Un focolar temporario en Formosa, “hermosa”

 
Del 20 hasta 23 de junio se realizó en la ciudad capital de Formosa (Argentina) un focolar temporario. Se caracterizó por ser intergeneracional, inter ocacional e internacional.

El focolar es una convivencia de laicos que, a través del mandamiento nuevo del amor recíproco, quieren mantener la presencia de Jesús en medio de ellos. Un focolar temporario es precisamente recrear por unos días ese mismo clima en una ciudad donde no está radicado un focolar. En esta oportunidad se realizó en Formosa. Estuvieron presentes personas pertenecientes al Movimiento de los Focolares: jóvenes, focolarinas y focolarinos procedentes de Paraguay y de varias provincias del NEA, además dos familias: una de Posadas y otra de Villa Ángela (Chaco) con su hijo.

La construcción del focolar temporario comenzó desde la invitación a formar parte de esta experiencia, donde hubo mucha comunión entre todos los miembros de la comunidad de Formosa. Un ida y vuelta donde se sentía el compromiso de hacer una experiencia verdadera de focolar, basada en el amor reciproco.

Días donde las actividades fueron de lo más ricas y variadas: desde la realización de una jornada con distintos movimientos, la presentación de la Cultura del Dar a los consejos económicos de varias parroquias, hasta la visita a la Fazenda de la Esperanza masculina, que con gran amor abrieron su casa y compartieron de manera fraterna sus experiencias de vida, dejando en el alma de cada uno un sello de gratitud y de amor concreto.

Todas fueron ocasiones para construir relaciones fraternas y donar el Carisma de la Unidad. Muchos quedaron impresionados con deseos de saber más sobre la vida del Movimiento.

Hubo espacio para los jóvenes que tuvieron su momento de donar a otros el secreto de su elección: la regla de oro intercambiando experiencias, igualmente los chicos por un mundo unido profundizaron el dado de la Paz. En la noche de fiesta, ellos con su vitalidad, alegría y bullicio le pusieron “onda”, haciéndonos cantar, saltar y bailar, junto con todos los participantes.

Un lindo momento, fue cuando a la salida de la misa precedida por Mons. Conejero él se dirigió a varios de los componentes del focolar, con un cordial saludo agradeciendo que se haya hecho esta experiencia de focolar temporario, pero que auguraba que un día Formosa pudiera gozar de la presencia de un focolar permanente tanto masculino como femenino.

El ultimo día al concluir esta experiencia, se tenía la impresión de que el focolar quedaba arraigado en esa tierra formoseña, que la comunidad toda, se sentía renovada por haber participado desde dentro en las pequeñas cosas de la vida cotidiana, como el compartir el desayuno, el hacer el almuerzo juntos, el ir a visitar a alguien o el de haber hecho un encuentro. Todo tenía sentido si se vivía el arte de amar asegurando la presencia de Jesús en Medio, y es Él justamente que quedó grabado en el corazón de cada uno con el deseo de seguir construyéndolo siempre más.

Uno de los miembros del focolar, Licho de Paraguay, expresa el clima vivido en estos días: “Fueron jornadas en donde uno encuentra alegría desde que amanece hasta la hora de descansar. Era palpable la fraternidad construida, desde los momentos de ir en profundidad y compartir lo que cada uno estaba viviendo hasta las tareas diarias como en una casa familiar: preparar desayunos poner la mesa, levantarla luego, dejar todo listo en orden”.

Laura de Villa Angela: “La vivencia de un Focolar Temporario me mostró que es posible vivir este llamado “que todos sean uno”. La unidad es posible”.

Rita de Formosa: “No pude estar todo el tiempo, tenía ya varios turnos dados, pero pensar que después del trabajo podía pasar por el focolar, a compartir y construir Jesús en medio, me daba una gran alegría. Qué hermosa experiencia”.

Colaboración de Joice Cardoso (Resistencia)

Fotogalería

Normas(500)