En Traslasierra un focolar temporáneo

 
El Valle de Traslasierra es una región geográfica natural de la provincia de Córdoba, Argentina, ubicada al oeste de las Sierras Grandes. Allí, durante una semana se estableció un focolar temporario.

Desde el 13 hasta el 20 de julio hemos realizado en Traslasierra la experiencia del focolar “temporáneo”. Participamos algunos focolarinos, focolarinas y miembros de la comunidad de los Focolares de Córdoba. La experiencia en general fue la de vivir una semana en familia con los miembros de las comunidades de Villa Dolores, Mina Clavero, Villa de las Rosas, Tilisarao.

Las actividades fueron múltiples: desde noches de juegos de mesa hasta reuniones con grupos que profundizan cada mes la Palabra de Vida, desde visitas personales a entrevistas en radio y televisión, desde asistir a la procesión de la Virgen del Carmen, patrona de la Diócesis de Cruz del Eje, en Villa de la Rosas, a tomarnos un helado con unas 25 personas en una heladería céntrica de V. Dolores (los demás clientes impresionados viendo este grupo de gente de todas las edades que charlaban y se reían).

Muy activa la participación de los jóvenes, adolescentes y niños, se realizaron varias actividades con ellos, entre ellas la visita con los más pequeños a un asilo de ancianos, como así también la actividad del Dado de la Paz en una zona carenciada involucrando a adultos, adolescentes y niños.

En la mañana del sábado 20, encuentro conclusivo con impresiones y un video preparado para nosotros sobre lo que se vivió en la semana.

– Sentir a Jesús entre nosotros que transitaba por las calles que yo transito … es El que va
renovando todo… porque han sido muchos momentos con encuentros muy variados, se sentía el amor reciproco.
– Los encuentros han sido luminosos. En el fondo lo que hemos hecho ha sido vivir en familia.
– Ha sido la presencia de María en este rincón del valle, han caído muchas semillas que seguramente florecerán y darán su fruto.
-Chiara (Lubich) nos pedía ser siempre familia, no tanto una institución o quién sabe qué cosa, pienso que lo hemos vivido en estos días.
– Fue vivir el focolar, esa familia. Yo le diría a las demás comunidades: “ traten de vivirlo, de pedirlo”.
-Es como una planta que crece, que el tutor al comienzo la tiene derecha, pero después crece sola, y eso lo veía con los chicos, con los adolescentes y también con los más grandes. Me llenó el corazón de esperanza, veo que aquí hay futuro y eso es lindo. En un mundo como el de hoy ver que todo puede cambiar porque están estas personas, estos corazones, es hermoso.
-Que lindo que podamos ser casa los unos de los otros.

(Con la colaboración de Lito Amuchástegui, Córdoba)

 

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