Fundación Lucía: signo de esperanza en Tucumán

 
La realidad de la Argentina actual nos muestra que sus índices de Deuda Social son alarmantemente elevados. Y esto no es nuevo, históricamente los efectos de las políticas públicas llevadas a cabo por los gobiernos de turno nunca pudieron revertir el problema estructural de la cuestión social.

Tucumán no está exento de este flagelo, es más, siempre se mantuvo como una de las provincias con mayores índices de Deuda social, es decir, una de las que registró mayores déficits en las capacidades de desarrollo humano e integración social de la población.

Al hablar de Deuda Social estamos haciendo referencia, entre otras cuestiones, a la indigencia y la pobreza; y así también, a la falta de acceso a la educación, a la salud, a la justicia y a un hábitat digno, realidades que muchos comprovincianos vienen afrontando día tras día, año tras año.

La falta de políticas públicas orientadas a la cuestión social, o en su defecto la ineficacia de la gestión de las mismas, deja un vacío que repercute directamente en la población socioculturalmente más vulnerable. Ante ese vacío, surgen actores solidarios que se ponen a disposición de los más necesitados.

Entidades de distintas formas, ya sean como personas físicas de manera individual o grupal así como de personas jurídicas con y sin fines de lucro, realizan diversas actividades con el fin de contribuir a mejorar algún aspecto de la población con mayores necesidades. La Fundación Lucía es una de ellas. Hoy la presentamos en este espacio.

Sus inicios

Allá por el año 1967 Elvira López de Martínez Zavalía, Elvirita, fue promotora y artífice de una acción que posibilitó la construcción de 460 casas para personas de bajos recursos.

Para reunir el capital inicial a fin de llevar adelante tal iniciativa, vendió la cristalería y porcelanas de su casa. Este gesto movilizó a muchas personas a donar dinero y objetos de valor que contribuyeron con su propuesta.

Así, la idea de Elvirita dio nacimiento a uno de los barrios que se erigieron gracias a su compromiso y solidaridad social, el barrio “Nueva Esperanza” de la ciudad de Alderetes, donde hoy funciona la Fundación Lucía. Luego, tiempo después pudo concretarse la construcción de viviendas que dieron origen al barrio “Antena”.

Compenetrada con su ideario, Elvirita entendió que la promoción social de los habitantes del barrio pasaba también por la educación, la salud y la difusión de valores. Así, para llevar a cabo esta acción se sustentó en el Movimiento de los Focolares, del cual era integrante.

¿Por qué el nombre de Fundación Lucía?

Antonella Amaya, Vocal del Consejo de Administración y Responsable del Área de Comunicación Institucional nos cuenta la historia.

Corría el año 2007 y ante las intensas actividades que se llevaban a cabo a partir de la iniciativa de Elvirita, surgió la necesidad de conformar una institución que reuniera los requisitos legales para tal fin; así nació la Fundación Lucía (Resolución Nº 92/08 de la Dirección de Persona Jurídica)”.

El nombre de Lucía se debe a una joven tucumana, Lucía Buffo, que por su incondicional compromiso con los valores del Movimiento de los Focolares se transformó en una referente de la solidaridad».

Lucía Buffo – Su entrega incondicional para ayudar a los demás inspiró a muchas personas a seguir sus pasos.

«Era una joven sensible y comprometida con los problemas de las personas, siempre dispuesta a dar todo de sí por aquellos necesitados. Deportista y amante de la naturaleza, falleció en el 2007 debido a la leucemia que se apoderó de su ser. En ese entonces cursaba la carrera de Economía y era partícipe de varios proyectos de investigación. Tomaba al estudio como una alternativa más para forjar una sociedad con mayor justicia y fraternidad. En honor a ella se eligió el nombre para la Fundación”.

¿Sobre qué aspectos sociales realizan sus acciones?

“Actualmente estamos enfocados en brindar apoyo a niños y adultos en cuatro áreas específicas: educación, deportes, salud y promoción social. Para ello contamos con 30 voluntarios fijos que atienden las necesidades de más de 50 niños de entre 6 y 12 años, y a más de 30 adultos”, sostuvo Antonella Amaya.

