En Cunaco, un canto a María

 
Para celebrar los 25 años del Centro Mariápolis de Cunaco, Chile, se realizó una Cantata Mariana en este mes dedicado a María.

El sábado 1 de diciembre, el Centro Mariápolis “Amore” de Chile (en el Huape-Cunaco) se transformó en la sede de la 1° Cantata Mariana.

Incomparables notas de un único canto para dar gracias a María por las grandes cosas que Dios ha hecho aquí, desde su casa, el Centro Mariápolis, en estos 25 años de vida, difundiendo el amor de Dios, con el carisma de la Unidad.

“En este año de celebración de los 25 años hemos gozado ver esta ‘casa de María’ con un rostro nuevo, ‘casa de todos’, no solo abierto a la comunidad de los Focolares sino de modo especial como servicio a la Iglesia”, dice Paty, responsable del Centro.

“En todos estos años -toma la palabra Beatriz-, hemos ido construyendo relaciones auténticas con varios grupos, movimientos y parroquias. Y así nació la idea de la Cantata, en un momento de comunión con amigos de Schoenstatt, como regalo para el mes de María”.

“Nos ha dado mucha alegría que 10 grupos y cantantes respondieron con gran generosidad a la invitación, algunos viniendo desde lejos -completa Paty-“. Eran cantantes católicos conocidos, con varios discos publicados, como María José Bravo, Marcela Gael, Rodrigo Soto, joven cantautor y predicador de la Renovación Carismática, Paula Reyes y Alejandra, su hija de 17 años, los grupos Canta Iglesia y Effata, también solistas como Hans Contreras (cantante de rock del Huape) que manifestó con alegría su asombro por el nivel artístico de los grupos. Y finalmente el grupo Gencorsa, de los Focolares, que concluyó con una representación artística sobre Maria en su Desolación, realizado por Tatiana Guerrero, bailarina chilena, que hasta poco tiempo atrás participaba del GenVerde. Un toque especial fue el Ballet Folclórico de Nancagua ‘Bafonan’, con bailes típicos dedicados a la Virgen de la Tirana, con las diabladas y caporales tradicionales nortinos.

Muy animada la presencia de jóvenes, entre ellos del Movimiento EJE, que recibían a los participantes como mimos como también los adultos y jóvenes de los Focolares.

Presentes más de 120 personas, en un atardecer y anochecer que no tenía límite frente a la alegría vivida y el sueño de seguir construyendo juntos un nuevo camino, una nueva humanidad animada por el Amor.

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