Movimiento de los Focolares
Te has casado con Dios, espérate cualquier cosa…

Te has casado con Dios, espérate cualquier cosa…

Soundtrack italiano © Charisma Productions (UK)

Siempre he tenido una fe fuerte y, junto a la fe, estaba el amor por Dios. Pero lo conocía un poco como todos: lejano, quizá más allá de las estrellas. El momento fulminante fue a los 23 años, cuando comenzó a funcionar este carisma”. “Dios habla a través de las circunstancias, las personas, los encuentros, lo que sucede. Yo recuerdo que estaba en casa, estudiaba, mi madre quería que yo estudiara siempre, que no perdiera tiempo en nada, solo estudiar; mientras que tenía dos hermanas, dos más pequeñas, que hacían muchas otras cosas. Un día, era un día muy frío. Nosotros éramos más bien pobres. Antes habíamos sido más ricos, después sin embargo, por las circunstancias… Y mi madre dijo: “Es necesario ir a buscar la leche”. Teníamos siempre que ir con la botella a buscar la leche a un kilómetro y medio de distancia. Y la primera de mis hermanas pequeñas, dijo: “Yo no voy, porque hace frío, está demasiado frío, es imposible”. Y la otra: “Yo no voy”. Yo ya había comprendido que era importante amar; ya había comprendido, antes todavía de nuestro Ideal, y dije: “Hago un acto de amor: voy yo”. Se lo dije a mi madre: “Mamá, voy yo”. Y cogí esa botella, fui a lo largo de ese camino hacia el lugar donde debía ir, y a mitad de camino… allí fue… tuve como la impresión, una simple impresión, pero era como si el Cielo se abriera, y sentí dentro de mí: “Date toda a mí, date toda a mí” y comprendí que era la llamada. Entonces fui a buscar la leche, volví, estuve callada con todos. Escribí al confesor, y él me dijo: “Venga que hablaremos” Entonces se usaba hacer así: hacer la parte, como se dice, del diablo: decir todas las dificultades. Y me dijo: “¡Ud. se quedará sola! Si quiere consagrarse a Dios quedará sola. Y su hermano y sus hermanas se casarán, y tendrán hijos; Ud. sola!” Yo respondí: “Mientras haya un sagrario, yo no estaré sola”. Y él consultó con una persona, un padre muy anciano, de esos expertos, y me dio el permiso en seguida de consagrarme a Dios inmediatamente, para toda la vida. Y aquel día fui, él había preparado un reclinatorio en una Iglesia; yo debía ir allí, oír Misa. Tenía un misal pequeño, bonito. Y recuerdo que antes de pronunciar: “Soy toda tuya”, comprendí lo que estaba haciendo; era como si detrás de mí cayera un puente: ya no podía volver atrás. Y me acuerdo que me cayó una lágrima. Pero hice mi voto, voto, en definitiva, desposé a Dios. Y después volví a casa, y mi impresión era ésta: te has casado con Dios: espérate cualquier cosa. Y yo estaba en espera de algo grande. No me habría jamás imaginado, naturalmente, un Movimiento como éste, que va más allá de todas las fuerzas humanas. Recuerdo que me habían dicho que pasara en vela la noche anterior, que rezara; pero me parecían prácticas un poco… no muy justas para mí. Estuve un par de horas y después… tenía un crucifijo. Al día siguiente, volviendo a casa, después de este voto, compré tres claveles rojos. Mi madre me dijo: “Pero, ¿a dónde vas?” “A una ceremonia”. Sentía que no era necesario decirlo. En efecto el Evangelio dice que no todos comprenden; solo aquellos que son llamados comprenden. Por otro lado, yo daba clases, daba clases a algunas compañeras, y con ellas enseguida… Me veían tan feliz: “Pero ¿qué tienes Chiara, que tienes? Entonces les conté y ellas: “Nosotras también”. Y poco a poco se prepararon: así comenzó el Movimiento. Pero mientras tanto, con mi voto, fue puesta la primera piedra, sólida, para siempre”. Extraído de “Cara a cara – Chiara Lubich y Sandra Hogget” (1º Parte) Rocca di Papa (Roma), 18 de abril de 2002

Te has casado con Dios, espérate cualquier cosa…

Nació la App para el “Pasapalabra”

