La salud también puede ser fraterna

 
En Asunción un Simposio inernacional que reunió a profesionales de la salud que reflexionaron en torno a lo relacional en el trabajo profesional.

“Una de las riquezas que yo llevo de este simposio es que siento que mi vida está atravesada hoy por la fraternidad, que adquiere otro sentido porque para mí la fraternidad era «somos todos hermanos (en la comunidad cristiana)» sino un sentido universal… y es muy fuerte (…) fue un cambio de mentalidad (…) yo siento que la fraternidad me atravesó la vida completamente (…) ¿qué se me viene en el corazón? ¡Que quiero ser parte de la red Healt Dialogue Culture (HDC) con todo mi corazón!”. Así se expresaba Mariana, fisioterapeuta de Córdoba, Argentina al finalizar el Simposio realizado en Asunción. Cuando emprendió el viaje de 1000 km. junto a su familia no tenía muy claro con qué se encontraría.

El jueves 18 de julio comenzó el Simposio en el Centro Mariápolis, “María, madre de la humanidad”, en las afueras de Asunción (Paraguay), que constituyó un excelente marco por su belleza y hospitalidad. “Iniciamos unos 30 participantes -explica Umberto, uno de los organizadores-, la mitad alumnos y la mitad docentes… aunque estos roles se intercambiaban frecuentemente, pues de alguna manera todos aprendemos de todos. Una nota importante del simposio fue la interdisciplinariedad de los docentes e estudiantes: Obstetricia, Enfermería, Biomedicina, Psicología, Psicopedagogía, Medicina, Fisioterapia y una voluntaria con 15 años de experiencia en un hospice”.

El simposio que tenía como título: “Fraternidad en salud” se proponía recorrer durante los 4 días de duración una interesante variedad de temáticas. Miriam, médica paraguaya y profesora en la Universidad Nacional de Asunción, inició el programa con un taller sobre la fraternidad en el ámbito de la salud. A continuación Fabricio, biomédico y profesor en la Universidad AC Unitas de Caruarú, Brasil, hizo una magnífica exposición, rigurosa, en la que mostró como la fraternidad tiene bases “científicas, biológicas”, lo cual provocó impacto y entusiasmo en todos los presentes.

Un tema central fue la dignidad de la persona humana desde la concepción y la cultura de la vida. Para eso Leonor, médica y profesora de la Universidad Católica de Asunción, desarrolló un taller muy bien logrado, en el cual los participantes comprendieron la enorme dignidad de la persona humana desde la concepción y, en consecuencia, la necesaria protección de la vida de las personas humanas desde el primer momento. A continuación Umberto, médico y profesor en la Universidad del Centro Médico Bautista de Asunción, condujo otro taller, esta vez con el objetivo de comprender cómo la cultura de la vida implica el cuidado de las personas humanas, y de la naturaleza, de todas las edades y condiciones. Trabajando en cuatro grupos se pudo tomar conciencia y vislumbrar posibles soluciones a cuatro grandes desafíos de la humanidad: la ecología integral, el drama de los migrantes y refugiados, las guerras y el hambre. Riquísimo el intercambio en los grupos y la puesta en común.

No faltó una visita a la comunidad “Ava Guaraní”, que resumió muy bien Ana María, psicopedagoga de Rosario, Argentina: “Fue sumamente enriquecedora la visita… muestra de una intervención real, creíble y posible…”

El sábado una jornada abierta con un título provocativo: “La muerte es dulce pero su antesala cruel”. Para afrontar tan comprometedor argumento Sofía, médica paliativista de Cipoletti, Argentina, conmovió a todos los participantes, 60 entre adultos y jóvenes, con una profunda ponencia sobre el sentido de la muerte y el sufrimiento.

Algún momento artístico muestra del folklore praguayo y luego, Elena, médica geriatra y paliativista, profesora de la Universidad Nacional de Asunción, profundizó el tema sobre el cuidado de la dignidad de la persona en el proceso de morir, hasta el final.

El síndrome de Burn Out, un tema muy presente en la sociedad actual se abordó a través de un taller dirigido por Javier, psiquiatra, profesor en la Universidad Nacional de Asunción. Ana María, psicopedagoga de Rosario, Argentina, encaminó un espacio sobre empatía, muy importante para nuestra relación profesional–paciente y, en general, entre todas las personas.

El broche de oro de ese sábado fue la conversación que hizo Mónica, médica especializada en medicina del tránsito y en acupuntura, titulada “el arte de la fraternidad en Chiara Lubich”.

Para concluir Miriam desarroló el tema: “La espiritualidad y su abordaje en la práctica clínica”. La explicación de la compasión (empatía en acción) a partir de la parábola del “Buen Samaritano” provocó en todos una profunda revisión de vida.

Para concluir hicimos una rueda donde cada uno regaló al grupo lo que había vivido esos días. Fue, sin dudas un momento hermoso.

Clarissa, profesora de fisioterapia, Caruarú, Brasil resume el significado profundo del Simposio: “Estos días fueron para mí redescubrir el valor de la persona (…) salgo de aquí queriendo darle un nuevo significado a mi práctica clínica, a mi ambiente de trabajo, mis actitudes delante del paciente, mis actitudes delante de los estudiantes… y también darle un nuevo significado a mis actitudes delante de mi familia…”.

Normas(500)