29 Nov 2011 | Cultura, Focolari nel Mondo, Sin categorizar, Spiritualità
A partir de hoy, gracias a la iniciativa de un joven brasileño, Guilherme Moura, el pasapalabra llega directamente al bolsillo a través de una nueva App, descargable en forma gratuita desde esta dirección: http://itunes.apple.com/it/app/passa-parola/id478614030?mt=8 Vivir el momento presente sin prisa, recomenzar en el momento presente, no dejar escapar el momento presente. O bien tener en el corazón la voluntad de Dios del momento presente, ensimismarse con la Voluntad de Dios, y todavía dejarse purificar por la Palabra, esforzarse en vivir la Palabra sin compromisos… Son algunos ejemplos de los Pasapalabra que nos acompañan ya desde hace 10 años. De hecho era el año 2001 cuando Chiara Lubich, que en ese momento estaba en Austria, comunicó una experiencia suya, fruto de su descubrimiento de la importancia de vivir el así llamado “momento presente”, el único que realmente tenemos en nuestras manos, porque “el pasado no existe más, y el futuro todavía tiene que llegar”. Y a partir de allí, todos los días, surgió un lema, un micro-pensamiento espiritual, una especie de concentrado que llamara la atención, sobre todo al amor concreto hacia cada hermano o hermana que nos pasa al lado.
Podemos considerar que también esto es una especie de “Twitteratura”, mensajes breves y sabiduría esencial, como escribe Antonio Spadaro en un artículo para “Civiltà Cattolica” de julio de 2010. Twitter, un social network que permite enviar mensajes breves (los tweets, que literalmente quiere decir gorgojeos) no más largos de 140 caracteres, tiene precisamente la característica de la brevedad y –recuerda todavía Spadaro- “es la sabiduría de la reflexión religiosa la que ha acompañado durante siglos al hombre occidental en esta necesidad de una sabiduría esencial y extremamente concisa”. En el artículo cita varias formas, desde los haiku japoneses, a las antífonas y los salmos, hasta indicar la “Palabra de vida, ideada por Chiara Lubich y todas las iniciativas similares que periódicamente se inspiran en un versículo del Evangelio para concentrar la atención del cristiano en el Evangelio, a partir de un punto preciso”. ¿Es el Pasapalabra un tweet ante litteram? Quién sabe, pero seguramente es un sistema que combina bien con las nuevas tecnologías. Este Pasapalabra mundial –son al menos 14 los idiomas en los que se traduce- viaja a través de mjs, mail y es seguido por miles de personas. Con la nueva App estará disponible su versión para iPhone, iPad, iPod. Es multilengua así como es multilengua el Pasapalabra cotidiano, queda accesible –una vez descargado el mensaje- también cuando no hay conexión. ¡Pasemos la palabra!
1 May 2011 | Chiara Lubich, Palabra de vida, Sin categorizar, Spiritualità
«Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu inteligencia».
Jesús nos enseña también otro modo de amar al Señor. Para Jesús, amar significó hacer la voluntad de su Padre, poniendo a su disposición inteligencia, corazón, energías, la misma vida: se entregó completamente al proyecto que el Padre tenía para Él. El Evangelio nos lo muestra orientado siempre y totalmente al Padre (cf. Jn 1, 18), siempre en el Padre, anhelando siempre decir sólo lo que había oído a su Padre, llevar a cabo sólo lo que el Padre le había dicho que hiciera. A nosotros nos pide lo mismo: amar significa hacer la voluntad del Amado sin medias tintas, con todo nuestro ser: «con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu inteligencia». Porque el amor no es sólo un sentimiento: «¿Por qué me llamáis Señor, Señor, y no hacéis lo que os digo?» (Lc 6, 46), les pregunta Jesús a quienes aman sólo con palabras.
«Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu inteligencia».
¿Cómo vivir este mandamiento de Jesús? Manteniendo, desde luego, una relación filial y de amistad con Dios, pero sobre todo haciendo lo que Él quiere. Nuestra actitud con Dios será, como la de Jesús, estar siempre orientados hacia el Padre, atentos a Él, obedeciendo, para llevar a cabo su obra, sólo ésa y nada más.
En esto se nos pide la mayor radicalidad, porque a Dios hay que dárselo todo: todo el corazón, toda el alma, toda la inteligencia. Y esto significa hacer bien, por completo, esa acción que Él nos pide.
Para vivir su voluntad y conformarse a ella, a menudo será necesario quemar la nuestra y sacrificar todo lo que tenemos en el corazón o en la mente que no se refiera al presente. Puede ser una idea, un sentimiento, un pensamiento, un deseo, un recuerdo, una cosa, una persona…
Y así estaremos plenamente en lo que se nos pide en el momento presente. Hablar, llamar por teléfono, escuchar, ayudar, estudiar, rezar, comer, dormir, vivir su voluntad sin divagar; realizar acciones completas, limpias, perfectas, con todo el corazón, el alma, la inteligencia; tener como único móvil de cada acción el amor para poder decir en cada momento del día: «Sí, Dios mío, en este momento, en esta acción te he amado con todo mi corazón, con todo mi ser». Sólo así podemos decir que amamos a Dios, que correspondemos a su amor para con nosotros.
«Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu inteligencia».
Para vivir esta Palabra de vida será útil analizarnos de vez en cuando para ver si Dios está en el primer lugar de nuestra alma.
Y entonces, como conclusión, ¿qué debemos hacer este mes? Elegir nuevamente a Dios como único ideal, como el todo de nuestra vida, volverlo a poner en el primer lugar y vivir con perfección su voluntad en el momento presente. Debemos poder decirle con sinceridad: «Mi Dios y mi todo», «Te amo», «Soy toda tuya», «¡Eres Dios, eres mi Dios, nuestro Dios de amor infinito!».
[1] Palabra de vida, octubre 2002, publicada en Ciudad Nueva, nº 392, pág. 24.