Los cuatro ejes de acción.

En el área de educación, la Fundación realiza las siguientes actividades:

  • Apoyo escolar primario en lengua y matemáticas a niños de 6 a 12 años. Se realiza dos veces a la semana durante el periodo lectivo, luego se les ofrece una merienda. Además de la ayuda escolar, en este espacio se les inculca valores como el compañerismo, la fraternidad, la paz, y el respeto.
  • Taller de lectura y comprensión de textos.
  • Gestión de Becas de estudio para alumnos de ciclo secundario, terciario y universitario.
  • Taller de arte “Tutti Frutti”. Se realiza una vez por semana y tiene como objetivo desarrollar habilidades manuales, la motricidad fina e incentivar la creatividad. Aquí se trabaja con material reciclado y se les inculca el trabajo en equipo, resaltando el valor de la solidaridad.
  • Taller de títeres. Se lleva a cabo una vez por mes. En este taller los niños crean los personajes con materiales descartables alentándolos al mismo tiempo a desarrollar su creatividad. Es un espacio donde los chicos se sienten capaces, aceptados y valorados.

En el área de salud, cuyo objetivo es el fomento de acciones que promuevan la buena alimentación y la prevención de la desnutrición, se llevan a cabo las siguientes acciones:

  • Enseñanza personalizada de lactancia materna, afianzando el vínculo como prevención del maltrato y desnutrición en los lactantes.
  • Enseñanza de técnicas para enriquecer, desde el punto de vista nutricional, las comidas de los chicos, utilizando alimentos de bajo costo.
  • Dictado de charlas sobre violencia escolar y bullying, entre otras temáticas.

En el área de deportes, cuyo objetivo es desarrollar las actitudes y prácticas sociales de cooperación mediante la práctica deportiva y el buen uso del tiempo libre, se realizan las siguientes actividades:

  • Talleres de fútbol para niños y adolescentes. Los talleres son un ámbito de contención y de transmisión de valores que contribuyen a que los niños adquieran hábitos positivos, como así también, a prevenir el consumo de drogas. Se trabaja con niños y niñas entre 6 y 12 años y adolescentes varones de más de 18 años. Además se involucra a los padres, quienes aportan una ayuda concreta en las acciones y proyectos del área.
  • Realización de intercambios deportivos con otros establecimientos.

Por último, en el área de promoción social, mediante la cual se busca generar alternativas de trabajo para incrementar los ingresos de la familia, promoviendo el trabajo asociativo, se llevan a cabo las siguientes acciones:

• Apoyo y asesoramiento al taller de costura «Sueñitos».
• Ayudas extraordinarias para mejorar viviendas de algunas familias.
• Taller de artesanías “Arte y Vida” para jóvenes y adultas.
• Taller de acompañamiento y formación para madres.

¿Cómo se sustenta la Fundación Lucía?

Antonella Amaya – Responsable del Area de Comunicación Institucional de la Fundación Lucía.

No recibimos ningún tipo de aporte estatal, todos los recursos que necesita la Fundación para poder funcionar son gestionados mediante actividades coordinadas por el staff. Por otro lado contamos con la colaboración de los aportes voluntarios que realizan una serie de sponsors una vez al año, así como también, gracias a la realización de un Encuentro Anual Artístico que nos posibilita recaudar más fondos, pero obviamente las demandas sociales son cada vez mayores y nuestros recursos muchas veces no son suficientes”.

¡Necesitamos la colaboración de más sponsors y la participación de más voluntarios! exclamo Antonella al cerrar la nota.

¿Cómo contactarte con la Fundación Lucía ya sea para aportar recursos o para ofrecerte como voluntario?
Vía Correo Electrónico: fundaciónluciatuc@gmail.com
www.fundacionluciatucuman.org
Celular: 381 608 7358.

Por  Facundo Vergara (Gentileza de Tucumán Actualidad)

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