A partir de hoy, gracias a la iniciativa de un joven brasileño, Guilherme Moura, el pasapalabra llega directamente al bolsillo a través de una nueva App, descargable en forma gratuita desde esta dirección: http://itunes.apple.com/it/app/passa-parola/id478614030?mt=8 Vivir el momento presente sin prisa, recomenzar en el momento presente, no dejar escapar el momento presente. O bien tener en el corazón la voluntad de Dios del momento presente, ensimismarse con la Voluntad de Dios, y todavía dejarse purificar por la Palabra, esforzarse en vivir la Palabra sin compromisos… Son algunos ejemplos de los Pasapalabra que nos acompañan ya desde hace 10 años. De hecho era el año 2001 cuando Chiara Lubich, que en ese momento estaba en Austria, comunicó una experiencia suya, fruto de su descubrimiento de la importancia de vivir el así llamado “momento presente”, el único que realmente tenemos en nuestras manos, porque “el pasado no existe más, y el futuro todavía tiene que llegar”. Y a partir de allí, todos los días, surgió un lema, un micro-pensamiento espiritual, una especie de concentrado que llamara la atención, sobre todo al amor concreto hacia cada hermano o hermana que nos pasa al lado. Podemos considerar que también esto es una especie de “Twitteratura”, mensajes breves y sabiduría esencial, como escribe Antonio Spadaro en un artículo para Civiltà Cattolica” de julio de 2010. Twitter, un social network que permite enviar mensajes breves (los tweets, que literalmente quiere decir gorgojeos) no más largos de 140 caracteres, tiene precisamente la característica de la brevedad y –recuerda todavía Spadaro- “es la sabiduría de la reflexión religiosa la que ha acompañado durante siglos al hombre occidental en esta necesidad de una sabiduría esencial y extremamente concisa”. En el artículo cita varias formas, desde los haiku japoneses, a las antífonas y los salmos, hasta indicar la “Palabra de vida, ideada por Chiara Lubich y todas las iniciativas similares que periódicamente se inspiran en un versículo del Evangelio para concentrar la atención del cristiano en el Evangelio, a partir de un punto preciso”. ¿Es el Pasapalabra un tweet ante litteram? Quién sabe, pero seguramente es un sistema que combina bien con las nuevas tecnologías. Este Pasapalabra mundial –son al menos 14 los idiomas en los que se traduce- viaja a través de mjs, mail y es seguido por miles de personas. Con la nueva App estará disponible su versión para iPhone, iPad, iPod. Es multilengua así como es multilengua el Pasapalabra cotidiano, queda accesible –una vez descargado el mensaje- también cuando no hay conexión. ¡Pasemos la palabra!

Mayo 2011

«Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu inteligencia».

Jesús nos enseña también otro modo de amar al Señor. Para Jesús, amar significó hacer la voluntad de su Padre, poniendo a su disposición inteligencia, corazón, energías, la misma vida: se entregó completamente al proyecto que el Padre tenía para Él. El Evangelio nos lo muestra orientado siempre y totalmente al Padre (cf. Jn 1, 18), siempre en el Padre, anhelando siempre decir sólo lo que había oído a su Padre, llevar a cabo sólo lo que el Padre le había dicho que hiciera. A nosotros nos pide lo mismo: amar significa hacer la voluntad del Amado sin medias tintas, con todo nuestro ser: «con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu inteligencia». Porque el amor no es sólo un sentimiento: «¿Por qué me llamáis Señor, Señor, y no hacéis lo que os digo?» (Lc 6, 46), les pregunta Jesús a quienes aman sólo con palabras.

«Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu inteligencia».

¿Cómo vivir este mandamiento de Jesús? Manteniendo, desde luego, una relación filial y de amistad con Dios, pero sobre todo haciendo lo que Él quiere. Nuestra actitud con Dios será, como la de Jesús, estar siempre orientados hacia el Padre, atentos a Él, obedeciendo, para llevar a cabo su obra, sólo ésa y nada más.

En esto se nos pide la mayor radicalidad, porque a Dios hay que dárselo todo: todo el corazón, toda el alma, toda la inteligencia. Y esto significa hacer bien, por completo, esa acción que Él nos pide.

Para vivir su voluntad y conformarse a ella, a menudo será necesario quemar la nuestra y sacrificar todo lo que tenemos en el corazón o en la mente que no se refiera al presente. Puede ser una idea, un sentimiento, un pensamiento, un deseo, un recuerdo, una cosa, una persona…

Y así estaremos plenamente en lo que se nos pide en el momento presente. Hablar, llamar por teléfono, escuchar, ayudar, estudiar, rezar, comer, dormir, vivir su voluntad sin divagar; realizar acciones completas, limpias, perfectas, con todo el corazón, el alma, la inteligencia; tener como único móvil de cada acción el amor para poder decir en cada momento del día: «Sí, Dios mío, en este momento, en esta acción te he amado con todo mi corazón, con todo mi ser». Sólo así podemos decir que amamos a Dios, que correspondemos a su amor para con nosotros.

«Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu inteligencia».

Para vivir esta Palabra de vida será útil analizarnos de vez en cuando para ver si Dios está en el primer lugar de nuestra alma.

Y entonces, como conclusión, ¿qué debemos hacer este mes? Elegir nuevamente a Dios como único ideal, como el todo de nuestra vida, volverlo a poner en el primer lugar y vivir con perfección su voluntad en el momento presente. Debemos poder decirle con sinceridad: «Mi Dios y mi todo», «Te amo», «Soy toda tuya», «¡Eres Dios, eres mi Dios, nuestro Dios de amor infinito!».


[1] Palabra de vida, octubre 2002, publicada en Ciudad Nueva, nº 392, pág. 24.