Milonga, la propuesta de voluntariado internacional que están bailando los jóvenes

 
Un proyecto que, en tres años, ya lleva más de 100 experiencias de voluntariado de jóvenes en organizaciones sociales en distintos países del mundo.

En medio de los múltiples contrastes que caracterizan al mundo de hoy, nace MilONGa, un programa de voluntariado internacional, con una apuesta clara hacia la fraternidad e interculturalidad, el cual, después de 3 años de gestión, ha acompañado más 100 experiencias de voluntariado en diversas organizaciones sociales presentes en 4 de los 5 continentes.

En el 2016 empezó una prueba piloto que buscaba responder a los desafíos, necesidades e intereses de acción concreta de muchos jóvenes quienes querían donar su tiempo, habilidades y saberes en acciones sociales. Y, a partir de allí inició un baile que continua expandiéndose en muchas direcciones.

El movimiento suscitado por milONGa ha posibilitado que muchos jóvenes se sumerjan en una nueva cultura desde una experiencia de acción concreta para y con las comunidades que los acogen. Más de 15 organizaciones sociales hacen parte de este programa y alrededor de ellas, muchas personas, familias y grupos de amigos, quienes colaboran de diversas formas en la inserción de los voluntarios tanto en el trabajo mismo de voluntariado como en la cultura del lugar.

milONGa propone una experiencia bidireccional, es decir que propicia un intercambio social que va más allá de las lógicas de movilidad y cooperación internacional actuales. El intercambio en milONGa se da en todos los sentidos: norte-sur, sur-norte, sur-sur, norte-norte. Así, por ejemplo voluntarios latinoamericanos han hecho su experiencia en Italia, África e incluso en países de su misma región.

Esta multiplicidad de direcciones es uno de los rasgos característicos de milONGa la cual posibilita una aproximación diferente a los lugares, comunidades y culturas a donde los jóvenes llegan, que después se traduce en una visión, también diferente, de su propia cultura y de las realidades que le son cercanas.

“Descubrí que la mayor parte de la población uruguaya tiene origen italiano: durante las crisis y migraciones, muchos italianos se establecieron en América Latina y sobretodo en Uruguay. Fue una oportunidad de reflexionar mucho y pensar que también mi país ha vivido años muy difíciles de migraciones y que por mucho tiempo los italianos fueron los extranjeros.” Elisa. De Italia a Uruguay

La formación de ciudadanos globales es una de las apuestas centrales de milONGa la cual busca generar una aproximación más humana a las realidades culturales, sociales, políticas y económicas actuales, una de las cuáles es la migración; tema coyuntural del panorama mundial.

Pensar en milONGa como un programa de movimiento migratorio solidario en diversas direcciones ayuda a comprender la complejidad de su apuesta a la fraternidad e interculturalidad. El reto de pensarse ciudadanos del mundo implica comprenderse parte de procesos migratorios solidarios, es decir, sentirse y ser extranjero en un país diferente, teniendo como propósito una acción solidaria voluntaria específica que busca contribuir a la transformación de realidades de desigualdad, violencia, pobreza, etc, de una comunidad específica pero que son comunes en muchas partes del mundo.

“El sentirnos vistas como extranjeras, siendo fácilmente reconocibles por la diferencia de los rasgos físicos, hizo que también nosotras pudiéramos entender con mayor profundidad a las personas inmigrantes que se encuentran en un país en el cual la acogida no es inmediata. Esto quizás no lo hubiéramos podido entender así si no hubiésemos vivido una experiencia de este tipo, la cual nos permitió ponernos en los zapatos del extranjero…”. Chiara y Cecilia. De Italia a Bolivia.

Para lograr esta comprensión, el programa brinda una formación constante que permite a los jóvenes pensar y actuar a nivel global y local. Cada experiencia de voluntariado prevé espacios de formación antes y durante la experiencia, y un seguimiento personal en cada una de las fases del voluntariado, con el propósito de que los jóvenes puedan hacer una experiencia de calidad y para que una vez concluida, tengan las herramientas que le permitan continuar su acción ciudadana a nivel local y/o global.

“El voluntario es, sobre todo, alguien que se lanza a aceptar la realidad del lugar donde va a trabajar, no a situarse como el «Salvador de la Patria»; va en la perspectiva de encontrar cómo puede ser útil para esa comunidad y crear, a partir de ello, relaciones concretas que se expresan más tarde en el servicio que cada uno será capaz de hacer para ayudar en la atención de las necesidades”. Alessandro. De Brasil a Kenya

En el baile de milONGa, los protagonistas no son sólo los jóvenes voluntarios que migran por un tiempo de su país para trabajar en una comunidad, sino que también tienen un papel importante las organizaciones sociales y las comunidades locales que están alrededor de cada acción social. Las ONG que hacen parte del programa tienen en común el deseo de contribuir a la construcción de un mundo más humano y fraterno a partir de la transformación de realidades de desigualdad frecuentes en comunidades vulnerables. Ellas son las encargadas de ofrecer el espacio propicio para que el voluntario pueda realizar una experiencia de calidad. Alrededor de cada organización, están las comunidades locales –personas, familias, etc.- quienes acogen y acompañan a los voluntarios durante su estadía en el país y lo ayudan en el proceso de inmersión cultural. Su papel ha sido fundamental en cada una de las experiencias porque las relaciones generadas a partir de la cotidianidad compartida contribuyen a la experiencia intercultural de los voluntarios:

“Quiero agradecer en nombre de toda la familia por la experiencia vivida de compartir nuestra casa. Fue una hija más; la cuidamos muchísimo y estuvimos siempre muy atentos en cada detalle para que se sintiera en su casa.
Día a día nos fuimos acostumbrando a su presencia y nos unió muchísimo. Compartir cada cena, contarnos cómo fue la jornada de cada uno, renunciar a nosotros para donar cada momento a ella, pasear, conocer lugares y “gente tan linda”. Familia que acogió a voluntaria. Uruguay

Esta milonga, como ven, se baila en conjunto; todos son protagonistas de esta propuesta internacional que sigue atrayendo a muchos jóvenes voluntarios, organizaciones sociales y comunidades locales. Súmate.

(Colaboración de Janeth Cárdenas Belmonte – Bahía Blanca)

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