando los que hasta entonces estaban entre el público fueron pasando al escenario a rememorar en sus propias canciones, anécdotas y vivencias el paso por la Mariápolis como una de las etapas “más hermosas y determinantes” de su vidas. Subrayando la fidelidad a un sueño, hoy hecho realidad, ver en el escenario a todas las “pioneras” que llegaron a construir la Mariápolis permanente en el ’73, superó las expectativas. Más adelante las lágrimas ya no se pudieron contener y un silencio profundo invadió la sala cuando sobre la pantalla fueron apareciendo los rostros de quienes nos acompañan desde el Paraíso. El tiempo y el espacio desaparecieron, el cielo y la tierra se unieron y todas las generaciones disfrutaron de la emoción de saberse partícipes de la construcción del mundo unido. Cuánta vida compartida, cuánta vida reencontrada, cuánta vida renovada. Difícil concluir, recuerdos y más recuerdos que se actualizaban, en todos los tonos, pero caía la tarde, muchos tenían que viajar y subieron los jóvenes que construyen la Mariápolis en este 2018, para despedirnos con la canción lema de su Fiesta de los Jóvenes, titulada – ¡que coincidencia! – , “Sé protagonista hasta el minuto final”.

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