Comunidad indígena modelo de unidad y autogestión

 
Una comunidad Ava Guaraní en las cercanías de Asunción, Paraguay, acompañada, entre otros, por miembros de los Focolares, fue galardonada por los valores que transmiten.

La comunidad ava guaraní Yary Miri, de la ciudad de Itá (departamento Central), Paraguay, fue galardonada el 17 de octubre con el premio Miguel Chase-Sardi, otorgado por la Asociación Indigenista del Paraguay y el Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica de Asunción (Ceaduc). El reconocimiento fue merecido por “la unidad de la comunidad, la laboriosidad, la autogestión eficaz y el liderazgo vivido como servicio”, como se lee en la motivación del mismo, que explica que “estos valores han conducido al logro de sus objetivos a pesar de vivir en un asentamiento nuevo, urbano, y en una localidad antes desconocida para ellos”.

La comunidad, hoy compuesta por 121 personas, se había instalado hace 20 años en el barrio asunceno de Cateura, en la esperanza de alcanzar mejores condiciones de vida, después de haberse visto obligados a abandonar sus tierras ancestrales por la expansión del agro negocio y la consecuente deforestación. La inundación de 2014 los forzó a abandonar Cateura y posteriormente, gracias a la colaboración de voluntarios del Movimiento de los Focolares, del Movimiento apostólico de Schoenstatt, de menonitas y de la Pastoral Indígena, pudieron instalarse en la actual ubicación. Hoy cuentan con luz, agua, una escuela habilitada por el Ministerio de Educación y Ciencia con maestros de la comunidad en un local que funciona también como puesto de salud y centro comunitario, con cancha deportiva, parque infantil y gallineros comunitarios y familiares para el autoabastecimiento y la venta a los que se agregará una huerta esperimental, además de la ya existente. Más de 20 personas están estudiando oficios o una carrera universitaria. (vulcanpost.com)

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